El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

sábado, 6 de julio de 2024

EL FIN DE LA TIERRA DE ALARCÓN

 No nos vamos a detener en lo que fue Alarcón en el Medievo y lo poco que queda hoy de su antiguo término. EL viejo suelo de Alarcón que llegaba hasta el río Júcar, por un lado y confinaba con las tierras de Alcaraz, fue ya menguado y destrozado por don Juan Pacheco, marqués de Villena, que emancipó como villa a pequeños lugares, alguno de gran futuro como San Clemente. Pero la pérdida de la tierra de Alarcón vino con la guerra del Marquesado, con la exención de numerosas villas que ya hemos estudiado. A pesar de ello, la resistencia de capitanes de don Diego López Pacheco como Pedro Baeza o Diego Pacheco posibilitaron que el de Villena mantuviera la fortalezas, pero no solo eso.

En 1476, los Reyes Católicos prometen el oro y el moro a Villanueva de la Jara, con límites con Jorquera, Iniesta y el río Júcar. De haberse hecho realidad hubiera sido el golpe definitivo para Alarcón, pero la segunda fase de la guerra fue más indecisa de lo que pensamos, Castillo de Garcimuñoz y Belmonte resistieron, y Alarcón, en unas condiciones miserables, también. En nuestra opinión el gran ganador de la guerra fue Hernando del Castillo, el alcaide de Alarcón, a pesar de las amputaciones de su territorio, pues consiguió mantener las tierras de Alarcón hasta el río Júcar tras la capitulación de 1 de marzo de 1480. Es verdad que una cosa salió mal: el reconocimiento de que las aldeas jareñas dependieran jurisdiccionalmente de Villanueva de la Jara era un talón de Aquilés que acabaría con Alarcón.
Ya hemos hablado de los procesos de villazgo de Quintanar del Rey y Tarazona en la década de 1560, su separación de Villanueva fue acompañada de una mordida a las tierras de Alarcón, pero la desmembración definitiva de la tierra de Alarcón empezó en 1611. Ese año Madrigueras, Gil García y Villalgordo inician un pleito en la Chancillería de Granada exigiendo para sí las tierras que rodean sus pueblos, que ya cultivan, pero que jurisdiccionalmente son de Alarcón. Por entonces, Madrigueras y Gil García son pueblos ya conformados: presuntuosamente para exigir sus derechos frente a Alarcón, nos dirán que hacía cien o ciento cincuenta años ya eran pueblos tan grandes. Mentían, pero venían a reconocer que esas vagas fechas correspondían a su nacimiento como pueblos. Villalgordo era mucho más reciente, de hecho, en 1611, no disponía de ayuntamiento configurado y sus vecinos analfabetos se reunían en concejo abierto.
Ahora, los pueblos tenían una posición de fuerza, se habían acabado los tiempos en los que Andrés Castillo Quijano, era el año 1537, amojonó la dehesa de los Silos y ya de pasó incluyó para Alarcón setenta casas de Madrigueras y la propia iglesia o cuando el año 1555 levantó mojones en torno a estos pueblos para definir su territorio y dejarlos rodeados, aprovechando una ejecutoria de ese año, que por los testimonios lo que venía era a certificar los límites del año 1481, establecidos por el licenciado Molina. Lo que pudiera parecer arbitrariedad de Alarcón era sencillamente reconocimiento de los límites establecidos por el licenciado Molina en 1481 y aplicados ahora por nuevo juez ese año de 1555, según recordaba Antonio López Olivares, un labrador de Gil García, pues en casa de su padre se había alojado dicho juez. La realidad era que los pueblos habían crecido y las nuevas casas se habían levantado sobre el suelo de Alarcón, si bien los testigos, bien aleccionados, nos decían que Madrigueras, Gil García Y Villalgordo tenían la misma población que en 1481 y las casas edificadas se había construido sobre los viejos solares de las antiguas.

En 1611, Villanueva de la Jara había visto eximirse cincuenta años antes a Tarazona y Quintanar, sus antiguas aldeas, pero el villazgo era visto como una victoria sobre Alarcón, pues a las dos nuevas villas se les había dotado de un término alrededor a costa de Alarcón. De hecho la presencia de los caballeros de sierra alarconeros era nula en estas tierras sureñas y los aldeanos de Madrigueras, Gil García, Villalgordo, Casas de Marismarro y la Casa Simarro no reconocían otra jurisdicción sobre estas tierras que la de Villanueva de la Jara, cuya justicia se extendía desde la Presa Legante en el río Júcar y aguas abajo hasta la Motilleja, ya en término de Jorquera. La razón era que un año antes, en 1610, Villanueva de la Jara acababa de ganar una ejecutoria en Granada que le reconocía la pertenencia de todas las casas de estos pueblos. La sentencia era una victoria para Villanueva de la Jara que había visto como en 1555 Alarcón, y el marqués de Villena, habían dado carta de naturaleza legal con otra sentencia a la usurpación de varias casas por los de Alarcón, dividiendo de hecho las aldeas sureñas de Villanueva en dos jurisdicciones. Ahora, en 1611, las aldeas jareñas comienzan a tener personalidad e identidad como pueblos: se dotan de ayuntamientos con dos alcaldes, dos regidores y un alguacil, y hacen suyos ejidos en término de Alarcón y que son redondas de ochocientos pasos de radio en una circunferencia que tiene como centro los pueblos. Un pueblo como Madrigueras hacían del cultivo de viñas un símbolo de propiedad u jurisdicción sobre el suelo que las cepas ocupaban, una extensión que iba más allá de media legua del pueblo y que se ampliaba con cepas nuevas o reafirmaba con el descepe de las viejas para renovarlas con nuevos majuelos.

Desde el año 1600, Villanueva de la Jara iba imponiendo su ley en estos territorios sureños de Alarcón. Ese año, Villanueva de la Jara intervino para imponer su justicia frente a ciertos hombres que intentaban ocupar tierras en el heredamiento de Miguel Mondéjar. El heredamiento estaba situado en la llamada Cañada Ancha, paraje que hoy en día sigue perteneciendo a Alarcón, pero ese año de 1600, los alcaldes de Villanueva de la Jara intervinieron juzgando y condenando a los culpados, en una tierra que nadie dudaba de su pertenencia a Alarcón. ¿Qué había pasado? La concesión del villazgo a Villanueva de la Jara el 8 de julio de 1476 y la dotación de unos términos dos meses después (el 8 de septiembre de 1476) se había movido en un contexto de prisas pocos días antes de la firma de la primera concordia entre los reyes y el marqués de Villena, pero la segunda fase de la guerra había puesto las cosas en su sitio y Alarcón no había cedido en sus pretensiones territoriales o, al menos no tanto como pretendían sus enemigos. Alarcón perderá la batalla por las tierras del sur durante el siglo XVI, pero solo relativamente, pues si los villazgos de Tarazona y Quintanar supusieron una merma territorial (no sin largos litigios), apenas diez años antes, Alarcón había reafirmado su jurisdicción sobre la tierras más sureñas de Villalgordo, Madrigueras y Gil García, apropiándose de parte de su núcleo urbano. Pero en torno a 1600, Villanueva de la Jara y, sobre todo, estas tres últimas aldeas se sentían fuertes frente a Alarcón. El único privilegio que se reconocía era el de 8 de septiembre, que fijaba los límites de la Jara y sus aldeas en el Júcar, Iniesta y Jorquera y se veían las sentencias del juez González Molina en 1481, como concierto con Alarcón, que, en modo alguno, era cesión de las tierras que se extendían hasta el Júcar por el sur, siendo simple cesión de Villanueva de la Jara a Alarcón por cerrar la primera su término.

Las aldeas soñaban con repetir el proceso de villazgo de Tarazona y las posteriores usurpaciones del suelo de Alarcón, era bien conocido por el escribano Juan Cuartero, que en 1611 tenía 66 años: "que después que se hiço villa la dicha villa de Taraçona en virtud de ser el término que su magestad le dio de la dicha villa de Villanueva de la Xara por vía de prevención le dio término la mitad de la distancia que ay desde la villa de Taraçona a la del Quintanar y al lugar de Gil García y Madrigueras y desde el moxón de la mitad del camino de Madrigueras al río Júcar y la ribera arriba hasta Romanexo que es cerca del dicho lugar de Villalgordo y desde allí vuelve a la tercia parte que ay desde la dicha villa de Taraçona al dicho lugar de la Casa Simarro, jurisdición todo lo susodicho de la dicha villa de Villanueva de la Xara en virtud del privilegio de su majestad sabe este testigo que la dicha villa de Taraçona ha usado en el dicho término que está referido la jurisdición dicha a prevención de la dicha villa de Alarcón conosciendo de todas la causas civiles y criminales que an sucedido desde que se hiço villa poniendo guardas en los dichos términos haciendo qualesquier autos judiciales que se an ofrecido, demás de lo qual la dicha villa de Taraçona en el dicho término que se le dio a hecho dehesas y las tiene en el presente y las arrienda a pasto con licencia de su magestad sin que la villa de Alarcón aya sido parte para acerlo estorbar aunque al principio lo contradixo la dicha villa de Alarcón en el Real Consejo". El proceso de arrebatamiento de tierras a Alarcón fue más allá del concedido en el privilegio de villazgo: primero Tarazona consideró como suyo el espacio que ocupaban las viñas de sus vecinos, ampliado con las labores anejas; espacio cedido por Villanueva de la Jara, según los tarazoneros. Luego vino la creación de una dehesa carnicera, para por fin ambicionar las ricas dehesas junto al Júcar y acabar definiendo las mojoneras citadas. De la garantía jurídica que se reservaba Alarcón para los autos judiciales, a prevención, no quedó nada.



Concejo del lugar de Madrigueras en 10 de noviembre 1611

  • Antón Clemente y Benito Ruiz, alcaldes ordinarios
  • Ginés García y Juan de Fuentes
Concejo del lugar de Gil García en 10 de noviembre de 1611
  • Miguel López Clemente y Martín Gómez Picazo, alcaldes ordinarios
  • Juan Pérez y Alonso Gómez Talaya, regidores
  • Juan Gómez, alguacil mayor
Concejo de Villalgordo, es concejo abierto de 10 de noviembre de 1611
  • Pedro Serrano, Martín López, Andrés Jiménez, Hernán González, Juan Martínez, en nombre del resto de vecinos
ACHGR, PLEITOS CIVILES, C-9475-16

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