El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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sábado, 21 de octubre de 2023

¿ESTABAN EXENTOS DE TRIBUTAR LOS HIDALGOS?

 Fama tenían de ello, pero tal hecho no era una generalidad, los expedientes reducen esa exención a algunos tributos como los servicios, la moneda forera o el chapín de la reina, estando obligados a pagar otros impuestos indirectos como la alcabala, que tenía un carácter universal.


La contribución o no contribución de los hidalgos dependía de la tierra donde vivían. Así, en Belmonte o en Castillo de Garcimuñoz, regidos por el fuero de Sevilla, tributaban al igual que los pecheros, pero es que en estos pueblos estaba obligado a pagar impuestos hasta el marqués de Villena cuando residía en ellos. Era el mismo marqués el que pagaba unos impuestos que exigía a sus vecinos, hasta un total del cinco se reconocen a finales del siglo XV´.

Sin embargo, la lucha de los hidalgos por su exención cobró especial importancia en las dos primeras décadas del siglo XVI. Dicha exención iba dirigida al no pago de ciertos tributos concejiles, que de antaño tenían un carácter universal. Eran los impuestos destinados al reparo de puentes, caminos, pozos, alcantarillas u hornos y en pleitos por términos. Bien es verdad que en estos casos, en los repartimientos que se hacían existían libros separados de pecheros e hidalgos, aunque no siempre. Sonados fueron los conflictos en San Clemente e Iniesta por los repartimientos de impuestos a los hidalgos con motivo de los molinos del Concejo y del puente de Vadocañas mediada la década de 1510.

Los hidalgos veían como oprobioso el tener que pechar o tributar junto a los hombres llanos. Tal humillación le debió parecer al marqués de Villena tributar en Belmonte que vendió las tierras que poseía en la villa y con el dinero de la venta decidió fundar el hospital del San Andrés. Una muestra más que la munificencia no nace siempre del corazón, sino de la faltriquera.

"Que el marqués de Villena avía pechado, contribuido con los buenos hombres pecheros de la dicha villa e le ponían en sus padrones fasta tanto que avía dado çiertos bienes que tenía a un ospital de Santo Andrés que tenía en la dicha villa (de Belmonte) por no ser pechero"

Un caso similar era la familia Patiño, una familia de hidalgos. El abuelo Martín Hernández Patiño, tenía bienes en Belmonte por los que tenía que pechar, al igual que el padre, pero el nieto, Martín Patiño, los había trocado por bienes en el Hinojoso de la Orden con un pechero para no tributar.

sábado, 6 de agosto de 2022

La aldea de Almonazarejo y los Patiño de Cuenca

 Patiño es apellido muy extendido en la provincia de Cuenca y presente en la villa de Santa María del Campo Rus. Atribuido a orígenes gallegos, por lo que a mí respecta he visto el apellido por primera vez en 1414 ligado a un vecino y escudero, presente como testigo por la villa de Castillo de Garcimuñoz

Se nos conserva la ejecutoria de hidalguía de un tal Juan Patiño, morador del lugar de Tarancón, que inició su pleito de hidalguía el año 1508 y que nos permite saber un poco más del apellido. En Tarancón, se había establecido el siglo anterior el padre de litigante, Juan Patiño el viejo, hacia 1498. A los Patiño se les tenía por casa solar el lugar de Almonazarejo, a una legua de Villarejo de Fuentes, allí vivía, hacia 1460, Lope Patiño el abuelo de la saga con una tal Mari Muñoz, una vecina de Montalvo, donde la pareja había vivido un año para volver luego a Almonazarejo. El hijo, padre del pleiteante, se casaría en el mismo lugar a comienzos de la década de 1480 con Mari Sánchez de Molina, de cuyo matrimonio nacería Juan Patiño, que se afincaría con sus padres en Tarancón. Alonso Cabeza, vecino de Villarejo de Fuentes, nacido en la década de 1440, llevaba la memoria de la familia hasta el bisabuelo, Juan Patiño al que recordaba desde mediados de la década de 1450 y conocido como hombre hidalgo, y se tenía constancia de los Patiño en Almonazarejo desde el rebisabuelo, probablemente el mencionado escudero Garci Patiño

El caso es que Juan Patiño, morador en Tarancón vio reconocida su hidalguía el 18 de mayo de 1509 y obtuvo carta ejecutoria de hidalguía el 2 de marzo de 1512.


ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS DE HIDALGUÍA,  304-569-1