El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

martes, 30 de julio de 2019

Relación de los Estados de Belmonte, Alarcón y Castillo de Garcimuñoz en 1711





El lector tiene ante sus ojos una descripción sucinta, construida con las pinceladas sueltas, y la intención recaudatoria, de Juan Antonio de Salanoba, contador de la casa del Marqués de Villena y Duque de Escalona. Fechada en 1711, nos describe cada uno de las villas y lugares que conforman los Estados de Belmonte, Alarcón y Castillo de Garcimuñoz.

Las fortalezas muestran un estado de decadencia, con una notable disminución de sus economías y población; realidad que no es ajena al resto de lugares, consecuencia de los años precedente de guerra y alguna plaga de langosta. Las fortalezas, salvo en Belmonte, que ha perdido el esplendor de antaño, han sido abandonadas por sus vecinos principales, para instalarse en el llano, donde tienen sus haciendas. Incluso cuatro de los cinco curas de las parroquias de Alarcón han abandonado esta villa como residencia. El paso de la guerra ha sido cruel, reduciendo muchas vecindades a la mitad y destrozando las haciendas agrarias. Son economías que en general viven de la labranza y del cultivo de granos, donde las viñas y olivares, salvo excepciones tienen un uso doméstico. Aunque se ven signos de repunte agrario en algunos casos con los viñedos o con el aprovechamiento de las vegas para el cultivo de hortalizas. En el cultivo de los campos, contra ideas preconcebidas, el buey comparte en régimen de paridad con la mula la labranza de los campos. Estos campos de cereal, moteados de majuelos y algún escaso olivar, ven irrumpir ahora un cultivo de gran éxito y porvenir: el azafrán. La ganadería da muestras de agotamiento, los hatos están en notable disminución y en pocas manos. Son ganados menores de ovejas y cabras, aunque no faltan aventureros que se lanzan a la cría de mulas, en algún pueblo con vecinos de poca inteligencia, nos dirá el autor. Y otros, donde la cría de vacuno y su reparto indiferenciado entre los vecinos crean sociedades democráticas o de medianía, que contrastan con las fuertes diferencias de la mayoría de los pueblos.
Con breves descripciones se nos muestra la estructura social de estos pueblos, la enumeración de los vecinos principales, ya hidalgos ya pecheros, o esa mayoría de gente pobre, a la que se valora si es especialmente quieta. No faltan pinceladas psicológicas o costumbristas de algunos personajes valorando su sociabilidad o su estado casamentero que los hace buenos partidos. Aunque en el clima generalizado de decadencia lo que domina son las parcialidades y envidias.

Un documento único para el conocimiento de los pueblos de señorío de Villena del sur de Cuenca en el momento final de la guerra de Sucesión, que ponemos a disposición del lector.


Relación de lo que el contador don Juan Antonio de Salanoba ha reconocido y visto en las villas y lugares de los estados de Belmonte, Alarcón y Castillo de Garcimuñoz con ocasión de hauer estado en ellos en los meses de septiembre y octubre de 1711 de orden de su Excelencia a tomar las cuentas a los mayordomos de dichos Estados y hazer los arrendamientos de alcaualas, que todo es como se sigue

ESTADO DE BELMONTE


Villa de Belmonte

La villa de Belmonte es población muy antigua, con su muralla y castillo, y éste es una fábrica muy insigne, ha tenido más de mill vezinos de muros adentro, y al presente solo tiene 403 vezinos que pagan alcauala sin los clérigos y pobres porcionistas del Hospital. Tiene ahora 70 pares de mulas y sus cosechas principales de frutos son lo regular de 30.000 fanegas de todo pan, de vino 20.000 arrobas, de azeyte 2.000 arrobas. Hay al presente 25 atos de ganado lanar y cabrío, cógense 1.500 libras de azafrán, tiene dos mil colmenas en colmenares cerrados, ay siete molinos de viento. Los sujetos principales que en aquella villa ay y gozan del estado noble son don Agustín Moraleja, de grande trato y caudal, don Diego Cortés, alcalde actual, don Pedro Bedoya, don Manuel de Aulestia, don Diego Buedo, don Andrés de la Maza, don Pedro Luján, paje que fue del Marqués mi señor, don Diego Belmonte, don Pedro Belmonte, don Juan Belmonte, cauallero del áuito y militar, don Rodrigo de Moya, don Alonso Belmonte, don Alonso de Araque, don Gerónimo Belmonte, don Diego Montoya, don Miguel Bázquez,  y en el Estado General son los Chinchillas, Villenas, Valdolibas, Escalantes, Ochoazabala, y de ellos son Diego Escalante, Diego Valdolibas, Diego Villena y Martín de Ochoa Zauala, rector que fue del Hospital de San Andrés, y hombre abonado y de gran confianza. Tiene yglesia colegial de buena fábrica y capaz con muchas capillas dotadas. Ay dos conuentos de monjas, sus vocaciones Santa Catalina y la Concepción; un conuento de frayles franciscanos de la Obseruancia; un collegio de la Compañía de Jesús; un hospital de San Andrés en que se curan enfermos y dan ración a los pobres porcionistas y dueñas y de todo tiene el patronato la casa de su Excelencia, escepto del collegio de la Compañía y del conuento de la Concepción. Tiene agua de pie de una fuente, que antiguamente venía por cañería a la Plaza y hauiéndose perdido se yntentó reparar y se hizo más de la mitad y es lástima no se fenezca esta obra por ser de gran utilidad para aquella villa. Al presente tiene rota una dehesa con facultad real y se siembra en este año de 1711 en que se espera coger un fruto considerable. Entran en esta villa muchas rentas de granos, que en los lugares circunuecinos tienen la yglesia, los conuentos y hospital.

La villa de Hontanaya

La villa de Hontanaya tiene al presente 70 vezinos. Sus cosechas principales de frutos son granos, algunas viñas para el gasto del lugar y pocas olivas, algún azafrán y huertas de hortaliza para el lugar; tiene pozo de niebe, al presente ay dos ganaderos, que el uno de ellos es don Leonardo de Ayala, hombre noble y muy rico, con 10 pares de mulas de labor y 4 atos de ganado.

La Osa de la Vega

La villa de la Osa de la Vega tiene al presente 280 vezinos y poco tiempo ha tenía 400 vezinos. La olibas. Se halla está villa muy atrasada con débitos reales. Las más tierras y labranzas en que siembran son de forasteros, así de los conuentos, iglesia y hospital de Belmonte como de otros; sus frutos principales son de granos, vino y azafrán. Tiene al presente 9 atos de ganado lanar. Los sujetos principales en el estado noble son don Francisco Ruiz de Alarcón, hombre muy rico con ganados y labranza, don Juan Francisco Alarcón, don (en blanco) del Coso. El cura que al presente ay es don Pedro de Echenique, nauarro muy limosnero y justo.

Villas de Monreal, de Tresjuncos y lugar de los Hinojosos

En las villas de Monreal y Tresjuncos y lugar de los Hinojosos del Marquesado no estubo el contador y según las noticias que de ellos he adquirido tiene la villa de Tresjuncos 90 vezinos, la de Monreal tiene 70 vezinos, y en el lugar de los Ynojosos la parte que su Excelencia tiene serán 40 vezinos, pues la otra parte es de la Orden de Santiago. Sus cosechas y haciendas principales son granos, algunos ganados y azafrán.

ESTADO DE ALARCÓN

Villa de Alarcón

La villa de Alarcón es población muy antigua, en situación muy fuerte circundada del río Júcar, en peña tajada, con su muralla y torres por la entrada de tierra, pues por las demás partes tiene sus puentes de cal y canto. Al presente tiene como 100 vezinos y en ellos cinco thenientes curas de las cinco yglesias, cinco beneficiados y cinco sachristanes de ellas. No es tierra para labor, por ser muy quebrada con pinares y riscos. Ay algún ganado lanar y cabrío, aunque poco. En las vegas que haze el río ay muy buenas huertas de ortaliza y las más son de don Juan Granero, vezino de Alarcón. Antiguamente hauía cuatro oydores, o alcaldes, para su gobierno y ahora no ay ninguno, si no es el correxidor del Estado, que reside y vive en aquel castillo. También hauía 36 caualleros, con sus armas y cauallos, que llamaban los desaguisados, y tenían sus rentas, las quales estaban en ciertas dehesas, y como fueron faltando se fueron aplicando a los propios de Alarcón, y oy siruen para la paga de 400 ducados al año, que en arcas de San Clemente cobran por sus alcaualas, y las arrienda y cobra el concurso que de sus propios tiene formado aquella villa, el qual corre por dichas arcas de San Clemente. Los sujetos principales del estado noble son Don Diego Montoya, quien ya tiene dos hijos tratados de casar, don Gabriel de Peralta, don Diego Briones y don Juan Granero; los demás, esceptundo los clérigos y sachristanes, son gente pobre y hortelanos. Repútase por Plaza de Armas, en que ay su gobernador por el Rey. De las cinco yglesias, fueron anejos 52 lugares de aquellos contornos, como son San Clemente y su tierra, Vara de Rey, Villanueba de la Jara y otros lugares, que, al presente, son muy grandes, y por lo primitibo y de tiempo ynmemorial a esta parte se saca de sus diezmos cierta porción, que llaman los cayzes de Alarcón, con sus tres cuadrillas y viene a las rentas decimales, y se reparte en Cuenca entre los ynteresados y no obstante del pleyto que hubo con el fiscal sobre dichos cayzes, pretendiendo fuesen terzias reales, se dio probisión en Granada a 1º de diziembre de 1526 años, para que no se ynnobase en esta costumbre antigua, no obstante de la oposición del fiscal.

Villa de Honrubia

La villa de Honrubia está distante de Alarcón tres leguas y del Castillo, dos. Tiene al presente 280 vezinos y pocos años ha tenía más de 400. Alcanza muchas y buenas tierras; sus frutos principales son granos, vino y azafrán, y lo regular se recogen al año 12.000 fanegas de trigo, 8.000 fanegas de ceuada, guijas y abena o escaña; de azafrán 2.000 libras; de vino 20.000 arrobas; azeyte y ganados muy pocos. Tiene aora 30 pares de mulas y 20 pares de bueyes y burros; algunos cañamares y huertas en que ay excelentes cardos. Los sujetos principales en el estado noble son don Pedro de Astrán, mayordomo de aquellas rentas, don Christóbal de Guedo y en el estado general don Joseph de la Torre y sus hijos, don Antonio de Lara, su cuñado, Antonio Pastor de los Paños, su deudo, y muy rico, Pedro Sánchez Pastor, su hermano, y escriuano de aquella villa; los sobrinos del lizenciado Pastor, llamado el uno, Juan Pastor, que se alla muy acomodado y bien visto de todos, y estos son de una parcialidad. Y de la otra, don Andrés Sánchez, Miguel Sánchez, don Miguel Sánchez, Juan Ortega de Lara, Sebastián de Ortega, Gabadón escriuano, don Juan Antonio de Ocaña; y fuera de estas dos parcialidades ay Francisco López Parra y Alonso Requena, labradores, hombres muy de bien y de mediana conueniencia. Ay en esta villa 15 clérigos y entre ellos el doctor don Joseph de Ocaña y este es hermano del cura, llamado don Pedro de Ocaña, es mozo y tiene grande prudencia, muy querido y estimado de todos.

Villa de Tébar

La villa de Thébar tiene al presente 130 vezinos y poco tiempo ha tenía 200 vezinos, Sus frutos principales son granos, vino y azafrán y en la forma que aora está, lo regular que se coge son 10.000 fanegas de todos granos, de vino 20.000 arrobas, azeyte, 1.000 arrobas; azafrán, 1.000 libras. Tiene 7 atos de ganado lanar y cabrío, ay al presente 12 pares de mulas y 12 de bueyes. En el año de 1710 arrancaron un monte de encinas viejas y le han roto y siembran en este año de 1711. Está muy atrasada y perdida esta villa y mal gobernada con dos parcialidades, que de la una son los Ochoas, Lujanes con sus deudos, y de la otra los Villanueva y Espinosa, y de esta es don Juan de Villanueva, aunque vive en el Picazo, con la hazienda de su muger, hija que fue de doña María de Lorca, don Pedro de Villanueva su hermano, don Francisco Vizente Espinosa, don Francisco de Villaviciosa, aunque es cuñado de los Villanuevas, por su afabilidad y buen natural procura vivir con todos y es querido y estimado de todos, aun de la parcialidad contraria a la de sus deudos, de la cual es también Bernardo Alarcón, alcalde que es aora en el estado general y hombre muy de bien. De la otra, son don Joseph de Ochoa, don Joseph Luján, don Andrés de Villanueva, alcalde que es en el estado noble, don Luis de Villanueva, don Marcos Sanz de Toledo, abogado, ay un hombre acomodado y tratante en azafrán y otras cosas llamado Juan González. Tiene esta villa mucho término y bueno para ganados y en otros tiempos ha estado muy acomodado, y por la poca unión y mal gobierno se vendrá del todo a perder. Del estado noble son los Villanuevas, los Lujanes y los Ochoas y Villaviciosas.

Lugar del Picazo

El lugar del Picazo está distante de Thébar una legua y de Alarcón otra, fundado a la ribera del río Júcar, tiene al presente 130 vezinos. Su cosecha más principal es de vino que regularmente se cogen 40.000 arrobas, algún azeyte, aunque al presente están eladas todas las olibas y cortadas; de azafrán se cogen como 600 libras; de grano, 4.000 fanegas de todos ellos. Tiene al presente 30 pares de ganado de labor. Alcanza una vega al río, aunque no es muy grande, es muy pingüe para granos y azafrán y en que ay muchas huertas de membrillos, de los mejores de España. Ay junto a el lugar dos molinos de pan. El plantío de viñas y género de cepas es de lo mejor de la Mancha con algunas bodegas y cuevas en las nuestras heredades. Es lugar bien gobernado y está en paz y unión. Los principales sujetos en el estado noble son don Francisco del Campo, ya muy anciano, don Juan de Villanueva, hijo que fue de don Matheo de Villanueva de Thébar y don Fernando de Montoya, su tío; en el estado general (que son los que gobiernan el lugar y suponen más que todos) son don Domingo Pérez Carrillo, alcalde que al presente es, y el más rico y de capacidad, don Domingo Pérez Cardos, su pariente, don Gaspar Pérez Cardos, hijo de éste, don Matheo Pérez Arraiz, ya anciano y tío de todos estos, don Alfonso Cardos Toledo, deudo suyo y abogado, el cual está muy achacoso, el cura propio de este lugar y de una de las cinco yglesias de Alarcón, es don Pablo Cardos Toledo. Está este lugar muy desempeñado y aunque es aldea de Alarcón no se quejan de que se les haga extorsiones por aquella villa.

Rubielos Altos

El lugar de Rubielos Altos es arrabal de Alarcón, tiene 50 vezinos. Sus frutos principales son 1.000 fanegas de todos granos y 4.000 arrobas de vino y algún azafrán. Tiene 12 pares de ganado de labor, mulas, bueyes y burros. Es toda gente pobre, sin que aya persona de su posición. Es el último lugar del partido de Alarcón y dista de Villanueva de la Jara dos leguas.

Valhermoso

El lugar de Valhermoso está destruydo, pues solo han quedado doze vezinos y estos muy pobres. Su cosecha principal es de granos, muy pocos, y algunas viñas, sin que aya persona de su posición en él.

Villa de la Olmedilla

La villa de la Olmedilla tiene cien vecinos, alcanza una vega de muy buenas tierras en que ay muy buenas huertas de ortaliza, de repollos, y pimiento para vinagre y berzas grandes, con riego de un arroyo, que permanece todo el verano y con que muele un molino de cubo, cerca del lugar. Uno de los principales tratos es el de las dichas güertas. La cosecha de granos será de 2.000 fanegas, de azafrán 2.000 libras, viñas tiene algunas, aunque pocas, al presente tiene 18 pares de bueyes, 4 de mulas, y 6 de burros. Es paso para Valencia desde Madrid. Las más de la huertas son del mayorazgo de don Joseph de Aro, vezino de Chinchilla. Viven en esta villa tres curas, de los de las cinco yglesias de Alarcón. Los principales sujetos son Juan Martínez, el más rico del lugar y tratante de azafrán, potros y otras cosas, y su sobrino Joseph Galdano, Simón Navarro y José García Lucas, alcaldes actuales, Dionisio y Miguel Gabaldón, Sebastián Navarro, fiel de fechos, todos del estado general. Es lugar desempeñado, parece que bien gobernado.

Lugar de Gascas

El lugar de Gascas tiene 40 vezinos, alcanza buena vega de tierras al río Júcar para la labranza y en que ay buenas huertas de ortaliza y casi todas ellas son de don Francisco Pacheco de Solís, vezino de San Clemente. Tiene 18 pares de bueyes y su cosecha de granos, será como de mil fanegas de todo pan, algún azafrán, aunque poco. Ganado bacuno con que hacen sus crías, tienen alguno.

Barrio de Valverdejo

El lugar de Valverdejo tendrá como 20 vezinos y en él ay un barrio que tendrá doze vecinos que pertenecen a la antigua jurisdizión de Alarcón y las alcaualas tocan a la casa de su Excelencia y aora se ha mudado a él, Bartolomé Bonilla de medianas combiniencias de labor y gandos, que se ha de ajustar por sus alcaualas aparte.

Barrio en la Atalaya

La villa de la Atalaya tiene cien vezinos y ella tiene el Marqués mi señor la jurisdizión y nombra justicias. A el lado que mira a Alarcón ay un barrio que aora tiene ocho vecinos, y estos pagan a su Excelencia la alcauala, y los demás de la villa lo pagan en arcas reales de San Clemente. Alcanza buenas tierras en que se cogen muchos granos y azafrán, que son las cosechas principales de esta villa. Los sujetos principales son Juan Pastor Jareño, Pedro López, hombre de conueniencias, y Pedro de Torres, todos del estado general. Es pueblo muy desempeñado y al parecer bien gobernado. En dicho barrio tiene su Excelencia el horno de Poya de pan cozer, que se arrienda


Cañadajuncosa

El lugar de Cañadajuncosa tiene como 50 vezinos. Es de cuatro jurisdicciones, que la una es de Honrubia, adonde pagan su alcauala; otra de Alarcón y los vezinos de ésta pagan a su Excelencia la alcauala; otra de Thébar, adonde pagan su alcauala. Los frutos principales de este lugar son cosecha de granos y azafrán y algunas viñas.





ESTADO DEL CASTILLO DE GARCIMUÑOZ


Villa del Castillo de Garcimuñoz


La villa de Castillo de Garcimuñoz está situada en un cerro, es población antigua, tiene al presente 140 vezinos y 18 clérigos, dos conuentos, uno de frayles y otro de monjas de San Agustín. Sus cosechas principales son de granos, azeyte, vino y azafrán y regularmente se cogen 12.000 fanegas de todos granos, 3.000 arrobas de vino y 3.000 de azeyte, 200 libras de azafrán; tiene tratos de puntas y de encajes ordinarios, aunque al presente está muy menoscabado. Tiene 40 pares de mula de labor y 10 burros. Ay en esta villa dos estremos de caudales, unos muy grandes y otros muy pobres. Los sujetos principales son en el estado noble los Melgarejo, los Araques, los Pobedas, los Montoyas, los Contreras, los Linzeras, y de ellos son de una parcialidad los Melgarejos y de la otra los Pobedas y continuamente están encontradas. Don Francisco Melgarejo es cauallero del áuito de Alcántara y alcalde actual en el estado noble de la dicha villa del Castillo, aunque su casa y hazienda la tiene en el lugar del Pinarejo; tiene grande caudal de muletada, de yeguada y ocho atos de ganado lanar y una machada; su alcauala va a parar al cauezón del Castillo y al presente lo tiene en ajuste separado. Don Diego Melgarejo su primo, aunque tiene su mayorazgo no lo pasa sobradamente y es hombre de gran juicio y desinterés. Los demás sujetos que al presente ay son don Julián de Pobeda, hombre sagaz y astuto, sus dos sobrinos que son don Manuel y don Agustín de Pobeda, mozos quietos y atentos, don Rodrigo de Pobeda, don Nicolás de Pobeda, don Joseph Melgarejo, clérigo, es hermano de don Francisco, don Juan Cauallón, don Thomás de los Herreros, cauallero del áuito es vezino del Castillo, aunque tiene aora su domicilio en Torrubia. Hay dos curas en dicha villa y de ellos es el uno don Joseph Espinosa Zapata. Es lugar mal gobernado, por mirar cada uno de los principales sujetos, más por sus intereses más que por el bien común, lo que ha sido motivo para acabar con la plebe y que solo haya dos estremos, unos muy pobres y otros muy ricos.


La villa de la Hinojosa


La villa de la Ynojosa solo tiene 40 vezinos, con algunas viudas pobres y el año de 1708 tenía 80 vezinos. Su cosecha principal y única es labranza; tiene muy buenas tierras para azafranales y viñas y por ser la gente poco aplicada no tiene cosa de esto. Al presente solo ay cinco pares de mulas y cinco de bueyes. La cosecha de granos será según la vecindad que aya, pues la presente es muy corta, tanto que en el año pasado de 1710 no tocó a su Excelencia cosa alguna de granos de tercias en dicha villa. Es lugar mal gobernado y con parcialidades y los muchos pleytos que ha tenido le tienen destruydo. Su término es dilatado para ganados, aunque al presente solo ay dos atos cortos. De los vecinos todos son ydalgos escepto 13 pecheros. Los apellidos de los que gozan el estado noble, todos con sus executorias: los Álbarez y Montoya, los Álbarez Araques, Álbarez Rebec, Álbarez de Moya, Aranguren, Ortizes, Menas, Tébares y Arias, Contreras y Lomas. Los apellidos de los pecheros son los Pernías, que estos han pedido la posesión de ydalgos, los Toledos, los López, y los Serranos. Los sujetos de más nombre son don García y don Francisco Montoya, don Pedro Arias, don Bítor Santoya, un clérigo que llaman don Francisco Montoya, es caueza de una parcialidad contra la de don Pedro Arias.


Villa de la Almarcha


La villa de la Almarcha tiene 140 vezinos, alcanza muy buenas tierras para todo género de frutos. Al presente ay 40 pares de ganado de labor. Sus cosechas principales son al presente de 10.000 fanegas de todos granos, de 400 libras de azafrán, algunas viñas y olivas, para el gasto de vino y azeyte del lugar. Su término es suficiente para mucha labor y ganados, pues llega hasta cerca del río Júcar, una legua de distancia que pasa de dicha villa. Los sujetos principales en el estado noble son don Francisco Antonio de Moya, mayordomo de las rentas de su Excelencia en el partido del Castillo, su hijo don Bítor de Moya que es ya mozo casadero y de buen natural, don Joseph de Astrana, alcalde que al presente es, y don Diego de Montoya; los demás son labradores y buena gente, aplicada al trabajo. Es lugar bien gobernado y sin parcialidades y está desempeñado. Tiene un monte de encinas mediano, que es el que únicamente ay en todo el partido. Dista un cuarto de legua de la villa del Castillo. El pozo Ayrón tan nombrado es muy cerca de esta villa de la Almarcha y es como una laguna y se dice que en medio no se le alla suelo.


Pinarejo


El lugar de Pinarejo tiene 50 vezinos de gente pobre labradora, escepto dos casas principales de grandes caudales, que la una es de don Francisco de Melgarejo (de quien queda dicho en la villa del Castillo) y la otra es de los hijos de don Julián Belinchón, que están muy acomodados con grande hazienda de raíz y labranza y 6 atos de ganado lanar. Sus cosechas principales son de labranza con unas viñas y olibas, aunque para el gasto del lugar. Es lugar quieto y está desempeñado. Los Melgarejos gozan y los Belinchones no gozan del estado noble.


Torrubia


El lugar de Torrubia tiene 40 vezinos y poco tiempo ha tenía más de 80 vezinos. Alcanza buenas tierras, su trato principal es de la labranza y algunas viñas; al presente ay 10 pares de labor, sin la de los Cañizares y don Thomás de los Herreros y la alcauala de éste va al cauezón del Castillo, de adonde es vezino. Los principales sujetos son don Ginés y don Nicolás de Cañizares, hermanos, y su padre y abuelo de éstos fueron criados de la casa de su Excelencia y aora son dichos dos hermanos vecinos de San Clemente, aunque en este lugar de Torrubia tienen su hazienda, adonde al presente vive el dicho don Thomas de los Herreros, cauallero del áuito, y solamente este y los Cañizares gozan del estado noble que los demás son todos una pobre gente y quieta


Montalbanejo


La villa de Montalbanejo es población muy antigua, fundada en un cerro y alcanza buenas tierras y grande término para labranza y ganados. Al presente solo tendrá como 80 vezinos y en el año 1709 tenía 200 vezinos, pues con la plaga de langosta se han ydo del lugar a otras partes. Su cosecha principal y única es labranza, pues, aunque las tierras son muchas y buenas para viñas y azafranales, la gente es poco aplicada. Al presente ay 10 pares de mulas y 3 de bueyes y antiguamente se dice hauía en la dicha villa 120 pares de mulas y 80 atos de ganado y aora no ay más que 6 atos, que los cuatro son de doña Ana Fernández, viuda de don Juan de Benita. Es lugar mal gobernado y está muy empeñado en débitos reales. Los sujetos principales en el estado noble son don Diego y don Gerónimo de Villagarcía, y otros de este apellido, don Diego, don Sebastián y don Juan de Briones, don Martín Lorenzo de Lizana, don Pedro Fernández de Luz, Don Diego de la Solana, y a don Alfonso de Garay parece que le quieren aora empadronar, aunque sus ascendientes gozaron y sobre ello ay litigio. Los que no gozan del estado noble son don Pedro del Campo Moya, alcalde que al presente es del estado general, don Diego Lizana, don Andrés Ximénez y los Araques.


Zafra


La villa de Zafra es población de la mesma antigüedad que Alarcón, está en un alto peñasco, sitio muy fuerte y los tejados de unas casas están al ygual de las calles y puertas de otras y están a la ombría. Tiene como 70 vezinos y pocos años ha tenía 150 vezinos. Las tropas enemigas hicieron por allí tránsito en el año de 1706 y padeció saqueo general y quemaron algunas casas. Su cosecha principal es como 4.000 fanegas de granos y algún azafrán, aunque poco. Las viñas, que hauía muchas se han cuasi acabado de perder. Tiene largo término y es bueno para ganados de todo género y en expecial para ganado vacuno. Al presente tienen 150 bacas que son de los más de los vecinos y 2.000 obejas y 60 yeguas, que las 20 son del comisario y otras 20 tiene allí Miguel García Polo con un garañón y aora empieza contrato de mulas y es el más rico del lugar. No ay vezino alguno muy pobre ni muy rico si no es una medianía casi en todos. Es gente aplicada y trabajadora y el lugar está desempeñado y ha sido bien gobernado, aunque en lo común son los vezinos de poca inteligencia. Los principales sujetos son Miguel García Polo y su hermano Juan García Polo y estos con otros que se les arriman parecen tiene alguna adbersión con Miguel García Pastor escriuano y su hermano Juan García Pastor, cuñados que éstos son del cura don Basilio Moreno Carrizo, quien es mozo muy agudo y Visitador General del Obispado de Cuenca y de la Collegial de Belmonte y su partido. El término confina con muchas jurisdicciones estrañas de otros señores, y se tiene por cierto hauer quitado a esta villa muchos pedazos y buenos y, en expecial, por la parte del Congosto, que es del conde de Mora, y se dice es más de un cuarto de legua y de buena calidad; y que la parte de la Torre Buzeyte, señorío del Hospital de Santiago, que también se ha yntrometido en otro pedazo. Necesitase de hazer apeo judicial del término de dicha villa, pues no ay noticia se aya echo de muchos años a esta parte, y si alguno hauía, se le llevaron las tropas enemigas con otros muchos papeles y será bien se busque en el Archibo de su Excelencia si ay alguno sobre esto.  En dicha villa tiene la casa de su Excelencia elección de oficios de justicia absoluta sin proposición la cual con las alcaualas y tercias fue compra especial y se agregó a la Mayordomía y partido del Castillo. Los oficios de Correduría y Almotazanía son propios de aquella villa por compra que de ellos hizo. Tiene en lo bajo del río una vega, que por no aclararse la madre del río está perdida con juncares, aunque para los ganados es d grande utilidad. Don Leonardo de Ayala, vezino de Hontanaya, tiene en esta villa grande hazienda de tierras y casa, y aora pone en ella cuatro pares de bueyes para labrarlas.

Nota: todas las dichas villas y lugares de los referidos Estados de Bemonte, Alarcón y el Castillo de Garcimuñoz están en el Obispado de Cuenca y los más pertenecen a las Arcas Reales de esta dicha ciudad y algunos a la de San Clemente.

FUENTE.  ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL. NOBLEZA. FRIAS. C. 702, D. 7

domingo, 28 de julio de 2019

Notas sobre la guerra del marquesado de Villena en Iniesta y Villanueva de la Jara


Diego González de Ocaña hizo llegar sus quejas al Consejo Real. Denunciaba las atrocidades de la guerra del Marquesado en Iniesta, consecuencia de la enemistad de bandos que se vivía en la villa. el suyo era un lenguaje de odio racial, identificador del otro por la sangre cristiana o judía que pudiera llevar en sus venas: unos eran los sebosos; otros, los almagrados. Las rencillas de antaño habían derivado en la primera fase de la guerra del Marquesado en muertes.

Iniesta confiesa en las Relaciones Topográficas ser la primera villa del norte del Marquesado de Villena que se rebeló contra don Diego López Pacheco. Es cierto que Fernando el Católico había decidido llevar la guerra al Marquesado trasladando desde el Reino de Valencia a las tropas de Juan Ruiz de Corella, duque de Cocentaina, y de los hermanos Fabra para debilitar al marqués desde un nuevo frente creado en la parte oriental y que Mosén Zarzuela había jugado un papel primordial en la guerra, pero no hemos de ver a los vecinos de Iniesta como sujetos militarmente pasivos. Lo que en el sur del Marquesado se jugaba como guerra de pugna por las fortalezas era guerra fratricida en el interior de las comunidades del norte. Las tropas valencianas no conquistaban las villas, eran los vecinos los que "entraban las tropas foráneas"; no todos los vecinos, pues las comunidades estaban partidas por las rencillas. Hemos dicho tropas, pero en el lenguaje de la época su intervención se veía como acción de malhechores y lacayos. Los vecinos de Iniesta no parecían tener en aquel momento conciencia de ser leales o traidores a la causa real. La adscripción a los bandos era previa a las divisiones políticas creadas por la muerte de Enrique IV entre seguidores de Isabel y Juana la Beltraneja. El propio Hernando del Castillo, alcaide de Alarcón e inmerso en estas querellas, se definía tiempo atrás, él que pasaba por converso declarado, como almagrado; ahora la guerra, con las nuevas fidelidades creadas delimitaba con nitidez los bandos, a pesar de aquellos que por las circunstancias se encontraban en el bando no deseado.

Fueron los almagrados de Iniesta los que facilitaron la entrada en la villa de los hombres de guerra de los vizcondes de Chelva, Roger Ladrón de Pallás, y Biota, Jimeno de Urrea. Poco antes estas tropas se habían hecho con Requena y Utiel, reconocidas como villas de realengo el 18 y 26 de marzo respectivamente. Hablamos de la primavera de 1476, pues sabemos que, si para el 18 de marzo Requena está en manos de la Corona, la fortaleza sigue en manos de los fieles al marqués y su alcaide Pedro de Arronis, que poco después acabará traicionando a su señor y entregando la fortaleza. Así, nos queda la duda de cuánto debe la incorporación de Iniesta a la Corona y a los tejemanejes de Fernando el Católico por debilitar a don Diego López Pacheco, privándole de las rentas de los puertos secos del este de Castilla y cuánto a los propios deseos de los iniestenses de expulsar a los sebosos de su villa.

La liberación de las villas de la margen izquierda entre el Júcar y el Cabriel contó con el apoyo de tropas aragonesas y valencianas; la sumisión a la Corona se hizo ante el capitán y copero real mosén Miguel de Sarzuela, barón de Jerica, que por carta real de veinte de agosto de 1476, recibía en remuneración a sus servicios 150.000 maravedíes a pagar de los bienes embargados de todos aquellos enemigos favorables al adversario de Portugal y al marqués de Villena de las fortalezas de Alarcón, Belmonte y Castillo de Garcimuñoz y de los lugares a cuya emancipación había contribuido: Iniesta, Villanueva de la Jara, El Peral, Motilla del Palancar, Barchín y, al otro lado del río, El Cañavate[1]. La intervención de las tropas aragonesas en la guerra del Marquesado de Villena había sido acordada en la junta de Alcira de seis de agosto de 1475

Por otra parte, como el rey había mandado que se hiciese guerra en el Marquesado de Villena, el conde de Corella proveyó que todos los barones de aquel Reino se juntasen en la villa de Alcira, a seis de agosto, y procurose que Sarzuela fuese con su gente a servir en aquella guerra[2]

Jimeno de Urrea y Roger Ladrón de Pallás, yerno y suegro entre sí, le acompañarían. El segundo, vizconde de Villanova y Chelva, nos consta que intervino en la liberación de Requena, Utiel e Iniesta, pues recibiría en recompensa a sus servicios el título de capitán general por el Consejo Real el 10 de julio de 1476 en la ciudad de Vitoria[3]. Miguel Sarzuela venía de la guerra por la recuperación de Ejerica o Jerica, que le había sido arrebatada a la muerte de su padre por Juan Añón, y que había ganado de nuevo por la ayuda prestada por el conde de Cocentaina, gobernador general del Reino de Valencia. La gente de guerra de Sarzuela, sus lacayos, debían constituir una fuerza militar pequeña, aunque suficientes al contar con el apoyo de los vizcondes de Biota y Chelva. El ascenso militar de Sarzuela en la guerra del marquesado fue tan fulgurante como triste su destino; rebelada de nuevo Jerica a comienzos de 1478 por Juan de Añón, Sarzuela fue a refugiarse a la pequeña localidad de Toro, perteneciente a su baronía, allí fue apresado y, junto a dos de sus criados, colgado de un palo por los hombres de Juan Añón[4]. Miguel Sarzuela pagaba con su vida lo que debió constituir una rebelión antifeudal de sus vasallos, que afectó además a la cercana Segorbe. 

Los hermanos Fabra, libertadores de Villena o Almansa han sido glorificados por la historiografía albacetense, nosotros no haremos lo mismo con los libertadores de Requena, Utiel, Iniesta o las aldeas del Valdemebra, consciente que nos encontramos ante un estrato de la baja nobleza aragonesa, cuyos miembros actuaban como bandidos y malhechores feudales. Actuaban por dinero y hacían del saqueo la paga de sus servicios. Roger Ladrón se tomó al pie de la letra la carta que le nombraba capitán general en aquello que se refería al necesario auxilio de los vecinos de las villas reducidas en posada, pertrechos y posadas para quedarse con la hacienda de los liberados. Y no hablamos solo del caso de Pedro de Ocaña, que vio requisadas doscientas cabezas de ganado, sino de otros muchos vecinos que dejaron sus ganados al otro lado de la frontera valenciana por temor a los embargos del marqués y ya no los recuperaron. Sin duda, Juan II de Aragón debió ver en la guerra castellana una salida para la nobleza aragonesa que se desangraba en luchas banderizas.

Como representante de la Corona Miguel Sarzuela fue llegando a sucesivas capitulaciones con las villas reducidas a la Corona en las que les concedía el título de villa, la jurisdicción plena y la promesa de un término impreciso de momento, si eran lugares, o el respeto a sus privilegios pasados si gozaban ya del título de villa, caso de Iniesta. Estas capitulaciones serían confirmadas poco después a su otorgamiento por el Consejo Real.

Las capitulaciones de mosén Miguel de Zarzuela con la villa de Iniesta combinaban la confirmación de derechos junto a las compensaciones de carácter económico. El asiento entre Iniesta y el capitán real se desarrollaba en varios capítulos, que conocemos por las confirmaciones posteriores de 21 de mayo de 1476 en la ciudad de Valladolid: exención de la villa para pagar el servicio de 40.000 maravedíes anuales, que los Pacheco le habían exigido en su sojuzgamiento; la recuperación de 370.000 maravedíes prestados a don Diego López Pacheco sobre las rentas reales de los tres años siguientes; exención de alcabalas a aquéllos que había contribuido con sus mantenimientos a la gente de guerra de la Corona presente en la villa; recuperación para la villa de un pozo con su ejido del que se habían apropiado los Pacheco; garantía de la integridad de los propios y rentas a favor de la villa y su no enajenación, y, por último, la no enajenación de la Corona real, dando por nulas cualesquier concesiones a favor de caballeros o prelados en tiempos pasados[5]. Una villa temerosa se hizo reconocer y confirmar los privilegios el 28 de agosto de 1476[6].

Desde Iniesta, ganada como cuartel general de las tropas realistas, se fue conquistando el resto del territorio al este del Júcar, que se apresuraron a que le Consejo Real reconociera las capitulaciones acordadas con mosén Miguel de Zarzuela y la exención de Alarcón como nuevas villas de realengo. Villanueva de la Jara obtiene el título de villa el 8 de julio de 1476; Motilla y Barchín del Hoyo, el 15 de enero de 1477 estas dos últimas villas ni El Peral, del que no tenemos carta de título de villa, no aparecen en la concordia de once de septiembre de 1476, entre las nuevas villas de realengo, aunque sabemos que fueron tomadas anteriormente por mosén Sarzuela). Villanueva de la Jara fue colmada de mercedes que la realidad dejaría en deseos postergados para comienzos del siglo siguiente. Villanueva de la Jara trató de obtener el 8 de septiembre en la ciudad de Segovia y tres días antes de la firma de la primera concordia aquellas mercedes que le permitieran andar como villa eximida, pero del análisis de las concesiones se deduce el doble filo de unas regalías que en el fondo reconocían su dependencia de Alarcón para seguir subsistiendo. Como villanueva, nacida en el último cuarto del siglo XIV, lo había hecho bajo el marco jurídico del fuero de Alarcón. Villanueva se apresuró para ver reconocida una foralidad que le daba una situación privilegiada

e porque esa dicha villa sea mejor guardada e estedes mejor poblados e mantenidos que me suplicauades e pedyades por merçed que vos dyese liçençia e facultades para que fuésedes jusgados por el fuero que tyene la dicha villa de Alarcón e que aquél fuese entre vosotros guardado segund e en la forma e manera que lo guardan e tyenen los vesinos de la dicha villa de Alarcón e sobrello vos mandase proveer de rremedio o como la mi merçed fuese e yo tóvelo por bien e mandé dar esta mi carta en la dicha rrasón por la que vos do liçençia e facultad para que en esta dicha villa e entre vosotros tengades el dicho fuero de la villa de Alarcón e por aquel vos judguedes e seades judgados para sienpre jamás[7]

La merced, que daría lugar a pleitos futuros, en especial, a lo tocante a la elección de oficios, fue acompañada del mantenimiento de los usos comunes del suelo de Alarcón[8] y la concesión de unos amplios términos que en teoría tenían por límites el Júcar al oeste, Iniesta al este, Alarcón al norte y Jorquera al sur. Eso era reconocer un gran estado de la entidad de San Clemente o Iniesta; Alarcón no lo aceptaría nunca. La concesión era ambivalente, pues junto a la concesión de unos términos definidos por realidad se apostaba por otros que respondieran, a costa de Jorquera y Alarcón, al derecho de guerra y expolio del vencedor. Entre los límites definidos se reconocía

que partades términos con las villas de Yniesta e de Alarcón e de Jorquera en esta guisa que dende el mojón de entre Yniesta e el Peral que es çerca del camino que va de Yniesta a la Noguera por el dicho camino adelante fasta en par de Aguililla e de allí que dexe el camino que vaya derecho al çerro la Pila e de allí que vaya derecho al çerro del Aspiro e de allí por ençima del Poso Seco derecho a la Balsilla que está en camino del Cadoço que va a Alarcón e de allí derecho el lauajo el Espino e de allí por ençima del alcor del Rroblesillo e de allí el entradero de la Goçeçilla de Mingo Habón e asy por debaxo de la rribera de rrío Xúcar fasta llegar al término de Xorquera que parte con el término de Xorquera e Yniesta[9]

Era una concesión de tierras enorme, más limitada al norte, donde la repoblación y roturación de tierras estaba más asentada, pero con las únicas fronteras del Júcar y de los históricos términos de Jorquera e Iniesta, al este, sur y oeste. Pero las tierras que se extendían junto al Júcar eran tierras sin roturar en su mayoría, concesiones más propias de la repoblación medieval y con los derechos recogidos en el fuero de Alarcón. Se trataba de suplantar a esta villa en el sur de su amplio alfoz, haciendo cesión a Villanueva de la Jara de los viejos derechos forales, que se apropiaría del espacio por un derecho de conquista. La redacción del Consejo Real era simple copia de las cartas de repoblación medieval

que entretanto que las dichas villas se rredusen a mi seruiçio (Alarcón y Jorquera) podades tomar los dichos términos como dicho es e los enajenar e thener por vuestros e como vuestros con todas sus entradas e salidas e usos e costunbres e derechos e pertenençias rreales e mixtos e personales quantas ha e aver deue e les pertenesçen e pertenesçer deue en cualquier manera e por qualquier rrasón que sea con todas sus dehesas e árboles con fruto e syn fruto e aguas estantes e corrientes[10]

La concesión se hacía tres días antes de la concordia firmada el once de septiembre entre el marqués don Diego López Pacheco y la Reina Católica e iba acompañada dos días después de otra carta real que concedía a Villanueva de la Jara cuantas mercedes, gracias, libertades e inmunidades gozara la villa de Alarcón[11]. Isabel la Católica estaba haciendo una apuesta que marcará el futuro de Villanueva de la Jara y también, para explicar su declinar, de la villa de Alarcón. Quizás ahora entendamos ese escudo con el águila de San Juan y las armas reales de la Reina Católica que todavía se conserva.

La apuesta era crear una gran villa y un extenso alfoz al servicio de la corona real, que hiciera sombra a Alarcón y al marqués de Villena. La decisión, en el mismo momento, que se firmaba la paz con el marqués era una invitación a continuar la guerra. La historiografía albaceteña nos dice que el casus belli de la segunda fase de la guerra fue la fortaleza de Chinchilla; pero no es cierto del todo, pues en los campos al norte y este de la ribera del Júcar no había paz, la guerra continuaba en forma de reyertas entre bandos que, nacidos en Iniesta, ahora se trasladaban a la Jara en una lucha por apropiación de la tierra a la que la carta real citada daba carta de naturaleza. Es este momento por el que apostamos como fecha de nacimiento de las aldeas jareñas como Casasimarro, Tarazona, Quintanar o Gil García. No discutimos si había o no formas aisladas de poblamiento; sencillamente creemos que los hombres son conscientes que son repobladores que acceden a la propiedad de la tierra por el derecho foral a roturarla. La villa de Alarcón no podía aceptar este hecho; liderada por su alcaide Hernando del Castillo, se vio abocada a la guerra para defender su territorio frente a la Corona y frente a la Jara, que ahora empieza a llamarse orgullosamente como tierra enemiga de hidalgos. Así surgió la segunda guerra del Marquesado que fue la primera guerra que, por su marco territorial, podríamos llamar como una guerra conquense de lucha por la libertad. Sin embargo, Isabel la Católica, que lo había confiado todo a sus capitanes Pedro Ruiz de Alarcón y Jorge Manrique y a las ansias de libertad de estas pequeñas comunidades rurales, no fue capaz de valorar la resistencia enérgica de persona como Pedro Baeza o Hernando del Castillo; hombres de hierro que suplían la débil voluntad de don Diego López Pacheco. A sangre y fuego, en especial el maquiavélico alcaide de Alarcón, estos hombres supieron defender y preservar gran parte del alfoz de Alarcón. La villa de Alarcón le debe todo a Hernando del Castillo, aunque simplemente haya que empezar por recuperar su memoria.

Las mercedes reales fueron consolidadas a lo largo del año siguiente de 1477. Destaca la licencia para la construcción de un molino propio en clara colisión de los derechos que gozaba ya no Alarcón, sino algunos señores como los Castillo o los Pacheco[12]. La construcción de ese molino se haría efectiva cuarenta años después mediante un acuerdo con los herederos de los Pacheco de Minaya, que permitía al concejo de Minaya tener ruedas propias en los llamados molinos Nuevos.

MORATALLA nos aproximó a estas luchas de bandos por el estudio de la confesión del alcaide del Alarcón, Hernando del Castillo, años después a los inquisidores[13], pero nos queda todo por saber. Si la historiografía albacetense se ha centrado en la intervención del duque de Cocentaina o los hermanos Fabra en las fortalezas de Villena o Almansa, nos falta el estudio de la intervención de valencianos y aragoneses de los vizcondes de Chelva y Biota en las tierras conquenses del marquesado del Villena entre el Cabriel y el Júcar. Ya no solo hablamos de la liberación de Iniesta sino de otros hechos de gran importancia para el futuro de la zona; tal es el nacimiento como simples alquerías de las aldeas jareñas de Quintanar o Tarazona por impulso real del propio Fernando el Católico para debilitar la posición del marqués en la zona. Aparte del testimonio difuso de algún contemporáneo sobre este hecho poco conocemos, más allá de la aparición de topónimos aragoneses en la zona y del establecimiento en la zona de militares llegados con ocasión de la guerra y cuya figura más conocida es Antón Clemente, capitán de guerra, en este caso, llegado acompañando las tropas de Juan Fernández de Heredia en el Marquesado de Moya.

Iniesta se debió reducir a finales de marzo o comienzos de abril, ya que, para el 21 de mayo de 1476, en Valladolid, el Consejo Real se apresuraba a dar por buenas las promesas de mosén Zarzuela a la villa. Pero la villa daba pocas muestras de estar pacificada. No obstante, por una de las promesas recogidas en las capitulaciones con mosén Miguel de Sarzuela se deduce que las tropas reales se asentaron en la villa que actuó como cuartel general para la conquista de la comarca oriental del Júcar y que contaron con el apoyo de vecinos para el abasto de las tropas reales; colaboración vista como imposición pues se vieron obligados a proveer a bajos precios de pan, vino y ganado a los soldados, cuando no a la simple requisa de sus bienes.

Pensamos en grandes ejércitos y grandes enfrentamientos, pero la realidad era otra. El rey Fernando podía contar con fieles para hacer la guerra y esos fieles se contaban con los dedos de la mano y la gente de guerra que les seguía no eran más numerosos. Requena, Utiel o Iniesta cayeron desde Valencia, por la intervención del vizconde de Chelva y la ayuda que a éste le dio su familia, pues Jimeno de Urrea, vizconde de Biota, antes que adalid de la causa fernandina, era el yerno de Roger Ladrón, casado con su hija Elvira Ladrón. Hacer la guerra era aventura que no siempre salía bien; aventura muy costosa, que solía financiarse sobre la rapiña de los bienes arrebatados a los vencidos. Otro de los Ocaña, el luego asesinado  Pedro, denunciaba, esta vez a la Reina Isabel, pues poca justicia esperaba alcanzar del rey Fernando, al vizconde de Biota, con la esperanza que le devolviera las ciento sesenta yeguas arrebatadas, más de veinte bestias de labor y veinte potros arrebatados el mes de junio de 1476; los Reinos no marcaban fronteras pues los equinos fueron requisados mientras pastaban en el prado de Bertolo, sito en la villa de Chelva, para ser llevados a la Villa de Manzanera. La razón era fruto del engaño, pues el conde de Chelva había ofrecido sus prados y tierras a los ganados de las villas de Iniesta y Alcalá para evitar que fueran requisados por los hombres del marqués. Las envidias y delaciones hicieron el resto[14]. Era el veinte de agosto de 1476, y aún se esperaba clemencia real, pero la corte real establecida en Segovia aquel final de agosto de 1476 era un hervidero de intrigas. Mientras Pedro de Ocaña lloraba sus agravios en la Corte, los procuradores de Iniesta trataban de consolidar la realidad nacida de la guerra y ver reconocidos los privilegios reafirmados y otorgados por mosén Miguel de Sarzuela en el momento de la reducción de Iniesta a la Corona Real[15]. Las mercedes obtenidas por Alfonso de Cubas dos meses antes, derecho de asadura y oficio de merino, eran ahora negadas el 28 de agosto. En el invierno de 1476-1477 la reina Isabel estaba en Ocaña; hasta allí fue Pedro de Ocaña pidiendo justicia y restitución de los equinos embargados

Los tiempos de concordia cambian bruscamente ese año de 1477 y la solución dada por la Corona desde finales de 1477 también. Como gobernador del marquesado ya no estaba el pusilánime Alfonso Manuel, sustituido por el más enérgico licenciado Frías el 11 de noviembre de 1477, poco dado, al igual que la reina Isabel, a los compromisos. La carta de nombramiento del licenciado Frías como gobernador menciona específicamente el clima de debates y disputas en ese final de 1477 en la ciudad de Chinchilla y en la villa de Iniesta y dicho licenciado verá añadido a su título de gobernador el de justicia mayor de Chinchilla e Iniesta lo que demuestra la gravedad de los sucesos del otoño de 1477:

entienda en los debates e quistiones en esta dicha çibdad de Chinchilla e villa de Iniesta nueuamente acaesçidos[16]

Estos vaivenes de compromisos y actitudes beligerantes separaban al rey Fernando y a la reina Isabel. El primero confiaba en sus servidores para la guerra tanto como dudaba de su escaso número de hombres en un ambiente ajeno y hostil; la reina Isabel, sin duda, sabía del odio que despertaban las exacciones del marqués en estas tierras y se lo jugaba al todo o nada, apostando por un impreciso sentimiento de rebeldía que movía a los hombres de estas tierras. Sería ilusorio pensar que la villa de Iniesta quedó sometida a la Corona real en la primavera de 1476. La denuncia de la lucha de bandos por Diego González de Ocaña es de 27 de septiembre de 1478; la muerte de su hermano y primos debió acaecer el año de antes, pues Pedro de Ocaña se quejaba todavía en el Consejo Real para abril de 1477. Seguramente la intervención de los dos vizcondes de Biota y Chelva, inducida por el bando de los almagrados y la muerte de tres miembros de la familia Ocaña tenga lugar en el otoño de 1477.

que al tienpo que el bando de los almagrados metieron los lacayos e jentes de los viscondes de Chelva e Uiota dis que fueron muertos Pedro de Ocaña su hermano e Diego de Turiel e Ruy Gonçales sus primos e rrobado el bando de los sebosos e a él dis que le fueron rrobado de su casa en dineros e plata e joyas e otras cosas fasta en quantía de çiento e çinquenta mill mrs.[17]


Previamente y desde la primavera los ánimos estaban enconadas; a las requisas de bienes por el vizconde de Chelva, se sumó un incidente que nos demuestra cómo los bandos iniestenses iban más allá de partidarios de la Corona o del marqués. La muerte del comendador Pedro Plazuela, el licenciado Ruiz y Miguel de Ródenas en Jorquera fue seguida de una venganza cruel de partidarios del marqués en Iniesta y Villanueva de la Jara, pero algunos de los iniestenses que siguieron a los partidarios del marqués no eran de su partido. De hecho, el gobernador Alonso Manuel procedió contra estos iniestenses rebeldes, pero no contra los partidarios del marqués[18]. Algunos de los héroes de la independencia de la villa de Iniesta contra los Pacheco como Alonso García de Mingo Juan o Pascual de Játiva, partidarios realistas declarados, acabarían ahorcados en las plazas de Madrid y Cuenca, respectivamente[19]





[1] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147608,431. Merced a Miguel de Zarzuela, capitán y caballero de la Casa Real, de 150.000 maravedís sobre los bienes de los vecinos de Belmonte, Castillo de Garcimuñoz y Alarcón que los hubieren perdido por estar ayudando al 'adversario de Portugal'.
[2] ZURITA, Jerónimo: Anales de la Corona de Aragón. Libro XIX, capítulo XXXIV
[3] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147607,493.  Concesión de los lugares y villas del marquesado de Villena que redujese Roger Ladrón de Pallas, vizconde de Villanova y de Chelva, del Consejo Real
[4] ZURITA, Jerónimo: Anales de la Corona de Aragón. Libro XX, capítulo XX
[5] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147605, 309, 327, 328, 370, 378, 379 y 380
[6] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147608,561
[7] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147609,587. Merced a la villa de Villanueva de la Jara para que goce del fuero que tiene la villa de Alarcón
[8] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147609,586. Licencia a Villanueva de la Jara para pacer, segar y cortar leña en término y montes de Alarcón

[9] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147609,588. Merced a Villanueva de la Jara para que pueda partir términos con las de Iniesta, Alarcón y Jorquera
[10] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147609,588. Merced a Villanueva de la Jara para que pueda partir términos con las de Iniesta, Alarcón y Jorquera

[11] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147609,589. Merced a Villanueva de la Jara para que goce de todas las honras y preeminencias de que gozan la villa de Alarcón y las demás del reino
[12] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147703,157. Licencia y facultad al concejo y vecinos de Villanueva de la Jara para hacer un molino en término de la villa
[13] GARCIA MORATALLA, Pedro Joaquín: La tierra de Alarcón en el Señorío de Villena (siglos XIII-XV). IEA Don Juan Manuel. Albacete. 2003, pp. 188 y ss.
[14] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147608,578. Al vizconde de Chelva y al de Biota, a petición de Pedro de Ocaña, vecino de Iniesta, para que le devuelvan las yeguas que le tomaron
Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147704,153.  A Juan Ruiz de Corella, conde de Cocentaina, gobernador general del reino de Valencia, a petición de Pedro de Ocaña, vecino de Iniesta, para que haga ejecución en los bienes del vizconde de Villanova, señor de Chelva, para responder del valor de ciertas bestias que algunas gentes de dicho vizconde le tomaron

[15] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147608,561. Carta a petición del concejo y vecinos de la villa de Iniesta para que se guarden sus privilegios
[16] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147711,287.  Nombramiento de gobernador y justicia de Chinchilla a Fernando de Frías
[17] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147809,56. Comisión sobre daños causados por la lucha de bandos en Iniesta.
[18] Archivo General de Simancas,RGS,LEG,147704,132. Al doctor Alfonso Manuel, del Consejo Real y gobernador del marquesado de Villena, ordenándole que sobresea y no proceda contra los que hicieron algunos daños en las villas de Iniesta y de Villanueva de la Jara en venganza de las muertes en Jorquera del comendador Pedro de la Plazuela, del licenciado Miguel Ruiz y de Miguel de Ródenas,

[19] GARCIA MORATALLA, Pedro Joaquín: op. cit., p. 193