El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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sábado, 3 de febrero de 2024

El señorío de Valera de Arriba

 SANTA MARÍA DEL CAMPO RUS, VALERA DE ARRIBA Y EL SEÑOR DE ALARCÓN

Tras el título de esta entrada se esconde la vinculación de este ilustre personaje conquense con ambas villas. O al menos de sus descendientes. Santa María del Campo Rus anduvo entre señores y deseos de ser villa de realengo, sueño que disfrutó por un período corto de tiempo, desde 1579 a 1608. La libertad comprada por los santamarieños en 1579, por 16000 ducados, se convirtió en pesadilla por no poder pagarlos. Los beneficiarios serían los sucesores del señor de Alarcón, viejo héroe de las guerras de Italia, cuyos herederos intentaron crear dominios propios en tierra de Huete, y en torno a Palomares de Campo, pero que en el devenir de los tiempos forjarían su señorío (con ayuda inestimable del marqués de Villena y duque de Escalona) en torno a Valera de Suso, la actual Valeria, y luego Santa María del Campo Rus. 15000 ducados daría el de Villena a Diego Ruiz de Alarcón para pagar en 1570 la villa de Valera de Suso, que había adquirido su padre Fernando; con el tiempo los viejos dominios del fundador y su prestamera de Palomares serían olvidados y, en una historia de permutas, los Ruiz de Alarcón serían señores de Santa María del Campo. Para diferenciarse de tan dilatada familia, estos Ruiz de Alarcón sería llamados los Fernandos, por el padre de Diego y por el primer señor de Alarcón.

El primer progenitor de la casa sería el llamado señor de Alarcón, descendiente de los Ruiz de Alarcón de Valverde (vid. árbol inferior). Era hijo de Diego Ruiz de Alarcón, vecino de Palomares, y doña Isabel de Llanes y Santoyo. El señor de Alarcón, marqués del Valle y héroe de las guerras de Italia, antes de morir en 1640 dividió su patrimonio: La herencia de Italia para su hija Isabel y la herencia de España caería en su hijo (y de Juana de Nápoles), el comendador de San Juan, Fernando de Alarcón, nacido en 1510, que fue bailío de Lora, de la orden de San Juan y en quien recaería los heredamientos y las casas de Palomares, Moncalvillo y el lugar de la Torre. La herencia pasaría a su hijo segundo Diego, que por trueques haría del señorío de Valera la casa familiar. El señorío de Valera había sido adquirido por el padre y otorgado en vida a su hijo en 1560.
Pero la historia de la familia y sus raigambres quedarían testimoniados en los patronatos que conservaban en varias poblaciones de la provincia de Cuenca:
  • Capilla de la parroquial de Palomares de Campo, a la mano derecha del altar mayor, donde está enterrado Francisco de Alarcón, obispo de Córdoba y señor de esta villa.
  • La capilla mayor de Nuestra Señora de la Sey en Valeria, primera catedral de Cuenca, donde está enterrado el bailío de Lora y primer señor de Valera de Suso y donde se han enterrado el resto de señores de la Casa.
  • Capilla en la misma catedral de Cuenca, en la parte del Evangelio, entierro del maestrescuela Sebastián de Covarrubias, hermano de la mujer del segundo señor de Valera de Suso
  • El Capítulo del convento de Santo Domingo de Huete, fundación de Isabel, hermana del Señor de Alarcón, en virtud de bula plomada recibida en 1527 del papa Clemente VII, estando bajo la guarda del señor de Alarcón en el castillo de Santángelo con motivo del Saco de Roma. Reedificada después por el obispo de Córdoba.
  • La capilla mayor del convento de la Santísima Trinidad de Santa María del Campo Rus, reedificada por el obispo de Córdoba.
Escudo de los Alarcones o Fernandos: Las armas de Ceballos y Alarcón, trayendo por orla cinco bandera y dieciocho piezas de artillería que el marqués Alarcón ganó a los franceses el año 1524






Informe o Memorial del origen, calidad, y sucession de la Casa de los Señores de Valera, Santa Maria del Campo, Pobeda, La Torre y Passerilla, su apellido, Ruiz de Alarcon, cuyo es el Mayorazgo de Niño y Zuñiga de Maçarambroz en Toledo... / escribele Don Alonso de Alarcón..

Copia digital : realizada por la Biblioteca de Andalucía
Sign.: [ ]2, B-O2, P1
Esc. xil. en D2 v.

Biblioteca Pública del Estado - Biblioteca Provincial de Córdoba — Signatura: 29-144 — Nº de registro: 1000101 — Código de barras: 1111110001517





domingo, 13 de agosto de 2023

GENEALOGÍA DE LOS RUIZ DE ALARCÓN

 Los Ruiz de Alarcón descienden de Hernán Martínez de Ceballos, procedente de las Asturias de Santillana, su divisa son tres hojas negras en un campo de plata. Floreció Hernán Martínez de Ceballos en tiempo del rey Alfonso que venció en las Navas de Tolosa, hallóse en la toma de Cuenca a los moros, año 1176, cuando ganó Alarcón, donde según memoria antiguas se señaló y mostró más que otro ninguno, de cuya causa tomó el apellido de Alarcón, por haberse hallado en la empresa poniendo sobre sus armas una cruz de oro en campo de sangre con orla de ocho aspas de oro en campo azul, por haberse día de San Andrés. Fue este caballero alcaide de Alarcón, está sepultado en esta villa en la iglesia antigua de San Juan, donde hay algunas antigüedades por este linaje, especialmente un escudo antigua de guerra con las armas de los Alarcón y una bandera que se tiene por cosa cierta que la ganó Hernán Martínez de Ceballos a los moros; está su sepultura dentro de una reja de hierro en medio de la capilla mayor, junto a las gradas del altar mayor y en otras dos tumbas altas dentro de la misma reja hay las mismas armas.

LOS RUIZ DE ALARCÓN, SEÑORES DE VALVERDE

Martín Ruiz floreció reinando don Sancho el cuarto de este nombre, fue muy principal en la comarca de Cuenca, sucedióle su hijo Hernán Martínez de Alarcón. 

Hernán Martínez de Alarcón fue en tiempo de Alfonso Onceno, gozó el señorío de Valverde el cual ha permanecido en sus sucesores, se verifica la sucesión por la escritura de donación hecha a él por la villa de Alarcón el año 1325 del término de Valverde y asimismo por una escritura de posesión de su lugar de Talayuelas, año 1352. Tuvo por hijo a Martín Ruiz de Alarcón.

Martín Ruiz de Alarcón, señor de Valverde volvió a incorporar a su casa el señorío de Talayuelas en el obispado de Cuenca, habíase perdido siendo de sus pasados, porque se lo tomó don Juan Manuel a estos caballeros, el cual lo mando restituir según una escritura del tenor siguiente

"Sepan cuantos esta carta vieren como yo don Juan Manuel, hijo del infante don Manuel, adelantado mayor de la frontera por hacer enmienda a Dios, y otrosi aquellos que alguna cosa tomé contra su voluntad; tengo por bien y mando que el lugar de Talayuelas con sus pertenencias, montes y herbajes, sea tornado y dado y restituido a los herederos de Hernán Martínez de Alarcón, etc.,..data en el Castillo a 26 de marzo de la era de 1356 (año 1318), ante Sancho Rins su secretario procuró y adquirió Martín Ruiz de Alarcón este señorío por haber sido sus pasados según consta por la escritura de ello a dos de agosto de la era de 1390 ( año 1352). Anduvo este caballero en la guerra contra los moros y fue cautivo, empeño parte de su señorío para su rescate como consta por la partición entre sus herederos en 14 de abril del año 1375, está sepultado en el monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe. Casó tres veces: la primera con Francisca Herraiz, la segunda con Teresa Sánchez y la tercera con Constanza Díaz. De la primera vino Fernán Ruiz de Alarcón, de la segunda no dejó hijos y de la tercera Juan Ruiz, que murió sin sucesión.

Hernán Ruiz de Alarcón fue señor de Valverde, Talayuelas y Veguilla de las Truchas, muy buen caballero y principal en la comarca de Cuenca, casó con Elvira Ruiz de Castelbranco, hija de Lope Ruiz de Castelbranco y de Elvira Sánchez, fueron sus hijos, según parece por la escritura de partición que hicieron de sus bienes año 1375:

  • Martín Ruiz de Alarcón, de quien vienen los señores de Valverde
  • Garci Ruiz de Alarcón, de quien proceden los señores de Buenache
  • Alvar Ruiz de Alarcón, de quien proceden los señores de Almodóvar
  • Pedro Ruiz de Alarcón, de quien proceden por línea de hembra los Jarabas, señores de Huelmes (Huércemes)
Martín Ruiz de Alarcón, señor de Valverde, Talayuelas y las Veguillas sirvió al rey don Enrique el Tercero, el cual confirmó por los muchos y leales servicios que le había hecho las donaciones de los pueblos que están referidos, según consta por el privilegio, data en Burgos a 20 de febrero año 1392, confirmóle después la jurisdicción de ellos, año 1395. Se hace mención en otros privilegios de su padre y abuelo, antecesores, casó con doña Mari Alonso Carrillo, hermana del cardenal don Alonso Carrillo, hijos de Gómez Carrillo y doña Urraca de Albornoz, de quien vienen los señores de Torralba y Beteta. Hay testamentos de Martín Ruiz de Alarcón y de doña Mari Alonso Carrillo y de Martín Ruiz, a 8 de mayo año 1423; el de doña María a 8 de diciembre año 1451, fueron su hijos
  • Hernán Ruiz de Alarcón y Martín Ruiz de Alarcón, que murieron sin sucesores
  • Lope de Alarcón de quien vienen los señores de Valverde
  • Don Juan Carrillo de Alarcón, arcediano de Cuenca
  • Pedro de Alarcón
  • Garci de Alarcón
  • Mosén Alfonso de Alarcón, de quien vienen los señores de Valera de Yuso
  • Gómez de Alarcón
  • Constanza de Alarcón
  • Doña Teresa
  • Doña María 
  • Natural a Diego de Alarcón de quien proceden los marqueses de la Valle Siciliana
Lope de Alarcón, señor de Valverde, fue doncel del rey don Juan el segundo, hace de él mención en su crónica en muchos capítulos, fue muy valeroso, le sirvió en las diferencias y contra los infantes de Aragón, por cuya causa le destruyeron la villa de la Veguilla (de las Truchas) y su fortaleza, la cual después se reedificó. Le envió el rey don Juan a percibir como uno de los generosos del Reino para las guerras como parece por una de las cédulas reales, data en Madrid a 11 de abril de 1442. Le sirvió de embajador para el Reino de Valencia como consta por la carta de creencia, su data a 10 de febrero de 1449; tuvo a su cargo las fortalezas de Alarcón, Iniesta y El Cañavate, como lo habían tenido sus pasados. Se hizo de este caballero gran confianza y así el Almirante y el conde de Paredes y otros Grandes del Reino procuraron de concordarse con él y tenerlo de su parte, según refieren las crónicas, digo, escrituras de concordia selladas de estos señores, porque fue muy señalado y valeroso. Casó con doña Constanza Barba, hijo de Pedro Barba Campos y de doña María Quijada y nieta de Ruy Barba, hermano de Juan Barba y Luis María, todos hijos de Ruy Barba, que murió peleando contra los portugueses en la batalla de Aljubarrota, como aparece por la crónica del rey don Juan, consta de este matrimonio por la carta de dote y por el testamento de 1472, a 19 de enero, que dejó por hijos:
  • Diego de Alarcón
  • Pedro Ruiz de Alarcón
  • Juan Carrillo de Alarcón, de quien vienen estos señores de Valverde
  • Martín de Alarcón, de quien procede don Cristóbal de Benavides y su familia de Guadix y de quien vienen los Alarcón de Portugal
  • Doña Guiomar de Alarcón, mujer de Ruy Sánchez Zapata, señor de Barajas y copero mayor del Rey
  • Doña María, mujer de Pedro de Peralta
  • Doña Catalina, mujer de Pedro de Alarcón, de quien vienen los señores de Albaladejo
Juan Carrillo de Alarcón, hijo tercero de Lope de Alarcón, de quien vienen los señores de Valverde, no gozó de este señorío porque su hermano mayor Diego de Alarcón, casó con doña Leonor Carrillo, hermana de Pedro Carrillo de Albornoz, señor de Torralba y Beteta, murió sin sucesión, por cuya muerte sucedió en esta casa Pedro Ruiz de Alarcón, hijo segundo de Lope de Alarcón. Fue Pedro Ruiz de Alarcón, comendador de la Membrilla, de los valerosos y esforzados de su tiempo, a quien mataron los moros en presencia del rey Fernando en la toma de Coin, de quien la crónica hace mención y más por extenso el privilegio del rey, año 1485. Casó este caballero con María de Quesada, fue su hija doña Francisca de Alarcón, mujer de don Antonio de Fonseca, señor de Coca y Alahejos, comendador mayor y contador mayor, mediante el matrimonio gozó del señorío de Valverde, engendró a Pedro Ruiz de Alarcón, que murió sin generación, consta todo esto por escrituras antiguas y así por esta muerte volvió el señorío al sucesor de Juan Carrillo de Alarcón, el cual Juan Carrillo casó con doña Blanca de Illanes, fueron sus hijos Jorge Ruiz de Alarcón y Guiomar de Alarcón, que murió sin sucesión.

Jorge Ruiz de Alarcón, señor de Valverde, sirvió al emperador don Carlos de capitán y alcalde de las fortalezas de Bujía, como es notorio, peleó valerosamente con los moros e hizo hechos notables, casó con doña Juana de Ayala, hija de Pedro de Ayala, comendador de Paracuellos y doña Constanza Zapata, tuvo por hijo legítimo a don Juan de Alarcón y bastardas a doña Juana, monja de Santa Clara de Murcia, y doña Catalina, monja en Santa Clara de Alcocer. 

Don Juan de Alarcón, señor de Valverde, caballero de la orden de Santiago, sirvió al emperador don Carlos el Quinto, se halló en las guerras de Hungría y en la toma de Túnez, y en otras. Casó con doña Isabel de Mendoza, hija de Diego Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, y segunda vez con doña Juana Piñero, hija de Pedro Piñero, maestre sala de la reina Germana, siendo casada con el católico rey don Fernando y de doña Ana del Castillo, señores de Evite y de Pañate (sic), de la primera a don Jorge Ruiz de Alarcón, de la segunda a don Martín (morirá en la Armada Invencible) y a don Pedro (morirá en Flandes) y a don Hernando de Alarcón.

Don Jorge Ruiz de Alarcón, posee el señorío, casó con doña Juana de Zarate, hija del comendador Diego de Zarate, natural de la ciudad de Orduña, en Vizcaya, y de doña María de Recalde, natural de Dispetia (Azpeitia) en la provincia de Guipúzcoa, tiene por hijos a don Juan Ruiz de Alarcón, don Diego y don Lope y doña Isabel y doña María.

La cual sucesión de varón en varón legítimos se va comprobando y se unifica por los privilegios de los reyes de Castilla originales de mercedes y confirmaciones hechas a esta casa de Valverde, desde don Martín Ruiz, primero de este nombre, hasta don Jorge, poseedor de esta casa, a quien últimamente el rey don Felipe confirmó sus privilegios

LOS RUIZ DE ALARCÓN, SEÑORES DE BUENACHE

Garci Ruiz de Alarcón, hijo segundo de Hernán Ruiz de Alarcón, señor de Valverde y de Elvira Ruiz de Castelbranco (Castilblanque) floreció en tiempo de los reyes don Enrique III y don Juan II, tuvo por hijo a don Pedro de Alarcón. Pedro de Alarcón fue guarda del rey don Juan el segundo, instituyó mayorazgo de la villa de Buenache de Alarcón en la comarca de Cuenca y de otros heredamientos con licencia real, su data en Valladolid a tres de enero, año de 1453, parece por esta escritura ser su mujer doña Mencía de Toledo, y que fueron sus hijos Diego de Alarcón, Pedro de Alarcón, doña Juana, mujer de Hernando de Velasco, doña María, doña Constanza y Diego de Alarcón, señor de Buenache, gozó del señorío, año 1473, como consta por la escritura de partición, les sucedió su hijo Pedro Ruiz de Alarcón. Pedro Ruiz de Alarcón, señor de Buenache, casó con doña Catalina Pacheco, hija de Diego Pacheco y María del Castillo, engendró a don Diego de Alarcón, y doña María, mujer de Alonso Ruiz de Alarcón, señor de Almodóvar del Pinar, y don Diego de Alarcón, señor de Buenache, casó con doña María de Mendoza, hija de Luis Hurtado de Mendoza y de doña Inés de Barrientos, su primera mujer, tuvo por hijos a don Pedro que murió sin sucesión, don Juan de Alarcón Pacheco, don Francisco, don Diego, doña Inés, mujer de don Juan Pacheco de Alarcón, doña María, mujer de don Alonso Vanegas, hijo de don Pedro Vanegas. Don Juan de Alarcón, señor de Buenache, casó con doña María de Peñalosa, posee el señorío, tiene hijos a don Diego y a otros.

LOS RUIZ DE ALARCÓN, SEÑORES DE ALMODÓVAR

Alvar Ruiz de Alarcón, hijo tercero de Hernán Ruiz de Alarcón, señor de Valverde, y de Elvira Ruiz de Castelbranco floreció en tiempos de los reyes don Enrique el tercero y de don Juan segundo, tuvo por hijo a Martín Ruiz de Alarcón, y Martín de Alarcón fue comendador de Mérida, fundó el mayorazgo de Almodóvar del Pinar, como aparece por el privilegio de la data, año de 1473, casó según consta con doña Inés Manuel de Mendoza, hija de Manuel de Mendoza, comendador de Mérida, fueron sus hijos Alvar de Alarcón, Iñigo López de Alarcón, que casó con hija de Juan Pacheco, señor de Minaya, vienen de los Alarcones que hay en Extremadura, Lope de Alarcón, Hernando de Alarcón, don Juan de Alarcón, doña Inés, doña María, doña Isabel, doña Francisca. Casó Hernando de Alarcón en Iniesta con doña María de Cubas, de quien vienen los Alarcones de Iniesta. Alvar de Alarcón, primogénito de Martín de Alarcón fue señor de Almodóvar del Pinar, comendador de Socuéllamos, casó con doña Leonor Puertocarrero, hija de Pedro Puertocarrero, comendador de Montánchez, dejó por hijo a Alonso Ruiz de Alarcón, señor de Almodóvar, casó con doña María de Alarcón, hija de Pedro Ruiz de Alarcón, señor de Buenache y doña Catalina, fueron sus hijos don Álvaro, don Martín, don Pedro y don Juan. Don Álvaro de Alarcón, señor de Almodóvar, casó con doña Ana de Aguilera.

LOS RUIZ DE ALARCÓN QUE VIVEN EN CANALEJAS Y SEÑORES DE VALERA DE YUSO

Mosén Alfonso de Alarcón, cuarto hijo de Martín Ruiz de Alarcón, señor de Valverde, y doña María Alonso Carrillo su mujer, quedó con la hacienda de don Juan Carrillo de Alarcón, su hermano y arcediano de Cuenca, fue buen caballero en tiempos de los reyes don Juan y don Enrique, anduvo en las guerras de Aragón, casó con doña Marquesa de Ribera, hija de Hernando de Ribera y de doña Elvira de Jaraba, engendró demás del ascendiente de Perafán de Alarcón que vive en Canalejas, a Martín Ruiz de Alarcón y a otros. Martín Ruiz de Alarcón es de quien vienen los señores de Valera de Yuso, casó con doña Constanza de Iniesta (Inestrosa), tuvo por hijo a Melchor Carrillo de Alarcón, fue señor de Valera de Yuso, casó tres veces; la primera, con doña Francisca de Parada, la segunda con doña Isabel de Zúñiga, la tercera con doña María Puertocarrero, hija de Hernando del Castillo y de doña Elvira Puertocarrero, señores de la villa de Valera de Yuso, de la primera engendró a doña Ana Carrillo, mujer del licenciado Melgarejo, de la segunda a doña Luisa, de la tercera a don Martín, que murió sin sucesión y a don Hernando y a otros. Don Hernando Carrillo de Alarcón es su sucesor

LOS ALARCONES DE PORTUGAL

Martín de Alarcón, hijo cuarto de Lope de Alarcón, señor de Valverde, y de doña Constanza fue comendador de la Membrilla por muerte de su hermano Pedro Ruiz de Alarcón, señor de ella; anduvo en las guerras de Granada en servicio de los Reyes Católicos, hizo servicios notables y así le hicieron mercedes de grandes heredamientos en la ciudad de Granada y sus términos, fue tan principal que los Reyes Católicos le dieron poder juntamente con el Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba para los conciertos con el Rey moro de Granada, cuando se entregó la misma ciudad. Casó dos veces, según consta por una escritura de tutela hecha en Burgos a 20 de diciembre de 1497, de la primera que se llamó doña Inés de Luján, engendró a doña Giomar de Alarcón, mujer de Cristóbal de Benavides, hijo de Sancho de Benavides, de quien vienen don Cristóbal de Benavides y don García de Villarrroel, su hermano, que vive en Guadix en el Reino de Granada, caballeros generosos; de la segunda, que se llamó doña Elvira de Mendoza, a don Juan. Está sepultado Martín de Alarcón en la iglesia mayor de Granada en su capilla propia, con su estandarte y escudo de armas. Don Juan de Alarcón se fue a Portugal con su madre doña Elvira, que fue camarera mayor de la reina doña María, segunda mujer del rey don Manuel y de la reina Leonor, mujer del mismo rey; fue cazador mayor del rey y alcaide mayor de Torresvedras. Casó dos veces, la primera con doña Margarita de Castro Suárez, hija heredera de Gonzalo Suárez, alcaide mayor de Torresvedras,  y la segunda con doña María de Villena, hija de don Lope de Almeida, tercero conde de Abrantes. De la primera tuvo a don Martín Suárez de Alarcón, sucesor, y a doña Elvira de Mendoza, mujer de don Fernando Ruiz ...; de la segunda, don Lope de Alarcón y otros hijos e hijas. don Martín Suárez de Alarcón, alcaide mayor de Torresvedras casó con doña Violante, hija de Fernán Martínez Mascarenas, alcaide mayor de Montemayor el nuevo, comendador de Merzola, fue su hijo don Juan Suárez de Alarcón.  Don Juan Suárez de Alarcón casó con doña Isabel de Castro, hija del barón de Alento (?), don Rodrigo Lobo, de que nació don Martín Suárez de Alarcón. Don Martín Suárez de Alarcón casó con doña Cecilia de Mendoza, hija de Felipe de Aguilar, maestre sala del rey don Sebastián y tuvieron por hijo a don Juan Suárez de Alarcón. Don Juan Suárez de Alarcón casó con doña Isabel de Castro, hija de don Francisco Mascarenas y doña Jerónima de Castro y tuvieron a don Martín Suárez de Alarcón que murió en Tánger

CASA DE ALBALADEJO

Doña Catalina Barba hija de Lope de Alarcón, señor de Valverde, y de doña Catalina Barba su mujer casó con Pedro de Alarcón, hijo de Hernán González del Castillo y nieto del doctor Pedro González del Castillo, del Consejo del Rey don Juan el II, tuvieron por hijo a Alonso Ruiz de Alarcón. Alonso Ruiz de Alarcón fue señor de Albaladejo en el obispado de Cuenca, engendró a Garci Ruiz de Alarcón y Pedro Ruiz de Alarcón, de quien vienen los Alarcones que viven en Sisante y Vara de Rey. Garci Ruiz de Alarcón, señor de Albaladejo, casó con doña Guiomar Girón, señora de Piqueras, fueron sus hijos Alonso Ruiz de Alarcón, doña María y doña Beatriz que casó con el señor de Altarejos, y doña Ana que caso con Diego Pacheco, alcaide de Belmonte. doña Aldana, abadesa del monasterio de la Concepción de Escalona y doña Juana priora del convento de monjas de Belmonte. Alonso Ruiz Girón de Alarcón casó con doña Juana Pacheco de Silva, hija de don Luis Pacheco y doña Ana Condulmario, señores de Villarejo de Fuentes y tuvieron por hijos a don García que fue religioso en la compañía de Jesús, y a don Luis, don Pedro, don Alonso y a doña Ana mujer de Pedro Verdugo, proveedor de Malaga. Don Luis Girón de Alarcón sucedió en la casa

Traslado del linaje de los de Alarcón, señores de Valverde y de los caballeros y casas que de él descienden. Trata también de los señores de Almodóvar del Pinar, de Valera de Yuso, de los de Alarcón de Portugal y de los señores de Albaladejo.
Manuscrito del siglo XVII.
Referencias: Índice de la Colección Salazar y Castro, 30847
Pertenece a la Colección Salazar y Castro de la RAH
Real Academia de la Historia — Signatura: 9/336, fº 19 a 25. El fº 25 v. está en blanco. — Signatura anterior: D-63, fº 19 a 25. El fº 25 v. está en blanco.

miércoles, 2 de agosto de 2023

Pedro Ruiz de Alarcón: alférez mayor de la villa de Vara de Rey

El dos de diciembre de 1573, Pedro Ruiz de Alarcón hace valer su hidalguía en la Chancillería de Granada frente al concejo de Vara de Rey como descendiente del doctor Pedro González del Castillo y los Ruiz de Alarcón. Pedro Ruiz de Alarcón había nacido en Sisante, aunque había aprendido a leer y escribir con el clérigo Bernardino García en el lugar de Olivares. Luego, tras casarse en Granada, había vuelto a Sisante, si bien pasaba largas temporadas en el molino y batán del Licenciado, propiedad familiar en el Castillo de Garcimuñoz. El núcleo de sus propiedades estaban en la dehesa de la Olivilla. Su padre Pedro Ruiz de Alarcón se había significado en la represión de las Comunidades al servicio del comendador de Santiago Tristan Ruiz de Molina:

e le avía visto venir en tienpo de las comunidades y estar e posar en tienpo de las dichas comunidades en la dicha villa de Castillo de Garcimuñoz en casa en casa del comendador Tristán Ruyz de Molina

El padre Pedro se había casado con Leonor de Mendoza, hija del señor de Minaya, Rodrigo Pacheco y su mujer Mencía de Mendoza, su vida transcurría en la casa familiar de Sisante hasta que en 1525 participa en la guerra del Peñón de Vélez Gomera junto al marqués de Mondéjar; allí muere. El abuelo era Pedro González del Castillo, pero a partir de aquí la genealogía oficial que nos da la familia Ruiz de Alarcón se rompe, pues se salta a Alonso como bisabuelo para hacer del licenciado Hernán González del Castillo el bisabuelo real.

Quien nos relata la genealogía de Pedro Ruiz de Alarcón es el hidalgo Juan Núñez de Avendaño que vivía en las casas de Castillo de Garcimuñoz pertenecientes al doctor Pedro González del Castillo y que para comprarlas había obtenido licencia de Fernando el Católico, pues estaban vinculadas a mayorazgo. Este hidalgo nos relataba así su conocimiento del doctor Pedro, por lo que había oído a Alonso Álvarez de Toledo, señor de Cervera, y a su tío Diego Núñez

El doctor Pedro González de Castillo que hera oydor y rrefrendario del señor rrey don Juan y su alcalde chanciller cuyas fueron las dichas villa de Santa María del Canpo e Santiago de la Torre avía avido por su hijo natural en una donzella que tenía en su casa al dicho licenciado Hernán Gonçález del Castillo siendo el dicho dotor Pedro Gonçález soltero por casar e la madre del dicho licenciado Hernán Gonçález soltera y sin tener ynpedimiento alguno para poder se casar anbos e que como su hijo natural lo avía tenido e nonbrado e avía hecho en él mayoradgo de la dicha villa de Santa María del Campo e de Santiago de la Torre y lo avía casado como su hijo natural y que después siendo ya viejo el dicho doctor Pedro Gonçález del Castillo se avía casado e avía avido un hijo legítimo que se llamava Juan del Castillo Puertocarrero e que siendo de edad de siete años el dicho Juan del Castillo Puertocarrero avía hecho el dicho dotor Pedro Gonçález del Castillo en él el mayoradgo que primero avía hecho en el dicho licenciado Hernán Gonçález del Castillo su hijo natural y lo avía desmancipado para que goçase dél en su vida y que en rreconpensa dello le avía dado al dicho licenciado Hernán Gonçález del Castillo su hijo natural a la dicha villa de Albaladexo del Cuende y al heredamiento de la casa de don Benito en término de la dicha villa de Castillo de Garcimuñoz e los molinos que se dezían e nonbraban del licenciado y la dehesa y heredamiento que el dicho Pedro Ruiz de Alarcón poseya de presente en el dicho lugar de Sisante y la casa que dizen de la torre de San Clemente

Juan Núñez confundía algunas de las donaciones del doctor Pedro y le otorgaba otras de su hermano, el corregidor Hernán, como la Torre Vieja, pero no mentía en el hecho de que el doctor Pedro en 1445 con motivo de su testamento había fundado nuevo mayorazgo en favor de su hijo legítimo Juan y había desgajado de la hacienda y quitado a su hijo natural Hernán  Santa María del Campo Rus y Santiago de la Torre. Para poner orden en los dichos, el presbítero Alonso González Andújar,  que añadía que había otro Hernán González del Castillo, hermano del doctor Pedro y que había sido corregidor en Asturias, del que habían quedado la torre y casas que en medio del pueblo tenía, seguramente casa fuerte, tal como la arqueología indica. Alonso González Andújar era capellán de la capilla fundada por Hernán González del Castillo en la iglesia de Santiago de San Clemente

e que el dicho dotor Pedro Gonçález del Castillo avía tenido un hermano que se llamava Hernán Gonçález del Castillo que avía sido corregidor en Asturias y en otras partes e que avía hecho en la villa de San Clemente las casas y torre que estavan en medio de la dicha villa que llamavan la torre vieja

Junto a la Torre Vieja, estas casas aledañas todavía estaban en pie a comienzos del siglo XVI, pues sabemos que en ellas vivía Pedro Ruiz de Alarcón (nieto del doctor Pedro), junto a su mujer Leonor de Mendoza, hija de Rodrigo Pacheco y Mencía Mendoza, señores de Minaya. Sobre el carácter de casa fuerte de esta construcción es difícil aventurar, aunque parece lo más lógico al tratarse de edificación aneja y existir en los comienzos del Quinientos en ese lugar una calle llamada de las Almenas, que fue el primer lugar donde se instalaron los mercaderes y recordarnos ese hecho la casa de los Valdeguerrero con su muro almenado.

El licenciado Hernán González del Castillo había casado con Guiomar Alarcón, hija de Pedro Ruiz de Alarcón, señor de Buencahe. Del matrimonio había nacido Pedro Ruiz de Alarcón el viejo, que había casado con doña María Carrillo, hija de Juan Álvarez de Toledo y doña Leonor Cuello, señores de Cervera, ambos habían vivido en el heredamiento de Cañada Negrilla (o Negrita) y había procreado a Pedro Ruiz de Alarcón, padre del que litigaba. Al morir, tanto Pedro como María Carrillo habían sido enterrados en la capilla familiar de Santa Catalina, de la iglesia de San Juan de Castillo de Garcimuñoz.

Pero Juan Núñez Avendaño advocaba además la genealogía familiar del doctor Pedro González del Castillo que se remontaba al fundador Clemén Pérez de Rus, que estaba enterrado en la capilla de San Antonio de la iglesia de San Clemente:

que el dicho dotor Pedro Gonçález del Castillo rrebisabuelo del que litigava hera honbre hijo de Alfonso Martínez del Castillo y este testigo descendía a quarto abuelo de Clemén Pérez de Rrus primero fundador de la villa de San Clemente el qual estava enterrado en la capilla de San Antonio de la dicha villa de San Clemente que es la advocación del señor Santiago yglesia mayor de la dicha villa de san Clemente el qual avia puesto su nombre al dicho pueblo por avello él fundado e que se llamava él Clemén Pérez de Rrus por otro nonbre que hera señor del castillo de Rrus que de presente estava derrivado e que él e sus subcesores avían servido sienpre a los señores rreyes de Castilla e questa genealogía la avía leydo este testigo en un protologo que tenia don Luis Girón y Alarcón señor de la villa de Albaladexo del Cuende

Las confusiones con Clemén Pérez de Rus eran comunes en otros testigos, como el bachiller Juan León Campuzano, en este caso, se le tenía por el que había levantado la Torre Vieja, asimilando la primera casa del fundador del pueblo con esta ubicación

Clemén Perez de Rrus que avía sido de la casa e castillo de Rrus primero fundador y poblador de la villa de San Clemente que en ella primero avía hecho fundación y casa en una torre grande que aún de presente se dezía torre vieja

Otros, como Diego López de Haro, no daban más veracidad a esta genealogía que el haberlo oído decir a otros

La ejecutoria de hidalguía es de 28 de abril de 1578

ACHGR, HIDALGUÍA, SIGN ANT 301-63-16

Probanza de 1574 

Juan Núñez de Avendaño, vecino de Castillo de Garcimuñoz, hidalgo. 64 años

Fray Gregorio de Alarcón, fraile profeso en el monasterio de San Agustín, hijo de hijodalgo y de 66 años, hijo de Pedro López de Alarcón, escribano del Castillo de Garcimuñoz, y Ana Vives de Arboleda

El bachiller Juan de León Campuzano, clérigo presbítero, beneficiado en el lugar de Honrubia, 72 años

Diego López de Haro, hidalgo de San Clemente, 82 años, hijo de Hernán Vázquez de Haro

Alonso González de Andújar, presbítero de San Clemente, hombre llano, 83 años

Juan González de Origüela, pechero de San Clemente, 73 años es el hijo de Luis Sánchez de Origüela. Según su testimonio había muerto con 65 años: en su testimonio reconoce que Leonor Mendoza y Pedro Ruiz de Alarcón se habían mudado a vivir a San Clemente hacia 1515

Alonso de Sepúlveda, hidalgo de Vara de Rey, 85 años

Alonso de Montoya, presbítero de Vara de Rey, de familia de hidalgos

Simón Carrero el viejo, morador de Tébar, 90 años.

Hernando de Montoya, hidalgo de Minaya, 80 años

Pedro de Montoya, hidalgo de Villarrobledo y natural de Vala de Rey

domingo, 12 de junio de 2022

El puente de Talayuelas y el Castillo de Garcimuñoz

 El control del puente de Talayuelas correspondía al señor de Valverde, Hontecillas y Talayuelas don Jorge Ruiz de Alarcón. Andaba en conflictos con el Castillo de Garcimuñoz y su tierra, a cuyos vecinos se les quería hacer pagar el pontazgo. Al conflicto del puente se sumaban el año 1579 otros como el aprovechamiento del carrascal de Lope.

El 28 de febrero de 1579, El Castillo de Garcimuñoz demandó en la Chancillería de Granada a don Jorge Ruiz de Alarcón por los derechos de pontaje que llevaba  a sus vecinos por atravesar con sus bestias el puente de Talayuelas. Para hacer efectivo el cobro, don Jorge había colocado allí pontagueros. La Chancillería de Granada emitiría provisión de emplazamiento que sería comunicada por el escribano de Cañavate Jerónimo de la Jara al procurador síndico de Castillo Andrés de Soria y al propio Jorge Ruiz de Alarcón, en su casa de Valverde, un 22 de marzo de 1579.

Jorge Ruiz de Alarcón consideraba el puente de Talayuelas como parte integrante de su mayorazgo, culpando a sus antecesores de negligentes por no haber cobrado derechos a los vecinos de Castillo de Garcimuñoz al paso del puente. El 14 de abril de 1580, el tribunal granadino fallaba a favor de los vecinos de El Castillo y sus aldeas y contra el señor de Valverde.

No aceptarían los señores de Valverde la sentencia que apelarían. Mientras el concejo de Castillo de Garcimuñoz andaba enzarzado en múltiples pleitos: el puente de Talayuelas, el carrascal de Lope, en término de Valverde, la defensa de sus derechos para que no actuaran en sus términos alcaldes entregadores, en este caso al parecer por la intromisión de la justicia mesteña en la dehesa de la Rubializa y un oscuro asunto en el que se acusaba a un receptor llamado Grajales de haber forzado el archivo de la villa. Durante los pleitos, las diferencias de El Castillo se habían acrecentado con sus aldeas que se negaban a pagar su parte en las costas de los pleitos.



Carta de poder de los alcaldes de los lugares de la tierra de Castillo de Garcimuñoz, dada en esta villa a 24 de marzo de 1579

  • Bartolomé de Ávila y Pedro Moreno, alcaldes de Almarcha
  • Martín Gómez y Bartolomé Blas, alcaldes de Pinarejo
  • Pedro Mogorrón, alcalde del lugar de la Puebla
  • Pedro Santos Cuenca, alcalde en la granja de la Nava
  • Juan de Moya Ramírez y Gonzalo Saiz, alcaldes de Torrubia
Concejo de Castillo de Garcimuñoz de 17 de abril de 1581, con ausencia de representantes del estado de los labradores
  • Doctor González Caballón, Juan de Lara Proaño, alcaldes ordinarios
  • Alonso de Avilés y Pedro de Araque, regidores
  • Alonso Méndez Sotomayor, alguacil mayor
  • Antonio Cejalbo de Alarcón, almotacén
  • Pedro de Torrijos, procurador síndico
Todos ellos hijosdalgo. Solía haber dos regidores más por el estado de los labradores

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS CIVILES, 1376-12

lunes, 5 de julio de 2021

Genealogía de los señores de Almodóvar del Pinar

 

24 de diciembre de 1538

 

Don Álvaro de Alarcón era señor de Almodóvar del Pinar, su madre era María Ruiz de Alarcón, andaba en pleitos el año 1538 con Martín de Alarcón. Álvaro Ruiz de Alarcón era hijo de Alonso Ruiz de Alarcón, nieto de Ávaro de Alarcón y biznieto de Martín Ruiz de Alarcón, comendador de Mérida, primer señor de Almodóvar de Campo y casado con Inés Manuel.

El matrimonio de Martín Ruiz de Alarcón e Inés Manuel tuvieron dos hijos: Álvaro de Alarcón, Iñigo López de Mendoza, y tres hijas, Juana, Isabel y Francisca. Los testigos mencionan otro hermano, Hernando de Alarcón, que disputó el mayorazgo. El mayorazgo familiar y la villa de Almodóvar del Pinar, vinculada a dicho mayorazgo, recayó en Álvaro de Alarcón, que casaría con doña Leonor Puertocarrero. El matrimonio tendría dos hijos, el mayor. Martín, murió de una caída de caballo en la Corte, recayendo el señorío de la villa en el segundón, Alonso Ruiz de Alarcón; otra hermana era Inés. Alonso casaría con María Ruiz de Alarcón; del matrimonio nacerían varios hijos: Álvaro, Pedro, Martín, Petronila y Juan. El primero, Álvaro, heredaría el mayorazgo. En su posesión contendería con el hijo de Hernando de Alarcón, Martín, del mismo nombre que su abuelo el comendador de Mérida.

Los Alarcón de Almodóvar del Pinar tenían la jurisdicción civil y criminal de la villa, sus rentas pechos y derechos, excepto las alcabalas, de las que solo poseían una parte. Teniendo la dicha villa por bienes de mayorazgo. La villa de Almodóvar había sido comprada por el comendador Martín Ruiz de Alarcón e integrada en el mayorazgo familiar


ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS, CAJA 667-7

sábado, 17 de abril de 2021

Los Ruiz de Alarcón y la iglesia de San Juan Bautista de la villa de Alarcón

 Los Ruiz de Alarcón y la iglesia de San Juan Bautista de la villa de Alarcón

Floreció Hernán Martínez Ceballos en tiempo del Rey don Alfonso que venció la batalla de las Navas de Tolosa; hallóse en la toma de Cuenca que se hizo en 1176, cuando se ganó Alarcón donde según memorias antiguas se señaló y mostró más que otro ninguno, de cuya carta tomó el apellido de Alarcón, por se haber hallado en la empresa, poniendo sobre sus armas una cruz de oro de campo de sangre con orlas de ocho aspas de oro en campo azul por se haber ganado en día de San Andrés; fue este caballero alcaide de Alarcón, está sepultado en esta villa en la iglesia antigua de San Juan, donde hay algunas antigüedades por este linaje, especialmente, un escudo antiguo de guerra con armas de los de Alarcón y una bandera, que se tiene por ser cosa cierta la que ganó Hernán Martínez Ceballos de los moros; está su sepultura dentro de una reja de hierro en medio de la capilla mayor, junto a las gradas del altar mayor hay coro en él que denota ser ilustre y en otras dos tumbas altas dentro de la misma reja hay las mismas armas y lo mismo en los lados de la capilla a unas partes y otras. Proveen los señores de Valverde una capellanía en esta iglesia dotada de sus antecesores. Son todas estas comprobaciones para la antigüedad de este generoso linaje procedieron de Hernán Martínez Ceballos los caballeros de Talayuelas, de los que les hace mención la donación que hizo la villa de Alarcón año 1257
Real Academia de la Historia, Signatura: 9/336

viernes, 17 de abril de 2020

Los Ruiz de Alarcón y la iglesia de San Juan

Floreció Hernán Martínez Ceballos en tiempo del Rey don Alfonso que venció la batalla de las Navas de Tolosa; hallóse en la toma de Cuenca que se hizo en 1176, cuando se ganó Alarcón donde según memorias antiguas se señaló y mostró más que otro ninguno, de cuya carta tomó el apellido de Alarcón, por se haber hallado en la empresa, poniendo sobre sus armas una cruz de oro de campo de sangre con orlas de ocho aspas de oro en campo azul por se haber ganado en día de San Andrés; fue este caballero alcaide de Alarcón, está sepultado en esta villa en la iglesia antigua de San Juan, donde hay algunas antigüedades por este linaje, especialemente, un escudo antiguo de guerra con armas de los de Alarcón y una bandera, que se tiene por ser cosa cierta la que ganó Hernán Martínez Ceballos de los moros; está su seputura dentro de una reja de hierro en medio de la capilla mayor, junto a las gradas del altar mayor hay coro en él que denota ser ilustre y en otras dos tumbas altas dentro de la misma reja hay las mismas armas y lo mismo en los lados de la capilla a  unas partes y otras. Proveen los señores de Valverde una capellanía en esta iglesia dotada de sus antecesores. Son todas estas comprobaciones para la antigüedad de este generoso linaje;procedieron de Hernán Martínez Ceballos los caballeros de Talayuelas, de los que les hace mención la donación que hizo la villa de Alarcón año 1257

Real Academia de la Historia, Signatura: 9/336

domingo, 9 de febrero de 2020

Los molinos de Pero Fernández o el Licenciado

Marqués de Trocifal: Relaciones Genealogicas. 1656, pág. 295
Pleito ante los alcaldes ordinarios del Castillo de Garcimuñoz, Francisco del Castillo y Pedro Piñan, entre Garci Ruiz de Alarcón, señor de Albaladejo y Piqueras, y Pedro Ruiz de Alarcón, vecino de San Clemente y morador de Sisante. 2 de enero de 1524.

Ambos hermanos heredan de su padre los mitad de los molinos llamados del Licenciado, antaño de Pedro Fernández (la otra mitad era de los señores de Valverde), como los batanes, tinte, tierras de pan llevar y casas junto a la ribera del Júcar, término de Castillos de Garcimuñoz. Ambos hermanos heredan la mitad familiar de estos molinos a partes iguales, pero el año 1523 Garci Ruiz de Alarcón, pone cerraduras y llaves para que no pueda acceder a los molinos su hermano Pedro. El corregidor Francisco de Verastegui ordenará se quiten las cerraduras para que cada hermano pueda disfrutar de su parte.

Las disputas venían de antaño, al parecer una riada del río Júcar se había llevado los molinos. Es probable que esa riada fuera la del año 1510, que se llevó también los molinos Nuevos más abajo. Pedro Ruiz de Alarcón parece que sufragó en su totalidad gastos, incluyendo la construcción de nuevos edificios, e intentó excluir del aprovechamiento de los molinos a su hermano Garci. Pasados unos años, en los que Pedro disfrutó de las rentas del molino exclusivamente, su hermano Garci decidió apoderarse por las bravas del molino, negando el acceso a su hermano y considerándolo de su propiedad en tanto su hermano le era deudor de los beneficios obtenidos en el tiempo que lo uso con exclusividad.

El corregidor Verastegui sentenciaría una concordia entre los hermanos que obligaba a García a pagar a su hermano Pedro los gastos de reparación del molino tras la riada, pero no debió complacer tal dictado a García, que protestó ante el marqués de Villena, el cual encargó el caso ante su contador Andrés del Castillo, dictando nueva sentencia, acompañado como juez de Pedro Guerrero, alcalde de Alarcón. La sentencia restituía en todos sus derechos sobre los molinos a Garci Ruiz de Alarcón, obligaba a Pedro a quitar el molinero que había puesto en la parte de los molinos de su hermano y le condenaba en las costas del juicio.

La sentencia fue apelada en la Chancillería de Granada, que daría de nuevo la razón a Pedro Ruiz de Alarcón, en sentencia de 4 de febrero de 1525, revisada en 13 del mes de abril de 1526, obligando a nombrar un maestro tasador para que determinase los gastos hechos por Pedro en la reparación del molino, y una vez sufragada la mitad de los mismos por Garci, se le diese la mitad de la posesión de los molinos. Entretanto, Pedro Ruiz de Alarcón había muerto en la conquista del Peñón de Vélez Gomera dejando como heredero a un hijo menor de dos años.

Las alegaciones nuevas de Garci Ruiz de Alarcón irían en el sentido que una riada del Júcar de 1504 había obligado a reparar los molinos con un coste de 120000 maravedíes. Nueva sentencia de 12 de mayo de 1527, esta vez salomónica, que obligaba a dividir los frutos y rentas de los molinos entre los dos hermanos, desde el dos de enero de 1524, y obligaba a Garci a dar al hijo menor de su hermano Pedro 59090 maravedíes. Seis días después la sentencia sería confirmada definitivamente.


ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA (AChGr). 01RACH/ CAJA 9066, PIEZA 18


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GENEALOGÍA DE LOS RUIZ DE ALARCÓN de SISANTE (tomado de Sebastián Hernández y Julia Toledo y marqués de Trocifal).


Marqués de Trocifal: Relaciones Genealogicas. 1656, pág. 295

1.- Doctor Pedro González del Castillo

2.- Licenciado Hernán Gonzaléz del Castillo (hijo bastardo del anterior). Del Consejo Real en tiempo de los Reyes Católicos, compra Albaladejo en 1474, casado con Guiomar de Alarcón y Peralta (hija del primer señor de Buenache)

3.- Pedro Ruiz de Alarcón y González del Castillo, llamado Burro de Oro, casado con Catalina de Alarcón, o Barba, hija de Lope de Alarcón, señor de Valverde

4.- Alonso Ruiz del Castillo, compra Albaladejo; casado con María Carrillo, hija de los señores de Cervera

5.a.- Garci Ruiz de Alarcón Carrillo, señor de Albaladejo y Piqueras, casado con Guimar Girón Velasco, hija única de los señores de Piqueras.

5.b.- Pedro Ruiz de Alarcón Carrillo, de los Alarcones de Sisante. (muerto en 1525 en la conquista del Peñon de Vélez de la Gomera), casado con Leonor Mendoza, hija de Rodrigo Pacheco y Avíles (señor de Minaya). Del matrimonio nacerá Pedro Ruiz de Alarcón y Mendoza



sábado, 11 de enero de 2020

La disputa por la herencia de Rodrigo Pacheco en El Cañavate

Juan Prieto, escribano de El Cañavate hacia 1540. La familia de los Prieto era una familia de labradores ricos de El Cañavate, que hizo su fortuna labrando tierras propias o arrendadas a don Rodrigo Pacheco. La promoción social la harían, primero, como escribanos, y, luego, en el último cuarto del siglo XVI, consiguiendo cartas ejecutorias de hidalguía



El 14 de noviembre de 1539, los criados de Diego Ruiz de Alarcón, señor de Buenache, entraban con cuatro pares de mulas a arar la dehesa de Torralba, en término de El Cañavate. Hacía suyos los derechos de sucesión al mayorazgo, según el propietario, donación propter nuptias, en realidad, fundado por Diego de Pacheco en favor de su hijo Rodrigo. Ahora, el legado de los Pacheco en El Cañavate era objeto de deseo de Diego Ruiz de Alarcón, señor de Buenache, de Villanueva del Río y de Beamud y alcaide de la fortaleza de Ves.

Más que de mayorazgo habría que hablar de donación intervivos. Diego Pacheco y su mujer María habían hecho donación a su hijo Rodrigo de varias heredades con motivo de su casamiento con María Bayo, hija del arcediano Gómez Bayo. La donación se había formalizado en Santa María de la Vega, aldea de Belmonte, el nueve de agosto de 1499, con el fin de dotar a Rodrigo de una hacienda para sustentamiento del matrimonio. En la escritura de donación propter nuptias se detallaban las heredades, además de un capital, que no aparece en la donación, y que iba destinada a levantar casa familiar en Torralba.
las heredades e casas que tenemos e posehemos en la villa de Alcañavate en todos sus términos e labranças e las heredades e dehesas que nos tenemos çerca de la villa de Alcañavate que se dize vulgar de Torralba con sus aledaños etcétera e la casa que ahora labramos en el dicho logar de Torralba e ansymismo las heredades que tenemos e posehemos de Thévar e del Atalaya e del Alberca, otrosy vos hazemos donaçión de las tres dehesas que son debaxo de la villa de Alarcón que nos tenemos e posehemos las quales se dizen e nonbran la una las Cuevas Yermas y la otra la Chancillera e la otra la Rromerosa con sus aledaños
A la altura de 1532, Rodrigo Pacheco era, sin llegar a los sesenta años, un hombre viejo y ciego, incapaz de andar por El Cañavate sin ayuda de lazarillo. Pero ni aun así podía vivir tranquilo en su vejez, pues las disputas con su hermano Jerónimo se había enrevesado en pleito por las heredades familiares de Tébar. Las disputas venían de la partición de la herencia familiar de la rama bastarda de los Pacheco, alcaides de Belmonte, entre numerosos hijos. A los bienes raíces habría que sumar los semovientes y el dinero que como dote matrimonial o conventual recibirían las hijas: Catalina Pacheco, casada con Diego Ruiz de Alarcón, señor de Buenache, e Isabel, que profesó como monja.

Dicha partición, redactada en El Pedernoso, tenía como fecha tres de septiembre de 1515. Diego Pacheco, que era hermano de Juan Pacheco, señor de Minaya, y su mujer María del Castillo y Toledo redactaron testamento en favor de sus hijos en el Pedernoso. La simple enumeración de bienes da idea del poder de esta familia en la comarca y de la amplia progenie que dejaron, reflejada en la extensión del apellido y la dispersión de heredades. El patrimonio de los Pacheco, además del ya citado de Rodrigo, se extendía por Belmonte, donde fundaron mayorazgo, su aldea de Santa María de la Vega, El Pedernoso, Santa María de los Llanos, Alarcón y sus aldeas de Gascas y Tébar y una heredad y dehesa en Rus.

La partición entre hermanos posterior al legado testamentario introducía algunas variaciones respecto a la donación propter nupcias de 1499. El gran perjudicado era Rodrigo, que perdía la dehesa Chancillera en manos de su hermana Catalina Pacheco y la dehesa de Tébar para su hermano Jerónimo Pacheco. Rodrigo mantendría en concepto de legítima y mejoría las heredades de El Cañavate, Torralba, La Alberca y Atalaya y las dehesas de Torralba, Cuevas Yermas y la Romerosa, y que le quiten el paño de antioche y se lo den libre porque es suyo y le den uno de los quatro paños o seis mil mrs. por él e la dicha señora Cathalina lleve veynte e cinco mil marabedís que le quedan a pagar de las quatrocientas mil mrs. que le mandaron en dote y deziseis mil marabedís que le faltan para los cinquenta mil que le mando la señora doña María que aya gloria sobre treynta y quatro mil marabedís que luego recibió de los dichos cinquenta mil marabedís en el ganado y en una asna con una criança que el dio el señor don Diego Pacheco y la dehesa de la Chancillera con que los dichos quarenta e un mil marabedís no sean obligados a pagar los dichos sus herederos salvo el señor Diego Pacheco y que con esto la dicha señora doña Catalina quede contenta.

Hernando Pacheco se quedaría con la heredad y casa de Belmonte con el censo de la dobla y la heredad de Santa María de los Llanos, el campo de el Pedernoso y la heredad, casas y viñas, casares, tierras y dehesas de Santa María de la Vega y porque muchas tierras de la dicha heredad están bueltas con la heredad del Pedernoso que todas las tierras de entramas heredades questá del camino de Santa María questán a la mano derecha sean para el señor Hernando Pacheco y las tierras de entramas heredades questán a la mano izquierda hazia el Pedernoso queden para el señor Christóval Pacheco. Jerónimo Pacheco recibiría las heredades, prados y dehesas de Gascas y Tébar, con condición de pagar los gastos particulares de su hermana monja Isabel, valorados en mil maravedíes anuales, mientras viviere. Cristóbal Pacheco, además de la heredad de El Pedernoso, la heredad dehesa y molino de Rus. Quedaban por repartir las heredades familiares de Santa María de la Vega y el Pedernoso que estaban vueltas, y que se dividieron entre Cristóbal y Hernando. El primero recibiría las tierras de pan llevar en el camino que iba de Belmonte a Santa María de los Llanos a la mano izquierda hacia El Pedernoso y las que estaban en el mismo camino a la mano derecha quedarían para Hernando; el cual recibiría también los paños y esclavos de su difunta madre. La partición se haría realidad a la muerte del padre Diego Pacheco. El viejo anciano se reservaba para los gastos de su sepultura las rentas que determinare de las heredades de la Romerosa, Gascas, la Chancellera, campo del Pedernoso y Rus. La partición quedaba pendiente del consentimiento de Pedro Ruiz de Alarcón, señor de Buenache. La partición de 1515 sería confirmada un años después por el testamento de Diego Pacheco, alcaide de Belmonte, escriturado en Buenache (1).

Las particiones de 1515 entre los hijos del alcaide de Belmonte, Diego Pacheco, crearían el escenario del futuro. Poco años antes de morir, el 21 de mayo de 1536, en Buenache, Rodrigo Pacheco, que morirá sin hijos, otorga carta de donación intervivos a su sobrino Diego Ruiz de Alarcón, señor de Buenache e hijo del matrimonio de su hermana Catalina con Pedro Ruiz de Alarcón. En la donación le cede el término de Torralba con las condiciones de que a la muerte de Diego la heredad pase a su hijo segundo, que, los descendientes de este adopten el apellido Pacheco y mantener la integridad e inenajenabilidad del término donado. El diecinueve de marzo de 1539, Diego Ruiz de Alarcón conminaba a Hernando Alarcón, vecino de Montalbanejo; albacea testamentario de don Rodrigo y su mayordomo, a darle posesión de la heredad de Torralba; nueve días antes, Diego Ruiz de Alarcón se hacía con todas las propiedades de Rodrigo: las casas de El Cañavate, unas  casas solariegas que alindaban con cuatro calles públicas; la propiedad de las casas sería para el señor de Buenache, pero las llaves, que ya no soltaría, quedaban en manos de Hernando de Alarcón. Tras la posesión de la casa, vino la de las escrituras de censos, que eran los préstamos que recibían los labradores de El Cañavate para sus haciendas. Se nos conserva el censo de un tal Navarro, con una renta anual de 300 maravedíes; hemos de suponer un capital prestado de 4000 maravedíes (a catorce al millar, es decir, un siete por ciento), aunque nos sorprende más la gallina que todos los años debía entregar a su señor todos los años. Una economía mercantilizada revestida de viejos usos señoriales. Entre los bienes entregados estaban el trigo y resto de granos en la cámara de las casas y seis pares de mulas con sus aparejos, muestra de la importancia de la hacienda tanto como la escasa explotación directa de la misma, llevada por renteros. A continuación vino la posesión de las tierras, que desafortunadamente se redujo a la posesión de dos hazas de las varias de su propiedad:

  • Una haza de veinte almudes, en la Puente Nueva, camino de Honrubia, partiendo del río Mayor y yendo a descabezar en el Pajarejo, lindante con hazas de Martín Martínez y otra de propietario desconocido.
  •  Una haza de dos almudes en el camino de Honrubia, lindante con hazas de herederos de Juan Gómez Herreros y Juan Piqueras

Luego se tomó posesión de heredad y dehesa de Torralba, que se escenificó en la ocupación de la casa que allí tenía Rodrigo Pacheco y de la dehesa, donde con una azada se improvisaron dos mojones. Esta posesión se oficializó después con la posesión que el alcalde mayor del marquesado, Juan Ruiz de Almarcha, y su alguacil mayor dieron de estos bienes a Juan Herrero, mayordomo del señor de Buenache y en su nombre.

El quid de las diferencias en torno al término de la heredad de Torralba, venía de las cláusulas introducidas por el testamento en 1516 por Diego Pacheco, que a juicio de su hijo Hernando, suponían que la herencia de Rodrigo estaba vinculada al resto de los bienes de la familia y que, en todo caso, de morir sin hijos Rodrigo, el sucesor en los bienes sería Juan Pacheco, hijo de Catalina Pacheco, hermana de Hernando y Rodrigo, y que ya había muerto en Roma hacía más de diez años, en la guerra, durante el saco de Roma, en 1527 (el canónigo Simón Hernández de Belmonte, presente en Roma el año 1535, nos decía que Juan había muerto en la tomada de Roma, en el saco de Roma, nos dirá claramente otro testigo llamado Alonso Parrilla), por lo que la sucesión debía recaer en un miembro de la familia con el apellido Pacheco, siendo el más próximo Hernando Pacheco el viejo, alcaide de Belmonte. Diego Ruiz de Alarcón trataba de reaccionar, traspasando la herencia a su hijo, también llamado Juan, que ahora adoptaba el apellido Pacheco.

El testamento del padre Diego Pacheco era de 16 de mayo de 1516, fue dado en la villa de Buenache,  ante el señor de esta villa, Pedro Ruiz de Alarcón el viejo; el anciano alcaide de Belmonte se presentaba como vecino de Alarcón y morador de Cañavate. Una muestra más cómo las decisiones familiares se alejaban de Belmonte y empezaban a estar tuteladas por el señor de Buenache. Mostraba su deseo de ser sepultado en la iglesia de Santiago de San Clemente, junto a la capilla mayor y no en la capilla de San Antonio o de los Pacheco, aunque no sabemos si se hizo efectivo, pues el mismo don Diego reconocía que había comprado su sepultura por 25000 maravedíes (¿distanciamiento de su hermano Juan y de los Pacheco de Minaya), encargando a su hijo Jerónimo que, caso de no cumplirse esta última voluntad, fuera enterrado en la iglesia de El Cañavate. Venía a reproducir el acuerdo entre hermanos de un año antes, impuesto por María Castillo y Toledo, que beneficiaba especialmente a su hija Catalina y dejaba la puerta abierta en la sucesión de los bienes de Rodrigo a su nieto Juan, que, como hemos dicho, acabaría falleciendo. Don Diego ya previó el pleito en torno a los bienes de Rodrigo, ante la posibilidad que muriera sin sucesión, por ello asignaba 150000 maravedíes de la donación de 1499 a resolver posibles disputas entre hermanos. En el momento de redactar testamento, Diego Pacheco, que vivía en casa de Rodrigo Pacheco y su mujer Isabel Pedrola, era consciente de la falta de sucesión en el matrimonio, dejando como grandes beneficiarios de su herencia a su hija Catalina y su hijo Jerónimo, nombrados cabezaleros, a costa de Rodrigo. Era tanta la desconfianza entre los hermanos, que recién acabado de firmar el testamento, Diego Pacheco tuvo que jurar con la mano en una cruz que no modificaría el testamento.

Las cláusulas testamentarias venían a reproducir esas otras del acuerdo entre hermanos un año antes y dejaba sin efecto la donación propter nupcias a favor de Rodrigo, pues su mujer María Bayo (o Vallo) había fallecido. Torralba era heredamiento de la familia de antaño. Diego Pacheco el viejo, lo había heredado de su padre Rodrigo. Torralba se sumaba al patrimonio propio de Diego Pacheco, junto a otras dehesas: las llamadas de Cuevas Yermas, Chancillera, la Romerosa y la Torre.

Las disputas por la herencia de Rodrigo Pacheco habían comenzado en los años veinte, cuando debía ser evidente que de su matrimonio con Isabel de Pedrola, hija del comendador santiaguista Tristán Ruiz de Molina, no habría hijos. Fue entonces, cuando su hermano Hernando de Pacheco, alcaide de Belmonte, mandó a su hijo Hernando a servir a casa de Rodrigo. Tal circunstancia devenía tras el fracaso de concertar matrimonio del joven con la segunda de la hija de Luis Pacheco, regidor de Málaga y asentado en esta ciudad, e intento de control del mayorazgo fundado por éste y valorado en más de quinientos mil maravedíes de renta anual. Tal evento se había producido tras la muerte de la hija mayor de Luis Pacheco, casada con Diego Pacheco, hermano de Hernando, que contrajo nuevas nupcias con la hija de García Ruiz de Alarcón, señor de Albaladejo y Piqueras. Por esos años veinte, Rodrigo, ante la certeza de que no tendría hijos, había abortado estas aventuras de casamientos con la rama familiar malagueña (parece que despachó sin muchos miramientos a Luis, que había acudido hasta su casa de El Cañavate desde Málaga, ofreciendo hasta cuatro mil ducados de dote por su hija segunda) y se había comprometido a dividir su hacienda entre sus sobrinos, hijos de su hermano Hernando: al ya mencionado Diego Pacheco, quinientos mil maravedíes, similar cantidad a mosén Juan, otra cantidad incierta a doña María y la hacienda de El Cañavate, exceptuada Torralba, a Hernando, aunque en tanto que viviera, el sobrino le serviría como criado y sin renunciar a la propiedad de sus heredades. Parece que durante el tiempo que Hernando sirvió a su tío Rodrigo, la hacienda se incrementó sobremanera, tanto por la adquisición de nuevas tierras como monetariamente; la fortuna de Rodrigo se había incrementado en cinco mil ducados de oro y quinientos de plata, gracias al buen hacer de su sobrino Hernando. Sin embargo, el sobrino, llamado a heredar la hacienda (y parece que tal hecho se reconoció en documento notarial redactado en Buenache el año 1538), sería expulsado de la casa de Rodrigo unos meses antes de su muerte, sin duda, por la presiones de la muñoza, que con su presencia en la casa de Rodrigo desde los años veinte había desbaratado los planes de los Pacheco de Belmonte.

Los últimos años de Rodrigo Pacheco los paso al amparo de los Ruiz de Alarcón en Buenache. En la casa señorial de Buenache quien hacía y deshacía era Ana Muñoz, la muñoza, cuñada del mayordomo de don Rodrigo: un Rodrigo Pacheco, ciego, era víctima y partícipe de estas intrigas palaciegas; no pudiendo firmar los documentos, a causa de su ceguera, lo hacía por él un tal Pedro Saiz, vecino de Pastrana, ante el escribano Bartolomé Santacruz, hombre de confianza del señor de Buenache, al igual que el mencionado Hernando de Alarcón, encargado de llevar a buen puerto las intrigas urdidas por la muñoza. Los días de mediados de marzo de 1539 fueron de idas y venidas a Iniesta, donde residía el gobernador del marquesdo de Villena, para ganarse su favor, mientras que, en la villa de El Cañavate, Rodrigo agonizaba; estaba in extremis nos dirá el 21 de marzo su hermano Hernando. Desde Belmonte se denunciaba la pequeña corte de Buenache dominada por la muñoza, que con sus persuasiones se estaba ganando la voluntad de Rodrigo Pacheco y que manejaba a Diego Ruiz de Alarcón como un títere. Esta muñoza pasaba por manceba de Rodrigo Pacheco en sus últimos quince años, a decir de sus detractores era mujer astuta, sagaz y lisonjera. En comandita con Diego Ruiz de Alarcón, que le había dado un majuelo, la muñoza había mudado sus juegos amorosos en zalamerías con Rodrigo Pacheco, que los tres últimos años de su vida había trasladado su residencia a Buenache.

Pero la presencia de la muñoza en la casa de Rodrigo Pacheco fue demoledora en un momento que desde Belmonte sus hermanos intentaban controlar una herencia, que, ya sabían, no tendría herederos en el segundo matrimonio con Isabel de Pedrola. En 1525, quizás poco después de la entrada de la muñoza en la vida de Rodrigo Pacheco, su hermano Hernando, alcaide de Belmonte, mando a su hijo a servir en casa de Rodrigo

La muerte de Rodrigo Pacheco, en agosto, es precedida por la redacción de su testamento el primero de febrero de 1539 en la casa del señor de Buenache. El finado dejará sus bienes destinados a la construcción de la iglesia de El Cañavate, al sustentamiento de la muñoza y de la familia de su mayordomo, Hernando de Alarcón, y declarará como heredero universal a Diego Ruiz de Alarcón, señor de Buenache. El testamento de Rodrigo Pacheco era contradictorio con el que había dado su padre, pues la cadena sucesoria pensada para una muerte de Rodrigo sin hijos se había visto alterada por la muerte del sucesor de la herencia de Rodrigo, según había determinado su padre Diego: Juan Pacheco, hijo de Catalina Pacheco y Pedro Ruiz de Alarcón. Los últimos años de Rodrigo Pacheco debieron ser dramáticos; ciego desde 1527, casado dos veces, ninguna de las dos mujeres le había dado herederos, y atosigado en su herencia por unos hermanos que la pretendían. Rodrigo encontró consuelo en brazos de la muñoza, que adquirió la posición en la familia como mujer de hecho, después de que Isabel Pedrola fuera repudiada, y de la hermana de la muñoza (casada con el mayordomo Hernando de Alarcón), tal vez, es creíble que Ana Pacheco, hija de Hernando de Alarcón y María Muñoz, fuera hija de Rodrigo Pacheco, pues fue criada en su casa y era tratada como hija por Rodrigo y tal condición se le daba en Buenache. Nos queda la duda si era hija de María o de quien pasaba por su tía, la muñoza.

A la altura de agosto 1539, el pleito enfrentaba a Hernando Pacheco, hermano de Rodrigo, y Diego Ruiz de Alarcon, señor de Buenache, que había decidido más allá de pretendidos derechos ocupar los términos de Torralba. A los pleiteantes también se sumaba Isabel de Pedrola, segunda mujer de Rodrigo Pacheco y que nos aparece como vecina de Granada. Antes que Juan de Bembrilla labrara las tierras de Torralba un 14 de noviembre, por orden de Diego Ruiz de Alarcón, ya lo habían hecho un mes antes otros cuatro criados del señor de Buenache, siendo apresados por el alguacil de El Cañavate Alonso de Lozuza, cumpliendo mandato del alcalde Francisco Jareño. El conflicto se había visto primero ante el gobernador del Marquesado de Villena Pedro Núñez de Avellaneda y su alcalde mayor Juan Ruiz de la Almarcha, determinándose primero, el doce de agosto, el secuestro de la heredad de Torralba e impidiendo su uso, y luego la remisión de la causa a la Chancillería de Granada. El secuestro de bienes había sido en el mes de agosto, pocos días después de la muerte de Rodrigo Pacheco acaecida el día de Nuestra Señora de las Nieves, cinco de agosto de 1539. El ocho de julio de 1540, Diego Ruiz de Alarcón pide se levante el secuestro para cosechar los panes sembrados en noviembre; siéndole negado por auto de la Chancillería de Granada de 17 de agosto. Las cosechas y maravedíes de las rentas quedaron durante tres años en poder de la justicia de los alcaldes ordinarios de El Cañavate, hasta que Diego Ruiz de Alarcón decidió coger el pan por su cuenta.

Ambos contendientes se enzarzan en una guerra de testigos, mientras Diego Ruiz de Alarcón tacha de falta de imparcialidad a los testigos de Hernando Pacheco, cuando no de borrachos, perjuros, moros o judíos; el alcaide manda a sus hijos a amenazar a los testigos del señor de Buenache. Entre los testigos de Diego Ruiz de Alarcón, presentados por su mayordomo Juan Herrero, destacaba Diego de Ortega, de edad de 60 años en 1539, y otros como Juan de Flomesta, los hermanos Cañete, Jorge el clérigo y Andrés, o el escribano Juan Blasco. El pleito no aparece concluso.


(1) RODRÍGUEZ LLOPIS, M.: “Procesos de movilidad social en la nobleza conquense: la Tierra de Alarcón en la Baja Edad Media” en Tierra y familia en la España Meridional, siglos XIII-XIX, FRANCISCO GONZÁLEZ GARCÍA (ed.), Universidad de Murcia, 1998, p. 69, nota 58


ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA (AChGr). 01RACH/ CAJA 2919, PIEZA 1. Pleito por la herencia de Rodrigo Pacheco. 1539


ANEXO: Testamento de Rodrigo Pacheco, señor de Torralba

Rodrigo Pacheco, el hombre más poderoso y rico de El Cañavate en el primer tercio del siglo XVI, pasó sus últimos tres años en las casas de Diego Ruiz de Alarcón, señor de Buenache, entre los cuidados de la muñoza, con la que llevaba quince años amancebada, después de dos matimionios fracasados y consumidos con María de Bayo, primero, e Isabel de Pedrola, después. Su testamento sería redactado el uno de febrero de 1539, seis meses antes de su muerte, acaecida el día de la Virgen de las Nieves en agosto.


De las cláusulas matrimoniales destacamos una: aquella que destinaba su herencia y capital a la construcción de la iglesia de El Cañavate. Don Rodrigo Pacheco, flaco y debilitado de cuerpo, pero en su sano juicio, manifestaba como primera voluntad:


Quando Dios nuestro señor sea servido sacar mi ánima de mis carnes quiero y es mi voluntad que mi cuerpo sea sepultado en una yglesia que yo quiero edificar en una villa del Cañavate
Mientras la iglesia se edificaba su cuerpo debía ser sepultado en la iglesia de Buenache de Alarcón. Para su futura iglesia donaba un cáliz de plata con su patena de marco y medio y buena hechura. Luego pasaba a fijar las condiciones para la edificación de la dicha iglesia:


Si Dios fuere servido tengo voluntad de edificar una yglesia de la dicha villa del Cañavate en un solar que tengo en la dicha villa del Cañavate junto a las casas prinçipales que en la dicha villa tengo, si no tuviere tiempo para lo efettuar es mi voluntad que mis executores de este mi testamento hagan hazer e edificar en el dicho lugar la dicha yglesia con la liçençia que sea nesçesaria e que sea de bóveda e muy bien labrada de piedras; se gasten en el dicho edifiçio quinientos ducados de oro y la advocación de la dicha yglesia sea Nuestra Señora de los Remedios y demás de los dichos quinientos ducados que sean de gastar de mis bienes en lo susodicho, quiero que de la plata que tengo o tuviere se haga para la dicha yglesia una cruz y dos cáliçes e dos patenas e dos pares de ampollas e un inçesario e una custodia e dos cruzes pequeñas para los altares y demás mando treynta mill maravedís para hornamentos e una campana sy los dihos hornamentos yo en mi vida yo no dexare hechos en un par de misales
La iglesia debía ser comenzada a edificar en el momento de su fallecimiento, cinco de agosto de 1539, y se pedía tal diligencia a la hora de labrarla y edificarla, que en dos años debía estar edificada, para ello encargaba tal menester a su heredero, Diego Ruiz de Alarcón, pero en un gesto de desconfianza, si se incumplía su última voluntad mandaba que sus bienes fueran al convento de San Agustín del Castillo de Garcimuñoz. Como ejecutores de su voluntad encargaba al prior de frailes de dicho convento y al vicario de las monjas de Nuestra Señora de Gracia. El patronazgo de la iglesia se lo dejaba a sus herederos, nombraba dos capellanes a sufragar sus gastos con la dehesa de Cuevas Yermas y las heredades de Atalaya; el uno sería el hijo de su mayordomo Hernando de Alarcón y el otro el clérigo Cristóbal Sepúlveda.


Pedía a continuación que los cuerpos de sus padres, Diego Pacheco, que fue alcaide de Belmonte, y María del Castillo y Toledo, hija del alcaide de Alarcón, fueren llevados a ser enterrados en la nueva iglesia en una capilla y parte principal de ella. Después, Rodrigo Pacheco se acordaba de su amante la muñoza para dejarle gran parte de los bienes, pero eso es ya otra historia.


El 28 de abril de 1542, Diego Caicedo, procurador del señor de Buenache, Diego Ruiz de Alarcón, en un memorial ante la Chancillería de Granada, nos decía que la iglesia ya estaba labrada.

La gran beneficiaria del testamento era Ana Muñoz, la muñoza. Rodrigo Pacheco reconocía que Ana Muñoz ya se había hecho con un parte de la hacienda familiar en dineros y plata, pero dicho capital lo tenía con su anuencia y se pedía se le respetara. Reconocía así, más que los servicios como amante que denunciaban sus enemigos, esos otros servicios y trabajos en su enfermedad y vejez. Le dejaba todos los muebles de su casa, aunque en su lucidez, le pedía que no tocara los dineros y plata, que tenía destinado para obras religiosas. A lo que había que sumar 8000 maravedíes y 50 fanegas de trigo.

El otro beneficiario era su mayordomo Hernando Alarcón, vecino de Montalbanejo. En una de las disposiciones su hijo era nombrado capellán de la iglesia de El Cañavate. Sus dos hijas, Ana Pacheco y Teresa de Salazar, eran dotadas de sendas rentas de 300 ducados y 20000 maravedíes y a la madre de ambas, María Muñoz, veinte ducados. Podemos hablar de una familia en su conjunto muy beneficiada, pues tanto Ana como Teresa eran sobrinas de la muñoza, hermana de su madre María. Era a la tía a la que se encargaba el control del dinero cedido a las dos niñas hasta en tanto estuvieran en edad de casarse.

Aclaraba Rodrigo Pacheco la no confusión de bienes con los de su segunda esposa Isabel de Pedrola a su muerte, detallando aquellos que había vendido en vida como suyos propios:


Una huerta vendida a Miguel Saiz Cañete por 35000 maravedíes en el paraje de la Cerrada, en El Cañavate
Unas casas en El Cañavate por 17000 maravedíes a Diego Martínez Bermejo en la calle de la Cuesta
Otras casas en El Cañavate a Andrés Martínez por 20000 maravedíes
Otras casas en El Cañavate a Pedro López de la Alberca en 6.000 maravedíes
Otras casas en el lugar de Honrubia por seis mil maravedíes
Otras casas en el lugar de Honrubia por cinco mil maravedíes
A continuación se detallaba otros bienes como el grano disponible y sembrado ese año antes del matrimonio, varios vestidos y otros bienes: piezas de oro, paños, alfombras, ...
Por último se instituye como heredero a Diego Ruiz de Alarcón, señor de Buenache y Villanueva del Río, y después de su muerte su hijo (y de María de Mendoza, Juan Pacheco u otro hermano de éste, o descendientes más próximos, siempre que adopten para su linaje el apellido Pacheco. En caso de falta de sucesores, los bienes quedarían para el convento de San Agustín. Sin embargo, lo que es llamativo es la condición que pone para el heredero universal con la muñoza:
que cumplan con la dicha Ana Muñoz muy cumplidamente lo que les tengo mandado y demás desto que la tengan y traten por madre y hermana mayor porque esto es mi determinada voluntad y que si ansy no lo hiziere pierda por el mesmo hecho los dichos mis bienes y herencia vengan al dicho monesterio de San Agustín del Castillo
El testamento es dado el uno de febrero de 1539 ante Bartolomé de Santacruz, escribano de la villa de Buenache, en casa de Diego Ruiz de Alarcón. Fueron testigos: Francisco de Sepulveda, Alonso de la Osa, Pedro de la Osa, Bartolomé Martínez, Miguel Pinedo, Bartolomé de la Mota, Antonio del Castillo, Miguel del Carrillo, Quílez Martínez, clérigo (que firma el testamento por Rodrigo Pacheco), vecinos todos de la villa de Buenache.

Apenas había muerto Rodrigo Pacheco, el cinco de agosto, en casa de Diego Ruiz de Alarcón, cuando éste se presentó ante los alcaldes de Buenache, Hernán Saiz Carnicero y Benito Bermejo, para que se abriera el testamento y reclamar su herencia. Acompañaban a su señor Pablo Santacruz y Gil Hortelano.



ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA (AChGr). 01RACH/ CAJA 2919, PIEZA 1. Pleito por la herencia de Rodrigo Pacheco. 1539

martes, 24 de septiembre de 2019

Testamento de Fernando Ruiz de Alarcón, señor de Valera de Yuso y La Losa (28 de junio de 1606)

Testamento de Fernando Ruiz de Alarcón, señor de Valera de Yuso y La Losa. Dado en Valera de Yuso, 28 de junio de 1606.


  • Su cuerpo sea enterrado en la capilla mayor de la iglesia de Valera de Abajo, sin que se haga túmulo, más del que se tiene la dicha capilla.
  • Manda nueve mil misas por su alma y dos mil misas por las almas de sus abuelos, padres y su mujer doña María Zapata.
  • Si muere fuera de Valera, pide que su cuerpo sea llevado en litera con cuatro hachas encendidas, ocho al entrar en los pueblos y treinta en su sepultura
  • Treinta ducados para cera para cada una de las cofradías de la villa
  • Veinte ducados para cada una de las ermitas de Valera de Abajo y que la ermita de San Marcos se reedifique a su costa
  • Cien ducados para los pobres de la villa
  • Perdón a sus vasallos de las gallinas que le debieren
  • Perdón de todas aquellas deudas inferiores a veinte ducados, de los vecinos de Valera y Casasimarro
  • Donación de cuatrocientas fanegas para el alhorí de Valera
  • No se tome cuentas a su mayordomo Alonso de Morales, le cede además los censos que tiene contra los vecinos de La Roda y una cédula de 800 ducados contra Hernando del Castillo.
  • 200 ducados a Diego de Torrijos
  • 200 ducados a Francisco de Illescas
  • A Franco de Monforte, 100 ducados, y a Francisca de Torres, 200 ducados
  • A Isabel de Monforte, 50 ducados; a Isabel de Salas, mujer de Francisco de Olalla, le perdona las deudas
  • 15 ducados para poner en un convento a Juana de Ribera
  • A Jerónima de Vera, hija del licenciado Castillo, 200 ducados
  • A Quiteria que le fue echada en la puerta, 300 ducados
  • A Diego Pérez y Ana Saiz, devolución de una casa embargada
  • A Hernán López, 200 ducados; a Praves y León, 50 ducados a cada uno; a Montoya, 50 ducados, y a los niños de puerta, 200 ducados; a Juan Serrano, 50 ducados; a otras dos niñas echadas a la puerta, 50 ducados; a Miguel Carrasco, 100 ducados
  • A doña Catalina de Ayala Gaitán, su mujer, el juro que tiene doscientos mil mrs. al año de renta en los puertos secos y el coche con los caballos
  • Un caballo al sobrino de su mujer, llamado Juan Luis
  • A su señora doña Mariana de Guzmán, una silla de fieltro azul
  • A su señora Inés Román y Toledo, un esclavo apodado Diego el negro, para que le riegue sus tiestos
  • A Juan Pacheco, señor de Perona, un esclavo mulato llamado Alonso
  • Se salden cuentas con su mujer Catalina Ayala, subastando el oro y plata de su casa, hasta pago de las arras
  • Dona al hospital de Valera los censos contra los vecinos de esa villa
  • Los censos de Valdeparaíso, heredados de su hermana, se den a la capilla mayor de la iglesia de Valera para su ornamento
  • Se paguen las deudas de la memoria de la Cruz
  • Se dediquen los dineros recibidos de Francisco de Monforte para pintar el retablo, más otros 200 ducados
  • Se diga cada día una misa en su sepultura, a pagar de los heredamientos y rentas de Villarejo del Espartal y Fuentesbuenas
  • De las tierras libres que posee en Valera, se arrienden para dar limosnas a los pobres, casar huérfanas, para Pascua, Nuestra Señora, Apóstoles y San Julián
  • Obligaciones para los capellanes de las capellanías que deja: naturales de la villa, con preferencia de los criados de la casa del señor,  y músicos de canto y órgano y asistan con roquetes a los oficios, y que una de los capellanes sea preceptor y lea gramática. Se nombran por primeros capellanes: el vicario de la villa, Pedro Monforte, el licenciado Ballestero, y Pedro Rodrigo.
  • Al Convento de San Francisco de Valera, un juro sobre las alcabalas de Cuenca de 57159 mrs. de renta cada años, 
  • La Hacienda de Cañadajuncosa arrendada, lo que se cobrare lo haya el cabildo del Santísimo Sacramento
  • Se perdonan las deudas de la priora del convento de carmelitas de la villa y se le dan mil ducados para su obra
  • La hacienda de Valparaíso se reparta entre sus sobrinas doña María Carrillo, doña Inés Carrillo y doña Juana Carrillo
  • Nombramiento de cabezaleros: Luis Gaitán Ayala, su suegro y contador mayor del Consejo de Hacienda; Catalina de Ayala, el vicario de Valera y Alonso de Morales, mayordomo.
  • "Declaro en lo que toca al mayorazgo de Valera y la Losa que en caso que se acabase en mí el nombramiento, instituyo y nombro a don Diego de Melgarejo mi sobrino si yo para ello tengo derecho".
  • A falta de herederos, nombra por heredera universal a su mujer doña Catalina de Ayala

Testimonio de la muerte, en el convento de monjas carmelitas descalzas de la villa de San Clemente, de Catalina Ayala, mujer segunda de Hernando Ruiz de Alarcón, señor de Valera. El convento de carmelitas descalzas de San Clemente se había fundado en 1617 por traslado del convento existente en Valera, fundado por la madre Ana de San Agustín en 1600.
AGS, CME, 610-60

Fuente: AGS, CME, 610-60