El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

sábado, 31 de diciembre de 2022

Los Montoya de Casasimarro

 Francisco de Montoya y su hijo Pedro defendieron su hidalguía a partir de 1589. Francisco era nieto de Diego Pacheco y Catalina Alonso de Palacios, moradores de Pozoamargo e hijo de Pedro de Montoya y Francisca de Valera, moradores de Pozoamargo. El bisabuelo era Hernando de Montoya, casado con Constanza García.

El litigante Francisco de Montoya se había casado con Isabel de Olmeda. Francisco había nacido de legítimo matrimonio, aunque los testigos aseguraban que su padre Pedro de Montoya había dejado preñada a su futura mujer Francisca de Valera, una belmonteña, criada en casa de sus padres, siendo virgen y soltera en un acceso carnal fruto de los ardores juveniles. 

Los hermanos de Pedro que aparece aquí, son Diego Y Martín que se establecen en Villarrobledo.

Nos interesa la vida de Pedro de Montoya, el padre de Francisco, pues se vio envuelto en una pendencia de la familia Montoya con los Arnedo en Vara de Rey, el resultado fue varias muertes. Pedro de Montoya se tuvo que ausentar de Vara de Rey; se casaría en Iniesta con una hija del doctor Espinosa, Juana García de Espinosa, para volver a Pozo Amargo. Mientras a la criada Francisca de Valera se le buscaba un casamiento, el pequeño Francisca se criaba con los abuelos y el nuevo matrimonio de Pedro y Juana tenía seis hijos.


Testigos probanza de 1589

Juan Lozano, clérigo, 80 años, morador en Casasimarro, clérigo

Benito López, 74 años, morador en Casasimarro

Alonso de Sepúlveda el viejo, 86 años, vecino de Vara de Rey

martes, 27 de diciembre de 2022

La capellanía de Bartolomé Sánchez de Llanos


 El pleito por el vínculo fundado por Ginés de Llanos se dirimió entre Lope de Aguado y los hijos menores de Alonso de Alarcón y Elvira López Juana de Alarcón y Alonso de Alarcón, fraile carmelita descalzo, representados por su madre y Martín Ruiz de Machín ante el gobernador licenciado Martínez Santotis.

Lope de Aguado era espadero o forjador de espadas y el pleito trataba de ciertas casas que la madre en nombre de los menores le vendieron cargadas con un censo para la capellanía del patronazgo fundado por Bartolomé Sánchez de los Llanos.

El testamento de Ginés de Llanos y su mujer Ginesa de Ojeda es de 31 de diciembre de 1545

  • Piden ser enterrados en la capilla familiar existente en la iglesia de Santiago bajo la advocación de la Magdalena. Se digan las misas correspondientes por los clérigos y frailes de San Francisco
  • Se reconoce que Bartolomé Sánchez de los Llanos fundó la capilla de la Magdalena y la dotó de los siguientes bienes: unas casas de morada que solían ser de Juan Herrero, en la calle que baja de la dicha iglesia para San Sebastián en la acera de la mano izquierda en la esquina de la calle que se aparta a la casa de la bienaventurada Nuestra Señora de Septiembre, cuarenta tinajas de vino, unas casas en la misma calle, valorada en 22000 maravedíes, un huerto de árboles tras la celadilla, alinde de Juan del Castillo, clérigo, y de Sancho López de los Herreros y de Miguel Sánchez de Vala de Rey. 
  • Las obligaciones de la capilla son dos misas, lunes y viernes, y una misa de aniversario por la Magdalena. Además una misa los domingos cada quince días.
  • Nombra por patrón de la capellanía a su hijo Ginés de Llanos, que recibe en herencia los bienes raíces de la familia en El Pedernoso.
  • Nombra por albaceas a Gaspar de Sevilla, Cristóbal de Tébar, Esteban, Juan Ángel su yerno.


DESCUBRIENDO LAS CAPILLAS DE LA IGLESIA DE LA IGLESIA DE SANTIAGO APOSTOL DE SAN CLEMENTE: LA CAPILLA DE LA MAGDALENA o DE LA FAMILIA LLANOS
Ya hemos hablado, en ocasiones anteriores, de la capillas de la iglesia de Santiago Apóstol de San Clemente. De la capilla de San Antonio o de los Pacheco (luego llamada del Cristo y ahora del Pilar), de la capilla de los Herreros o de San Antón, donde se guarda hoy la cruz de alabastro o de la capilla de San José o de la familia de Pallarés, luego en manos de los Haro. Todas ellas en el lado sur de la iglesia. En el lado norte, únicamente seríamos capaces de situar la capilla de los Rosillo o de Santa Ana, y del resto sabemos que una de esas capillas era de la familia de los Llanos. Esta capilla la conocemos por alguna referencia y por los datos, ahora nuevos, del testamento en 1541 de Ginés de los Llanos y su mujer María de Ojeda. Ginés de los Llanos declara que la capilla había sido fundada por su por padre Bartolomé Sanchez de los Llanos una generación anterior.
Pero no es únicamente el vínculo fundado por esta familia el que nos llama la atención, que, por cierto, acabaría siendo uno de los núcleos de la hacienda de los Ortega (y luego de los marqueses de Valdeguerrero) aportado por el vínculo matrimonial de un Ortega con Jimena de Llanos Tébar. Lo que nos llama la atención es el propio apellido Llanos. Primero por sus vinculaciones con familias antiguas de San Clemente como los Tébar, los Simón o los Ángel, y en segundo lugar, porque todos los indicios nos van llevando a la relación de esta familia con el pintor Hernando de los Llanos, el otro grande de la pintura del Renacimiento conquense. Es evidente que la atribución del origen de Hernando de los Llanos al pueblo de Santa María de los Llanos es posible por razones obvias, pero también es evidente que esta familia adquiere notoriedad en San Clemente, donde ocupa los cargos de gobierno a comienzos del siglo XVI, y que los bienes raíces de la familia Llanos están en El Pedernoso, es decir, un pueblo fronterizo de Santa María de los Llanos.
Hace tiempo ya dijimos que el apellido Yáñez de Almedina escondía ese otro de Santacruz presente en la villa de San Clemente. No decimos nada más, simplemente que hay una vinculación, aunque fuera pasajera, de la pintura del Renacimiento y San Clemente. En este contexto se entiende la existencia de pintores en Vara de Rey, que si bien no han pasado a la Historia, sí tuvieron cierta notoriedad entre sus vecinos: así, un Gabaldón, de familia rica e hidalga, o un Pedro Martínez el pintor. Y que San Clemente fuera la cuna de nacimiento de Martín Gómez el viejo, de familia hidalga de San Clemente y con ramificaciones en El Cañavate, Vara de Rey y Villanueva de la Jara. De estos años sabemos muy poco, pues la documentación escasea, pero con menos se han levantado afirmaciones con menos fundamentos.
San Clemente no debe sentirse acomplejada de su Historia. Lugar elegido como residencia temporal por grandes figuras, María Portocarrero (mujer del maestre don Juan Pacheco), don Jorge Manrique, en los escasos cuatro meses que anduvo en esta tierra; San Clemente fue lugar de atracción para hombres de toda condición. Solo en hogares donde sobraba la riqueza, los hombres se podían dedicar a pintar y pintores llegados a San Clemente, dispuestos a enseñar su oficio o levantar el interés por el mismo.
Nada. Felices fiesta y próspero 2023, que espero que venga acompañado de una nueva publicación o dos (si los documentos nuevos que me van apareciendo sobre el convento de clarisas dan para una publicación)

ACHGR, 928-15

sábado, 24 de diciembre de 2022

Sobre los canteros vascos

 UNA BREVE RELACIÓN DE CANTEROS VASCOS O A LA BÚSQUEDA DE LOS AUTORES DE LA IGLESIA FRANCISCANA DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA DE SAN CLEMENTE

Mota del Cuervo era lugar de asentamiento de canteros. Hemos hablado de Pedro López de Chavarrieta y los canteros procedentes del valle de Ispaster. La casa de Urneta (actual Urnieta) era dependiente del lugar de Lequerica, donde había ocho casas solariegas más e incluida en la anteiglesia de Nava Ruiz (hoy Nabarniz), salieron varios maestros canteros hacia la Mancha de Aragón. En Mota del Cuervo se asentó Machín de Lequerica (o Martín Sanchez de Urneta) y un primo de Fernando Uribarri. Este Fernando de Uribarri había ido hasta Mota del Cuervo, hacia 1510, para visitar a un primo suyo que vivía allí, y que coincidió en el tiempo con Machín de Lequerica. Machín Lequerica, como hemos dicho, sabemos que labró piedra tanto en Mota del Cuervo como en San Clemente, donde moriría, tal vez en la década de 1520 o en la década de 1530, ¿quizás en el ejercicio de su oficio en Santa María de Gracia?. Otras de las casas solariegas de Lequerica era la de los Arteaga, de donde salió hacia Calahorra Juan de Arteaga a labrar la piedra y la de los Zabala, de donde salió el maestro cantero Pedro de Zabala, que fue a ejercer el oficio en Vélez, donde era conocido por Veléndez, y los últimos de los que tenemos datos son los hermanos canteros, Oma (aunque los testigos de la época integran la casa de Oma en la anteiglesia de Cortezubi), Pedro y Martín, el primero actúa en San Clemente y el segundo en Belmonte.
En cualquier casa hubo lo que hoy llamaríamos un efecto llamada o de contagio; a la salida de los primeros canteros siguieron los de sus vecinos. Así lo demuestra la proximidad de las anteiglesias de Nabarniz, Kortezubi e Ispaster. Tal vez los primeros que salieran de tierras vascas, fueron los Oma. Nuestra hipótesis es que perfeccionaron su formación de canteros en la catedral de Burgos (en fin, todo es cuestión e datar un documento, que solo conozco por la comunicación de una técnica de archivo, pero que creo que es anterior cien años a lo que se me dice, pues hablamos de una copia posterior). Los Oma, como tantos otros, participarían en la fase final de la guerra de Granada, como soldados, y acabada la guerra, en 1492, los vemos en esa década obrando en la iglesia de Jumilla, para pasar a tierras de Alarcón posteriormente y asentarse, en el caso de Pedro, en San Clemente.
Una segunda ola se produce hacia 1500-1508, posiblemente coincidiendo con el cataclismo y desestructuración de la peste de ese año, que coincidiría con la llegada a Mota del Cuervo de varios canteros desde las feligresías de Ispaster, los Chavarrieta, y Nabarniz, los Urneta de Lequerica y los Uribarri también de Lequerica, que probablemente se trasladaran luego a Granada a trabajar con Siloé (El único maestro cantero que hemos localizado con el apellido Uribarri es Sancho Huribarri que labra piezas para la catedral de Granada en 1531). En relación con este segundo momento, vemos la llegada a la Mancha de la familia Albiz (Pedro de Albiz de la mano de su tío Juan, que no hermano), que trabajan en Alarcón y La Roda, antes de asentarse en Cuenca, dada la proximidad a Ispaster y Nabarniz, de Mendata y la casa de Albiz, en la comarca de Busturia. También de esta zona viene otra saga de canteros que interviene en el sur de Cuenca desde comienzos de siglo: son los Legarra, que llegaron por estas fechas con Sancho de Legarra (posiblemente sea su hijo el que nos aparece mediado el siglo obrando en la iglesia de Santiago de San Clemente), que venía acompañado de un hijo de Juan Ruiz de Guizaburuaga; ambos eran procedentes de Aulestia. Las poblaciones de esta comarca estaban sometidas al fuero de Busturia, a la justicia del alcalde de Garnica y participaban en las Juntas Generales de Vizcaya.
Una tercera ola de canteros llega desde el valle de Errezil (o Regil o Arregil), algo más distante del núcleo anterior. El primero que llega es Domingo de Arregil, que había perfeccionado el oficio en tierras de Navarra y Logroño. Domingo había llegado con Juan de Iraola y habían labrado la piedra en Barchín del Hoyo. Serían el reclamo para la llegada de otros canteros que luego adquieren notoriedad en otros lugares de Cuenca como maese Hereceta, el más conocido Pedro de Loyde o Loidi y los hijos de los citados Arregil o Iraola.

sábado, 17 de diciembre de 2022

Martín Sánchez de Lequerica y su hermano Juan, hidalgos de El Provencio

 La pretensión de los hermanos Lequerica, vecinos de El Provencio, por obtener su hidalguía comenzó en enero de 1544, pero no obtendrían ejecutoria de hidalguía hasta quince años después. 

Los hermanos Martín y Juan Sánchez de Urneta habían nacido en Mota de Cuervo y eran hijos de Machín de Lequerica. Otros descendientes era Amador y dos hijas más. El padre había llegado a Mota de Cuervo hacía cuarenta años, es decir, con el comienzo del siglo, hacia 1508 o 1509, para "labrar de cantería en una capilla que se fazía a la sazón en la dicha villa de La Mota". En Mota casó con una vecina llamada Francisca Martínez la Zarca.

Machín de Lequerica permaneció desde su llegada a Mota diez años mancebo, veinte años casado en Mota del Cuervo y luego marchó a San Clemente. En Mota del Cuervo tuvo cierto reconocimiento como regidor y alguacil dos años.

Mota del Cuervo era lugar de asentamiento de canteros. Hemos hablado de Pedro López de Chavarrieta y los canteros procedentes del valle de Ispaster. La casa de Urneta (actual Urnieta) era dependiente del lugar de Lequerica, donde había ocho casas solariegas más e incluida en la anteiglesia de Nava Ruiz (hoy Nabarniz), salieron varios maestros canteros hacia la Mancha de Aragón. En Mota del Cuervo se asentó Machín de Lequerica (o Martín Sanchez de Urneta) y un primo de Fernando Uribarri. Este Fernando de Uribarri había ido hasta Mota del Cuervo, hacia 1510, para visitar a un primo suyo que vivía allí, y que coincidió en el tiempo con Machín de Lequerica*.Machín Lequerica, como hemos dicho, sabemos que labró piedra tanto en Mota del Cuervo como en San Clemente, donde moriría, tal vez en la década de 1520 o en la década de 1530, ¿tal vez en el ejercicio de su oficio en Santa María de Gracia?. Otras de las casas solariegas de Lequerica era la de los Arteaga, de donde salió hacia Calahorra Juan de Arteaga a labrar la piedra y la de los Zabala, de donde salió el maestro cantero Pedro de Zabala, que fue a ejercer el oficio en Vélez, donde era conocido por Veléndez, y los últimos de los que tenemos datos son los hermanos canteros, Oma (aunque los testigos de la época integran la casa de Oma en la anteiglesia de Cortezubi), Pedro y Martín, el primero actúa en San Clemente y el segundo en Belmonte.

En cualquier casa hubo lo que hoy llamaríamos un efecto llamada o de contagio; a la salida de los primeros canteros siguieron los de sus vecinos. Así lo demuestra la proximidad de las anteiglesias de Nabarniz, Kortezubi e Ispaster. Tal vez los más primeros que salieran de tierras vascas, fueron los Oma. Nuestra hipótesis es que perfeccionaron su formación de canteros en la catedral de Burgos (en fin, todo es cuestión e datar un documento, que solo conozco por la comunicación de una técnica de archivo, pero que creo que es anterior cien años a lo que se me dice, pues hablamos de una copia posterior). Los Oma, como tantos otros, participarían en la fase final de la guerra de Granada, como soldados, y acabada la guerra, en 1492, los vemos en esa década obrando en la iglesia de Jumilla, para pasar a tierras de Alarcón posteriormente y asentarse, en el caso de Pedro, en San Clemente.

Una segunda ola se produce hacia 1508, posiblemente coincidiendo con el cataclismo y desestructuración de la peste de ese año, que coincidiría con la llegada a Mota del Cuervo de varios canteros desde las feligresías de Ispaster, los Chavarrieta, y Nabarniz, los Urneta de Lequerica y los Uribarri también de Lequerica, que probablemente se trasladaran luego a Granada a trabajar con Siloé. En relación con este segundo momento, vemos la llegada a la Mancha de la familia Albiz (Pedro de Albiz de la mano de su tío Juan, que no hermano), que trabajan en Alarcón y La Roda, antes de asentarse en Cuenca, dada la proximidad a Ispaster y Nabarniz, de Mendata y la casa de Albiz, en la merindad de Busturia. También de esta zona viene otra saga de canteros que interviene en el sur de Cuenca desde comienzos de siglo: son los Legarra, que llegaron por estas fechas con Sancho de Legarra (posiblemente sea su hijo el que nos aparece mediado el siglo obrando en la iglesia de Santiago de San Clemente), que venía acompañado de un hijo de Juan Ruiz de Guizaburuaga; ambos eran procedentes de Aulestia. Las poblaciones de esta comarca estaban sometidas al fuero de Busturia, a la justicia del alcalde de Garnica y participaban en las Juntas Generales de Vizcaya.

Una tercera ola de canteros llega desde el valle de Errezil (o Regil o Arregil), algo más distante del núcleo anterior, contemporánea a la segunda. El primero que llega es Domingo de Arregil, que había perfeccionado el oficio en tierras de Navarra y Logroño. Domingo había llegado con Juan de Iraola y habían labrado la piedra en Barchín del Hoyo. Serían el reclamo para la llegada de otros canteros que luego adquieren notoriedad en otros lugares de Cuenca como maese Hereceta, el más conocido Pedro de Loyde o Loidi y los hijos de los citados Arregil o Iraola.

Machín de Lequerica era hijo de Martín Sánchez de Urneta y nieto de otro Martín del mismo nombre, procedente de la casa de Horrubia.

La sentencia de hidalguía de Martín y Juan es de 25 de noviembre de 1546, confirmada en grado de revista el seis de septiembre de 1558. La ejecutoria es de 29 de julio de 1559.

ACHGR, HIDALGUÍAS, SIG. ANT. 301-29-7




Testigos de Miguel García de Martín Alonso, vecino de Mota de Cuervo

Miguel Zarco, vecino de Mota del Cuervo, 56 años

Alonso de Illescas, vecino de Mota del Cuervo, 76 años

Alonso Sánchez de Manjavacas, vecino de Mota de Cuervo, 62 años.

Juan de Cetoquiz, vecino de la anteiglesia de San Juan de Murelaga, hombre hidalgo. 75 años

Fernando de Uribarri, vecino de la anteiglesia de Nava Ruiz, 75 años

Martín de Aldecoa, vecino de la feligresía de Nava Ruiz. 72 años

Domingo Andía de Guiarburnaga, de la anteiglesia de San Juan de Murelaga, 70 años

Juan Ortiz de Sologuren, de la anteiglesia de San Juan de Murelaga, 66 años

Ochoa López de Aulestia, de la anteiglesia de San Juan de Murelaga, 

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El único maestro cantero que hemos localizado con el apellido Uribarri es Sancho Huribarri que labra piezas para la catedral de Granada en 1531



ZURI, Juan: Maestro de cantería activo en La Mancha, durante la segunda mitad del siglo XVI. En 1587 se le documenta la torre del Ayuntamiento de San Clemente, Cuenca, que es terminada en 1592 (Torrente, p. 7). Al año siguiente se encarga del edificio de la cárcel. En 1598 realiza su portada (lb., p. 334). Otro vizcaino, Domingo Zalbide, estuvo también ocupado en la obra del Ayuntamiento (véase), y otros vascos, un •Vizcaino• y el maestro Bias de Legarra estuvieron vinculados a la iglesia de Santiago, de este mismo pueblo. No es imposible que Juan Zuri sea el maestro Juan de Zuridevieta (Juan Zuria de Ubieta), que en 1554 - 55 colabora en una cuadrilla de vizcainos: Gazaga, Sagarraga, Urtiaga, en la obra de San Juan de Albacete (Mateas y Sotos, p. 77)

sábado, 10 de diciembre de 2022

Juro a favor del monasterio de la Asunción (1609)

 El convento de monjas de la Tercera Orden de San Francisco de la villa de San Clemente, bajo la advocación de la Asunción, fue construido gracias a las aportaciones de Isabel de Pedrola, pero su continuidad en el tiempo fue posible gracias a las dotes aportadas por las monjas, hijas de familias principales, y las rentas procedentes de la deuda pública del momento, los llamados juros, Este es un juro de 1565, que por venta llega al convento sanclementino en 1605. Otras rentas eran las procedentes de los heredamientos de Atalaya.

"Por ende otorgo y conozco que vendo a la abadesa monjas y convento del monasterio de Nuestra Señora de la Asunción de la villa de San Clemente de la orden de San Francisco para ella y para la abadesa monjas y convento que por tiempo fueren en el dicho monasterio y para quien dellas oviere título o causa para siempre 14690 de juro por 292800 mrs. (unos intereses del 5%) que por ellos pago en dineros contados don Juan Ybañez de Segovia..."
Este juro venía del año 1565 y era a favor de doña Isabel de Ávalos y estaba situado sobre las alcabalas del marquesado de Villena. La carta de juro a favor de las monjas de San Clemente está dada en San Lorenzo del Escorial a dos de junio de 1609. La carta de privilegio del juro sería dada en pergamino el dos de agosto de 1609 en Madrid.

AGS, CME, 736,3

martes, 6 de diciembre de 2022

Los Gómez de Espinosa de Iniesta

 Martín Gómez de Espinosa y Pedro de Espinosa su hermano


El pleito de los Espinosa con el concejo de Iniesta por su hidalguía se remonta a 1525. El doctor Martín Gómez de Espinosa, alcalde de casa y corte y Pedro de Espinosa eran hijos de Pedro de Espinosa y Catalina Gómez, casados en Villanueva de la Jara. Catalina Gómez era hija de Martín Gómez el hidalgo, el único que había en Villanueva en el siglo XV, fundador de capilla en la iglesia parroquial. El abuelo era Ruy Gómez de Espinosa, supuestamente de Espinosa de los Monteros estaba casado con Mari Ruiz; los viejos del lugar lo recordaban como un escribano. El matrimonio había tenido dos hijos: Pedro, vecino de Villanueva de la Jara y Alarcón, y Juan, vecino de El Peral. De este último hermano descendía Andrés de Espinosa, que fue a vivir a Iniesta también y obtuvo su hidalguía en la Chancillería de Ciudad Real.

De Pedro de Espinosa, padre, se sabía que, hacía cincuenta años atrás (a contar desde 1528), vivía en Villanueva de la Jara, y que luego fue a la guerra (del Marquesado) para andar a continuación de un lugar para otro (como caballero de sierra de Alarcón). De él se decía que era un escudero al servicio de don Juan Pacheco, que mantenía dos caballos. Al acabar la guerra, a pesar de provisión real para que los hombres de los Pacheco pudieran volver a Villanueva de la Jara, la realidad que Pedro de Espinosa no pudo aguantar las presiones del bando almagrado y se vio obligado a salir de Villanueva y a vender su hacienda. Solamente volvería a Villanueva de la Jara antes de morir. Pedro de Espinosa murió joven y sus hijos menores estuvieron, con la hacienda del finado, bajo la tutela de Diego Mondéjar.

Los Espinosa llegan a Iniesta a principios de siglo. Antes ha llegado su primo hermano Andrés, procedente de El Peral.




Testigos de la probanza de 1528

Pascual Parra, caballero armado y hombre exento, 75 años

Juan Simarro, morador en Madrigueras, vecino de Villanueva de la Jara. 55 años

Alonso García de Castillejo, vecino de Iniesta, 60 años

Pedro Hernández de la Jara, vecino de Villanueva de la Jara, hidalgo, 80 años. Natural del Iniesta

Juan Gil, vecino de Villanueva de la Jara, 57 años

Martín de la Cárcel, vecino de Iniesta. 59 años. Su abuelo, Juan de Lodeña, fue encarcelado en la casa de Pedro de Espinosa, siendo el muchacho.

Mateo de Cañaveras, vecino de Villanueva de la Jara, hidalgo de 65 año

Alonso García, escribano y vecino de Villanueva de la Jara, 60 años



303-352-13

lunes, 5 de diciembre de 2022

Hervías Barba (los)

 Los Hervías procedían de Ribatajada. De allí era el bisabuelo, Gil Jiménez de Hervías, casado con Juana Muñoz. habían procreado a Pedro de Hervías, que casó con María López, teniendo por hijos a Pedro de Hervías, Diego de Hervías, Alonso de Hervías y a Juan de Hervías, abad que fue de la Sey, junto a una hija llamada Catalina de Hervías. El bisabuelo Gil Jiménez de Hervías había ganado ejecutoria de hidalguía en la Chancillería de Valladolid contra el concejo de Torralba el 2 de noviembre de 1431. Había testado el 15 de enero de 1434 en Torralba. Gil Jiménez de Hervías era hijo de Alfonso Sánchez y Marina Sánchez y nieto de Gil Sánchez, vecinos de Torralba. Este último, Gil Sánchez, casado con Teresa Sánchez, fue "a la guerra de Nájera a servir por home fijodalgo e aunque llevara la bandera de don Alvar García de Albornoz que fuera capitán de la gente que yba  a la guerra"

El hijo Pedro Hervías casará con Catalina Barba. Catalina era hija de Pedro Barba, alcaide del convento de Calatrava. El matrimonio primero había vivido en Ribatajada para desplazarse a vivir a Valera de Suso. El matrimonio había tenido por hijos a Diego de Hervías, vecino de Beteta, al doctor Marcos de Hervías, que fue alcalde de los hijosdalgo de Valladolid, Pedro de Hervías abad de la Sey y a Isabel de Hervías.

Los Hervías contaban con el apoyo de Luis Carrillo de Albornoz, señor de Beteta y Torralba, que en 1550 contaba alrededor de 60 años.

Creemos que esta familia está ligada al dotor Hervías, cura de Villanueva de la Jara que recibe a Santa Teresa en 1580 para su nueva Fundación del convento de Villanueva de la Jara.


ACHGR, HIDALGUÍAS, 301-41-6, Ejecutoria de Hidalguía de Diego Hervías vecino de Beteta. 20 de noviembre de 1566

domingo, 4 de diciembre de 2022

Los hidalgos de Villanueva de la Jara

 Villanueva de la Jara solo reconocía un hidalgo en el censo de población de 1591. Peor un año antes varios vecinos se intitulaban como tales y pedían la reserva de la mitad de los oficios del concejo para el estado de los hidalgos. Eran Melchor Hervías Barba, Francisco Granero de Heredia, Pedro de Flores Monteagudo, Martín Ferrer, Andrés de Alarcón de Olaso y Pedro de Montoya. Apellidos importados de otros lugares, pero que el 27 de enero de 1590 habían presentado una petición ante la Chancillería de Granada para reservar al estado noble la mitad de los oficios del concejo.

Los hidalgos pedían también preeminencia en el derecho de asiento. La contestación del concejo de Villanueva de la Jara fue clara: esas pretensiones iban en contra del uso y costumbre de la villa, tanto en la elección como en el derecho de asiento que correspondía al primer alcalde salido en suertes.

La Chancillería de Granada fallaría a favor de los hidalgos y su derecho a reserva de la mitad de los oficios por sentencia de 28 de octubre de 1590, confirmada el cinco de enero de 1591


ACHGR, HIDALGUÍAS, 343-320

LOS LÓPEZ CANTERO DE INIESTA

 LOS CANTEROS DE INIESTA Y LA NOBLEZA



Ya hemos hablado de canteros que, hecha la fortuna, exigían su hidalguía, dada su procedencia en La Montaña o Vizcaya. Casos modélicos son los Oma, en San Clemente, o los Chavarrieta, de Mota del Cuervo, luego llegados a El Peral y Motilla.
A veces, tales canteros no tenían la habilidad ni la maestría para recibir el título de maese o maestro de cantería. Eran simples albañiles que, eso sí, hicieron notables fortunas. El bachiller Juan López Cantero se nos presenta en las Relaciones Topográficas como hidalgo ejecutoriado de Iniesta, con solar conocido en el valle de Ruesga y armas familiares: un escudo, en un cuarto colorado de flores de lises doradas con dos guadañas, en otro cuarto, en campo azul, tres flores doradas; en el medio escudo abajo una carrasca con dos lobos en la raíz, y en lo alto un yelmo plateado.
Sería el padre del bachiller Juan el que haría la fortuna como albañil. Pedro López Montañes, pues en sus primeros momentos era más importante el apellido de origen que el magnificado luego del oficio, fue un albañil de éxito, aunque sabedor que su origen le podía reportar el prestigio de la hidalguía por sus orígenes. Llegaría a Iniesta a fines de la década de 1510 o comienzos de la de 1520, junto a otros vecinos de su pueblo en busca de oportunidades como Juan Gutiérrez Montañes o Juan de Pradas Montañés. Los dos primeros apoyarán como testigos a los conversos hermanos Castillo para obtener carta de hidalguía frente al concejo de San Clemente. Tal vez los nietos de Hernando del Castillo apoyaran con su dinero a Pedro López Montañes para obtener su ejecutoria de hidalguía en 1565



Carta de hidalguía de Bartolomé López Cantero, y sus sobrinos doctor Pedro López Cantero y Juan López Cantero, vecinos de Iniesta (1620)


Los López Cantero habían conseguido ejecutoria de hidalguía en 4 de septiembre de1565, por Pedro López Montañes, que ahora se ponía en duda. Era el año 1587, y por esas fechas los hidalgos de Iniesta habían conseguido reservarse por provisión real la mitad de los oficios concejiles. La reacción del concejo de Iniesta fue empadronar a los hidalgos entre los pecheros. Entre ellos a Sancho de la Cerda, al que se tenía por descendiente del duque de Medinaceli. 

Bartolomé López Cantero era hijo de Pedro López Montañes y Juana Saiz su mujer. Bartolomé López Cantero había casado con Francisco García de la Coba

La primera sentencia favorable a favor de los Cantero es de 1589. La ejecutoria se haría esperar hasta el 12 de noviembre de 1612, cuando el bachiller Pedro ya era doctor.

Genealogía: 

Juan Gutiérrez Montañés y Juan de Pradas Montañés, son familiares de Pedro López Montañés, el primero es carpintero y albañil del valle de Ruesga

Abuelos: Pedro López Montañes casado con Juana Sáenz, abuelos de los litigantes, naturales de la Montaña, hijodalgo de solar conocido del valle de Ruesga y de la casa de Somovilla. Pedro López Montañés aparece como un albañil de cincuenta años, vecino de Iniesta, declarando en noviembre de 1550 a favor de los hermanos Castillo de San Clemente, procedente del valle de Ruesga a tres leguas de Iniesta

Padres: El bachiller Juan López Montañés o Cantero, traído por su padre desde las Montañas, casado con Anastasia del Olmeda, y casado en segundas nupcias con Isabel González. Su hermano era Bartolomé López Cantero, casado con Francisca García de la Coba

Hijos; Bachiller Pedro López Cantero y Juan López Cantero; del segundo matrimonio había nacido Juana López Cantero




Testigos

Juan Rabadán, clérigo de Iniesta de 53 años

Benito Ruiz, clérigo de Iniesta de 61 años

Juan de Bustamante, clérigo de Iniesta de 77 años

Blas Martínez tejedor, 66 años

ACHGR, HIDALGUÍA, 102-32