El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

sábado, 31 de julio de 2021

Bienes propios de Villanueva de la Jara y propiedades de vecinos (1571)

 

Censo de 1500 ducados tomados al mercader de Cuenca Juan de Moya para el abasto de panaderías. Tomado del mercader Juan de Moya en 1571 (seis de agosto)

 

Bienes propios hipotecados de Villanueva de la Jara (mil ducados anuales)

·        Casas de morada que son del ayuntamiento y alindan de la una parte con casas de Francisco López de Tébar y de la otra parte con casas de Pedro López de Tébar, su hermano,  y por las otras partes con las calles públicas

·        Molinos harineros de seis ruedas. Con su caz y socaz, llamados de los Nuevos en la ribera del río Júcar. Rentan 500 ducados anualmente.

·        Seis hornos de pan cocer: en la calle del camino de Iniesta, de la Concepción, el de Pedro García, el del camino de San Sebastián, el de las casas de Andrés Bravo y el que está cerca de las casas de Juan Poblete

·        Dos hornos de pan cocer en Casasimarro

·        Dos hornos de pan cocer en el lugar de Gil García

·        Un horno de pan cocer en el lugar de Madrigueras

·        Heredamientos de tierras de pan llevar de más de tres yuntas en la ribera del Júcar, término de Alarcón. En el sitio denominado Presa Lagante. Renta veinte ducados

·        Un sitio de molinos harineros y edificio de casas en el Vado del Parral, ribera del Júcar. Dichos molinos los tiene en compañía de la ciudad de Chinchilla y herederos de Francisco del Castillo.

·        Escribanía pública de la villa.  Se arrienda por doscientos ducados

·        Rentas de la almotacenía y corredurías

·        Censos y bienes que la villa tiene dados a censo

Bienes de los regidores hipotecados.

 Julián Alcócer, que posee casas en Villanueva, 1100 vides en la cañadilla de don García y casas, heredamiento y viñas en Campillo de Altobuey.

Juan García de Olmeda: Casas en Villanueva de la Jara, alindes de Pedro Clemente y María Brava. Seis mil vides en los Rubielos, alinde de Julián de Enguídanos y Cristóbal Lozano, cien almudes en las labranzas de los Rubielos (término de la Jara). Hacienda valorada en mil quinientos ducados.

Ginés Rubio: Casas principales en Villanueva de la Jara, alindes de Julián de Córdoba y Alonso López. Cinco mil vides y trescientas olivas en el Rubial, alindes del bachiller González y Juan de Palacios. Valoradas en mil ducados.

Agustín de Valera:  mil quinientos almudes y nueve mil viñas con árboles y viñas en los términos de las Escobosas, todo en una pieza, jurisdicción de Alarcón, alindes con tierras de Francisco de Ruipérez, Antón Martínez, Juan Sánchez de Ruipérez y Antón Granero. Valoradas en cuatro mil ducados.

Fernando de Utiel: Un majuelo de seis mil vides y cuatrocientas olivas en el camino de Alarcón, alinde de Julián González y Pedro López de Tébar, y quinientos almudes de tierras en las labranzas de esta villa y de El Peral, en la Burrueca, alinde de tierras de Lorenzo Borgoño y herederos de Alonso Saiz de Pozoseco y el camino real que va de esta villa a La Motilla. Unas casas principales. Valoradas en dos mil ducados.

Juan de Villena: Unas casas principales en Villanueva de la Jara, alindes de Brígida de Villena y el licenciado Laredo. Un molino de aceite alinde de Juan López y Pedro de Monteagudo mayor. Doscientos almudes de tierra en la hoya de la Moheda, alinde de majuelo de Tomás Clemente, Lope García y el camino real. Valoradas en dos mil ducados.

Benito del Cañavate: Casas principales en Villanueva de la Jara, alindes de Julián de Alcócer y herederos de Pedro Pardo. Doscientos almudes de tierra en la aldea que dicen Casas de María Simarra, alinde de Pedro de Monteagudo, Juan López, Alonso de Ruipérez, y un majuelo de siete mil quinientas vides y quinientas olivas, alinde de Pedro de Arostegui y Alonso García. Valoradas en mil ducados.

Gregorio Clemente:  Unas casas principales en la villa de Albacete, alinde de casas de Alonso de la Jara y la viuda de Cristóbal Carrasco. Un cercado de dos mil vides con un palomar, alindan con Benito Molina y Benito Quesada y el camino real. Otra viña de dos mil vides en término de la dicha villa de Albacete en el pago nuevo. Valoradas en mil ducados.

Andrés Sánchez del Pozoseco: unas casas principales en la villa, alinde de herederos de Spínola y herederos de Amador García. Cuatro mil vides y algunas olivas, alinde de Gallardo Borgoño y herederos de Tomás García. Valoradas en quinientos ducados.

Antonio de Córdoba: Casas principales en esta villa, herederos de Sebastián García y Miguel Saiz Barriga. Un majuelo de ocho mil vides en las Escobosas, alinde de Agustín Valera por todas partes. Valoradas en quinientos ducados.

Llorente López de Tébar: casas principales, alinde de Pedro de Monteagudo mayor y Pedro de Aroca. Una heredad de quinientos almudes en Villar de Mingo Pérez, alinde de la dehesa de Alarcón y la mojonera y término de Jorquera. Valoradas en dos mil ducados.

Mateo García: Unas casas principales en la villa, alinde de Pedro de Monteagudo y Benito Gómez. Doce mil vides con quinientas olivas, alinde de Gerardo Borgoño y el camino real que va hacia la Motilla y cien almudes de tierras en el alto del Pozoseco. Valoradas en mil ducados.

Juan López de Gaspar López: unas casas en Villanueva. Un haza cebadal de trece almudes en la Cañada y otros cincuenta almudes de tierras en la Muela. Valoradas en cuatrocientos ducados.

Juan Gómez de Barchín: Unas casas alinde del bachiller Pardo y Juan López. Valoradas en cien ducados. Doscientos ducados de valor.

Antón López del Castillo: Unas casas de morada en la villa y cuatro mil vides en los vallejos de Lope García, alinde de montes llecos.

 

 

 

Concejo de Villanueva de la Jara agosto de 1571

Alcaldes ordinarios: Juan García del Olmeda y Ginés Rubio

Regidores perpetuos: Agustín de Valera, Hernando de Utiel, Lorente López, Mateo García, Juan de Villena, Benito de Cañavate, Gregorio Clemente, Andrés Sánchez del Pozoseco, Antonio de Córdoba y Julián de Alcocer

Alguaciles mayores: Juan Gómez de Barchín, Antón López del Castillo.

Juan López: fiel ejecutor

 

La carta de censo de bienes los debo al documento original aportado por Julia Toledo

 

AHPCU, PROTOCOLOS, BARTOLOMÉ JIMÉNEZ, fols. 308-339

martes, 27 de julio de 2021

Bienes propios de Alarcón y propiedades de vecinos (1571)

 El concejo de Alarcón toma a censo mil ducados para la compra de pan del mercader Juan de Moya, vecino de Cuenca, con un interés de 14 al millar (7%). Previamente, el concejo de Alarcón ha obtenido licencia real el 17 de octubre de 1571, motivándose en la esterilidad de ese presente año y los años precedentes, para tomar dos mil ducados a censo para el alhorí, pero el marqués autorizará la mitad de esa cantidad. El censo es de fecha 13 de noviembre de 1571


Bienes propios del concejo de Alarcón hipotecados

Dehesas

  • Dehesa de Villar de Mingo Pérez, renta 195000 mrs. anuales
  • Dehesa de la Talaya, renta 42500 mrs. anuales
  • Dehesa del río Gascas, 15000 mrs. anuales
  • Dehesa de Valverdejo, 15000 mrs. anuales
  • Dehesa del Pozoseco, 40000 mrs. anuales
  • Dehesa del Vado del Parral, 62000 mrs. anuales
  • Dehesa de Villalgordo, 30000 mrs. anuales
  • Dehesa del Monte, 37500 mrs. anuales
Dos ruedas molinos en el Henchidero, bajo la fortaleza, en la ribera del río, extramuros. 200 fanegas de trigo anuales

Bienes de particulares hipotecados

Juan Ludeña de Haro
  • Casas en Alarcón, linderas de las de Fernán Vázquez Ramírez Garnica y Juan de Mora
  • Tres mil vides y 100 olivas. Linderas de Pedro Monteagudo y montes llecos
  • 800 almudes de heredad en Villar de Cantos, linderos de Hernán Vázquez de Haro y Diego de Haro
Pedro de Castañeda
  • Casas en Alarcón, linderas de las de su hermano Gabriel de Castañeda
  • Casas principales en Valhermoso
  • Cinco mil vides y dos mil almudes en Valhermoso, lindan con herederos de Antón Castañeda y Melchor Granero
Alonso de Olmeda
  • Dos pares de casas en Alarcón, linderas con las de Hernán Vázquez de Haro y Roque Villanueva. 
  • Otra parte de casas y cien almudes de heredad en Honrubia, aldea de Alarcón
Andrés de la Orden Quijano
  • Unas casas en Alarcón que lindan con las de su padre el bachiller de la Orden
  • Una viña de tres mil vides en la Olmedilla de Alarcón
  • Huerto y parral en la ribera del río Júcar
Andrés de Vizcarra, juez y alguacil mayor
  • Casas en Alarcón que alindan con la de su padre García Vizcarra
  • Tres mil vides en las viñas de Alarcón, lindan con las de Antón Saiz Granero y herederos de Juan Ramos
Bartolomé López, regidor
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en el camino que va a Barchín
Antón Saiz de Moya
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en la aldea de Olmedilla
Pascual Saiz Lázaro
  • Casas en Alarcón
  • Dos mil vides en Alarcón
Juan González Motejón
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides, linderas de Pedro de Moya y los cotos de la villa
  • Dos pares de casas en Olmedilla
  • Tres mil vides y una junta de heredad
Pedro de Cañaveras
  • Casas en Alarcón, linderas del bachiller Barreda
  • Tres mil vides en las viñas de la villa, linderas de Pedro de Ruipérez, en el camino que va de las Tejeras a Valhermoso
Juan de Beléndez, escribano
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en las viñas de la villa
Hernán Vázquez de Haro
  • Casas en Honrubia
  • Tres mil vides en Honrubia
  • 600 almudes de un heredamiento en Honrubia
Pedro de Montoya
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en las viñas de la villa, linderas con viñas de Bartolomé López y Francisco de Buedo
Alonso Luis
  • Casas en Alarcón
  • Cinco mil vides en las viñas de la villa, linderos Miguel Luis, herederos de Julián Olmeda y camino de Barchín.
Gabriel de Castañeda
  • Casas principales en Alarcón
  • Una huerta en la ribera del Júcar, linda con un parral de Cristóbal de Lorca
  • Mil almudes de heredad en Valhermoso y unas casas
Gabriel de Mendoza
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en las viñas de la villa
Francisco de Cañaveras
  • Casas en Alarcón
  • Una rueda de molino en la ribera del Júcar, alinde de tres ruedas que son en una casa que es de María Pacheco y Hernando Espinosa
  • Tres mil vides en las viñas de la villa
  • Unas casas en Tarazona
Pedro de Moya
  • Tres pares de casas
  • Tres mil vides en las viñas de esta villa
  • -Dos pares de casas en la Olmedilla
  • Dos mil vides y cincuenta almudes de tierras de pan llevar en la Olmedilla
El bachiller Barreda Sacedo
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en las viñas de la villa
Francisco Martínez
  • Casas en Alarcón
  • Cuatro mil vides en las viñas de la villa, linderas con las de Vizcarra y Nicolás Berriz.
Antón Martínez Mayor
  • Casas en Alarcón
  • Dos mil vides en las viñas de la villa, linderas con viñas de Pascual Lucas
Esteban de Piqueras
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en las viñas de esta villa
  • Una huerta en la ribera del río Júcar, lindera de huertas de Gabriel de Soria y Cristóbal de Lorca el viejo
AHPCu, Protocolos. Bartolomé Jiménez, fol. 196-212.

El estudio de este documento ha sido posible gracias a la cesión de Julia Toledo




domingo, 25 de julio de 2021

MADRIGUERAS EN 1556

 


MADRIGUERAS en 1556

 

Madrigueras al igual que otros pueblos era heredera de los amojonamientos de 1481. El pueblo en término y jurisdicción de Villanueva de las Jaras, más allá de las casas era una isla rodeada por los términos de Alarcón. Esta indefinición jurídica la aprovechaban los moradores del lugar para dilucidar sus controversias. Tal fue el caso de Ginés García, que con el apoyo de la familia Aroca, en 1556, hirió al cura licenciado Ayora en el cementerio del pueblo. No hemos de pensar en el cementerio como lugar apartado, pues cementerio, iglesia y plaza con sus carnicerías eran espacios contiguos. No muy lejos estaba el llamado Pozo Hondo, origen del pueblo y la casa de Cristóbal Garrido, apellido que recuerda a la familia iniestense fundadora del pueblo. La plaza era lugar de encuentros y desencuentros y de tratos comerciales a la salida de misa de los domingos. Un testigo que vendía nabos nos dice que los hacía en una lonjeta, donde los hombres del pueblo se sentaban a hablar.

Ginés García era el ejemplo de agricultor acomodado. En el embargo de prendas que hizo la justicia no faltaban algunos ropajes de calidad, aunque lo que demostraba su riqueza era esas tres tinajas de cuarenta arrobas de vino, complementadas por la lana de su pequeño rebaño y pieles de sus cabras y el grano guardado en las cámaras de su casa de unas pequeñas explotaciones agrarias, así como un par de mulas de labor. Ginés tenía pastor a su cargo para cuidar su rebaño y tenía una joven criada para el cuidado de su casa. Ginés ya mostraba un gusto “pequeño burgués” de apego a la buena vida. A su ajuar se unía una vajilla que daba al hogar cierta aspecto de orden y comodidad: veintiséis escudillas valencianas, dos sartenes, una cuchara de hierro, dos asadores, tres picheles, uno de ellos de vidrio, mesa de ocho palmos y un banco de madera. Una sociedad de labradores con fuertes lazos de solidaridad familiares entre hermanos y cuñados, que por simple agregación de propiedades constituían grandes haciendas. Pedro García, hermano del anterior, tenía, en el momento de secuestro de sus bienes, cien fanegas de trigo rubión y cien de cebada, aparte de cuatro tinajas con treinta arrobas de vino cada una. A Ginés de Aroca se le secuestraron sesenta fanegas de trigo y otras tantas de cebada y centena y similar cantidad de vino. Al poder económico de los García-Aroca se unía su control de la vida política de Madrigueras. Pedro de Aroca el viejo ostentaba uno de los dos oficios de alcalde ordinario.

 

Ginés desconfiaba de la justicia de Villanueva, aunque en Madrigueras había un alcalde pedáneo con funciones judiciales menores, que llevó a cabo las primeras instrucciones del caso, haciendo probanza de testigos. Que el alcalde era autoridad respetada en el pueblo es muestra que, con motivo del retraimiento de Ginés en la iglesia para evitar ser apresado, fue capaz de contar con el apoyo de quince vecinos para actuar como guardas. Pero ni el alcalde pedáneo daba unidad a un pueblo dividido en dos. El escurridizo prófugo fue capaz de escapar de la iglesia para pasar a la ermita de Santo Tomé, estando situada en el llamado barrio de San Agustín, que caía en la jurisdicción de Alarcón. Era otro caso de pueblo creado en los momentos inmediatos a la guerra del Marquesado, con unos estrechos términos fijados a las casas existentes en 1480 y cuyo crecimiento posterior se había expandido por jurisdicción de Alarcón. Aunque lo más notorio era que Madrigueras tenía dos alcaldes ordinarios: uno para la jurisdicción ordinaria de la Jara, alcalde pedáneo muy dependiente de esta villa, y otro alcalde, aparentemente con una jurisdicción más autónoma, pero dependiente de Alarcón, para el barrio de San Agustín. Era tal el caos de jurisdicciones en el pueblo, que la madre de Ginés García, Catalina de la Jara, andaba por el pueblo gritando lo fácil que era matar a un clérigo, ya que en Roma absolvían por dos reales a los que mataban clérigos. De hecho, la justicia convivía con esa otra que imponían los hombres armados; Pedro Aroca y Andrés García, a caballo y con sendos arcabuces, habían facilitado la huida de la iglesia para pasar a la ermita de Ginés García. La de Madrigueras era una sociedad de clanes y los García-Aroca eran uno más, con una matriarca, Catalina de la Jara, que controlaba a todos, hijos y nietos, arremolinados todos en torno a unas casas aledañas en la calle que bajaba hacia la plaza del pueblo. Las diferencias del licenciado Ayora, un clérigo procedente de Belmonte, lo eran con el nieto Pedro de Aroca, pero la causa, unas cartas del clérigo a los suegros de Pedro de Aroca el mozo, la asumía como propia toda la familia. De hecho, el padre Pedro de Aroca el viejo intento agredir con un palo de retama al cura a su salida de la iglesia. No debemos despreciar estas organizaciones familiares, definidas por los contemporáneos como ligas y monipodios, al dominio económico y político de los pueblos se unía su imposición violenta por las armas. Ginés García sería liberado por sus hermanos y cuñados de la ermita de Santo Tomé, donde se presentaron a caballo, con arcabuces, espadas y hondas. Ni tampoco las alianzas familiares con otras familias. Una hermana de Ginés García estaba casada con el bachiller Clemente de Villanueva de la Jara y también relación familiar tenían los Aroca con el licenciado Cabronero de Iniesta, que facilitarían la acción militar de los García Aroca sobre la ermita de Santo Tomé, al facilitar, bajo testimonio de un notario apostólico que los guardas se alejaran treinta pasos del lugar sagrado de la ermita.

La mezcolanza de jurisdicciones era pareja a la diversidad de complicidades familiares y de intereses, hasta el punto de que el belmonteño Hernando del Pozo, hermano del licenciado Ayora, solicitaba la intervención de un alcalde de casa y corte, ya que los delinquentes son muchos e viven en diversas juresdiçiones. Aunque el Consejo Real se avino a derivar el caso a la justicia del marquesado y a su alcalde mayor Marquina, ante el que se presentó el licenciado Miguel Ayora con sus cuitas y contando el régimen de terror impuesto por los García Aroca del que era víctima, entre amenazas de matarlo en el mismo altar y acechando su casa.

Aparte de rencillas sobrevenidas, las diferencias tomaron un tinte ideológico. Los García Aroca, que dominaban los oficios concejiles del lugar, se presentaban como labradores que vivían de su trabajo, ligados de la tierra que los vio nacer y forjadores de la nueva población de Madrigueras. El licenciado Ayora era un intruso belmonteño, que vivía de las rentas de una iglesia que los naturales del pueblo habían construido. Ese carácter forastero pronto derivó a las acusaciones de judío, tal como reconocía el propio licenciado

A dicho que soy un judío ereje y que me a de quemar y echar fuego en mi casa e que hera un gavacho e otros muchos vytuperios

De las palabras se había pasado a los hechos con un Pedro de Aroca el mozo deambulando por el pueblo con un arcabuz de pedernal, cobijado bajo la capa. El primero que recibió las amenazas fue un tal Agustín, tenido por hijo ilegítimo del cura

Asy que vos puto judío todavía bueno que bueno yo os voto a Dios y a esta cruz e hizo con el dedo una cruz en la frente que os tengo de pegar fuego a vos e al puto bellaco judyo de vuestro padre y os tengo de quemar vivos

No sabemos si la acusación de judaísmo contra el clérigo era real o era simple aversión anticlerical a los clérigos, que, por lo demás tenían un comportamiento muy mundano. Cierto día, montados a caballo, aparecieron el cura Ayora y el cura de Tarazona, Pedro García, y las amenazas de Pedro de Aroca se volvieron a repetir: con estos judíos algún día tengo de hazer una hoguera, o esas otras de ir hasta Belmonte para matarlo en la casa del diablo donde se escondía o en el mismo infierno si era preciso.

La presencia del licenciado Miguel de Ayora en el pueblo se veía como intromisión intolerable en los asuntos locales. El cura no estaba solo en el pueblo, pues estaba acompañado de su hermano Nicolás de Ayora, también clérigo. Uno y otro no transigían con las acciones de los García-Aroca. Ya en 1551, el clan familiar se había propuesto salvar de la condena de cien azotes y galeras a un tal Fabián del Olmo, metiéndolo en sagrado, en la iglesia, para evadir la justicia, pero el cura lo impidió. La llegada del cura a Madrigueras debió asemejarse a la de un pequeño inquisidor dispuesto a acabar con el clima de degradación moral y falta de fe religiosa del pueblo. El cura debió ver en aquella Madrigueras de 1556 a la Sodoma bíblica rediviva: putas, amancebamientos, juegos, hechicerías y uso de hospitales para abuso de costumbres depravadas:

porque a echado putas públicas y a quitado amanzebamientos y mal casados y tablajerías y hechizerías y enjalmos ansy de las casas de Dios como son ospitales y otras casas del dicho lugar y le an ocupado que no predique en el pulpito segund que de todo lo pretende”

El cura Ayora llamaba a estos vecinos depravados como “perturbadores de repúblicas” en un claro intento de entrometer a la justicia civil en la preservación de las costumbres. Tal parecía que eso era posible hacia 1551, cuando el poder concejil de Madrigueras estaba en manos de la familia de los Garrido. El cura invocaba a los vecinos buenos que están en quietud y reposo. Las palabras del cura fueron recogidas por el alcalde Diego Garrido, que se comprometió a recorrer con su alguacil, provistos de varas de justicia, para reponer al pueblo en costumbres decorosas y cristianas. Al parecer las acusaciones contra el mencionado Fabián del Olmo venían por usar la iglesia para amancebarse con su mujer y como lugar de juego. El intento del cura de expulsarlo de la iglesia acabó en pelea con el joven que hacía de un camarín del templo su hogar provisional. Y es que los intentos de la autoridad de la iglesia de imponer el orden en el pueblo chocaba con las prácticas y costumbres de un pueblo alejado, donde faltaba autoridad. Las condenas del cura, procurando la excomunión del joven, y sus denuncias para condenarlo a galeras, chocaban en un pueblo que no conocía más ley que la particular de cada morador ni más moral que una total liberalidad de costumbres. Además, en el pueblo se condenaba la doble moral del cura, al que el joven Fabián del Olmo había espetado en la cara aquello de “otros, peores cosas hacen”.

 

AGS, CRC, LEG. 448-2

miércoles, 21 de julio de 2021

El Pedernoso y la Santa Junta

 El trece de febrero de 1521, Diego de Alarcón se compromete ante la Santa Junta, en Valladolid, a la recaudación de las rentas de la villa de El Pedernoso para los años 1520 y 1521. Responde como garantía con sus bienes. Del documento existente en Simancas se desprende que Diego de Alarcón también se responsabilizó del cobro de las rentas reales de la villa de San Clemente, aunque esta copia de obligación nos aparece incompleta. En cualquier caso, a la altura de febrero la región estaba bajo dominio comunero, y dos meses después poco antes de Villalar, la influencia de Toledo era palmaria. Después de llegar a Las Pedroñeras el nueve de abril, Jerónimo de Bargas llega el trece de abril a El Pedernoso para cobrar las rentas reales. Ese día se presenta ante los alcaldes Asensio Martínez y Juan García de la Plaza. Los alcaldes confiesan que ya han hecho pago de las rentas el mes anterior: las alcabalas a Marco Parada, vecino de Huete, la bula de cruzada a Diego López, vecino de Toledo, y los servicios a Juan Álvarez, vecino de Toledo.

Es difícil saber quien controlaba los pagos de ese mes de marzo, tres rentas y tres procedencias de los recaudadores, aunque del cometido de Jerónimo de Bargas parece que no habían llegado a manos de la Santa Junta.

Otro tema para la discusión es la participación de Diego de Alarcón en las Comunidades; poco después veremos a su viuda en pleitos defendiendo a su marido


Archivo General de Simancas, PTR,LEG,5,90


El 11 de febrero de 1521 el que se obliga ante la Santa Junta para el pago de rentas es Juan Romo, vecino de Villanueva de la Jara, en nombre de ese concejo.

Archivo General de Simancas, PTR,LEG,5,92

Las Pedroñeras y la Santa Junta

 A comienzos de abril de 1521, Las Pedroñeras mostraba sus recelos al movimiento comunero. Sin embargo, hasta allí llegaba la influencia de Toledo, centro de la rebelión de las Comunidades hasta el final. Era uno de los dos alcaldes del pueblo Pedro Martínez y regidores Pedro Gómez, Pedro de Segovia y Felipe de Segovia. Estos Segovia nos son conocidos, pues esta familia levantó el estandarte de la reina Isabel frente a Belmonte y el marqués de Villena. Hasta las Pedroñeras, un nueve de abril de 1521, llegó en representación de la comunera Toledo un enviado llamado Jerónimo de Bargas. Se presento en nombre de la Santa Junta como receptor de las rentas reales, los servicios del Reino y la bula de cruzada y su cometido era recaudar las rentas reales del año anterior para mantener la causa insurrecta.

Regidores, y alcalde ordinario, dieron testimonio el diez de abril ante el escribano Francisco Gallego, que el pueblo había pagado sus rentas de 1520 ante los contadores mayores de sus sacras majestades. Era un rechazo de la Santa Junta de Valladolid y su recaudador Francisco de Alcocer. 

Archivo General de Simancas, PTR,LEG,5,139

domingo, 18 de julio de 2021

FUNDACIÓN DEL CONVENTO DE CARMELISTAS DESCALZAS DE SAN CLEMENTE

 





Reforma de los Descalzos de Nuestra Señora del Carmen, de la primitiva observancia hecha por Santa Teresa de Iesus... (1683) Giovanni Giuseppe di Santa Teresa (O.C.D.), (1657-1749)
Copia digital. Valladolid : Junta de Castilla y León. Consejería de Cultura y Turismo, 2012-2013
Sign.: [ ]2, [calderón], 2[calderón]6, A-Z6, 2A-2Z6, 3A-3Z6, 4A-4Z6,5A-5C6, 5D8
Portada con orla tip. y escudo calc. de la Orden del Carmen
Texto a 2 col.

sábado, 17 de julio de 2021

Rentas reales del marquesado de Villena en 1576

 


Son rentas reales en pueblos en régimen de fieldad o arrendamientos, no están incluidos los pueblos encabezados


AGS, PTR,LEG,75,365

miércoles, 14 de julio de 2021

La Hacienda de los señores de Minaya

 Censo contra Juan Pacheco y su mujer Teresa Jaraba, señores de Minaya. Principal 700000 maravedíes; renta anual, 50000 maravedíes. Año 1580. Los bienes hipotecados no están vinculados ni sujetos a mayorazgo. Presta el dinero Inés de Tamayo, viuda de Alonso de Pedraza  Moya, vecino de Cuenca.

Bienes obligados

  • Una casa de molinos de ocho ruedas en la ribera del Júcar y su ejido, término de Vara de Rey (molinos de los Nuevos)
  • Dos casas de molinos con nueve ruedas en el río Júcar, término de Vara de Rey (molinos del Batanejo). Junto  a los molinos hay una heredad de diez mil viñas y olivas y mil almudes de una heredad. En dicho lugar hay ocho casas de morada.  Las heredades lindan con otras de los herederos de Alonso Pacheco y de los herederos de Pedro López de Huete.
  • Heredad en el paraje de las Mesillas, término de San Clemente, con su casa, pozo y eras. Tiene por linderos, heredad de Alonso de Oropesa y de herederos de Fernando de Montoya.
  • Heredad de la hoya Escampiada en San Clemente, en el camino de El Provencio, de mil quinientos almudes, casa, pozo y eras. Lindan con heredades de herederos de Francisco Martínez, labrador, y herederos de Francisco Martínez, mercader, y hazas de Juan Villodre
  • Casas de  molinos en el río Rus, la llamada heredad del molino y huertas de Sedeño. Es un molino de dos ruedas, acompañado de una heredad de 310 almudes y tres huertas de hortalizas. Alinda la propiedad con Juan de López el viejo, propiedad de los herederos de la de Fernando de Origüela,  propiedades de Juan de la Osa y el bachiller Villamediana, todos ellos vecinos de San Clemente, y con el camino que va de San Clemente a Cuenca

(Hay que tener en cuenta que los señores de Minaya tienen otros bienes vinculados a mayorazgo, incluida la jurisdicción de la villa de Minaya o la capilla familiar de San Antonio en la iglesia de Santiago Apóstol de San Clemente)

Propiedades de otros vecinos de Minaya:

Pedro Medrano y Juana Sánchez su mujer
  • Cinco mil vides y doscientas olivas, a un lado y otro de los mojones de Minaya y San Clemente. 
  • Casas de morada en Minaya
  • Cebadal de 25 almudes en San Cristóbal, entre los caminos de Vara de Rey y de San Clemente
  • Otro cebadal de cinco almudes en la villa de Minaya
Pedro Jiménez Charco y Catalina Sainz su mujer
  • Unas casas alindes de tres calles públicas
  • Una viña de cinco mil vides y olivas en el término de San Clemente a la mano derecha del carril. Linde con otras viñas
Andrés Alonso y María Martínez Merina
  • Unas casas de morada
  • Cuatro mil vides y doscientas olivas en el término de San Clemente en el pago de las Viñas Nuevas
Nadal Batista y Catalina de Alarcón
  • Unas casas propias
  • Cuatro mil viñas en el término de San Clemente en la hoya Elasta?

El valor de estos bienes asciende a 24000 o 25000 ducados. La descripción de los mismos muestra una extensión del viñedo al sur de los términos de San Clemente, cultivado por vecinos de Minaya


ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE CUENCA, FONDO NOTARIAL.  Protocolo 259. Escribano Bartolomé Jiménez.

(DOCUMENTOS CEDIDOS POR JULIA TOLEDO)

lunes, 12 de julio de 2021

Los señores de yeguas de Iniesta

 

Las provisiones reales se leían en voz alta de pregonero en la plaza pública de Iniesta por el pregonero Juan de la Heras. Así se dio a saber por el pregonero Juan de las Heras un 16 de agosto de 1516. El tema pregonado era viejo; acabada la guerra de Granada, se dejaron de criar potros y se prefirió echar las yeguas a asnos garañones para la crianza de mulas para la labranza. Ya el veinte de julio de 1492 se amenazó a los dueños de garañones con la pérdida del asno y multa de mil maravedíes cuando fueran sorprendidos echándolos a las yeguas; una `provisión que volvería a ser confirmada el 4 de octubre de 1499 y que se recordó específicamente para el marquesado de Villena el 10 de junio de 1516, donde se señalaba la rápida disminución del número de caballos por la crianza de mulas para la agricultura. Se cometía al gobernador Antonio de Córdoba y su alcalde mayor, licenciado Ternero, hacer las pesquisas sobre los caballos existentes. Era alguacil mayor del marquesado, Pedro de Albelda.

El mismo día de la lectura de la provisión real en la plaza de Iniesta fue respondida por su gobernador Pedro de Mondéjar, que alegaba que las antiguas leyes se aplicaban en el Reino de Murcia, pero no en el obispado de Cuenca, a cuya tierra pertenecía Iniesta. Se denunciaba la innovación de hacer extensiva la pragmática sobre ganado caballar al sur del Tajo, cuando las tierras de Cuenca eran estériles para la crianza de caballos.

Hemos hablado en otros lugares del floreciente negocio del ganado yeguar de los iniestenses, de sus bajadas hasta la ribera del Júcar y del origen de algún pueblo como Madrigueras en el contexto de esta trashumancia local. Prueba del potencial económico de este ganado yeguar es que fueron varios vecinos principales de Iniesta quienes sostuvieron el pleito. Unos vecinos que se llamaban a sí mismos señores de yeguas; eran Juan Correa el viejo, Alonso Martínez de Correa, Pedro García de Castillejo, Pedro Jiménez de Buenache, Pedro de Iniesta de Alcalá, Juan de las Heras, Juan de Correa el mozo, Juan de Iniesta, Pedro Pérez Marquina, Juan Navarro del Campillo, Juan de Utiel, Pedro Garrido, Felipe Navarro, Pérez de Carrascosa, Alonso de Jábega, Andrés Bravo, Antón García de Mingo Juan el mozo, Juan García de Mingo Juan el mozo, Juan Garrido de Alcalá, Pedro de Buenache, Alonso de las Heras, Pedro López, Alonso de Tórtola, Alonso Herrero del Peral. Una muestra del negocio de la crianza de mulas y del rápido desarrollo de la labranza en estas tierras, que habían reducido a la nada la crianza de caballos para la guerra y jinetes encabalgados. La expresión de los quintanareños cincuenta años después para definir su pueblo como una sociedad de labradores desencabalgados valía para la Iniesta previa a las Comunidades. Y era algo más, el dominio del concejo de Iniesta y la vida política por un conjunto de labradores ricos, que aún no había cedido el poder a las poderosas familias de los Zapata o los Espinosa. Y es que el conflicto por los garañones, iniciado en 1516, derivó en un largo pleito en la Chancillería de Granada que se mantenía abierto cuando estallaron las Comunidades. Los gobernadores del marquesado de Villena, Antonio de Córdoba o Gutierre de Quejada se sucedían, pero el conflicto seguía abierto, mientras el procurador de “los señores de yeguas” iniestenses, Pedro Mondéjar, se quejaba que el abogado en la Chancillería malversaba el dinero de los vecinos. Es más, entre las élites de labradores dominantes de Iniesta se comenzó a extender un discurso político que reivindicaba a Iniesta como una villa ajena al marquesado de Villena e integrante de la antigua tierra de Cuenca, estéril al igual que la antigua ciudad madre y sus tierras para la crianza de caballos. En el fondo del debate, estaba el interés de grandes familias de Alarcón por dominar el ganado caballar, aprovechando una nueva ruta que en sentido transversal iba desde Gascas a las tierras de Alarcón en la Ensancha. El territorio de la Ensancha era objeto de deseo para la agricultura de los iniestenses y también los jareños. Las tierras de labor se estaban comiendo a los pastos, las tierras lindantes con el Júcar, en torno a Madrigueras, presentaban ya un aspecto labrado. La edad dorada de los señores de yeguas iniestenses estaba tocando a su fin: enriquecidos con la crianza de mulas en el periodo de 1480 a 1520, veían como las tierras labradas por esas mismas mulas hacían desaparecer los pastos que las yeguas pastaban antaño. Una élite de labradores desencabalgados, dominadores del gobierno concejil, dejarán lugar a una nueva élite hidalga que harán de la ejecutoria y el caballo listo para la guerra el símbolo de su distinción social.

El cambio del paisaje iniestense nos los recordaba en su ancianidad Alonso Sánchez de Valverde

Que en los tiempos pasados vido que por estar los dichos términos desocupados de labores de yvierno eran rrazonables para mantener yeguas pero que de verano no avía prados ni aquellos aparejos que heran neçesarios para criar cavallos pero que agora al presente están los dichos términos muy rrompidos de labores

Sobre el paisaje de Iniesta en esta época, ya perfilado desde el horizonte del año mil quinientos, nos han quedado algunos testimonios de personas ancianas; en su indudable parcialidad, testigos del proceso roturador de tierras

Que sabe que los términos e tyerra de la dicha villa de Yniesta son muy estériles e mal dispuestos para criar en ellos yeguas e caballos porque son muy estrechos e tyenen pocos pastos e prados que no tyene ninguno e tyene pocas aguas porque las que ay son de pozos e lavajos fechos de mano e los dichos términos están todos labrados e sy ay algo por labrar es atochas e matorrales e rriscales…, que las yeguas que se crían en los dichos términos son muy pequeñas e mal talladas e que ha visto que los cavallos que de ellas naçen son muy pequeños e mal tallados, que son de poco valor e no para ávito de cavallería salvo para arar e para alvarda e que ha oydo desir a algunos que de cabsa de no poder criar la yegua al potro de cabsa de los pocos pastos e esterelidad de los términos que matan al potro porque no mate a la madre

Iniesta se llegaba a equiparar con las tierras de Cuenca: tierras de sierra, estrechas, rasas y frías, de malas hierbas y pocas aguas, poco apta para pasto de caballos, aunque más apta para el pasto en invierno, hasta llegar el verano y corrido el otoño, que era tierra estéril. Aunque no era esa la opinión de todos los testigos, algunos de ellos que habían andado más las tierras e Cuenca, afirmaban que tiene más anchuras e algunas aguas corrientes e algunas praderasAun así, no se llegaba a la situación de Motilla, donde los potros recién paridos eran matados para garantizar que la yegua no pereciera alimentándolos. Se decía que don Luis Pacheco había obtenido licencia de la reina Isabel para echar las yeguas al garañón, obviando las pragmáticas al efecto. Es creíble que la crianza de mulas, para las que se reservaba una parte de los campos plantados de cebada o centeno, continuara siendo un negocio lucrativo, mientras que la cría de potros en espacios abiertos y con yerba era motivo de ruina. Se consideraba un mal negocio la venta de tres potros nacidos en Iniesta a un vecino de El Peral por siete ducados, aunque no faltaban casos en que los potros eran regalados o como hemos dicho matados. No hemos de dudar del poco valor de los potros, pero del testimonio de los testigos se desprende que si hubo un comercio de potros que se criaban en los límites con Motilla (ahora estrangulado por la falta de pasto y que llegaban con dificultad a los 500 maravedíes e incluso un ducado), como lo hubo con la corona de Aragón, donde los precios se habían reducido a los 35 sueldos para ese año de 1517.

 

 

 

Concejo de Iniesta de 14 de diciembre de 1518

Licenciado Joanes, alcalde mayor del marquesado

Juan García, alcalde ordinario

Pedro Clemente, alguacil

Lope García de Mingo Juan, Benito de la Jara, regidores

Pedro Rodríguez, síndico procurador.

Alonso López de Talayuelas, Juan García de Castillejo, Juan de Olmeda el mozo, diputados

 

Concejo de Iniesta de 12 de diciembre de 1510

Alonso Herrero y Juan Garrido de Almodóvar, alcaldes ordinarios

Alonso Garrido, alguacil

Fernán Martínez del Peral, regidor

Pedro Jiménez de Buenache, fiel

Bartolomé de Soria, síndico procurador

Alonso López de Talayuelas, Pedro de Buenache y Lope García de Mingo Juan, diputados

 

Concejo de 26 de agosto de 1515

Pedro García de Castillejo, alcalde ordinario

Juan García de Castillejo, alguacil

Alonso Fernández de Almodóvar, Andrés de Monteagudo, regidores

Pedro Mínguez, síndico procurador

Juan de la Parra, Martín Merino, Pedro Blasco, Miguel Cabronero, Andrés Lozano, diputados

 

Probanza de 1517

Juan Sánchez de Barchín, más de 70 años

Antón de la Jara, 43 años

Pedro de Cardenete, 50 años

Pedro Navarro, 58 años

 

Probanza de testigos. AChGr, Pleitos, 2098-8

miércoles, 7 de julio de 2021

Memorial de Santa María del Campo Rus de 1591

 "Fernando de Olmedes (?) en nombre del concejo, justicia e rregimiento de la villa de Santa María del Campo que es del marquesado de Villena

digo que a las dichas mis partes se les rrepartió para la paga de los millones con que se sirue a v. a. trescientos mil maravedís en cada un año y el pueblo es pequeño e pobre y los vecinos necesitados de más de que no tienen de que pagar tanta cantidad ni pueden ni tienen de que sacallo porque no tienen montes ni términos de que lo sacar y de más de esto pagana censo de diez y seis mill ducados en cada un año con que siruieron a v. a. por la yncorporación en la corona real que esto se rreparte entre los vecinos de la dicha villa, atento a lo qual a v. a. pido e suplico mande descargar a mis partes de lo que ansí les está rrepartido pues esto es cosa tan justa porque en ello de más de ser justicia rresçiuirán merçed"


Archivo General de Simancas, PTR,LEG,83,187

lunes, 5 de julio de 2021

Genealogía de los señores de Almodóvar del Pinar

 

24 de diciembre de 1538

 

Don Álvaro de Alarcón era señor de Almodóvar del Pinar, su madre era María Ruiz de Alarcón, andaba en pleitos el año 1538 con Martín de Alarcón. Álvaro Ruiz de Alarcón era hijo de Alonso Ruiz de Alarcón, nieto de Ávaro de Alarcón y biznieto de Martín Ruiz de Alarcón, comendador de Mérida, primer señor de Almodóvar de Campo y casado con Inés Manuel.

El matrimonio de Martín Ruiz de Alarcón e Inés Manuel tuvieron dos hijos: Álvaro de Alarcón, Iñigo López de Mendoza, y tres hijas, Juana, Isabel y Francisca. Los testigos mencionan otro hermano, Hernando de Alarcón, que disputó el mayorazgo. El mayorazgo familiar y la villa de Almodóvar del Pinar, vinculada a dicho mayorazgo, recayó en Álvaro de Alarcón, que casaría con doña Leonor Puertocarrero. El matrimonio tendría dos hijos, el mayor. Martín, murió de una caída de caballo en la Corte, recayendo el señorío de la villa en el segundón, Alonso Ruiz de Alarcón; otra hermana era Inés. Alonso casaría con María Ruiz de Alarcón; del matrimonio nacerían varios hijos: Álvaro, Pedro, Martín, Petronila y Juan. El primero, Álvaro, heredaría el mayorazgo. En su posesión contendería con el hijo de Hernando de Alarcón, Martín, del mismo nombre que su abuelo el comendador de Mérida.

Los Alarcón de Almodóvar del Pinar tenían la jurisdicción civil y criminal de la villa, sus rentas pechos y derechos, excepto las alcabalas, de las que solo poseían una parte. Teniendo la dicha villa por bienes de mayorazgo. La villa de Almodóvar había sido comprada por el comendador Martín Ruiz de Alarcón e integrada en el mayorazgo familiar


ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS, CAJA 667-7