El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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domingo, 18 de febrero de 2024

Los Montoya de San Clemente

 Hernando de Montoya era hijo de Hernando de Araque, vecino de Villalgordo del Marquesado. Los Araque eran naturales de Villalgordo del Marquesado. Allí se conofían tres generaciones: Hernando Araque que era hijo de Alonso Hernández de Araque y Juana Piñan, y nieto de otro Alonso Hernández de Araque. En Villalgordo se pagaba una contribución especial a los señores de la villa, don Luis Pacheco y su hijo don Juan. Era el llamado rediezmo:

"de quince hanegas de pan trigo y cebada y centeno de todo lo que cogían después de dezmado una hanega lo que se pagaba por la tazmía y este servicio lo pagaban los ombres llanos pecheros de la dicha villa". 

Dicho impuesto había sido establecido por la condesa de Medellín, que había quitado un pecho anterior para establecer un nuevo rediezmo de una fanega por cada once cosechadas. Este rediezmo luego sería reducido a la quinceava parte.

La relación de los Montoya con los Araque viene por el matrimonio del mencionado Hernando de Araque con Violante Montoya. La mujer había muerto en el parto de Hernando de Montoya. La genealogía de la madre es conocida, era hija de Hernando de Montoya que era vecino de Vara de Rey y como hecho notorio se recordaba que había tenido la tenencia de la fortaleza de Requena con los RRCC. El primer progenitor de la familia era también Hernando de Montoya, del que hemos hablado en ocasiones anteriores.



Testigos de la probanza de 1541

Juan de Villanueva, morador en la Puebla de los Frailes, aldea de Castillo de Garcimuñoz

Juan de Luz, hijodalgo de Villagordo

Juan Hernández Cobo, vecino de Castillo de Garcimuñoz, 80 años.

Juan de la Osa, pechero de Pinarejo, se había trasladado desde la Puebla de los Frailes, donde su padre tenía heredad

Juan de Cuenca, morador en Pinarejo, antes morador en La Puebla de los Frailes, lo que nos lleva a pensar que Pinarejo recibió en la década de 1520 y en la de 1530 vecinos de este lugar

Diego de Liébana, hijodalgo de Villalgordo

Pedro del Castillo, el paje, de 76 años, hijodalgo  natural de Castillo de Garcimuñoz. Su hermano Rodrigo del Castillo vivía en Villalgordo

ACHGR, HIDALGUÍAS, 301-15-8. EJECUTORIA DE 14 DE FEBRERO DE 1541

viernes, 1 de noviembre de 2019

Los Villagarcía de Villalgordo del Marquesado



Martín Villagarcía era hijo de Ortega Villagarcía y nieto de Vasco Villagarcía. Padre y abuelo eran naturales de Villalgordo del Marquesado. Un hidalgo del Castillo de Garcimuñoz, Ortega del Castillo, conoció a abuelo y padre en el lugar de Villalgordo del Marquesado hacia 1470, cuando iba a visitar allí a su hermana Catalina del Castillo, casada con Diego Pinar. Martín García se había establecido en Santa María del Campo, quizás poco después de las Comunidades, al casar en esta villa

El padre Ortega Villagarcía, fallecido entre 1505 y 1510, estaba casado con Violante González; del matrimonio habían nacido tres o cuatro hijos. El abuelo Vasco lo había hecho con María Alonso hacia finales de la década de 1460. Vasco de Villagarcía tenía fama de hijodalgo notorio, de los más antiguos hidalgos que había en Villalgordo y en toda la comarca

Alonso de Araque, natural de Villalgordo del Marquesado, había conocido también a los Villagarcía en ese lugar; al fin y al cabo, no tenía por qué dudar de su hidalguía, pues Villalgordo era pueblo de veinte a veinticinco vecinos en el último cuarto del siglo XV, donde todos se conocían. Esa cantidad de vecinos la aseveraba, además de Alonso de Araque, Rodrigo de Luz, ambos eran hidalgos, y daban un total de cuarenta vecinos para el dicho lugar hacia 1535. Los hombres de condición hidalga tenían una presencia notoria; a los mencionados añadir otros como Juan de Luz o a Juan de Resa.

La sentencia de hidalguía a favor de Martín de Villagarcía es de 23 de abril de 1537 y la carta ejecutoria de 10 de septiembre de 1537.



Probanza de testigos, hacia el año 1536

Ortega del Castillo, hijodalgo de Castillo de Garcimuñoz, más de 80 años
Alonso de Araque, hijodalgo de Castillo de Garcimuñoz, , más de 70 años, natural de Villalgordo
Rodrigo de Luz, vecino de Villagordo del Marquesado, hijodalgo, 83 años. Alcalde ordinario y regidor de Villalgordo
Juan de Resa, hijodalgo de 80 años, vecino de Villagordo del Marquesado (hijo de Juan de Resa, vecino de Alconchel)
Fernando de Araque, hijodalgo y vecino de Villalgordo del Marquesado, 73 años
Juan de Luz, hijodalgo y vecino de Villalgordo del Marquesado, 74 años
Juan de Cuenca, pechero, vecino del lugar de Pinarejo, jurisdicción del Castillo de Garcimuñoz, 65 años, natural de Villalgordo

AChGr. HIDALGUÍAS. Sig. ant. 301-12-19, Martin de Villagarcía, vecino de Santa María del Campo. 1537

domingo, 13 de mayo de 2018

Los Abengoza

Jerónimo de Montoya Abengoza era uno de los hidalgos que el 28 de febrero de 1531 demandados por el concejo de San Clemente para que exhibieran sus cartas ejecutorias de hidalguía. Jerónimo era hijo de Diego de Abengoça, natural del Castillo de Garcimuñoz, y que se había mudado de joven a la villa de San Clemente para casar con Teresa, una hija de Alonso Montoya. Diego murió pasado el año 1510. Era hijo de Nuño de Abengoça, vecino del Castillo y con hacienda en Villalgordo. casado con Leonor de Céspedes. Nuño Abengoça estaba al servicio del maestre de Santiago, don Juan Pacheco, ocupando algún tiempo el cargo de alcaide de Villena.

La proyección social de los Abengoça debía mucho de sus servicios a los marqueses de Villena. Rodrigo de Luz recordaba a un joven Jerónimo de Montoya Abengoça en la casa de Alarcón de Diego López Pacheco, pero también se acordaba del padre Diego de Abengoça, que poseía una tierra de labor en Villar de Cantos, junto a la de su hermano, Alonso de Luz, el cual había heredado una heredad en Villar de Cantos por su matrimonio con la hija de Ruy Saez de Ortega el mozo.
y estando ya casado el dicho Diego de Abengoça este testigo (Rodrigo de Luz), thenía un hermano en la dicha villa de Sant Clemeynte  casado que se dezía Alonso de Luz y thenía una lavor de pan en una granja que se dezía Villar de Cantos y en ella este testigo avía estado algunas vezes yendo a ver a su hermano y vido como el dicho Diego de Abengoça assimismo thenía allí lavor y entonçes lo avía tornado a tratar y comunicar y lo avía tratado y comunicado con amystad y lo mismo en la dicha villa de Sant Clemeynte por tienpo de quatro o çinco años en tenporadas y que quando el dicho Diego de Abengoça se casó este testigo estaua en Villalgordo porque se avía venido desde Alarcón y desde entonçes este testigo estaua y rresidía en Villalgordo
Pero Rodrigo Luz, que a pesar de su residencia temporal en Alarcón, se declaraba natural de Villalgordo, había conocido con quince años  (hacia 1470) al abuelo de los Abengoça, Nuño, que desde Villena había llegado hasta el lugar de Villalgordo para establecer su morada, aprovechando las heredades aportadas por su mujer Leonor, natural de este pueblo.
el qual (Nuño de Abengoça) venía de Villena con su mujer y casa poblada  y traya consigo dos honbres de pie y una mula y un cauallo, el qual se vino al dicho lugar de Villargordo a poner lavor de pan y en él avía tomado casa porque hera de su mujer y çierta heredad adonde quería començar a labrar 
No se conoce la procedencia de Nuño de Abengoça, pero sí que su ascenso social debe mucho a su servicio al maestre de Santiago don Juan Pacheco, tal como recordaba en su ancianidad más de setenta años después Tristán Molina, caballero de la orden de Santiago
que el dicho Nuño Abengoça avía seydo ayo del dicho don Juan Pacheco que después fue maestre de Santiago y que vido este testigo siendo paje del dicho marqués que el dicho Nuño Abengoça entraua en la cámara del dicho marqués como persona privada con él 
Nuño Abengoza alternó su residencia en Villalgordo con su cargo de alcaide de Villena. El matrimonio duro poco, Pues Rodrigo Luz recordaba que hacía ya 60 años que Nuño había fallecido con apenas cincuenta años de edad en el lugar de Villalgordo, desde donde fue llevado su cuerpo a enterrar al Castillo de Garcimuñoz. Cuando fallece, su mujer Leonor de Espinosa se vuelve a casar; esa vez con un criado del marqués de Villena, un tal Espinosa.

Isabel Rubia, criada de los marqueses de Villena, conocía bien a los Abengoza. A Diego de Abengoza lo recordaba con quince años como trinchante de don Juan Pacheco.  Isabel Rubia estaba al servicio de la marquesa de Villena, doña María de Portocarrero; con ella y con el marqués, Isabel se desplazaba por las villas de Belmonte, Castillo, Villena o San Clemente (que por entonces ya era lugar de residencia continuada de María Portocarrero). Junto a ellos iba Nuño Abengoza, que era maestresala en la corte del maestre de don Juan Pacheco, hasta que fue nombrado alcaide de Villena por un periodo de tres o cuatro años. A Nuño se le conocía un hermano de nombre Alonso, al servicio del marqués de Villena, hasta que casado marchó al reino de Aragón. ¿Cual era el origen de los Abengoza? Isabel Rubia recordaba que la naturaleza del padre de Nuño, un tal García, era Villaverde, sin determinar más. Este tal García ya había detentado el cargo de alcaide de Villena

Los hijos de Nuño fueron el citado Diego y otro conocido por Céspedes. Diego Abengoza estableció su residencia en San Clemente. Posiblemente tras vender su hacienda en Villalgordo y el Castillo, aunque algún testigo remonta esa enajenación a Nuño. Casado con Teresa Montoya, tuvo tres hijos; Jerónimo, Nuño, que vivió en Villar de Cantos algún tiempo y luego se mudó a Vara de Rey, García, en Vara de Rey, y una hija llamada Luisa.

Jerónimo Montoya tenía su casa en San Clemente, en medio de dos pecheros Francisco Aguado y Francisco Rosillo (aunque éste hubiera podido renunciar a su hidalguía para participar en los oficios concejiles). El 20 de octubre de 1545 obtenía carta ejecutoria de hidalguía, trece años después que la Chancillería de Granada reconociera dicha hidalguía por sentencia de 22 de abril de 1532.



Probanza de testigos de 1531


Ortega del Castillo, vecino de Castillo de Garcimuñoz, libre de pechos, 74 años. Suegro de Sancho López de los Herreros

Rodrigo de Luz, hombre hijodalgo, vecino de Villalgordo que es de Juan Pacheco, 78 años
Tristán de Molina, caballero de la orden de Santiago, vecino de Castillo de Garcimuñoz, de 88 años
Isabel Rubia, vecina de San Clemente, viuda de Juan Chinchilla, de más de 80 años
Alvar Ruiz del Castillo, escribano de San Clemente, 74 años
Alonso Álvarez de Rebe, vecino de San Clemente, 84 años
Sancho Rodríguez, vecino pechero de San Clemente, 62 años
Antón García, el viejo, hidalgo de San Clemente, 70 años. Llega a San Clemente desde Iniesta en 1493

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, HIDALGUÍAS. Ejecutoria de hidalguía de Jerónimo Montoya de Abengoza. 1545. Signatura antigua. 301-17-22


La crueldad de la justicia en el siglo XVI



Descuartizamiento de Damiens, regicida, en 1757


Es poco lo que sabemos del pleito entre María de Cáceres, viuda de Diego de Abengoça, tutora de sus hijos y acusadora de don Manuel de Calatayud, señor de El Provencio, y de su hijo Manuel, y de sus criadosel comendador Hernando Camargo y Gabriel Murillo. Desgraciadamente no contamos con las probanzas de testigos, tan solo con las sentencias dadas por el juez de comisión licenciado Zaballos y los jueces de la Chancillería de Valladolid.

Desconocemos cual era la raíz de las diferencias entre el señor de El Provencio y el hidalgo sanclementino Diego de Abengoza. Pero estando don Diego de Abengoça en Toledo fue llamado allá por el año 1564 a la posada donde se alojaba don Manuel de Calatayud. Allí se inició una trifulca que acabaría con la muerte de Don Diego. Asesinato premeditado y planeado previamente por don Manuel de Calatayud y sus dos criados para la viuda de Diego de Abengoza; muerte dada en defensa propia, en palabras de Hernando Camargo, que se limitó a acudir en defensa de su señor ante un Diego de Abengoza agresor. No obstante, tal como se recoge en las diligencias practicadas por el licenciado Zaballos, la razón parece estar de parte de la viuda


estando el dicho diego de abengoçar en la dicha çibdad de toledo el dicho don manuel le auía enbiado a llamar por engaño y ansí auía ido a su posada y estando en ella él e los demás que con él estaban theniéndolo ya acordado sobre acuerdo y caso pensado auían arremetido a él y asídole de los pechos y con una daga dádole muchos golpes e cuchilladas así por el cuerpo como por la cabeça
Diego de Abengoça, que malherido acudió a su posada, acabó muriendo a los quince días.

La sentencia del juez de comisión licenciado Diego Zaballos en 1565 fue durísima para los dos criados del señor de Calatayud, no tanto para don Manuel, que se vio libre en todo el proceso. La dureza de las penas se expresaban en las vergüenzas públicas de unos reos paseados por las calles principales de Toledo, mientras que el pregonero en altas voces manifestaba su delito, para ser llevados hasta la horca y rollo de justicia situados junto a la puerta toledana de la Bisagra. Allí serían clavadas las cabezas de Hernando Camargo y Gabriel Morillo y la mano del primero; el cuerpo del segundo sería descuartizado en cuatro cuartos, que clavados en cuatro palos, serían expuestos a la vista de los que accedían por los caminos principales a la ciudad de Toledo. La crueldad, sin llegar a los extremos que nos describe Foucault en Vigilar y castigar de los suplicios sufridos por el regicida francés Damiens en 1757, es muestra de una justicia ejemplarizante


en el pleito criminal que ante mi pende entre partes de la una autora acusante mari lópez de cáceres viuda muger que fue de diego de abengoçar difunto veçino que fue de la dicha villa de san clemente como madre y tutora de nuño y diego y maría de abengoçar menores sus hijos e hija del dicho diego de abengoçar y melchor de rrojas su procurador en su nonbre y ernando camargo preso en la carçel rreal de la çibdad de toledo y matía de la fuente su procurador en su nonbre rreo acusado de la otra fallo que por la culpa que contra el dicho hernando camargo rresulta deste proçeso que le debo condenar y condeno a que de la carçel donde está sea sacado en un asno de albarda atado pies y manos y con una soga a la garganta sea llebado por las calles públicas desta çibdad con boz de pregonero que manyfieste su delito al canpo a la puerta de bisagra y al rollo y orca donde se açen semejantes justiçias y dél el dicho hernando camargo sea aorcado asta que naturalmente muera y después de muerto mando que le corten la cabeça y la pongan y se enclabe en el dicho rrollo y orca y mando que ninguna persona de ningún estado y condizión que sea la quite so pena de muerte e perdimiento de todos bienes... y ansi mesmo mando que le corten la mano derecha la qual se enclabe en la dicha orca y rollo y no se quite della so la dicha pena más le condeno en perdimiento de todos sus bienes
... por la culpa que contra el dicho gauriel de morillo rresulta deste proçeso que debo condenar y condeno a que de la carçel donde está preso sea sacado caballero en un asno de albarda atados pies y manos y con una soga a la garganta con boz de pregonero que manyfieste su delito sea llebado por las calles públicas acostunbradas de la dicha çibdad al canpo a la puerta de bisagra al rrollo y orca donde se haçen semejantes justiçias y della el dicho grauiel de morillo sea ahorcado de la garganta hasta que naturalmente y después de muerto mando que sea echo quartos y cada quarto se ponga en un camino prinçipal en un palo alto y ninguna persona sea osado de los quitar so pena de muerte e perdimiento de bienes ... e la cabeça del dicho grauiel de morillo sea puesta y enclabada en el dicho rrollo y orca y ninguna persona la quite so la dicha pena
pronunçiada por el dicho juez de comysión en la çibdad de toledo a treçe días del mes de nobienbre del año pasado de mill y quinientos y sesenta y çinco años
La sentencia apelada, sería mitigada en parte por los jueces de la Corte y Chancillería de Valladolid. Hernando Camargo y Gabriel Morillo serían condenado a seis años de galeras, sirviendo de soldados, y en pena cada uno de quinientos ducados para indemnizar a la mujer e hijos de Diego Abengoza. La pena sería rebajada de nuevo en agosto de 1568, aunque en este caso solamente para Gabriel Morillo (sin que tengamos noticia de nueva apelación por parte de Hernando Camargo), a tres años de destierro en las cinco leguas del término y jurisdicción de Toledo y en pena de cien ducados para la viuda e hijos de Diego Abengoza, así como 63.220 maravedíes de costas judiciales. En la disminución de las penas intervino sin duda don Manuel de Calatayud, que en todo momento eludió el proceso.





Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1148, 43. Ejecutoria del pleito litigado por María de Cáceres, viuda de Diego de Abengoza y sus hijos, vecinos de San Clemente (Cuenca), con Manuel de Calatayud, señor de El Provencio (Cuenca), Gabriel Morillo, vecino de la dicha villa, preso en la cárcel pública de Toledo y consortes, sobre el asesinato de Diego de Abengoza. 1568

sábado, 12 de mayo de 2018

Noticias sueltas de los Araque

Ejecutoria de hidalguía de por la Chancillería de Granada a Juan de Araque, vecino de Castillo de Garcimuñoz.  Incorpora en el cuarte superior izquierdo, las armas de los Melgarejo. AHN, Nobleza, Casal de Griegos, C.11,D.1


Los Araque estaban instalados en Villalgordo del Marquesado. Pero hacia 1540 Hernán de Montoya Araque se instala en San Clemente, tras su matrimonio con María Muñoz. Su padre Hernando de Araque había casado con Violante de Montoya, natural de Vara de Rey, que había fallecido en el parto. Violante de Montoya era de linaje de los Montoya, conocido en Vara de Rey. A decir de Pedro del Castillo, el paje, que de mozo había servido a esta familia, Violante era hijo de Hernando de Montoya, fallecido a comienzos de siglo. Juan de Luz aseguraba haber oído a su madre decir que la tenençia de Rrequena se le abía dado al dicho Hernando de Montoya (padre de Violante)

El abuelo era Alonso Hernández de Araque, casado con Juana de Piñán, había fallecido a comienzos de siglo. El bisabuelo también se llamaba Alonso Hernández de Araque.

En Villalgordo del Marquesado se pagaba el llamado rediezmo a los Pacheco, Luis y su hijo Juan, consistente en pagar de cada quince fanegas una (aunque en otros casos la proporción era de veinte una). Impuesto fluctuante según el rigor señorial del momento. Pues Hernando de Araque, a diferencia de sus convecinos no pagaba una cantidad menor a quien fuera también señora de la villa, la condesa de Medellín (Beatriz Pacheco, hija ilegítima del maestre Juan Pacheco)
çiertos rrediezmos que se pagaban a la condesa de Medellín cuya hera la dicha villa por ynpusiçión que hera de hoze fanegas ... una hanega más del diezmo

Los Araque tenían un escaño en la iglesia de Villalgordo junto al altar mayor a la parte de la mano yzquierda en la delatera de todos el qual dicho escaño hera conosçido que estaba a la parte derecha donde se dezía el ebangelio

Hernando de Montoya y Araque obtuvo ejecutoria de 14 de febrero de 1545. Establecería su residencia en San Clemente, donde casó con María Muñoz de los Ángeles. Sus descendientes enlazarían de nuevo con los Montoya, el hijo mayor, mientras que los menores casaban con las hijas del capitán Martín de Buedo, tesorero de rentas reales del Marquesado de Villena. El apellido y los bienes de los Araque, no obstante, se mantendría por el segundo matrimonio de su padre con con Leonor de Melgarejo. De este matrimonio nacería Francisco de Araque, establecido en el Castillo de Garcimuñoz, y casado con María de la Gruesa, natural de Belmonte, que fundaría el 14 de enero de 1577 mayorazgo en favor de hijo Juan de Araque (casado en San Clemente con la hija del licenciado Muñoz, Francisca). Dicho mayorazgo estaba formado por las casas principales de la familia en Villagordo del Marquesado y 1300 almudes de tierra en esa villa y las casas familiares en el Castillo de Garcimuñoz. Con el tiempo, las ramas familiares se extenderían por otras localidades como Moya, tras el enlace con los Caballón,  o Pozoamargo (1)



(1) RAH. Tabla genealógica de la familia de Araque, vecina de Castillo  Garci Muñoz. [Manuscrito]  Signatura: 9/304, fº 234 v. — Signatura antigua: D-29, fº 234 v.    Tabla genealógica de la familia de Araque, vecina de San Clemente (Cuenca) [Manuscrito] Signatura: 9/304, fº 234. — Signatura antigua: D-29, fº 234.

ARCHIVO DE LA REAL CHANCILLERÍA DE GRANADA. HIDALGUÍAS. Ejecutoria de Hernán Montoya Araque Fernández. Signatura antigua, 301-15-8, 14 de febrero de 1545



Relación de Testigos

Juan de Villanueva, morador en la Puebla de los Frailes, lugar del Castillo de Garcimuñoz,  70 años
Juan de Luz, hidalgo de 67 años de Villagordo del Marquesado.
Juan de la Osa, pechero del lugar de Pinarejo, 65 años, vivía de niño con su padre en la Puebla de los Frailes, situada a media legua de Villalgordo
Juan de Cuenca, morador de Pinarejo, 65 años, antiguo morador de la aldea de la Puebla de los Frailes
Diego de Liébana, hijodalgo de Villalgordo del Marquesado, más de 60 años
Pedro del Castillo, el paje

domingo, 25 de marzo de 2018

La familia Resa, de Alconchel de la Estrella


Escudo en lo que fue casa de los Resa en la villa de San Clemente (Foto, Laura Mainar). El escudo se encuentra en la calle Cruz Cerrada 11; la casa, propiedad de los Manzanares en el siglo XVIII, fue morada anterior del regidor don Pedro Pacheco Guzmán y su mujer doña Isabel de Resa. Era la casa familiar de los Resa, ... y aunque este testigo no se acuerda de conocer a Doña Isabel de Resa, sabe muy bien de cierto fue mujer legítima de Don Pedro Pacheco y que cuando se casaron la dieron en parte de dote la casa de Resa, en término de dicha villa, a mano izquierda del camino de Santiago... y vivió en la Calle Cruz Cerrada en las casas que poseen Pedro de Manzanares y Francisco Escobar (BNE, Ms. 13092. Genealogía de los Pacheco de Minaya)

Antonio Rosillo conocía bien a Diego de Resa, pues estaba casado con su madre, aunque el hijo no era natural del matrimonio. El niño tenía tres años cuando Antonio Rosillo y la viuda María de Haro se casaron, la fecha de la boda fue hacia 1503 o 1504. Así contaba Antonio Rosillo su matrimonio con la viuda
que este testigo se avía ydo a casar desde la dicha villa (de San Clemente) a Alconchel con la dicha su madre (de Diego Resa) y vivió en ella dos años en temporadas, estando allá la dicha su muger y este testigo en San Clemente, yendo allá en temporadas los dichos dos años e que conosçió a Françisco de Resa padre del que litiga de vista e abla, que le avía visto en Alconchel e le avía visto este testigo solo una vez pasando de camyno e le abraçó por amystad y entonçes supo como hera hijo de Alonso de Resa e marido de la muger deste testigo e después que lo avía visto e ablado desde a pocos días, creya que un año o dos falleçió y este testigo se casó con la dicha su muger y hera de edad de poco más de veynte años e que ansy mesmo conosçió a Alonso de Resa, abuelo del que litiga e a su muger viéndolos e tratándolos en el dicho lugar de Alconchel que hera a çinco leguas de San Clemente
Vista de Alconchel. Ruinas del Castillo al fondo.
Imagen tomada del blog: http://www.elarteencuenca.es/blog/

El bisabuelo, también de Alconchel, era Juan de Resa. Dejó tres hijos, Alonso, que siguió en Alconchel, y otros dos hijos que marcharon a Villalgordo y Montalbanejo. El abuelo, Alonso de Resa estaba casado con Catalina Pinarejo, mujer natural de la aldea del mismo nombre y criada de Garci Hernández de Tébar, morador en Montalbanejo. Del matrimonio había nacido un hijo llamado Francisco de Resa que casaría con María de Haro, hija del hidalgo Alonso de Haro, establecido en Alconchel. Antonio Rosillo casaría con la viuda María de Haro, que por entonces, hacia 1503, tenía ya dos hijos de su primer matrimonio: Diego de Resa y Alonso de Haro. Ambos se criarían con su padrastro y su madre; Diego permanecería en San Clemente y Alonso de Haro se avecindaría en Montalbanejo.

Locuaz en la información sobre los Resa es el hidalgo Rodrigo de Luz, hidalgo de setenta y dos años, vecino de Villalgordo del Marquesado, distante una legua de Alconchel, donde además tenía una heredad. Rodrigo conocía a a todos los vecinos de Alconchel, hacia 1530 un pueblo pequeño de cincuenta vecinos, y en especial, al abuelo de Diego, Alonso de Resa, que jugaba a los dardos en Villalgordo, y que había muerto de pestilencia con cincuenta y seis años (hacia 1509, aunque debemos poner en cuarentena esta fecha, tanto como su edad). Como otros testigos,conocía a los Resa como familia hidalga, asentada en Alconchel y con hacienda de hazas trigales y viñas, desde el bisabuelo Juan de Resa. Pero a este último ya no se le conocían parientes. Es aquí, donde Rodrigo de Luz nos aporta un supuesto origen familiar en Valdeganga y Beteta
e que el dicho Juan de Resa no lo avía conoçido nyngunos hermanos ni parientes e que avía unos que se deçían los rresas vezinos de Beteta e Valdeganga e que aquellos avían estado e estavan allá
No obstante, otro testigo, García de Pinedo, de ochenta y seis años, atestiguaba que era cierto que una de las ramas familiares estaba extendida por la Sierra conquense, pero que el hogar familiar y casa solar radicaba en la aldea de Sotoca
e que avía oydo dezir que aquellos rresas tenían otros parientes en la sierra de Quenca e que avía oydo dezir a personas que no se acordaba que avían sido y heran hidalgos e que estaban en posesión dello e que Garçi Hernández de Tébar y el bachiller Resa avía oydo deçir que avían sydo y eran sus parientes no sabía en qué grado y sy de barón e que no les conoçió otros parientes que este testigo se acordase e que avía oydo dezir que la generaçyón del que litigaba avía sido de un lugar que se deçía Sotoca, que hera haçia Torralba e que avía oydo deçir a personas, que no se acordaba, que venían de camyno e deçían que heran de aquella parte de açia Sotoca e que en él tenían parientes los rresas

Ermita de San Roque. Sotoca


Asentados en Alconchel, los Resa habían hecho de este pequeño pueblo su solar, desde allí se habían extendido por Villalgordo, Montalbanejo, Villanueva de Alcorón, y posteriormente, Villaescusa de Haro. En las gradas de la iglesia del lugar de Alconchel estaban enterrados Juan y su hijo Alonso. Juan de Resa había tenido tres hijos: el mencionado Alonso (abuelo del sanclementino Diego), Diego de Resa, avecindado en Montalbanejo, y Juan de Resa, que se avecindó en Villalgordo del Marquesado. Rodrigo de Luz, como otros testigos, insistía en que la única tacha familiar había sido el matrimonio del abuelo Alonso con una pechera, Catalina Pinarejo (la criada de Garci Hernández de Tébar). No eran guerreros estos Resa, pues no habían participado en la guerra de Granada, aunque sí habían hecho valer sus derechos para no pagar los servicios extraordinarios establecidos por los Reyes Católicos con motivo de tal guerra.

La veracidad de los testimonios sobre los Resa es creíble, pues corresponde a vecinos de pueblos pequeños y próximos donde se conocían todos. Así lo aseguraba García Pinedo, un pechero de Montalbanejo, que conocía uno por uno a los setenta vecinos de su pueblo en 1530, pero también a los vecinos de Alconchel. Según Juan Ruiz de Requena, Alconchel era una aldea de apenas catorce vecinos hacia 1500, aunque lo que más destacable es la permeabilidad entre los pueblos de la zona: las haciendas de los vecinos se reparten indistintamente entre Alconchel, Villalgordo o Montalbanejo,distante una legua, e incluso en Villaescusa de Haro, distante dos leguas. Así, las propiedades familiares rompen los límites que los señoríos imponían.

Diego de Resa vería reconocida su hidalguía por sentencia de la Chancillería de Granada de 19 de abril de 1532. De la fecha de la carta ejecutoria, solo conocemos el día, 1 de febrero; hemos de suponer que el año es 1533. Unos cuarenta años después, Francisco de Resa Haro, hijo de Alonso de Haro y sobrino de Diego, se había mudado a Villaescusa de Haro; ante el concejo de esta villa, apelando de nuevo a la Chancillería de Granada, intenta ver reconocida su hidalguía. Por entonces, la carta ejecutoria familia anda en poder de un nieto de Diego Resa, llamado también Francisco, era el único heredero que quedaba de Diego, un hombre casado apenas hacía dos años, en 1572, y muy ocupado en sus labores del campo. La ejecutoria se la había dado su abuela, Isabel López, viuda de Diego de Resa, ambos se habían casado en 1521. Estos Resa acabarían enlazando, con el tiempo, con los Pacheco en la villa de San Clemente. El apellido familiar acabaría desapareciendo. La integración en la villa de San Clemente no fue fácil, amparados por la protección del padrastro de Diego, Antonio Rosillo, vieron, sin embargo, como hidalgos viejos de la villa, tal que Antón García, de setenta años en 1531, los aceptaban a regañadientes en el reducido grupo de hidalgos sanclementinos de la primera mitad de siglo.





Archivo de la Real Chancillería de Granada. HIDALGUÍAS. Caja 4498, Pieza 9. Real Ejecutoria de hidalguía de Diego de Resa, vecino de San Clemente. 1531. (Signatura antigua: 304-526-2)