El poder agrario de Villarrobledo y sus 2000 pares de mulas
Sunday, July 27, 2025
El poder agrario de Villarrobledo
Saturday, July 26, 2025
Papeles varios
Juan Sainz (o Sánchez) de Olmedilla es condenado por ciertas resistencias hechas a un alguacil, siendo alcalde ordinario de San Clemente, a pena pecuniaria, un año de destierro e inhabilitación para cargo público. El 22 de abril de 1524 es perdonado
AGS. CCA. CED. 67-760
Francisco de Castilla es el gobernador del marquesado de Villena, cuando se dan las villas de San Clemente, Albacete y Villanueva a la emperatriz (1526)
Pedro de Castilla sustituye como gobernador a Álvaro de Ayala en 1529
En 1530, el marqués de Moya todavía pide ser resarcido por los daños causados por algunas villas del marquesado de Villena en tiempo de las Comunidades. EL pleito se desarrolla en la Chancillería de Granada. 12 de marzo de 1530 (AGS. CCA. CED. 83-612)
Hernando de Acuña, vecino de Barchón, logrero, es decir, usurero, condenado en 60000 maravedíes (AGS. CCA. CED. 115-718)
El cinco de febrero de 1547 se alza el destierro de seis meses a Alonso de Pacheco por ciertas palabras livianas con Francisco García. Aunque ya antes había pasado a la villa de San Clemente a visitar a su mujer María de Aragón, enferma de muerte (AGS.CCA. CED. 117-89)
SE habla de ciertas "quistiones" que hubo hace dos años (en 1545) entre ciertas personas. Hay una condena de más de 34000 maravedíes a una lista larga de personas: Hernán Vázquez de Garnica, Sancho López el mozo, Francisco Zapata, Alonso de la Fuente, don Francisco Pacheco y don Francisco y don Juan su hijo, Diego de los Herreros, don Alonso Pacheco, Ginés del Cañavate, Gonzalo de Tébar, Alonso de Caballón, Diego de Orihuela, Juan Gutiérrez de Garnica, Fernando de Alarcón, Pero Xuárez el mozo, Ortega del Castillo, Sancho López el viejo (AGS: CCA: CED. 117-223)
Se habla el año 1547 de un delito que cometieron en Belmonte ciertas personas a los que tenemos por canteros: Juan de Oma, Domingo de Mestrauta (Mestraitua), Domingo de Regil y Antón Delgado y otros consortes, condenados a pagar 50000 mrs. y perdimiento de armas. (AGS. CCA. CED. 117-326)
El pleito de la escribanía de provincia se remonta a inicios de 1549
Diego de Montoya es condenado en 35000 mrs. por la muerte en septiembre de 1553 de su sobrina Isabel de Montoya, ambos vecinos de Vara de Rey. Año 1554 (AGS. CCA. CED. 123-238) Sin embargo, años después el que está sentenciado por la muerte es el hermano de Isabel, Pedro Montoya, que sería condenado a muerte (a degollar) y a perdimiento de bienes. En 1560, se le perdona la pena de muerte. En 1561, obtiene el perdón definitivo. AGS, CCA. CED. 149-904
Sancho del Castillo Vizcaíno condenado a cuatro años de destierro por cometer adulterio don la mujer de Sebastián Gómez, vecinos de San Clemente el año 1554 (AGS, CCA, CED. 124-234)
EL tres de mayo de 1566 se da licencia a la villa de Minglanilla para arrendar la mitad de un pinar, con ello se pretende ayudar a pagar los réditos del censo de 3260 , ducados tomados para pagar su exención de Iniesta como villa (AGS, CCA. CED. 128-475)
Francisco de Herreros, Miguel Vázquez, Diego de Haro, Hernán Vázquez de Haro, Sancho López de Herreros y Francisco Martínez, vecinos de San Clemente, están desterrados del pueblo el año 1561 (AGS. CCA. CED. 133-568)
Julio de 1559 se levanta el destierro de seis años a Ginés de Garnica, que venía cumpliendo desde septiembre de 1556, aunque los hechos se remontaban a la elección de oficios del año 1548 (AGS.CCa. CED. 135-274)
Francisco Martínez, mercader de San Clemente, condenado a un año de destierro (AGS, CCA. CED. 135-163). Año 1561
Se decide nombrar un escribano de comisiones el 4 de septiembre de 1564 (AGS. CCA.CED. 139-223)
Se deciden crear dos escribanos para las apelaciones ante el gobernador. 19 de marzo de 1566 (AGS. CCA. CED. 140-547)
Don Alonso Pacheco y doña María del Castillo, vecinos de San Clemente, son Bernardino del Castillo y don Diego del Castillo, vecinos de Alarcón, y don Juan del Castillo, como llamados al mayorazgo que fundó el doctor Pedro González del Castillo piden no se dé licencia para la pretensión de Antonio del Castillo Portocarrero de mudar la villa de Santa María del Campo Rus por otras en Salamanca (AGS; CCA; CED; 140-556). 9 de marzo de 1566
Título de alférez mayor de la villa de San Clemente. En un principio, el 16 de julio de 1559, el título de alférez mayor de la villa recae en el licenciado Guedeja, relator del Consejo, que renuncia a él. El 31 de agosto de 1565, el título pasa a Francisco Pacheco, que renuncia a su vez el 30 de mayo de 1566 en favor de Alonso Pacheco (este lo pasará en fecha indeterminada a su hermano Juan Pacheco Guzmán). AGS, CAD. CED. 141-562. En 1580, el título pasará a Juan Pacheco de Ludeña, que renunciará en favor de Juan Pacheco Guzmán, hijo de Diego Pacheco, en 1581 y lo detentará hasta su muerte en 1626 (AGS. CCA. CED. 156-457 y 158-309)
El licenciado Muñoz, procurador de la villa de San Clemente es apresado cerca de la corte de Madrid cuando llevaba unos despachos por el alguacil mayor Portillo de la Gobernación del Marquesado de Villena, bajo la acusación de ser luterano. El alguacil será condenado a cinco años de destierro e inhabilitación por acusación falsa (AGS. CCA. CED. 143-313). 8 de Agosto de 1565
Carlos de Guevara es condenado por su ejercicio del oficio de gobernador de Villena a más de 100000 mrs. Año 1565 (AGS, CCA. CED,144-310)
En 1570, Diego de Oviedo, vecino y regidor de la villa de San Clemente, solicita licencia a la corona para constituir un mayorazgo con sus bienes muebles, juros, bienes raíces y pan de renta en favor de su hija Inés Oviedo. El 10 de octubre 1570 se emite real cédula solicitando información de las circunstancias para constituir el mayorazgo (AGS, CCA, CED, 150-586)
Pedro Ruiz de Alarcón es nombrado alférez mayor de Vara de Rey en 1559. En 1580, cederá el título en favor de Pedro Ruiz de Alarcón (su hijo?), AGS. CCA. CED. 156-414
De las 150 casas de moriscos repartidas a Huete se denuncia en 1574, que, tras darles permisos para comprar y vender, en otras zonas del marquesado y Andalucía, no han vuelto (AGS, CCA. CED. 261-345)
Pedro Villalba recluta 400 hombres en el marquesado de Villena y Reino de Murcia con destino a Italia. 1552 (AGS. CCA. CED. 287-590)
En agosto de 1543, antes del establecimiento de los regidores perpetuos (hasta entonces eran cadañeros)se pide un memorial al gobernador Francisco Méndez de Carbajal sobre que personas cumplen las calidades para ocupar las nuevas regidurías perpetuas y número de vecinos de cada villa para ver cuántos se estableces. 1 de septiembre de 1543 (AGS. CCA. CED. 288-616). el juez de residencia licenciado Mercado y el gobernador Pedro Martínez de Avellaneda completarán los informes el año siguiente.
La escribanía de rentas del marquesado de Villena (o media escribanía, pues comparte con otros distritos) ya aparece asentada en los años de 1540 -posiblemente mucho antes-, pero radica en la corte
María Castillo Portocarrero (señora de Valera de Abajo) pide licencia para vender las casas principales de San Clemente, dichas casas le han sido legadas por testamento de su padre en 1571 y forman parte del mayorazgo familiar constituido por su padre Hernando del Castillo e Inestrosa. 11 de junio de 1578. ¡ojo, con estas casas, pueden ser las casas de en la calle de las Almenas, que luego pasan a los Ortega y de ahí a los Sandoval y los Fontes (actual Hostal Milán I)! AGS. CCA. CED. 325-174
Juro de 200195 de renta de 20 al millar sobre las alcabalas de San CLemente, perteneciente al mayorazgo de Pedro González Galindo y que lo había sido de este y de Diego de Tébar. Ahora propiedad de la sucesora del mayorazgo Antonia Galindo. Curiosamente, el sucesor del mayorazgo es un hijo de Antonia llamado Andrea Piquinoti y Galindo, que hemos de suponer el primogenito, por delante de Benito que luego será conde de Villaleal. 13 de febrero de 1655. (AGS. CCA. CED. 354-7699)
Sunday, July 20, 2025
Felipe II en San Clemente (II)
San Clemente es llamada la pequeña corte de la Mancha, pero tal apelativo únicamente se hizo realidad durante dos días el mes de marzo de 1586, cuando la villa alojó al rey Felipe II. El viaje del rey a Zaragoza, Barcelona y Valencia para jurar como heredero a su hijo, el futuro Felipe III está documentado, pero únicamente hasta el día 15 de febrero en Valencia. El regreso a El Escorial nos es necesario recomponerlo con fuentes diversas. Una de ellas, son las cartas reales emitidas por el propio rey y conservadas en Simancas; otras, las noticias diversas de los archivos municipales.
La última cédula del rey en Valencia es de 28 de febrero, en Gandía, luego es de presumir un largo viaje hasta que vemos aparecer de nuevo al rey escribiendo en San Clemente, el ocho de marzo de 1586. Sabemos que, antes, se ha preparado una recepción pantagruélica en Minaya, que pagará, muy a su pesar, la villa de Villarrobledo. Pero, tanto Minaya como Villarrobledo sufrirán el desaire regio, pues el rey no se detendrá en Minaya y preferirá hacerlo en el camino entre esta población y San Clemente. El lugar elegido serán las llamadas casas de Andrés Luis, por entonces una casa de campo, que más adelante dará origen a las Casas de los Luises, y por su integración en otro núcleo a las Casas de los Pinos. Creemos no equivocarnos si vemos en esas casas, las del maestro cantero Andrés Luis, al que tenemos fichado en las obras de la iglesia de Villarrobledo y, es suposición, esas mismas casas se convertirían en centro de almacenamiento de mercaderías de comerciantes portugueses, los "luises", treinta años después.
Pero a lo que vamos, dada la poca entidad de estas casas, el séquito real levantó un pequeño campamento de tiendas en torno a ellas donde comieron presumiblemente los manjares preparados en Villarrobledo, a pesar del despilfarro que de los mismos denunciará esta villa. Debía ser el día siete de marzo de 1586. Es presumible que la comitiva hiciera la digestión por el camino y se apresurase a llegar a San Clemente con algo de luz todavía. La suficiente para llegar a la villa y alcanzar el destino. No parece que los sanclementinos quisieran deslumbrar al rey Prudente con su pueblo, pues los preparativos se centraron en aderezar las calles por donde debía pasar. Llegaría por el puente del Remedio, calle Feria arriba, para desembocar en la plaza, menor que la actual y no tan regular, donde el ayuntamiento y la iglesia de Santiago deslumbraban por la nueva reforma y edificación de la generación anterior, pero con corrales y tapias a las espaldas de la comitiva real, lugar ocupado hoy por el nuevo ayuntamiento, y construcción civil a su derecha con algunos bajos ocupados por tiendas y escribanías, en situación de abandono pues la actividad se había trasladado a la calle de Nuestra Señora de Septiembre. Lo más seguro es que el rey prudente no se detuviera a ver la plaza y su imponente ayuntamiento o lo viera de refilón nada más, cegado por la multitud de bienvenida, y encaminado hacia la tienda de Pedro Martínez, fornicario además de tendero (y con una criada de Castillo de Albaráñez, compartiendo mala fama). El establecimiento de este mercader de Valdilecha asentado como tendero estaba ubicado en la esquina de la plaza con la calle Mayor, hoy Boteros, que henos de presumir engalanada, tal como lo intentan hoy los sanclementinos, para adornar el paso de un todopoderoso rey que se apresuraba por llegar a su lugar de descanso: el convento de la Asunción de monjas de la Tercera Orden franciscana. Otra de las grandes obras del pueblo, levantadas por la generación anterior, que estaba cambiando el urbanismo del pueblo y que, con sus paredes verticales, condenaba ya para el futuro a ese otro convento franciscano de formas achaparradas de Nuestra Señora de Gracia. Entre las paredes del convento de la Asunción y unas pocas monjas que habían abrazado la clausura, encontraría el rey el lugar adecuado para el descanso y el gobierno de sus reinos durante dos días. Allí se redactaron las numerosas cédulas reales, cuyas copias hoy se conservan en Simancas.
El gobierno de los Reinos, quizás, era más natural que ahora, pues los favores los hacía el mismo rey, sin necesidad de publicar sus dádivas en redes sociales ni de esconder los favores. Así, Felipe II tras un asunto menor, o mayor para el agraciado, la concesión de una escribanía en el concejo de Salas, se centró en asuntos de mayor calado, queremos decir destinados a personajes más principales. El conde de Aytona, virrey del Reino de Valencia, debió llorar bastante al rey prudente durante su estancia en la capital del Turia el mes de febrero, pues presentando un estado lastimero de su casa, consiguió del monarca que esquilmase a los concejos castellanos de Illana y San Martín de la Vega, sacando siete mil fanegas de trigo, dos mil carneros y cincuenta fanegas de trigo. Los abastos se debían sacar por el puerto seco de Requena, pero ante el temor de que la operación se aprovechara para contrabando, se exigía el registro en el pueblo de Campillo de Altobuey, a pesar de que estaba a menos de doce leguas del Reino de Valencia y exento de tal registro... o por esa misma razón.
A esta real cédula, siguieron otras nuevas para emitir certificados de títulos registrados en Simancas, la posibilidad de labrar hasta seis mil ducados en las casas de monedas, la autorización para la entrada en Castilla de mil cueros vacunos procedentes de Indias, un indulto en Zamora, varias mercedes personales en diferentes partes del Reino y quitar varios censos que cargaban el mayorazgo de don Antonio de Luna.
Hasta San Clemente habían llegado las peticiones que los secretarios del rey habían recogido durante el viaje procedentes de toda Castilla y en una maratoniana sesión del ocho de marzo se redactaron una docena de cédulas para deshacer el atasco administrativo pendiente. Luego, es de suponer, que el día nueve de marzo, la comitiva real emprendió la marcha y tomó el camino en dirección a Las Pedroñeras. Sabemos que el día 20 de marzo estaba en Aranjuez, donde continuaron de nuevo las acciones de gobierno; el 25 de marzo el rey llegaba a Madrid y por fin el 3 de abril ya está emitiendo cédulas reales en San Lorenzo del Escorial.
Durante su estancia en San Clemente el rey no emitió documento alguno que beneficiara a la villa, aunque sí creemos que se tomaría una decisión trascendental: la división de la gobernación del marquesado de Villena en dos corregimientos.
Monday, July 14, 2025
Soldados de milicia y prostitución (La Alberca, 1613)
Coincidiendo con la Natividad de la Virgen, el ocho de septiembre, se celebraba en San Clemente una feria comercial, mucho antes de que Felipe V, le concediera privilegio real y franquezas. Estos días eran días de fiesta y de múltiples tratos comerciales, donde acudían gentes de toda la comarca. Era costumbre acudir desde la cercana Alberca y uno de los que acudió a la feria de 1612 fue el joven Alonso de Alarcón, que con otros nueve alberqueños se había asentado como soldado de milicia. Como tal miliciano gozaba del derecho de portar armas y con su espada y flamante se paseó por las calles de San Clemente. Deambulando por ellas llegó hasta la calle del Juego de Pelota, donde se ubicaba el prostíbulo, al que acudían jóvenes, y no tan jóvenes, de toda la comarca. Su error fue pasar con la espada al prostíbulo, pues las rondas de alguaciles eran continuas y la prohibición de llevar armas en este lugar también. Así, el joven Alonso sería preso e incautada su espada. Un agravio para los alberqueños y los soldados de milicia del Reino. El tema, acabaría ante el Rey: los soldados de milicia eran intocables en las franquezas y preeminencias que gozaban, podían acudir al prostíbulo armados.
Los soldados de milicia de La Alberca en 1613, eran doce: Juan Granero, Francisco Lope Pinarejo, Bernardino de Carmona, Juan López de Perona, Mateo de Alarcón, Martín Esteban, Juan de Cuenca, Juan de Posadas, Juan Alegre, Juan Bayllo, Juan Rubio, Alonso de Alarcón y Antonio de la Fuente.
AGS, CCA. CED. 370-12
Thursday, July 10, 2025
Ginesa Rosillo, monja trinitaria
No era fácil entrar como monja en el convento trinitario de Nuestra Señora de los Ángeles de la villa de San Clemente, fundado por el canónigo de Salamanca Francisco Sánchez, que unos años antes había ejercido como cura de la parroquia de San Clemente. Francisco Rosillo, aquel joven que en 1553 había abierto con el pomo de su espada la cabeza al alcalde Hernando Montoya, y que había expiado sus culpas con una fuerte multa monetaria, doce años después ya estaba de vuelta e integrado como ciudadano honrado de la villa de San Clemente. Para confirmar su reconocimiento social, había comprado el oficio de depositario general y de penas de cámara de la villa de San Clemente el 10 de octubre de 1565. El oficio que daba derecho a ocupar un regimiento por dos generaciones, había sido cedido por Francisco Rosillo a su sobrina Ginesa Rosillo para su segunda vida, que lógicamente en manos de una mujer no era la depositaria más adecuada, salvo que se casara. Así que el oficio tras el intento de Ginesa de pasarlo a su padre Alonso había acabado en manos de Miguel Perona en 1588. Pero Ginesa no se casó, sino que decidió ingresar como monja trinitaria ese año de 1588, viendo que se le pasaba el arroz. Quiso expresar su vocación al fundador Francisco Sánchez, que, como era costumbre, le pidió la correspondiente dote si quería ser monja. Ginesa le recordó al canónigo la posibilidad de entrar en uno de los puestos reservados a las doncellas sin dote, pero el canónigo salmantino sabía de los derechos de nuestra novicia al oficio concejil de depositaria y regidora durante una vida, así que pergeñó su tela de araña para beneficiar de algún modo al convento: doña Ginesa Rosillo cedería el oficio concejil a Francisco Jiménez, el compañero de su tío Francisco Rosillo en las andanzas de 1553, cuando descalabraron al alcalde Hernando de Montoya. La razón era que Francisco Jiménez era patrón del convento trinitario y, por tanto, los beneficios que podría aportar el oficio concejil irían al nuevo cenobio. Aceptaría el fundador y canónigo Francisco Sánchez, no sin expresar su malestar porque el referido Francisco Jiménez era doce años mayor que Ginesa y con su muerte (con alta probabilidad había de acontecer antes que la de la mujer), se perderían las rentas del oficio. Claro que el perdedor en este galimatías era el que de hecho ejercía el oficio Miguel de Perona, cuyas rentas perdía en favor del convento.
AGS, CCA, CED. 167-239
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En 1606, por muerte de Francisco Jiménez de la Torre, el oficio de depositario general recaerá en Diego Dávalos Rosillo, por dos vidas.
El apellido de la Torre es común tanto a Francisco Jiménez de la Torre como al canónigo Francisco Sánchez de la Torre, cura de San Clemente y fundador de las trinitarias, lo que nos lleva a pensar que ambos eran primos por vía materna.
QUIÉN ESTÁ DETRÁS DE LA FUNDACIÓN DE LAS TRINITARIAS DE SAN CLEMENTE
Curiosamente, para saberlo, creemos que nos debemos retrotraer a los sucesos de julio 1553; lo que hemos llamado la "sublevación del arrabal". Entonces, varios hombres de este barrio sanclementino, comandados por el clan de los Origüela, se dirigieron a la iglesia de Santiago con el fin de linchar a los refugiados allí, que habían intentado matar al alcalde Hernando de Montoya. Entre las posibles víctimas estaban dos primos: los jóvenes Francisco Rosillo y Francisco Jiménez. Nos detenemos en el segundo. Francisco Jiménez el mozo era hijo de una de las personas más ricas de San Clemente a mediados del siglo XVI y de las que menos sabemos, Francisco Jiménez, poseedor de ganados y de viñas y poseedor de una de las primeras regidurías perpetuas establecidas en 1543. Los hechos desgraciados de 1553 truncarían el ascenso social de la familia, pues los hijos tuvieron que huir del pueblo y solamente regresarían seis años después tras pagar fuertes multas.
Francisco Jiménez de la Torre, que era su segundo apellido, junto a su primo Francisco Rosillo volverán a la escena política de San Clemente en la década de 1560. El segundo comprará el título de depositario del ayuntamiento que cederá al primero. Aunque ambos, al parecer, morirían sin descendencia (y probablemente, dadas sus andanzas, sin contraer matrimonio). Francisco Jiménez de la Torre era en 1553 estudiante en Salamanca, pues se acogió al fuero universitario para eludir la justicia. Aunque lo que destacamos de él es su segundo apellido "de la Torre". Es un apellido ajeno para nosotros en la primera mitad del siglo XVI sanclementino, pero es un apellido que llevará en segundo lugar también Francisco Sánchez de la Torre, cura de San Clemente hasta mediados de 1580 y fundador de las trinitarias. Ya dijimos en su día que Francisco Sánchez no era ajeno a San Clemente, el puesto de doctor y profesor en Salamanca lo ejerce tras abandonar el curato de San Clemente. Curiosamente, cuando funda el convento de trinitarias de esta villa, nombra por patrón del mismo a Francisco Jiménez de la Torre, a quien tenemos por su primo, ambos hijos de dos hermanas.
Hoy creemos que el sitio donde se levanta el convento de las trinitarias de San Clemente responde a las casas de estas familias, Jiménez y de la Torre (quizás la primera familia fuera depositaria de parte de la hacienda de los Rosillo). Curiosamente, uno de los primeros censos de cuyas rentas gozarán las trinitarias sería cedido por Francisco de la Torre.
Pero es que el apellido de la Torre nos lleva a La Roda... y a los trinitarios.
PD. Gracias a Manuel Torres Álvarez , a quien debo el dato del apellido de la Torre
Crímenes y destierros en San Clemente
Por carta de seis de abril de 1552, sabemos que tanto Antonio Ruiz de Villamediana como su hijo Martín están condenados a destierro. Estaban acusados por Juan Galindo y Francisco de Rueda de asesinato, aunque no conocemos el nombre de la víctima. Antonio sería condenado a dos años de destierro de San Clemente y su hijo Antonio a un año de destierro. Cumplidos cinco meses del destierro, una avenencia entre la partes lleva al levantamiento del destierro.
AGS. LIBRO REGISTRO DE CÉDULAS, CCA, CED. 113, 1199
El 15 de septiembre de 1556 hay una condena ante la sala del crimen de Granada que afecta a varios vecinos señalados de San Clemente, muchos de ellos próximos al mundo converso: Francisco Pacheco señor de Minaya y su hijo Rodrigo, Sancho López de los Herreros, Pedro de Tébar, Alonso de Valenzuela, Pascual de Valenzuela, Francisco de Olivares, Pedro de Alarcón, Diego de Haro, Miguel Vázquez, Hernán Vázquez, Juan del Castillo, Bartolomé Francisco Rodríguez, Antón García el mudo, Juanes de Garnica, Andrés González de Tébar, Pedro de Garnica, Juan de Robledo, Francisco Martínez, Andrés González de Avilés. Las penas fueron 562500 mrs.
AGS. LIBRO REGISTRO DE CÉDULAS, CCA, CED. 129, 570
2 de junio de 1559 se comunican penas impuestas por el juez Cisneros a Francisco Rosillo y Francisco Jiménez por los hechos de julio de 1553 contra el alcalde Hernando de Montoya. NO se señalan las penas, aunque son de carácter pecuniario
AGS. LIBRO REGISTRO DE CÉDULAS, CCA, CED. 132, 287
No siempre se iba de procesión a la ermita de la virgen del Remedio de San Clemente. En agosto de 1558, don Francisco Pacheco, señor de Minaya acude a esa ermita disfrazado de mujer. Su finalidad encontrarse allí con una mujer casada y pedir sus favores. Descubierto es condenado a dos años de destierro más allá de cinco leguas de la villa de San Clemente y de la ciudad de Cuenca. No sabemos del nombre de la mujer casada, pero sí que don Francisco Pacheco comenzó su destierro el 22 de abril de 1562, pero apenas un mes después, el 17 de mayo, dicho destierro era levantado, pues don Francisco había resarcido económicamente al marido ofendido.
AGS. LIBRO REGISTRO DE CÉDULAS, CCA, CED. 133, 826
La muerte de Francisco Rodríguez
Sabíamos de la implicación de varios vecinos en la muerte del hijo del bachiller Francisco Rodríguez, también llamado Francisco. Los hechos debieron ocurrir en 1535.Una familia conversa de San Clemente. Otro de los implicados fue Luis de Alarcón, que sería condenado por la justicia de la emperatriz Isabel, señora de San Clemente, a servir con caballos y armas durante un año en la guerra y a seis años de destierro de San Clemente y su tierra, pero una vez cumplido el primer año de servicios de armas y dos años y medio de destierro se le levantó el destierro. La razón está en que el bachiller Rodríguez había expedido una carta de perdón a favor de Luis de Alarcón. 22 de agosto de 1539.
Libros registro de cédulas (1490-1691). Archivo General de Simancas.
CCA_CED_0101_0436
Papeles varios de San Clemente (1505-1517)
12 de septiembre de 1505
- Antón García, "como uno del pueblo" denuncia a Juan Rosillo y a Juana Gallego por quedarse con 80000 maravedíes de los vecinos pobres y miserables de la dicha villa (AGS, RGS, IX, 1505, 389)
- Pedro Martínez de Aparicio y su hijo Juan recelan de los vecinos de Belmonte que los han apaleado (al parecer por haber ejercido el primero el oficio de alcalde de la hermandad en La Alberca), por lo que piden se les de permiso para llevar armas (AGS, RGS, 1517-5-295)
- Martín Ruiz (de Villamediana?) pide licencia para llevar armas por la enemistad manifiesta con Antonio de los Herreros, después de que este profiriese palabras injuriosas y feas contra su madre en la iglesia de la villa (AGS, RGS, 1516-XII-253)
- Juan Guerra y su hijo (creemos que son del grupo de zamoranos de la villa) piden licencia para llevar armas, pues un tal "Majuelo", de Pastrana, y otros amigos los quieren matar (AGS, RGS, 1517, VII-264)
- Alonso del Castillo es nombrado escribano de Chinchilla por renuncia de su hermano Diego (AGS, RGS, X-1516-104)
- Los vecinos de El Provencio se van a vivir a San Clemente, pero don Alonso de Calatayud, señor de la villa, no les deja llevarse las tejas y maderas de sus casas ni su vino y pan para encerrarlo en sus casas, cuevas y bodegas y venderlo a quienes quisieren (AGS, RGS, II-1513-134)
- Pedro Ruiz de Alarcón pide acogerse a la jurisdicción especial de la universidad de Salamanca (donde ha sido estudiante) tras haber sido condenado por la justicia del alcalde mayor del marquesado por haber matado varias acémilas de Fernando de Peralta (AGS, RGS, 1508-VIII-2)
- Diego de Alarcón, en nombre de los hidalgos de la villa de San Clemente, pide entrar en las suertes de los oficios concejiles de alcaldes y regidores (AGS; RGS, 1510-X-282)
Saturday, May 31, 2025
Los antecedentes de la milicia general del Reino
Nos debemos remontar a 25 de marzo de 1590 para encontrar una primera comunicación del Consejo de Guerra sobre el establecimiento de una milicia general del Reino. La misiva real no encontró respuesta de las diecisiete villas del corregimiento, por lo que se vuelve a repetir el 27 de enero de 1591, con nulo éxito.
Se venía de un modelo de reclutamiento en los años ochenta que seguía la vieja tradición de capitanes colocando bandera para formar compañías, pero que, en un contexto de crisis y de necesidades de la Corona, había derivado en reclutamientos compulsivos, presentados como vejaciones, excesos y desórdenes que llevaron a la Corona a castigos ejemplarizantes con algunos capitanes. Sin embargo, el fracaso de la jornada de Inglaterra, las amenazas ya sobre territorio peninsular condujo a al idea de crear una milicia general del Reino compuesta por 60000 infantes destinados a "la defensa destos Reynos y ofensas de nuestros enemigos". Los pueblos deberían llevar un registro de los hombres casados o solteros de 18 a 44 años y proveer de armas a su costa a los miembros de esta futura milicia. Las compañías formadas serían mitad de piqueros y mitad de arcabuceros. Los milicianos gozarían de ciertas preeminencias y obligaciones detalladas en una instrucción de 25 de marzo de 1590 y de quince puntos: exención de huéspedes, uso de armas, no ejecución por deudas, no sometimiento a vergüenzas o castigos. Los soldados se organizarían en escuadras de veinticinco a las órdenes de un cabo y los gastos hasta embarcar en puerto correrían a cargo de los concejos. De las diecisiete villas que formaban el corregimiento de San Clemente, en La Alberca se pregonó el domingo de Ramos, quince de abril, públicamente, en su plaza la orden real e instrucción para el alistamiento de hombres, tal como recogía el escribano: "no se asentó ninguno ni a parescido ninguno a a descir que quiere asentarse ni alistarse en la dicha milicia". En Motilla, el pregón también se hizo el domingo de Ramos, en la plaza y a la salida de la iglesia y después en el lugar de Gabaldón; su ayuntamiento tomó en serio la real cédula y dio unas instrucciones propias para formar la milicia en el pueblo: formación de escuadra en cuanto hubiera diez soldados y medidas para armarlos con nuevas sisas, pero no se procedió a alistar soldados. El único soldado de estos alistamientos de 1590 nos aparece en Quintanar del Rey, donde el 21 de abril se alistó Hernán López, ya en la treintena de edad.
A la falta de voluntariedad para el enrolamiento se unía la deserción de soldados de sus compañías en territorio peninsular, como se reconocerá de nuevo el 22 de diciembre de 1591.
Archivo General de Simancas, GYM,LEG,283, 339
El segundo intento de formar una milicia del Reino, a finales de enero de 1591, dio algunos frutos en las grandes villas. En San Clemente, el uno de abril se asentaron como soldados Cristóbal Rosillo, Miguel Moreno y un joven de Alarcón llamado Pedro de la Vara. En Motilla, tras el pregón de diecisiete de febrero no se alistó nadie. En Las Pedroñeras, dado el pregón el nueve de febrero se asentó un único soldado, Juan Sánchez. En el Quintanar se recordó el soldado alistado en 1590.
Archivo General de Simancas, GYM,LEG, 339, 157-160
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Concejo de La Alberca 14 de abril de 1590
Alfonso de Palacios y Miguel de Valladolid, alcaldes ordinarios
Nofre de Valladolid, Miguel Rubio, Hernando de Montoya y Martín Galindo, regidores
Pascual Sánchez, alguacil mayor
Martín López de León, diputado
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Concejo de Quintanar del Rey de 8 de febrero de 1591
Pedro de Ruipérez y Diego García, alcaldes ordinarios
Benito de Ruipérez, Isidro de Ruipérez, Miguel Pastor, regidores perpetuos
Thursday, May 15, 2025
Las tablas del convento de clarisas de San Clemente
Las tablas aquí presentadas fueron detalladas en el "Catálogo Monumental de la Diócesis de Cuenca" el año 1987. Dichas pinturas se encontraban en el convento de Clarisas de San Clemente (Cuenca); por las descripciones existentes en los fondos de Desamortización del AHPCu sabemos que formaban parte del coro alto del convento franciscano masculino de Nuestra Señora de Gracia de la misma villa el año 1835.
NO hay estudios para su datación, pero bien pudieron ser pintadas en el periodo que va de finales del sigo XVII al siglo XVIII.
Las fotografías de Jesús Pinedo, realizadas en el momento del abandono del convento por las clarisas, año 2000?
Monday, May 12, 2025
Médicos en el San Clemente de 1600
El doctor Fonte había servido en la villa de San Clemente durante dos años y tres meses. Junto a otros médicos le había tocado la peste del año 1600. Dos años y medio después exigía sus salarios, aunque no era él único, pues otros médicos, alguno de los cuales ya nos citó Diego Torrente con motivo de la peste que azotó la villa, exigían también sus salarios. Eran el doctor Pedro Alonso y el licenciado Villanueva. El cinco de marzo de 1602, el corregidor Antonio López de Calatayud ordenó pagar a los médicos con la ejecución de ciertas rentas del concejo. Al doctor Antonio Fonte se le debían 1597 reales.
Mi parte sirvió dos años y tres meses curando a los pobres de la dicha villa y ansimismo el tiempo que duró la peste que por solo la asistencia de aquel tiempo merecería mi parte un gran salario pues padeció riesgo su persona con asistir a curar la dicha enfermedad
Se aferraba la villa a que solamente tenía licencia para gastar cien ducados y 45000 maravedíes. No obstante, por carta de pago de nueve de mayo de 1602, el doctor Fonte recibirá de Pedro Xuárez Heredia, fiel de carnicerías, 58332 maravedíes. Dicho pago se hacía en concepto de paga de salario de dos años y tres meses que sirvió a la dicha villa y un camino que hiço a la villa de Yniesta a visitalla de la peste para que se guardase esta de San Clemente y las demás de su partido. Y se fundaba en un auto de remate del corregidor de tres días antes, que había juzgado el caso con es asesoramiento de un licenciado Briz Lozano, y una sentencia de su alcalde mayor Aguiar.
Los 58332 maravedíes serían solicitados que fueran devueltos por el concejo de San Clemente un año después. Una razón: el corregidor Antonio López de Calatayud, acabado su mandato, se había ido. El doctor Antonio Fonte era un criado suyo y por tanto no pertenecía a los médicos que habitualmente servían en le pueblo.
Los médicos de la villa de San Clemente eran pagados del dinero procedente de las rentas de los bienes propios del concejo, pero hay que hacer una salvedad: se pagaba para que permanecieran en la villa y no se fueran a otra, dada la escasez de médicos preparados, pero las curas a los enfermos eran pagados por éstos. Los médicos al servicio de la villa de forma regular se consideraban médicos asentados o médicos aprobados para poder curar conforme lo disponen vuestras leies reales con títulos bastantes, luego que a la dicha villa se trajo licencia para dar salario a dos médicos por escrituras públicas lo dio y asentó al doctor Pedro Alonso de Arze y al licenciado Villanueva, médicos antiguos de muncha espiriencia y grande opinión y fama; lo otro porque el salario que la villa da a los dichos médicos no es porque curen los enfermos sino porque asistan en la dicha villa y no salgan della sin licencia y las curas que hacen se las pagan las personas a quien curan. Así, el doctor Fonte, un mallorquín, era un criado del corregidor que vivía en sus casas con su familia y al servicio de la misma. Si había prestado otros servicios había sido por interés particular y cobrando de los enfermos. Claro, que la realidad era otra, una villa apestada y sobrepasada por sus consecuencias había necesitado de sus servicios. A pesar de ello la justicia de Granada daría la razón a la villa de San Clemente el 21 de mayo de 1605, confirmada en revista el 21 de junio.
¿Afectó la peste de 1600 solamente a San Clemente en el sur de Cuenca?
Son pocos los datos que tenemos, entre ellos, el difícil andar del convento de carmelitas recién fundado en Valera de Abajo, pero sabemos por la mención a las tablillas existentes en la corte, que otros pueblos fueron afectados. Uno de ellos, y de los que ahora tenemos noticias, fue Iniesta, con la especificidad de que la villa de Iniesta fue alcanzada por la peste antes que la de San Clemente y esta villa, sabedora del contagio, intentó guardarse. Es más, envío un médico a la villa de Iniesta para informar del avance del mal, que nos narraba así su experiencia: " estando probado con el cuidado y diligencia que mi parte acudió a la cura de enfermos de la dicha villa de todas enfermedades y en tiempo de peste, puniendo su vida en tanto riesgo y aventura y que por orden y mandado de la parte contraria (de la villa de Iniesta) fue a la villa de Yniesta a saber si avía peste para que San Clemente se guardara della y mi parte se hirió de la dicha enfermedad y estuvo a punto de muerte en que gasto muchos maravedíes y le quemaron toda su ropa". De la afirmación tampoco podemos asegurar, es verdad, si el médico contrajo la peste en su viaje a Iniesta o luego en San Clemente, aunque el hecho de que fuera hasta allí es que había ya sospechas.
En este momento, el concejo de San Clemente andaba en pleitos con el licenciado Montoya y el bachiller Villamediana, que habían acudido a la Chancillería de Granada a defender el derecho de los nobles a la mitad de los oficios, en este caso, los alcaldes ordinarios, que poco después serían suprimidos.
Ayuntamiento de 17 de noviembre de 1601
Corregidor: Antonio López de Calatayud
Alcaldes ordinarios: Diego de Alfaro y Alonso de Guevara
Regidores: Alonso Martínez de Perona, don Miguel de los Herreros, el licenciado Montoya, Martín de Buedo Alarcón, Jerónimo Martínez, Francisco de Astudillo, Pedro de Tébar Ramírez, Antonio García Monteagudo, Hernando de Araque Montoya, Bernardino Oropesa, Miguel de Perona Rosillo, Bautista García Monteagudo
Alguacil mayor: Juan López de Garcilópez.
ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS CIVILES, C 723-6
Monday, March 24, 2025
TRES MOMENTOS DE SAN CLEMENTE
* 1503: San Clemente ha embargado el pan de las rentas decimales de Vara de Rey (su aldea), autorizados por una pragmática de los RRCC. En la carta de compromiso que el concejo de San Clemente llega con el canónigo de Cuenca Gonzalo Sánchez de Inestrosa, este entrega el pan de la rentas decimales de Vara de Rey a pagar por el precio de la tasa. En el compromiso que se llega don Luis Pacheco es juez árbitro para garantizarlo. Gonzalo de Sánchez de Inestrosa actúa por sí mismo y en nombre de Diego de Iniesta que es prior de Belmonte y arcipreste de Alarcón. Es un año de esterilidad y carestía que dará lugar a varios de crisis. El concejo se compromete en un concejo abierto.
Concejo de San Clemente de 12 de diciembre de 1503
Benito López y Alonso López de Perona, alcaldes ordinarios
Juan de Olivares, alguacil
Juan Sánchez de Andrés Sánchez, Francisco de los Herreros, Martín Sánchez de Monteagudo, regidores
Juan Sánchez de Olmedilla, procurador sindico de la villa
Miguel López de Perona, Pedro Sánchez de Origüela, Pedro Ruiz de Segovia, Francisco de Perona, Gil Fernández de Alfaro, Juan López, Martín López y muchos otros hombres buenos
*1510: Carta de casamiento entre Aldonza Xuárez, hija de Alonso González de Origüela, y Fernando de Molina, hijo de Alonso Núñez de Molina, escribano público de Cuenca. La dote de la novia será 70000 maravedíes, la mitad en dinero y la otra mitad en ajuar (Cuenca, 10 de julio de 1510).
Alonso González de Origüela tiene, además, por hijos a Pedro Xuárez y Hernando de Origüela (al que conocemos por Hernando de Origüela).
Los dos documentos anteriores se los debo a Julia Toledo (AHPCu)
*¿1516?: Notificaciones de un auto a diversos oficiales del ayuntamiento: Juan López de Perona el viejo, Miguel Muñoz, Alonso López de la Alberca, Diego Simón (todos ellos regidores y alcaldes del año pasado). Sancho Rodríguez, Rosillo (testigos y procuradores). Ginés de Haro, Alonso Astudillo, Pascual Simón, Juan Ruiz, Miguel Sánchez de los Herreros, Francisco de Perona (regidores y alcaldes de este presente año.
Testigos: Juan de la Huerta, Pedro Fuero (?), Juan de Sandoval, Francisco de Carboneras, Jerónimo de Montoya, Alonso de las Mesas, Alberto García de Illana, Juan López Lencero, Francisco Sánchez, Juan de Illana.
El documento no está fechado, AHMSC. Ayuntamiento
La supresión de los alcaldes ordinarios de San Clemente
La oposición de las villas a la intromisión del gobernador del marquesado de Villena en la impartición de justicia en primera instancia fue una constante. Ya sabemos como echaron atrás el establecimiento de un escribano de provincia ante quien pasaran los autos judiciales del gobernador. Un pleito que se desarrolló en la década de 1550. El establecimiento de los corregidores en 1586 mantuvo las fricciones, de tal manera que las villas fueron pagando y ganando sobrecartas de exención jurisdiccional y primera instancia para evitar el entendimiento del corregidor o su alcalde mayor en los pleitos. Pero en San Clemente, la situación fue diferente. Los regidores de la villa, dirigidos por el alférez de la villa Juan Pacheco de Guzmán solicitaron la supresión de los alcaldes ordinarios de San Clemente y que sus funciones fueran asumidas por el corregidor y el alcalde mayor. En la sesión municipal del 29 de septiembre de 1603, que había de elegir nuevos alcaldes, los dos salientes, Diego de Agüero y Gonzalo Ángel, entregaron sus varas de justicia al corregidor don Diego López de Mendoza, renunciando la villa así a la impartición de justicia con alcaldes propios. Juan Pacheco de Guzmán, ariete de los intereses de la Corona justificó la supresión en que la elección de alcaldes era motivo de bandos y parcialidades en la villa. Bandos manejados por hombres ricos para defender sus intereses particulares y sus haciendas. La acusación, que no era falsa, sí era chocante por venir de quien venía, el dueño de Perona. El panorama político, desde luego, era criticable: alcaldes ordinarios elegidos por regidores que habían comprado su oficio y que ponían hombres de paja a su servicio. Detrás de todo esto estaban las denunciaciones por talas y ocupación de montes, desiguales repartimientos de rentas o soldados y costosos juicios, inalcanzables para los pobres.
AMSC, AYUNTAMIENTO, LEG. 42/41
Para la supresión de los alcaldes había una razón de peso y es que en los reinos de Castilla allí donde había corregidor este asumía las funciones de la villa donde residía, caso de San Clemente. Los deseos centralizadores de la Corona chocaron con los defensores de la vieja república pechera y sus constitución de 1445, que veían en los alcaldes una persistencia de las viejas libertades y en regidores como Juan Pacheco un traidor a los principios que había tenido que jurar para acceder al cargo. Los estratos medios de la sociedad sanclementina defendieron la continuidad de sus dos alcaldes ordinarios (uno pechero y otro hidalgo). Hasta trescientos sanclementinos se opusieron a la supresión, encabezados por Alonso de Iniesta Romero, el labrador Juan Martínez, Francisco González Gano, Francisco Ballestero, Antonio de Iniesta, el mesonero Juan Martínez y Juan Martínez Ángel. Un grupo medio que sabía de su capacidad de influencia en las decisiones de la política municipal y que intentó llevar el asunto por la Chancillería de Granada, sabedor de que el Consejo Real de Castilla encarnaba los intentos centralizadores. Este grupo conseguiría que el concejo de San Clemente y sus regidores, desdiciendo la decisión de 29 de septiembre de 1603, defendiera la permanencia de los alcaldes y dejara solo a don Juan Pacheco en su supresión. Sería este Consejo el que por auto dado en Valladolid el 27 de julio de 1604 suprimiera los oficios de alcaldes ordinarios, auto confirmado el 25 de septiembre. El 28 de mayo de 1605 se expedía ejecutoria.
Los dos alcaldes ordinarios se volverían a restablecer de nuevo en 1636, previa compra y aprovechando las necesidades financieras de la monarquía.
Thursday, March 13, 2025
LA CASA DE HERNÁN VÁZQUEZ DE HARO, comienzos del siglo XVI
LA CASA DE HERNÁN VÁZQUEZ DE HARO (comienzos del siglo XVI)
"Primeramente el direto codominio de unas casas de morada que yo he e tengo e poseo en la dicha villa de San Clemente en la calle que van los del mercardo a la plaça que ha por alepdanos a la una parte casa de Alonso del Castillo e a la otra parte casas de Bernaldino de los Herreros y en las espaldas de dicha casa e su corral e un huerto e la calle pública que se dice la Calcerrada e por delante de las puertas prinçipales la calle susodicha que van los que vienen del mercado a la plaça"
(Información proporcionada por Julia Toledo, s/f ni referencia, extraída del AHPCu)
EL CONVENTO DE MONJAS DE LA ASUNCIÓN DE SAN CLEMENTE CONTRA EL CURA DE HONRUBIA
Las disputas entre el convento de monjas de la Asunción de San Clemente y el cura de Honrubia vinieron por un haza que el segundo consideraba del beneficio curado que poseía en la parroquia. EL 16 de julio de 1612 el convento se querella ante la justicia de Alarcón de los que han labrado y sembrado el haza del Prado, pidiendo el embargo del pan de la cosecha. Poco después, el 15 de septiembre de 1612, se persona en la causa el cura de Honrubia, el licenciado Muñoz, alegando que el haza es propiedad del beneficio curado de la iglesia y que la causa debe ser entendida por el provisor de Cuenca. La justicia de Alarcón desestimará la alegación diciendo que la causa es contra los labradores y no contra el cura.
Las presiones sobre la justicia de Alarcón le llevarán a inhibirse en el caso, y esas denuncias de "violencias" por las monjas, el despojo de lo que consideran sus tierras, a buscar la intercesión de un juez conservador para entender su causa y que hallarán en el prior de los carmelitas de la Alberca, fray Alonso Peláez. Las monjas obtendrán el derecho sobre estos ocho almudes de tierra del mencionado juez conservador. Es entonces, cuando el cura de Honrubia, licenciado Muñoz, decide llevar su causa a la Chancillería de Granada. La connivencia del prior de las carmelitas con las monjas era clara, residía en casa de un clérigo, Cristóbal Ángel, bien relacionado con las franciscanas. Ahora el encargado de intentar solucionar el problema entre religiosos era el notario apostólico Cosme Cribelo Salas, que se personará en el convento de franciscanas, abadesa y monjas discretas, para conminarlas a que se personen ante la Chancillería de Granada. EL tribunal granadino determinará en junio de 1613 la inhibición del juez conservador y la anulación de sus sentencias por considerarlo parcial y favorable a las monjas y solicitará le sean remitidos los procesos para entender directamente desde la Chancillería.
ACHGR, C-1390-8
Friday, February 28, 2025
¿POR QUÉ ESTA DIVIDIDO SAN CLEMENTE EN CUATRO CUARTELES O BARRIOS HISTÓRICAMENTE?
San Clemente estuvo dividido en cuatro cuarteles o barrios en la Edad Moderna, que de izquierda a derecha y de arriba a abajo son CRUZ CERRADA, SANTA QUITERIA, ROMA Y SAN FRANCISCO.
Friday, January 24, 2025
VICENTE CARDUCHO EN LA VILLA DE SAN CLEMENTE
La iglesia de Santiago Apóstol guardaba ciertas pinturas de valor. Entre la riqueza pictórica de la iglesia de Santiago Apóstol había dos cuadros de Vicente Carducci. Los cuadros nos vienen descritos por el viajero José Cornide en su paso por la villa el año 1801. Ambos cuadros estaban en la capilla de la familia de los Ayerbes, residentes en Madrid (con la que probablemente habían enlazado algunas de las familias de San Clemente -tal vez los Herreros-). La temática de los dos cuadros eran ambas escenas de la Magdalena. Son descritos así: "el uno representa a la Madalena ungiendo los pies al señor y el otro a la misma Santa en el desierto, como espantada de ver un horroroso dragón que simboliza el infierno; tienen mérito estas pinturas pero están llenos de polvo y mal cuidadas"*.
(*De esta información se hará eco también Pilar Montero en una próxima publicación)