El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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domingo, 24 de octubre de 2021

Una visión de San Clemente en 1500

 En un principio, San Clemente enterraba a sus vecinos en el cementerio aledaño a la iglesia de Santiago en su lado oeste. Los cementerios eran lugar de enterramiento, en su función primordial, pero asimismo lugar de recogimiento y oración y, hecho menos conocido, lugar de reunión de los ayuntamientos de los concejos. Tenemos constatada la celebración de ayuntamientos en los cementerios anejos a las iglesias de El Peral o Motilla del Palancar y, avanzado el siglo XVI, en Las Pedroñeras. El cementerio era lugar donde reposaban los antepasados y su memoria y tradición estaba presente. La celebración del concejo pasó del cementerio al pórtico de la Iglesia. En el pórtico de la puerta sur de la iglesia de Santiago, dedicada al mencionado apóstol, se celebraron los ayuntamientos de la villa de San Clemente hasta iniciada la década de 1490, cuando se construyen unas casas nuevas de ayuntamiento, anteriores a las actuales de la fundación Antonio Pérez, en cumplimiento de una ordenanza de los Reyes Católicos de 1486. Ni qué decir tiene que el urbanismo de la actual plaza del Pósito o de la Iglesia poco tenía que ver con el actual. Un olmo, acorde con la rancia tradición castellana, dominaba la entrada por la puerta de Santiago al templo parroquial. El olmo servía como improvisado patíbulo, así durante el año 1477, cuando colgaron de una de sus ramas a un tal Peñasco, líder de un plan meditado por Juan López Rosillo para matar a los conversos de la villa. Es probable que se trasladara a esta plaza el rollo o símbolo jurisdiccional de la villa, tal como nos aparece en documentos gráficos de 1920 (antes de ser sustituido al acabar la guerra civil por un monumento a los Caídos) pero eso sería ya avanzado el siglo XVI. En cualquier caso, el símbolo jurisdiccional de la villa, la horca de tres palos, se situaba a la entrada del pueblo por los caminos que conducían a Alarcón o Vara de Rey, en una pequeña elevación, donde se situaba la ermita de San Cristóbal. Tal vez la razón no fuera otra que, más allá de fundaciones legendarias, el origen de San Clemente estuviera en el pozo de la Herroyuela, lugar de tránsito de pastores y abrevadero de sus ganados. Es en esta parte del pueblo, apartados a un lado, donde se ubicarán los conventos franciscanos buscando la limosna de los viajeros. Esa era la entrada principal a la villa que llegaba hasta la plaza de la iglesia y luego la plaza mayor, presidida por el ayuntamiento, por la calle mayor, que no es otra que la comercial calle Boteros actual. Otros caminos unían a San Clemente con los pueblos vecinos, pero la importancia de los mismos era subsidiaria de los nuevos centros poblacionales y de poder que nacían en la zona; las ermitas se localizaban en estos puntos de entrada al pueblo, tales como la del Remedio al sur o la de San Roque en la salida hacia Belmonte, aunque si le viajero se encontraba la imponente cruz de alabastro, visible en los arcos abiertos de San Roque, viniendo de Belmonte, la impresión al entrar a la villa debía ser bastante pobre en el resto de caminos. Nos hemos de preguntar qué pensarían los Reyes Católicos al cruzar el insignificante río Rus y encontrarse a unos villanos plantados en el puente del Remedio exigiendo la jura de unas cartas reales dadas doce años antes. Y es que, a pesar de estar en un suave altozano, la imagen de un viajero que visitara San Clemente el año 1500 era la de un horizonte plano, sin edificio destacable, más allá de su vieja iglesia y su torre aneja y esa otras más imponente Torre Vieja levantada por el corregidor Hernán González del Castillo. Si existían casas principales, destacaban por su extensión horizontal que por su altura, poco que ver con los palacios de dos pisos del siglo XVII, cuya altura solo se empieza a ensayar el siglo anterior, en el que predominan las casas palacio rodeadas de tapias, con entrada principal de sillares a un patio, dominado por un aljibe o pozo, donde se distribuyen las estancias domésticas y, tanto o más, las dedicadas a los animales y utensilios agrarios. Son casas de una planta, sobre las que se eleva una falso segundo piso o cámara con finalidad de granero; estructura que se repite con menos pretensión en las casas del común, donde a pesar de todo, la teja se impone sobre el adobe de la pared. Es mediados del siglo XVI cuando aparece un tipo de casa importada y organizada en torno a patio cuadrangular porticado, al que se accede por zaguán, con columnas rematadas por zapatas sobre las que descansa piso superior y del que la casa de los Picos nos ha quedado como ejemplo. Esa es la razón por la que el sanclementino de 1510 vería con ojos asombrados la erección del convento de los Nuestra Señora de Gracia, que hoy nos parece un templo achaparrado, como vería estupefacto las nuevas casas del ayuntamiento levantadas a comienzos de siglo, de dos plantas y con un corredor superior desde el que se salvaban los tejados de las casas de la villa para ver extenderse los campos en el horizonte.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Los espacios públicos de San Clemente en en la primera mitad del siglo XVI

 

La plaza de la Iglesia o del Pósito de San Clemente en 1553 era un amasijo de piedras destinadas a la Iglesia de Santiago, que se estaba reformando en esa época. Para entonces la plaza tenía poco que ver con su visión actual. En el pórtico de la puerta de Santiago de la iglesia parroquial se celebraron los concejos de la villa hasta mediados de los noventa del siglo XV, y es creíble que los ayuntamientos se desplazaran a este lugar en algún momento anterior desde el cementerio, anejo a la villa, tal como ocurría en los pueblos de alrededor. De la plaza ha desaparecido el “Monumento” establecido al acabar la guerra civil” y que sustituyó al viejo “rollo”, símbolo de la jurisdicción de la villa, que aún nos aparece en las fotografías de 1420. No faltaría algún olmo, símbolo rancio de castellanismo, como ese del que fue colgado Antón Peñasco en 1477, por un complot liderado en la sombra por Juan López Rosillo, contra los conversos de la villa.

A seis o siete pasos a la derecha de la puerta de Santiago, y a la misma entrada del cementerio, había unas piedras apiladas para la construcción de la iglesia; veinticinco pasos más allá de dicha puerta estaba la cárcel del concejo. Seis o siete pasos más allá en línea recta desde la puerta de Santiago, otras piedras apiladas, interrumpían el paso hacia las carnicerías, donde hoy se levanta el edificio del pósito, levantado en época de Felipe II y el último gobernador del Marquesado, mosén Rubí de Bracamonte, con fama de masón “Avant la lettre”. Pero el edificio antiguo de las carnicerías debía ser, aparte de más pobre, más abierto a la plaza con la llamada puerta del tajón, donde era visible el despiece de las reses. Es creíble que la calle donde se levantan establecimiento como casa Jacinto no fuera sino la parte trasera de las casas del Arrabal, que daban la espalda a la plaza, que tenían las entradas por las calles más abajo, destacando entre ellas las del converso y macero real Lope Rodríguez, luego dividida entre los Herreros y sus descendientes. Es en su subterráneo o cueva donde Lope predicaba sus enseñanzas mosaicas y heréticas.

Esta plaza de la iglesia, tan insana e inhabitable, donde aún se conservaba en la actual sacristía, para ser destruida en esos momentos, la casa de Clemén Pérez de Rus, fundador de la villa, estaba siendo sustituida como centro público por la plaza actual del Ayuntamiento, cuyas casas originales, en su emplazamiento actual, datan de comienzos de siglo XVI (o quizás finales del cuatrocientos), quedándonos constancia de un edificio de dos plantas con corredor y sala en planta superior el año 1526. La plaza del ayuntamiento no debía tener mejor aspecto que la del Pósito; su reforma fue pareja o inmediatamente posterior a la del Ayuntamiento en la segunda mitad de la década de 1550. Se ha dicho que era una plaza porticada, pero de los testimonios solo tenemos noticias que estaba poblada de tiendas y oficios de escribanos abiertos al público y al menos en 1500 un mesón, que para 1565 ya eran siete. Es creíble que los mesones actuaran en sus plantas bajas como tiendas; al menos sabemos que hacia 1480-1490 el judío Isaque de Uclés acudía a San Clemente para vender sus espadas en un tenderete improvisado junto al mesón existente. Las tiendas de la plaza quedaron abandonadas hacia 1560, es entonces cuando, al calor de la edificación de la Iglesia y reforma de las casas consistoriales, hay una acción consciente de crear un espacio público que unifique las dos plazas y rodee a la iglesia de Santiago, al tiempo que se procura que los tenderos y escribanos vuelvan. No obstante, la plaza del pósito aún vería comido su espacio por la ampliación hacia 1575 de las capillas de San Antonio (de los Pacheco) y de San Antón (de los Herreros). El desbarajuste de la plaza mayor en los años sesenta propició la fortuna de la calle de Nuestra Señora de Septiembre, donde se levantaba la ermita del mismo nombre (luego colegio Jesuita), refugio de cristianos viejos, pero que los Origuela intentaron hacer suya. Estos mismos Origuela no debían ser ajenos a la desaparecida ermita de San Juan, en la calle del mismo nombre.

Pasamos a recordar una serie de pequeños detalles en torno a los alrededores de la iglesia de Santiago, con motivo de los guardas colocados para vigilar a unos revoltosos que se habían refugiado en la torre de la Iglesia de Santiago, después de partirle la cabeza de un espadazo al alcalde Pedro Montoya. Estos son los puntos donde se colocaron guardas armados:

·        Dentro de la iglesia existía una puerta que daba acceso a la torre, en cuyo interior había un aposento al que se accedía por unas escaleras y una estrecha ventana facilitaba el acceso al interior. Las escaleras debía ser muy estrechas por las dificultades que pusieron los refugiados, todos ellos armados con espadas valencianas o pisanas.

·        En la puerta de Santiago.

·        En la puerta de hacia la torre de la dicha iglesia y plaza

·        En medio de la plaza en la obra nueva de la iglesia

·        A la esquina a la parte de la red del peso que es hacia la otra parte de la Iglesia