El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
Showing posts with label Viajes. Show all posts
Showing posts with label Viajes. Show all posts

Sunday, July 20, 2025

Felipe II en San Clemente (II)

 San Clemente es llamada la pequeña corte de la Mancha, pero tal apelativo únicamente se hizo realidad durante dos días el mes de marzo de 1586, cuando la villa alojó al rey Felipe II. El viaje del rey a Zaragoza, Barcelona y Valencia para jurar como heredero a su hijo, el futuro Felipe III está documentado, pero únicamente hasta el día 15 de febrero en Valencia. El regreso a El Escorial nos es necesario recomponerlo con fuentes diversas. Una de ellas, son las cartas reales emitidas por el propio rey y conservadas en Simancas; otras, las noticias diversas de los archivos municipales. 

La última cédula del rey en Valencia es de 28 de febrero, en Gandía, luego es de presumir un largo viaje hasta que vemos aparecer de nuevo al rey escribiendo en San Clemente, el ocho de marzo de 1586. Sabemos que, antes, se ha preparado una recepción pantagruélica en Minaya, que pagará, muy a su pesar, la villa de Villarrobledo. Pero, tanto Minaya como Villarrobledo sufrirán el desaire regio, pues el rey no se detendrá en Minaya y preferirá hacerlo en el camino entre esta población y San Clemente. El lugar elegido serán las llamadas casas de Andrés Luis, por entonces una casa de campo, que más adelante dará origen a las Casas de los Luises, y por su integración en otro núcleo a las Casas de los Pinos. Creemos no equivocarnos si vemos en esas casas, las del maestro cantero Andrés Luis, al que tenemos fichado en las obras de la iglesia de Villarrobledo y, es suposición, esas mismas casas se convertirían en centro de almacenamiento de mercaderías de comerciantes portugueses, los "luises", treinta años después. 

Pero a lo que vamos, dada la poca entidad de estas casas, el séquito real levantó un pequeño campamento de tiendas en torno a ellas donde comieron presumiblemente los manjares preparados en Villarrobledo, a pesar del despilfarro que de los mismos denunciará esta villa. Debía ser el día siete de marzo de 1586. Es presumible que la comitiva hiciera la digestión por el camino y se apresurase a llegar a San Clemente con algo de luz todavía. La suficiente para llegar a la villa y alcanzar el destino. No parece que los sanclementinos quisieran deslumbrar al rey Prudente con su pueblo, pues los preparativos se centraron en aderezar las calles por donde debía pasar. Llegaría por el puente del Remedio, calle Feria arriba, para desembocar en la plaza, menor que la actual y no tan regular, donde el ayuntamiento y la iglesia de Santiago deslumbraban por la nueva reforma y edificación de la generación anterior, pero con corrales y tapias a las espaldas de la comitiva real, lugar ocupado hoy por el nuevo ayuntamiento, y construcción civil a su derecha con algunos bajos ocupados por tiendas y escribanías, en situación de abandono pues la actividad se había trasladado a la calle de Nuestra Señora de Septiembre. Lo más seguro es que el rey prudente no se detuviera a ver la plaza y su imponente ayuntamiento o lo viera de refilón nada más, cegado por la multitud de bienvenida, y encaminado hacia la tienda de Pedro Martínez, fornicario además de tendero (y con una criada de Castillo de Albaráñez, compartiendo mala fama). El establecimiento de este mercader de Valdilecha asentado como tendero estaba ubicado en la esquina de la plaza con la calle Mayor, hoy Boteros, que henos de presumir engalanada, tal como lo intentan hoy los sanclementinos, para adornar el paso de un todopoderoso rey que se apresuraba por llegar a su lugar de descanso: el convento de la Asunción de monjas de la Tercera Orden franciscana. Otra de las grandes obras del pueblo, levantadas por la generación anterior, que estaba cambiando el urbanismo del pueblo y que, con sus paredes verticales, condenaba ya para el futuro a ese otro convento franciscano de formas achaparradas de Nuestra Señora de Gracia. Entre las paredes del convento de la Asunción y unas pocas monjas que habían abrazado la clausura, encontraría el rey el lugar adecuado para el descanso y el gobierno de sus reinos durante dos días. Allí se redactaron las numerosas cédulas reales, cuyas copias hoy se conservan en Simancas. 

El gobierno de los Reinos, quizás, era más natural que ahora, pues los favores los hacía el mismo rey, sin necesidad de publicar sus dádivas en redes sociales ni de esconder los favores. Así, Felipe II tras un asunto menor, o mayor para el agraciado, la concesión de una escribanía en el concejo de Salas, se centró en asuntos de mayor calado, queremos decir destinados a personajes más principales. El conde de Aytona, virrey del Reino de Valencia, debió llorar bastante al rey prudente durante su estancia en la capital del Turia el mes de febrero, pues presentando un estado lastimero de su casa, consiguió del monarca que esquilmase a los concejos castellanos de Illana y San Martín de la Vega, sacando siete mil fanegas de trigo, dos mil carneros y cincuenta fanegas de trigo. Los abastos se debían sacar por el puerto seco de Requena, pero ante el temor de que la operación se aprovechara para contrabando, se exigía el registro en el pueblo de Campillo de Altobuey, a pesar de que estaba a menos de doce leguas del Reino de Valencia y exento de tal registro... o por esa misma razón. 

A esta real cédula, siguieron otras nuevas para emitir certificados de títulos registrados en Simancas, la posibilidad de labrar hasta seis mil ducados en las casas de monedas, la autorización para la entrada en Castilla de mil cueros vacunos procedentes de Indias, un indulto en Zamora, varias mercedes personales en diferentes partes del Reino y quitar varios censos que cargaban el mayorazgo de don Antonio de Luna.

Hasta San Clemente habían llegado las peticiones que los secretarios del rey habían recogido durante el viaje procedentes de toda Castilla y en una maratoniana sesión del ocho de marzo se redactaron una docena de cédulas para deshacer el atasco administrativo pendiente. Luego, es de suponer, que el día nueve de marzo, la comitiva real emprendió la marcha y tomó el camino en dirección a Las Pedroñeras. Sabemos que el día 20 de marzo estaba en Aranjuez, donde continuaron de nuevo las acciones de gobierno; el 25 de marzo el rey llegaba a Madrid y por fin el 3 de abril ya está emitiendo cédulas reales en San Lorenzo del Escorial.

Durante su estancia en San Clemente el rey no emitió documento alguno que beneficiara a la villa, aunque sí creemos que se tomaría una decisión trascendental: la división de la gobernación del marquesado de Villena en dos corregimientos.

Saturday, May 18, 2024

FELIPE II EN SAN CLEMENTE

 CUANDO SAN CLEMENTE FUE NO SOLO LA PEQUEÑA CORTE MANCHEGA, SINO LA CORTE DE ESPAÑA y DEL REY FELIPE II

Era el año 1586, un ocho de marzo y desde San Clemente se gobernó España. En San Clemente residía el último gobernador del marquesado de Villena, pues debía recibir ese día al rey de España, que desde el reino de Valencia volvía a El Escorial. El rey que había llegado a San Clemente era el rey Felipe II y durante su estancia se dedicó, junto a su secretario Juan Vázquez al papeleo pendiente. Este año de 1586, el rey había descansado en Valencia tras asistir a las cortes de Monzón, donde se juró como heredero a Felipe III, que llegaría a San Clemente junto a su padre.
Don Diego Torrente rescató algunas actas del concejo de un mes antes que anunciaban la llegada del rey Felipe II y los preparativos asociados (limpieza del lugar y avituallamiento necesario), determinó el camino seguido (desde La Roda por Minaya, cuyo camino se aderezó), pero nos dejaba la duda sobre la permanencia del Rey Prudente en la villa. Antes de entrar en la villa, un cinco de marzo ya se disponía que en la casa de Andrés Luis (no olvidemos la existencia de una aldea llamada Casas de los Luises) el rey y su séquito descansarían y comerían antes de entrar en San Clemente. Para ello se preparó una enramada y tiendas para dar cobijo a las mesas de los comensales con viandas rociadas con vino clarete de Villanueva de Alcardete (el vino de San Clemente era por entonces peleón) y agua del pozo de doña Elvira, en Vara del Rey, y del que ya habían bebido agua sus bisabuelos los Reyes Católicos en 1488.

Don Diego Torrente aventuraba la estancia en la villa entre el ocho de marzo y el catorce de marzo de 1586 y no falló, nos han quedado una docena de cédulas reales firmadas por el rey Felipe II en San Clemente el día 8 de marzo y refrendadas por su secretario Juan Vázquez, sobre asuntos menores de provisión de oficios en toda España y una de ellas sobre asunto más grave de rentas reales. San Clemente se convirtió por unos días en la Corte de España, pues el rey Prudente aprovechó para desatascar un papeleo inactivo desde su presencia en Gandía el 22 de febrero y la escritura de la próxima cédula real, dada en Aranjuez el 20 de marzo.
La visita costó a la villa algo más de tres mil reales entre fiestas, toros, música, aderezo de comidas y calles y comidas, amén de aportaciones voluntarias y agasajos de aprovechadores de la oportunidad.
¿Qué nos queda de aquella visita? Nada de su constancia en los registros documentales de la villa, una docena de reales cédulas en Simancas, redactadas en San Clemente y con la firma del rey (registro de copias posteriores), el escudo de armas del rey sobre una leyenda epigráfica en el pósito de la villa inaugurado un año antes y la propia imagen del rey en el friso corrido de bajorrelieves del ayuntamiento, que se incorporaría con motivo de la erección de la torre. El Rey había pasado unos días antes por Albacete, pero prefirió establecer en San Clemente su provisional sede de Gobierno.


Archivo General de Simancas, CCA,CED,157

Todas las reacciones

Saturday, June 10, 2017

Felipe III se casa y se va de viaje... pagan sus súbditos (1599)

Felipe III (1578-1621)
Intentamos hacernos una idea aproximada de cuánto costaba mantener un séquito real de viaje con su comitiva a través de diversos testimonios que nos han quedado en la época.
En este caso, tratamos el viaje del rey Felipe III a Valencia para finales de enero de 1599. El motivo no era otro que el desposorio con su prima Margarita de Austria, a celebrar en la ciudad de Valencia. Él no llegaba a los veintiún años, ella apenas si pasaba de los catorce. El encargado de proveer los bastimentos necesarios para el viaje de Felipe III fue el licenciado Gudiel, alcalde de casa y corte. Gudiel fue cometido para abastecer a todas las personas que acompañaban al joven rey.




Gudiel exigió que para el 21 de enero, día que el rey partía de Madrid, Villarrobledo entregara en Las Pedroñeras, donde Felipe III permanecería un día y haría noche (pensamos que el 28 de enero (1), lo siguiente:

  • Cien fanegas de pan cocido
  • Doscientas fanegas de cebada
  • Cuatro carretadas de paja
  • Cien arrobas de carbón
  • Cincuenta gallinas, treinta capones y seis pavos
  • Cuarenta pares de perdices
  • Veinte cabritos
  • Ochenta conejos
  • Mil quinientos huevos
  • Sesenta camas, sacadas de los vecinos de Villarrobledo, con sus colchones, dos sabanas, almohada de lienzo y manta 
En el cabildo de 25 de enero, se reconoce que de lo aportado, pasada la comitiva, Villarrobledo solo recuperará nueve fanegas de trigo. Además el paso de Felipe III por otras poblaciones supuso nuevas contribuciones a Villarrobledo:
  • Doscientas fanegas de trigo y doscientas de cebada y cuarenta carretadas de atocha, aliaga y retama para cocer el pan a entregar en la villa de San Clemente
  • Ciento veinte fanegas de trigo y doscientas fanegas de cebada en Minaya
  • Cincuenta fanegas de cebada en la villa de El Provencio
San Clemente tendría el honor y obligación por partida doble de contar con la presencia del rey, en el camino de ida y en el de vuelta. En el camino de ida, San Clemente debió proveer seiscientas fanegas de cebada, que se compraron en Villarrobledo por Mateo Salcedo. Se gastaron además 1000 reales de pescado, otros 1400 de caza y adobo de la misma, ochocientos reales de vino y otros tantos reales de gastos diversos. Entre ellos, la reparación de edificios y limpieza de calles y caminos.

El nueve de febrero llega mandamiento del alcalde mayor del corregimiento  a todas las villas del partido para que nombren dos procuradores que asistan a una Junta en la villa de San Clemente, a celebrar el día diez, donde se hará nuevo repartimiento de aportaciones para el séquito real que se espera tome desde Valencia el camino de vuelta a la Corte.
por nos y en nombre de este concejo se puedan hallar y hallen para la Junta que el señor alcalde mayor deste partido mandó hacer en la villa de San Clemente a todas las villas deste partido a diez del presente mes de febrero sobre el rescibimeinto y fiestas que se ha de hacer al rey quando venga del la xornada que paso al reyno de Valencia

Así las viejas juntas del Marquesado de Villena, se seguían celebrando, ahora como juntas del corregimiento de las diecisiete villas. Tenemos constancia de nuevas juntas en 1605, para abastecer de trigo a una hambrienta San Clemente y en 1610 para nombrar por las villas una capitán de la milicia general del Reino creada unos años antes.

Todos los pueblos del sur de Cuenca tratan de recordar hoy con orgullo el paso del joven monarca. Sin embargo, para los vecinos fue una auténtica calamidad. Conocemos el caso de Villarrobledo. Allí el juez Gudiel había requisado previamente 6400 fanegas de trigo y 800 de cebada a los vecinos villarrobletanos. Se trataba de trasladar este grano a Madrid, para evitar la generalización del hambre en la Corte. En un principio se habían pedido 9000 fanegas; por eso, ya antes de la llegada del monarca se mandó otro juez de secuestros a esta tierra y, pasada la comitiva real, los embargos continuaron de mano del juez Castro del Peso. En vano, pedirá, un cuatro de marzo, el cabildo villarrobletano que los embargos no afecten al grano necesario para el consumo de los vecinos.

El 17 de marzo el alcalde mayor del partido anuncia que el monarca, acompañado de su joven esposa, ha decidido volver a la Corte por el mismo camino que le ha llevado a Valencia. Se pide al concejo villarrobletano que demuestre su devoción al monarca. Villarrobledo ofrece tres mil reales a sacar de sus propios y qué mejor presente que contribuir a un buen festín de sus cortesanos: capones, pavos, conejos, terneras y otras cosas semexantes. Apenas pasado un mes, el juez Castro embarga 1795 fanegas de trigo de los pósitos de la villa para abastecer Madrid. Los pósitos de Villarrobledo, que no han podido cobrar de los agricultores las mil quinientas fanegas de trigo prestadas para la sementera, quedan exánimes.

Margarita de Austria (1584-1611)
Para finales de marzo es inminente la llegada de la pareja real a San Clemente. Nuevos gastos se acumulan. En este caso, y entre otras cosas, tres mil fanegas de cebada y diez toros. El aspecto positivo, es que la villa de San Clemente se embellece; no solamente por el boato de sus fiestas y libreas, sino por el ensanchamiento de la plaza con el derribo de casas y tiendas. San Clemente ha quedado endeudado. A comienzos de julio se reconoce una deuda por la compra de cebada de seis mil reales y la necesidad de pagar los réditos de un censo de mil ducados tomados con motivo del viaje real.










ARCHIVO MUNICIPAL DE VILLARROBLEDO. ACTAS MUNICIPALES DE 1599
DIEGO TORRENTE PÉREZ. Documentos para la Historia de San Clemente. Tomo II. pp. 208-210
AMSC. Sección Ayuntamiento. ACTAS MUNICIPALES DE 1599

(1) La estancia de Felipe III en Las Pedroñeras. Las Pedroñeras, Blog de Ángel Carrasco Sotos