Sello de placa de la reina Juana en provisión dada a Castillo de Garcimuñoz en pleito con Cañavate
domingo, 19 de diciembre de 2021
domingo, 12 de diciembre de 2021
Una reinterpretación de los Castillo y Origüela de Garcimuñoz
- Francisco González del Castillo, señor de Perona
- Fray Diego González del Castillo, dominico y confesor de Juan II de Navarra y de su Consejo Real, obispo de Monreal y de Tarazona (según testamento del doctor Pedro González del Castillo, su sobrino, obispo de Zamora y arzobispo de Tortosa)
- Alonso González del Castillo, que sigue la línea
- Hernán González del Castillo, forma la casa de los señores de Altarejos y Carcelén. Casó con Juana de Toledo (¿relación con el doctor Franco?), el segundo hijo del matrimonio, señor de Altarejos, es progenitor de los señores de Villadarias.
- Juan González de Origüela, II de este nombre, caballero de la banda por cédula real de Juan II, de quien fue contador. De esta rama procederá la rama menor de los Origüela de San Clemente
- Pedro González del Castillo, del consejo de Juan II, casado con María García Prestínez de Bonifaz. Dice que sus tíos son fray Diego, que lo es, y el doctor Pedro González del Castillo, señor de Santa María del Campo (en realidad es tío abuelo)
- Lope González del Castillo, que forma la rama de los Castillo de Canarias
- doña María Alonso del Castillo o Avilés que casó en Cuenca con Pedro López Gibaja, llamado de Madrid, tienen por hija única a María Gibaja y Castillo casada con Juan Fernández de Cabrera (biznieto legítimo de los vizcondes soberanos de Ager y Cabrera). El hijo mayor de este matrimonio es Andrés de Cabrera, I marqués de Moya.
- Doña Urraca González del Castillo, que casó con el doctor Diego González Franco, del consejo y contador de Juan II ( en otras genealogías es Inés)
- Marina González del Castillo, mujer de Álvaro de Tamayo, alcaide del castillo de Garcimuñoz, en cuyo puesto sucedió a su cuñado Lope González del Castillo. Padres del comendador Castillo, del hábito de Santiago.
- 8 y 9. Tres señoras cuyos nombres no nos han llegado los nombres y casaron con Peraltas, Carrillos y Alarcones
miércoles, 8 de diciembre de 2021
Los León de Belmonte o el nacimiento de una economía parasitaria en la Mancha conquense
En 1583, aunque el partido de Villarejo de Fuentes era un distrito fiscal propio, ese año estaba integrado en el partido de las alcabalas y tercias de la ciudad de Cuenca, cuya tesorería estaba en posesión de Alonso de Pareja. Integradas en el partido de Villarejo de Fuentes estaban las villas de Las Pedroñeras y Las Mesas, que, con el tiempo, mediado el siglo XVII se integrarían en la Tesorería de rentas reales del Marquesado de Villena.
Es probable que las tesorerías de rentas reales se establecieran en todo el Reino de Castilla hacia 1580, sabemos de tal hecho en el marquesado de Villena. El tesorero podía nombrar ejecutores para cobrar los plazos o tercios de dichas rentas anuales por las villas. Los ejecutores eran una lacra para los pueblos, pues las costas de sus comisiones llegaban a los cinco o seis mil maravedíes. En este caso, el distrito de rentas reales de Villarejo de Fuentes queda incluido en la Tesorería de Cuenca. Auxiliando al tesorero hay un escribano de rentas reales, en el caso de Cuenca, Pedro Velázquez, que contaba cincuenta años en 1583. La Tesorería de rentas reales es heredera de una organización más compleja de otra anterior en la que había un receptor, encargado de recibir la rentas de los encabezamientos, y que desde 1577, al menos, recaía también en Alonso de Pareja.
Ese año de 1583 llegó hasta Las Mesas y Las Pedroñeras el juez ejecutor Salcedo de Avendaño, acompañado del escribano Antonio Benavente, para garantizar más el cobro por la corona de las rentas reales que el pago de los situados sobre esas rentas y saber a quiñen correspondía el pago de los juros situados sobre esas rentas. Salcedo Avendaño era juez de residencia para tomar las cuentas de los tesoreros de rentas reales, cogiendo varios partidos, además del de Cuenca, e de Soria, el de Aranda o el de Sepúlveda. Tanto Las Pedroñeras como Las Mesas tenían encabezadas sus rentas, la primera por 420000 maravedíes, la segunda, por 225000 maravedíes. Ambas villas tenían al tesorero de Cuenca por un delincuente, y como tal fue acreedor de una querella criminal por apropiarse de los maravedíes de los impuestos de esta villas que deberían ir al pago de los situados sobre esas rentas. El tesorero, y parece que esta es la versión más cierta, aunque no toda la parte de la verdad, por su parte, decía haber descubierto una cuantía muy significativa de desvío en las cuentas, y procurado cobrar la diferencia que era favorable a la hacienda real. Al fin y al cabo el nombramiento de tesoreros en 1580 responde a esta realidad de fraude a la Hacienda real. En torno a Alonso de Pareja, se unían una serie de intereses financieros de antiguas familias conversas que apoyaron en el pleito como testigos al tesorero: Pedro Velázquez, Bartolomé Castillo, Diego Pérez de Teruel, Para averiguar la verdad fue nombrado el juez de comisión Salcedo Avendaño que condenó al tesorero el 22 de junio de 1583. Seis días después el tesorero apelaría esta decisión.
La razón de las disputas era donde debían cobrar los dueños de juros las rentas de sus situados sobre las rentas reales de las villas, si allí donde residía la tesorería de rentas reales o en los mismos pueblos. El equívoco estaba en las mismas cartas de receptorías que no lo aclaraban, aunque a decir del procurador del tesorero se debían cobrar en las mismas villas, tal como indicaba el cuaderno de alcabalas en su capítulo 144.
Juros situados sobre las alcabalas de Las Pedroñeras y renta anual
- Juan de León, vecino de Belmonte (los capellanes en su nombre) por dos privilegios: 40250 maravedíes
- Doña Ana de Aguilera, por ella su yerno Antonio de Rejas, por un privilegio: 30000 maravedíes
- Don Pedro de Mendoza, arcediano de Huete (en su nombre, Cristóbal Jiménez), por un privilegio: 23000 maravedíes
Juros situados sobre las alcabalas de Las Mesas y renta anual
- Doña Ana de Aguilera, 28000 ducados
- Don Pedro de Mendoza, 24000 ducados
- 24000 mrs. en las alcabalas de Valera de Yuso
- 10000 mrs. en las alcabalas de la Olmeda de las Valeras
- 10000 mrs. en las alcabalas de Buenache de Alarcón
- 20000 mrs. en las alcabalas de Monteagudo
- 15000 mrs. en las alcabalas de Paracuellos
- 14000 mrs. en las alcabalas de Villanueva de los Escuderos
- 6000 mrs. en las alcabalas de Navalón
- 30000 mrs. en las alcabalas de Villarejo de Fuentes
- 10000 mrs. en las alcabalas de El Pedernoso
- 24000 mrs. en las alcabalas de Las Mesas
- 33000 mrs. en las alcabalas de La Alberca
- 33000 mrs. en las alcabalas de los paños de Cuenca
lunes, 29 de noviembre de 2021
Daños en los edificios religiosos en San Clemente, durante la Guerra Civil
Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol: fueron destruidos todos sus altares, imágenes, retablos, objetos de culto y clero y todo cuanto existía en la misma. Habiendo sido destinado el edificio de la misma a garaje al servicio de la aviación roja.
Iglesia del convento de religiosos carmelitas: fueron destruidas todas sus imágenes, altares, retablos y objetos de culto, siendo destinado el mismo a teatro al servicio de los rojos. Asimismo sufrió daños de importancia el convento.
Iglesia del convento de religiosas carmelitas: fueron destruidas todas sus imágenes, retablos, altares y objetos de culto, etc. Así como el convento que sufrió daños de bastante importancia, tanto la iglesia como el convento estuvo destinado a cuartel del ejército rojo
Iglesia del convento de religiosas trinitarias: id.
Iglesia del convento de religiosas franciscas: id.
Iglesia del Remedio: también sufrió daños de importancia, así como el interior del asilo de Nuestra Señora del Remedio, siendo destinado a Hospital de los rojos
Ermita de Nuestra Señora de Rus: La imagen fue profanada y casi destruida, así como la ermita que sufrió interiormente daños de importancia
Archivo Histórico Nacional, FC-CAUSA GENERAL,1063,Exp.4, fols. 233-234
domingo, 28 de noviembre de 2021
Partido de rentas reales de Villarejo de Fuentes
El partido de rentas reales de Villarejo de Fuentes, presumiblemente, se estableció, al igual que el de rentas reales del marquesado de Villena, alrededor de 1480 y perviviría hasta la nueva planta de 1718. En el obispado de Cuenca había dos organizaciones territoriales de la fiscalidad: LAS RENTAS DEL REINO (servicio ordinario y extraordinario y, luego millones), en las que el obispado era un único distrito fiscal, representado en Cortes por la ciudad de Cuenca, y LAS RENTAS REALES (alcabalas y tercias), con varios distritos fiscales, que, caso del marquesado de Villena, no respetaban los límites del obispado. Con la creación del servicio de millones se intentó una demarcación que cuajaría en 1634, con tres tesorerías en Cuenca, Huete y San Clemente. De esta carta receptoría para el encabezamiento de los pueblos de 1582, podemos ver el conjunto de pueblos que lo integraban. Como se ve, es un distrito territorialmente discontinuo, interrumpido por la enajenación de rentas a favor de diversos señores.
Villarejo de Fuentes, alcabalas y tercias... 780000 mrs.
Las Pedroñeras, alcabalas... 420000 mrs.
Almonacid del Marquesado, alcabalas y tercias.... 37000 mrs.
Villalgordo del Marquesado, alcabalas... 35000 mrs.
Alconchel, alcabalas y tercias... 100000 mrs.
El Pedernoso, alcabalas,... 120000 mrs.
Las Mesas, alcabalas... 225000 mrs.
La Alberca, no tiene encabezadas sus rentas
AGS, CRC, LEG. 270/13
jueves, 25 de noviembre de 2021
Hernando de Alarcón y la prestamera de Las Pedroñeras
Fernando de Alarcón, marqués de la Valsiciliana, obtuvo del
papado licencia para construir una capilla en la iglesia de Palomares, para
sustentar el culto y capellanes de esta fundación el papado había dado letras y
bulas apostólicas a favor de Fernando de Alarcón para obtener beneficios
eclesiásticos para sostener económicamente la capellanía; en virtud de esas
letras, Martín de Guadalajara, arcediano de Talavera, había dado una prestamera a dicho marqués sobre las rentas
eclesiásticas de Las Pedroñeras. Sobre las rentas eclesiásticas de Las Pedroñeras decía tener derechos también
Antonio Ramírez de Haro, arcediano de Huete, maestro de requesta de la
cristianísima reina de Francia y abad de Arbas, poseedor de una prestamera
vacante por muerte de Gonzalo Pérez, clérigo de la diócesis de Málaga.
La prestamera a favor de Hernando del Alarcón dada por los
alcaldes de Pedroñeras se había suspendido por la intervención de la justicia
del obispado: el canónigo García de Villarreal había dado ciertos mandamientos
en favor del colegio de Santiago de Salamanca de dicha prestamera. Es el caso
es que el Consejo Real por provisión de 16 de diciembre de 1532 pidió que la
justicia eclesiástica se inhibiera y el brazo secular, léase los alcaldes
ordinarios de Las Pedroñeras, hicieran efectiva la posesión de la prestamera en
favor de Hernando de Alarcón.
AGS. CRC. Leg. 305/5
Alcaldes ordinarios de las Pedroñeras en 1532
·
Pedro Gómez y Mateo Sánchez Coronado
Bula a favor de Hernando de Alarcón
domingo, 7 de noviembre de 2021
LA DESTRUCCIÓN DEL PATRIMONIO DOCUMENTAL CONQUENSE
LA DESTRUCCIÓN DEL PATRIMONIO DOCUMENTAL CONQUENSE
Es mucho lo que se ha hecho por la recuperación del patrimonio documental, y mucho más lo que se hubiera podido hacer si don Ángel González Palencia no hubiera perdido la vida en desgraciado accidente de coche allá por 1949, cuando andaba embarcado en la recuperación del patrimonio documental de los pueblos de la provincia.
Unas veces fueron las guerras y otras sencillamente la desidia. La Guerra de Sucesión entre austracistas y borbones nos privó de gran parte de la historia de Villanueva de la Jara; la Guerra Civil destinó gran parte de los fondos del Archivo Histórico de San Clemente a la empresa papelera valenciana Lanaya, por una República necesitada en cualquier caso y unos ignorantes regidores que tomaron el mismo camino poco después. No todo ha desaparecido, pues los archivos mencionados son ricos en documentación, aunque siempre nos quedará la duda si hay algo más, que seguro que sí. Mientras, soñaremos en la esperanza de que se hayan preservado las actas municipales anteriores a 1548 en algún lugar recóndito, aunque sus hojas acartonadas quizás no ayudaron mucho... En fin, papeles y más papeles desaparecidos, de los que queda la pequeña esperanza de que algunos comprendan que su valor no radica tanto en la propiedad excluyente del que se pueda sentir un Harpagón, cuanto en la recuperación y acceso a la historia que contienen.
Cuenca es un conjunto de tres Tierras, mal avenidas, en especial las de Huete y Cuenca con la de Alarcón, por ese sentimiento de agravio interprovincial de un sur rico frente a un norte pobre y despoblado. Gran parte de los documentos señeros de Alarcón fueron recuperados por el padre Burriel. Una copia meticulosa de los privilegios de Alarcón y su tierra (junto a otros de sus antiguas aldeas de Belmonte y Castillo de Garcimuñoz) se conservan en en la Biblioteca Nacional. Pero, ¿y la documentación del concejo de Alarcón en la Edad Moderna, dónde está?
Afortunadamente tenemos respuesta para la pregunta anterior. Actas municipales, testimonios, pleitos, cuentas, peticiones y memoriales tienen hoy su morada, que es también la de gran parte de la provincia de Cuenca, en una colección particular de Estados Unidos. Es la llamada colección Carroll Marden, depositada en la Universidad de Pricenton, y en la que podemos encontrar documentos históricos de la ciudad de Burgos y de la villa de Alarcón.
Debo su conocimiento a Santi Granero. La serie se inicia con una carta de Juana la Beltraneja confirmando a la villa de Alarcón su fuero y privilegios (aunque hay un documento anterior de 1422, sobre un poder a un procurador) hasta completar sus documentos ocho cajas repletas de historia de Alarcón y su tierra.
No sería mucho pedir a la Diputación Provincial de Cuenca, o quizás sea demasiado, la digitalización de estos documentos. Hoy en día, no es posible traernos los sillares de las iglesias románicas o de cualquier otro estilo de vuelta a España, pero unos simples papeles sí... y con un escaso coste.
Si ya lo ha hecho algún particular no veo problema para que lo haga la Diputación. Este es el fin de estas palabras o al menos recordar que parte de la Historia de Cuenca anda entre los muros de una universidad americana.
https://www.histgueb.net/.../charles-carroll-marden...
domingo, 24 de octubre de 2021
Una visión de San Clemente en 1500
En un principio, San Clemente enterraba a sus vecinos en el cementerio aledaño a la iglesia de Santiago en su lado oeste. Los cementerios eran lugar de enterramiento, en su función primordial, pero asimismo lugar de recogimiento y oración y, hecho menos conocido, lugar de reunión de los ayuntamientos de los concejos. Tenemos constatada la celebración de ayuntamientos en los cementerios anejos a las iglesias de El Peral o Motilla del Palancar y, avanzado el siglo XVI, en Las Pedroñeras. El cementerio era lugar donde reposaban los antepasados y su memoria y tradición estaba presente. La celebración del concejo pasó del cementerio al pórtico de la Iglesia. En el pórtico de la puerta sur de la iglesia de Santiago, dedicada al mencionado apóstol, se celebraron los ayuntamientos de la villa de San Clemente hasta iniciada la década de 1490, cuando se construyen unas casas nuevas de ayuntamiento, anteriores a las actuales de la fundación Antonio Pérez, en cumplimiento de una ordenanza de los Reyes Católicos de 1486. Ni qué decir tiene que el urbanismo de la actual plaza del Pósito o de la Iglesia poco tenía que ver con el actual. Un olmo, acorde con la rancia tradición castellana, dominaba la entrada por la puerta de Santiago al templo parroquial. El olmo servía como improvisado patíbulo, así durante el año 1477, cuando colgaron de una de sus ramas a un tal Peñasco, líder de un plan meditado por Juan López Rosillo para matar a los conversos de la villa. Es probable que se trasladara a esta plaza el rollo o símbolo jurisdiccional de la villa, tal como nos aparece en documentos gráficos de 1920 (antes de ser sustituido al acabar la guerra civil por un monumento a los Caídos) pero eso sería ya avanzado el siglo XVI. En cualquier caso, el símbolo jurisdiccional de la villa, la horca de tres palos, se situaba a la entrada del pueblo por los caminos que conducían a Alarcón o Vara de Rey, en una pequeña elevación, donde se situaba la ermita de San Cristóbal. Tal vez la razón no fuera otra que, más allá de fundaciones legendarias, el origen de San Clemente estuviera en el pozo de la Herroyuela, lugar de tránsito de pastores y abrevadero de sus ganados. Es en esta parte del pueblo, apartados a un lado, donde se ubicarán los conventos franciscanos buscando la limosna de los viajeros. Esa era la entrada principal a la villa que llegaba hasta la plaza de la iglesia y luego la plaza mayor, presidida por el ayuntamiento, por la calle mayor, que no es otra que la comercial calle Boteros actual. Otros caminos unían a San Clemente con los pueblos vecinos, pero la importancia de los mismos era subsidiaria de los nuevos centros poblacionales y de poder que nacían en la zona; las ermitas se localizaban en estos puntos de entrada al pueblo, tales como la del Remedio al sur o la de San Roque en la salida hacia Belmonte, aunque si le viajero se encontraba la imponente cruz de alabastro, visible en los arcos abiertos de San Roque, viniendo de Belmonte, la impresión al entrar a la villa debía ser bastante pobre en el resto de caminos. Nos hemos de preguntar qué pensarían los Reyes Católicos al cruzar el insignificante río Rus y encontrarse a unos villanos plantados en el puente del Remedio exigiendo la jura de unas cartas reales dadas doce años antes. Y es que, a pesar de estar en un suave altozano, la imagen de un viajero que visitara San Clemente el año 1500 era la de un horizonte plano, sin edificio destacable, más allá de su vieja iglesia y su torre aneja y esa otras más imponente Torre Vieja levantada por el corregidor Hernán González del Castillo. Si existían casas principales, destacaban por su extensión horizontal que por su altura, poco que ver con los palacios de dos pisos del siglo XVII, cuya altura solo se empieza a ensayar el siglo anterior, en el que predominan las casas palacio rodeadas de tapias, con entrada principal de sillares a un patio, dominado por un aljibe o pozo, donde se distribuyen las estancias domésticas y, tanto o más, las dedicadas a los animales y utensilios agrarios. Son casas de una planta, sobre las que se eleva una falso segundo piso o cámara con finalidad de granero; estructura que se repite con menos pretensión en las casas del común, donde a pesar de todo, la teja se impone sobre el adobe de la pared. Es mediados del siglo XVI cuando aparece un tipo de casa importada y organizada en torno a patio cuadrangular porticado, al que se accede por zaguán, con columnas rematadas por zapatas sobre las que descansa piso superior y del que la casa de los Picos nos ha quedado como ejemplo. Esa es la razón por la que el sanclementino de 1510 vería con ojos asombrados la erección del convento de los Nuestra Señora de Gracia, que hoy nos parece un templo achaparrado, como vería estupefacto las nuevas casas del ayuntamiento levantadas a comienzos de siglo, de dos plantas y con un corredor superior desde el que se salvaban los tejados de las casas de la villa para ver extenderse los campos en el horizonte.
sábado, 16 de octubre de 2021
BIBIANO HELLÍN Y LA CONSPIRACIÓN DE 1831
Contestando a los particulares que V. me pregunta en su
precedente oficio y por el mismo orden de su extensión, debo manifestar:
No ha llegado a mi noticia que en los meses de febrero,
marzo y abril últimos se hayan presentado en esta villa ni sus términos partida
alguna de caballería ni de infantería con objeto del horrendo crimen de
conspiración contra nuestro legítimo soberano, ni tampoco don Víctor Hernández y
demás personas que V. cita; que don Bibiano Hellín según se decía de público
estaba designado para jefe de un cuerpo, en el caso de haber hecho explosión la
revolución proyectada, que Antonio López el Dragón cumplió su condena en
presidio por desafecto a S. M. y con efecto hace bastante tiempo se ausentó de su
casa en esta villa y pasó a la de el Pedernoso, de donde es natural y tengo
entendido ha hecho algunos viajes al Provencio y esta población a ver su
familia, no siéndome repugnante su ocupación como emisario de don Bibiano
Hellín, pero no tengo datos positivos en qué apoyarlo, que el Hellín estuvo
efectivamente en el mes de marzo o abril en la Roda, a curarse de un brazo,
pero no con pasaporte mío, porque como militar cuya impurificación en 2ª instancia
no se me ha comunicado todavía de oficio, depende de la autoridad militar, y
por entonces llegué a entender, que este comandante de armas le dio un pase al
indicado objeto; que ningún pasaporte he librado a vecino alguno de este pueblo
para la Mota del Cuervo a curarse de un brazo, cuyo hecho tal vez sea una
equivocación y aplicable al don Bibiano Hellín, por lo que dejo referido, que aunque
ha sido la conducta que este ha observado, ha sido muy política y recatada,
siempre es tenido como sospechoso y decidido por el sistema abolido, en cuyo
caso, a el primero, el de haber sido comunero y pertenecido al Escuadrón Franco
de Cuenca sin que dejaren las armas a la secreta que ya se disolvió, se hallan
también José Mª Roldán, Julián Montero Moreno, Proceso y Juan Girón, con
Doroteo y Cayetano Montero, que don Diego de Haro, José Martínez Cabrera, don Manuel
Camuñas, Juan Francisco Calvo, Francisco Maldonado, don Sebastián Martínez,
José Clemente Villanueva, Antonio López el Dragón y José Cantero fueron
voluntarios nacionales decididos con exaltación por el abolido sistema, pues
aun cuando hubo otros, algunos de ellos no manifestaron tal adhesión y los
demás se inscribieron por conservar el buen orden y tranquilidad pública amenazada
por los que componían el Tercio que en un principio hubo, contrarrestando su
fuerza, con la que casi en un día se aumentó quitando el mando al comandante
que tenían, cuya disposición proyectada por personas adictas a Nuestro Soberano
tuvo los mejores resultados, sin que pudiera puntualizarse sus nombres, con
motivo de que a virtud de real orden se remitieron a la Junta reservada de
Estado los libros de acuerdos de el Ayuntamiento y todos los papeles correspondientes
al gobierno llamado Constitucional y que aun cuando don Isidoro López Denia,
don Joaquín María y don Joaquín Melgarejo don Ramón Pradas, don Pedro José
Risueño, Nicolás Mateo, Bartolomé y Marcos Girón, Veremundo Medrano, son
tenidos por adictos al abolido sistema, no se han pronunciado con hechos que
puedan corroborar tal opinión, desde que aquel fue extinguido.
Único que con la verdad que me es propia puedo y debo informar
Dios guarde a V.M., a San Clemente, 22 de julio 1831
Ignacio Mariano de Mendoza, Sr. Comisionado en Causa de Estado
AMSC, CORREGMIENTO, Leg. 7/10
martes, 12 de octubre de 2021
HERNANDO DEL CASTILLO E INESTROSA CONTRA JUAN ROSILLO, ESCRIBANO
Hernando del Castillo e Inestrosa
vivía en 1549 el cénit de su poder y poco hacía presagiar las desgracias
familiares que llegarían a él y sus hermanos en la década siguiente. Hernando
era señor de Valera de Yuso y La Losa y regidor perpetuo de San Clemente, pero
sus enemigos ya andaban al acecho. La Losa no dejaba de ser un paraje junto al
río Júcar en torno a los molinos familiares. Los Castillo habían fracasado en
su intento, ya desde el abuelo el alcaide de Alarcón, de apropiarse un
territorio adehesado y perdido en 1528 el pleito con la villa de Alarcón.
Ahora, los enfrentamientos eran con Vara de Rey, que había conseguido el
villazgo en 1537. Martín de Buedo, alcalde de Vara de Rey, como acompañado del
juez de mestas, Antonio Carrascal, habían sentenciado que un terreno que
intentaba apropiarse Hernando del Castillo, junto a las vertientes del río
Júcar, era vereda de paso y abrevadero de los ganados mesteños. El pleito de
Hernando del Castillo se remontaba a 1547 e iba referido al que mantenía con
los alcabaleros de Vara de Rey por el pago de alcabala por las moliendas del
molino de la Losa y la pretensión del concejo de Vara de Rey para cobrar esa
alcabala. Hernando del Castillo había buscado el amparo del concejo de San
Clemente, asentando con dicho concejo el pago de alcabala y no con el de Vara
de Rey. A pesar de este asiento, Hernando del Castillo sería condenado a pagar
cuarenta mil mrs. por el concejo de Vara de Rey, mientras el concejo de San
Clemente olvidaba sus compromisos. Confluían en este pleito tanto las
necesidades financieras de Vara de Rey, tras la compra de su villazgo y de la aldea
de Sisante, como el recelo que inspiraba Hernando del Castillo y su control de
la política concejil sanclementina.
En San Clemente, el recelo contra
Hernando iba en aumento, se veía con desconfianza su proximidad a los
gobernadores del marquesado. Los Rosillo no habían olvidado sus odios a esta
familia de conversos, en especial Juan Rosillo, escribano del ayuntamiento, al
que Hernando acusaba de perder, en su oficio, los papeles de los pleitos en los
que Hernando estaba implicado con el concejo de San Clemente, que le debía en
concepto de alcabala 40000 maravedíes. Hernando del Castillo ganó sentencia favorable
que obligaba a Juan Rosillo a pagarle los 40000 maravedíes que le debía el
concejo. La razón era que el pleito entendido por el alcalde mayor hacía dos
años obraba en los papeles de la escribanía de Rosillo, que ahora se negaba a
entregarlos ante el nuevo alcalde mayor para hacer cumplir la sentencia. Sin
papeles no había pleito, sin pleito no había sentencia definitiva y sin
sentencia no había reparación en su derecho para Hernando del Castillo. El
problema no era menor, pues los gobernadores y alcaldes mayores entendían en
primera instancia, violando aquella que por privilegio tenían los alcaldes
ordinarios, pero los pleitos llevados ante los escribanos de las villas por
donde pasaban quedaban en su poder, quedando los pleitos inconclusos.
El pleito se había desarrollado
en junio de 1547, ante Juan Rosillo, pero había desaparecido de su poder. La
pérdida de pleitos por escribanos no era algo nuevo. Los escribanos lo eran del
número, es decir, para dar fe en asuntos entre particulares, pero, cuando eran
nombrados, también lo eran del concejo, pasando ante ellos los pleitos en los
que entendían los alcaldes ordinarios y justicia del marquesado. Era normal que
los escribanos confundieran entre los papeles de su oficio y esos otros
generados en la acción judicial, saliendo los pleitos de los ayuntamientos de
las villas, aunque, al menos en este caso, lo que ocurrió es que se sacó del
ayuntamiento y su archivo el pleito original para que diera su parecer el
bachiller Rodríguez, letrado de prestigio en San Clemente, aunque el pleito
volvió al ayuntamiento y a poder de su escribano, Juan Rosillo, posteriormente
sería entregado por este al licenciado Perona, letrado de Hernando del
Castillo. A partir de aquí, nadie sabía dónde paraban los papeles.
El pleito, apelado por Juan
Rosillo, acabaría el año 1550 en la Chancillería de Granada, donde quedaría
inconcluso
Testigos:
Francisco Huerta, 35 años, lleva
los negocios de Hernando del Castillo
Francisco Jiménez, 49 años,
regidor
Licenciado Perona, 49 años
Bachiller Avilés, 36 años,
abogado por la villa de San Clemente en el pleito
Cristóbal de Tébar, 53 años, regidor
Alonso García, 42 años
Ruy González de Ocaña
Alonso de Belmonte y Francisco de
Ocaña, 30 años, procuradores de la villa de San Clemente
ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS, 13986-7