El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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domingo, 3 de marzo de 2024

JOSÉ DE HARO CASTAÑEDA Y FERRER

 

GENEALOGÍA DE DON JOSÉ DE HARO CASTAÑEDA Y FERRER (bautizado el 5 de mayo de 1666 en Villanueva de la Jara)

PADRES

Antonio de Haro y Castañeda, vecino de Chinchilla, y Ana Isidora Ferrer, natural de Villanueva de la Jara

TÍAS POR PARTE DE PADRE

Francisca de Haro (madre de Fernando Antonio Núñez y Robres, caballero de la orden de Montesa) y Magdalena de Haro (madre de Marcos Enríquez, caballero de la orden de Montesa)

ABUELOS PATERNOS

Diego López de Haro y María Castañeda, naturales de Alarcón, y residentes en Motilla

ABUELOS MATERNOS

Juan Ferrer, natural de Villanueva de la Jara, y Francisca Rosillo Ruiz de Alarcón, natural de Palomares de Campo (hija de Gaspar Rosillo, natural de San Clemente y sobrina de Francisco de Alarcón, obispo de Pamplona y Córdoba, del linaje de los señores de Valera de Arriba)

Partida de Bautismo de Juan Ferrer

Villanueva de la Jara, 27 de febrero de 1587, hijo de Martín Ferrer y Ana de la Osa

En la iglesia de Santa María de Alarcón se encontraban los libros sacramentales del resto de iglesias de la villa de Alarcón: Santísima Trinidad, San Juan, Santo Domingo, Santiago y la propia iglesia de Santa María. Los libros habían sido trasladados allí desde el resto de iglesias. En 1654, la iglesia de la Santísima Trinidad sufre un incendio en el que se pierden los libros de Bautismo. El incendio afecta a la sacristía y archivo parroquial.

Diego López de Haro había sido bautizado en la parroquia de la Trinidad, donde se bautizaban los hombres principales de Alarcón; los bautizados en esta iglesia tenían el privilegio de antelación para las becas del Colegio de Cuenca del Monte Olivete de Salamanca. Don Diego de Haro vivía en la calle de los Caballeros, perteneciente a la parroquia de Santa María; los Haro tenían en la puerta de su casa y los cuartos de las mismas, sus armas en los escudos. Los Haro de Alarcón tenían su enterramiento ("sepultura sumptuosa") en el presbiterio de la iglesia de San Juan


Archivo Histórico Nacional, OM-CABALLEROS_MONTESA,Exp.243

La Memoria de Pedro de Montagudo

 El vínculo fundado por Pedro de Monteagudo en Villanueva de la Jara lo conocemos por el pleito entre Juan de Alarcón Prieto y Cristóbal de Alarcón en 1664. Aunque el pleito, que ya venía con otro descendiente de Pedro Monteagudo y del mismo nombre en 1660. 

Pedro Monteagudo era el cuarto abuelo de Juan de Alarcón y, aunque el pleito venía por una heredad en la vega y unas casas, el hecho de que cincuenta hombres estuvieran recogiendo la cosecha de Juan de Alarcón en 1670 da testimonio de la envergadura de la hacienda. El mayorazgo había sido fundado por Pedro de Monteagudo y Catalina Ruipérez; pero, ¿existía tal mayorazgo? En realidad, de los bienes vinculados ahora en litigio estaba en una memoria y obra pía de hacía más de cien años  fundada por Catalina Ruipérez, sobre los que se pretendía fundación de mayorazgo por una escritura de 22 de junio de 1559 y que eran capítulos matrimoniales al casar la hija de los fundadores de la memoria, Catalina Monteagudo con do Diego Flórez Carrillo, vecino de Cuenca. A dicha memoria se aplicarían en 1572 las casas de morada en Villanueva de la Jara, en las llamadas cuatro calles, lindantes con otras de Pedro López de Tébar, así como una huerta en la vega de la villa. Los bienes estaban cargados con censo enfitéutico de 20 ducados.


Archivo Histórico Nacional, CONSEJOS,23836,Exp.4

lunes, 25 de diciembre de 2023

LOS CLEMENTE Y EL CONVENTO FRANCISCANO DE VILLANUEVA DE LA JARA

 Capillas en el convento de San Francisco del Nombre de Jesús en Villanueva de la Jara, sitas en el crucero

  • Capilla de San Julián, obispo de Cuenca. Afecta al vínculo fundado por el licenciado Dionisio Clemente. Dos retablos de madera dorada.  Uno de San Juliá y otro del Ángel de la Guarda
  • Capilla de Santo Tomás apóstol. Afecta al vínculo fundado por el licenciado Tomás Clemente. Hay dos retablos de madera dorada. Uno es de Santa Silveria y el otro de Santo Tomás
Sobre los retablos de Santo Tomás y San Julián están los escudos con las armas familiares: a mano derecha de dicho escudo hay una escuadra y debajo de ella una pera y sobre esta dos estrellas. Y a la mano izquierda un pino con dos ardas en su tronco y dos perros siguiéndolas, cuyo escudo está cubierto de un morrión mirando a la derecha.

Asimismo se reconoció que en el altar de Santa Silveria está una urna dorada con cristales y dentro los huesos de dicha santa.

Clemente de Arostegui y Herrera y Calomarde, Antonio José

Archivo Histórico Nacional, OM-CABALLEROS_SANTIAGO,Exp.1980

domingo, 26 de noviembre de 2023

Villanueva de la Jara en 1639: una villa apretada y afligida

 En 1639, Villanueva de la Jara seguía el mismo camino que el resto de villas del corregimiento de San Clemente: el de quiebra de su hacienda municipal y el de la ruina económica de la propia villa. Los prohombres de su ayuntamiento, con apellidos que marcarán el devenir del pueblo en el siglo XVII (López de Tébar, Ferrer, Clemente, Ruipérez o Cañavate), reconocían que las deudas de la villa ascendían a 16000 ducados y que los prestamistas tenían su vecindad en Cuenca, Requena y Quintanar del Rey. Lo que no se decía era la vinculación familiar y comunidad de intereses de los miembros del concejo con esos prestamistas.

El origen de la ruina estaba fuera, en las necesidades militares de la Corona, y el reclutamiento, esta vez forzado, de hombres y recaudación de dineros para la llamada dotación de presidios. Los presidios eran plazas fuertes, donde se ubicaban soldados, que como arietes, ahora defensivos de la amplia geografía del imperio español en Europa, mantenían a salvo España del enemigo exterior. Las tornas habían cambiado para el todopoderoso Imperio y ahora se temía por la llegada de la guerra al suelo patrio. Ya en 1598 se había formado una milicia general de Reino, un primer y potencial ejército peninsular que debía defender con miles de hombres, reclutados en cualquier momento, el territorio peninsular de los ataques extranjeros. Aunque en el primer tercio del siglo XVII, la preocupación estuvo en la costa mediterránea y los ataques berberiscos, en la década de los treinta se decidió apuntalar los presidios africanos con nuevos hombres y, poco después, ante el peligro francés, se buscaron nuevos destinos para los reclutas en Huesca y el norte de Cataluña o plazas como Fuenterrabía, eso que hoy llaman Hondarribi, y que, entonces, se hizo famosa el año 1637, por un reclutamiento en toda Castilla de hombres para levantar el cerco francés. Si alguna vez ha existido un sentimiento patrio de España fue en aquella ocasión, especialmente después de la victoria contra los franceses, bien es verdad, que los soldados reclutados no sabían que, tras ser embarcados en Cartagena, su destino era Vascongadas. De estos reclutamientos tendremos ocasión de hablar, pues fueron muy crueles: jugaban las rencillas para deshacerse de vecinos del pueblo no queridos o poco asentados, junto a foráneos y gente rahez. La tragedia es que el común no llegó a ver que los próximos reclutas serían los labradores mientras araban sus campos.
Pero hasta que llegó el cataclismo de la década de los cuarenta y la guerra catalana, los hombres y los pueblos vivían ajenos a un futuro catastrófico que se avecinaba. Villanueva de la Jara no era diferente a otros pueblos. Una minoría enriquecida se estaba haciendo con el poder. El acaparamiento de tierras iba acompañado de su participación en los proyectos monárquicos que exigían cada vez más dinero. La Corona vendía todo, y ese todo era lo que los pueblos habían tenido como propio. Lo compraban las élites del pueblo: la almotacenía o correduría (pues estos impuestos municipales iban a sus bolsillos, en gran parte) o el oficio concejil de alguacil mayor, y pagaban los vecinos con nuevas sisas y repartimientos de tributos. Es ahora, cuando las viejas familias, que han adquirido una proyección regional, así los López de Tébar con enlaces familiares con los Ferrer en Requena, los Ruipérez presentes en las viejas aldeas jareñas de Tarazona y Quintanar o los Clemente, que de las aldeas dan el salto a Cuenca, adquieren esa notoriedad que ya no han abandonado hasta el presente. Su ascenso social va parejo a la ruina de los pueblos.

Villanueva de la Jara para hacer frente a sus deudas tuvo que consignar bienes y rentas para pagarlas en virtud de un decreto de 13 de octubre de 1636. Se decía que el concejo de la villa estaba muy apretado y de día en día se iba apretando más y sus oficiales estaban afligidos por no tener ni un real con que pagar. Era tal la presión de los acreedores, que la villa pedía que los pagos se graduaran en el tiempo para hacerlos efectivos y se nombrara un administrador para llevar las cuentas del concejo. Los gastos se habían multiplicado en los últimos años: la compra del privilegio de almotacenía y correduría había supuesto dos mil trescientos ducados, mientras que los donativos otorgados a la Corona ascendían a cinco mil ducados. En esta situación, Villanueva pidió una consolidación de su deuda, es decir, una graduación en los pagos y el nombramiento de un administrador que evitara las vejaciones y constantes gastos añadidos que le suponía el envío constante de ejecutores por los acreedores.

Entre los dineros tomados prestados a censo estaba un censo de 2500 ducados tomados en Requena al convento de monjas de la recolección de San José de la orden de San Agustín. Otros censualistas eran el convento de monjas de Santa Clara de Villanueva de la Jara, don Francisco Gómez de Sandoval, caballero de Santiago, como marido de doña María Román y Ortega, vecinos de Cuenca y regidor, doña Ana de la Cadena, viuda y vecina de Cuenca, don Melchor Granero de Heredia, vecino de Alarcón, Juan de Oñate Parreño, vecino de Quintanar del Rey, y Pascual Caiz, vecino de Quinatanar y de Villanueva de la Jara.

GASTOS ANUALES DEL CONCEJO DE VILLANUEVA DE LA JARA en 1637
  • Salario del corregidor de San Clemente: 17500 maravedíes
  • Salario del oficio de alférez mayor de la villa: 2500 mrs.
  • Salario de veintinueve regidores perpetuos a 500 maravedíes cada uno: 14500 mrs.
  • Salario de alcaide de la cárcel: 14000 mrs.
  • Salario de la persona que rige el reloj: 6000 mrs.
  • Salario del portero del ayuntamiento: 4500 mrs.
  • Salario del pregonero: 9000 mrs.
  • Salario del organista: 6000 mrs.
  • Salario del sacristán que toca las oraciones y a las ánimas del Purgatorio de noche: 3000 mrs.
  • Limosna que se da cada año a los conventos de San Francisco y de Nuestra Señora de las Nieves por los sermones de Cuaresma: cien reales (3400 mrs.)
  • Salario a los músicos de voces y chirimías que asisten a la iglesia parroquial de la dicha villa: 20000 mrs.
  • Salario del que toca el "uajín": 6000 mrs.
  • A los músicos que asisten con chirimías y van tocando delante del Santísimo Sacramento cuando se lleva a los enfermos: 6000 mrs.
  • Para la procesión del día de la Cruz de mayo hasta Nuestra Señora de Pozoseco, a una legua de Villanueva, y del pan, vino y queso que se da a los pobres: 15000 mrs.
  • La media anata de lo que procede en cada un año de las rentas de la escribanía, de la correduría y de la almotacenía del año 1637, se mando cobrar la décima del dicho año, y los seis antecedentes: 92301 mrs., 13180 mrs. al año
  • El salario del mayordomo de los propios: 8000 mrs.
  • Por cada raposa que se mata, 100 mrs. y de los lobos que se traen muertos, de ayuda de costa y por recoger la camada de los lobeznos: 200 reales (6800 mrs.)
  • De llevar la recaudación de la bula de la cruzada hasta la ciudad de Cuenca: 200 reales (6800 mrs.)
  • Gastos de la fiesta del Santísimo Sacramento del Corpus Christi y su octava: 20000 mrs.
  • De los gastos necesarios para reparar las dos casas de molinos: 200 ducados (75000 mrs)
  • De los gastos necesarios para reparar los once hornos en la villa y lugares de su jurisdicción, algunos de ellos hundidos: 600 ducados (225000 mrs.)
  • De los gastos necesarios para reparar la torre que tiene un reloj, con riesgo de hundimiento del chapitel: 600 ducados (225000 mrs.). Según algún testigo, los gastos podían llegar a mil ducados
  • Por los gastos de despachos para la guerra y otros ordinarios enviados por el corregidor de San Clemente: 100 ducados (37500 mrs.)
  • Por llevar los soldados de presidios a la villa de San Clemente y vestirlos y darles de comer hasta que parten de San Clemente: cien ducados (37500 mrs.)
  • Salarios del escribano y contador por tomar las cuentas de propios: 3400 mrs.
  • Del pago de las pensiones de los censos y llevar los dineros a Alarcón, Cuenca, Requena y Quintanar: 330 reales (11220 mrs.)
  • Gastos de papel sellado: 10200 mrs.
  • Reparación de la cárcel, sala del concejo, puentes y caminos: 50 ducados (18750 mrs.)

Ayuntamiento de Villanueva de la Jara de 10 de enero de 1638

Pedro López de Tébar y don Martín Ferrer, alcaldes ordinarios
Andrés Clemente, Pedro González de Tébar, Jorge Gabaldón, Antonio López Cardos, el licenciado Juan de Poblete y Tébar, Gregorio García, Alonso de Ruipérez, Juan Cano Carretero, don Andrés Pardo, Andrés de Gura Clemente, Pedro Monteagudo Cañavate, Alonso Cañavate, Martín Saiz, don Andrés de Alarcón Rosales, Juan Prieto y Juan Ortín Cardos

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS CIVILES, C-9819-19

sábado, 4 de noviembre de 2023

Monteagudos y Flores (los)

 Catalina de Monteagudo era viuda de Diego Flores Carrillo. Diego Procedía del lugar de Olmedilla de Eliz, era hijo de Juan Flores y Catalina Carrillo. El abuelo Diego Flores procedía del lugar de Zarzuela, con fama de rico y doce manadas de ganados, había casado dos veces, la primera con Francisca Enríquez y la segunda con Beatriz Carrillo. Del padre Juan Flores se conocía que había muerto de un saetazo en Olmedilla. 

Del abuelo Diego Flores tenía un hermano, Jorge Flores, que vivía en Torrecillas, con fama de rico. Un hermano del padre, Juan Flores, llamado también Jorge, al parecer había ganado ejecutoria de hidalguía en Zarzuela.


ENTRE LA MANCHA Y LA ALCARRIA: LOS CARRILLO
El apellido Carrillo llega al sur de Cuenca de la mano de los Ruiz de Alarcón, cuando Martín Ruiz de Alarcón, señor de Valverde, Talayuelas y las Veguillas, casa con María Alonso Carrillo, hija de Gómez Carrillo y Urraca Albornoz. Sabemos de un Hernán Carrillo que vende los molinos Nuevos al señor de Minaya Rodrigo Pacheco en 1453 y que a continuación fija su residencia en Olmedilla de Éliz junto a su mujer María Torquemada.
Nos interesa especialmente esta vinculación entre la Mancha y la Alcarria. Consideramos que este asentamiento de los Carrillo en Olmedilla de Éliz supone la ocupación de nuevo de un lugar que había quedado despoblado en los umbrales del siglo XIV al XV. Es más, tenemos conocimiento de asentamiento de nuevos pobladores en Olmedilla, desde el lugar de Arrancacepas en la mitad del siglo XV. Poblamiento un tanto salvaje con hombres de Arrancacepas raptando mujeres en pueblos vecinos para formar nuevas familias en Olmedilla de Éliz. Este poblamiento desde Arrancacepas también se dio en el lugar de Castillo de Albaráñez, aunque aquí se retrasó a la época posterior a 1480, cuando acabó la guerra. El impulsor del nuevo poblamiento de Castillo de Albaráñez sería la familia Moreno, declarados isabelinos, sexmeros y luchadores contra las injerencias nobiliarias en la zona.
El caso es que Olmedilla de Éliz prometía ser finca de una rama familiar de los Carrillo, pero algo se torció en los años finales del siglo XV. La falta de sucesión masculina debió contribuir a ello, pues que Catalina Carrillo casa con Juan Flores hacia 1500. La llegada de los Flores a Olmedilla de Éliz supone al aparición de un nuevo apellido, procedente de un lugar próximo de Cuenca, la aldea de Zarzuela (y asentado también en Torrecillas). Los Flores eran grandes poseedores de ganados, olvidando pronto el lugar de Olmedilla para establecer su residencia en Cuenca; contribuye a este hecho otro accidental: la muerte de Juan Carrillo de un saetazo en Olmedilla, en oscuras circunstancias. El hijo de Juan, Diego Flores será preso del infortunio. Un primer enlace matrimonial con los Enríquez fracasa por la muerte de su mujer Francisca; el segundo matrimonio será con Catalina de Monteagudo, de Villanueva de la Jara, otra familia que extinguirá el apellido por falta de varón y dilapidará la fortuna en fundaciones conventuales en Villanueva de la Jara. Entretanto el apellido Carrillo, se establecerá de nuevo en el señorío de Valera de Yuso vía matrimonial con los Inestrosa, pero de nuevo desaparecerá a comienzos del siglo XVII, no sin haber dejado antes otra fundación conventual: la carmelita descalza a cargo de Luisa Carrillo, auténtica fundadora de las carmelitas en Valera, más que la venerable so Ana de San Agustín.
Idas y venidas entre la Mancha y la Alcarria que no llegan a consolidar alianzas que se traduzcan en la forja de grandes patrimonios. Y unos apuntes para completar algún día


ACHGR, HIDALGUÍAS, SIGN. ANT. 301-84-10

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Ferrer de Plegamans (Requena y Villanueva de la Jara)

 Basta que una genealogía sea suficientemente completa y exhaustiva para tener dudas de ella. La genealogía de Pedro y Martín Ferrer, presentes en Villanueva de la Jara a comienzos de siglo XVII, lo era y se remontaba hasta los orígenes de la familia en Tarragona, tal como acudieron a la justicia el año 1609.

Martín y Pedro Ferrer eran hijos de Pedro Ferrer el mayor y Ana López, a su vez hijo de Martín Ferrer y Juana Martínez Pedrón. Este Martín Ferrer era hijo de otro Pedro Ferrer e Isabel López. Todos ellos eran naturales de Requena, pero, a partir de aquí, había que buscar los ascendientes fuera de esta localidad. El ultimo Pedro Ferrer citado era hijo de Juan Ferrer y Elvira de Pedrón y nieto de Antonio Juan Ferrer y Beatriz de Plegamans

Antonio Juan Ferrer procedía de la casa solar y castillo fuerte llamada de Rausel en el Campo de Tarragona, Su hijo Juan había abandonado la casa solar por "ciertos bandos y pesadumbres" y se había ido a vivir a la villa de Siete Aguas, en el Reino de Valencia, donde se había casado con la mencionada Elvira de Pedrón. Eran conocidos por entonces como los "ferreres del Rausel". Este Juan había huido de Tarragona por estar inculpado en la muerte de un caballero. 

Según los testigos la casa fuerte del Rausel destacaba por su prestancia. Hacia 1609 era señor Jusepe Ferrer de Luna y Plegamans "en la antigüedad de la traza del castillo fuerte y torreonado del Rausel, el qual era de los de más ostentación de toda la tierra y además de estar dentro y fuera rodeado de escudos de amas antiquísimas, la dicha casa estaba dentro muy llena de despoxos como eran paveses, adargas, armaduras de cauallos, ballestas antiguas, todo con la traça de los tiempos antiguos de la conquista y avía oydo decir este dicho testigo y visto en papeles antiguos del dicho castillo cómo avía sido cerca de quinientos años a por uno de los condes de Barcelona en ocasión de la guerra y sitio de Bauço a uno de los antecesores del dicho señor de Rausel que lo era sin averse nunca vendido, alienado ni traspasado". "Y que quando se había traído la reliquia santa del braço de Santa Tecla de Armenia a la dicha cibdad que debía de auer trecientos años fueron los señores del dicho Rausel de los caualleros que más se señalaron y avían onrrado en la dicha xornada". Los Ferrer se jactaban de su hidalguía mostrando las armas de su escudo familiar en sus casas principales: "y avían traído sus armas en sus reposteros y portadas de sus casas que eran unas herraduras y unas rosas". La familia intentaba mantener la vieja tradición militar. Así, el último de la saga, el licenciado Pedro Ferrer, nombrado capitán para "la xente de guerra que se avía hecho para el rebato de los moriscos", coincidiendo con su expulsión el año 1609.

Hacia 1595, tanto Pedro Ferrer el viejo como su hijo Pedro entran en conflicto con el concejo de Requena. Ese año, Martín Ferrer ya estaba afincado en Villanueva de la Jara, donde había casado en segundas nupcias. Los conflictos de los "ferreres" en Requena habían sucedido al intentar acceder a los oficios concejiles, alegando el derecho de los hidalgos a ocupar la mitad de los oficios. Pedro Ferrer, padre e hijo fueron incapaces de presentar ejecutoria de hidalguía, y es de pensar que los conflictos con el concejo de Requena les llevará a asentar su morada en Villanueva. Pedro el viejo había casado dos veces; la primera, con Ana López de Tébar (la hermana del capitán Llorente López de Tébar e hija de un regidor y familiar del Santo Oficio del mismo nombre), hacia 1555, de cuyo matrimonio había nacido Martín y el licenciado Pedro, y la segunda vez, con Ana Carrillo, de cuyo matrimonio habían nacido Pedro Ferrer Carrillo y Ana Ferrer Carrillo. Su hijo Martín había ido a casarse en Villanueva de la Jara hacia 1583, pero habiendo enviudado había vuelto a Requena. Posteriormente casaría por segunda vez, volviendo a Villanueva de la Jara. Su hermano Pedro se había casado en 1595 en Valencia con Catalina Pedrón de la Cárcel (1), probablemente después de entrar en colisión con el concejo de Requena por  la hidalguía, aunque un tiempo después se había asentado en Requena. La presencia de los Ferrer en Villanueva de la Jara es anterior, pues ya el padre en su primer matrimonio con una mujer en Cuenca y se había asentado en un primer momento en esa villa antes de volver a Requena. Esa primera mujer era una de las mujeres más ricas y de los linajes más principales de Villanueva de la Jara: Ana López de Tébar. Los López de Tébar, uno de los pilares de la república pechera de Villanueva de la Jara, olvidaba la vieja constitución que declaraba a la villa como enemiga de hidalgos para abrir la puerta a las ambiciones familiares del ennoblecimiento. El matrimonio había vuelto luego a Requena hasta que Pedro el viejo enviudó. Del matrimonio habían nacido Martín y el licenciado Pedro. Martín había casado dos veces, ambas en Villanueva de la Jara. Uno de estos matrimonios es con Ana de la Osa, según las investigaciones de Julia Toledo Y Sebastián Hernández. La primera hacia 1583 y la segunda hacia 1600. Tras el primer matrimonio había vuelto con su mujer a Requena, pero con el segundo había fijado su residencia en Villanueva de la Jara, aunque no abandonó la vecindad en Requena, donde pasaba gran parte del años al cuidado de sus numerosos ganados. Su hermano Pedro había casado en Valencia para volver a instalarse en Requena.

Entre Requena y Villanueva de la Jara, distantes trece leguas, se movían los Ferrer. Requena era una villa que apenas si llegaba a los mil vecinos, mientras que Villanueva de la Jara rondaba los mil cien, es decir ambas villas se movían en torno a los cinco mil habitantes. A pesar de lo cual, de Requena se decía que "era lugar corto adonde todo se sabía". Los Ferrer buscaban consolidar la riqueza en este mundo donde nada era ajeno y se sabía de la hacienda de los López de Tébar en Villanueva y también buscaban el reconocimiento social. En Requena ejercían como familiares del Santo Oficio del Tribunal de Cuenca (oficio que también desempeñaría Martín Ferrer en Villanueva y que ya había desempeñado el suegro de su padre, Llorente López de Tébar), un paso previo en su reconocimiento de hidalguía. Para conseguir la ejecutoria, jugaban con la confusión de vecindades. Si el concejo de Requena se oponía al reconocimiento de su hidalguía, en Villanueva, ahora el ambiente era más favorable por el interés particular de algunas familias de ver ese mismo reconocimiento. Los estudios de Julia Toledo y Sebastián Hernández sobre la familia jareña de los Saiz de Pozoseco nos describen un entramado de alianzas familiares, que hacen recaer gran parte de la fortuna de esta familia, a la que conocemos de tiempos de la guerra del Marquesado, en otra familia jareña no menos antigua los López de Tébar, y el posterior ennoblecimiento de estos viejos linajes pecheros con los Ferrer de Requena. Es un caso similar a los Clemente, o al menos lo creemos a día de hoy, a los que tenemos por pecheros y que buscarán el reconocimiento personal y la hidalguía con la alianza familiar con una familia vasca: los Arostegui, presentes en Villanueva de la Jara desde el segundo tercio del siglo XVI. Los Clemente habían consolidado su riqueza con alianzas de sangre y económica con los Villanueva y Carrasco de Albacete y buscado su reconocimiento social con el apoyo a la obra franciscana en la Jara y la reserva de dos capillas del convento de los frailes menores a la familia.

El caso de Martín era curioso. Casó dos veces y las dos en Villanueva de la Jara. Desconocemos quién fue la primera mujer, con la que vivió diez años en Villanueva, pero sí sabemos que viudo, volvió a casar en segundas nupcias con Ana de la Osa. El apellido de la Osa lo conocemos desde la guerra del Marquesado, como una de las familias que adquirieron protagonismo contra el marqués de Villena, pero somos incapaces de seguirles la pista durante el siglo XVI, hasta que nos aparecen como una de las principales familias poseedoras de ganados en San Clemente. Curiosamente, Martín, que aunque casado en Villanueva prefería la residencia en Requena, es citado con un gran ganadero. Recibiendo la herencia de los López de Tébar, los Ferrer asentarán su patrimonio en Villanueva de la Jara, en torno a las llamadas Casas de Ferrer, que será la nueva denominación de la alquería de Pie de Asnos (2). Martín tuvo un camino tortuoso para ver reconocida su hidalguía. De hecho, fue empadronado con los pecheros tanto en Villanueva de la Jara en los años 1585 a 1602 como en Requena en los años 1603 a 1605, como lo sería su hermano en esta última villa en los años que iban de 1601 a 1611. De hecho, la familia había sido tratada como pechera en los padrones que se conservaban en Requena desde la década de 1550. A pesar de todo, los Ferrer obtendrán sentencia de hidalguía el 29 de mayo de 1612. La carta ejecutoria sería el 20 de diciembre de ese año. Los Ferrer serían aceptados como hidalgos en el ayuntamiento de Requena de 10 de enero de 1603(3)


Documentos presentados por los Ferrer para su pelito de hidalguía:

  • Capitulaciones matrimoniales de Antonio Juan Ferrer y Beatriz de Plegamans
  • Testamento de Antonio Juan Ferrer por la que declaraba que la casa solariega de Rausel era inalienable hasta la cuarta generación
  • Dote otorgada por Antonio Juan Ferrer a Beatriz de Plegamans
  • Capitulaciones matrimoniales de Juan Ferrer y Elvira Pedrón
  • Declaración de Miguel de Montalguy y Soldevilla de los títulos dados a un ascendiente de la familia por los condes de Barcelona del castillo de Rausel, tras la batalla del Bauço

(1) AHN. ORDENES MILITARES, SANTIAGO, Exp. 3056. Vicente Ferrer de Plegamans.

(2) Sobre la propiedad de Casas Ferrer, esto es lo que nos dicen Julia Toledo y Sebastián Hernández, al recaer la herencia de los Ferrer de Plegamans en los Haro por el matrimonio de Ana Isidora Ferrer de Plegamans con Diego López de Haro Ludueña (capitulaciones matrimoniales de 2 de noviembre de 1650: "La madre declaró que la novia aportaría al matrimonio aparte de diversos bienes libres raíces muebles que le tocaron de la hijuela de su padre el mayorazgo cuyo principal se componía de la heredad de PIES DE ASNOS a la que había sido añadido varios bienes por Martín, su abuelo y primer poseedor del mayorazgo, y Juan Ferrer de Plegamans de la Ossa su padre, todos estos bienes valían de 14.000 ducados. Esta heredad fue dada en herencia a Martín Ferrer de Plegamans López de Tébar, que fue hijo de Ana López de Tébar y Pedro Ferrer de Plegamans, por su tío Pedro López de Tébar marido de María Saiz Tébar de Pozoseco, verdadera propietaria, que dejó encargado a su marido que fundar a un patronato con la heredad Pies de Asnos-Casa Ferrer- que dejó a Martín por ser hijo de Ana la hermana de Pedro"

(3) Archivo Histórico Nacional, OM-CABALLEROS_SANTIAGO,Mod.229

SOBRE LOS FERRER DE PLEGAMANS VER LOS ESTUDIOS DE VALENTIN CASCO FERNÁNDEZ: http://valentincasco.blogspot.com/

ACHGR, HIDALGUÍAS, SIGN. ANT. 301-102-35








martes, 6 de diciembre de 2022

Los Gómez de Espinosa de Iniesta

 Martín Gómez de Espinosa y Pedro de Espinosa su hermano


El pleito de los Espinosa con el concejo de Iniesta por su hidalguía se remonta a 1525. El doctor Martín Gómez de Espinosa, alcalde de casa y corte y Pedro de Espinosa eran hijos de Pedro de Espinosa y Catalina Gómez, casados en Villanueva de la Jara. Catalina Gómez era hija de Martín Gómez el hidalgo, el único que había en Villanueva en el siglo XV, fundador de capilla en la iglesia parroquial. El abuelo era Ruy Gómez de Espinosa, supuestamente de Espinosa de los Monteros estaba casado con Mari Ruiz; los viejos del lugar lo recordaban como un escribano. El matrimonio había tenido dos hijos: Pedro, vecino de Villanueva de la Jara y Alarcón, y Juan, vecino de El Peral. De este último hermano descendía Andrés de Espinosa, que fue a vivir a Iniesta también y obtuvo su hidalguía en la Chancillería de Ciudad Real.

De Pedro de Espinosa, padre, se sabía que, hacía cincuenta años atrás (a contar desde 1528), vivía en Villanueva de la Jara, y que luego fue a la guerra (del Marquesado) para andar a continuación de un lugar para otro (como caballero de sierra de Alarcón). De él se decía que era un escudero al servicio de don Juan Pacheco, que mantenía dos caballos. Al acabar la guerra, a pesar de provisión real para que los hombres de los Pacheco pudieran volver a Villanueva de la Jara, la realidad que Pedro de Espinosa no pudo aguantar las presiones del bando almagrado y se vio obligado a salir de Villanueva y a vender su hacienda. Solamente volvería a Villanueva de la Jara antes de morir. Pedro de Espinosa murió joven y sus hijos menores estuvieron, con la hacienda del finado, bajo la tutela de Diego Mondéjar.

Los Espinosa llegan a Iniesta a principios de siglo. Antes ha llegado su primo hermano Andrés, procedente de El Peral.




Testigos de la probanza de 1528

Pascual Parra, caballero armado y hombre exento, 75 años

Juan Simarro, morador en Madrigueras, vecino de Villanueva de la Jara. 55 años

Alonso García de Castillejo, vecino de Iniesta, 60 años

Pedro Hernández de la Jara, vecino de Villanueva de la Jara, hidalgo, 80 años. Natural del Iniesta

Juan Gil, vecino de Villanueva de la Jara, 57 años

Martín de la Cárcel, vecino de Iniesta. 59 años. Su abuelo, Juan de Lodeña, fue encarcelado en la casa de Pedro de Espinosa, siendo el muchacho.

Mateo de Cañaveras, vecino de Villanueva de la Jara, hidalgo de 65 año

Alonso García, escribano y vecino de Villanueva de la Jara, 60 años



303-352-13

domingo, 4 de diciembre de 2022

Los hidalgos de Villanueva de la Jara

 Villanueva de la Jara solo reconocía un hidalgo en el censo de población de 1591. Peor un año antes varios vecinos se intitulaban como tales y pedían la reserva de la mitad de los oficios del concejo para el estado de los hidalgos. Eran Melchor Hervías Barba, Francisco Granero de Heredia, Pedro de Flores Monteagudo, Martín Ferrer, Andrés de Alarcón de Olaso y Pedro de Montoya. Apellidos importados de otros lugares, pero que el 27 de enero de 1590 habían presentado una petición ante la Chancillería de Granada para reservar al estado noble la mitad de los oficios del concejo.

Los hidalgos pedían también preeminencia en el derecho de asiento. La contestación del concejo de Villanueva de la Jara fue clara: esas pretensiones iban en contra del uso y costumbre de la villa, tanto en la elección como en el derecho de asiento que correspondía al primer alcalde salido en suertes.

La Chancillería de Granada fallaría a favor de los hidalgos y su derecho a reserva de la mitad de los oficios por sentencia de 28 de octubre de 1590, confirmada el cinco de enero de 1591


ACHGR, HIDALGUÍAS, 343-320

domingo, 16 de octubre de 2022

Rompimiento de tierras en Villanueva de la Jara

 Ya hemos hablado del imparable impulso roturador de tierras de Villanueva de la Jara en sus aldeas del sur, y, también, de colonos jareños en el lugar de El Picazo, desde muy temprano, pero el salto al otro lado de la ribera del Júcar por los jareños fue mucho más intenso de lo que podamos imaginar. En fechas tan tempranas como 1517, el concejo de San Clemente compra un haza a un jareño para ampliar las instalaciones de sus molinos del Concejo, junto a la ribera del Júcar, pero es en la década de 1560, amprándose en vacíos legales y el apoyo tácito de la Corona a la ocupación de tierras llecas y baldías, cuando los jareños se lanzan a un rompimiento abrupto de las tierras de Vara de Rey y sus aldeas con su labrantío y ocupación por vía de la usurpación. El paso del Júcar por los jareños fue visto por los vararreyenses como agresión. Si el conflicto se presentó como incumplimiento de las ordenanzas locales, pronto se pidió la intervención de la justicia del Marquesado y su alguacil mayor para pedir la reintegración de las tierras ocupadas. De los testimonios se desprende que eran tierras de nueva labranza, sitas y paralelas al río Júcar, y que, probablemente, el concejo de Vara de Rey temiera un conflicto con la Mesta, pues, además de tierras llecas del municipio, las usurpaciones afectaban a zonas transitadas por ganados mesteños. En el rompimiento de tierras participaron jareños, pero también vararreyenses. La actitud de la justicia de Vara de Rey fue pregonar por el pueblo las ordenanzas y las penas que incurrían los infractores, pero Vara de Rey se veía impotente para poner frenes a roturaciones de tierras que iban desde los veinte a los cuarenta almudes, y que se estaban comiendo tierras marginales y escabrosas que por la toponimia nos indican lo poco aptas que debían ser para el cultivo. En la falda del cerro de la Perra, Alonso García de Villalba, vararreyense labró diez almudes, y otros veinte almudes en la fuente de la de Tébar; Pedro de Ruipérez, morador en Quintanar estaba roturando tierras, treinta almudes, en los jarales del camino de los molinos del Concejo; Juan de Caballón, vecino de Villanueva de la Jara, treinta almudes al lado del anterior; Perálvarez, vecino de El Picazo, diez almudes; Ginés de Enguídanos, de la Jara, cincuenta almudes, y su yerno Álvaro de Morales, que vivía en El Picazo, cuarenta almudes. La lista se completaba con otros nombres: Damián Pérez, de El Picazo, Isidro Ruipérez, de Quintanar, o los jareños Daroca el de la Puente y Ginés de Madrid . Muestra de que el rompimiento, un movimiento de tenaza de los jareños, labradores de El Picazo a Quintanar dispuestos a hacerse con las tierras orientales del término de Sisante, estaba socavando la autoridad de las justicias de Vara de Rey, es que esta villa pidió la intervención directa de la justicia del Marquesado para prender a los infractores, dada su impotencia ante la generalidad del movimiento. Hasta Vara del Rey se desplazó el alcalde mayor Esteban de Molina, asentando sus estrados judiciales en la plaza del pueblo y ordenando la detención de los jareños y sus consortes de El Picazo, en un multitudinario acto, que se extendió el 15 al 20 de diciembre de 1565, al que acudió la mayor parte de la vecindad de Vara de Rey y su aldea Sisante, cuyos agricultores no debían ser ajenos al movimiento de ocupación de tierras. Es más, en sesión plenaria anterior, las grandes familias que dominaban el ayuntamiento hicieron declaración solemne con las penas que podían incurrir los que infringiesen las ordenanzas municipales y la pragmática sobre conservación de montes. La sentencia del alcalde mayor impondría penas altas de doce a quince mil maravedíes, que los jareños apelaron a la Chancillería de Granada. Pero más interesante que el proceso es la declaración de los regidores y oficiales vararreyenses, pues de la falta de tierra se desprende la confrontación de intereses en juego, intereses ganaderos incluidos.


Concejo de Villanueva de la Jara 18 de noviembre de 1565

Sebastián Navarro y Alonso de Cañavate, alcaldes ordinarios.

Agustín de Valera, Hernando de Utiel, Juan de Villena, Andrés Saiz del Pozoseco, y Antonio de Córdoba, regidores perpetuos

Pedro de Monteagudo, alguacil mayor

Concejo de Villanueva de la Jara de 27 de febrero de 1564

Juan de Cuevas, alcalde ordinario

Agustín de Valera, Juan de Caballón, Fernando de Utiel y Juan de Villena, regidores perpetuos

Concejo de Villanueva de la Jara de 5 de octubre de 1565

Alonso del Cañavate y Sebastián Navarro, alcaldes ordinarios

Llorente López de Tébar, Hernando de Utiel, Juan de Villena, Benito del Cañavate, regidores perpetuos

Pedro de Monteagudo y el bachiller Clemente, alguaciles mayores

domingo, 4 de septiembre de 2022

HIDALGUÍA DE JULIÁN GÓMEZ, VECINO DE VARA DE REY

 

Diego y Julián Gómez eran hijos de Martín Gómez eran hijos de Martín Gómez y Teresa Ramón, todos ellos de Vara de Rey,( aunque Martín era natural de Villanueva de la Jara) y nietos de Garcí Gómez, vecino de Villanueva de la Jara . El bisabuelo era Martín Gómez el hidalgo, conocido como el de El Cañavate por ser natural de allí.

García Gómez había fallecido hacia 1515, estaba casado con María Alvarez de Villaseñor

García Gómez tenía un hermano llamado Juan Gómez (probablemente entallador, del que tenemos noticias en Belmonte haciendo un retablo)

Martín Gómez el hijodalgo del Cañavate: "Martín Goméz hidalgo el viejo bisaguelo de los que litigauan auía sido veçino  de la dicha villa de Villanueua de la Xara e que auía vivido en ella con su casa familia bienes e Hazienda e que auía sido un hombre muy honrado e muy prinçipal en la dicha villa de Villanueua de la Xara e que como tal hombre prinçipal auía dexado una capellanía en la yglesia parrochial de la dicha villa de Villanueua a la mano derecha que desçían la capilla de Santa Catalina"

"y auía hecho una capilla y enterramiento en la dicha villa de Villanueua de la Xara que deçían la capilla de Santa Catalina que deçía se auía de deçir la capilla de Martín Gómez el hijodalgo"

"auía dexado en la dicha villa de Villanueua de la Xara un ospital para pobres y una capilla que estaba en la yglesia de la dicha villa que desçían de Santa Catalina"

Diego y Julián se habían casado y vivían en Sisante.


Testigos de la probanza de 1577


Juan de Higueras, labrador de Villanueva de la Jara

Alonso Sepúlveda, hidalgo de Vara de Rey, 86 años

Bachiller Francisco González, vecino pechero de Villanueva de la Jara, 75 años

Juan de Jávega, labrador hombre pechero, vecino de Vara de Rey, 65 años

Pedro Alonso de Palacios, hidalgo de Vara de Rey, 63 años

Alonso Cardos, labrador de Vara de Rey, 78 años


SENTENCIA  DE 27 DE JULIO DE 1582 Y EJECUTORIA DE 1 DE AGOSTO DE 1583

ACHGR, HIDALGUÍAS, 301-69-34

lunes, 25 de abril de 2022

Quintanar del Marquesado vs. Villanueva de la Jara por hornos

 La concesión del villazgo a Quintanar del Marquesado, hoy del Rey, y su separación de Villanueva de la Jara no fue amistosa. La villa madre, obligada a reconocer el villazgo de su lugar, ganado a golpe de ducados, pretendió que los hornos de pan cocer de Quintanar eran parte de los propios del concejo de Villanueva de la Jara y por tanto no enajenables con la compra del villazgo.

Quintanar se había eximido de Villanueva de la Jara en 1561 y los hornos en litigio eran cinco: el viejo que dicen de la Plaza, otros dos hornos viejos que están juntos en un solar y otros dos nuevos que dicen estaban comenzados, cuando el Quintanar se hizo villa. Quintanar alegaba que los hornos estaban en su propio término y en solares cedidos por sus vecinos, que aportaron sus dineros también. Quedaba la duda del horno viejo, que probablemente pertenecía a Villanueva de la Jara cuando se le reconocieron términos y pleiteó con Alarcón por su propiedad, pero los de Quintanar alegaban que dicho horno había sido demolido y edificado de nuevo, con motivo del ensanchamiento de la plaza. En cuanto a los otros hornos, los dos viejos restantes, según Quintanar, se habían vuelto a edificar tras haberse quemado, y los dos nuevos, según su parecer, se habían construido ya con el villazgo. 

Los fundamentos de derecho de Villanueva eran los siguientes:

  • Los hornos estaban en término de Villanueva de la Jara, pues el lugar de Quintanar era parte integrante de él
  • Los hornos se edificaron a su propia costa, como podía demostrar por algunos libramientos de su mayordomo
  • Se conservaban escrituras de arrendamiento de los años 1544 a 1561, dadas por el concejo de Villanueva como propios suyos que eran
  • Cuando Villanueva de la Jara se eximió de Alarcón le fueron dados los hornos de la villa y sus aldeas
Los fundamentos de derecho de Quintanar del Marquesado eran los siguientes:
  • El solar del horno viejo en la plaza lo dio Domingo Sánchez, vecino del Quintanar y costeado por sus vecinos; en ese momento derribado
  • Los otros dos que se quemaron El Quintanar los ha vuelto a edificar en solares de Hernán Roldán, vecino de ese lugar, se costeó con las rentas del horno viejo y un repartimiento entre los moradores de Quintanar
  • Los dos hornos nuevos se comenzaron antes que Quintanar se hizo villa y se acabaron con un repartimiento entre los vecinos una vez hecha villa.
Además, los vecinos de Quintanar alegaban que habían edificado con sus propias manos los hornos y llevado con sus carretas las piedras y madera

Allegationes iuris [Manuscrito]: [compendio de documentos legales referidos a pleitos celebrados en el S. XVI], fols. 500-503
BIBLIOTECA DIGITAL DEL PATRIMONIO CULTURAL DE EXTREMADURA

jueves, 10 de febrero de 2022

Villanueva de la Jara, año 1552, según el Manuscrito del Escorial

                                Villanueva de la Xara


La villa de Villanueva de la Xara y sus aldeas tiene 772 veçinos y 40 clérigos.

Está encabeçada por sus alcavalas en 516.000 mrs.


Rentas año de 552

  • Arrendose el alcavala de las carniçerías de villa y tierra en 131000 mrs.
  • Arrendose el alcavala del viento en 34000 mrs.
  • No se arriendan en esta villa otras rentas todo lo demás se reparte por los veçinos. Repartimiento de veçinos, 355780 mrs.
Condiciones con que arrienda la villa
  • Que ha de aver un día a la semana que es el miércoles mercado franco para que no se lleve ninguna alcavala
  • En cada año de aver çinco días de feria franca que comiençen a quatro de agosto
  • Que los veçinos de la villa y su tierra no paguen alcavalas de bienes raízes
  • Que el arrendador de carniçería no pueda llevar de las coranbres más de 1 del millar
  • Que qualquier veçino de las villas y sus aldeas pueda vender todas las carnes frescas y saladas del ganado que se le muriere syn pagar alcavalas dello
  • Que qualquier veçino de la villa y su jurediçión pueda vender hasta quatro puercos que los aya criado y çevada en su casa seis meses en carne fresca syn pagar alcavala dello
  • Que qualquier veçino de la villa y su jurediçión pueda vender en carne fresca qualquier buei de su labor syn pagar alcavala y que no pueda vender sin que primero lo aya tenido tres meses en su poder
Que en quanto a las ganançias generales no sabían hasta aora  que las oviese no se las avían dado, acordaron que suviesen para costas de un pleito ymportante que traen con el duque de Escalona

                                                                     Terçias

Tiénelas por encabeçamiento en 115000 mrs.

                                                      Año de 552
  • El año 552 cupo a las dichas terçias de trigo 307 fanegas y de ruvión 406 fanegas y de candeal 249 fanegas y de çevada 443 y de çenteno 43 fanegas, que son por todas 962 fanegas de trigo y de çevada y çenteno 486 fanegas
  • De vino 152 arrouas
  • Tiene Rodrigo de Dueñas 300 fanegas de trigo de situado
                                                     Año de 553
  • El dicho año ovo en las dichas terçias 719 fanegas de trigo con ruvión y candeal y 509 fanegas de çevada y çenteno
  • Ovo de vino çiento y quarenta y quatro arrouas
                                                    Año de 554
  • ovo el dicho año 516 fanegas de todo trigo y 426 fanegas de çevada y çenteno
  • Ovo de vino 130 arrouas 
RBME, Ms. L-I-19, fols. 123 vº y 124 rº y vº


sábado, 31 de julio de 2021

Bienes propios de Villanueva de la Jara y propiedades de vecinos (1571)

 

Censo de 1500 ducados tomados al mercader de Cuenca Juan de Moya para el abasto de panaderías. Tomado del mercader Juan de Moya en 1571 (seis de agosto)

 

Bienes propios hipotecados de Villanueva de la Jara (mil ducados anuales)

·        Casas de morada que son del ayuntamiento y alindan de la una parte con casas de Francisco López de Tébar y de la otra parte con casas de Pedro López de Tébar, su hermano,  y por las otras partes con las calles públicas

·        Molinos harineros de seis ruedas. Con su caz y socaz, llamados de los Nuevos en la ribera del río Júcar. Rentan 500 ducados anualmente.

·        Seis hornos de pan cocer: en la calle del camino de Iniesta, de la Concepción, el de Pedro García, el del camino de San Sebastián, el de las casas de Andrés Bravo y el que está cerca de las casas de Juan Poblete

·        Dos hornos de pan cocer en Casasimarro

·        Dos hornos de pan cocer en el lugar de Gil García

·        Un horno de pan cocer en el lugar de Madrigueras

·        Heredamientos de tierras de pan llevar de más de tres yuntas en la ribera del Júcar, término de Alarcón. En el sitio denominado Presa Lagante. Renta veinte ducados

·        Un sitio de molinos harineros y edificio de casas en el Vado del Parral, ribera del Júcar. Dichos molinos los tiene en compañía de la ciudad de Chinchilla y herederos de Francisco del Castillo.

·        Escribanía pública de la villa.  Se arrienda por doscientos ducados

·        Rentas de la almotacenía y corredurías

·        Censos y bienes que la villa tiene dados a censo

Bienes de los regidores hipotecados.

 Julián Alcócer, que posee casas en Villanueva, 1100 vides en la cañadilla de don García y casas, heredamiento y viñas en Campillo de Altobuey.

Juan García de Olmeda: Casas en Villanueva de la Jara, alindes de Pedro Clemente y María Brava. Seis mil vides en los Rubielos, alinde de Julián de Enguídanos y Cristóbal Lozano, cien almudes en las labranzas de los Rubielos (término de la Jara). Hacienda valorada en mil quinientos ducados.

Ginés Rubio: Casas principales en Villanueva de la Jara, alindes de Julián de Córdoba y Alonso López. Cinco mil vides y trescientas olivas en el Rubial, alindes del bachiller González y Juan de Palacios. Valoradas en mil ducados.

Agustín de Valera:  mil quinientos almudes y nueve mil viñas con árboles y viñas en los términos de las Escobosas, todo en una pieza, jurisdicción de Alarcón, alindes con tierras de Francisco de Ruipérez, Antón Martínez, Juan Sánchez de Ruipérez y Antón Granero. Valoradas en cuatro mil ducados.

Fernando de Utiel: Un majuelo de seis mil vides y cuatrocientas olivas en el camino de Alarcón, alinde de Julián González y Pedro López de Tébar, y quinientos almudes de tierras en las labranzas de esta villa y de El Peral, en la Burrueca, alinde de tierras de Lorenzo Borgoño y herederos de Alonso Saiz de Pozoseco y el camino real que va de esta villa a La Motilla. Unas casas principales. Valoradas en dos mil ducados.

Juan de Villena: Unas casas principales en Villanueva de la Jara, alindes de Brígida de Villena y el licenciado Laredo. Un molino de aceite alinde de Juan López y Pedro de Monteagudo mayor. Doscientos almudes de tierra en la hoya de la Moheda, alinde de majuelo de Tomás Clemente, Lope García y el camino real. Valoradas en dos mil ducados.

Benito del Cañavate: Casas principales en Villanueva de la Jara, alindes de Julián de Alcócer y herederos de Pedro Pardo. Doscientos almudes de tierra en la aldea que dicen Casas de María Simarra, alinde de Pedro de Monteagudo, Juan López, Alonso de Ruipérez, y un majuelo de siete mil quinientas vides y quinientas olivas, alinde de Pedro de Arostegui y Alonso García. Valoradas en mil ducados.

Gregorio Clemente:  Unas casas principales en la villa de Albacete, alinde de casas de Alonso de la Jara y la viuda de Cristóbal Carrasco. Un cercado de dos mil vides con un palomar, alindan con Benito Molina y Benito Quesada y el camino real. Otra viña de dos mil vides en término de la dicha villa de Albacete en el pago nuevo. Valoradas en mil ducados.

Andrés Sánchez del Pozoseco: unas casas principales en la villa, alinde de herederos de Spínola y herederos de Amador García. Cuatro mil vides y algunas olivas, alinde de Gallardo Borgoño y herederos de Tomás García. Valoradas en quinientos ducados.

Antonio de Córdoba: Casas principales en esta villa, herederos de Sebastián García y Miguel Saiz Barriga. Un majuelo de ocho mil vides en las Escobosas, alinde de Agustín Valera por todas partes. Valoradas en quinientos ducados.

Llorente López de Tébar: casas principales, alinde de Pedro de Monteagudo mayor y Pedro de Aroca. Una heredad de quinientos almudes en Villar de Mingo Pérez, alinde de la dehesa de Alarcón y la mojonera y término de Jorquera. Valoradas en dos mil ducados.

Mateo García: Unas casas principales en la villa, alinde de Pedro de Monteagudo y Benito Gómez. Doce mil vides con quinientas olivas, alinde de Gerardo Borgoño y el camino real que va hacia la Motilla y cien almudes de tierras en el alto del Pozoseco. Valoradas en mil ducados.

Juan López de Gaspar López: unas casas en Villanueva. Un haza cebadal de trece almudes en la Cañada y otros cincuenta almudes de tierras en la Muela. Valoradas en cuatrocientos ducados.

Juan Gómez de Barchín: Unas casas alinde del bachiller Pardo y Juan López. Valoradas en cien ducados. Doscientos ducados de valor.

Antón López del Castillo: Unas casas de morada en la villa y cuatro mil vides en los vallejos de Lope García, alinde de montes llecos.

 

 

 

Concejo de Villanueva de la Jara agosto de 1571

Alcaldes ordinarios: Juan García del Olmeda y Ginés Rubio

Regidores perpetuos: Agustín de Valera, Hernando de Utiel, Lorente López, Mateo García, Juan de Villena, Benito de Cañavate, Gregorio Clemente, Andrés Sánchez del Pozoseco, Antonio de Córdoba y Julián de Alcocer

Alguaciles mayores: Juan Gómez de Barchín, Antón López del Castillo.

Juan López: fiel ejecutor

 

La carta de censo de bienes los debo al documento original aportado por Julia Toledo

 

AHPCU, PROTOCOLOS, BARTOLOMÉ JIMÉNEZ, fols. 308-339

miércoles, 30 de junio de 2021

VILLANUEVA DE LA JARA Y LAS GERMANIAS

 

Los años previos a la incorporación de Villanueva de la Jara al señorío de la Emperatriz Isabel fueron años de mal gobierno. Un vecino, Juan García de Villanueva, puso voz a los descontentos para denunciar la apropiación indebida de setecientos mil maravedíes por los regidores. La situación se prolongó en el tiempo, hasta que el Consejo de la emperatriz Isabel ordenó el 11 de octubre de 1533 que un juez de comisión se personara en Villanueva de la Jara para la rendición de cuentas. Tal juez fue el licenciado Antonio Ruiz de Medina.

El año de las Comunidades tal vez Villanueva no vivió con la virulencia de otras villas la guerra; los regidores elegidos en San Miguel de 1520 (Pascual Sánchez del Atalaya, Lope García el Viejo y Pedro Beamud) continuaban un año después, pero dejaron endeudado el ayuntamiento con 198.000 maravedíes. La participación en la represión de las Germanías el año siguiente con la participación en la toma de Játiva. Se reclutaron trescientos hombres de pie y nueve de a caballo, organizados en escuadras al mando de varios cabos. La compañía estaba dotada de un sargento, Alonso de Olmeda, un alférez, Antón Clemente, y un capitán, un miembro de la familia Ruipérez, Ginés.

A la represión de las Germanías de Játiva y Alcira en el invierno de finales de 1522 y derrota del movimiento milenarista de El Encubierto, antecedió unos meses antes la participación en los jareños en la sofocación de los rescoldos comuneros en febrero de ese año, bajo las órdenes del prior de San Juan, que tras una primera derrota del obispo Acuña en mayo de 1521 (donde, por las noticias de San Clemente, sabemos que la gente del marquesado no llegó a incorporarse a la lucha, seguramente por la falta de apoyo a la causa imperial), los focos comuneros se reorganizaron en torno a la viuda de Juan Padilla, María Pacheco. Esta vez, el reclutamiento de hombres y participación de los pueblos conquenses del marquesado de Villena está constatado por las cuentas de Villanueva de la Jara de los años 1521-1522, que mencionan, para el caso posterior de las Germanías, una junta previa de pueblos en La Roda, pero que bien pudiera ser la base para un reclutamiento para una acción militar que tuvo continuidad, primero en Toledo y luego en Játiva.  El reclutamiento fue organizado, en la parte de intendencia, por los regidores Martín López de Tébar, Juan de Cañavate y Aparicio Atalaya. Villanueva de la Jara de convirtió en centro de reclutamiento de hombres, tan numerosos como vacíos de entusiasmo, se enviaron cartas y emisarios para la leva y también los llamados espías para buscar y delatar en otros pueblos a los huidos, que, en algún caso, habían escapado hasta Huete.  Noticias de estos emisarios jareños el año 1522 nos han quedado por las cuentas de esos años; una guerra sostenida por las haciendas y dinero de los jareños que nunca recuperaron; similares noticias nos han llegado de El Peral, pero las menciones hacen referencia a otros pueblos: Iniesta, La Roda, Motilla, El Peral, Barchín, Vara de Rey, San Clemente, El Cañavate o Las Pedroñeras. El reclutamiento fue tan generalizado como sabido el escaso entusiasmo que mostraron estos hombres en el combate, tanto por considerarlo un conflicto distante como por el recuerdo vivo de las Comunidades, en las que muchos de ellos habían sido participantes, viéndose ahora a las órdenes de una nobleza regional, encabezada por Jorge Ruiz de Alarcón, que había reprimido el movimiento comunero. Los jareños y sus compañeros de otros pueblos conquenses acudieron bajo una bandera de una compañía propia, divididos en escuadras de alrededor de veintidós hombres, al mando de un cuadrillero. Al parecer, un segundo lugar de concentración, aparte de la Jara, de los soldados reclutados fue Vara de Rey, donde acudieron las levas locales. Desde allí los soldados emprendieron el camino hacia San Clemente, Villarrobledo y Las Mesas, donde se sumarían a las reclutas de otros pueblos manchegos. Aunque por la declaración de Antón Clemente se insinúa (“quando lo de Villarrobledo”) la posibilidad de una operación de castigo contra alguna de estas villas. Igual dudas tenemos respecto a si Villanueva tomó o no partido por las Comunidades, Pascual Rabadán que si sus cuentas no cuadraban para el año 1521 era normal, pues era “tiempo de comunidades y alborotos”. De las cuentas que tomó el licenciado Lugo a los regidores de 1521 (Pascual Sánchez del Atalaya, Lope García el viejo y Pedro de Beamud) se sabe que un hombre llamado Sancho Martínez de Olivenza, recibió 900 mrs por ir a la “Junta del Diablo”, la Santa Junta comunera, la villa construyó una posición fortificada en la villa, llamada cortijo, en la que se gastaron 176276 mrs. El licenciado Lugo al examinar estas cuentas mostraría su malestar por esta construcción y remitíó el asunto al alto Consejo pues la fortaleza se hizo sin autorización de la Corona, alegando que no se debió gastar “por causas que me mueven e los tienpos pasados”.  Estos mismos regidores serían lo que se congraciarían con la Corona para participar con el prior de San Juan en la sofocación de los focos comuneros de la Mancha, si bien la expedición jareña no fue más allá de ocho días.

Nos ha llegado la organización de las diferentes escuadras jareñas: cuadrillas de veinticinco soldados de a pie, a los que se daba por sustento una ración diaria de pan y vino. El coste de cada soldado era de medio real diario, que ascendía a un real para los de a caballo. La relación de las cuadrillas jareñas fue la siguiente: con veintidós hombres, o compañeros en el lenguaje de la época, a su cargo cada uno, Ginés Gómez, Miguel Martínez de la Osa, Benito Quiles, Alonso Martínez, Juan de Sancho. Alonso Guilleme, Juan López Barbero, Antón Clemente, Alonso Gómez, Francisco López de Tarazona, Alonso García. Otros cuadrilleros eran Miguel García, con veintinueve compañeros, Juan Garrido de las Madrigueras, con veinte, y Juan Juárez, veintidós. En total, trescientos tres hombres de a pie, a los que se sumaban tres arrieros y tres hombres de a caballo de la aldea de las Madrigueras y ocho de la Jara y su también aldea de Quintanar.

Tras la derrota de las resistencias comunera, los jareños participaron en la represión del movimiento de las Germanías, que concluiría con la toma de Játiva el 4 de diciembre de 1522 y de Alcira poco después. La preparación de las nuevas operaciones militares respondió a unos nuevos regidores en San Miguel de 1521 (Francisco de Talaya, Martín López y Juan del Cañavate), aunque la ejecución respondió a los regidores del año siguiente

Ya hemos hecho mención a los mandos militares jareños a las órdenes del capitán general Jorge Ruiz de Alarcón. Pero el esfuerzo jareño alcanzó a todo tipo de pertrechos para abastecer al ejército del Real de Játiva, nombrando dos pagadores, Miguel Mateo y Sebastián de Caballón. Villanueva proporcionó:

·        536 cabras por valor de 71180 mrs. a 130 mrs.  la cabra.

·        126 carneros por valor de 30830 mrs., a 245 mrs el carnero

·        18 carretadas de trigo con 216 fanegas de trigo a 200 mrs la fanega (dos carretas se pierden una en el sitio de Játiva y otra entre Muxen y Canales a mano de los agermanados, y 44 fanegas de cebada a 90 mrs.

·        12 labradores con caballos de Villanueva de la Jara dieron 30 ducados por no ir a la guerra. En su lugar fueron tres caballeros de Alarcón: Vizcarra, Espinosa y Mendoza.

La expedición jareña salió camino del sur y en el vado del Parral, al sur de Tarazona y junto al Júcar, hizo alarde, revisando los presentes Juan de Robres, escribano y canciller de Jorge Ruiz de Alarcón. Los alistados se debieron dirigir hacia Almansa (allí se perdió una carretada de trigo) hasta llegar a Játiva. Los soldados jareños permanecieron en la guerra, hasta diciembre de 1522, primero con la toma de Játiva y luego de Alcira.

El reclutamiento de hombres para la guerra de Játiva fue generalizado en todas las villas del Marquesado. La capitanía general de las fuerzas correspondió a Jorge Ruiz de Alarcón, señor de Valverde y Talayuelas. Nos han quedado las cuentas de esta expedición para el caso de Villanueva de la Jara, que nos da idea de la envergadura de esta empresa que, iniciada el 28 de septiembre de 1522, duro dos meses y ocho días, aparte de un contingente menor que quedó en la fortaleza de Játiva por su seguridad durante cuarenta días*. El cupo de soldados asignado a Villanueva de la Jara fue mayor que la gente presentada a la guerra. Según Pedro García, aparte de los más de doscientas sesenta infantes y nueve de a caballo, Villanueva dejó de presentar otros sesenta o setenta peones y doce hombres de a caballos (sustituidos por los tres caballeros de Alarcón). Jorge Ruiz de Alarcón intentó recuperar esos setenta peones faltantes, pero las gestiones de su alguacil Cámara, resultaron tardías, pues Játiva fue tomada antes de la nueva leva. Es probable, que Villanueva de la Jara enviara un procurador a la Corte, Benito Cuartero, para conseguir rebajar el cupo de soldados; un viaje caro, pues Benito Cuartero llevaba caballo y mozo, mientras aseguraba que los cinco reales de plata recibido apenas si servían para nada en ese año 1522, definido como estéril y de carestía. Ese año un tal Chamocho adobaba el puente de la villa.

Sobre el poder económico de Villanueva de la Jara es muestra que las rentas decimales enajenadas de su iglesia parroquial y anejos a favor de a Filipo Pallavicino, obispo de Ajaccio, ascendía a un total de 244000 maravedíes, el equivalente a seiscientas fanegas de trigo y cuatrocientas de cebada, que, en la ocasión, fueron destinadas al esfuerzo militar. Sobre la financiación de la guerra, hay que destacar que, acabadas las operaciones militares, hubo una junta general de vecinos de Villanueva de la Jara y su tierra, es decir aldeas, para pedir un préstamo de 300 ducados. El dinero se tomó en Valencia en forma de una letra de cambio a un tal Peligro gentil con obligación de devolver el dinero en plazo. Para sostener el esfuerzo militar se recurrió a la recaudación de las alcabalas (485576 mrs), de las que era recaudador Pascual Rabadán, y a un repartimiento especial entre los vecinos de 149352 mrs.

 

 

Ayuntamiento de Villanueva de la Jara de 19 de noviembre de 1521

Gobernador del marquesado licenciado de Lugo, alojado en casa de Juan Motilla para tomar cuentas de los años 1521-1522

Pedro López de Tébar y García de Villena, alcaldes

Juan del Cañavate, Martín López el mozo, Aparicio del Atalaya

 

Ayuntamiento de Villanueva de la Jara de 8 de septiembre de 1525

 

Pedro López de Tébar y Juan de la Osa, alcaldes

Pedro Peinado y Juan Tabernero, regidores

Ginés García, alguacil

Diego López y Juan Sánchez de Atalaya, diputados

 

Ayuntamiento de 8 de marzo de 1529

 

Pedro García, Martín García, alcaldes

Leonisio Clemente, Martín López, Alonso de Ruipérez, regidor.

Pedro López de Tébar, Benito Cuartero, Lope García el Viejo, Pascual Sancho

 

Testigos:

Lope de Araque, escribano

Pascual Sánchez del Atalaya, 72 años

Juan Tabernero, 50 años

Alonso García, escribano, 65 años.

Benito Cuartero, 50 años

Pedro de Monteagudo

 

Cuentas de Alonso García, mayordomo

Alcabalas de los atajos, carnicería, lencería y viento de Villanueva de la Jara (490901 mrs). Año 1522. Cogedor Alonso García el mozo

·        Villanueva de la Jara: 290466 mrs.

·        Quintanar: 77823 mrs.

·        Tarazona: 76667 mrs.

·        Madrigueras: 25395 mrs.

Cargo o Ingresos de la hacienda municipal:

·        Propios: 51074.5 mrs (al margen: 71050mrs)

·        Repartimiento entre vecinos:  3272 mrs. a 24 mrs. la centena (al margen suman cifras anteriores: 78288)

Descargo (o pagos) de las cuentas municipales (408418 maravedíes)

·        137365,5 mrs. de gastos ordinarios

·        1220 mrs prestados por Juan Garrido de Madrigueras

·        1428 mrs. al capitán de gente de armas

·        375 mrs a Martín de Villena por gestiones de los 300 ducados de cambio de Valencia

·        A escribano de la Roda: 136 mrs.

·        150 mrs. para retejar las carnicerías

·        4500 mrs. a García Gómez de devolución de dineros prestados

·        2339 mrs. a Juan Jiménez de devolución de préstamo

·        3372 mrs. a Pedro el Royo y Benito López de un albalá

·        170 mrs. a Francisco García por bardar el horno nuevo

·        204 mrs. a las pitalezas

·        2250 mrs. a Bartolomé Sánchez de los Llanos por aceptar la libranza de los maravedíes del prior

Cuentas de los regidores

Cargos de los regidores Martín Löpez, Juan de Cañabate y Aparicio Sanz del Talaya de los derechos prestados, del pan del molino y de los 3000 ducados a cambio de Peligro gentil (415779 mrs.)

·        300 ducados tomados de Peligro Gentil

·        129386 mrs. tomados de préstamos de los vecinos

·        De Miguel Mateo y Diego Remelle y Pascual Sanz, se tomaron 24619 mrs.

·        De Pedro Monteagudo, 3570 mrs.

·        De Diego Nieto, 4080 mrs.

·        De Bartolomé de Iniesta, 4000 mrs.

·        De Martín García, 5685 mrs.

·        2002 mrs. del licenciado Herrera

·        Juan de Solera, 1500 mrs.

·        Del pan del molino, 128437 mrs.

Descargo de las cuentas de los regidores (408818 mrs.)

·        Expedición de los soldados: 98788 mrs.

·        78094 mrs al alcalde Herrera

·        1940 mrs. a Juan de Cubas por sus gestiones en la Corte sobre los soldados

·        58519 mrs del servicio del año 1521, no pagado

·        8730 mrs. al escribano bachiller Rodríguez por sus servicios al alcalde Herrera.

·        45875 mrs. por el servicio de gente que fue con el prior de San Juan

·        Préstamo a la Corona de 5000 ducados, corresponde a Villanueva, 74722 mrs.

·        34882 mrs en otros conceptos

·        Pago a Diego Nieto de 4081 mrs.

·        Pago a Clemente Pardo de un préstamo, 3750 mrs.

·        Pago a Pedro Tieso y Juan Tabernero, 3000 mrs.

·        A Pedro Clemente de Gil García, 2 ducados.

·        A Martín García, 5685 mrs.

 

Probanza de Miguel Mateo, 1534

Diego de Hontecillas, morador de Quintanar, 44 años

Andrés Ruiz, vecino de Villanueva, 45 años

Alonso Saenz, vecino de Villanueva, 40 años

Pascual Rabadán, vecino de Villanueva de la Jara, 41 años

Pedro García, vecino de Villanueva, 55 años. Uno de los doce caballeros que no fue a la guerra.

Pedro Yubero, vecino de Villanueva.

 

Cuentas de la toma de Játiva

Primer mes (de 28 de septiembre a 27 de octubre)

·        Villanueva de la Jara aportó 268 hombres de infantería con capitán, alférez, otros oficiales y nueve de caballo a gineta,

·        Capitán, 11250 mrs.

·        Alférez, 60 reales (2040 mrs).

·        Dos tambores a 30 reales cada uno (2040 mrs)

·        Un pífano, 2040 maravedíes

·        Doce cabos de escuadra, a sesenta reales cada uno, 24480 mrs.

·        260 hombres de infantería. Treinta reales cada uno, 65200 mrs.

·        9 de a caballo a la gineta, cinco ducados, 16875 mrs.

·        Oficiales generales de toda la gente del marquesado (alférez, capellán, trompeta y atabales, sargento mayor y canciller y alguacil de campo), 2345 mrs.

Segundo mes (28 de octubre al 29 de noviembre).

·        Los soldados mencionados son doscientos sesenta, para el día 29 vuelven a Villanueva de la Jara, recorriendo el camino de vuelta a Villanueva de la Jara, donde llegarían el día 4 de diciembre. Ese día Jorge Ruiz de Alarcón toma la fortaleza de Játiva.

·        Capitán, 14175 mrs.

·        Alférez, 4275 mrs.

·        Sargento, 1584 mrs.

·        Pífano, 2584 mrs.

·        Dos tambores, 2584 mrs.

·        12 cabos, 31080 mrs.

·        253 peones, 326385 mrs.

·        9 de a caballo, 21375 mrs.

·        Oficiales generales, 2345 mrs.

Gastos totales: 766703 maravedíes

Villanueva dejaría para guarda del castillo 33 hombres los diez primeros días y veintiuno los treinta días restantes (32640mrs., más 1533 mrs. de sustento de oficiales generales). El retén de hombres que quedó en el castillo de Java fue de trescientos soldados, lo que nos lleva a aventurar que la participación de tropas de las tierras del marquesado de Villena al mando de Jorge Ruiz de Alarcón ascendió a diez compañías de trescientos hombres de infantería cada una, caballería aparte.

PROPIOS DE VILLANUEVA DE LA JARA HACIA 1530

1.      Horno nuevo

2.      Horno de Gil de Buenache

3.      Horno de la casa de Juan González

4.      Horno del camino de Alarcón

5.      Horno del Hospital viejo

6.      Horno de las Cuatro Calles

7.      Horno nuevo de Quintanar del Marquesado

8.      Horno viejo de Quintanar del Marquesado

9.      Horno nuevo de Tarazona

10.   Horno de las Madrigueras

11.   Horno de Gil García

12.   Horno de la Casasimarro

13.   Escribanía de Villanueva de la Jara y su tierra

14.   Almotacenía de Villanueva de la Jara y su tierra

15.   Caballería de sierra de Villanueva de la Jara

16.   Carnicerías de Villanueva de la Jara

17.   Carnicerías de Quintanar del Marquesado

18.   Carnicerías de Madrigueras

19.   Carnicerías de Gil García

20.   Carnicerías de Casasimarro

21.   Carnicerías de Tarazona

22.   Tributo de 500 mrs. de El Peral

23.   Tenería

24.   Viñas de Quintanar y Gil García

25.   Juego de pelota del Portal

26.   Ruedas de los molinos Nuevos (precio de la fanega de trigo ese año, 9 reales)

27.   La tienda de la plaza

28.   Hospital, a cargo de Miguel de Buenache

29.   Bachiller de gramática