El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

sábado, 12 de mayo de 2018

Noticias sueltas de los Araque

Ejecutoria de hidalguía de por la Chancillería de Granada a Juan de Araque, vecino de Castillo de Garcimuñoz.  Incorpora en el cuarte superior izquierdo, las armas de los Melgarejo. AHN, Nobleza, Casal de Griegos, C.11,D.1


Los Araque estaban instalados en Villalgordo del Marquesado. Pero hacia 1540 Hernán de Montoya Araque se instala en San Clemente, tras su matrimonio con María Muñoz. Su padre Hernando de Araque había casado con Violante de Montoya, natural de Vara de Rey, que había fallecido en el parto. Violante de Montoya era de linaje de los Montoya, conocido en Vara de Rey. A decir de Pedro del Castillo, el paje, que de mozo había servido a esta familia, Violante era hijo de Hernando de Montoya, fallecido a comienzos de siglo. Juan de Luz aseguraba haber oído a su madre decir que la tenençia de Rrequena se le abía dado al dicho Hernando de Montoya (padre de Violante)

El abuelo era Alonso Hernández de Araque, casado con Juana de Piñán, había fallecido a comienzos de siglo. El bisabuelo también se llamaba Alonso Hernández de Araque.

En Villalgordo del Marquesado se pagaba el llamado rediezmo a los Pacheco, Luis y su hijo Juan, consistente en pagar de cada quince fanegas una (aunque en otros casos la proporción era de veinte una). Impuesto fluctuante según el rigor señorial del momento. Pues Hernando de Araque, a diferencia de sus convecinos no pagaba una cantidad menor a quien fuera también señora de la villa, la condesa de Medellín (Beatriz Pacheco, hija ilegítima del maestre Juan Pacheco)
çiertos rrediezmos que se pagaban a la condesa de Medellín cuya hera la dicha villa por ynpusiçión que hera de hoze fanegas ... una hanega más del diezmo

Los Araque tenían un escaño en la iglesia de Villalgordo junto al altar mayor a la parte de la mano yzquierda en la delatera de todos el qual dicho escaño hera conosçido que estaba a la parte derecha donde se dezía el ebangelio

Hernando de Montoya y Araque obtuvo ejecutoria de 14 de febrero de 1545. Establecería su residencia en San Clemente, donde casó con María Muñoz de los Ángeles. Sus descendientes enlazarían de nuevo con los Montoya, el hijo mayor, mientras que los menores casaban con las hijas del capitán Martín de Buedo, tesorero de rentas reales del Marquesado de Villena. El apellido y los bienes de los Araque, no obstante, se mantendría por el segundo matrimonio de su padre con con Leonor de Melgarejo. De este matrimonio nacería Francisco de Araque, establecido en el Castillo de Garcimuñoz, y casado con María de la Gruesa, natural de Belmonte, que fundaría el 14 de enero de 1577 mayorazgo en favor de hijo Juan de Araque (casado en San Clemente con la hija del licenciado Muñoz, Francisca). Dicho mayorazgo estaba formado por las casas principales de la familia en Villagordo del Marquesado y 1300 almudes de tierra en esa villa y las casas familiares en el Castillo de Garcimuñoz. Con el tiempo, las ramas familiares se extenderían por otras localidades como Moya, tras el enlace con los Caballón,  o Pozoamargo (1)



(1) RAH. Tabla genealógica de la familia de Araque, vecina de Castillo  Garci Muñoz. [Manuscrito]  Signatura: 9/304, fº 234 v. — Signatura antigua: D-29, fº 234 v.    Tabla genealógica de la familia de Araque, vecina de San Clemente (Cuenca) [Manuscrito] Signatura: 9/304, fº 234. — Signatura antigua: D-29, fº 234.

ARCHIVO DE LA REAL CHANCILLERÍA DE GRANADA. HIDALGUÍAS. Ejecutoria de Hernán Montoya Araque Fernández. Signatura antigua, 301-15-8, 14 de febrero de 1545



Relación de Testigos

Juan de Villanueva, morador en la Puebla de los Frailes, lugar del Castillo de Garcimuñoz,  70 años
Juan de Luz, hidalgo de 67 años de Villagordo del Marquesado.
Juan de la Osa, pechero del lugar de Pinarejo, 65 años, vivía de niño con su padre en la Puebla de los Frailes, situada a media legua de Villalgordo
Juan de Cuenca, morador de Pinarejo, 65 años, antiguo morador de la aldea de la Puebla de los Frailes
Diego de Liébana, hijodalgo de Villalgordo del Marquesado, más de 60 años
Pedro del Castillo, el paje

martes, 8 de mayo de 2018

El capitán Juan Zapata Castañeda, un héroe de Iniesta en la guerra de las Alpujarras






Zapata: un escudo con cinco zapatas negras y oro a jaquelas en campo colorado, que traen ocho escudetes del mismo oro, cada uno a banda negra, atravesado (Relaciones Topográficas de Felipe II, Iniesta)



Los Zapata habían llegado a Iniesta hacia 1430. Juan Zapata el viejo ocupó el cargo de alcaide de la fortaleza de Iniesta, procedente de Requena. Eran los tiempos de don Enrique de Villena, señor de Iniesta de 1418 a 1434. Aunque los testigos sitúan a Juan como alcaide en los años inmediatamente posteriores a la muerte de Enrique el nigromante. De alcaide de Iniesta, Juan Zapata el viejo pasaría a serlo de Ves.

Su hijo, de nombre asimismo Juan Zapata, continuó con la la tradición militar de su padre, siendo llamado y participando en la batalla de Olmedo en 1445 , bajo el reinado de Juan II. Le acompañaba otro caballero de Iniesta, llamado Ruy Díaz de Mendoza, futuro señor de Iniesta, villa que cambiaría con el maestre Juan Pacheco por la Castrojeriz en 1452.

que quando el dicho señor rrey don Juan nuestro padre llamara a los hombres hijosdalgo para la guerra de Olmedo el dicho Juan Çapata fuera a serbir por hidalgo en la dicha guerra con Rruy Diaz de Mendoça con quien a la sazón bibía

A diferencia del abuelo, este Juan Zapata fijó su residencia en Iniesta, al casar con Juana Fernandez, de cuyo matrimonio nacería García Zapata. Todavía en 1498, se recordaba el fasto de las bodas de Juan y Juana con numerosos invitados llegados de Moya y Requena.

García Zapata vería reconocida su hidalguía por sentencia de 17 de febrero de 1500. La ejecutoria se expidió en Ciudad Real el uno de octubre de 1500. Este hombre, pequeño de cuerpo, tal como lo describía el pastor Alonso López, al servicio de la familia, murió con más de ochenta años.

La posición social de los Zapata en Iniesta se mantuvo durante el siglo XVI, pero los descendientes de García Zapata cedieron su primacía social ante la llegada de los Espinosa. Pasado el tiempo, a finales del siglo XVI sus descendientes se vieron obligados a pelear por su hidalguía. La figura más destacada en el siglo XVI de la familia fue el capitán Juan Zapata Castañeda, que murió con cuarenta y cuatro años, luchando en la rebelión de los moriscos de Granada a finales de 1569; estaba casado con Catalina Villanueva Carrasco; en sus apellidos llevaba dos de los principales y más ricos linajes de la villa de Albacete. Serían sus hijos, Juan y García, los que se vieron obligados a pleitear en 1587 con el concejo de Iniesta por su nobleza, al volver a la villa, después de un periodo de residencia en la Gineta. Además de estos dos hijos, el matrimonio del capitán Juan Zapata y Catalina Villanueva procrearon a doña María Zapata, casada con el doctor Diego Zapata, Ana Zapata, mujer de Martín Villanueva, y doña  Catalina Zapata. El capitán Juan Zapata no hacía sino seguir la tradición de la familia, pues su padre ya había acudido a los llamamientos a la guerra con Francia del emperador Carlos, pero su protagonismo fue destacado en la rebelión morisca, al asumir el mando de las tropas reclutadas en el Marquesado de Villena y siendo nombrado capitán de las milicias del Marquesado, en las Juntas Generales del Marquesado, celebradas en Albacete el 3 de marzo de 1569. Los soldados reclutados en esta primera leva fueron mil en todo el Marquesado. Posiblemente, la aportación de soldados de Iniesta fue un número similar al de San Clemente, que aportó cincuenta y cinco, aunque tal vez la cifra se aproximara algo más a los noventa de Albacete. La gente de guerra reclutada, bisoña e inexperta corrió una suerte similar a la de su capitán
el dicho Juan Çapata Castañeda por ser hijodalgo y ser tan prinçipal al tiempo de la rrebelión y alçamiento de los moriscos del nuestro Rreyno de Granada fue nombrado capitán de toda la gente del marquesado de Villena y que nos sirbió en ella hasta que murió en la dicha guerra peleando con los moros
Por entonces, Juan Zapata ya tenía fijadas su residencia en La Gineta. Los otros capitanes nombrados fueron Andrés de Cantos y Francisco Cañavate, vecinos de Albacete, Juan de Barrionuevo, vecino de Chinchilla, y como capitán de caballería, Jorge Cañavate (1). Las Relaciones Topográficas de Iniesta nos dicen que Francisco de Espinosa también salió como capitán de la villa de Iniesta, pero esta aseveración no es creíble. Nos añaden la participación de otros hidalgos como Pedro de Espinosa, Ruy Gómez de Espinosa y Francisco Lóopez Cantero, que murió en la contienda. La participación de los vecinos de Iniesta está por estudiar (sabemos que la gobernación de lo reducido del Marquesado reclutó otros 3000 hombres de la mano del comisario Juan Mosquera), pero de los testimonios se deduce que su participación fue numerosa y que el propio capitán Zapata empeñó en tal aventura parte de su hacienda
porque le auía visto (al capitán Zapata) en la dicha villa de Yniesta con su gente e sacar della para la dicha guerra de nuestro Rreyno de Granada con munchos soldados, ... que auía gastado mucho de su haçienda en la dicha guerra
El testimonio de Lorenzo Villaseñor , escribano y amigo de la familia, nos hablan de que Juan Zapata dirigía una compañía de trescientos hombres, que salieron de Iniesta, posiblemente en su mayoría de los pueblos del norte del Marquesado, correspondientes al obispado de Cuenca
el dicho capitán Juan Çapata auía rrecogido treçientos honbres con su bandera e cajas auía sacado de la dicha villa de Yniesta e benido a nuestro Rreyno de Granada y este testigo le a uisto salir de la dicha villa de Yniesta y aconpañádole hasta la villa de Hellín que hera fuera del término del marquesado y desde allí se despidió del dicho capitán Juan Çapata

Juan Zapata murió cerca de la venta de doña María en el río del Albolodui. Las Relaciones Topográficas de la Gineta nos han dejado testimonio del valor de Juan Zapata Castañeda, durante la guerra de Granada
que en el año de sesenta y nueve, quando se alçaron los moros de las Alpujarras, con orden de su magestad este Marquesado eligió quatro capitanes y el vno dellos salió desta villa, que fue el capitán Juan Çapata de Castañeda, onbre hijodalgo y fue en serviçio de su magestad y estuvo en la dicha guerra sin haçer avsençia, y se señaló en cosas, en espeçial que por orden y mandado del marqués de los Vélez, su general fue a descubrir tierra con veynte y dos soldados que le avían quedado, hazia el rrío Albuluduy, çerca de la venta de Santa María, don salió una enboscada de más de quinientos moros, y por no dexar su gente, avnque yba a cavallo y pudiera librar, como hizieron otros, peleó como hidalgo y onbre de ánimo hasta que murió en serviçio de su magestad (2)

El capitán Juan Zapata Castañeda tenía un hermano llamado asimismo García Zapata, que casó con Isabel de la Torre, natural de Tragacete y una hermana, Catalina Zapata, casada con Francisco Carrillo, vecino de Cuenca. Todos eran hijos de Juan Zapata, casado con María de Castañeda, natural de Alarcón, conocida como la Canega.  El citado Juan a su vez era hijo del nacido del matrimonio de García Zapata, el de la ejecutoria de 1500, con María Teresa Montoya, llamada la Montañesa. Los Zapata establecieron su domicilio en la calle de la Huerta del Rey; era una casa con dos puertas. La segunda de ella daba a la calle de los Crespos, conocida así por vivir allí hacia 1500 Hernando Crespo y su mujer Catalina García.

Más allá de su suerte, los Zapata era una familia orgullosa de su linaje y sangre. A sí mismos se declaraban descendientes por línea rrecta de barón del rrey (Sancho) Abarca. Y se tenían por deudos de Francisco Zapata Cisneros, conde de Barajas y presidente del Consejo de Castilla. Los Zapata se encontraron lo que todos los hidalgos de las villas eximidas del Marquesado: unas oligarquías pecheras poco dispuestas a compartir su poder con hidalgos. Pero los pecheros de Iniesta eran tan tozudos o más que el resto; incluso don Sancho de la Cerda, pariente de grandes de España, fue avecindado en Iniesta con los pecheros.

Es posible que la familia Zapata fuera una víctima más de la guerra de los moriscos. La muerte del capitán Juan, que perdió además de la vida, su hacienda en la guerra y la posterior muerte, muy seguida, de su hermano García, que dejó viuda a Isabel de la Torre, condenó en el desamparo a los hijos huérfanos del capitán. Creemos que en auxilio de la familia vino el escribano de la Gineta Lorenzo Villaseñor. Este hombre procedía de familia hidalga de Iniesta; su padre era Francisco de Carrión, amigo de la familia y del abuelo Juan Zapata Montoya. No obstante, pensamos que la residencia de los Zapata en la Gineta está más relacionada con los intereses económicos que, en dicha villa, tenía Catalina Villanueva Carrasco, motivo que había ya llevado al capitán Juan Zapata a asentarse en esa villa para mejor administración de la hacienda familiar. Pero la guerra de Granada fue un mazazo para esa misma hacienda. El capitán Juan Zapata de Castañeda era hombre de generosidad desprendida, desembolsó de su propio bolsillo las pagas de los soldados, pues las villas habían faltado a su compromiso de afrontar los gastos de las campañas granadinas
e como las uillas del dicho marquesado de Villena no auían acudido con dineros a los soldados para las pagas como auía quedado tratado el dicho Juan Çapata auía hecho a los dichos sus soldados dos pagas de sus propios bienes y haçienda en lo qual auía gastado muncho... e dicho Juan Çapata de su propia letra bido este testigo escrito un memorial de le que auía dado a cada soldado para que se cobrase de las uillas e nunca se cobró
La suerte de los hijos del capitán Zapata, comenzó a cambiar con la muerte de su padre, no obstante que la defensa de los intereses familiares cayó en su tío García Zapata. Pero la muerte de García hacia 1585 debió dejar en una situación de debilidad a sus sobrinos. Parece en estos años que el nombre que realmente asume el protagonismo de la familia es su cuñado: el doctor Zapata. La familia Zapata se ve inmersa en un conflicto por el poder local, que les deja en la marginación. Los pecheros se oponen a las exigencias hidalgas (sin duda, de la familia Espinosa) de ocupar la mitad de los oficios y responden imponiendo la obligación de hacer frente a las cargas concejiles por igual, sean pecheros o hidalgos. Detrás de las exigencias pecheras, hay un protagonista principal, el síndico general Pedro Cebrián Garrido. En torno a él, forman partido el alcalde Francisco García y los regidores Alonos Garrido, Alonso de Cubas, Gil Hernández y Pedro Clemente, así como el alguacil mayor Juan de Atienza. Imponen a los hidalgos la necesidad de obtener nuevas ejecutorias en la Chancillería de Granada. Los hidalgos protestarán ante el concejo pero en vano, ante los oficiales pecheros que detentan el poder en 1585
escriuano presente dad testimonio en forma pública y en manera que haga fee ansí el bachiller Jorge de Lorca y Antonio Granero y Diego de Torralba y Baltasar de Cuenca rregisdores desta villa deste rrequerimiento que en vuestra presençia hazemos a Françisco Garçía alcalde hordinario y a Juan de Atiença alguaçil y Alonso Garrido e Pedro Clemente y Antonio Garrido Françisco de las Casas Gil Hernandez Alonso de Cubas Julián de Cubas Benito Paxaron rregidores desta villa en que desçimos que bien sauen o a lo más deben sauer cómo el liçençiado Martín Gómez de Espinosa del Consejo de Su Magestad y alcalde de su Casa y Corte y alférez desta villa y el dotor Françisco de Espinosa y Françisco de Espinosa Gregorio de Espinosa y don Pedro de Espinosa y Pedro de Espinosa Castañeda y el dotor Çapata y Juan Çapata y Garçía Çapata y Françisco de la Peña Parra Pedro Alcavd y Martín de Alcavd y Françisco de Alcavd y Rruy Gómez de Espinosa y Andrés de Espinosa y el bachiller Pedro López Cantero y Bartolomé López Cantero y Martín de Espinosa son todos hijosdalgo en posesión y propiedad de que tienen executorias notificadas a este conçejo
Hasta la Chancillería de Granada acudirán los dos hijos del capitán Juan Zapata. Obtendrán ejecutoria de hidalguía en 1493, pero para entonces el poder de Iniesta es objeto de enfrentamiento abierto entre las dos familias más ricas del pueblo: Espinosa y López Cantero. Se impondrán los segundos.




(1) SANTAMARIA CONDE, A.:"Participación de Albacete en la lucha contra la sublevación de los moriscos granadinos", Al-Basit. Revista de Estudios Albacetenses, 6, (1979), p. 180
(2) CARRILERO MARTINEZ et alii: Pueblos de la provincia de Albacete en las Relaciones Topográficas de Felipe II. IEA Don Juan Manuel. Albacete, 2014, p. 108

Archivo de la Chancillería de Granada. Hidalguías. Ejecutoria de Hidalguía de García Zapata. 1 de octubre de 1500. Signatura antigua: 303-441-14 y 21 de enero de 1593. Signatura antigua: 301-84-18


Probanzas de testigos 1498

Gil Martínez de Ladona, vecino de Iniesta, pechero de 74 años
Álvaro de Sevilla, vecino de Iniesta, pechero de 80 años
Juan Gómez de Villanueva, vecino de Iniesta, pechero de 80 años
Juan Navarro, vecino de Iniesta, pechero de 80 años
Miguel López de Talayuelas, vecino de Iniesta, pechero y regidor
Juan García del Campillo, vecino de Iniesta, pechero
Juan Rico el viejo, vecino de El Peral, pechero, 60 años

Probanza de testigos de 1587

Juan de Bustamente, clérigo de Iniesta, 76 años
Alonso López de las Tercias, ganadero, pechero, más de ochenta años
Juan de Teruel, hombre llano pechero. familiar del Santo Oficio, 81 años
Lorenzo Villaseñor, escribano de la Gineta y hombre hijodalgo, 58 años, natural de Iniesta
Juan del Olmeda Pajarón, labrador, pechero, 72 años
Martín de la Torre, clérigo de Iniesta, descendiente de pecheros, 78 años
Lázaro Hernández. escribano público del cabildo de Iniesta, pechero de 63 años


Concejo de Iniesta de 20 de mayo de 1587

Benito Risueño, alcalde ordinario, doctor Zapata, doctor Francisco de Espinosa, bachiller Jorge de Lorca, bachiller Antonio Graciano, Diego de Torralba, Baltasar de Cuenca, Juan Zapata de Castañeda, Gregorio de Espinosa, regidores


domingo, 6 de mayo de 2018

Hidalgos ejecutoriados de Iniesta en 1587


Relación de hidalgos con ejecutoria en Iniesta, el año de 1587

escriuano presente dad testimonio en forma pública y en manera que haga fee ansí el bachiller Jorge de Lorca y Antonio Granero y Diego de Torralba y Baltasar de Cuenca rregidores desta villa deste rrequerimiento que en vuestra presençia hazemos a Françisco Garçía alcalde hordinario y a Juan de Atiença alguaçil y Alonso Garrido e Pedro Clemente y Antonio Garrido Françisco de las Casas Gil Hernandez Alonso de Cubas Julián de Cubas Benito Paxaron rregidores desta villa en que desçimos que bien sauen o a lo más deben sauer cómo el liçençiado Martín Gómez de Espinosa del Consejo de Su Magestad y alcalde de su Casa y Corte y alférez desta villa y el dotor Françisco de Espinosa y Françisco de Espinosa Gregorio de Espinosa y don Pedro de Espinosa y Pedro de Espinosa Castañeda y el dotor Çapata y Juan Çapata y Garçía Çapata y Françisco de la Peña Parra Pedro Alcavd y Martín de Alcavd y Françisco de Alcavd y Rruy Gómez de Espinosa y Andrés de Espinosa y el bachiller Pedro López Cantero y Bartolomé López Cantero y Martín de Espinosa son todos hijosdalgo en posesión y propiedad de que tienen executorias notificadas a este conçejo



ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. HIDALGUÍAS. Sign. antigua: 301-84-18, 21 de enero de 1593

sábado, 5 de mayo de 2018

Los Melgarejo: alcaides de fortalezas, terratenientes y letrados


Escudo de armas de los Melgarejo


Los hermanos Juan, Diego y Francisco Melgarejo eran hijos del bachiller Francisco Melgarejo Mula y Juana de Olivares. El padre había fallecido hacia 1540, según los testigos. El abuelo era Juan de Melgarejo Mula, casado con Juana de Arboleda, que siempre vivió en Castillo, salvo al poco de casar, razón por la que se mudó cuatro o cinco años a la aldea de Torrubia.

El bisabuelo era Rodrigo Melgarejo de Mula, alcaide de Belmonte en tiempos de los dos primeros marqueses de Villena, Juan Pacheco, maestre de Santiago, y de su hijo Diego López Pacheco. Rodrigo Melgarejo se había ganado la confianza del maestre de Santiago, desempeñando el cargo de ayo de su hijo menor Diego, posición que le daba gran influencia sobre el futuro II marqués de Villena. Había casado con Teresa Sánchez de la Gruesa. Los más ancianos decía que Rodrigo Melgarejo procedía de Sevilla*. Del matrimonio de Juan de Melgarejo y Juana de Arboleda habían nacido tres hijos, Valeriano, que permaneció en Belmonte, donde ganó ejecutoria de hidalguía frente al concejo de esta villa, un licenciado Alonso Melgarejo que andaba en la corte y el bachiller Francisco.

Valeriano Melgarejo acabaría trasladándose a Santa María de los Llanos, donde litigaría con el concejo por su hidalguía, obteniendo carta ejecutoria el 24 de noviembre de 1542.

Los Melgarejo ya están instalados en Castillo de Garcimuñoz con el abuelo Juan Melgarejo de Mula, o Juan de Mula, como era más conocido, que, alrededor de 1470 o 1475 había acudido a esta villa, procedente de Belmonte, para casarse con Juana Arboleda, hija del doctor Arboleda. Juan de Mula moriría hacia 1525. Su hijo Francisco inicia su educación en el estudio existente en la villa en casa de un hombre llamado Diego Sánchez de Cucarón. Estudio de gramática no reconocido o escuela, como nos decía Cristóbal de Tébar, que con diez años, allá por 1480, había sido compañero de estudios de Francisco. El matrimonio del bachiller Francisco con Juana de Olivares, hija del comendador Diego de Alcaraz, en el cambio de siglo consolidaría la riqueza familiar. El matrimonio duraría 35 años, hasta la muerte del bachiller. Hacia 1540, Juana de Olivares, acompañada de su hijo el licenciado Juan, nos aparece dirigiendo los negocios familiares.

En Castillo de Garcimuñoz, el gobierno municipal se hallaba repartido entre hidalgos y pecheros. Aunque el reparto era desigual en favor de los hidalgos, pues se partía de una reserva inicial de los oficios concejiles a éstos. Teóricamente como en otras ciudades andaluzas o en la villa de Belmonte existía un número de caballeros veinticuatro, hidalgos a los que estaba reservado el gobierno municipal. En tiempos de Juan Melgarejo de Mula, en el último cuarto del siglo XV, todavía se conservaba esta forma de gobierno municipal. Así nos los contaba el hidalgo Cristóbal de Tébar
que avía en ella (la villa de Castillo de Garcimuñoz) veynte e quatro hijosdalgo cavalleros e personas generosas que entravan y eran governadores de la dicha villa en cada un año sin que en nyngunos oficios entrasen nyngunos pecheros y despues que los quitaron los dicho veynte e quatros
Ese cambio en el gobierno municipal debió acaecer a comienzos del quinientos por la presión pechera. El gobierno de los caballeros veinticuatro desapareció y el gobierno municipal recayó en dos alcaldes ordinarios, tres regidores y un alguacil mayor del estado de caballeros y escuderos hijosdalgo y dos regidores por el estado de los pecheros. Los dos oficios de alcaldes de la hermandad eran compartidos cada uno de ellos por hidalgos y pecheros. Los Melgarejo supieron reservarse un puesto en el reducido número de oficiales de Castillo de Garcimuñoz. que al igual que otras villas del reino de Murcia, estaba poblada y fundada al fuero de la çibdad de Sevilla. Esto explicaba que la sisa de los mantenimientos de la carne y el pescado, que complementaba a los propios de la villa, cuando no llegaban para pagar los pechos, fuera pagada por todos, pecheros e hidalgos, incluido el marqués de Villena, durante su estancia en la fortaleza. Castillo de Garcimuñoz tenía, además, un régimen foral diferenciado de sus aldeas (Almarcha, Torrubia, Pinarejo y la Nava), regidas por el fuero de Alarcón. Así, Castillo de Garcimuñoz estaba exento de la moneda forera para todos sus vecinos, impuesto de dieciséis maravedíes que se pagaba cada siete años; sus aldeas pagaban dicho impuesto, del que estaban excluidos hidalgos y clérigos.

Con el cambio de naturaleza del gobierno municipal, el viejo fuero de Sevilla se fue olvidando. El marcado carácter estamental de la aristocracia de Castillo de Garcimuñoz fue mutando en una oligarquía de ricos, indistintamente de su condición hidalga o pechera. Y aquí es donde más a gusto se sentían los Melgarejo, convertidos en familia de terratenientes, pero con una sólida formación jurídica en leyes de sus miembros que les permitía influencias en la Corte.

El Castillo de Garcimuñoz vivió una época de declinación a comienzos del quinientos. Esta crisis se enmarca en el contexto del declinar de las viejas fortalezas frente a sus propias aldeas, como Torrubia, y villas eximidas de la llanura. Los propietarios de mayorazgos, como los de Cervera, Piqueras o Albaladejo, abandonaron las casas que poseían en el Castillo. En el declinar del Castillo, influyó un régimen fiscal diferenciado de sus aldeas. En Castillo de Garcimuñoz, poblada según el fuero de Sevilla, pagaban todos indistintamente de su condición hidalga o pechera; en sus aldeas, tales como la Almarcha y Torrubia, regidas por el fuero de Alarcón, únicamente pagaban los pecheros. Los hidalgos se trasladaron a las aldeas, donde además tenían sus heredamientos y podían llevar su gestión directa, alejados ya de aventuras militares y de servidumbres a un marqués de Villena, que no pisaba la villa de Castillo de Garcimuñoz. No sabemos hasta qué punto el diferenciado régimen fiscal entre el Castillo y sus aldeas provocó el debilitamiento demográfico en favor de sus aldeas, pero sin duda fue un acicate más en la irremediable crisis de la fortaleza frente al impulso agrario de aquéllas.

El licenciado Juan Melgarejo había estudiado Leyes en la universidad de Salamanca. Hasta 1541 vivió con sus padres, hasta que el bachiller Francisco falleció; entonces, el licenciado Juan vivió hasta 1550 con su madre, Juana Olivares, momento en que abandona el hogar familiar para casarse con Ana Carrillo, hija del señor de Valera, Melchor Carrillo de Alarcón.

Las propiedades de los Melagarejo se extendían por todos los pueblos comarcanos, fundando su riqueza en el cultivo del cereal y el abastecimiento a grandes villas como San Clemente
que conosçió al dicho bachiller Françisco Melgarejo su padre e a Juan Melgarejo de Mula su abuelo asy los unos como los otros los vido tener ansy en las villas de Santa María del Canpo e Alconchel e huerta e lugar de Honrrubia y en sus términos que eran villas e lugares comarcanos  a la dicha villa del Castillo de Garcimuñoz, heredamientos de casas e tierras e viñas e molinos e mesones e otros muchos bienes rrayzes
A estas propiedades, añadir otras que la familia poseía en la Hinojosa, lugar de Alarcón. Pero los testigos no dejaban de referirse a la madre de los hermanos Melgarejo, Juana Olivares, como aportadora de una importante dote a la familia (e la dicha su madre como cosa suya propia). La aportación de Juana Olivares quizás sea más significativa si tenemos en cuenta que la hacienda del abuelo Juan Melgarejo estaba centrada únicamente en las casas y propiedades de Castillo de Garcimuñoz y los heredamientos que de tierras de pan llevar poseía en el lugar de Torrubia. Los heredamientos de Torrubia, que se extendían por la vecina Honrubia, aldea de Alarcón, acabaron en manos de Fernando de Araque, vecino de Villalgordo, que los recibió como dote por casamiento con una hija del abuelo Juan Melgarejo, concretamente, Isabel de Mula. Hacia el año 1552, Torrubia era una aldea de veinticinco o treinta vecinos; apenas solo tres de ellos habían nacido en el lugar, lo que da idea del despoblamiento de este lugar a comienzos de siglo. Despoblamiento sin duda debido a algún suceso extraordinario, por muertes y enfermedades y años malos que había habido; referencia que hace mención a algún evento pestífero. Por los datos aportados por los testigos, estaríamos hablando de la peste iniciada a la muerte de la Reina Católica. Aquel periodo, que va de 1502 a 1508, tan desconocido en la zona, fue una catástrofe, o al menos en algunos pueblos. La carestía de las malas cosechas y la peste llevaron al pequeño lugar de Torrubia, de los cuarenta vecinos del año 1500 al despoblamiento. Cincuenta años después solo quedaban tres vecinos que hubieran nacido en el pueblo en la primera década del siglo. Este era el testimonio de Juan Redondo un vecino de Honrubia
lo conosçió poblado (a Torrubia) de quarenta veçinos en el tienpo que vivió en él el dicho Juan de Mula e que después aca se abía despoblado por muertes y enfermedades y años faltos que abía abido en el dicho lugar que sabía que no abía de presente vezinos en él que fueran de hedad de quarenta años arriba más de Martín López pastor e Miguel Millán e María Millán e Martín Garçía que fueron naturales del dicho lugar 
La peste, u otras enfermedades que en la mentalidad de la época se confundían con ella, eran un azote. Las clases privilegiada huían de ella. Tal hizo, aunque no sepamos la fecha exacta y al igual que su padre, el bachiller Francisco. Tal hecho pestífero debió ocurrir en la época de las Comunidades de Castilla. El bachiller Francisco se refugió en Villalgordo del Marquesado, la huida debió ser muy improvisada, pues Villalgordo era un pequeño lugar con muchas limitaciones. El bachiller mandaba a sus criados a comprar carne a la vecina Montalbanejo. A pesar de que Montalbanejo tuviera cerradas sus puertas para prevenir el mal contagioso, no parece que el bachiller tuviera impedimentos para conseguir la carne, y sin sisa.

La peste parece que fue la causa por la que el abuelo de los Melgarejo y sus hijos abandonaron la aldea de Torrubia, donde habían vivido unos cinco años, y por la que volvieron a Castillo de Garcimuñoz, abandonando el patrimonio familiar, cedido como dote a la mencionada hija, Isabel casada con un Araque. Aunque volvieron a la aldea algunas temporadas. Esta primera aventura de los Melgarejo como propietarios de tierra, parece que dio paso a la decisión de Juan de Mula de formar a sus hijos como letrados. Las ganancias de este oficio, posibilitaría la compra de nuevas tierras. Los bienes raíces de la familia en Honrubia aparecen ya con el bachiller Francisco Melgarejo. El bachiller había adquirido en Honrubia un mesón, una huerta y tierras de labor, que luego pasarán a sus hijos el licenciado Juan y Diego. El patrimonio familiar se había ampliado con nuevas tierras en Alconchel, Santa María del Campo, Honrubia, Montalbanejo y,por último, los bienes raíces de la Hinojosa, que posiblemente eran tierras adquiridas muy recientemente por los Melgarejo y que motivaron el pleito con el concejo de este lugar de la Hinojosa por la negativa de los hermanos Melgarejo a pechar.

En Alconchel la familia poseía un molino harinero. Alconchel era señorío de don Juan Pacheco, sus vecinos y otros vecinos de los pueblos próximos de Montalbanejo, Villar de Cañas o Villaescusa de Haro, que poseían heredades en el citado lugar, pagaban, además de los pechos concejiles y reales, un tributo adicional al señor de la villa: el llamado rediezmo, de cada quince fanegas de granos cosechadas, una acababa en manos del señor don Juan Pacheco. Hoy, se nos escapa la relación entre el bachiller Francisco Melgarejo y don Juan Pacheco, pero lo que no cabe duda es que la exacción señorial del Pacheco iba acompañada de la maquila del molino de los Melgarejo. Alconchel era hacia 1550 un  pequeño pueblo de cincuenta vecinos. Al igual que Torrubia, sabemos que fue afectado por la peste y carestía del final del reinado de Isabel la Católica y años posteriores. Tenemos el testimonio de la muerte de Alonso de Resa, por el mal pestífero, según los testigos en 1509 (posiblemente algún años antes). Más allá de las diferentes jurisdicciones o señoríos que imperaban en cada pueblo, Alconchel estaba integrada económicamente con otros pueblos comarcanos como Villalgordo, Montalbanejo, Villar de Cañas o la propia Villaescusa de Haro. Alconchel, desde un punto de vista geográfico estaba en la intersección de estos pueblos; el molino de los Melgarejo, también; sumándose a otros molinos en la ribera del río Záncara. Hoy nos es difícil imaginar la existencia de molinos en la ribera del Záncara, y menos aún en su cabecera. Pero el bachiller Francisco Melgarejo, no solo se aprovechaba de las moliendas, sino que represando el agua, controlaba el riego de los vecinos de Alconchel tierras abajo. El conflicto entre los de Alconchel y los Melagarejo acabó por estallar, tal como nos contaba el labrador de Montalbanejo, Andrés Núñez
cómo los molineros del dicho bachiller Mula represavan el agua de él para poder rregar los caminos de los labradores que estavan de la parte vaxa del dicho molino y de henojo dellos este testigo estando en conçejo en la dicha villa de Alconchel un Pedro Castaño rregidor e Pasqual de Arriba alguazil e otros muchos se tratavan que pues el dicho bachiller Mula padre de los que litigavan no dexavan pasar el agua a los dichos caminos que le enpadronasen e rrepartiesen como a los otros pecheros de la dicha villa fuera della por el dicho molino e sobre ello abía abido en el dicho conçejo diferençia entre los dichos ofiçiales , ... pues el dicho bachiller no quería dexar pasar el agua a los dichos cáñamos e al fin vido que el dicho conçejo avía mandado al dicho alguazil que le sacara prenda por el dicho pecho e dende a çiertos días vido cómo el dicho bachiller Mula avía ydo a la dicha villa de Alconchel e avía hablado con algunos de los rregidores e ofiçiales del dicho conçejo e les dezía que avía sido ynformado que les mandava sacar prendas por pechero e que no lo podían hazer porque hera hidalgo
El contencioso del bachiller Francisco Melgarejo Mula y el concejo de Alconchel acabó por la intromisión de la justicia señorial de Juan Pacheco y su representante, el alcalde mayor Ginés Ruiz, declarando exento de pagar al bachiller. La sentencia dada en presencia de todos los vecinos de Alconchel no debió gustar nada a sus vecinos, que veían cómo el bachiller, además de arrebatarles el agua, conseguía un régimen fiscal diferenciado del resto de forasteros de Villar de Cañas, Montalbanejo o Villaescusa de Haro.

Los Melgarejo supieron aunar su reciente riqueza agraria, centrada en el cultivo de trigo, con sus conocimientos como letrados. Pero lejos de convertirse en burócratas pisapapeles, devinieron en prestamistas de grandes villas como San Clemente a las que extorsionaban en épocas de carestía con el abasto de granos. En estas operaciones especulativas contaban con ciertos miembros de la oligarquía local, como Hernando del Castillo. Como ya hemos estudiado en otro lugar, las operaciones consistían en jugar con los precios del grano, vendiéndolo en los momentos de mayor carestía. Previamente, los Melgarejo concedían préstamos al concejo de San Clemente, con fuertes intereses, que iban destinados a la compra de su propio grano excedentario. Los Melgarejo recuperaban el dinero y una importante cantidad adicional, fruto de intereses leoninos y cláusulas draconianas de los contratos de préstamo. En el ínterin, algunas familias menores, como los Rosillo, abastecedores de panaderías, veían su capital arruinado. Es en este clima especulativo, del que participaran otras familias como los Tébar en la venta de vino, en el que se va generando un clima anticonverso contra las familias procedentes de Castillo de Garcimuñoz, Castillo, Melgarejo u Origüela, a los que se identifica, más allá de su sangre judía o no, con la figura del semita usurero. Aún así, los Melgarejo tardarían un siglo en asentarse en San Clemente, lo harían como servidores públicos de la Hacienda: contadores de rentas reales.

La sentencia de la Sala de los Hijosdalgo de la Chancillería de Granada, reconociendo la hidalguía de los Melgarejo es de 18 de diciembre de 1549. Confirmada el 29 de febrero de 1552 y en grado de revista el 29 de octubre del mismo año. Las sentencias de la Chancillería de Granada acallaban las críticas de sus enemigos, que recordaban cómo el predecesor de la familia, Rodrigo Pacheco, había sido empadronado en la villa de Belmonte con los pecheros y que todos los vecinos tenían por privilegio el no pechar en la dicha villa de Belmonte, según sus ordenanzas, una vez haber residido en la misma con casa poblada y mujer durante siete meses. Por último los detractores, recordaban a los Melgarejo que debían su hidalguía a una merced de los Pacheco, a quienes Rodrigo había servido como ayo del menor Diego López Pacheco. Después de nuevo auto confirmatorio de 22 de noviembre, los Melgarejo obtenían carta ejecutoria de hidalguía con fecha 2 de marzo de 1553

Ejecutoria de hidalguía de los Melgarejo, propiedad familiar.
Foto: José Enrique Melgarejo Merino


* RAH, Signatura: 9/304, fº 241. Signatura antigua: D-29, fº 241. Colección Salazar y Castro. Tabla genealógica de la familia de Melgarejo, vecina del Castillo de Garci Muñoz. [Manuscrito]

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, HIDALGUÍAS. Ejecutoria de hidalguía de los hermanos Melgarejo, vecinos de Castillo de Garcimuñoz. 1553. Signatura antigua: 301-17-6


ANEXOS

Probanzas de testigos de la probanza de 1545, vecinos de Castillo de Garcinuñoz

Alonso López, clérigo presbítero, pechero de 68 años
Pedro González, clérigo presbítero, pechero de 73 años, al fuero de Sevilla
Bernardino de Guadarrama pechero de ochenta años
Pedro de la Pastora, 60 años
Cristóbal de Tébar, hombre hijodaldo de 75 años, hijo de Juan Álvarez de Tébar

Nueva probanza de 1552

Juan de Gil Gómez, pechero de más de 80 años
Miguel Millán vecino del lugar de Torrubia, 60 años
Martín López pastor, vecino del lugar de Torrubia, 70 años
Juan Redondo, vecino de Honrubia de 78 años
Hernando de Origüela, hombre pechero, más de 70 años. En 1523, se desplaza a Honrubia desde Castillo de Garcimuñoz
Fabián Pérez Herrero, vecino de la villa de Alconchel (que era de don Juan Pacheco), vecino pechero de 50 años
Andrés Núñez, labrador, vecino de Montalbanejo
Pedro Cabero, el viejo, labrador de Valera de Yuso, setenta años

sábado, 28 de abril de 2018

La diáspora de los Buedo, procedentes de Valera de Yuso

Cuartel con las armas de los Buedo, en la casa de los Tello Meneses o Sandoval de Pozo Amargo

El pleito de Martín de Buedo contra el concejo de la Parrilla por su hidalguía comenzó el 10 de mayo de 1535. Su padre García de Buedo y su abuelo Fernando de Buedo habían vivido en Valera de Yuso. Martín de Buedo había salido de casa de sus padres en Valera de Yuso con veinte años para casarse en La Parrilla. Sería el año 1495. 

Los padres de Martín eran el mencionado García de Buedo y Catalina de doña María y los abuelos paternos Hernando de Buedo y Ana Ruiz de Alarcón. De familia hidalga, el padre, García de Buedo, había participado en la batalla de Toro, el uno de marzo de 1476. Aunque los testigos disentían sobre si a caballo o a pie, pues uno de ellos aseguraba que había ido a pie, acompañando a un hidalgo de la villa de Valera de Yuso, llamado Martín Chacón. Aunque no negaba la condición hidalga de los Buedo. Posiblemente la participación en la batalla de Toro, vino acompañada del reconocimiento social, pues se decía que García de Buedo había vuelto a su villa natal con una carta de serviçio
que abía abido llamamiento de los omes fijosdalgo para que fuesen a la guerra de Toro en tienpo de los señores Rreyes Católicos de gloriosa memoria, nuestro padre e ahuelo que santa gloria ayan, avía ydo llamado e aperçebido el dicho Garçía de Buedo padre del que litigava para la dicha guerra y avía visto e se acordava que avía enbiado a la dicha guerra de Toro a Garçia de Buedo su hijo hermano del que litigava que hera hermano mayor con sus armas e cavallo por mandado del dicho su padre
García de Buedo había tenido tres hijos: García de Buedo, Hernando y Martín, que litigaba por su hidalguía en 1535, además de otro hijo menor llamado Juan. El segundo de los hermanos había permanecido en Valera de Yuso, donde Hernando había sido durante diez años alcalde de la hermandad por los hijosdalgo y gozaba del asiento familiar en la iglesia parroquial.
y en asentarse en la yglesia della en un escaño que suele estar en el coro cabo altar de la dicha yglesia
Mencionábamos la batalla de Toro como posible hecho que diera carta de naturaleza de hidalguía a los Buedo, pero no se debe olvidar que el abuelo Hernando de Buedo estaba casado con una Ruiz de Alarcón, de nombre Ana. Además no conviene olvidar que el cuerpo de Hernando y su mujer, una vez fallecidos, fueron enterrados en Alarcón. De Hernando nos decía un testigo
que avía sydo padre del dicho Garçía de Buedo y ahuelo del que litigava e avía sydo el más señalada y antiguo hidalgo e más conosçido de solar que todos quantos en el dicho tienpo bibían en la dicha villa (de Valera de Yuso) y estava enterrado en la dicha villa de Alarcón 

Que los Buedo eran tratados como hidalgos en Valera de Yuso era conocido por todos. Un testigo alegaba como testimonio una venta de tierras. García de Buedo, padre de Martín, había comprado de Gonzalo Martínez, vecino de Cuenca, unas tierras en la villa. El concejo se había opuesto a dicha venta, alegando que, al ser la venta de pechero a hidalgo, las tierras dejarían de pechar los impuestos reales y concejiles. La solución fue la aceptación de la venta condicionada a que García de Buedo cediera una parte de las tierras al concejo de Valera.

Martín de Buedo vería reconocida su hidalguía por sentencia de trece de noviembre de 1536 de la Chancillería de Granada. La carta ejecutoria se expediría el tres de mayo de 1537. Unos pocos años después moriría, dejando, a decir de los que le conocieron mucha hazienda, y bienes. De su matrimonio con Catalina Sánchez dejaba ocho hijos e hijas. A pesar de que Martín se estableció en la Parrilla, señorío de los marqueses de Cañete, no hubo relación de dependencia ni vasallaje de los Buedo hacia esta familia.

Desde el solar de Valera de Yuso, la familia de los Buedo se habían extendido por diferentes pueblos de Cuenca. De los tres hijos de García de Buedo, el participante en la batalla de Toro, solo el segundón de nombre Hernando había permanecido en Valera. El mayor García de Buedo se había establecido en Valdemorillo. Allí tuvo por hijos a Pedro, García, Francisco y Paricio. Aunque la rama de los Buedo que haría fortuna era la procedente de Martín de Buedo el hijo menor. Sus descendientes se establecieron en Barchín del Hoyo y en Vara de Rey. A día de hoy, se nos escapa, la salida de sus hijos de la Parrilla; pero sabemos que un nieto de Martín, Pedro de Buedo, establecido en Barchín, pleiteó con el concejo de esa villa para reconocer sus derechos hidalgos y que hacia 1530 un primo hermano de Martín, del mismo nombre, ya estaba establecido en Barchín. En el fondo había un conflicto con otras familias como Piqueras o Cabroneros por el control de los pastos. Los conflictos de su hijo García de Buedo Gomendio con los agricultores de Barchín ya los hemos estudiado en otro lugar. Hombre poderoso de la villa de Barchín hacia 1600 no lograría consolidar su poder en la villa. Desde Barchín, los Buedo emigrarían hasta Argamasilla de Alba.

La rama de los Buedo de mayor porvenir se establecería en Vara de Rey. Los Buedo ya estaban establecidos en Vara de Rey hacia 1520. En Vara de Rey, acabarían estableciendo su hacienda y casa solar. Concretamente, en la aldea de Pozo Amargo. Allí, de rivales, pasaría a estar emparentados con los Montoya. En el cambio de centuria de 1600, los Buedo intentarán dar el salto a la lucha por el poder en la villa de San Clemente, intentando controlar la tesorería de rentas reales del Marquesado de Villena. El fracaso, que hemos estudiado ampliamente, fue clamoroso. Sus rivales, los Ortega y Astudillo, acabaron con sus ambiciones. Gran parte de la hacienda de los Buedo en Vara de Rey acabó en manos de Rodrigo de Ortega; la tesorería de rentas reales, en poder de Francisco de Astudillo.

¿Cuándo se establecieron los Buedo en Vara de Rey? Los testimonios nos indican que el primero que se asentó en Vara de Rey fue García de Buedo, hijo de Martín de Buedo Y Catalina Sánchez, que había abandonado el hogar familiar de sus padres en la Parrilla para casarse  a la aldea de Pozo Amargo, en Vara de Rey, hacia 1520 con una hija de Diego Montoya, llamada Catalina Montoya. El matrimonio se estableció en esta aldea de Pozo Amargo
cómo se iba a casar desde la dicha villa de la Parrilla a la villa de Vala de Rrey con hija de Diego de Montoya veçino de la dicha villa y del Poço Amargo
Las declaraciones de testigos nos llevan a confirmar las tesis de JOSÉ GONZÁLEZ SANDOVAL BUEDO, quien afirma que la población de Pozo Amargo fue fundación hacia finales del siglo XV por Diego de Montoya, procedente de Minaya, que establece su residencia familiar, junto a su mujer Catalina Alonso de Palacios, en las inmediaciones del llamado Pozo de la Cabezuela, lugar de referencia para establecer la frontera del amojonamiento entre las tierras de Alarcón y la villa de San Clemente en 1445 (1). Fernando de Barchín, natural de Vara de Rey, se acordaba como García de Buedo había llegado hacia 1520 a Pozo Amargo, estableciéndose con su mujer Catalina, en una casa que su suegro Diego de Montoya tenía en este lugar. Es esa casa vivió hasta su muerte, cerca del año 1560, como persona prinçipal con muy buena labrança y criançada. De García Buedo, tenemos su descripción física
hera un onbre rreçio y de buen cuerpo, moreno de rrostro
 La ejecutoria de hidalguía ganada por Martín de Buedo en 1537, pasó a su hijo García de Buedo. En 1573, dicha ejecutoria obraba en poder de Diego de Buedo, vecino de Vara de Rey e hijo de García, que tenía otros tres hermanos Martín y García, también vecinos de Vara de Rey, y Pedro que marchó a Barchín del Hoyo, para casarse allí.

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(1)GARCÍA SANDOVAL BUEDO, José: Pozo Amargo, aproximación histórica. 1997. Edición del autor.  pp. 69 y ss.

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, HIDALGUÍAS. Ejecutoria de hidalguía de Martín de Buedo, vecino de la Parrilla. 1537. Signatura antigua: 301-12-8

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, HIDALGUÍAS. Ejecutoria de hidalguía de Pedro de Buedo, vecino de la Barchín del Hoyo. 1577. Signatura antigua: 301-62-16

jueves, 26 de abril de 2018

Las disputas entre El Peral y Villanueva de la Jara al finalizar la guerra del Marquesado

La exención de las villas al acabar la guerra del Marquesado fue una oportunidad para las nuevas villas. Al menos para aquellas que tenían un gran espacio disponible para la roturación de nuevas tierras y el aprovechamiento de pastos o montes. Tal era el caso de Villanueva de la Jara; otras, como Motilla de Palancar, que redujo a una relación de señorío a la vecina Gabaldón, buscaron ese espacio a costa de sus vecinos. Pero El Peral era un caso único, su término era escaso y además fronterizo con las dos mencionadas. Pasado el primer momento de euforia, la pequeña villa de El Peral comprendió cuanto se beneficiaba de los usos comunales de la Tierra de Alarcón y cuanto tenía que perder con los nuevos amojonamientos, que delimitaban los términos de las villa de realengo. Ya en un memorial de 1483, Juan Velázquez de Bonilla se quejaba de la grand angostura de una villa que no podía pasar sin los términos de sus vecinos y de la arrogancia de los jareños y motillanos, que presumen con violençia e tratan de perturbar e quebrantar a la dicha villa del Peral. El procurador peraleño había recibido poder del concejo de la villa que, por aquel entonces, se reunía en el cementerio de Santa María, anejo a la iglesia parroquial.

La limitación de términos de las villas recién eximidas de sojuzgamiento de los Pacheco fue fijada por el comisario real licenciado Francisco González de Molina en 1481. Pero el Peral no aceptó sus decisiones, negándose a aceptar el cerramiento de términos de Motilla y Villanueva de la Jara y recurrió ante el Consejo Real. De hecho, El Peral alegaba que no había sido citado en la fijación de términos por el licenciado Francisco González Molina; es más plausible creer que los peraleños nunca tuvieron intención de asistir a unos amojonamientos que sabían les dejaban cercados entre Motilla y Villanueva y reducidos sus términos  a grand angostura. El Peral se aferró al uso inmemorial de mancomunidad de términos con Villanueva y Motilla, consiguiéndolo en el primer caso. El conflicto dio lugar a un largo pleito ante el Consejo Real, enredado en un enfrentamiento que adquirió momentos trágicos de gran violencia.

El Peral necesitaba imperiosamente los pastos y pinares jareños para sus ganados. Muestra de la importancia de sus ganados son las ochocientas cabezas embargadas a dos ganaderos peraleños, Alfonso Navarro y Juan de Sancho, al final de la guerra del Marquesado (1). En un principio, los jareños tomaron prendas a los pastores peraleños que entraban en sus términos, luego pasaron a poner cercas en sus términos para impedir la entrada de los ganados vecinos. Los peraleños fueron hasta un Consejo Real itinerante por las localidades de Santo Domingo de la Calzada o Agreda, hasta obtener una sentencia favorable dada en Vitoria el 17 de octubre de 1483, que ordenaba dejar las cosas tal como estaban al comenzar el pleito, es decir, la situación previa a las diligencias y sentencias del licenciado Francisco González de Molina: guardar el uso inmemorial del aprovechamiento comunal de los bienes. Para hacer cumplir el auto fue encargado Ruy Fernández de Córdoba, alcalde mayor de Chinchilla, que se aprestó a hacer cumplir la carta real con la que fue requerido por el procurador de El Peral, Juan de Motilla. El alcalde mayor no daría su mandamiento hasta finales de diciembre de 1484 para hacer cumplir la carta real. El dos de enero de 1485, el procurador de El Peral, se presenta ante el concejo de Villanueva pidiendo el cumplimiento de la carta del Consejo Real. Los jareños obedecieron la carta real, pero se trataba de un acatamiento puramente formal. Pues el diez de febrero era el concejo entero de El Peral el que se quejaba ante el Consejo Real de las fuerzas cometidas por jareños armados con ballestas contra los peraleños que habían osado entrar en los términos de Villanueva.

El conflicto tenía su motivación jurídica en la ambigüedad de la sentencia dada en 31 de marzo de 1481 por el licenciado Francisco González de Molina a la hora de fijar los términos entre El Peral y Villanueva de la Jara
dixo que dava e dio a la dicha villa de Villanueva de la Xara e adjudicó por término propio suyo çerrado e guardado desde el primero mojón que se echó donde parte término la dicha villa de Villanueva con la villa del Peral que solía partir desde allí por los otros lymites e mojones declarados e deslindados en el apeamiento de términos que se hizo para la dicha villa de Villanueva hasta dar en el postrimero mojón donde el dicho término se çierra con la dicha villa del Peral fuese suyo quedando a la dicha Villanueva todo el término suso deslyndado a la mitad de la legua que hera entre la dicha Villanueva e la villa del Peral (2)
 Para los vecinos del Peral, el licenciado Molina había dejado por amojonar una legua entre los términos de ambas villas, para que lo partiésemos por medio nos el dicho conçejo del Peral e la dicha villa de Villanueva. Denunciaban los peraleños cómo los jareños habían levantado mojones de cal y canto entre ambos pueblos, tomando y ocupando gran parte del término más allá de la media legua reconocida por la sentencia. Es decir, los jareños habían colocado su mojones a las puertas mismas de El Peral.

Memorial de El Peral ante el Consejo Real. 1483
ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA (AChGr). 01RACH/ CAJA 949, PIEZA 13. Pleito entre El Peral y Villanueva por términos. 


Sería el año 1484, cuando las disputas entre los jareños y los peraleños se desataron de forma violenta y entre
las dichas villas ovo grandes dyferençias e questiones sobre los térmynos que cada una de la dichas villas dezían pertenesçerles sobre lo qual pelearon de una parte a otra e ovo muchos feridos e muertos entre los quales dis que fue muerto juan lopes de berdejo vesino de la villa del parral (quiere decir El Peral), el qual murió en pelea peleada (3)

Aparte de Juan López Berdejo, hubo otros muertos, cuyos nombres desconocemos. La violencia de los enfrentamientos, sin embargo, no fue castigada por la justicia del Marquesado de Villena, optando la Corona por otorgar un perdón general y evitar avivar los enfrentamientos. No hemos de olvidar que apenas hacía cuatro años que la guerra del Marquesado había terminado. Pero pasados tres años, los parientes de Juan López Berdejo resucitaron su caso y pidieron justicia ante el Consejo Real, solicitando el castigo de los autores de su muerte: Bartolomé de la Roda y Juan Pardo, vecinos de Villanueva de la Jara. Ambos fueron presos por el alcalde mayor Juan de Burgos. Las actuaciones del alcalde mayor no parece que fueran del agrado del Consejo Real, que consideraba el enfrentamiento entre ambos pueblos como peleada de conçejo a conçejo en el canpo, y dado el carácter colectivo y masivo de la lucha, de nuevo determinó la libertad de los culpables, que se podían acoger al perdón general dictado tres años antes, pues tal como se decía por seruiçio de dios perdonaron qualesquier culpa e cargo que touiesen en la dicha muerte.

Ya el 15 de marzo de 1480, el concejo de El Peral había manifestado su temor por los quistiones y debates que por términos se estaban produciendo entre ambas villas (4). Las disputa de ambas villas por los términos vino precedida en octubre de 1483 por la intervención del gobernador Pedro de Vaca para poner orden en otro tema no menos espinoso que el de los términos; nos referimos a las tierras comunales del antiguo suelo de Alarcón y que ahora eximidas las villas intentaban cerrar su aprovechamiento en beneficio propio. No creemos que la intervención del gobernador acabara con las penas y secuestro de ganados que una y otra villa imponían a los vecinos del otro pueblo para impedir el uso de los comunales (5). Especialmente problemático era la recogida de la grana, monopolio hasta hacía unos años del Marqués de Villena y cuya explotación intentaron arrogarse las villas, en tanto la Corona ordenaba su explotación y fiscalidad en beneficio propio. Seis meses antes el gobernador se había visto obligado a intervenir por el tema que desataría la pelea: el amojonamiento de los términos. Ya entonces los vecinos de El Peral, por boca de su procurador, avisaban del clima que se vivía entre las dos villas

que se esperan entre ellos grandes quistiones e debates e contiendas que a nos supondría rrecresçer gran deserviçio e a las dichas villas e a los vesynos e moradores dellas grandes dapnos e costas (6)

Así el ambiente era lo suficientemente tenso como para que un año después las pasiones se dispararan y acabaran de forma cruenta. A la larga, el pequeño pueblo de El Peral, pueblo litigante donde los haya, fue escuchado por el Consejo Real y la Chancillería e Granada, logrando la tan deseada comunidad de pastos y aprovechamientos con su vecina Villanueva de la Jara.


(1) Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 148003, 233 Emplazamiento a Beatriz Fernández por robo de ganado a vecinos de El Peral. 1480

(2) ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA (AChGr). 01RACH/ CAJA 949, PIEZA 13. Pleito entre El Peral y Villanueva por términos. 1483. Este expediente contiene la comisión del licenciado Francisco González Molina para fijación de términos de las villas eximidas del Marquesado.

(3) Archivo General de Simancas, RGS, Leg, 148711, 13. Perdón a los vecinos de la villa de Villanueva de la Jara y del Peral que lucharon por los términos de ellas. 1487. 

(4) Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 148003, 223 Comisión en las diferencias de términos entre El Peral y Villanueva de la Jara. 1480
(5) Archivo General de Simancas, RGS, Leg., 148310, 128. Pleito por bienes comunales entre Villanueva de la Jara y El Peral. 1483

(6) Archivo General de Simancas, RGS, Leg, 148003, 223. Comisión en las diferencias de términos entre El Peral y Villanueva de la Jara. 1483


ANEXO

Concejo de El Peral 27 de mayo de 1483

Juan García Casero y Alfonso Navarro, alcaldes ordinarios; Juan Martínez de Sancho Martínez y Juan Rico, regidores; Alfonso Casero, Diego de Mondéjar, Clemente Sánchez el viejo, Alfonso González, vecinos principales. Juan Velázquez de Bonilla, procurador (vecino de Alarcón)

Concejo de Villanueva de la Jara de en el portal de la Audiencia mayo (?) 1483

Alfonso Simarro, Pedro López Serrano, alcaldes ordinarios; Martín Jiménez, alguacil; Ferrand Martínez, Ruy Gómez, Miguel Sánchez del Picazo, regidores; Ferrand Simarro, procurador; Juan Sánchez de Ruipérez, Juan Sánchez del Picazo, Lope García el viejo, Juan de Peralejos; Juan García de Villanueva,

Concejo de Villanueva de la Jara de 2 de enero de 1485, en la plaza pública

Juan García de Villanueva y Gómez Tendero, alcaldes ordinarios; Lope García, procurador; Juan Sánchez de Picazo yMiguel Sánchez de Valera, regidores


martes, 24 de abril de 2018

Antón García, un caballero a la antigua: el origen de los Espinosa de Iniesta

Antón García se había establecido en San Clemente, pero era natural de la villa de Iniesta. Su padre tenía el mismo nombre. Antes que un rico hacendado había sido guerrero, destacando por su valor y sus proezas en la guerra de Granada
paresçió presente ante el rrey nuestro señor un honbre que se dixo por su nonbre Antón Garçía hixo de Antón Garçía veçino de la villa de Yniesta caballero en un caballo armado de todas armas a guisa de caballero e dixo que por quanto él abía  muy bien servido en la guerra de los moros enemigos de nuestra santa fe católica espeçialmente en los çercos de Catarma e Rronda donde fue ferido e ansymismo los moros le mataron un caballo e le hirieron otro, estuvo en serviçio de sus altezas en el çerco de Baça a su costa e misión hasta que se ganó e ansymismo en el rreal de Granada donde le mataron otro caballo 
El valor del joven Antón García fue recompensado por el propio Rey Fernando el Católico, armándole caballero en la ciudad de Granada el mismo día de su entrega a manos cristianas, un dos de enero de 1492
tubo por bien su alteza de le armar caballero e luego demandó una espada la qual dio desnuda fuera de la baina el dicho Antón Garçía e dio con ella ençima de la cabeça e capaçete que en ella traya  el dicho Antón Garçía e dixo Dios Nuestro Señor e el Apóstol Santiago te haga buen caballero te armo caballero... e luego Antón Garçía besó las rreales manos de su alteça
Estaban presentes Alonso de Cárdenas, maestre de Santiago, Diego López Pacheco, duque de Escalona y Marqués de Villena, Rodrigo Ponce de León, duque de Cádiz, Diego Fernández de Córdoba, conde de Cabra y otros muchos grandes. El privilegio de hidalguía sería confirmado el 20 de abril de 1513, en un momento de enfrentamiento de los hidalgos sanclementinos contra el poder concejil controlado por los pecheros. El ocho de mayo se expedía carta ejecutoria. Los hijos de Antón, Alonso y Francisco, verían negado el privilegio de caballería legado por su padre, lo que les llevó a un nuevo pleito con el concejo de San Clemente, hasta que vieron reconocida su hidalguía en 1549.

Los García eran de tradición guerrera. El padre de Antón García, del mismo nombre, se había significado en la guerra del Marquesado, teniendo él y sus parientes un papel protagonista en la entrega de Iniesta a la Corona real. No tenemos noticias de este Antón García padre, salvo que familiarmente esté relacionado con Alonso García de Mingo Juan; almagrado declarado, motivo de los rencores e improperios del alcaide de Alarcón, Hernando del Castillo (1). El padre de Antón García había entregado Iniesta a la Corona y la familia había gastado entre la guerra de del Marquesado alrededor de dos millones de maravedíes. Lo de gastado es un decir, pues los García hablaban de robo y expolio de su hacienda por el bando del Marqués de Villena. El protagonismo de Antón García en la guerra del Marquesado, lo pasan por alto las Relaciones Topográficas, pero no su intervención en la guerra de Granada
como ganaron el Reino de Granada de los moros, dio esta villa (Iniesta) mucha cantidad de gente de pie y de caballo, muchos de los cuales murieron sirviendo hasta que se ganó el reino y acabó la guerra, en que fue Antón García, abuelo del doctor Espinosa, que hoy es corregidor de V.M. en Madrid y de sus hermanos espinosas que hoy viven en esta villa; y le dio privilegio y merced de caballería y otras mercedes; y hizo merced a sesenta infantes de los que quedaron vivos libertándolos de pechar, y otras muchas mercedes y exenciones; y a Pascual Parra, el Viejo, ansí mismo merced de juro y caballería.
La relación de los García y los Espinosa de Iniesta se forjó por el matrimonio del doctor Martín Gómez de Espinosa (cuyo padre procedía de la población burgalesa de Espinosa de los Monteros) con Catalina García, hija de Antón García.

No sabemos el momento que se estableció Antón García en San Clemente, pero sí que desde finales del siglo XV nos aparece como una de las personas más ricas del pueblo. Podemos aportar unos pocos datos por los testimonios de diversos testigos que declararon a favor de Antón García como persona abonada en la fianza que debió abonar a favor de un arrendador de alcabalas del Marquesado. Antón García era una de los fiadores de Tomás de Barrionuevo, vecino de la ciudad de Chinchilla y arrendador de la alcabala del ramo de la grana en 1508. La grana, excrecencia de un insecto, familia de la cochinilla, en las carrascas, era utilizada como elemento primario para la fabricación de tintes. De su recogida, como actividad complementaria, vivían muchas familias. Sometida a alcabala, varios personajes se disputaron el arrendamiento de este impuesto a comienzos de siglo: Alonso González de Origüela, Alonso de Mexía o Tomás de Barrionuevo. Este último, convertido en un arrendador al por mayor de la alcabala de la grana y las tercias en las tierras del Marquesado y Alcaraz, presentó varios fiadores para hacerse con el control del cobro de estos impuestos, entre ellos, Antón García, vecino de San Clemente.

Antón García ya nos aparece como procurador del común de la villa de San Clemente a fines del siglo XV y como uno de los principales del pueblo en las confrontaciones del concejo con Alonso del Castillo. Su fortuna no obstante debe tanto o más a su mujer que a él mismo. A favor de la suficiencia económica declararon el 26 de julio 1508 varios vecinos ante el alcalde ordinario de la villa Juan Picazo: Pedro Macacho, Juan López de Perona y Diego de Sandoval. Todos definieron a Antón García como persona de buen trato y conversación, pero también como un hombre que vivía de su sustanciosa hacienda

e que el dicho Antón Garçía tiene en esta villa e sus términos los bienes syguientes rrayzes: unas casas en esta calle donde biue, alinde de casas de Juan de Yuste, clérigo, e de Alonso Barvero en la calle pública, que puede valer quarenta mill mrs. (sesenta mil mrs. según Juan López de Perona) e un majuelo çerca la cañada alinde de majuelo de Juan Picaço e Françisco de los Herreros de çinco arançadas e media que puede valer a justa e comunal estimaçión quarenta mill mrs. e otro majuelo en la senda de el Medianil de dos arançadas e tres quartillos. alinde de viñas de juan del Castillo, que puede valer veynte mill mrs. e otros majuelo en las Pinuelas de tres arançadas, alinde de viñas de Juan Cantero e Juan Sánchez el viejo, que puede valer quinze mill mrs. e otros dos pedaços de viñas, uno alinde de Pedro Rruyz de Segouia e otro alinde de Luys Sánchez de Orihuela que podrá valer çinco mill mrs. e çiertas tierras que heredó de su suegro, que no sabe todos los alindes en término de esta villa que pueden valer poco más o menos syete o ocho mil mrs. e allende desto sabe que es honbre que tyene buen abono de ganados e otros bienes muebles
Pero Antón García era un hombre que había llegado sin apenas bienes al matrimonio, su hacienda se había formado y consolidado sobre los bienes de la dote aportados en el momento de su matrimonio por su suegro. La mujer de Antón, Catalina López de Perona, posiblemente la hija de Juan López de Perona, afirmaba haber llevado al matrimonio

en dote e casamiento quarenta e tres o quarenta e quatro mill mrs. en dineros e bienes muebles e rrayzes e que no le mandaron arras ningunas ni a sydo entregada en ninguna cosa dellas e que todo fue en muebles eçebto una viña que vale fasta tres mill mrs. e questo es verdad
Antón García acumulaba así una hacienda en bienes raíces por valor de 150.000 maravedíes, a los que había que añadir unos ganados y otros bienes muebles de los que no sabemos la cantidad o valor. El antiguo procurador del común de la villa de San Clemente, que en los noventa había actuado de portavoz del común de los vecinos contra las quince o veinte familias ricas, había devenido en un miembro más de la oligarquía que criticaba. Dos fuentes eran la base de su riqueza, como hemos de suponer que también las de otros vecinos, cuyas tierras lindaban con las suyas: las viñas y los ganados. Sobre estas dos bases principales fundaría su riqueza la villa de San Clemente. Las tierras cerealistas de Vara de Rey y Sisante complementarán estas fuentes de riqueza. Aunque lo más destacable del caso de Antón García es que no era sino uno más de aquellos sanclementinos que hicieron fortuna en lo que nosotros hemos denominado como la revolución del mil quinientos en estas tierras

Aunque nos falta la fuente documental que lo atestigüe, creemos que la riqueza de Antón García fue heredada por Francisco García, llamado el rico, que compró una regiduría perpetua a mediados del siglo XVI. Desconocemos la suerte de su hermano Alonso, que aparece litigando desde 1545 con su hermano Francisco por su hidalguía.  De Francisco tampoco sabemos mucho, salvo que con motivo de la compra de una de las regidurías perpetuas aparece enfrentado a todos los principales de la villa. Desde su posición de regidor se enfrentó a todos los otros vecinos principales de la villa, pero también intentó establecer alianzas familiares para sus dos hijas: María y Elvira. Con Hernán Vázquez de Haro casaría Elvira García, de este modo, es posible que la fortuna de los García pasara a manos de la familia Haro, pero nos faltan las fuentes para afirmarlo sin lugar a dudas.



(1) GARCIA MORATALLA, Pedro Joaquín: La tierra de Alarcón en el señorío de Villena (s. XIII-XV). IEA "Don Juan Manuel". Albacete. 2003, pág. 215

AGS, EMR, leg. 571. Fianzas e informaciones de abono de los arrendadores de rentas reales de los partidos del Marquesado de Villena, ciudad de Murcia, Segura de la Sierra y Alcaraz. 1508

ACHGR, HIDALGUÍAS. Ejecutoria de los hermanos Alonso y Francisco García. 6 de abril de 1549. Signatura antigua: 301-20-2
ACHGR, HIDALGUÍAS, Ejecutoria de Francisco de Espinosa, Martín Gómez de Espinosa y Pedro Espinosa de los Monteros. 13 de septiembre de 1589. Signatura antigua: 301-75-34

ANEXO

Privilegio de caballería de Antón García

Estando los muy altos e muy poderosos prinçipes el Rei e la Rreina nuestros señores en la vega de Granada a ojo del Alhambra de la dicha çibdad de Granada con muchos grandes e caballeros e otras muchas gentes de sus Rreinos e estándose apoderando de la  dicha Alhambra que oy día de la fecha deste testimonio juntamente con la dicha çibdad de Granada fue entegada a sus altezas por el Rrei Muley Boadalí (?) e por los otros caballeros e moros de la dicha çibdad en cuyo poder estaban lunes dos días del mes de enero en que todo lo susodicho pasó del año del nasçimiento de nuestro Salbador Ihesu Christo de mil e quatroçientos e nobenta e dos años, este dicho día en presençia de mi el escribano e notario público e de los testigos de yuso escriptos paresçió presente ante el Rrei Nuestro Señor un onbre que se dixo por su nonbre Antón Garçía hijo de Antón Garçía veçino de la villa de Yniesta caballero en un caballo armado de todas armas a gisa de caballero e dixo a su alteça que por quanto él abía muy bien servido en la g(u)erra de los moros enemigos de nuestra santa fe católica espeçialmente en los çercos de Cartama e Rronda e de Málaga donde fue ferido e ansimismo los moros le mataron un cavallo e le hirieron otro e estuvo en serviçio de sus altezas en el çerco de Baça a su costa e misión hasta que se tomó e ansimismo en el Rreal de Granada donde le mataron otro caballo e ansimismo lo hirieron e sirbió en todo lo que dicho tiene muy bien e lealmente en todo lo qual puso su persona a mucho rriesgo e peligro e que abía perdido e gastado en serviçio de su alteza la mayor parte de su hazienda e porque sus serviçios eran dinos de galardón e rrenumeraçión que suplicava e suplycó  a su alteza lo armase caballero porque él fuese mas onrrado e obligados sus hijos e desçendientes  a le servir e luego bisto por su alteza su buen deseo e acatando en ello dos cosas la primera cómo a los Rreies e prínçipes conviene hazer merçedes a sus súditos e naturales espeçialmente aquellos que bien e lealmente los sirven e aman su serviçio la segunda cómo los serviçios que en la dicha g(u)erra se hazen son dinos de gualardón e rremuneraçión en rremuneraçión de los dichos serviçios (tachado: que en la dicha guerra) el dicho Antón Garçía en la dicha guerra avía hecho tubo por bien su alteza de lo armar caballero e luego demandó una espada la qual desnuda fuera de la vaina el dicho Antón Garçía e dio con ella ençima de la cabeça e capaçete que en ella traya el dicho Antón Garçía, hago buen caballero ca yo armo caballero e que mandava e mando que le fuesen dadas todas las cartas e prebilegios que menester oviese para que le fuesen guardadas todas las onrras e cada una dellas que suelen y deben ser guardadas todas las esençiones e prerrogativas e ynmunidades e todas las otras e cada una de ellas que suelen y deben ser guardadas a los otros caballeros por si alteça armados e luego el dicho Antón Garçía besó las rreales manos de su alteza por por la merçed que le avía hecho e pidiolo por testimonio a mí el dicho escrivano para guarda e conservaçión de su derecho e yo dile este según que ante mi pasó que fue hecho día e mes e año e logar susodicho. Testigos que fueron presentes  a lo que dicho es e vieron armar caballero al dicho Antón Garçía los muy maníficos señores don Alonso de Cárdenas maestre de Santiago e don Diego López Pacheco duque de Escalona e marqués de Villena e don Rodrigo Ponçe de León duque de Cádiz e don Diego Fernández de Córdoba conde de Cabra e otros muchos grandes caballeros que con su alteza estaban e yo Pedro de Toledo (?) escrivano del Rrei e de la Rreina nuestros señores e su escrivano e notario público en la dicha corte en todos los Rreinos e señoríos fuy presente quando el Rei nuestro señor armó caballero al dicho Antón Garçía en uno con los dichos testigos

ACHGR, HIDALGUÍAS. Ejecutoria de los hermanos Alonso y Francisco García. 6 de abril de 1549. Signatura antigua: 301-20-2

lunes, 16 de abril de 2018

Villar de Cantos y el origen de los Ortega

En la executoria de Diego de Ortega, padre del dicho Pedro de Montoya Ortega, hay un escudo que tiene por armas cuatro campos, y en el campo de la mano derecha en lo más alto hay una espada, y en el otro de la mano izquierda una cruz colorada y en el de abaxo de la mano derecha hay cuatro panelas, digo cinco panelas, y en el otro vienen cuatro Oes grandes (Relaciones topográficas de Felipe II de la villa de El Cañavate)

Los Ortega pasaron el siglo XVI cambiando de residencia, entre Vara de Rey, San Clemente, Cañavate y Villar de Cantos, de donde  era originaria la familia y mantenía casas y tierras.  Rodrigo de Ortega el rico se había casado  por primera vez con María Martínez, hija de Miguel Jareño, vecino de Cañavate. Casó varias veces más, pues la desgracia le hizo enviudar, la segunda con Isabel de Perona, vecina de San Clemente. Fue entonces cuando se avecindó en San Clemente y moró casa en sus aldea de Villar de Cantos. La tercera vez, con una hija de Alonso Moreno, morador de Vara de Rey; la cuarta y última, con una vecina de la Alberca, del linaje de los Villodre. Pasaba el mayor tiempo en su casa de Villar de Cantos, lugar de San Clemente por aquel entonces, donde concentraba sus heredades. En su casa de Villar de Cantos falleció.

Rodrigo de Ortega era hijo de Gabriel de Ruy Saez de Ortega y de Elvira Sánchez, vecina de Cañavate. La casa solar de los Ortega estaba en Villar de Cantos. Lo sabía bien Miguel Saiz Gallego, que de pequeño se había criado en la aldea de Villar de Cantos. Su memoria alcanzaba hasta los años posteriores a la guerra del Marquesado. Recordaba al padre de Rodrigo de Ortega el rico, Gabriel de Ruy Sáez de Ortega el mozo, pero también a su abuelo Ruy Saez de Ortega el viejo, aunque dudaba del nombre si Juan o si Diego. Seguramente su nombre era Juan. Lo que sí recordaba  a la perfección era el reparto de la herencia de Ruy Saez de Ortega el mozo, muerto hacia 1505, entre sus dos hijos: Rodrigo de Ortega, apodado el rico, que se debió llevar la mayor parte y heredamientos en Villar de Cantos, junto a otras heredades de Vara de Rey y San Clemente, y una hija que desconocemos, casada con Alonso de Luz, vecino de Villalgordo del Marquesado
y el dicho Rrodrigo de Hortega como hijo lygytimo auía heredado sus vienes y hazienda y los heredamientos que tenía en el dicho lugar de Villar de Cantos e auían rrepartido y devidido y lo vido este testigo partir y devidir entre el dicho Rrodrigo de Hortega e Alonso de Luz vezino de la dicha villa de San Clemente su cuñado casado con hermana del dicho Rrodrigo de Hortega  hija de los susodichos (Ruy Sáez de Ortega el mozo y su mujer Elvira Sáez) y para hazer la dicha partición de los vienes este testigo con un carro truxo al dicho Alonso de Luz del lugar de Villargordo a la dicha villa de San Clemente
Así la hija marchó a Villalgordo del Marquesado, mientras el heredero Rodrigo sentaba vecindad en Cañavate, lindante de sus heredamientos de  Villar de Cantos, al casar con la hija de Miguel Jareño. Del matrimonio nacería Diego de Ortega, que a su vez, casaría con Isabel de Araque, hija de Pedro de Montoya, vecino de Vara de Rey. De un segundo matrimonio de Rodrigo, con Isabel de Perona, nacería Rodrigo de Ortega el mozo, que fijaría su residencia en el solar de Villar de Cantos. Rodrigo el mozo había elegido mantener su hacienda antes que su hidalguía. Su nieto del mismo nombre sería con el tiempo, en 1626, I señor de Villar de Cantos.

Villar de Cantos era aldea antigua del alfoz de Alarcón, que en el villazgo de 1445 había caído bajo la jurisdicción de San Clemente. En el cambio de siglo era una pequeña aldea de apenas siete u ocho vecinos. En ella habían establecido su casa solar tres familias hidalgas que serían protagonistas de la historia de la comarca en los siglos siguientes: ortegas, haros y montoyas
que en el dicho lugar de Villar de Cantos auía tres hijosdalgo conviene a saver Diego de Haro e Alonso de Montoya y el dicho Juan de Rrui Sáez y Diego de Rrui Sáez de Hortega visabuelo del que litigaba
La hacienda de los Ortega permaneció en Villar de Cantos, pero tanto Rodrigo como su hijo Diego, habido del primer matrimonio según unos testigos y del segundo matrimonio con Isabel de Perona, según otros, iniciaron una vida trashumante, consecuencia de los cuatro matrimonios del padre Rodrigo. En Vara de Rey, donde Rodrigo casó con la hija de Alonso Moreno, permanecieron padre e hijo quince años. Allí, Diego entabló amistad con dos hermanos, parientes de la familia, también hidalgos: Juan Alonso y Hernando Alonso (¿estaremos ante el fundador de Casas de Fernando Alonso?). Pero si hubo una población que Rodrigo rehuyó como residencia fue la villa de San Clemente. Allí había intentado fijar su residencia, pero el concejo de San Clemente lo empadronó como pechero, iniciándose un pleito entre ambas partes, que creemos es el ya conocido de 1512, en el que se vieron inmersos una docena de hidalgos sanclementinos.

Por nuestro testigo Miguel Saiz de Gallego conocemos los enemigos sanclementinos de Rodrigo Ortega. Era un grupo de principales que copaban los cargos de regidores y alcaldes de la villa, liderados por la segunda generación de los hermanos origüelas, Pedro y Alonso; a los que se sumaban Juan López Tendero y Alonso López de Perona. Especialmente fue enconado el conflicto con este último, con quien había emparentado con su segunda mujer, hija de Juan López de Perona. Rodrigo que se negaba a pechar, defendiendo su condición hidalga, decidió marchar y refugiarse en sus casas de Villar de Cantos y avecindarse en Cañavate. En la defensa de su hidalguía, Rodrigo mantenía la posición de su padre Gabriel. Un hombre que se paseaba hacia 1500 por las calles de San Clemente con un sombrero, símbolo de distinción, para envidia de sus adversarios, y que había ido hasta la Chancillería de Valladolid para obtener ejecutoria de hidalguía, o así lo contaba Pedro Rodríguez, según recordaba de las palabras de su padre, del mismo nombre y conocido nuestro, muerto en 1489. Y es que los Ortega eran odiados tanto por su nobleza como, mucho más, por su riqueza. Todos los testigos reconocían la inmensa hacienda que acumulaban en la aldea de Villar de Cantos, a decir de algunos, alquería de su propiedad. Aunque sabemos que otras familias como los Haro o los Olivares disponían allí de extensas propiedades

Su hidalguía era reconocida por todos. Hernando de Olivares, recordaba como su padre Juan, que vivía en Villar de Cantos, le había dicho que los Ortega venían de muy buen solar. Su riqueza se centraba en las heredades de Villar de Cantos y Casablanca. Si Rodrigo Ortega el viejo se mantuvo fiel al hogar familiar, muriendo hacia 1540 en la casa de Villar de Cantos, su hijo Diego acabó, tras pasar quince años en Vara de Rey, por afincarse en Cañavate con su mujer Isabel de Araque o Montoya. En Villar de Cantos quedó el hijo segundón, Rodrigo el mozo, que mantendría la hacienda familiar; casado con Catalina de Olivares, tendría tres hijos: Francisco, Gabriel y Diego. Los herederos de Diego*, el hijo mayor de Rodrigo el viejo, migrarían hasta Santa María del Campo, donde se establecería otra de las ramas familiares con su nieto Diego de Ortega Montoya . Rodrigo de Ortega el viejo tuvo otras tres hijas: una casada con el alcaide de Hellín, otra con un Alarcón y la última con un Villodre, todos ellos hidalgos.

Rodrigo Ortega el viejo había muerto en Villar de Cantos, pero su cuerpo había sido enterrado en el monasterio franciscano de Santa María de Gracia; una de sus capillas se convertiría en el panteón familiar.

Hacia 1527 los hidalgos obtienen sentencia favorable en El Cañavate para entrar en los oficios de alcaldes, hasta entonces reservados a los pecheros. Sentencias similares se dieron en otros lugares, hasta que en 1539, fueron los hidalgos de San Clemente los que vieron reconocido el derecho a entrar en suertes para la elección de alcaldes y alguacil. Los impedimentos que podía tener Diego de Ortega para acceder a los oficios concejiles se vieron borrados, por lo que hizo valer sus derechos a la hidalguía. En la primera mitad de los cuarenta iniciará pleito para ver reconocida su hidalguía con el concejo de Cañavate; obtendría sentencia favorable el 23 de diciembre de 1547. La sentencia debió ser ratificada en grado de revista en diecisiete de marzo de 1567. La ejecutoria tiene fecha de ocho de julio del mismo año.


*Diego de Ortega tendría dos hijos: Diego de Ortega que permanecería en Cañavate y Francisco de Ortega, cuyo hijo Diego de Ortega Montoya se trasladaría a Santa María del Campo Rus



ANEXO: testigos de la probanza 1545

Pedro de Lomas, alcalde ordinario, por los hijosdalgo de Cañavate, 70 años
Martín López, vecino de Cañavate, 57 años
Miguel Sáiz Gallego, vecino de Vara de Rey, 75 años
Pedro Rodríguez, vecino de San Clemente, 74 años
Hernando de Olivares, hombre pechero, de sesenta años
Miguel López de Benito López, sesenta años, vecino de Vara de Rey
Alonso de Olivares, vecino de San Clemente, 68 años, hijo de Juan de Olivares, que murió en la guerra de Granada hacia 1488, y nieto de Juan Sánchez de Barriga
Nuño de Abengozar, hidalgo de 69 años
Miguel López Cantero, hombre pechero, vecino de San Clemente, 60 años (año 1561)

ARCHIVO DE LA CHANCILLERIA DE GRANADA. Hidalguías. Ejecutoria de Hidalguía de Diego de Ortega, vecino de El Cañavate. 1667, Signatura antigua. 304-530-1

domingo, 15 de abril de 2018

Los Herreros: de conquistadores de Madrid a hidalgos de San Clemente



En las armas del apellido Herreros se hallan tres gradas y dos leones sobre ellas en pie y tentando con las manos una caldera y por orla unos oros y veneras*
El  licenciado y capitán don Miguel de los Herreros era muy devoto de San Frutos, patrón de Segovia, pues sus ascendientes eran originarios de esta ciudad. Su intención era hacer donación de una imagen de este patrón a la Iglesia de Santiago Apóstol de San Clemente. Fue hasta Segovia para hablar con el licenciado Colmenares, cronista de la ciudad. Por boca de este historiador conoció sus antecedentes familiares: era descendiente de uno de los principales linajes de Segovia: el conquistador de la villa de Madrid, Día Sánchez.

La casa de los Herreros estaba en un lugar del mismo nombre a un cuarto de legua del vecino lugar llamado Otero de los Herreros. En 1666, según el licenciado Colmenares, cronista de la ciudad de Segovia, el antiguo lugar de Herreros estaba en ruinas; únicamente se mantenían en pie la casa solar de la familia Herreros y la iglesia románica de San Pedro
auía llegado al sitio del dicho lugar de los Herreros y auía reconocido por sus ruinas su población así por el sitio de las casas caídas como por las que se yban cayendoy por los cimientos y por la iglesia que estaua en pie como obra más fuerte y auía visto también en el dicho sitio una casa grande mucho mayor por los solares de las demás y que su fábrica era muy buena y fuerte tanto que aunque ya estaua por dentro cayda  por estar las paredes de afuera enteras auía hecho reparo en ella ... (llegado al lugar de Otero de los Herreros) todos le auían dicho que aquella casa auía sido de unos caballeros que auía auido antiguamente en la dicha ciudad de Segouia que era familia de notorios hijosdalgo mui nobles y que se auían llamado Sánchez de los Herreros, los quales auían tenido en el dicho lugar de Herreros muchas tierras y Hazienda y que un Alonso Sánchez de los Herreros auía vendido el dicho palacio y tierras a un fulano de Cáceres, vecino de la dicha ciudad ... y se auía ydo a vivir a un lugar de la Mancha junto a San Clemente
Desconocemos las circunstancias por las que Alonso Sánchez de los Herreros, junto a su mujer Eva López decidieron abandonar su tierra natal en dirección a Santiago de la Torre, por entonces villa propiedad del doctor Pedro González del Castillo. Sabemos que hacia 1460, el viejo e histórico lugar de los Herreros fue abandonado por sus habitantes. Según los cronistas por su insalubridad, que llevó a sus habitantes a trasladarse aun otero próximo. Nosotros creemos que la razón es diferente y está en su segundo apellido. Su madre era Elvira González, de familia de hijosdalgo notorios.

Los Sánchez de los Herreros eran familia principal de Segovia, el 5 de mayo 1345 habían obtenido un privilegio de Alfonso Onceno que les otorgaba una de las regidurías perpetuas de la ciudad de Segovia, hasta entonces cargos añales
y en el dicho priuilegio estaua nombrado por regidor perpetuo de la dicha ciudad por el linaje de Día Sánchez a Juan Sánchez de Herreros en el qual dicho preuilegio se haze mención de cómo el dicho Juan Sánchez de los Herreros era noble y quando no lo hiziera solo con decir por el linaje de Día Sánchez era conocido que era notable porque el dicho Día Sánchez y Fernán García de la Torre vecinos que fueron de la dicha ciudad era tradiciçon cierta que auían ydo con gente de ella por capitanes quando se ganó la villa de Madrid a los moros, que auían sido los primeros que la auían entrado
y que auiendo vuelto a la dicha ciudad auían hecho junta de la nobleza en ella y que ellos fueron los cabezas de la dicha junta de la nobleza y que cada uno tenía su escaño y se distinguían con nombre del linaje o banco de Día Sánchez y Fernán García de la Torre y que en la dicha junta de linajes no entrauan sino caualleros hijosdalgo de sangre
¿Qué respuesta hay para que los descendientes del conquistador de la villa de Madrid se desplazaran hasta la Mancha hacia 1460? En esa época, Alonso Sánchez de los Herreros toma la decisión de vender las tierras familiares a Antón Cáceres y trasladarse a vivir con su mujer Eva López y su hijo Miguel Sánchez de los Herreros a Santiago de la Torre. El pleito por la venta de tierras continuaba unos años después, cuando Miguel Sánchez de los Herreros tuvo que volver a su ciudad natal a cobrar unas partidas pendientes de los Cáceres. Quizás estamos ante un caso más de los pueblos abandonados por esta época. En cualquier caso, abandono consciente de una hacienda que se deja para acudir a una pequeña villa de señorío en la Mancha. Nosotros estamos tentado de seguir planteando como hipótesis la relación entre Alonso Sánchez de los Herreros y el doctor Pedro González del Castillo, señor de Santa María del Campo Rus y Santiaguillo. El caso es que en la segunda mitad del siglo XV, el hijo de Alonso Sánchez de los Herreros se establece en San Clemente, abandonando el lugar de Santiago de la Torre, casa con Teresa López Macacho (apellido con reminiscencias que emparentan sin duda con el fundador de la villa, Clemén Pérez de Rus) y forma la principal hacienda de la villa de San Clemente. El símbolo de la riqueza de la familia será la capilla de San Antón de la iglesia de Santiago Apóstol, que compite con la aledaña que poseen los Pacheco, señores de Minaya.

Al igual que los Castillo Portocarrero y el señor de la villa de Santa María del Campo, don Bernardino, los hijos de Miguel Sánchez de los Herreros, Antonio y Sancho, tendrán un papel destacado en las Comunidades de Castilla en defensa de la causa realista. La familia alcanzará una notoriedad, que de los cargos minicipales de la villa les llevará, ya entrado el siglo XVII, a la administración polisinodial de los Austrias como consejeros.







ANEXO: GENEALOGÍA DE ANDRÉS DE LOS HERREROS (casado con Juana Ludeña, padres de Miguel y Antonio) y JULIÁN DE LOS HERREROS (casado con Elvira Perona, padres de Miguel y Diego)

PADRES
Miguel de los Herreros e Inés Carrasco, vecina de Villanueva de la Jara

ABUELOS
Miguel de los Herreros y Catalina García

BISABUELOS
Bernardino de los Herreros e Inés de Alarcón

ABUELOS TERCERO
Miguel Sánchez de los Herreros y Teresa López Macacho, fundadores de la capilla de San Antón de la Iglesia de Santiago Apóstol

ABUELOS CUARTOS
Alonso Sánchez de los Herreros, natural de Segovia y vecino de Santiago de la Torre, y Eva López, dueños del palacio y hacienda que tenían en el dicho lugar de Herreros, de la tierra de Segovia

ABUELOS QUINTOS
Alonso Sánchez de los Herreros y Elvira González, naturales de Segovia

ABUELOS SEXTOS
Juan Sánchez de los Herreros, uno de los primeros regidores perpetuos de la ciudad de Segovia por el estado de los caballeros hijosdalgo, por el linaje de Día Sanz y de María Sánchez de Heredia

Ejecutoria de 30 de enero de 1666 (sentencias favorables de hidalguía de 1655 para los herederos de Julián de los Herreros y 1658 para los herederos de Andrés de los Herreros)

ANEXO II: Testigos de la probanza de los hermanos Herreros (1655)

Francisco López de Huerta, 73 años
Juan González de los Herreros, 70 años
Diego de Iniesta Castañeda
Pedro de Oma y Arteaga, 58 años
Francisco Caballón, 25 años
Juan Antonio de Alarcón, 23 años
Licenciado Rodrigo de Colmenares, cura rector de la iglesia de San Juan de Segovia, cronista de esta ciudad de 64 años
Luisa Cáceres de Ribera, vecina de Segovia
Pedro de Mazarías, de Otero de los Navarros

ANEXO III: Instrumentos jurídicos y actos positivos de hidalguía


  • Testamento de Alonso Sánchez de los Herreros, vecino de Segovia, hijo de Juan Sánchez de los Herreros, regidor perpetuo de esa ciudad,y de María Sánchez de Heredia, otorgado el 20 de noviembre de 1417, declara por hijos legítimos suyos y de su mujer Elvira González a Alonso Sánchez de los Herreros y a Juan Sánchez 
  • Testamento de Alonso Sánchez de los Herreros hijo, otorgado el 28 de octubre de 1460, en él declara ser vecino de Santiago de la Torre; su hijo Miguel vive ya en la villa de San Clemente. En el testamento se deja por herederos a su hijos, habidos en matrimonio con Eva López, Miguel Sánchez de los Herreros y a Alba López de los Herreros
  • Testamento y fundación de la capilla de San Antón en la Iglesia Mayor de Santiago de Miguel Sánchez de los Herreros y Teresa López Macacho su mujer en que dejan muchas rentas capellanías y ornamentos y nombran por primer patrono a Francisco de los Herreros su hijo mayor y después de él a Antonio de los Herreros, Sancho López y Bernardino de los Herreros. Otra de las hijas herederas es María López. El testamento quizás sea de 14 de enero de 1504 (fecha en la que se saca un traslado también del testamento de Alonso Sánchez de los Herreros ante Pedro de la Fuente escribano). El testamento es completado por un codicilo de Teresa López Macacho de 26 de febrero de 1520, ratificando, aprobando y confirmando la dicha fundación y ordenando se hagan en la dicha capilla de San Antón algunas obras y ornamentación para el adorno de ella y hace diferentes mandas para concordia de sus hijos referidos que firmaron el dicho codicilo
  • Testamento de Bernardino de los Herreros e Inés de Alarcón, su mujer, en tres de marzo de 1541 a favor de sus hijos Miguel de los Herreros y Francisca y María, fundando una memoria para la capilla de San Antón y mandan se hagan algunos ornamentos para ella
  • Testamento de Miguel de los Herreros de 27 de diciembre de 1557, deja por herederos a sus hijos Francisco de los Herreros e Inés de los Herreros. El 10 de agosto de 1560 da poder para modificar su testamento a Catalina García su mujer, al doctor Alonso de los Herreros, a su tío Diego de Alarcón, dejando por herederos a Francisco, Inés y Bernardino
  • Carta o patente de 27 de marzo de 1521 del prior de San Juan, fray Antonio de Zuñiga, a Sancho López de los Herreros y a Antonio López de los Herreros, confiriéndoles el título de capitán para que acudan con gente de guerra del San Clemente y su tierra en servicio de Su Majestad
  • 22 de mayo de 1590, el licenciado Miguel de los Herreros accede como regidor perpetuo de la villa de San Clemente por renuncia de Bautista de Alarcón Fajardo
  • En las armas del apellido Herreros se hallan tres gradas y dos leones sobre ellas en pie y tentando con las manos una caldera y por orla unos oros y veneras

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. Hidalguías. Probanzas de los hermanos Herreros, 1666. Signatura antigua: 301-121-11, 12 y 13
*Imagen: http://sanclemente.webcindario.com/imgEsc.php?id=66&s=1