El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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martes, 23 de febrero de 2016

Donativo de San Clemente para la Guerra de Italia (1629)


Después de 1625, el llamado por John H. Elliott el annus mirabilis de la Monarquía Hispánica, llegará a partir de 1628 la llamada Guerra de Sucesión de Mantua, que supondrá el punto de inflexión que marque el inicio de una serie de reveses que conducirán al fin del poderío militar y de la llamada, tal como lo hace el texto, la rreputación de las armas de su magestad, Aquí la Monarquía necesitada y acosada en el sitio de Casal, pide, por voz del Consejo de Guerra, ayuda urgente al concejo de San Clemente y villas de su partido; consciente de la imposibilidad de reclutar los 200 soldados que se piden con la suficiente premura, solicitará un nuevo donativo a caballeros y particulares de ese distrito. Paralelamente al declinar de las armas, la villa de San Clemente asistirá a su decadencia propia, después de haber sorteado la crisis de cambio de siglo e incluso haber experimentado un pequeño renacer. Tal vez algún día contemos con más documentación que nos ayuden a conocer mejor las noticias parcas que disponemos hoy de la bandera colocada en la plaza de la villa para el reclutamiento de soldados o el alojamiento en los mesones de la villa de soldados heridos, repatriados de Italia, a finales de los años veinte.


La conseruación de los súditos desta corona y que biban en paz y justicia es una de las cosas que más desea el consejo (de Guerra), pues demás de ser la principal de su obligación el amor grande que su magestad les tiene solícita procurarlo= el consexo a tenido noticia del estado de las cosas de ytalia el aprieto grande en que se alla don gonçalo de córdoua en el cerco y sitio de casal quán aventura él asta la rreputación de las armas de su magestad y la obligación precisa de acudir al socorro y quan exausto y consumido está su rreal patrimonio por auerle siempre empleado en la defensa de la rreligión y de la quietud pública y aunque la ocasión presente pudiera mouer a su magestad a nueuos tributos por no aflijir sus vasallos no usa deste medio sino rrepresentarles el aprieto en que se alla y quán preciso es su rremedio que considerándole el consexo a seruido a su magestad con docientos soldados pagados por un año menos lo que durare la guerra y a acordado auisar a esa villa para que con el celo que siempre tiene junte el ayuntamiento trate y confiera con quantos soldados podrá seruir a su magestad para el tiempo que durare esta ocasión y rreconociendo algún ynconbiniente por la dilación que será necesaria para levantar la gente de guerra con que sirviere por estar este rreyno con alguna falta della el sueldo y costa que ubieren de hacer ymbiaréis a esta parte de adonde se rremitirá a la parte que su magestad mandare y daréis noticia desta carta a los caballeros y particulares desa villa y su distrito para que acudan en ocasión tan del seruicio de Dios y de su magestad seguridad común y particular de cada uno= el consexo fía de vos que con el celo que siempre auéis tenido acudiréis a ello y queda advertido de sinificar a su magestad el amor y fidilidad con que os auéis mostrado, madrid y março 31 de 1629
                        (once rúbricas de miembros del Consejo de Guerra)
                                       don fernando de vallejo (rúbrica)


AMSC. AYUNTAMIENTO. Leg. 34/10

martes, 6 de octubre de 2015

El donativo de 1664

La concesión de donativos para las guerras de los Austrias menores fue algo habitual desde los años veinte del siglo XVII. Domínguez Ortiz nos recuerda donativos en los años 1625, 1629, 1632 y 1635. Sabemos que San Clemente aportaría dos mil ducados para la guerra de Mantua.
La concesión de estos donativos iba ligada al otorgamiento de licencias y facultades para obtener arbitrios por las villas que garantizaran el pago. Así se solían arrendar ciertas dehesas o propios, y en su defecto, se acudía al repartimiento entre los vecinos.
En octubre de 1664, la villa de San Clemente concede un nuevo donativo de 2.000 ducados de vellón a la monarquía. La negociación de dicho donativo se hará por los regidores perpetuos don Juan de Ortega García y don Gregorio Guerra, en nombre del ayuntamiento. Acordándose el pago en cuatro plazos: una primera entrega de 500 ducados en el momento de concederse la facultad regia para la concesión de arbitrios, y los 1.500 restantes en tres entregas en los años siguientes.
Lo curioso ahora es que el donativo concedido por la villa se convierte en motivo de transacción para defender sus propios intereses económicos. San Clemente obtiene como contrapartida poder vender su vino en la corte. Los cosecheros de vino se comprometen a cargar con la aportación del donativo a cambio de poder vender el vino en la villa de Madrid, teniendo taberna pública de vino tinto por un tiempo de nueve años y al precio que se hiciese por tasa.