El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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Monday, September 8, 2025

El mayorazgo de los Portero (o de los Herreros)

 Ya vimos como la familia de los Herreros se dividió en dos líneas de sucesión desde muy temprano con dos hijos del patriarca Miguel Sánchez de los Herreros: la línea de Bernardino de los Herreros casado con Inés de Alarcón y la línea de Francisco de los Herreros casado con Elvira Carrasco. A esta primera alianza con la poderosa familia de los Carrasco de Albacete vino un segundo matrimonio del hijo Francisco con María Montoya y, luego, del nieto Jerónimo Carrasco de los Herreros con Jerónima Portero. Es este último matrimonio la base del poder económico de esta línea al heredar los bienes vinculados por la familia conquense de los Portero.

Si Pedro Portero el viejo y su mujer Ana de Moya habían vinculado y mejorado en un tercio y quinto, en 1573, a su hijo Pedro Portero el mozo con las casas, huerta y tinte de la calle Ancha de la capital conquense, este vínculo se irá mejorando con otros bienes. Así, Elvira Portero, hermana de Pedro el viejo y beata de la Orden de San Francisco había legado al vínculo las casas y heredamiento de la villa de Valera de Yuso. Al morir en 1601, estos bienes serán legados por Pedro Portero el joven a su hermana Jerónima Carrasco, de este modo, los bienes del vínculo pasarán a la familia sanclementina de los Herreros, pues Jerónima está casada con Jerónimo Carrasco de los Herreros y luego a su hijo Francisco de los Herreros. Los bienes, además del heredamiento y casas de Valera de Yuso, estarán centrados en torno a lo que hoy sería la calle de los Tintes y la albufera, anejas al río Huécar, lo que nos da una pista sobre las actividades de la familia: y vinculo en el dicho patronazgo una huerta, que yo tengo en la dicha ciudad, junto a las dichas casas y tinte del dicho patronazgo, que llega dende la dicha casa y tinte y hasta la azequia, que viene por las huertas de la Allufera y ansimismo unas casas que yo tengo y poseo en la calle de Carretería de esta dicha ciudad.

La herencia sería recogida por Francisco de los Herreros, consejero del Consejo de Hacienda  de la Contaduría Mayor de Hacienda, que, por testamento, de 18 de enero de 1650, agregó a este vínculo y patronato las tierras, cebadales y casa que la familia poseía en Villar de Cantos, desde el siglo XV, y fundó una memoria y aniversario en la capilla familiar de San Antón de la iglesia de Santiago Apóstol de San Clemente, dotada con diez ducados de un juro que poseía. Francisco de los Herreros será mandado enterrar en esta capilla. El ascenso social de Francisco de los Herreros debe bastante a su matrimonio Luisa Solorzano y a la influencia de su suegro. Al vínculo, Francisco de los Herreros añadía una pequeña casa en Cuenca y un censo de 61 reales de renta anual que poseía en Valparaíso de Arriba. Todos estos bienes constituirá "el mayorazgo de Portero"

Es de destacar estas alianzas de las familias sanclementinas con las burguesía y aristocracia conquense. Así los Villamediana con los Terreros o los Oma con los Conejero.


BNE PORCONES/277(18) 

Clausulas de los vinculos, y mayorazgos, fundados por Pedro Portero el Viejo, Numer.3. Pedro Portero, Numer.5. Francisco Portero, Numer.6. Don Francisco de los Herreros, Numer.11. y otros, sus unidos, y agregados, que vacaron por muerte de Doña Dorotea Sanz de los Herreros, Num. 22. su ultima Possehedora. Poder que dio para testar Pedro Portero el Viejo, Num.3. por Testimonio de Nicolàs de Valençuela, Escrivano Publico, y de el Numero de la Ciudad de Cuenca, en ella à 15. de el mes de Noviembre de el año de 1573




Sunday, August 31, 2025

EL MAYORAZGO DE LOS CASTILLO en ALTAREJOS

 El mayorazgo de los Castillo tiene como bienes constitutivos dejados en herencia por el alcaide Hernando del Castillo a Diego del Castillo, su hijo mayor, si bien dicho mayorazgo sería fundado después por los sucesores. En 1644 litigaban por el mayorazgo don Luis de Calatayud, señor del Provencio, y Diego de Inestrosa. Ambos eran descendientes del alcaide de Alarcón por dos líneas familiares: el primero, descendiente de su hija Leonor del Castillo y el segundo, descendiente de su hijo Alonso del Castillo. Es decir, la línea principal del mayorazgo y los descendientes del hijo mayor del alcaide de Alarcón, Diego del Castillo, se había quedado sin sucesión.



LÍNEA DE DIEGO DE INESTROSA

1.- Hernando del Castillo (hijo putativo de Alonso de Luz y natural de Violante González) y Juana de Toledo

   2.- Alonso del Castillo y Toledo y María de Inestrosa

      3.- Francisco del Castillo y Ana Cimbrón

            4.- Juan Pacheco y Elvira Cimbrón

                  5.- Rodrigo Pacheco y María Mendoza

                         6.- Iñigo Pacheco y Mendoza

                                 7.- Diego de Inestrosa o Pacheco

LÍNEA DE LUIS DE CALATAYUD

 1.- Francisco de Guzmán casado con Leonor del Castillo (hija del alcaide de Alarcón)    

            2.-Luis de Guzmán

                  3.- Diego de Guzmán

                        4.- Lorenzo de Guzmán

                               5.-Luis de Calatayud y Guzmán

LÍNEA DE DIEGO DEL CASTILLO

0.- Hernando del Castillo y Juana de Toledo

  1.- Diego del Castillo (señor de Altarejos) casado con Mayor de Guzmán

     2.- Francisco del Castillo y Beatriz Girón de Alarcón (funda mayorazgo 1536)

             3.- Diego del Castillo el cojo casado con Juana de Sandoval 

             3.- Luisa y Guiomar.

             3.- Francisca de Guzmán casada con Gil González de Quesada (funda mayorazgo 1563)

             3.- Fernando del Castillo casado con

                      4.- Bernardino del Castillo casado con doña Luisa de Guzmán (funda mayorazgo 1598)

                      4.- Diego Puertocarrero y María Castañeda

                            5,- Fernando del Castillo Guzmán (su testamento de 1644 da lugar al pleito)

                            5.- Bernardino del Castillo

                            5.- Beatriz del Castillo Portocarrero, monja dominica en Belmonte

                            5,- Francisca Guzmán, casada con don Luis de Calatayud (testamento 18 de junio de                                      1648)


INSTRUMENTOS

Testamento de Alonso del Castillo y Toledo, 16 de marzo de 1528. ante el escribano Francisco Fernández, que contiene inserto testamento anterior de 4 de febrero de 1516 ante Pedro de la Fuente, reconociendo por hijos a don Alonso, don Hernando, don Francisco, doña Juana, doña Ana, doña Elvira y doña Guiomar. Alonso del castillo y Toledo es patrón ochavo del convento de Nuestra Señora de Gracia de San Clemente, en este convento se guardaba el testamento.


Pleito sobre Perona, entre Alonso del Castillo y Toledo y el concejo de San Clemente, iniciado en 1517. El pleito será continuado por Alonso del Castillo e Inestrosa, Francisco de Mendoza y Juan Pacheco Guzmán

Pleito de los hermanos Castillo e Inestrosa (Alonso, Hernando, Francisco), iniciado en 1547 en la Chancillería de Granada, para ser considerados hidalgos de sangre. Obtienen en un primer momento sentencia favorable, pero es revocada en 1552. El pleito queda inconcluso, aunque lo proseguirán los hijos menores de Alonso (Ginés del Castillo) y Francisco (Hernando del Castillo), que no podrán demostrar que Hernando del Castillo, alcaide de Alarcón, fuera hijo de Pedro Sanz del Castillo del solar del Castillo en la Montaña santanderina.

Tabla del convento de San Francisco de San Clemente, donde están escritas las memorias de la obligación del convento, una que decía: don Alonso del Castillo, primer fundador del Ochauo, y doña María de Mendoza, Patronos, doña Eluira Zimbrón y sus herederos

Testamento de Hernando del Castillo, alcaide de Alarcón, y su mujer Juana de Toledo, dado en Alarcón, el 21 de agosto de 1501, ante el escribano Juan de Iniesta. Manda ser enterrado en Altarejos y fundar una capellanía en la aldea de Olmillos.

Testamento de Juana de Toledo de 24 de septiembre de 1507

Pleito de Alonso del Castillo con la villa de Alarcón por las dehesas de Villalgordo y La Losa. Por sentencia de 1526, la primera se adjudica a Alarcón y la segunda a Alonso del Castillo, con obligación de una pensión de 3000 maravedíes a favor de la villa de Alarcón.

Pleito sobre la evicción del heredamiento de la Almarcha, que había vendido Hernando del Castillo, alcaide de Alarcón. La sentencia de 1514 pone dicho heredamiento den cabeza de los hijos Diego y Alonso y sus sucesores, pero condenándoles a que devuelvan a los compradores 45000 maravedíes del precio del heredamiento. Los dos hermanos pedirán que se pague ese precio del los acostamientos que el marqués de Villena debe a su padre el alcaide de Alarcón. 

Testamento de 31 de diciembre de 1644 de Fernando del Castillo, último poseedor de los mayorazgos, encargando a sus hermanas doña Francisca de Guzmán y doña Beatriz Portocarrero (monja en Belmonte) que nombrasen en la sucesión a don Iñigo de Pacheco Mendoza, señor de la villa de Fresno de Torote y padre de Diego de Inestrosa

Amojonamiento entre Alarcón y Barchín, suscrito por Juan de Iniesta, escribano de Alarcón (1501-1512) y Alonso de la Parrilla, escribano de Barchín.

Recibo de doña Elvira Cimbrón de 27 de octubre de 1630, en Valera de Abajo. Escritura de donación a favor de la mencionada Elvira por don Fernando del Castillo, hermano de Francisca de Guzmán, mujer de don Luis de Calatayud. Entre los bienes, heredamientos, olivares, viñas y casas principales en el lugar de Tébar.


BNE, PORCONES, 183 (24). Diciembre 1644


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   RELACIÓN DE MAYORAZGOS DE LOS CASTILLO (RAMA DE DIEGO)

1.- Francisco Castillo de Guzmán, vecino de Alarcón y alcaide de su fortaleza, funda mayorazgo el 23 de diciembre de 1536 con los bienes de la villa de Altarejos, con jurisdicción civil y criminal y la escribanía de la villa, que poseía en favor de sus hijos y descendientes y de su hermano Fernando.

2.- Francisca de Guzmán, viuda de Gil González de Quesada, funda mayorazgos en su testamento de 3 de septiembre de 1563, dado en Granada. El primer mayorazgo con los heredamientos de Villagordo y la Venta de Haro en favor de su sobrino Bernardino del Castillo y Guzmán, hijo de su hermano Fernando del Castillo, y en sus sucesores y descendientes y a falta de ellos en favor de Diego Portocarrero. Un segundo mayorazgo con la mitad de la Noguera (cuatro ruedas y media de molino y media rueda de batán y la casa familiar y la media casa del molino y la mitad de la iglesia) y bienes de Motril y Salobreña en favor de don Diego del Castillo y Guzmán, su sobrino. En las clausulas originales se habla de heredamiento de Villagordo y Labur de Horro (venta de Haro). Los bienes de Motril y Salobreña irán destinados a la fundación de un convento 

3.- Bernardino del Castillo y Guzmán funda mayorazgo por testamento dado el 7 de febrero de 1598 con el heredamiento de Tresjuncos con otros bienes a favor de Fernando del Castillo y Guzmán, su sobrino y de sus hijos y descendientes y a falta de ellos en favor de don Bernardino, hermano del último. El mayorazgo incluye otro heredamiento y molino con una torre que llaman de la Membrillera. En total renta 700 fanegas de trigo anuales.

Todos estos mayorazgos caerán en la persona de Fernando del Castillo, que testará el 23 de diciembre de 1644, en Altarejos, y dejará la sucesión en Beatriz Portocarrero, su hermana mayor, y monja en el convento de Belmonte, continuando la línea de sucesión en la hermana menor, Francisca de Guzmán, si bien el heredamiento de Villagordo y venta de Haro, recaía en su sobrino Iñigo Pacheco y Mendoza, señor del Fresno de Torote. A continuación, con la muerte de Fernando en 1645, comenzará el pleito por la sucesión de estos mayorazgos.

Los contendientes a la sucesión son:

1..- Diego de Inestrosa, como hijo de Iñigo Pacheco

2.- Luis de Calatayud, señor de EL Provencio, casado con Francisca de Guzmán

3.- El convento de monjas de Santa Catalina de Sena de Belmonte, donde profesaba Beatriz Portocarrero.

La condición religiosa de Beatriz, hizo que el mayorazgo recayera en su hermana Francisca, pero al morir esta en 1648, fray Andrés Carrillo en nombre de la Orden de los Predicadores o Dominicos reclamará los mayorazgos para doña Beatriz y el convento de Belmonte, donde profesaba.

BNE. PORCONES 804 (39) y (41/3)



Saturday, July 26, 2025

Papeles varios

 Juan Sainz (o Sánchez) de Olmedilla es condenado por ciertas resistencias hechas a un alguacil, siendo alcalde ordinario de San Clemente, a pena pecuniaria, un año de destierro e inhabilitación para cargo público. El 22 de abril de 1524 es perdonado

AGS. CCA. CED. 67-760

Francisco de Castilla es el gobernador del marquesado de Villena, cuando se dan las villas de San Clemente, Albacete y Villanueva a la emperatriz (1526)

Pedro de Castilla sustituye como gobernador a Álvaro de Ayala en 1529

En 1530, el marqués de Moya todavía pide ser resarcido por los daños causados por algunas villas del marquesado de Villena en tiempo de las Comunidades. EL pleito se desarrolla en la Chancillería de Granada. 12 de marzo de 1530 (AGS. CCA. CED. 83-612)

Hernando de Acuña, vecino de Barchón, logrero, es decir, usurero, condenado en 60000 maravedíes (AGS. CCA. CED. 115-718)

El cinco de febrero de 1547 se alza el destierro de seis meses a Alonso de Pacheco por ciertas palabras livianas con Francisco García. Aunque ya antes había pasado a la villa de San Clemente a visitar a su mujer María de Aragón, enferma de muerte (AGS.CCA. CED. 117-89)

SE habla de ciertas "quistiones" que hubo hace dos años (en 1545) entre ciertas personas. Hay una condena de más de 34000 maravedíes a una lista larga de personas: Hernán Vázquez de Garnica, Sancho López el mozo, Francisco Zapata, Alonso de la Fuente, don Francisco Pacheco y don Francisco y don Juan su hijo, Diego de los Herreros, don Alonso Pacheco, Ginés del Cañavate, Gonzalo de Tébar, Alonso de Caballón, Diego de Orihuela, Juan Gutiérrez de Garnica, Fernando de Alarcón, Pero Xuárez el mozo, Ortega del Castillo, Sancho López el viejo (AGS: CCA: CED. 117-223)

Se habla el año 1547 de un delito que cometieron en Belmonte ciertas personas a los que tenemos por canteros: Juan de Oma, Domingo de Mestrauta (Mestraitua), Domingo de Regil y Antón Delgado y otros consortes, condenados a pagar 50000 mrs. y perdimiento de armas. (AGS. CCA. CED. 117-326)

El pleito de la escribanía de provincia se remonta a inicios de 1549

Diego de Montoya es condenado en 35000 mrs. por la muerte en septiembre de 1553 de su sobrina Isabel de Montoya, ambos vecinos de Vara de Rey. Año 1554 (AGS. CCA. CED. 123-238) Sin embargo, años después el que está sentenciado por la muerte es el hermano de Isabel, Pedro Montoya, que sería condenado a muerte (a degollar) y a perdimiento de bienes. En 1560, se le perdona la pena de muerte. En 1561, obtiene el perdón definitivo. AGS, CCA. CED. 149-904

Sancho del Castillo Vizcaíno condenado a cuatro años de destierro por cometer adulterio don la mujer de Sebastián Gómez, vecinos de San Clemente el año 1554 (AGS, CCA, CED. 124-234)

EL tres de mayo de 1566 se da licencia a la villa de Minglanilla para arrendar la mitad de un pinar, con ello se pretende ayudar a pagar los réditos del censo de 3260 , ducados tomados para pagar su exención de Iniesta como villa (AGS, CCA. CED. 128-475)

Francisco de Herreros, Miguel Vázquez, Diego de Haro, Hernán Vázquez de Haro, Sancho López de Herreros y Francisco Martínez, vecinos de San Clemente, están desterrados del pueblo el año 1561 (AGS. CCA. CED. 133-568)

Julio de 1559 se levanta el destierro de seis años a Ginés de Garnica, que venía cumpliendo desde septiembre de 1556, aunque los hechos se remontaban a la elección de oficios del año 1548 (AGS.CCa. CED. 135-274)

Francisco Martínez, mercader de San Clemente, condenado a un año de destierro (AGS, CCA. CED. 135-163). Año 1561

Se decide nombrar un escribano de comisiones el 4 de septiembre de 1564 (AGS. CCA.CED. 139-223)

Se deciden crear dos escribanos para las apelaciones ante el gobernador. 19 de marzo de 1566 (AGS. CCA. CED. 140-547)

Don Alonso Pacheco y doña María del Castillo, vecinos de San Clemente, son Bernardino del Castillo y don Diego del Castillo, vecinos de Alarcón, y don Juan del Castillo, como llamados al mayorazgo que fundó el doctor Pedro González del Castillo piden no se dé licencia para la pretensión de Antonio del Castillo Portocarrero de mudar la villa de Santa María del Campo Rus por otras en Salamanca (AGS; CCA; CED; 140-556). 9 de marzo de 1566

Título de alférez mayor de la villa de San Clemente. En un principio, el 16 de julio de 1559, el título de alférez mayor de la villa recae en el licenciado Guedeja, relator del Consejo, que renuncia a él. El 31 de agosto de 1565, el título pasa a Francisco Pacheco, que renuncia a su vez el 30 de mayo de 1566 en favor de Alonso Pacheco (este lo pasará en fecha indeterminada a su hermano Juan Pacheco Guzmán). AGS, CAD. CED. 141-562. En 1580, el título pasará a Juan Pacheco de Ludeña, que renunciará en favor de Juan Pacheco Guzmán, hijo de Diego Pacheco, en 1581 y lo detentará hasta su muerte en 1626 (AGS. CCA. CED. 156-457 y 158-309)

El licenciado Muñoz, procurador de la villa de San Clemente es apresado cerca de la corte de Madrid cuando llevaba unos despachos por el alguacil mayor Portillo de la Gobernación del Marquesado de Villena, bajo la acusación de ser luterano. El alguacil será condenado a cinco años de destierro e inhabilitación por acusación falsa (AGS. CCA. CED. 143-313). 8 de Agosto de 1565

Carlos de Guevara es condenado por su ejercicio del oficio de gobernador de Villena a más de 100000 mrs. Año 1565 (AGS, CCA. CED,144-310)

En 1570, Diego de Oviedo, vecino y regidor de la villa de San Clemente, solicita licencia a la corona para constituir un mayorazgo con sus bienes muebles, juros, bienes raíces y pan de renta en favor de su hija Inés Oviedo. El 10 de octubre 1570 se emite real cédula solicitando información de las circunstancias para constituir el mayorazgo (AGS, CCA, CED, 150-586)

Pedro Ruiz de Alarcón es nombrado alférez mayor de Vara de Rey en 1559. En 1580, cederá el título en favor de Pedro Ruiz de Alarcón (su hijo?),  AGS. CCA. CED.  156-414

De las 150 casas de moriscos repartidas a Huete se denuncia en 1574, que, tras darles permisos para comprar y vender, en otras zonas del marquesado y Andalucía, no han vuelto (AGS, CCA. CED. 261-345)

Pedro Villalba recluta 400 hombres en el marquesado de Villena y Reino de Murcia con destino a Italia. 1552 (AGS. CCA. CED. 287-590)

En agosto de 1543, antes del establecimiento de los regidores perpetuos (hasta entonces eran cadañeros)se pide un memorial al gobernador Francisco Méndez de Carbajal sobre que personas cumplen las calidades para ocupar las nuevas regidurías perpetuas y número de vecinos de cada villa para ver cuántos se estableces. 1 de septiembre de 1543 (AGS. CCA. CED. 288-616). el juez de residencia licenciado Mercado y el gobernador Pedro Martínez de Avellaneda completarán los informes el año siguiente.


La escribanía de rentas del marquesado de Villena (o media escribanía, pues comparte con otros distritos) ya aparece asentada en los años de 1540 -posiblemente mucho antes-, pero radica en la corte


María Castillo Portocarrero (señora de Valera de Abajo) pide licencia para vender las casas principales de San Clemente, dichas casas le han sido legadas por testamento de su padre en 1571 y forman parte del mayorazgo familiar constituido por su padre Hernando del Castillo e Inestrosa. 11 de junio de 1578. ¡ojo, con estas casas, pueden ser las casas de en la calle de las Almenas, que luego pasan a los Ortega y de ahí a los Sandoval y los Fontes (actual Hostal Milán I)! AGS. CCA. CED. 325-174

Juro de 200195 de renta de 20 al millar sobre las alcabalas de San CLemente, perteneciente al mayorazgo de Pedro González Galindo y que lo había sido de este y de Diego de Tébar. Ahora propiedad de la sucesora del mayorazgo Antonia Galindo. Curiosamente, el sucesor del mayorazgo es un hijo de Antonia llamado Andrea Piquinoti y Galindo, que hemos de suponer el primogenito, por delante de Benito que luego será conde de Villaleal.  13 de  febrero de 1655. (AGS. CCA. CED. 354-7699)

El vínculo de los Villamediana en Carrascosa del Campo

Los bienes vinculados que el licenciado Alonso Ruiz de Villamediana poseía en Carrascosa del Campo le venía de su matrimonio con doña Isabel Novillo de Terreros,la cual lo había heredado de su madre Jerónima de Terreros. Dichos bienes estaban vinculados a que se dijeran varias misas al año y estaban compuestos por unas casas en Carrascosa del Campo y algunos otros bienes raíces en ese pueblo: 3000 vides, una cueva bodega y jaraíz, 53 fanegas de tierras cebadales y 50.5 fanegas de tierras trigales. Esta hacienda era considerada por la familia de poco valor y difícil explotación por estar a 11 legas de San Clemente. Se pide licencia para venderlos y comprar otros en San Clemente para que puedan ser constituidos en el mayorazgo familiar.

AGS. CCA. CED. 323-453 

El mayorazgo de los Oviedo

 En 1570, Diego de Oviedo, vecino y regidor de la villa de San Clemente, solicita licencia a la corona para constituir un mayorazgo con sus bienes muebles, juros, bienes raíces y pan de renta en favor de su hija Inés Oviedo. El 10 de octubre 1570 se emite real cédula solicitando información de las circunstancias para constituir el mayorazgo (AGS, CCA, CED, 150-586)

Sunday, June 23, 2024

El mayorazgo de Pedro González Galindo

 Pedro González Galindo constituye mayorazgo el año 1634 por dos mil fanegas de trigo de renta del marquesado de Villena, las casas principales y accesorias de la calle Alcalá en Madrid, otras principales que hay en San Clemente (las de la calle Piquirroti) y demás bienes familiares. Dicho mayorazgo, de hecho suponía una división de los bienes entre sus dos hijos: Pedro González Galindo, casado con Aldonza Fernández de Castilla, y Antonia Galindo, casada con Francisco María Piquinoti. Cuando muere el padre Pedro González Galindo, su mujer María de Tébar había de quedar por usufructuaria de los bienes, sin embargo en la escritura de mayorazgo se incluía una cláusula por la que el otorgamiento de los bienes al hijo era supeditada al matrimonio con la referida Aldonza. En las capitulaciones matrimoniales además se incluía que hijo y nuera habían de recibir  mil ducados en concepto de alimentos hasta la muerte de los padres, pero también una cláusula que se dejaría sin efectos el mayorazgo si el matrimonio no tenía hijos, como ocurrió con la muerte de Aldonza Fernández de Castilla:

Con que sien vida de los dichos señores don Pedro Gonçález Galindo y doña María de Tébar su mujer y qualesquier dellos fallesciere sin hijos la dicha señora doña Aldonça Fernández de Castilla en tal caso puedan variar el dicho mayorazgo y fundallo en cabeça de cualesquier hijo o hijas que al presente tienen o tuvieren porque queda en su voluntad de lo revocar no tienendo hijos del dicho matrimonio el dicho don Pedro Gonçález Galindo su hijo, porque en este caso quedará por ninguna esta fundación de mayorazgo que se haze o hiciere como si no se hubiera hecho por vía de contrato de causa onerosa, porque su voluntad es que por ella sola adquiera derecho de irrevocabilidad la dicha señora Aldonça Fernández de Castilla mientras viviere y cohabitare con el dicho don Pedro Gonçález Galindo, su hijo y sus descendientes si los tuviere el matrimonio.

Esta cláusula y otra que que dejaba en manos de la viuda María de Tébar la disposición de los bienes como usufructuaria supondrían la exclusión del hijo de la posesión del mayorazgo y la apuesta por la línea sucesoria de la hija Antonia Galindo y su marido Piquinoti. La exclusión del heredero vino el año 1635, cuando la desgracia se abatió sobre la familia, primero con la muerte de Pedro González Galindo padre y luego de su nuera Aldonza Fernández de Castilla. La vía genovesa de los Piquinoti se imponía, pero sobre todo la familia se alejaba de San Clemente, vivía de sus rentas pero abandonaba el pueblo.

Por Pedro Gonzalez Galindo, marido de doña Aldonça Fernandez de Castilla. Con doña Maria de Tebar su madre, viuda de Pedro Gonçalez Galindo. Sobre el amparo de la possession que se ha dado al dicho don Pedro del mayorazgo. Porcones, Biblioteca de la Universidad de Sevilla. Madrid, imprime Andrés Parra, 1635, signatura A 110/114(21)


Tuesday, July 16, 2019

Los mayorazgos y hacienda de los Ruipérez de Villanueva de la Jara

  Esta relación de los mayorazgos de los Ruipérez ha sido posible gracias al estudio previo de este documento del AHN por Sebastián Hernández y Julia Toledo. Va esta pequeña aportación precedida de una pregunta ¿cuál fue el origen de la fortuna de los Ruipérez? Lo desconocemos, aunque sabemos de la cercanía de la familia al bando del Marqués de Villena y al alcaide de Alarcón, Hernando del Castillo, en el último cuarto del siglo XV. Y va también precedida de una recomendación, para entender el estudio de las familias jareñas y de todo el valle del Valdemembra es necesario conocer los estudios de Sebastián y Julia, los autores citados, y la consulta de su blog, cuyo enlace dejamos







Herencia testamentaria de Catalina Solera, viuda de Pedro Ruipérez,vecino de Quintanar, y madre de Alonso de Ruipérez difunto, de 12 de mayo de 1576


Pide ser sepultada en la iglesia de San Marcos de Quintanar, en la sepultura que tiene cerca del púlpito. Deja limosnas para la iglesia nueva de Quintanar, para que se dore el Sagrario, a la cofradía del Santísimo Sacramento y a las ermitas de Santa Lucía y de la Concepción. Dispone del patronazgo fundado por su hijo difunto Alonso Ruipérez , que cede a su muerte a su otro hijo Pedro Ruipérez, que se constituye en patrón de los siguientes bienes y los tiene por vía de mayorazgo


  • Casas principales de la villa de Quintanar, linde de los herederos de Juan Sánchez Serrano y de Aparicio de Almansa difuntos, 
  • Un cebadal en la Cañadilla de la Membrilla, en el término de Alarcón. linde de la casa que va camino de Alonso Martínez difunto y linde de haza de Martín Parreño, y de herederos de Juan Gómez de Barchín que cabe 16 almudes
  • Un cebadal en la cañadilla Carrasca Morena de siete almudes a la parte que va a la casa de Martín Donate el sordo y linde de haza de Benita de Monteagudo
  • Una haza cebadal en la Bahanilla de catorce almudes, linde con herederos de Martín Donate el sordo y Pedro Donate
  • Haza cebadal de siete almudes en la cañada en la Angostura, que linda con el camino que va a Tarazona y tierras de Juan de Gabaldón y Alonso López
  • Haza de cuatro almudes bajo de la Angostura, que linda con haza de Francisco Gómez y de Diego Pérez de Oviedo
  • Haza en la Matosa de 40 almudes trigales que lindan con hazas de Martín Parreño y de Alonso García el rico difunto y de Gabriel de Buendía y viña de Amador Cuartero
  • Haza en los bancales de Carrasca Morena, diez almudes de cebada, linde de Juan de Gabaldón, de Antón Martínez y de Martín Pérez
  • Haza cebadal de diez almudes en la cañadilla de don Gil, linde de viñas de Ginés López y Mari García y de Pedro Clemeinte
  • Cuatro almudes en la cañada orilla del camino de Tarazona, linde de hazas de Ginés López y Francisco Donate
El 14 de mayo de 1580 se anula la concesión del patronato a Pedro de Ruipérez y se concede el patronazgo a su nieto Andrés de Ruipérez, excluyendo a su otro nieto Pedro Ruipérez, hijo del anterior patrón. Además se incorporan los siguientes bienes:
  • La mitad de una era de trillar pan con la mitad del cebadal que está junto a la ermita de Santa Lucía





Vínculo y patronato de legos, instituido por Alonso de Ruipérez el viejo, vecino de Villanueva de la Jara,  4 de noviembre de 1594


Tras saldar cuentas con Juan Gómez de Pozoseco, Jerónimo Espínola (un genovés) y Tomás Clemente, instituye un vínculo con los siguientes bienes

  • Haza cebadal de nueve almudes, en la Vega, en el camino que va de Villanueva de la Jara a El Peral, junto a haza de la capellanía de Martín Gómez y Julián de Ruipérez
  • Una era junto a la ermita del señor San Idelfonso y linde de haza del Hospital
Con carga de tres misas perpetuamente, una cantada y dos rezadas


Vínculo y patronato de legos fundado por Benita Ruipérez, viuda de Juan Saenz de Pozoseco, vecina de Villanueva de la Jara, por testamento de 3 de noviembre de 1594

  • (Tierras de la Moheda, cedidas a su sobrino Julián Ruipérez, no vinculadas al patronato; se venden otras tierras en Quintanar)
  • Una haza, no vinculada la patronato, a favor del convento de Nuestra Señora del Carmen, en la Vega y linde con huerta de dicho convento
  • Un haza de veinte almudes, no vinculada a patronato, cedida a su sobrino Juan de Ruipérez, en lo hondo de la Cañada, lide con la Cabezada, con tierras de Martín Saiz Barriga y haza de la capellanía de Andrés López clérigo
  • Una haza en la Vega, linde huerta de Martín González, y otra haza donde dicen el palomar de Valera, camino de Pozoseco, linda con Agustín de Valera; las dos hazas de diez almudes de cebada
  • Media casa familiar integrada en el hogar familiar de su hermano Alonso Ruipérez
Carga de una misa cantada el día de San Idelfonso y cede cincuenta ducados al cabildo de la Limpia Concepción

Vínculo y patronato de legos fundado por Alonso de Ruipérez el mayor, vecino de Villanueva de la Jara, por testamento de 17 de septiembre de 1599

  • Una viña con su casa, que son más de dos mil vides, linde de viña de su tía Juana Navarro y en del Camino Real
  • En el llano de la Balsa y Vallejo y alrededor de la dicha viña, 28 almudes de tierras trigales
  • Al lado de la anterior, 4 almudes de tierra trigal
  • Otra tierra trigal a la mano derecha de la Balsa, la Cañadilla arriba, que es de 84 almudes que linda con el dicho camino e montes llecos y Millán García

Carga de tres misas, una cantada el día de Nuestra Señora de Agosto, y otras dos rezadas el día de Nuestra Señora de las Nieves y de Marzo. 

Pide ser enterrado en la capilla fundada por su abuelo Martín López de Tébar

Segundo vínculo y patronato de legos fundado por Alonso de Ruipérez el mayor, vecino de Villanueva de la Jara, por testamento de 16 de septiembre de 1599

  • Tres almudes de tierra en el alto del Villar, linde de Giraldo Borgoño y herederos de Francisco García y Simón López
  • Una haza trigal de 23 almudes en la hoya el Blancar, linde de herederos de Diego García y Juan de Sancho y el camino que va desde villa a casas de Ginés García
  • Una haza trigal de veintinueve almudes, junto a la casa de Simón Martínez, linde del mencionado y Tomás Clemente y camino que va a la casa de Simón Martínez
  • Una haza trigal de treinta almudes, linde del vallejo de los Bravos y la capellanía de Santana y herederos de Damián Peinado

Carga de dos misas, la una el día de San Martín y la otra el día de Nuestra Señora de las Candelas

Tercer vínculo y patronato de legos fundado por Alonso de Ruipérez el mayor, vecino de Villanueva de la Jara, por testamento de 16 de septiembre de 1599

  • Casas de morada en la calle Ancha, linde de Damián Peinado y Sebastián Martínez y dos calles públicas
  • Ocho almudes de tierra cebadal en la Vega. camino del Quintanar, linde con capellanía de Juan Tabernero
  • Siete almudes de tierra cebadal en la Cañada, cerca del majuelo de Villodre, linde del haza del Pie y de Catalina Monteagudo, y del camino de Quintanar
  • Cuatro almudes trigales en la Cabezada que linda con los Llecos
  • Huerta de arboleda en la Vega con la viña que en ella hay, que linda con huerta con Juan Saiz de Pozoseco
  • Tierra de 35 almudes trigales, linde herederos de Francisco García y Asensio Gómez
  • Sesenta almudes, que son veinte almudes en el Aguililla a la otra parte del camino que va de El Peral a la casa de Mari Simarro, linde con Sebastián Gómez y la Navarra
  • 25 almudes de tierra cebadal en las Eras Altas, linde con Olivares de Juan García del Olmeda
  • Cinco almudes cebadales en el Vallejo de Iniesta 
  • Tres almudes cebadales arriba de Santa Lucía, linde del camino de La Motilla y viña de Julián de Alcócer 
  • Dos almudes cebadales bajo de Santa Lucía, junto al camino de El Peral
  • Catorce almudes de tierra trigal, a la mano derecha del Calderón, linde de Pedro López de Tébar
  • 66 almudes de tierra trigales linde del camino que va de El Peral a las Casas de Mari Simarra, linde de herederos de Juana Navarro y Clemente Pardo
  • Diez almudes trigales bajo del carril que va bajo el arroyo a la parte de la casa de Sebastián Gómez, que linda con Jorge de Minaya y Martín Monedero y herederos de Miguel Ruipérez
  • 17 almudes trigales que ahora son cebadales en el vallejo de Vara de Rey, linde de herederos de Cosme García y camino que va a Gil García
  • Diez almudes trigales a la mano derecha del Aguililla 
  • Siete almudes trigales más abajo del camino del Palancarejo, linde del dicho camino, de Juan Mateo y Agustín Valera
  • Cuatro almudes de tierra trigal en la rada de Diego Simón, linde de Pedro Jiménez, Pedro García de Lope García
  • Cinco almudes de tierra trigal, a la izquierda del camino de los Tamarales y linde de herederos de Martín de Navalón, Miguel Martínez y Jorge de Minaya
  • Cuatro almudes de tierra trigal, junto al camino del Palancarejo, linde Juan de Mateo y Diego de Tresjuncos
  • 33 almudes de tierras cebadales y trigales en los Villares
  • Cuatro almudes trigales, linde del camino que va de El Peral a Gil García, linde de la de Contreras
  • Cinco almudes de la mano izquierda del camino de El Peral a Gil García, linde Catalina Monteagudo y la de Contreras
  • Ochenta almudes de tierra trigal a la mano derecha de la casa de Pedro Clemente y de la de Felipe García
  • Cuatro almudes entre el camino de Iniesta y el carril que va a la casa de Pedro Clemente, linde de herederos de Francisco García de Lope García
  • Seis almudes de tierra trigal en el lavajo los Salegones, linde de herederos de Juan de Engra (?) y el camino de EL Peral y el carril que va a los Villares
  • Ocho almudes de tierra cebadal en la cañada arriba de huerta de Francisco Cardos que linda con el camino de Quintanar

Vínculo y patronato de legos fundado por Martín de Ruipérez, vecino de Villanueva de la Jara, por testamento de 22 de enero de 1586

  • Unas parte de la casa que tengo en las casas de mi padre, linde de Julián Ruipérez mi hermano
  • 14 almudes de tierras trigales en la Moheda, linde de Tomás Clemente y de Juan Saiz de Pozoseco
  • Ocho almudes más adelante, linde de Giraldo Borgoño y Julián Ruipérez, su hermano
  • 27 almudes de tierra trigales  a la par del majuelo de Miguel Saiz de Honrubia, linde de Alonso Ruipérez y herederos y de Pedro Donate
  • Siete almudes y medio en la Cañadilla de la Olmeda, linde de Bartolomé Río
  • Once almudes de tierras plantadas de olivas en el camino de la Casasimarro y Benito García castrador
  • Cinco almudes junto a los anteriores, linde de Catalina Monteagudo
  • Seis almudes de tierras cebadales en la Vega a la par de la Cabezuela, linde de herederos de Alonso de Villena
  • Cinco almudes cebadales en la dicha cañada, linde de Alonso Ruipérez y herederos de Alonso Villena, y el cordel del Pobre
  • Siete almudes en el vallejo los Bravos, linde de Julián de Ruipérez y su hermana
  • Tres o cuatro almudes de tierra trigales junto a la casa de Alonso de Ruipérez, su abuelo, linde de Francisco Cardos y Juan López de Martín López
  • La mitad del pedazo de la hoya del Asno, que linda con las monjas de Santa Clara
  • Cuatro almudes de tierras cebadales bajo del Quintanar hacia Pozo Llorente, linde de herederos de Ana García, viuda de Esteban Espila
  • Una cañada de hasta mil viñas en la cañada de las Leguas, linde de Julián de Ruipérez 
Con carga de dos misas rezadas cada año y limosna de un real a las Ánimas del Purgatorio en el día de San Idelfonso

Vínculo y patronato de legos fundado por Juan Sanz de Ruipérez, vecino de Quintanar del Marquesado


Juan Sanz de Ruipérez había fundado mayorazgo en la villa de Quintanar. Los bienes integrantes de dicho mayorazgo eran unas casas junto a la ermita de la Concepción y unos cebadales junto a la Puente, sujetas a una misa cada mes y perpetua.  Disponemos de descripción de 1702 de los bienes que componían este mayorazgo
  • Casas desde la esquina que está al callejón del Sol de Mediodía, lindantes con casas de Martín de Iniesta y el licenciado Ignacio de Tovar con todo el corral y pajar que alinda con dicho callejón y los susodichos subcesores la puerta que diuide la parte de los corrales de las bodegas y puertas falsas y la cozina de los mozos que da fuera; la casa incorporaba una cueva.
  • Casas, huerta y cebadal de junto a Santa Lucía, viña y bancal de Carrasca Morena





Árbol de los Ruipérez de Villanueva de la Jara

Archivo Histórico Nacional,CONSEJOS,35175,Exp.2 - 222 - Imagen Núm: 222 / 676


Archivo Histórico Nacional, CONSEJOS, 35175, Exp. 2.  Pleito Antonio Cardós, presbítero y vecino de Villanueva de la Jara (Cuenca), contra Diego Rodríguez Ruipérez, vecino de Tobarra (Albacete) sobre la tenuta y posesión de los vínculos y mayorazgos fundados por Alonso de Ruipérez que vacaron por muerte de María de Ruipérez. Ante el escribano de cámara, José Gómez de Lasalde.


Friday, February 9, 2018

El mayorazgo de los Haro y los Ferrer de Plegamans

Casa de los Haro. San Clemente



Mayorazgo de don José de Haro: Relación de los bienes que componían el mayorazgo de Haro en aquella villa y en Villanueva de la Jara (Cuenca), y de los que componían el mayorazgo de Ferrer en la villa de Alarcón (Cuenca).

Don Joseph de Haro posee el maiorazgo que fundó don Juan de Ludeña y Haro que se compone de:

La torre de Haro, heredad término de Chinchilla de una legua de largo y media de ancho, término cerrado con monte alto y vajo, la dehesa y guarda para probeer caza y corta de leña. Tiene allí una buena casa para la auitación, tres casas para los labradores, venta para los pasageros, porque está en el camino real de Alicante, hermita y capellán cada día dice misa por el fundador.
Junto a esta heredad tiene otras dos sembraduras que llaman Peña Cárcel y Casa de la Peña.
La heredad de Mercadillos, término de Chinchilla.
Casablanca, media legua de Chinchilla.
Un censo de 10.000 ducados de plata contra Chinchilla.
Quatro oficios de rexidor y fiel executor de la ciudad.
La escriuanía del ayuntamiento de ella.
El patronato del convento de Santo Domingo de Chinchilla.

En Villanueva de la Jara, casas principales en la calle maior; capilla en la Iglesia al lado del evangelio. Dos oficios, uno de rexidor y otro de depositario general, con voz y voto.

La heredad llamada Pies de Asnos*, términos de Tarazona, Villagarcía y Madrigueras, en que ai sesenta almudes de tierra nueva y un carrascal coto cerrado

El oficio de almotazén y corredor de Tarazona, renta mil reales.

En la Atalaia la heredad de la Moraleja, con casa y quinientos almudes de tierra, en Cañadajuncosa otra heredad de 500 almudes

En Alarcón por el apellido Ferrer (de Plegamans) diez güertas, un molino harinero 1500 almudes de tierra, todo en la Olmedilla.

En Tévar, una legua de Alarcón, 500 almudes.

En Alarcón dos capillas: una al lado del evangelio y otra al de la epístola.

En Valhermoso, 800 almudes de tierra. 

En Valberdejo, jurisdicción de Alarcón: la heredad de los Castañedas y en su yglesia entierro en el presbiterio

Cien fanegas de trigo de renta sobre los molinos de Valdespinar en Júcar, término de Alarcón.

En las monjas franciscas de San Clemente de la advocación de la Asumpción provee de diez en diez años una plaza como sea de los apellidos Haro, Castañeda, Buedo y Montoya



Genealogía de don José López de Haro, caballero de Montesa, familiar del Santo Oficio y regidor de Chinchilla

Padres

Don Antonio López de Haro, natural de Chinchilla, y doña Ana Isidora Ferrer y Rosillo, natural de Villanueva de la Jara

Abuelos maternos

Don Juan Ferrer Plegamans, familiar del Santo Oficio de Villanueva de la Jara, y doña Francisca Rosillo y Alarcón, natural de Palomares


Genealogía de doña Catalina Antonia de Oma, natural de Vara de Rey, y mujer de José López de Haro

Padres

Don Eugenio de Oma y Pedraza, caballero de Santiago, regidor y natural de San Clemente, y doña Ana Antonia de Haro y Buedo

Abuelos paternos

Don Pedro de Oma y Arteaga, familiar del Santo Oficio y regidor de San Clemente, y doña María de Pedraza


Genealogía de los Haro (aportación de Valentín Casco Fernández)

1.- Diego López de Haro, señor del Busto, quien casa con Ginebra de Acuña. Padres de....
2.- Juan Alonso de Haro, casa con Aldonza Carrillo de Mendoza. Padres de...
3.- Juan Alonso de Haro, casa en Alcaraz con Catalina Aguado. Padres de ...
4.- Francisco López de Haro, casa en Ocaña con Leonor Bázquez. Padres de...
5.- Diego López de Haro, alcaide de los castillos de Chinchilla y Garcimuñoz, casa con Urraca de Ludeña. Padres de ...
6.- Fernán Bázquez de Haro, casa con María López de Herreros, obtiene carta de hidalguía de Granada para San Clemente, con fecha 22 de abril de 1532. Padres ...
7.- Juan de Ludeña y Haro, casa con Francisca Castañeda en Alarcón (ella aporta su carta de hidalguía). Padres de ...
8.- Antonio López de Haro, casa con Guiomar Buedo. Obtiene la segunda carta de hidalguía de Granada para Chinchilla, sobrecarta de la que obtuviera su abuelo para San Clemente. Padres de ...
9.- Diego López de Haro y Buedo, casa con María Castañeda. A él llega el mayorazgo al no tener descendencia su hermano mayor Juan de Ludeña y Haro con Mª Reina. Padres de ...
10.- Antonio de Haro y Castañeda, casa con Ana Isidora Ferrer de Plegamans,el 21 de octubre de 1653 (ella aporta carta de hidalguía). Padres de ...
11.- José de Haro y Ferrer, casa con Catalina de Oma y Haro (ella aporta su carta de hidalguía). José de Haro es el primer miembro de la casa que conocemos tomando el Hábito de Montesa, año 1700. Padres de...
12.- Antonio de Haro y Oma, mayorazgo por fallecimiento de su hermano Diego Julián, casa con Antonia Galiano. Padres de ...
13.- Joseph de Haro, n. 1747, casa con Juana de Oma. Padres de...
14.- Ramón López de Haro y Oma, n. 17 de julio de 1777, m. 21 de mayo de 1812, casa con Ana Núñez Robres, sus cuatro hijos quedan huérfanos siendo menores de edad. Padres de...
15.- Pedro López de Haro y Núñez de Robres casa con su prima Patrocinio Núñez de Robres, hija del marqués de Montartal. Padres de ...
16.- Federico López de Haro y Núñez de Robres, casa con Consuelo Maza de Lizana y Rovira. Padres de ...
17.- Pedro López de Haro y Maza de Lizana, casa con Enriqueta López de Haro, en 1899, Padres de Consuelo Y Gloria





*La aldea de Casa de Ferrer. Según Julia Toledo, perteneció a los López de Tébar

Real Academia de la Historia — Signatura: 9/309, fº 61 v. — Signatura antigua: D-34, fº 61 vº. Costados de Diego Julián López de Haro y Osma, Ferrer y Haro, vecino de Chinchilla (Albacete), nacido en 1695. [Manuscrito] Índice de la Colección Salazar y Castro, 27562Pertenece a la Colección Salazar y Castro de la RAH

Genealogía de los Haro de San Clemente hasta el siglo XVI

El primero que tenemos noticia desta casa, se llamó Francisco de Haro, que por memorias antiguas parece fue natural de Ocaña, casó con doña Leonor cuyo sobrenombre no ha llegado a mi noticia (Vázquez), fueron sus hijos Diego de Haro y doña Blanca de Haro, que casó en Ocaña con Iuan Heruás del Trigo, de quien ay sucessión.

Diego de Haro casó en San Clemente con doña Vrraca de Ludeña, de quien tuuo quatro hijos, que fueron Fernán Vázquez de Haro, Francisco de Haro que casó en San Clemente y  fue su hijo de Pedro de Haro. Doña Leonor de Haro y Dáualos que casó en Ocaña con Gonçalo Téllez Girón. Doña Ysabel de Haro. 

Fernán Vázquez de Haro casó en San Clemente con doña María de los Herreros, fueron sus hijos Diego López de Haro, Hernán Vázquez de Haro, Francisco de Ludeña Haro, Juan Ludeña de Haro (funda el mayorazgo arriba referido) , Miguel Vázquez de Haro, Antonio de Haro, doña Vrraca, doña Leonor de Haro, de los quales ay mucha sucessión en San Clemente, y otras partes que por no tener bien ajustada su descendencia no hago aquí memoria de ellos como lo haré auissándome en la segunda impressión**

LÓPEZ DE HARO, Alonso: Genealógico de los Reyes y Títulos de España. Luis Sánchez impresor real. 1622, pág. 426

** La genealogía de los Haro se complica más en San Clemente por el segundo casamiento de García Pallarés en segundas nupcias con María de Haro

Yten dejo por mis hijos y legítimos herederos e sucesores a Velasco de Pallarés y a Dª Catalina de Pallares y a Dª Ysabel de Monroy mis hijos e de mi primera muger Doña María de Sotomaior y a mis hijos Diego López de Haro y a Dª María de Pallarés y a Dª Urraca i a Dª Beatriz hijos ansimismos de mi segunda muger Dª María de Haro, los que les quiero y es mi voluntad que ayan y hereden mis bienes, así como legítimos herederos y sucesores

RAH, Colección Salazar y Castro, M-171, fol. 1-3. Testamento otorgado por García de Pallarés, alcaide de Chinchilla. 12 de junio de 1521

Sunday, November 5, 2017

Los Piquinoti contra la villa de San Clemente: la ruina de la Hacienda municipal







La Hacienda municipal de San Clemente ya dio síntomas de agotamiento desde finales del siglo XVI, pero la villa aún tenía liquidez para hacer frente a sus obligaciones.Sin embargo, las crisis de subsistencias del cambio de siglo y la terrible peste de 1600 dejaron a la villa exhausta. En auxilio de la villa llegó don Pedro González Galindo. Era un indiano llegado rico de las Indias, por sus méritos y por su matrimonio con su prima María de Tébar, nacida en la Ciudad de los Reyes. Bien acogidos en la Corte, especialmente su dinero, no lo fueron tanto en su villa de origen. Los sanclementinos nunca olvidaron sus orígenes ligados a la familia conversa de los origüela. Hubo un momento que los González Galindo y los Tébar parecieron dominar el pueblo. Don Pedro se hizo reconocer como regidor perpetuo y familiar del Santo Oficio, salvó a la villa, prestándole diez mil ducados de plata en 1607, en una operación de consolidación de deuda que hizo más llevadero el pago de intereses de préstamos anteriores. La fortuna hizo sonreír a la familia, que compraba bienes raíces de incomparable valor en las fincas de Matas Verdes o de las Cruces. Pero entonces llegaron las envidias, el entorno familiar volvió a sufrir las acusaciones de judaísmo. Pronto el cerco se cerró sobre el más notorio de los origüela, el doctor Cristóbal de Tébar, que para salvar su cuerpo más que su alma, hizo donación de sus bienes para la fundación en la villa de un Colegio de la Compañía de Jesús. El lugar elegido sería la iglesia de Nuestra Señora de Septiembre, donde residía la cofradía del mismo nombre, en la que los origüela trataban de limpiar sus orígenes y presentarse como cristiano viejos.

Mientras los sueños de Pedro González Galindo comenzaban a desmoronarse. Había pensado en dejar su emporio económico a su hijo Pedro, pero su matrimonio con Aldonza de Castilla fue un fracaso. La relación entre padre e hijo se agrió, especialmente después de la muerte de Aldonza sin hijos. Así la herencia familiar recayó en la hija Antonia González Galindo, casada con uno de los principales banqueros del reinado final de Felipe IV, Francisco María de Piquinoti. Antonia pronto enviudaría, ante la repentina muerte de su marido Francisco María, que se había vuelto loco al perder su fortuna. Pero la fortuna de los Piquinoti sobrevivió, salvada por Andrea Piquinoti, cuñado de Antonia, llegado desde Amberes para rescatar los negocios familiares. La herencia de los Piquinoti se dividiría entre sus cuatro hijos. Uno de ellos, Benito González Galindo Piquinoti heredaría el mayorazgo fundado por su abuelo Pedro González Galindo y parte de los bienes de la casa genovesa de los Piquinoti. Así la historia de una familia genovesa de banqueros, los Piquinoti, quedó ligada a la villa de San Clemente. Sin embargo, para los sanclementinos el apellido Piquinoti, o piquirroti, como maliciosamente se les llamaba, era sinónimo de origüela. El odio popular se transformó de una familia a otra. En San Clemente, los condes de Villaleal, título que de Carlos II consiguió para la familia Benito Galindo, eran los odiados piquirroti, que tenían sometida a la villa, incapaz de pagar los intereses de un censo de 10.000 ducados



El censo de diez mil ducados de plata prestados por Pedro González Galindo en 1607 estaba integrado como un bien más en el mayorazgo que fundó, junto a su mujer María de Tébar y Aldana, poco antes de su muerte en 1634. Dicho mayorazgo estaba constituido a la altura de 1697, una vez incorporados los bienes que servían de garantía del censo de los diez mil ducados, por
unas casas prinzipales que están en la dicha villa de Madrid en la calle de Alcalá junto al monasterio de las Ballecas, dos zensos que paga el Colegio Ymperial de la Compañía de Jesús de dicha villa de nueue mill ducados de plata de prinzipal y sus réditos zinco mill reales de vellón en cada un año, un juro sobre una casa que llaman del Salbador que está en la calle Maior de dicha villa de zinco mill y quinientos reales de prinzipal y sus réditos doszientos y setenta y zinco reales de vellón cada un año, un juro de nobenta y zinco mil setezientos y seis marauedís de renta a el año situado sobre yerbas del Maestrazgo de Alcántara, unas casas prinzipales en dicha villa de San Clemente, los oficios de escribanías del número de dicha villa, los oficios de correduría y almotazenía de dicha villa, un molino arinero que llaman del Conzejo en la ribera del río Júcar, la dehesa de la redonda en término de la dicha villa, un juro de mill nuebezientas y zinquenta fanegas de trigo situado en las tercias reales de dicho partido de San Clemente y Marquesado de Villena por priuilexio en cabeza de Pedro González Galindo, un oficio de rexidor perpetuo de deicha villa, el patronato del Colegio de la Compañía de Jesús della, una capilla en el convento de San Francisco della, un zenso de veinte mill ducados de principal en plata ympuesto con facultad real sobre los estados de los Vélez y Molina que corresponden de renta en cada un año doze mill y zien reales de vellón, otro zenso contra don Matheo de Villanueva y consortes vezinos de la villa de Tébar de zinco mill y doscientos reales de principal con poca diferenzia y de renta en cada un año socientos y setenta y tres reales poco más o menos, otro zenso contra el conzexo y particulares de la villa de la Roda, otro zenso contra el conzexo y particulares de la villa de Villarexo de Fuentes, una heredad en el sitio que llaman Matas Verdes en término de Villarrobledo, una viña de quatro aranzadas y media en término de San Clemente y qualesquier rentas y efectos que parezieren ser de dicho mayorazgo

El 29 de septiembre de 1668 llegan a San Clemente desde Madrid el escribano Juan Romanco de la Vega y el alguacil Eugenio de Villalobos. Llevan consigo una real provisión que les ordena un cometido claro: cobrar los 156.247 reales que el concejo de San Clemente debe a don Benito Galindo Piquinoti. En su cometido han de contar con el apoyo del alcalde mayor de la villa, el licenciado Francisco Morlote de Alvear, que, en su testimonio, nos presenta una villa que vive un clima de alteraciones. Él mismo acaba de salir de una excomunión; la razón no es otra que haber sacado por la fuerza a varios retraídos de la iglesia de Santiago, donde se habían refugiado tras cometer un asesinato.

La hacienda local de San Clemente estaba arruinada. Desde los años cuarenta, e incluso antes, la guerra y la presión fiscal habían derivado los ingresos de los bienes propios del concejo a sostener el esfuerzo bélico de la Corona. La crisis de comienzo de 1600 había destrozado las finanzas locales de una villa, que ya desde 1580 vivía del empréstito. En auxilio de la misma llegó Pedro González Galindo y su préstamo de diez mil ducados, en reales de plata, pero ahora, el ayuntamiento de San Clemente se vio impotente para pagar los réditos de este censo. El censo tomado a un interés de catorce al millar, es decir, cerca de un siete por ciento, se había renegociado a un interés más favorable del cinco por ciento anual, a pagar en moneda de vellón. Aún así con crisis de los años cuarenta, San Clemente no pudo hacer frente a los pagos. Se hizo precisa una nueva concordia de 1647, firmada entre el concejo de San Clemente y el segundo marido de Antonia Galindo, Pedro de Velasco y Echauz, donde la insuficiente rebaja de los réditos fue sustituida por el compromiso de destinar durante nueve años dos tercios de las rentas de unos propios, ya muy adelgazados, para pago de los réditos del censo. Pero la villa de San Clemente no pudo hacer frente a los pagos. El doce de junio de 1666 estalló la crisis financiera: la villa de San Clemente fue conminada a pagar los cerca de 1600 ducados que adeudaba de los réditos del censo de Pedro González Galindo hasta septiembre de 1665 y de los intereses acumulados por los retrasos. Dos años después llegarían escribano receptor y alguacil dispuestos a ejecutar la deuda.

El escribano Romanco de la Vega se alojó en la llamada Casa de las Comedias. Pero su actuación no era nada teatral. Para pagar las cantidades adeudadas a Benito González Galindo, se pusieron en almoneda varios bienes propios del concejo: la casa, ingenio, barca  y ejido de los molinos de la ribera del Júcar, la renta de la almotacenía y correduría y la escribanía pública. Un pregonero apostado en uno de los arcos de la galería del Ayuntamiento anunció a comienzos de octubre la venta de los propios de San Clemente. A su lado, el escribano y alguacil, pero también el todopoderoso don Rodrigo de Ortega y el presbítero Andrés de Matilla. La solidaridad se mostró entre los vecinos de una villa tan herida como arruinada y nadie del pueblo hizo postura en la almoneda. La subasta al mejor postor había fracasado, se imponía una tasación previa de bienes.

Daba fe de la ruina de la villa, su mayordomo de propios, José de Gomar, que, para el año que iba de San Miguel de 1666 a 1667, reconocía por ingresos unos misérrimos doce reales. La defensa de la villa frente a Benito Galindo Piquinoti la llevó el regidor Sebastián Cantero de Astudillo, que alegó que los Piquinoti podían advocar sus derechos sobre el usufructo de los propios, pero no sobre la propiedad de los mismos. Pero Benito Piquinoti también tenía quien llevara su causa en la villa, correspondiendo la defensa de sus intereses al clérigo José de Ortega y Rosillo, su primo, que procuró nombrar tasadores para valorar los propios de la villa. Quizás, el mismo nombramiento de los tasadores ya mostraba en sus nombres el aislamiento de Benito Piquinoti en la villa de San Clemente. Francisco Ovejero era un maestro de obras de molinos del lugar de Picazo; los otros tres eran ancianos sanclementinos de la época del abuelo Pedro González Galindo. Diego Martínez Alcaide era un antiguo comerciante que había hecho fortuna en los tiempos de guerra como abastecedor del ejército, Juan de Castañeda, un escribano, dedicado a la administración de las rentas reales, y Pedro Montoya Vizcarra había estado ligado a los arrendamientos de las dehesas del pueblo y del propio molino. Otro clérigo, Juan Rosillo Ángel, presentaría el seis de octubre la primera postura por los bienes del concejo (1). El clérigo no era sino el testaferro de un vecino de Salamanca, llamado José de Encinas y Figueroa, del que poco sabemos, salvo que a la sazón se encontraba en Motilla del Palancar ejecutando las deudas que dicha villa tenía pendientes por el servicio de millones. José de Encinas y Figueroa era uno de esos hombres que se situaba a medio camino entre los administradores surgidos en el contexto de las superintendencias nacidas en 1648 y aquellos que confundían sus oficios públicos con sus intereses privados, cuya hacienda procuraban engordar, aprovechándose de unas villas desvencijadas por el inhumano esfuerzo fiscal y militar soportado desde los años cuarenta.

Los amigos de la familia Piquinoti en San Clemente eran asimismo administradores de los intereses reales en la villa. Diego Martínez Alcaide era arrendador de impuestos, de la alcabala del viento y el cuatro por ciento; con pocos amigos en el pueblo, tenía a dos de sus hijos presos por una causa criminal. Las presiones obligaron a Diego Martínez a renunciar a la tasación e igual proceder siguieron el resto de los tasadores nombrados. Nuevos tasadores fueron propuestos por los Piquinoti, entre los nuevos arrendadores de los propios de los últimos años: Francisco Ballestero el mayor, maestro de obras, Juan López Chicano, arrendador de propios, Antonio Martínez, escribano del ayuntamiento, y Julián Herráiz, mayoral de pastores, y buen conocedor de las dehesas del pueblo. Antonio Martínez declinó el papel de tasador por encontrarse entendiendo, como escribano de comisiones, en un caso de falsificación de moneda en el lugar de Rada y la villa de Iniesta y quizás, con más razón, por haber entendido del asunto de las deudas contraídas con Piquinoti, como escribano de los autos proveídos por el alcalde mayor Morlote Alvear.

A pesar de la imposibilidad de conseguir tasadores, la subasta se reanuda el 15 de octubre de 1668. La postura del salmantino Juan de Encinas Figueroa, que mejoró la puja de su testaferro Juan Rosillo Ángel, hasta doscientos mil reales por los bienes concejiles, causó gran desagrado en el pueblo. El regidor Sebastián Cantero de Astudillo sólo reconocía una deuda de cincuenta mil reales por impagos en los últimos nueve años. Los llamamientos del pregonero Juan del Paraíso a nuevas posturas desde los arcos del ayuntamiento se sucedieron los últimos días de octubre. Nadie acudió. Mientras José de Ortega y Rosillo, el hombre de Benito Galindo Piquinoti en la villa, pedía se hiciera efectiva la postura del salmantino Juan de Encinas para el dos de noviembre. El ayuntamiento de San Clemente, reunido de urgencia la tarde del sábado tres de noviembre consigue retrasar la ejecución de los bienes de la villa hasta el día seis. El caso es que llegado el día seis ni José de Encinas se presenta ni otro postor presenta puja alguna. Entretanto, el concejo sanclementino ha fiado la salvaguarda de sus propios a una tasación de sus bienes que dé fe de un valor superior al que se ofrece en la puja. El 19 de octubre se tasará el molino, a partir del tres de noviembre el resto de bienes propios.

De todos los bienes propios de San Clemente, el molino de la ribera del Júcar, en el término de Sisante, llamado el molino del Concejo, era el más querido. Comenzadas las obras en 1514 por mandato del concejo sanclementino, las mismas corrieron a cargo del cantero vasco Pedro de Oma. Su construcción era un símbolo de la libertad de la villa frente a los monopolios de carácter feudal de la familia Castillo, alcaides de Alarcón. Pero a la altura de 1668, el molino, que, situado a medio camino entre Sisante y Casasimarro, había contribuido al crecimiento de estos pueblos, presentaba un estado calamitoso a ojos de los tasadores Francisco Ovejero y Francisco Ballestero. Una riada del río Júcar en 1667 había llevado a su arrendador Pedro Montoya Vizcarra a abandonarlo.
an visto el molino arinero que está en la ribera del Júcar y la casa y portales que está en el término de Sisante y el exido y yslas, que está el exido de este cabo del molino y llega al río y la ysla está entre el río y el caz, y ansimismo an visto dos hazas que son como todo lo demás referido propios desta villa, las quales están de la otra parte del río como se va desta villa de San Clemente a Casasimarro, que alindan con la uereda que baxa de dicho Casasimarro al río y por la otra parte con güertas del lizenciado Ruypérez, vecino de Casasimarro, todo lo qual según el estado en que oy está lo tasan en ochenta y dos mill y quinientos reales de vellón que es el verdadero valor que todo lo susodicho tiene en propiedad en que se yncluye el derecho de poder tener barca que su sitio della está junto a la casa por la parte de arriba donde ay una cal y canto y un árbol grande que no ay otro en todo su contorno como aquel porque al presente no ay barca, maroma ni los demás ynstrumentos nezesarios para usar della; y declaran que el dicho molino al presente está yermo sin que lo asiste persona alguna y la puerta del dicho molino y casa todo abierto con lo qual cada día vendrá en menos valor, en especial en este tiempo que está ymediato el ynvierno, que con las aguas será preciso que las ruinas se aumenten

Ubicación del molino del Concejo, entre Sisante y Casasimarro
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Imagen de la isla formada por el río Júcar, donde se ubicaba el molino de San Clemente
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Vista detallada antiguo molino y casas y hazas anejas
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En rojo, ubicación del molino del Concejo, propiedad de la villa de San Clemente. Aunque aparentemente las propiedades se se situaban en los términos de Sisante y Casasimarro, en realidad, el término era de Alarcón
Mapas y minutas del Instituto Geográfico Nacional




La tasación del molino en ochenta y dos mil quinientos reales era desorbitada para un ingenio que no estaba en uso, pero tal valoración perseguía apartar de la puja hecha al salmantino José de Encinas, que decidió desistir de la postura hecha. Las almonedas celebradas el nueve y diez de noviembre quedaron desiertas. A decir de José Ortega y Rosillo, no ay quien compre dichos bienes ni habrá quien quiera comprarlos por temor de no enemistarse con el ayuntamiento.

Tan interesado como el ayuntamiento en dejar desierta la subasta estaba Benito Galindo Piquinoti, sabedor que los propios del concejo de San Clemente, o parte de ellos, acabarían en sus manos. El conflicto jurídico estaba servido: el ayuntamiento consideraba que la ejecución solo afectaba a las rentas; Benito Galindo Piquinoti, a la propiedad de los bienes. El diez de noviembre el joven caballero de Alcántara pide se le adjudiquen el molino y propiedades anexos, la almotacenía, la correduría y las escribanías del número y del ayuntamiento. Dos días después el juez Juan Romanco de la Vega dicta sentencia adjudicando en venta judicial a Benito González Galindo la propiedad de una parte de los bienes propios de la villa de San Clemente: el molino y anejos, la almotacenía y la correduría
debo adjudicar y desde luego adjudico para en propiedad del dicho pago a el dicho don Benito Galindo Piquinoti y a quien por él fuere parte el molino arinero que está en la ribera del Júcar, casa y portales que están en el término de Sisante, que está de esta parte del molino y llega al río y la ysla que está entre el rio y el caz; y dos hazas que están de la otra parte del dicho río, en el camino que va de esta villa a Casasimarro, y alindan con la vereda que baja de dicha Casasimarro al río, por una parte, y por otra con güertas del lizenciado Ruy Pérez, vezino de dicho Casasimarro, que todo lo referido es propio de esta villa y está tasado en ochenta y dos mil y quinientos reales de vellón; y ansimismo adjudico a el susodicho los oficios de correduría y almotaçanía de esta villa en propiedad que son propios de esta villa y están tasados en settenta mil reales de vellón
El valor de los bienes adjudicados, 152.500 reales de vellón, no llegaba ni siquiera a  cubrir la totalidad de la deuda contraída con Benito Galindo Piquinoti: 156.247 reales de vellón y 18 maravedíes de los réditos del censo, a los que había que añadir 437 reales y 17 maravedíes de costas judiciales. No perdonaría Benito Galindo los 3.747 reales y 18 maravedíes restantes. El pago se haría sobre el arrendamiento del molino del último año. Mientras, para formalizar estos flecos de la venta judicial y dejar atados todos los cabos con el ayuntamiento, actuará como asesor en las operaciones el licenciado Lucas Mateo Fernández. Cuando el 5 de diciembre se hace tasación de costas y salarios la cantidad adeudada ha subido a 299.311 maravedíes, más de 8.800 reales. La deuda seguiría acrecentándose. El resultado es que Benito Galindo Piquinoti se haría por venta judicial con la propiedad de la escribanía en 1677 y con la dehesa redonda en 1686.

La venta judicial de los propios suponía una merma financiera para la villa que sería un elemento de primer orden para explicar el estado de postración de la villa. Pero hubo gestos simbólicos que fueron tanto o más importantes. Así cuando se entregaron los patrones de pesos y medidas de la villa, en posesión del arrendador de la almotacenía, a José de Ortega y Rosillo, representante de Benito Piquinoti
el qual (el almotacén Nicolás de Peñaranda) puso de presente el marco, pesos y medidas siguientes: una media arroba de arambre  para medir vino, un quartillo y medio quartillo de barro, un quartillo y media azumbre, de arambre, para medir miel, media libra y quarterón de oja de lata para medir azeite, un marco que dijo ser de quatro libras de peso con su balanza para contrastar las pesas, seis pares de balanzas viejas echas pedazos que no se puede usar por estar en dicha forma, una pesa de yerro de dos libras, otras tres pesas de 1 libra de yerro, otras dos pesas de yerro de a media libra, medio zelemín de madera herrado y medio quartillo de lo mismo sin herrar, una caja de madera para padrón de las varas de medir, una media fanega de nogal herrada para medida por donde se ajustan las demás desta villa, un cuño en que ay una que es la señal de que usa esta villa para marcar los pesos y medidas que se corrijen con los dichos padrones 



La villa de San Clemente nunca aceptaría la enajenación de los propios de 1668 y recurriría la decisión del juez y escribano receptor Juan de Romanco de la Vega ante el Consejo de Castilla. Por fin el 6 de octubre de 1728 conseguiría la nulidad de la venta judicial de 1668. El conflicto había seguido latente todos estos años. Desde 1681, la villa de San Clemente se había negado a pagar los réditos del censo, acumulando una deuda con los Piquinoti para el periodo de 1681 a 1729 de 207.900 reales. Incluso todavía se adeudaban 4.243 reales de la venta judicial de 1668. A la ruinosa situación de la Hacienda municipal de la villa de San Clemente se había intentado dar salida con un concurso de acreedores de 1672, pero la situación se había complicado sobremanera. Al concurso se presentó don Fernando Manuel Piñán de Zuñiga, beneficiado de Nuestra Señora de la Antigua de la ciudad de Sevilla, y heredero del censo de 6.000 ducados de plata que don Pedro Piñán había prestado a la villa de San Clemente. Fernando Manuel Piñán pidió el secuestro y reserva de bienes municipales, que pasarían a su administración directa, para hacer efectivo el cobro de los réditos de su censo. El cobro de los censos de los Piquinoti y Piñán entrarían en colisión. Hubo un nuevo concurso de acreedores en 1702, pero la cruenta realidad de la Guerra de Sucesión lo dejó en papel mojado.

Los Piquinoti reavivarían el pleito el 15 de enero de 1731 para recuperar las deudas atrasadas. Pero esta vez se querellarían tanto contra el concejo de San Clemente como contra los herederos de los Piñán. El detonante para la querella de los Piquinoti ha sido un auto del ayuntamiento de San Clemente de 12 de diciembre de 1730 decretando el secuestro de los bienes y rentas de los Piquinoti en la villa, intentando volver al concurso de acreedores de 1702, que no diferenciaba adscripción de bienes propios diferenciados y reservados para el pago de deudas a los acreedores y retomaba el control municipal de todos los bienes (incluidos los de la venta judicial de 1668 y posteriores, que solo se declarará nula en 1728) para hacer frente a los pagos. Los Piquinoti conseguirán de la justicia derogar el acuerdo del ayuntamiento de San Clemente de 12 de diciembre de 1730 por sentencia de 18 de mayo de 1741, haciendo valer el reconocimiento de sus deudas.

El quince de julio de 1741, el heredero de los Piquinoti, Juan Francisco Galindo Piquinoti, hijo de José Joaquín Galindo Piquinoti y nieto de Benito, decide hacer efectiva hacer la sentencia de la Chancillería de Granada de 18 de mayo y envía a Francisco Collar a negociar y ajustar con el ayuntamiento de San Clemente las cantidades que por las rentas de la almotacenía, correduría y escribanía se deben desde tiempos de su abuelo. En realidad, hay por ambas partes intención de llegar a un acuerdo para terminar con un conflicto que ya dura un siglo. Así, en la reunión del ayuntamiento de la villa de 29 de julio de 1741 se decide nombrar un contador a Francisco Antonio Cifuentes Mazo para liquidar cuentas con los Piquinoti, que nombraban su contador propio en la persona de Hipólito Francisco Jericó. En la distensión del conflicto contribuyó que los Piquinoti trocaran el interés por las deudas del concejo de San Clemente por otra disputa: la herencia de Andrea Piquinoti, el hermano de Francisco María y cuñado de Antonia Galindo, cuyos bienes no se integraron en le mayorazgo fundado por su padre y de los que eran legitimos herederos los cuatro hijos de Antonia. Pero los auténticos protagonistas que asumieron la responsabilidad de dar una solución final a tan largo conflicto fueron los regidores Juan de Espila Perona y Sebastián Belmonte.

En la liquidación de cuentas del concejo de San Clemente con los Piquinoti, la villa de San Clemente alegó que debía descontarse las ganancias de los bienes propios adquiridos por los Piquinoti en ventas judiciales desde 1668. Así los molinos harineros, por ejemplo, había sumado a la casa Piquinoti unas rentas anuales de 3.300 reales, la dehesa redonda, seiscientos reales, la correduría y almotacenía, 2.200 reales anuales, la escribanía en 2.650 reales anuales. Tales valores de arrendamiento no eran fijos en los diferentes años pero si estimativos. De tal modo que la escribanía no siempre se arrendaba en un único titular que la subarrendaba en otros escribanos, así a partir de 1712 se tendió a arrendamientos individuales entre los diez y ocho escribanos que la servían por una cantidad fija de cien reales, o al menos esta era la cantidad declarada, sin duda unfravalorada, ante la Contaduría mayor de rentas en manos de los Melgarejo. Lo que no cabe duda es que los Piquinoti exprimieron las rentas enajenadas a su favor de la villa de San Clemente. Una muestra es que para el período 1706 a 1716 los ingresos recibidos por el arrendamiento de la almotacenía y correduría ascendían a 787.292 maravedíes, es decir, algo más de dos mil ducados.

La liquidación de cuentas entre el concejo de San Clemente y los Piquinoti se formalizó el 30 de octubre de 1741 y comprendió el período comprendido entre el año 1629 y el año 1740. El censo de los diez mil ducados de plata imponía un interés próximo al siete por ciento, pero en la concordia de 1647 se decidió un nuevo interés del cinco por ciento, quinientos ducados, nuevamente rebajados en 1706, por una pragmática que afectaba a todos los censos, a un interés del tres por ciento, trescientos ducados:

  • Para el período de 1629 a 1638, 46.750 reales de réditos
  • Para el período de 1638 a 1647, 52.250 reales de réditos, más 4.000 reales de costas. Sumados a los anteriores hacen un total de 103.000 reales, que fueron reconocidos por la villa en la concordia de 1647.
  • Para el período de 1647 a 1705, 319.000 reales
  • 285 reales de prorrata de los réditos del año 1705, desde 18 de julio hasta que se decide en agosto de ese año bajar los intereses al 3 por ciento
  • 3.119 reales de prorrata de los réditos desde 17 de agosto de 1705 hasta misma fecha de 1706
  • Para el período de 1706 hasta 1728, 72.600 reales de vellón
  • 731 reales de prorrata de réditos desde 17 de julio hasta seis de octubre, fecha de sentencia de nulidad de las ventas judiciales de los propios de la villa.
  • 24.050 reales de los pagos hechos entre 1668 y 1728 al censo de doña Isabel de la Cadena, de 800 ducados de principal, por haberse sacado de las rentas de los propios embargados al censo de los Piquinoti
La liquidación de cuentas no sería aceptada por el concejo de San Clemente, que no reconocía las deudas que los Piquinoti pretendían de la memoria de Isabel de la Cadena, y se quejaba de las abultadas rentas que los Piquinoti habían ganado de la administración de los propios en el tiempo que los habían poseído tras la venta judicial. Pero San Clemente no quería avenirse a una solución, detallando las partidas que denunciaba. Simplemente, no quería pagar. Por los datos aportados por el Archivo Histórico de San Clemente tenemos noticias que el pleito entre la villa y los Piquinoti seguía en la década de los sesenta y que en 1786 se ajustaban cuentas para redimir el censo. En todo, este intervalo de tiempo los Piquinoti, llamados por el pueblo los piquirroti, que denunciaba sus orígenes conversos, procedentes de la familia origüela, eran el centro de las iras y el odio exacerbado del pueblo. Desde Antonia Galindo, la madre de Benito Galindo Piquinoti, el I Conde de Villaleal, ningún miembro de la familia había osado pisar la villa. Mientras, su casa palacio de San Clemente, el hogar familiar de Pedro González Galindo y su mujer María de Tébar y Aldana, permanecía en ruinas, como sigue hoy en día, con su vieja portada y escudo de armas familiares. Era el símbolo de la pervivencia de los origüela, de cuya sangre todos los sanclementinos querían renegar, pero ninguno podía olvidar.


Anexo. La Hacienda municipal hacia 1665

La hacienda municipal de la villa de San Clemente había menguado muy rápidamente desde comienzos del siglo. El patrimonio municipal, los llamados bienes propios, se habían vendido en los años treinta y cuarenta para hacer frente a las exigencias fiscales y militares de la Monarquía hispánica.  Todos estos bienes estaban hipotecados desde 1607, cuando la villa los ofreció como garantía en el censo de diez mil ducados de Pedro González Galindo. Por entonces, el valor de los mismos se había detallado de la siguiente manera:

  • La escribanía pública de la villa, con una renta anual de 600 ducados (225.000 mrs.), y que en el futuro garantizaría el pago de intereses.
  • La escribanía del ayuntamiento.
  • La caballería de la sierra, de los pinares, montes, dehesas y términos baldíos, con una renta anual de 100 ducados (37.500 mrs.)
  • Almotacenía, 200 ducados (75.000 mrs.).
  • Correduría, 300 ducados (112.500 mrs).
  • Los aprovechamientos de los dos pinares en los caminos de Munera y Villarrobledo, el monte de encinas del Cadozo y San Ginés, camino de Villar de Cantos y Santa María del Campo.
  • Las rentas de los sitios y hornos.
  • Los censos perpetuos sobre las heredades y tierras de la cañada de camino de Villarrobledo.
  • Renta de 12.000 maravedíes sobre los oficios de fieles ejecutores.
  • Penas impuestas en virtud de ordenanzas.
  • El molino harinero, una barca en la ribera del Júcar, en término de Vara del Rey, que rentaba 100.000 maravedíes anuales.
  • Las casas del cabildo y ayuntamiento.
  • La casa de la carnicería, red de peso, cámaras y graneros para pósito y alholí.
Hacia 1625, la rentas procedentes de los propios presentaban una situación mucho más boyante, que garantizaba el pago de los réditos del censo de diez mil ducados de Pedro González Galindo.
  • Escribanía pública, que sirve diez o doce escribanos, valor de 20.000 ducados, renta anualmente, 231.776 mrs. 
  • Escribanía del ayuntamiento, consumidas (vendidas a particulares), valor de 2.000 ducados, renta anual, 0 mrs.
  • Correduría y oficio de corredor, valor de 5.000 ducados, renta anual, 80.000 mrs.
  • Renta de la almotacenía, valor de 4.000 ducados, renta anual, 70.000 mrs.
  • Caballería de la sierra para guarda de los montes, términos y vedados, valor de 3.000 ducados, renta anual, 75.000 mrs.
  • Renta perpetua: Censos contra vecinos impuestos sobre tierras de la Cañada de Santa Ana, valor de 1.000 ducados, renta anual, 16.000 mrs.
  • Dos oficios de fieles ejecutores, servidos por dos regidores, pagados con penas de cámara, valor de 2.000 ducados, renta anual, 12.000 mrs.
  • Casa de los molinos harineros en la ribera del Júcar, valor de 10.000 ducados, renta anual, 136.000 mrs
  • 1/3 de las cortas de montes, pinares y dehesas, valor indeterminado, renta anual, 20.000 mrs.
  • Dehesa de Alcadozo, valor indeterminado, renta anual, 13.600 mrs.
  • Dos montes de encinas y pinares en los caminos de Villarrobledo, valor indeterminado, renta anual, 27.200 mrs.
  • Monte de encinas de Alcadozo y otro de Villar de Cantos (arrendada la bellota junto a la de las encinas ubicadas en los pinares, valor indeterminado, renta anual, 136.000 mrs.
  • Dehesa y pinar de la hoya de la Cierva, que es monte de encinas, pertenecientes a las heredades de Villalpardillo, valor indeterminado, renta anual, 34.000 mrs
  • Sitios yermos, ejidos de Rus, heredad de Casablanca, valor indeterminado, renta anual, 20.000 mrs.
  • Renta que pagan los abastecedores de carnicerías por el abasto y uso de la dehesa carnicera, valor indeterminado, renta anual, 53.256 mrs.
  • Alhorí de la villa, 2.000 ducados (valor de trigo y dinero), renta anual,  0 mrs.
  • Pósito de Alonso de Quiñones, 10.000 fanegas de trigo, no hipotecables a deuda alguna, renta anual, 0 mrs.
  • Casas de la cárcel, casas de su cabildo e ayuntamiento y las casas de las carnicerías y pósito, valor indeterminado, renta anual, 0 mrs.
TOTAL RENTA DE LOS PROPIOS: 954.834 mrs.

Así, podemos definir la hacienda municipal de la villa de San Clemente como una hacienda desahogada, pero a partir de los años treinta, las dehesas comenzaron a arrendarse, primeramente, y enajenarse después, cuando no, caso de Villar de Cantos, pasar a jurisdicción señorial de los Ortega. Los ingresos de las dehesas fueron a parar a sostener el esfuerzo bélico de la Monarquía, después se sumaron el caudal e ingresos del pósito. Las rentas, como la correduría, la almotacenía y la propia escribanía, que dependían del número de transacciones y negocios, decayeron paralelamente al declinar de las actividades comerciales de la villa. San Clemente fue incapaz de hacer frente a los pagos. Hemos citado anteriormente el testimonio de José Gomar, mayordomo de propios, que reconocía en el balance anual de su arca apenas doce reales, que desaparecieron tan pronto como ingresaron.

Los principales ingresos del ayuntamiento hacia 1665 procedían del arrendamiento de unos pocos bienes propios: la escribanía, la almotacenía, la correduría, la dehesa de Villalpardillo y el molino de la ribera del Júcar. El molino todavía procuraba al concejo 128.919 maravedíes anuales cuando Pedro Montoya Vizcarra lo arrendó en el período de 1664 a 1668. Los escribanos pagaban desde 180 a 700 reales por el ejercicio de la escribanía del número, pero el importe de dicha renta había disminuido por ser ejercida por menor número de escribanos. A decir del escribano Juan de Castañeda el valor de las escribanías del número y ayuntamiento no distaba en 1668 del valor que tenían en 1598, cuando la villa las compró por ocho mil ducados; cifra muy alejada de los veinte mil ducados en que serán valoradas un cuarto de siglo después. La correduría y almotacenía sería valoradas en 1668 en alrededor de 70.000 reales de vellón, considerándose que la renta anual no iba más allá de 1500 reales de vellón. Rentas muy minusvaloradas desde comienzos de siglo.

La villa tenía además de propiedades dos obligaciones principales, que respondían a dos censos contraídos en el pasado. Uno era el mencionado censo de diez mil ducados de Pedro González Galindo; el otro era un censo a favor de los herederos de Isabel de la Cadena, por el que la villa pagaba unos réditos anuales de 982,5 reales de vellón.




(1) La postura de Juan Ángel Rosillo, que actuaba en nombre de don José Encinas Figueroa,  se desglosaba del siguiente modo:

  1. Por el molino, casa, barca y ejido de la ribera del Jucar, 50.000 reales de vellón (punto de partida de la subasta 40.000 reales)
  2. Por la almotacenía, 35.000 reales (punto de partida 30.000 reales)
  3. Por la correduría, 25.000 reales (punto de partida, veinte mil reales)
  4. Por la escribanía, 55.0000 reales (punto de partida 50.000 reales)
  5. Por la dehesa de Villalpardillo 30.300 reales (punto de partida 30.000)

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA (AChGr). 01RACH/ CAJA 845, PIEZA 11. Pleito entre la villa de San Clemente y los Piquinoti o condes de Villaleal por los réditos de un censo. 1741