El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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domingo, 16 de mayo de 2021

Las cañadas de El Provencio

 En la persona del conde de Buendía, de la familia Acuña, recaía el cargo de alcalde mayor de mestas y cañadas, aunque ejercía su oficio con seis lugartenientes. Estos alcaldes entregadores tenían entre sus competencias:

  • ·        Atender las querellas y demandas de los pastores, bastando la probanza o juramento de dos de ellos
  • ·        Imponer penas a aquellos que labraren u ocuparen las cañadas, veredas, abrevaderos, pastos y ejidos de la Mesta
  • ·        Guardar la medida de las cañadas, que han de ser seis sogas de cuerda, de cuarenta y cinco palmos de marca la soga
  • ·        Entender las querellas entre pastores
  • ·        Cumplir los privilegios y sus confirmaciones del Concejo de la Mesta
  • ·        Haber información de los montadgos, castillerías, borras, rodas, asaduras, peajes, barcajes, pontajes y otros derechos pertenecientes que llevaren o pidieren a los pastores y sus ganados
  • ·        Imponer penas: por herir a un pastor, trescientos maravedíes; por cada media fanega ocupada, quinientos maravedíes; por quebrantar hato, trescientos maravedíes; por tomar morueco trescientos maravedíes; por tomar oveja o carnero encencerrados, trescientos maravedíes. Los alcaldes entregadores se llevaban la mitad de estas penas, otro cuarto iba para el alcalde ordinario, o acompañado en el pleito, y el segundo cuarto para el Concejo de la Mesta.
  • ·        Traer en las ciudades, villas y lugares varas de justicia y portar armas, andando y entendiendo en el dicho oficio de mestas y cañadas.
  • ·        Les den posadas que no sean mesones por sus dineros.
  • ·        Les den hombres y bestias para llevar presos y ponerlos en cárcel pública
  • ·        Obligación a que escribano público les acompañe en sus pesquisas
  • ·        No lleven los mostrencos ni mesteñas, que queden para el Concejo
  • ·        Obligación de ejercer el cargo por sí mismos, sin sustitutos
  • ·        Asignación por el concejo de la Mesta a cada uno de los seis alcaldes entregadores las provincias y cañadas para ejercer el oficio

En 1567, se asigna al alcalde entregador Luis Ortiz el partido de Cuenca que comprende: primeramente, Cuenca, sus señoríos, la Mancha y lo reducido del marquesado de Villena. Murcia y Cartagena, que se entiende las villas y lugares de la sierra aquel cabo y Lorca con Moratalla y Moratalla, Socuéllamos con todos sus términos.

 

En 1567, se presenta demanda contra Eugenio de Adrada por haber sembrado media fanega de viña en la cañada y vereda de Santa Catalina. La plantación de viñas en esta cañada se remontaba a más de cien años atrás, según los perjudicados. Allí también poseía una viña Andrés Peláez plantada hacía más de cincuenta años. Se discutía si la cañada de Santa Catalina que bajaba hasta El Provencio era recorrida o no por los ganados serranos, o vereda para los servicios de los ganados de la dicha villa que venían por ese camino hasta el pueblo a esquilar y aunque se reconocía que alguna vez habían pasado por la vereda ganados serranos con destino a los extremos, ahora era poco transitada por los mismos. Eran dos casos diferentes, sobre los que el alcalde entregador determinó de forma diferente: respeto de las viñas antiguas, pero sentenciando en contra de las plantadas a comienzos de siglo. Era evidente que el desarrollo de los viñedos había expulsado de esta ruta a los ganados.

 

En la cañada de San Cristóbal, en la mojonera con Alcaraz también surgían los conflictos: “que hera cañada y vereda rreal y muy antigua para los ganados de los hermanos del concejo de la mesta de la dicha villa del Provencio y algunas veces para los serranos que venían de los estremos a las sierras a pasar y salir al puerto que dicen de Socuéllamos donde nos pagan servicio y venían a pasar el dicho puerto de Socuéllamos los dichos ganados por la dicha cañada y vereda y veredilla que decían de San Cristóbal en tiempo de aguas porque por la cañada que decían de la mojonera de Alcaraz donde los dichos serranos tienen por más cosaria cañada no podían por ella pasar en el dicho tiempo sino hera por la dicha cañada de San Cristóbal por yntercesión que avía un puente en ella por donde pasaban los dichos ganados y por la cañada que decían mojonera de Socuéllamos a un rrío que se decía Záncara por donde los dichos serranos yban y en la dicha cañada no avía puente y por esta causa los dichos ganados serranos venían a pasar la dicha cañada que decían Sant Cristóbal y avían visto que para los dichos ganados hera cañada rreal y vereda muy antigua”.

 

La cañada de San Cristóbal estaba rompida en 1567 con campos de siembra y alguna viña por labradores como Gil López, Ginés Esteban, Francisco López, Francisco Perona, Bartolomé López el viejo, Pedro Sanz de Grimaldos, Juan López de Grimaldos, Pascual Carrasco, Cristóbal Sánchez de las Casas, Francisco Romero, Juan López de Medina, Mateo Medina, Diego de Poveda, Pedro Catalán, Hernán Sanz de Haro, Bartolomé López. Clemén Sanz, al igual que Pascual Sancho de don Sancho y otros, tenía sembrado un campo de nabos en la cañada llamada de Las Pedroñeras y Miguel Díaz el viejo, Pedro Porras, Pedro Sánchez de la Mota, Alonso Hernández de Titos, la viuda de Alonso del Provencio, Pedro Hernández, Francisca Romera, Hernando de Jérez, Andrés Ruiz y Diego López Pérez sendos campos de cebada. En la cañada de San Roque, un paraje a la salida del pueblo en la cañada de Santa Catalina, el que rompía tierras era Miguel Sanciller.

La rotura de las cañadas se hacía con la labranza de pequeñas hazas de tierra de menos de media fanega de extensión, cultivadas de cereal y, en menor medida, de vid. El cultivo de nabos, muy extendido en la cañada que iba a Las Pedroñeras, alternaba con los barbechos en el año de descanso de las tierras de pana llevar. La extensión de estas hazas o majuelos, todas inferiores a la mencionada fanega, no lleva a pensar en la posibilidad de un repartimiento de tierras previas entre vecinos. De hecho, el concejo de El Provencio no aceptaría los autos del alcalde entregador y los apelaría ante la Chancillería de Granada. La apelación del concejo de El Provencio tenía su sentido en el contexto de la política del Reino. Felipe II había decidido asumir para la Corona el oficio de alcalde mayor entregador cedido en su tiempo al conde de Buendía, en palabras de la propia provisión real de 15 de agosto de 1568, por la actuación siniestra y sin experiencia de los seis alcaldes entregadores que nombraba. En el fondo del asunto, estaba el rompimiento de tierras en los pueblos para hacer frente a la presión demográfica. El Provencio era un caso más. Ese mismo mes de agosto, la Mesta celebraba una asamblea de hermanos en Ayllón, encomendando para el partido de Cuenca, un nuevo alcalde entregador, el doctor León, para revisar las sentencias dadas por su predecesor. Los intereses de la villa de El Provencio serían defendidos por su síndico Andrés Hernández.

 

El alcalde mayor Pedro León procedió a un nuevo deslinde de las cañadas:

·        La dicha cañada e vereda que dicen de San Roque se mida desde la senda que va a Santa Catalina que está junto al majuelo de Alonso García e de allí adelante como va a Santa Catalina se mida por las noventa varas que su magestad manda que aya de cañada e desde allí a la dicha villa del Provencio mando que quede por acogida e se guarde ansí como al presente está  e que los señores de las viñas que tienen en la dicha acogida las cierren

·        La vereda que dizen de las Pedroñeras, que no es vereda de serranos sino vereda del lugar e por ella no pasavan ganados que fuesen de cañada, se guarde ansí como al presente está sin que esté más ancha ni angosta pues está como antiguamente solía estar que es como está al presente agora syn que en ella aya otra medida ny marco real pues no es cañada de las que su magestad manda aya noventa varas.

·        En la dicha vereda que dicen de San Cristóbal desde la mesma hermita adelante que está entre villas se esté como al presente está sin más anchura porque antiguamente no estaba más ancha y es muy poca distancia de tierra e salen luego los ganados estendidos en esta cañada real cosaria más de en tiempo de aguas e necesidad que acostumbran algunas veces pasar ganados serranos e desde la dicha hermita de San Cristóbal viniendo para esta villa no embargante que no sea cañada real por pertenecer costumbre los dichos ganados serranos de por ella pasar mandábase a la dicha acogida de cinco cuerdas que son setenta y cinco varas conforme a la concordia que entre el procurador del concejo de la Mesta y de esta villa a avido e que los señores de las tierras sean obligados a dexar el un año de la una parte las dichas setenta y cinco varas

La Chancillería de Granada daría por buenos estos apeos el 29 de diciembre de 1571. La ejecutoria será de 8 de enero de 1572

 

AHN, DIVERSOS-MESTA,166, N.2. Provencio (Cuenca). Ejecutoria contra la villa de Provencio sobre roturas en la cañada.


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domingo, 7 de junio de 2020

Cañadas mesteñas

Tomo 12 de Apeos de Cañadas. 

Archivo Histórico Nacional, DIVERSOS-MESTA,387,N.1


   








1.- Cañada de la Roda, Vara de Rey, Sisante (noventa varas)

La Roda

Desde el sitio de la casa de Torrecillas o Mondragona hasta dar entre la Carrasquilla y la casa del Fiel, prosiguiendo por cerca de la casa de la  Lobera, cruzando la manga que llaman de Minaya por entre la casa de Mojorne y la de la Lobera, desde allí se entra en el término de Alcaraz.

Vara de Rey

Otro ramal iba de los llanos de Juan López en Sisante hasta la Rodenada en Vara de Rey, de allí al sitio del Socarradillo, prosiguiendo junto al alto de Montoya por encima del Navarcón de Buedo y dar al haza de las Doncellas, por la parte de arriba de Sanchón, entrar en una hijuela estrecha de San Clemente y cerca de la casa de Torrecillas o Mondragona entrar en La Roda.


Sisante

La Cañada entraba por el puntal del Calvillo en Sisante, prosigue a la derecha del camino de La Mancha y llega al pino de Juana, hasta llegar en par de Casas Benítez y prosigue a dar vista al cerro de la Perra hasta el Carmen y el cerro del Cubo, luego por las lomas de las Torcas,  el vallejo del Galgo y cruzando el carril del Marañal hasta el sitio de la Lobera para entrar en término de Minaya hasta el sitio de la Reguera



2.- Cañadas de Buenache de Alarcón, Valera de Abajo, Albaladejo del Cuende y Valera de Arriba (noventa varas)


BUENACHE: Puente de don Juan>> Fuente Blanca>>Peña del Buey Rico>> Senda que va a Gascas>> La Tajada>>Camino que va a Olmedilla de Alarcón>> Villarejo>> El Candelar>> El Carril Blanco

VALERA DE ABAJO: Camino de Cuenca >> Boca del Carril

ALBALADEJO DEL CUENDE: Cerrillos Blancos>> El Caorzo>> El Alto Teresa>> El Roble>> El Padrón

VALERA DE ARRIBA: Pino del Carril>> Campo de la Torre>> La Lancha>> Pinos Altos>> Llueros de Cuenca



Buenache de Alarcón
 
De la ermita de San Sebastián por el carril Blanco, del puerto de Galeán al camino del Candelar hasta el camino del Villarejo, hasta el sitio del Palmero, camino de Olmedilla, hasta el sitio de la Tajada del Pozo, de aquí a la peña del Boyerizo,  a la par de senda de Gascas, y luego hasta la Fuente Blanca, de aquí a la boca del Arroyo Rubio, hasta llegar a la puente de don Juan "y entrar después de pasada en términos diferentes y por baldíos, pinares muy dilatados, no haber labores ni ocupaciones ningunas, respecto de ser tierra arenisca e infructífera.


Valera de Abajo

De la cañada de Albaladejo, en la heredad de Melchor Carrillo en el vallejo el Cuende,, desde allí adelante, prosiguiendo el camino real de Cuenca, hasta la boca del Carril, 

Albaladejo de Cuende

De la Boca del Carril a los cerrillos Blancos, de allí al sitio del Caorzo, hasta el alto de Teresa y el alto de Vallejo el Roble, y de allí al Padrón.

Valera de Arriba

Del sitio del Padrón(o el Paredón) hasta la majada de los Carniceros, luego hasta los sitios del Costar y el Pinos Altos, de aquí al campo de la Torre y al prado de la Torre, cerro de la Nava, pinos altos, entrando por unos montes llecos y baldíos de la ciudad de Cuenca

Cañada de Honrubia (Archivo Histórico Nacional, DIVERSOS-MESTA,368,N.1, Apeos y cañadas tomo II)

Del cerro Judío, hasta llegar al sitio de la Vuelta, hasta dar a la aldea de Valdespinar, para dar en la Fuente del Puerco y entrar en la jurisdicción de Tébar. 

3.- Cañada de La Alberca

Sitio del Garremaial, de allí a la Fuente del Caballero, de allí al sitio de las Casillas, hasta el puente de Santo Domingo, hasta entrar en término de Las Pedroñeras.


4.- Cañada de Iniesta

Campillo de Altobuey a Jorquera

Rincón de la Parra (en el límite con Iniesta)>>Casas de la Peraleja, >>y el lavajo que dicen casa de Don Pedro de Mirabueno,  >>y por la Calera al corral de Juan Ruiz, >>puntal de la Muela >>y Loma de Ledaña >>hasta el sitio que confina con el término de Jorquera

Iniesta

La Balsa o Balsilla, hasta el Horno y de allí al sitio del cerro del Gato, y camino de La Puebla, debajo del cerro Blanco,  hasta llegar al sitio del Viso del Retamal la Hoya, cruzando los caminos que vienen de la Puebla hasta la villa de Iniesta, hasta el cerro de las Llaves, por la casa de Rabades hasta llegar a la cañada de la Graja, hasta el sitio pasado el barranco la Raíz Alta, al Humilladero y al sitio de Moreno, a la vista de las casas de Villaharta, hasta los prados de la casa que llaman de Gordín, hasta el mojón Alto, a la vista del corral que dicen del Mal Tiempo, hasta límites  y senda que dicen de la villa de Jorquera, hasta llegar al sitio de la Ribera, hasta llegar al sitio de las casas del Castillo (?), a la Lomilla, adelante por el camino que viene de Villaharta a Ledaña, hasta el lugar que mataron al francés y de aquí al sitio de Casablanca, y al camino de Villamalea, hasta el barranco de la cueva del Agua, y a la ermita de San Roque, extramuros de Ledaña, de allí a las casas de Ledaña, en el pozo del Rincón, que es dentro del pueblo, 
    
5.- Cañada de Las Pedroñeras (Archivo Histórico Nacional, DIVERSOS-MESTA,368,N.1, Apeo de cañadas, Tomo II)

Viene de Villar de la Encina, pasa por la Herrada (la Rada), aldea de Villaescusa de Haro

Las Pedroñeras

Desde el pozo de Ramos entra en el término de Las Pedroñeras, hasta el sitio de la Losilla, y el corral de Piedraseca, hasta el alto del Rayo, de allí al sitio de Pinar y Losares, luego hasta el vallejo Largo, luego hasta la Boca del Pinar, de allí hasta la encrucijada de los Caminos cabo la cañada de las Varas, y al Donadío, de allí al cerro Mojón a vista del Calderón hasta el alto del Hijoso, hasta el camino real del Provencio, y llegar al cerro de Valcuerno, siguiendo por el carril de Valcuerno, avanzando la cañada de los Serranos y pasando el camino de Villarrobledo, hasta el sitio del Larguillo, cruzando el camino del Barbecho y llegando a la entrada de las Cañadas, hasta la casa de Ambrosio López, entrando en el término de las Mesas.

Las Mesas

Desde la casa de Ambrosio López, cruzando baldíos, atravesando el carril de Navato, continuando por el sitio de la Cabañuela, cruzando el carril del Pedernoso, hasta lo alto de la casa de Juan Herranz, junto al cerrillo del Aliagar, prosigue por el sitio de la Alista hasta el carril de la Raya, donde concluye el término y entra en el de Socuéllamos por las Hoyalejas y el Jaenal de los Frailes.