Juan de Orbea y Mondragón debió llegar, procedente de Guipúzcoa, a la villa de San Clemente hacia 1525. Desconocemos los motivos que le obligaron a venir a estas tierras. Aunque el oficio que aparece asociado a su apellido en otro expediente, platero, nos hace suponer que vería su oportunidad de negocio para su trabajo en una villa en expansión y que en las décadas siguientes iniciaría la primera fase de remodelación de su iglesia parroquial de Santiago, a cargo de su paisano vizcaíno y arquitecto Domingo de Meztraitúa. El caso es que, a pesar de su artesanal oficio, unos veinte años después se sentía lo suficientemente integrado en esta villa manchega como para hacer valer, como buen vasco, sus orígenes hidalgos. Hasta entonces había sido tratado y se había comportado como un pechero más. Ni siquiera había hecho valer su condición hidalga a la hora de avecindarse en la villa, o al menos presuponemos este hecho, pues no se referirá a esta posibilidad cuando litigue su nobleza. La razón estaría en su falta de ambición, o sus limitaciones, para ocupar oficios concejiles. Así cuando en la década de los cuarenta, al calor de los numerosos pleitos entre el concejo de San Clemente y los vecinos principales del pueblo que luchaban por su hidalguía, intento hacer valer su sangre nobiliaria, se encontró con la oposición y desprecio de la oligarquía cerrada de los regidores perpetuos que estaban accediendo por compra de sus oficios al poder municipal.
Pero Juan de Orbea Mondragón podía alegar lo que pocos podían presumir en el pueblo, y menos los advenedizos al poder local: un tronco familiar sin una mancha de raíz infecta y una casa solar en pie allá en Orbea, jurisdicción de Éibar, testimonio de sus orígenes. Es más, y esto debió doler a los hidalgos sanclementinos, en Gupúzcoa, dada la condición general de hidalguía de su población, no había lugar para los pecheros. Si el grupo de nobles sanclementinos era cerrado, aún así, era bastante permeable con respecto a la exclusividad de una sociedad vasca que no aceptaba al foráneo. Dicho de otro modo la sociedad sanclementina empezaba a cerrarse, pero la vasca se negaba a abrirse:
la provincia de guipúzcua haze siempre muy grande pesquisa e inquisición quando quiera que venía a vivir a ella alguno de fuera de ella para saber si hera hombre fijodalgo o pechero o de linage de pecheros y si parescía que era hidalgo le dexavan vivir en la dicha provincia y si no, no le consentían vivir en ella
Uno por uno los testigos vascos presentados por Juan Orbea Mondragón, todos ellos hidalgos por supuesto, declararon a favor de las raíces nobles del pretendiente; haciendo hincapié que por cada hidalgo vasco siempre existía, atestiguando la condición, la correspondiente casa solar. Además allí todos sabían quién era cada cuál; conocedores de su pasado y del ajeno:
conoscía al dicho juan de orvea mondragón desde niño pequeño e que ansímismo conosció al bachiller juan de orvea su padre e que también conosció a ochoa de orvea su abuelo y padre de su padre y que al que litigava conoscía dende niño pequeño acá al qual conosció viviendo con su padre de la villa de mondragón donde él hera casado a la dicha villa de ybar muchas vezes y que al dicho su padre le conosció en la dicha villa de ybar en casa de su padre criándose en la dicha su casa y después le conosció casado en la dicha villa de mondragón por tiempo y espacio de treynta años poco más o menos fasta que fallesció diez e ocho años poco más o menos y que al dicho su avuelo padre de su padre del que pleyteaba le conosció por tiempo y espacio de quinze años poco más o menos fasta que fallesció quarenta años poco más o menos...
... y que conoscía y conosció deudos y parientes de partes del padre y avuelo del que pleyteaba por línea rreta de varones que avían sido y heran hombres fijosdalgo notorios y conoscidos porque especialmente conosció juan pérez de orvea que fue dueño de la casa solar de orvea sorayn que es en la juresición de la dicha villa de ybar, que era primo carnal del que pleyteaba donde venían y dependían todos los de orvea padre y avuelo
(Declaración de Francisco Ibáñez de Ibarra, escribano de la villa de Éibar)
Juan de Orbea Mondragón obtendría sentencia favorable de hidalguía de la Chancillería de Granada el 24 de mayo de 1547, y algún tiempo después la correspondiente ejecutoria (sin que podamos saber la fecha exacta por encontrarse parcialmente roto el pergamino que la contenía). El ayuntamiento de San Clemente lo aceptaría como hidalgo en su sesión de trece de junio de 1551. Pero una vez más, en esa reunión contaban tanto o más las ausencias que las presencias. Ninguno de los Herreros o de los Pachecos asistió a la sesión, actuando como anfitriones la rama lateral de los Origüela, los Tébar, y sus aliados. Allí estaban Andrés González de Tébar, alcalde ordinario, y los regidores Alonso de Valenzuela, Gregorio Castillo, y Pedro de Tébar. El resto de regidores prefirió ausentarse de la villa, antes que sufrir el oprobio de recibir un nuevo advenedizo en su círculo:
...syn los demás señores del ayuntamiento que ginés de moya portero de dicho ayuntamiento dio fee que no están en la villa ...
San Clemente, tierra de oportunidades, veía una vez más el ascenso social de uno de sus vecinos recién llegados. Pero poco duraría a la familia Mondragón su reconocimiento; un turbio incidente del hijo de Juan de Orbea en el prostíbulo de la villa, truncaría el ascenso social de los Mondragón. Es lo que pretendemos narrar en próximos capítulos con la lectura del expediente judicial que al respecto se conserva en el Archivo de Simancas.
(continuará)
ACHV (Archivo de la Chancillería de Valladolid), PERGAMINOS, CAJA 14, 2. Ejecutoria de hidalguía de Juan de Orbea Mondragón. 1547
Pero Juan de Orbea Mondragón podía alegar lo que pocos podían presumir en el pueblo, y menos los advenedizos al poder local: un tronco familiar sin una mancha de raíz infecta y una casa solar en pie allá en Orbea, jurisdicción de Éibar, testimonio de sus orígenes. Es más, y esto debió doler a los hidalgos sanclementinos, en Gupúzcoa, dada la condición general de hidalguía de su población, no había lugar para los pecheros. Si el grupo de nobles sanclementinos era cerrado, aún así, era bastante permeable con respecto a la exclusividad de una sociedad vasca que no aceptaba al foráneo. Dicho de otro modo la sociedad sanclementina empezaba a cerrarse, pero la vasca se negaba a abrirse:
la provincia de guipúzcua haze siempre muy grande pesquisa e inquisición quando quiera que venía a vivir a ella alguno de fuera de ella para saber si hera hombre fijodalgo o pechero o de linage de pecheros y si parescía que era hidalgo le dexavan vivir en la dicha provincia y si no, no le consentían vivir en ella
Uno por uno los testigos vascos presentados por Juan Orbea Mondragón, todos ellos hidalgos por supuesto, declararon a favor de las raíces nobles del pretendiente; haciendo hincapié que por cada hidalgo vasco siempre existía, atestiguando la condición, la correspondiente casa solar. Además allí todos sabían quién era cada cuál; conocedores de su pasado y del ajeno:
conoscía al dicho juan de orvea mondragón desde niño pequeño e que ansímismo conosció al bachiller juan de orvea su padre e que también conosció a ochoa de orvea su abuelo y padre de su padre y que al que litigava conoscía dende niño pequeño acá al qual conosció viviendo con su padre de la villa de mondragón donde él hera casado a la dicha villa de ybar muchas vezes y que al dicho su padre le conosció en la dicha villa de ybar en casa de su padre criándose en la dicha su casa y después le conosció casado en la dicha villa de mondragón por tiempo y espacio de treynta años poco más o menos fasta que fallesció diez e ocho años poco más o menos y que al dicho su avuelo padre de su padre del que pleyteaba le conosció por tiempo y espacio de quinze años poco más o menos fasta que fallesció quarenta años poco más o menos...
... y que conoscía y conosció deudos y parientes de partes del padre y avuelo del que pleyteaba por línea rreta de varones que avían sido y heran hombres fijosdalgo notorios y conoscidos porque especialmente conosció juan pérez de orvea que fue dueño de la casa solar de orvea sorayn que es en la juresición de la dicha villa de ybar, que era primo carnal del que pleyteaba donde venían y dependían todos los de orvea padre y avuelo
(Declaración de Francisco Ibáñez de Ibarra, escribano de la villa de Éibar)
Juan de Orbea Mondragón obtendría sentencia favorable de hidalguía de la Chancillería de Granada el 24 de mayo de 1547, y algún tiempo después la correspondiente ejecutoria (sin que podamos saber la fecha exacta por encontrarse parcialmente roto el pergamino que la contenía). El ayuntamiento de San Clemente lo aceptaría como hidalgo en su sesión de trece de junio de 1551. Pero una vez más, en esa reunión contaban tanto o más las ausencias que las presencias. Ninguno de los Herreros o de los Pachecos asistió a la sesión, actuando como anfitriones la rama lateral de los Origüela, los Tébar, y sus aliados. Allí estaban Andrés González de Tébar, alcalde ordinario, y los regidores Alonso de Valenzuela, Gregorio Castillo, y Pedro de Tébar. El resto de regidores prefirió ausentarse de la villa, antes que sufrir el oprobio de recibir un nuevo advenedizo en su círculo:
...syn los demás señores del ayuntamiento que ginés de moya portero de dicho ayuntamiento dio fee que no están en la villa ...
San Clemente, tierra de oportunidades, veía una vez más el ascenso social de uno de sus vecinos recién llegados. Pero poco duraría a la familia Mondragón su reconocimiento; un turbio incidente del hijo de Juan de Orbea en el prostíbulo de la villa, truncaría el ascenso social de los Mondragón. Es lo que pretendemos narrar en próximos capítulos con la lectura del expediente judicial que al respecto se conserva en el Archivo de Simancas.
(continuará)
ACHV (Archivo de la Chancillería de Valladolid), PERGAMINOS, CAJA 14, 2. Ejecutoria de hidalguía de Juan de Orbea Mondragón. 1547