El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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domingo, 19 de junio de 2022

RÍO JÚCAR








http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/es/consulta/registro.do?id=99092

Mapa del Curso del rio Jucar desde su nacimiento hasta su desembocadura [Mapa]
Archivo Cartográfico de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejército — Colección: PCGE — Ubicación: AR — Signatura: Ar.E-T.9-C.4-285 bis — Código de barras: 2206651

 

domingo, 12 de junio de 2022

El puente de Talayuelas y el Castillo de Garcimuñoz

 El control del puente de Talayuelas correspondía al señor de Valverde, Hontecillas y Talayuelas don Jorge Ruiz de Alarcón. Andaba en conflictos con el Castillo de Garcimuñoz y su tierra, a cuyos vecinos se les quería hacer pagar el pontazgo. Al conflicto del puente se sumaban el año 1579 otros como el aprovechamiento del carrascal de Lope.

El 28 de febrero de 1579, El Castillo de Garcimuñoz demandó en la Chancillería de Granada a don Jorge Ruiz de Alarcón por los derechos de pontaje que llevaba  a sus vecinos por atravesar con sus bestias el puente de Talayuelas. Para hacer efectivo el cobro, don Jorge había colocado allí pontagueros. La Chancillería de Granada emitiría provisión de emplazamiento que sería comunicada por el escribano de Cañavate Jerónimo de la Jara al procurador síndico de Castillo Andrés de Soria y al propio Jorge Ruiz de Alarcón, en su casa de Valverde, un 22 de marzo de 1579.

Jorge Ruiz de Alarcón consideraba el puente de Talayuelas como parte integrante de su mayorazgo, culpando a sus antecesores de negligentes por no haber cobrado derechos a los vecinos de Castillo de Garcimuñoz al paso del puente. El 14 de abril de 1580, el tribunal granadino fallaba a favor de los vecinos de El Castillo y sus aldeas y contra el señor de Valverde.

No aceptarían los señores de Valverde la sentencia que apelarían. Mientras el concejo de Castillo de Garcimuñoz andaba enzarzado en múltiples pleitos: el puente de Talayuelas, el carrascal de Lope, en término de Valverde, la defensa de sus derechos para que no actuaran en sus términos alcaldes entregadores, en este caso al parecer por la intromisión de la justicia mesteña en la dehesa de la Rubializa y un oscuro asunto en el que se acusaba a un receptor llamado Grajales de haber forzado el archivo de la villa. Durante los pleitos, las diferencias de El Castillo se habían acrecentado con sus aldeas que se negaban a pagar su parte en las costas de los pleitos.



Carta de poder de los alcaldes de los lugares de la tierra de Castillo de Garcimuñoz, dada en esta villa a 24 de marzo de 1579

  • Bartolomé de Ávila y Pedro Moreno, alcaldes de Almarcha
  • Martín Gómez y Bartolomé Blas, alcaldes de Pinarejo
  • Pedro Mogorrón, alcalde del lugar de la Puebla
  • Pedro Santos Cuenca, alcalde en la granja de la Nava
  • Juan de Moya Ramírez y Gonzalo Saiz, alcaldes de Torrubia
Concejo de Castillo de Garcimuñoz de 17 de abril de 1581, con ausencia de representantes del estado de los labradores
  • Doctor González Caballón, Juan de Lara Proaño, alcaldes ordinarios
  • Alonso de Avilés y Pedro de Araque, regidores
  • Alonso Méndez Sotomayor, alguacil mayor
  • Antonio Cejalbo de Alarcón, almotacén
  • Pedro de Torrijos, procurador síndico
Todos ellos hijosdalgo. Solía haber dos regidores más por el estado de los labradores

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS CIVILES, 1376-12

jueves, 29 de agosto de 2019

Los hidalgos de Iniesta y el puente de Vadocañas

Puente de Vadocañas, año 1941
http://www.requena.es/es/node/7551 



El nueve de abril de 1514, Alonso Castañeda, hidalgo, presentaba ante Juan de Iniesta y Pedro Garrido, alcaldes ordinarios de la villa de Iniesta, un memorial, en representación del resto de los hidalgos de la villa. El contenido de su queja era la negativa de este estado a pagar la fábrica de lo que será una de las mayores obras de ingeniería civil del obispado de Cuenca y del Reino: el puente de Vadocañas. En algún lugar se dice que este puente une comunidades autónomas; para los contemporáneos era un puente entre las Tierras de Iniesta y Requena, ambas del obispado de Cuenca, que sencillamente facilitaba el tránsito de hombres y mercancías. Algunos querían ver en este puente una construcción romana; Santiago Palomero nos avisó que cosa diferente era el trazado de las calzadas romanas de los puentes que se pudieran levantar sobre ellas (1). Erró el tino y llevó su construcción a la segunda mitad del siglo XVI y primera del siglo XVII, engañado por la pervivencia de una inscripción de este último siglo. Posteriormente documentos del Archivo de Requena desvelaron que la obra bien pudiera ser de la mitad del XVI.

Pero, ¿por qué se desprecia tanto la voluntad de hierro de aquellos hombres de inicios de siglo XVI? No cabe duda que las villas conquenses de la Mancha de Montearagón estaban en los balbuceos de una revolución económica y social, que, en apenas dos décadas le llevaría a triplicar o cuadruplicar su población. Esa voluntad era imparable; aquellas pequeñas comunidades, tan amenazadas por la crisis de subsistencias y pestífera de comienzos de siglo se lanzaron a la empresa titánica de crear su pequeño nuevo mundo. Debió ser algo similar a lo que el monje Raoul Gabler vio al pasar el umbral del año mil, pero esta vez el paisaje no se cubrió de un blanco manto de iglesias. Estos hombres, herederos del bajo medievo, quizás no tuvieran ese espíritu humanista de las élites, mas si que poseían una visión utilitarista de la vida de quienes habían sobrevivido a dos guerras y varias crisis alimentarias o epidémicas. Por esa razón, no levantaron iglesias, que también, pues levantaron el convento franciscano de San Clemente, a pesar de su fe se resfriaba; erigieron ayuntamientos (que algunos son más viejos de los que pensamos), molinos, como los levantaron los sanclementinos en el vado del Fresno y los jareños en Los Nuevos..., y, sobre todo, puentes. Se aprovechaban las viejas vías de comunicación, pero las nuevas villas de realengo creaban caminos nuevos. Villanueva de la Jara construía el puente de San Benito sobre el Júcar, que abría un nuevo canal de comunicaciones que unía el Reino de Toledo con el Reino de Valencia por San Clemente, Villanueva de la Jara e Iniesta. Era necesario salvar el Cabriel; allí confluía la nueva vía con otros caminos; el río era separación de dos suelos diferentes; obviando los intereses de Requena (o tal vez con la intención de disputar los derechos de los puertos secos con un nuevo derecho de pontaje), el concejo de Iniesta decidía en la primavera de 1514 levantar el puente de Vadocañas. Se hacía un repartimiento entre todos los vecinos, incluidos los hidalgos, para pagar en çierta forma segund peonadas. 

La obra del puente de Vadocañas era obra muy costosa, que exigía el compromiso de toda la sociedad egelestana. Se pidió aportación a los hidalgos, con los que se había llegado la década anterior a un compromiso, bastante favorable, en una sentencia arbitraria pronto discutida. La contribución quedó en un real al año por hidalgo; una burla, según denunciaba el procurador de la villa de Iniesta
porque la parte contraria (los hijosdalgo) son muy rricos e la obra de la dicha puente es muy grande e muy costosa e los propios de la villa son pocos en manera que es cosa de burla en pagar cada uno de ellos un real y no más pagando cada uno de los otros vesynos aunque son pobres a muchas mayores contías
La contribución de los hidalgos había sido decidida dejarla a un juez árbitro en un concejo de diez de enero de 1505. En aquella reunión, denunciada como farsa posteriormente, el concejo en pleno, en representación de los vecinos y moradores de la villa y de sus aldeas, y Alonso Castañeda, en nombre de los hidalgos, aceptaron la sentencia que había de pronunciar el alcalde ordinario de Iniesta, Fernando de Tórtola, que actuaba como juez arbitro. El contencioso en aquel momento venía dado por el pago del derecho terrazgo; dicho tributo se pagaba por la labranza de las tierras llecas o baldías del concejo, que se consideraban bienes propios de la villa. Desconocemos cual era la cuantía que se pagaba de común por la labranzas de estas tierras; más allá, que dicho derecho se lo arrogó el marqués de Villena, en las tierras sojuzgadas a su dominio y que en Jorquera se correspondía con un cahíz de cada doce y, en Alarcón, uno de cada quince. La contribución del terrazgo venía explicitada por el procurador de la villa egelestana
el terrazgo se paga de çiertas tierras que son públicas e comunes e los que labran en ellas pagan el dicho terrazgo al dicho conçejo
Ese año de 1505, el concejo de Iniesta solicitaba una contribución de cincuenta maravedíes a cada uno de los hidalgos, aunque esa contribución, que ya debía estar amañada de antemano, se extendía a cualquier otro repartimiento que se hubiera de hacer por fuente, puente, pozo o adarve.

La sentencia vendría dada ese mismo diez de enero de 1505: cada hidalgo habría de contribuir en los repartimientos con treinta y cuatro maravedíes, equivalentes a un real, por año, a pagar en tres tercios. La sentencia arbitral hablaba de las dichas cosas y el terrazgo; la contribución no debió sentar muy bien a los hidalgos, que, aparte de mirar con recelo un ayuntamiento dominado por los pecheros, veía como esa contribución de un real de plata adquiría un carácter perpetuo y como los pecheros no pagaban ni un solo maravedí por pechos concejiles y como de los propios se sacaba un remanente para pagar los pechos de las rentas reales. En esta aparente confusión entre el terrazgo y otras cosas se agarrará el concejo de Iniesta para pedir una contribución mayor a los hidalgos el año de 1514, pero será fuente de conflictos futuros, pues parece que el pleito de 1505 había surgido en torno al pago de los terrazgos y, únicamente una interpretación particular del alcalde Tórtola, había hecho extensiva la contribución a otras cosas como fuentes, puentes, pozos o adarves.

Es de temer que la sentencia arbitraria de 10 de enero de 1505 no fue bien aceptada por algunos sectores de la sociedad iniestense. El regidor Juan Martínez, estuvo ausente de la sesión del ayuntamiento de diez de enero y pediría traslado de la sentencia; Alonso de Cubas, otro de los alguaciles, la obedeció, pero tampoco estuvo presente en la reunión de los oficiales. El regidor Juan Martínez encabezaría en abril de 1514 la representación del común de Iniesta frente a los hidalgos, y también frente al alcalde mayor del marquesado Sebastián Porras, que actuaba por delegación del gobernador Luzón. Su acusación era directa, se había inmiscuido en la jurisdicción de primera instancia que tenían el concejo de Iniesta, sentenciado a favor de los hidalgos; solicitaba su apartamiento del caso, pues la justicia del marquesado no podía tomar para sí un pleito que no estaba concluso en su determinación por los alcaldes ordinarios. Además, se ponía en tela de juicio el repartimiento de maravedíes hecho por el ayuntamiento, pues al ser superior a 10.000 maravedíes necesitaba licencia real.

Lo que sí podemos asegurar es que para abril de 1514 el puente ya estaba comenzado. El costo de la obra era muy alto, se hablaba de la aportación de otros 200.000 maravedíes, y su construcción será muy dilatada en el tiempo:
segund lo mucho que fasta aquí se a gastado en todo ello y se gasta e se espera gastar fasta ser fenesçidas e acabadas en tanto que no bastaban otras dozientas mill mrs. con los dichos propios
Muestra de la desorbitada cifra que estaba alcanzando la construcción del puente es que ahora se pedía una nueva contribución  a los hidalgos de 1.600 maravedíes anuales. Es decir, del real de la sentencia de 1505 se pasaba a un nuevo repartimiento de 47 reales anuales por cabeza. El nuevo repartimiento se había acordado en unas ordenanzas en ayuntamiento, en las que se había distribuido el gasto de 200.000 mrs. entre los vecinos, una vez que las aportaciones de los propios eran insuficientes, según la asignación por cabeza de una serie de peonadas, traducidas en contribución monetaria. Es evidente que las obras del puente ya estaban iniciadas de tiempo antes y que, ahora, se pedían nuevas contribuciones para continuarlas.

Para octubre de 1516, el pleito obraba en manos del nuevo alcalde mayor Pedro Ternero, que incumpliendo los privilegios de primera instancia de la villa de Iniesta, se habían llevado los autos a la villa de San Clemente. Hasta allí se desplazaba el procurador de Iniesta, Lope García, para denunciar la parcialidad del alcalde mayor a favor de algunos hidalgos de Iniesta: Pedro y Diego Zapata y Pedro de Espinosa. El procurador de la villa intentaba presentar un estado lastimero de la misma, presentando el estado pechero con muchos miembros no contribuidores, fruto de crisis pasadas: menores, huérfanos y viudas. Las sentencias de los alcaldes mayores del marquesado eran favorables a los hidalgos, por lo que el concejo de Iniesta, de mano de su procurador Pedro Mondéjar, llevó los autos juzgados en primera instancia a la Chancillería de Granada el veintidós de noviembre de 1517. La Chancillería ya entendía en el asunto desde comienzos de año; el 30 de abril de 1517 daba la razón a los hidalgos en la validez de las sentencias arbitrarias, según fijaba la llamada ley de Madrid, marcando el devenir del proceso y la exención de los hidalgos. Sin embargo, creemos que la lectura de primera mano por los oidores de Granada del traslado de la sentencia arbitraria les llevó a mudar su opinión, al entender que esa sentencia era únicamente válida para el caso que había iniciado el pleito: los terrazgos, y dando la razón al concejo iniestense sobre que los hidalgos debían pagar en  las otras cosas, fuentes o puentes, según mandaban las leyes del Reino. El uno de diciembre de 1517, la Chancillería de Granada sentenciaba contra los hidalgos

Sentencia de 1 de diciembre de 1517
AChGr, HIDALGUÍAS, sign. antigua: 304-538-9

Los hidalgos, esta vez representados por Juan Castañeda, pedirían nueva revisión de la sentencia, consiguiendo nuevo fallo del tribunal que dio plazo para la presentación de pruebas, pero al no hacerlo, el pleito se dio por concluso el dieciocho de enero de 1518.

Ignacio Latorre parte de un documento de 27 de diciembre de 1554 para plantear la posibilidad de que la construcción del puente se postergase a 1547, siendo entonces simple puente de madera (2), sustituido antes de la década de los setenta, tal como aparece en la Relaciones Topográficas, por un puente de piedra. De la lectura del expediente de la Chancillería de Granada se desprende la complejidad y alto coste de dicho puente, que hubo de llevar varias décadas y también del inicio de las obras en fecha anterior a 1514. Ahora bien por otro expediente de la Chancillería de Granada, sabemos que, en la citada fecha de 1547, el concejo de Iniesta estaba en pleito con otros hidalgos (3), a los que consideraba pecheros (Cárcel, Zapata o Muñoz), que no querían pagar los repartimientos que estaba imponiendo el concejo, sin que sepamos el motivo (¿pagarían los hidalgos después de la sentencia de 1 de diciembre de 1517?). Es probable que la lenta construcción del puente de piedra fuera alternada con la construcción de otros de madera, sin olvidar que el armazón de madera se mantenía cuando estaba acabado el puente de piedra y ya en uso, como hemos visto en el puente de San Benito, en la zona de El Picazo y sobre el río Júcar 
Que vido en llegando por la parte que faltó el pie que es a la parte de arriba del agua que el pie que estava asentado a la parte de fasya a esta villa que estava en el agua que junto al agua en un çerviguero estava un restregadero de gente e que vio que una viga que estaua por llaue de los pies con sus cárçeles estaua en el rrío baxo de la dicha puente con una rraja e con un clavo con que estava enclauada e que este testigo cree que sy no fizieran argumento para ello para ello en la dicha llaue no se cayera e quando cayera avía de estar debaxo de toda la madera de la puente e no yrse el rrío abaxo e que el clauo que que tenía hera grande e largo e entrava un palmo en el pilar e que el clauo no estaua torçido saluo sacado derecho e a lo que cree que fue quitado por mano por persona que supiese de aquella obra mucho (4)
Los oficiales del concejo de Iniesta reconocían, en la sesión plenaria de ocho de octubre de 1572, deber a los maestros de puente de Vadocañas mil quinientos ducados (5), lo que indica que el puente no ha mucho tiempo que se había finalizado (sesenta años después). Pocos años después en las Relaciones Topográficas de 1575, Iniesta reconocía las dificultades económicas y el largo tiempo empleado en la construcción del puente, reconociéndose que su obra había sido sufragada por repartimientos entre vecinos y que su fábrica duró años
No hay en el dicho río barcos; e hay una muy principal puente y edificio que lo han los que lo ven a la parte de Vadocañas, camino de Requena y Valencia, de piedra labrada, fecha a costa de esta villa y repartimientos de vecinos, y con gran gasto, que duró años, por no tener de propios, de un solo ojo y de gran altura y anchura. Pasan carros y gentes. Tiene el ojo ciento y viente piés en güeco, de mucha largura. Dicen ser la mayor y mejor y de grandes y mayores piedras del reino, y pasan bestias, y todo lo demás, de Toledo y otras partes a Valencia y Requena donde está la aduana (6)
Se insistía el año 1572, una vez más, en lo que era motivo de fricción con la villa de Requena, en poner un derecho de pontaje sobre las personas, caballerizas y carruajes que atravesaran dicho puente, ahora, para complacer a la monarquía en su deseo de levantar cofradías de caballeros armados


Se suplica a su magestad sea servido que se den en arrendos dehesasen el término desta villa que otra vez a echo merçed dellas para paga del rreal serviçio e otros efetos e más el derecho de pontaje de la puente de vadocañas que es un marauedí de cada persona que pasare por la dicha puente y yendo a cauallos dos maravedís y de bestia cargada e baçía e de un carro e par de mulas seis marabedís y de cada manada de ganado una rres y de çien cabeças abaxo una blanca de cada rres y que esto se suele llevar y que se les pueda llevar a todos los que pasen en lo qual todo se aya de dar a los cavalleros para la dicha ayuda con voluntad de su magestad (7)


Hidalgos en 1517

El doctor Espinosa
García Zapata
Fernando de la Cueva
Leonardo Zapata
Gil Ruy de Alcaud
Pedro Vázquez
Fernando de la Cueva el mozo
Pedro de Bustamante
Pedro de Espinosa
Melchor Granero
Sebastián de Ceballos

Concejo de Iniesta de 10 de enero de 1505

Alcaldes ordinarios: Juan de Valverde y Hernando de Tórtola
Alguacil: García Castellano
Regidor: Martín Serrano
Fiel: Juan de la Peña
Procurador: Bartolomé Blasco
Diputados: Ferrán Marco y Alonso López de Talayuelas

Concejo de Iniesta de 1 de abril de 1516


Alcaldes ordinarios: Martín de Tórtola y Juan de la Parra

Alguacil: Miguel Cabronero
Regidores: Martín Martínez de Castillejo y Alonso Garrido
Diputados: Alonso Martínez de Correa, Pedro de Buenache y Alonso García de Castillejo
Escribano: Gonzalo Ruiz del Almarcha

                                                 **********************

(1) Santiago Palomero venía a contradecir las tesis de Fernández Casado, sobre la naturaleza romana de dicho puente. PALOMERO, Santiago, El puente de Vadocañas, 
(2) LATORRE, Ignacio: De cuando el puente de Vadocañas era de madera, Los datos aportados sobre los diferentes puentes sobre el Cabriel (Vadocañas, Puenseca y Pajazo), su construcción y destrucción por las avenidas no permiten sacar conclusiones definitivas.
http://www.ventadelmoro.org/historia/historia1/decuandolapuentedevadocanaserademadera_24.html
(3) AChGr, HIDALGUÍAS, sign. antigua, 304-581-132,  contra Martín de la Cárçel y Fernando de la Cueva y Juan Çapata, que viven en la Estrella, y Pedro de Çapata, que vive arriba de la plaça, y contra Diego Muñoz.
(4) AHN. NOBLEZA. FRÍAS. C. 711, D. 62
(5) deve de la puente que a hecho de vadocañas myll e quinientos ducados a los maestros (Expediente sobre formación de cofradías de 1572)
(6) ZARCO CUEVAS, Julián: Relaciones de pueblos del Obispado de Cuenca, Diputación de Cuenca, 1983
(7) AGS, CC-Diversos de Castilla, libro 25, fol. 1. Expediente sobre formación de cofradías de 1572


Fuentes: AChGr, HIDALGUÍAS, sign. antigua: 304-538-9

domingo, 24 de marzo de 2019

El puente de San Benito en El Picazo







En aquel ayuntamiento de Villanueva de la Jara de 11 de abril de 1514 no encontramos ninguno de esos apellidos que marcarán la historia futura de la villa. Eran alcaldes Martín Sanz del Atalaya y Juan de la Osa; alguacil mayor, Juan García de la Roya; regidores, Miguel García, Alonso de Olmeda y Juan Sánchez de Chinchilla; como diputados del común, Juan López el viejo, el bachiller García y Benito García. La Jara seguía siendo la vieja villa enemiga de hidalgos que definía su identidad por oposición al marqués de Villena y sus criados. Odio y necesidad de convivir juntos se superponían en un espacio compartido.

Aquel día el tema tratado era el hundimiento del puente de San Benito, en el término de El Picazo, aldea de Alarcón. Levantado por los jareños por concesión real de 1501, en suelo de Alarcón, y pasando por encima de los derechos que pretendía sobre la ribera del Júcar el marqués de Villena y sus criados los Castillo. Aun en 1514, el puente era objeto de disputas y pleitos en el Consejo Real, pues a decir de Alarcón, Villanueva de la Jara edificó dicho puente por la vía de los hechos, y pretendía ahora, en su reconstrucción, hacer lo mismo, en la ribera del Júcar; el margen derecho del río estaba en término de la aldea de El Picazo, jurisdicción de Alarcón, al igual que el margen izquierdo de dicha ribera, que no era jareña, pues a diferencia de la villa de San Clemente, Villanueva nunca tuvo reconocimiento oficial de posesión de la ribera del Júcar. Por esa razón, el licenciado Verastegui, corregidor del marqués de Villena para sus villas de Alarcón, Jorquera y Alcalá del Río, se presentó ante el concejo de Villanueva de la Jara, para pedir que se interrumpieran las obras de reedificación del puente. Acompañaban en el requerimiento al corregidor, Diego Páez y Alonso Cabeza de Vaca, vecinos de Alarcón, y Diego de Medina, todos ellos criados del marqués de Villena.

Parecía un hecho baladí, pero el hundimiento de dos de las arcadas, o al menos una de ellas, del puente planteaba un problema de jurisdicción. Consideraba el concejo de Villanueva de la Jara que la reparación del puente que estaban llevando a cabo, no suponía edificación nueva, es decir, no necesitaba licencia del Consejo Real, y se estaba reparando la parte del puente de la ribera izquierda, que, según los jareños, era término propio, ajeno a la aldea de El Picazo.

El hundimiento de dos de las arcadas del puente de San Benito se había provocado el diez de abril de 1514 por el paso de unos carreteros de Requena que iban camino de Valencia con sus carros tirados por mulas, una de ellas al caer al río se había ahogado. El concejo jareño mostraba su preocupación por la interrupción del tránsito de mercancías en un paso que se estaba convirtiendo fundamental en camino que desde San Clemente unía Villanueva de la Jara, dirección Iniesta y Requena, para acabar en el Reino de Valencia. Aunque la principal preocupación era la consideración que el puente había caído porque previamente se había acuchillado los pilares que sostenían dicha arcada. Salvador de Ayala, vecino de Minaya, que iba tras los carreteros requenenses en el momento del incidente, aseguraba que los pies de madera que sostenían y armaban las dos arcadas destruidas estaban cortadas a hachazos. Así lo aseguraba también Gil Conejero, que vio como su compañero Lope de Ochoa caía con su carro y tres mulas al río Júcar

Que vido que una viga de las suelas estaua casy cortada e los pilares de la madera del pie que sostenyan las dos arcadas paresçía estar enpeçados a cortar pero que él no sabe quién lo hizo

Se hizo necesario el informe pericial de dos maestros de cantería: Juan Martínez Prieto y Martín Pastor. Ambos maestros habían edificado el puente de San Benito un año antes, cuando había sido derribado otra vez, sin que conozcamos la causa. Los canteros ratificaron el acto de sabotaje cometido contra su obra construida un año antes. Reproducimos las palabras de Juan Martínez Prieto por cuanto ayuda a comprender las técnicas constructivas:

Que vido en llegando por la parte que faltó el pie que es a la parte de arriba del agua que el pie que estava asentado a la parte de fasya a esta villa que estava en el agua que junto al agua en un çerviguero estava un restregadero de gente e que vio que una viga que estaua por llaue de los pies con sus cárçeles estaua en el rrío baxo de la dicha puente con una rraja e con un clavo con que estava enclauada e que este testigo cree que sy no fizieran argumento para ello para ello en la dicha llaue no se cayera e quando cayera avía de estar debaxo de toda la madera de la puente e no yrse el rrío abaxo e que el clauo que que tenía hera grande e largo e entrava un palmo en el pilar e que el clauo no estaua torçido saluo sacado derecho e a lo que cree que fue quitado por mano por persona que supiese de aquella obra mucho

Verdadero o falso el testimonio de los testigos, era evidente que el concejo jareño no estaba dispuesto a renunciar a levantar un puente vital para los intercambios de la época y, de hecho, el puente ya estaba reparado a los cinco días de su hundimiento. Mientras el pleito, que se había iniciado en 1501, seguía latente en el Consejo Real, el flujo de carretas, mercancías, bestias y hombres seguía imparable por el puente de San Benito. Los viejos derechos de pontazgo que podían esgrimir el marqués de Villena, sus criados los Castillo, o el concejo de Alarcón eran anulados no tanto por las sentencias como por una realidad del despegar económico de las villas de realengo.

FUENTE: AHN. NOBLEZA. FRÍAS. C. 711, D. 62






ANEXO: Villanueva de la Jara construye un puente sobre el río Júcar (1501)



Este documento del Registro General del Sellos de Simancas recoge el acuerdo favorable para que Villanueva de la Jara pueda construir en 1501 un puente sobre el río Júcar, obviando los derechos de barcaje que pudiera tener el concejo de Alarcón. Para el dictamen favorable se apoya en un capítulo de las Cortes de Córdoba de 1455


Don Fernando e doña Ysabel... a vos el conçejo, rregidores, justiçia, ofiçiales e omes buenos de la villa de Alarcón salud e graçia, sepades que Alonso Symarro en nonbre del conçejo, rregidores, justiçia, ofiçiales e omes buenos de la villa de Villanueva de la Xara nos hizo rrelación por su petiçión disiendo que en el rrío de Xúcar peligran muchas gentes e bestias a causa de no aver puente ellos querían faser una puente porque los dichos ynconvinientes se escusasen e que vosotros no se lo consentís...
... por quanto el señor don Enrrique nuestro hermano que santa gloria aya en las cortes que fiso en la noble çibdad de Córdoua el año que pasó del señor de mill e quatroçientos e çinquenta e çinco años fiso e hordenó una ley que çerca desto dispone su thenor de la qual es este que se sigue: e otrosy en quanto atañe a las treynta e seys petiçión que dise asy: otrsy muy esclaresçido rrey e señor ya sabe vuestra altesa quanto provecho es en vuestros rreynos aver puentes para que los caminantes ayan de pasar por ellas e no por varcos ni por vados de que aconteçe padeçer mucha gente por mengua dellas e algunas çibdades e villas e logares de vuestros rreynos e otras personas las quieren faser a su costa dellos syn poner ni llevar inpusiçión ni tributo e algunos prelados cavalleros e otras personas disiendo que les quitamos el derecho de las varcas que tienen en los rríos defienden que no las fagane sobre esto quando las quieren faser descomulgan a los tales rregidores de las tales çibdades e villas (se acuerda a favor de las villas e lugares que quieran hacer puentes)
... porque vos mandamos que veades la dicha ley que de suso va incorporada e la guardedes e cunplades e esecutedes
... dada en la çibdad Granada en veynte e dos días del mes de jullio año del nasçimiento de nuestro señor ihesuchristo de mill e quinientos e un años





Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150107, 444. Para la construcción de un puente por el concejo de Villanueva de la Jara. 1501



(Escrito en Valderrobres, 23 de marzo de 2019)

lunes, 25 de julio de 2016

Villanueva de la Jara construye un puente sobre el río Júcar (1501)

Este documento del Registro General del Sellos de Simancas recoge el acuerdo favorable para que Villanueva de la Jara pueda construir en 1501 un puente sobre el río Júcar, obviando los derechos de barcaje que pudiera tener el concejo de Alarcón. Para el dictamen favorable se apoya en un capítulo de las Cortes de Córdoba de 1455


Don Fernando e doña Ysabel... a vos el conçejo, rregidores, justiçia, ofiçiales e omes buenos de la villa de Alarcón salud e graçia, sepades que Alonso Symarro en nonbre del conçejo, rregidores, justiçia, ofiçiales e omes buenos de la villa de Villanueva de la Xara nos hizo rrelación por su petiçión disiendo que en el rrío de Xúcar peligran muchas gentes e bestias a causa de no aver puente ellos querían faser una puente porque los dichos ynconvinientes se escusasen e que vosotros no se lo consentís...
... por quanto el señor don Enrrique nuestro hermano que santa gloria aya en las cortes que fiso en la noble çibdad de Córdoua el año que pasó del señor de mill e quatroçientos e çinquenta e çinco años fiso e hordenó una ley que çerca desto dispone su thenor de la qual es este que se sigue: e otrosy en quanto atañe a las treynta e seys petiçión que dise asy: otrsy muy esclaresçido rrey e señor ya sabe vuestra altesa quanto provecho es en vuestros rreynos aver puentes para que los caminantes ayan de pasar por ellas e no por varcos ni por vados de que aconteçe padeçer mucha gente por mengua dellas e algunas çibdades e villas e logares de vuestros rreynos e otras personas las quieren faser a su costa dellos syn poner ni llevar inpusiçión ni tributo e algunos prelados cavalleros e otras personas disiendo que les quitamos el derecho de las varcas que tienen en los rríos defienden que no las fagane sobre esto quando las quieren faser descomulgan a los tales rregidores de las tales çibdades e villas (se acuerda a favor de las villas e lugares que quieran hacer puentes)
... porque vos mandamos que veades la dicha ley que de suso va incorporada e la guardedes e cunplades e esecutedes
... dada en la çibdad Granada en veynte e dos días del mes de jullio año del nasçimiento de nuestro señor ihesuchristo de mill e quinientos e un años





Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150107, 444. Para la construcción de un puente por el concejo de Villanueva de la Jara. 1501

miércoles, 17 de febrero de 2016

Un concejo "abierto" en Iniesta en 1572

                                                                       (cruz)

cavallería yniesta

(Al margen: cabeça del ayuntamiento). En la villa de yniesta cinco días del mes de otubre de mil e quinientos e setenta e dos años estando en la sala del ayuntamiento de la dicha villa los illustres señores juan núñez alonso castellano alcaldes hordinarios en la dicha villa e agustín montes alfonso lópez rregidores bachiller juan lópez cantero benito rrisueño fieles executores pedro clemente rregidor juan ponçe juan matheo alguaçiles mayores todos oficiales del conçejo de la dicha villa dixeron que a sus merzedes les fue notificada una rreal çédula de su magestad que trata sobre el exerçiçio e las armas y que ya en este marquesado noble ya de caballos y escuderos para ofreciéndose servir a su magestad en la dicha rreal cédula dize del tenor siguiente

               (se inserta real cédula de 6 de septiembre de 1572 para formación  de cofradías de nobles)

(Al margen: pregón) aviendo entendido el efeto de la dicha rreal çédula para tratar el comunicar lo que en ella se declara y cumplir el mandato de su magestad e lo hazer como mejor convenga a su rreal servicio mandaron se pregone públicamente de cómo para este efeto se haçe conçejo abierto que los veçinos desta villa que quisieren acudir a lo conferir e dar en ello parezer acudiesen porque se hacía oy dicho día testigos antón de monteagudo e juan del olmeda paxarón veçinos desta villa andrés despinosa escrivano e luego en la dicha plaça pública desta villa por voz de jayme de monserrate corredor se dio el dicho pregón testigos los dichos andrés despinosa escriuano

(Al margen: rresolución del cabildo primero) dado el dicho pregón estando los dichos señores oficiales en el dicho cabildo para tratar lo contenido en la dicha rreal cédula acudieron a él vezinos particulares el liçençiado pedro despinosa  el bachiller rrodrigo arraque el bachiller merchante juan de olmeda paxarón Julián de cuevas ginés de la xara que fueron llamados para este efeto e ansimesmo apariçio garçía juan del olmeda paxarón antón de montagudo juan de atiença juan de valuerde pedro bellido juan de buenache pedro martínez juan de cuevas miguel de rrupérez matheo sánchez christóual martínez e otros muchos e aviendo conferido e tratado lo contenido en la dicha rreal çédula e lo que más convenía a el serviçio de su magestad dixeron que la intençión de esta villa es de servir a su magestad rreal verdaderamente con sus haçiendas e vidas e les pesa que la villa es tan prove que nenguna persona tienen caballo ni lo pueden sustentar si no son rroçines de lavor con que labran sus heredades e que la villa tiene pocos propios y muy grandes gastos y salarios e que a munchos años que está adeudada en grandes cantidades y entre otras en dos mill ducados de zenso que no lo an podido rrescatar ni los negoçios e algunas cosas neçesarias a la rrepública las an podido haçer sin rrepartimiento de los vezinos y es villa de grande proveça e quisieran tener posibilidad con ánimo y voluntad de servir a la rreal magestad y atento esto e su posibilidad acordaron que esta villa en cumplimiento de la dicha rreal çédula podrá nombrar hasta una doçena de ombres çelosos del rreal serviçio e que tengan posibilidad para comprar caballos quales convengan para poder servir con ellos y haçer los autos que por la dicha rreal çédula se manda ayudándoles con una cantidad para el sustento dellos e ocupaçiones del exerçiçio por ser como son toda esta villa gente que vive de sus travajos e que para ellos se suplica a su magestad sea servido que se den en arrendos dehesasen el término desta villa que otra vez a echo merçed dellas para paga del rreal serviçio e otros efetos e más el derecho de pontaje de la puente de vadocañas que es un marauedí de cada persona que pasare por la dicha puente y yendo a cauallos dos maravedís y de bestia cargada e baçía e de un carro e par de mulas seis marabedís y de cada manada de ganado una rres y de çien cabeças abaxo una blanca de cada rres y que esto se suele llevar y que se les pueda llevar a todos los que pasen en lo qual todo se aya de dar a los cavalleros para la dicha ayuda con voluntad de su magestad y ansí se podrá muy bien efetuarse se yrá aumentando y su magestad rreal hará la más merçed que fuere servido para la dicha ayuda y en adelante se dará orden que se ofrezcan otros munchos que puedan servir e se les haga merçed e questo se le suplica y en todo prouea lo que sea servido y con lo que su magestad mandare se aplicará a una cofradía o ermandad de señor Santiago y se harán capítulos e orden para el exerçiçio de las armas caballos y fiestas e para ayudarles a los que la hiçieren con ayuda cantidad cada una vez que lo hiçieren para que aya más ánimo y perpetuidad en el rreal servicio y en el exerçiçio militar porque con lo dicho se les podrá dar a cada un caballero hasta seis mill maravedís que será lo que más podría montar lo dicho según que hasta agora se a arrendado que las dehesas son la que dizen de la puebla y la otra de el talayón y esto les pareze e lo firmaron de sus nombres e que aviendo más oportunidad en adelante con consulta de su magestad se conçederán los que más pudieren juan martínez alonso castellano el bachiller agustín montes gil rruyz de la coba alfonso lópez el bachiller juan lópez cantero pedro clemente benito rrisueño juan mateo juan ponze juan garrido de bernal saiz julián de cubas el liçençiado espinosa el bachiller merchante andrés despinosa escribano

(Al margen: rresolución del segundo cabildo). En la villa de Yniesta a ocho días del mes de otubre de mil y quinientos e setenta e dos estando en la sala del ayuntamiento de la dicha villa los ylustres señores alonso castellano alcalde hordinario en la dicha villa alfonso lópez dotor çapata rregidores bachiller juan lópez cantero benito rrisueño fieles executores martín matheo pedro clemente rregidores juan ponçe alguaçil mayor ofiçiales del conçejo de la dicha villa dixeron que a sus merçedes les fue notificada una rreal çédula de su magestad que trata sobre el exerçiçio de las armas y que aya en esta villa e marquesado hermandad y cofardría de caballeros para que aya rregoçijo e fiestas justas e torneos e atos limitares para tratar e comunicar lo conthenido en la dicha rreal çédula fueron llamados por los dichos señores hernando çapata juan de atiença e manuel ponçe fauián de la peña christóual de las heras juan de villanueba juan rrisueño e fuera de lo susodicho se dio pregón público para que todos los veçinos que quisieren acudir al dicho conçejo avierto para comunicar lo que su magestad manda y entre los quales todos trataron e platicaron lo que más convenía a el serviçio de su magestad e rresumidos dixeron que esta villa therná mill veçinos y que con las gerras e ocasiones pasadas están en común muy proues en tanto que avía en esta villa una hermandad de señor santiago en la qual entre otras ordenanças avrá una que mandava que todos los hermanos de la dicha cofadría y hermandad fuesen obligados a tener caballos y por la estrecheça del tiempo y ocasiones dichas se a perdido en tal manera que no ay hermano que lo tenga e para que se efetúe lo que su magestad manda se podría tornar a costituir y ordenar la dicha hermandad tomado siempre para la fundación de lo que su magestad manda por abogado e patrón a el glorioso santiago con que su magestad fuese servido de haçer merçed a los hermanos que quisiesen entrar en la dicha cofadría para haçer el efeto que su magestad mandó de dos dehesas que están en el término desta villa que la una se nombra la dehesa de la puebla y la otra de los talayones y de una rrenta que el conçejo desta villa tiene que es la caballería de sierra en la qual ay hordenanças por las quales los culpados son castigados en çiertas penas en ella contenidas de las quales la (o)tra parte se aplica a los cavalleros que la arriendan y las otras dos partes la una a el conçejo y la otra al juez e que su magestad podría para el dicho efeto e cofadría hazer lo de la dicha caballería en esta manera que quedasen las dos partes de juez e conçejo para el conçejo e la otra terçia parte que tiravan los arrendadores para los cofadres de la dicha hermandad con lo demás anexo a la dicha caballería e propiedad de ella y el portadgo que es de su magestad que vale cada un año como seis mill maravedís con lo qual que oviese entre otras hordenanças que se harán como más conbenga la dicha hermandad y al servicio de su magestad una y es que a qualquyer ermano que se le muriese el caballo que entre los demás hermanos le favoresçiesen e comprasen otro a rrata según los hermanos que oviere el qual cavallo con los demás que qualquyer hermano para entrar en la dicha cofadría aya de tener fuese visto e aprovado por los alcales hordinarios desta villa y que la contribuçión que los tales hermanos ayan de haçer para comprar el caballo sea en cantidad de hasta quinze mill maravedís e no más porque la demás rresta la a de poner la persona a quién se haçe el dicho socorro con lo qual su magestad se podrá servir e haçerse fiestas para que la gente se anime hexerçite en el uso y exerçiçio de las armas e cavallería para lo qual espeçialmente señalaron donde se aya de haçer la dicha muestra uso y exerçiçio de fiestas dadas e jueguen cañas e sortijas e otros rregoçijos que pareçiere conviene el dicho día de señor santiago e san miguel de setiembre y las dichas dos dehesas de suso se suelen arrendar un año con otro en sesenta mill maravedís y esto les pareze e sobre todo se rremiten a lo que su magestad fuere servido por que la que lo cumplirán a la letra

E luego el dicho bachiller juan lópez cantero dixo que el domingo que se contaron çinco deste presente mes se hiço ayuntamiento e llamados todos los ofiçiales que pudieron ser avidos y estavan en esta villa y otras personas particulares e prençipales y çelosos del serviçio de su magestad e bien público y en el se trató e comunicó sin convenía aplicar la rrenta e propio que el conçejo desta villa tiene que se diçe cavallería de sierra para la hermandad que se instituye conforme a la çédula rreal debaxo de pellido e nombre de señor santiago e se rresumió que no era cosa conviniente que su magestad se sirviera dello porque esta villa deve de la puente que a hecho de vadocañas myll e quinientos ducados a los maestros y debe seteçientos ducados de zenso al canónigo Ortuño e setenta de rréditos corridos y deben sesenta mill maravedís poco más o menos que tienen prestados de çierta limosna que veçinos particulares desta villa an dexado para proues y deue al pósito otros treinta mill maravedís e a veçinos particulares que a tomado prestado les deve más de tresçientos ducados y salarios a letrados e procuradores que tiene en las audiençias rreales e otros munchos maravedís e por estar tan gastado no tiene que pagar e suplica a su magestad para desempeñarse diese liçençia para dehesar alguna parte del término e para rrepartir y echar sisa en los mantenimientos e ansy paresçió a los ofiçiales e personas que se llegaron a el dicho ayuntamiento no era cosa conviniente ni que su magestad se sirviría aplicar la dicha cavallería para la dicha hermandad ni que tanpoco conbenya haçer ynobación de las hordenanças que están hechas para la conservaçión de los montes por las quales las dos partes son del ayuntamiento la una e la otra del pósito e la otra del juez que juzga e determina las dichas causas porque quien más trabaja en la conserbaçión de los montes son los jueçes y si ellos no oviesen de tener la una parte para el juzgar avría descuido que ay en los demás para la guarda y esto es cosa que ynporta muncho a esta villa e veçinos e porque la espirençia a mostrado que quando por particulares se guardan los montes e término e llos propios los destruyen y para rremedio deso se hiçieron e ordenaron las dichas hordenanças de las quales algunas dellas a suplicación deste yuntamiento su magestad tiene confirmadas e por las causas dichas su paresçer es que no conviene a el serviçio de su magestad que la dicha rrenta se aplique a la dicha hermandad ni que se haga ynobaçión alguna de las dichas hordenanças porque con solas las dehesas e portadgo que se suplica a su magestad mande haçer de nuevo y el rrédito que dellas podría auerse podrá dar a las personas que en esta villa pueden comprar caballos una ayuda de costa que en el primero ayuntamiento y con lo que en el dicho ayuntamiento se diputó e aplicó para la dicha hermandad los marauedís e ayuda de costa que pareze basta para sustentar el caballo y es todo lo que hera su pareçer e ansy pidió que no se dé el consyntimiento sin el otro y que si su magestad fuere servido de proveher otra cosa está presto de cunplirle e servir en todo a su magestar e lo firmo el bachiller juan lópez cantero miguel de rrupérez sindico dixo lo mesmo que el dicho señor bachiller juan lópez cantero miguel de rrupérez

(al margen: pareçer) e luego el dicho señor alfonso lópez rregidor dixo que no enbargante que el domingo pasado se hiço cabildo avierto y las neçesidades rreferidas después les pareçió a munchos de los señores que en el cabildo pasado se hallaron que lo que se pedía a su magestad era poco para que la cavallería fuese en aumento e no viniese en diminuçión e para este efeto se an vuelto ayuntar oy dicho día e les a parezido que la cavallería de sierra se deve dar a los dichos cavalleros para que entre ellos se sortee cada un año con ella y con el demás socorro de dehesas se anymen a thener e a sustentar cavallos como lo an hecho y hacen en la civdad de (ilegible) e villa de moya e alarcón e uª (Villena) e otras partes de la comarca que si no toviesen los dichos caballeros alguna rrenta de aventura como la dicha caballería de sierra que rrenta e suele rrentar hasta veynte mill mrs. aría poco a el caso el socorro que se le puede dar para el sustento de los dichos cavallos si no toviesen la dicha rrenta de caballería de propiedad con que aventurasen a mantenellos y quien quiere servir a su magestad deberá su intençión e mandatos todo lo a de aventurar pues con esto avrá munchos que de voluntad se aventuren a tener armas e caballos lo que no harán de otra manera y esto dixo que es su pareçer juntamente con lo demás acordado en este cavildo e lo firmo de su nombre pues con aplicar al dicho conçejo las dos partes que se les aplican se suelta la pérdida del dicho conçejo en dar la dicha cavallería alonso castellano alfonso lópez el dotor çapata martín matheo el bachiller merchante juan de atiença pedro clemente benito rrisueño Hernando çapata christóual de las heras juan de villanueva andrés despinosa escriuano

E yo el dicho andrés despinosa escriuano escriuano del ayuntamiento de la dicha villa de yniesta aprobado por su magestad presente fuy a todo lo mencionado de suso y lo fiz sacar y por ende en fee testimonio y berdad fiz aquí mi sino (signo) a tal en testimonio de verdad
andrés despinosa escriuano(rúbrica)



AGS, CC-Diversos de Castilla, libro 25, fol. 1. Expediente sobre formación de cofradías de 1572

miércoles, 21 de octubre de 2015

La cofradía de nobles de 1572: el caso de Iniesta

La posibilidad de establecer la cofradía de nobles en la villa de Iniesta fue discutida en sendos ayuntamientos de 6 y 8 de octubre de 1572. Pero si al primero asistieron los oficiales del ayuntamiento y cuantos vecinos quisieron llamados en pregón, en el segundo concejo abierto se procuró llamar a ciertos vecinos particulares, para después convocar al resto en pregón, aunque intencionadamente no se hizo lo segundo
Acudieron a este segundo cabildo Alonso Castellano, alcalde ordinario, los regidores Alfonso López, el doctor Zapata, Martin Mateo, Pedro Clemente, los fieles ejecutores bachiller Juan López Cantero, Benito Risueño y el alguacil mayor Juan Ponce. Este ayuntamiento decidió que se incorporaran al cabildo Hernando Zapata, Juan de Atienza, Manuel Ponce, Fabián de la Peña, Cristóbal de las Heras, Juan de Villanueva y Juan Risueño. A este reducido grupo de personas correspondió manifestar el parecer de la villa en torno a la institución de la dicha cofradía.

Los principales presentaban su villa como una población de alrededor de mil vecinos, excluido del recuento la población de sus aldeas, y en gran estado de necesidad. Entre los habituales males se citaban la pobreza de una villa, sin vecinos capaces de tener caballos ni menos sustentarlos; los pocos que había eran rocines de labor con que labraban las heredades. Era una villa parca en propios y con muchos gastos, entre los que destacaba el pago de los réditos de un censo de dos mil ducados, que no se había podido redimir. Eran habituales los repartimientos y las sisas impuestas a los vecinos para hacer frente a las obligaciones de la hacienda municipal y de las rentas reales.
El desglose de gastos que se hacía, nos da una idea del endeudamiento de la villa. Además del mencionado censo, se adeudaban 1.500 ducados del puente de Vadocañas, recientemente construido, y que en las Relaciones Topográficas la villa presentará con orgullo como uno de los mejores del Reino. 700 ducados eran adeudados a un canónigo de la catedral de Cuenca, que importaba unos réditos anuales de 70 ducados. Algunos vecinos habían prestado 70.000 maravedíes para sustento de los pobres de la villa y otros 300 ducados al propio concejo y se debía al pósito 30.000 maravedíes más. A ello había que sumar los gastos y salarios de letrados y procuradores por los pleitos en la Chancillería de Granada.

Dado el estado de las cuentas, no es extraño que Iniesta se prestará con voluntariedad a servir las armas de su majestad, declarando que se podría nombrar hasta una docena de hombres con posibilidades para comprar caballo. La contrapartida que se pedía era una serie de arbitrios que supuestamente irían a los gastos de establecimiento de la cofradía o, más bien, aprovechar la ya existente cofradía de Santiago que hacía innecesaria la redacción de ordenanzas o cualquier otra innovación. Calculado el gasto de los cofrades por aportación de caballo o armas en 15.000 maravedíes, lo siguiente sería obtener licencia real para disponer de arbitrios con los que cubrir esos costes y es de presuponer que, de paso, sanear las maltrechas cuentas de la villa.
No se dejó pasar la oportunidad para pedir licencia real para echar sisas sobre los vecinos y adehesar parte del término. Aunque no fueron estas las peticiones más atrevidas. Así, se solicitó un derecho de pontaje a favor de la villa sobre el nuevo puente de Vadocañas. Se pretendía cobrar por el derecho de paso un maravedí a cada persona, dos maravedíes si se iba montado a caballo y seis maravedíes a los carros; además se hacía extensivo el cobro al paso de ganados: de cada manada de ganado una rres y de çien cabezas abajo una blanca de cada rres. Se justificaba que se podría sacar del pontaje hasta 6.000 maravedíes por caballero.
Asimismo se pedía que del derecho de la caballería de la sierra, cuyo cobro iba a partes iguales para concejo y corona, ésta cediera su parte a la villa. También se pedía se cediera el derecho de portazgo, valorado en 6.000 maravedíes. En suma, la villa pedía la cesión de los derechos sobre paso de ganados y mercancías por el pueblo.
Finalmente se pedía se dejara arrendar a la villa dos dehesas, con lo que se esperaba alcanzar hasta 60.000 maravedíes. Estas eran las condiciones, que al igual que para otros pueblos, es de presumir que no aceptara la corona para instituir la ya existente cofradía bajo la advocación del apóstol Santiago, a la que se pretendía dar lucimiento con dos festividades anuales para el día del santo patrón y para San Miguel.