El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

viernes, 23 de febrero de 2018

El Cañavate: realengo e intereses señoriales

Ruinas del Castillo de El Cañavate
Con el juez Francisco González de Molina se cerraron los términos de Villanueva de la Jara, Motilla, Barchín y el Cañavate, impidiendo los aprovechamientos de Alarcón. Sin embargo, para el caso de EL Peral un testigo afirmaba que los caballeros de la sierra de la villa de Alarcón pueden prendar en los dichos términos de la villa del Peral por çierta convenençia que entre las dichas villas está fecha. Además la villa de Alarcón mantuvo sus términos en una prolongación lineal en torno a la ribera del Júcar, lo que hacía que, siendo limítrofes Villanueva de la Jara y San Clemente, estuviesen separados por una delgada línea de tierra ribereña al Júcar, perteneciente a Alarcón. Incluso El Cañavate tuvo que renunciar a parte de su término a favor de Alarcón para cerrar sus términos. Aunque por carta real de nueve de febrero de 1478 obtuvo las aldeas de Atalaya, Cañadajuncosa y el lugar de Torralba, pronto este lugar cayó en manos de los Pacheco, alcaides de Belmonte, dejando a la villa desprovista de la principal dehesa del término (Anexo I). Pobre en pastos, los vecinos integraban sus ganados en las rutas trashumantes.

A El Cañavate también se le dieron términos cerrados y redondos por el licenciado González Molina. A la altura de 1532, se definía como villa con mucha población, poco término y muchos ganados.
Que la villa de Alcañavate es pueblo de dozientos vezinos poco más o menos e casi todos labradores e tiene dos aldeas (Cañadajuncosa y Atalaya) subjetas e ay mucha copia de ganado

A pesar de estar en la encrucijada de caminos que desde Toledo y Cuenca iban a Valencia y Murcia, y de los deseos de sus vecinos, su población era de apenas de doscientos casas; habría que sumar los moradores de sus aldeas para que la villa duplicara su población cincuenta años después. El Cañavate era una villa que iba perdiendo su frescura democrática. La revolución de las Comunidades fue sangrienta en esta villa, lugar de una batalla que tiñó de rojo las aguas del río Rus. Un vecino de Santa María del Campo Rus, llamado Diego Cabedo, recordaba cómo hasta el año 1520 todos los vecinos del pueblo se reunían, a campana tañida, en concejo abierto, junto a sus regidores y alcaldes para discutir en común de los temas de interés. Pero a partir de la revolución comunera, las concejos abiertos desaparecieron
con los alcaldes e rregidores se juntavan todos los vezinos del pueblo a canpana tañida e que estando todos juntos, lo que estos hordenavan hera válido e lo que de otra manera se hazía no valía nada e que entonçes hera el conçejo abierto e que después este testigo ha oydo deçir que ya no se juntan a canpana tañida al dicho conçejo e que ansy estuvo el dicho conçejo abierto desde los dichos treynta años hasta el año de quinientos e veynte
Los nuevos concejos estaban formados por siete u ocho personas, tal como atestiguaba un antiguo alcalde de Alarcón llamado Diego López de Flomesta, que se reunían, a falta de casas consistoriales, en una casa particular. Aunque sería demasiado idílico ver una revolución democrática en el movimiento comunero, pues según contaba García Zapata, antiguo caballero de sierra, los concejos cerrados se remontaban a veinticinco años atrás o al menos estaban en transición entre el cabildo cerrado y el abierto, con asistencia cada vez más reducida de vecinos, llamados diputados. El Cañavate se definía como una tierra de labradores, que con esfuerzo sacaban el fruto de unos campos a medio camino entre la Mancha y la Sierra. La propia villa se situaba entre dos cerros, aprovechando la hondonada abierta por el río Rus. Pero en esta villa de labradores había demasiados hidalgos ejecutoriados, muchos pobres de solemnidad, pero otros como los Araque o los Ortega (aliados matrimonialmente con los Montoya de Vara de Rey) con propiedades e influencias más allá del término de la villa. Del pasado guerrero de la villa era símbolo un castillo desmochado por los Reyes católicos, tan arruinado como la mayoría de los hidalgos. Las apetencias de la baja nobleza regional estaban representadas por los alcaides de Belmonte, propietarios de la ya citada dehesa de Torralba, o los Castillo con heredades en Villar de Cantos, Atalaya o el Cañavate, anejas al patrimonio familiar de Perona, aunque todavía quedaba lejos la venta de 1637, cuando la mitad de Atalaya fue vendida al Marqués de Villena.

Aunque con términos cerrados, Cañavate tenía aprovechamientos comunes con la villa de San Clemente, distante tres leguas. Los caballeros de sierra de Cañavate eran especialmente rigurosos con los vecinos de Castillo de Garcimuñoz y su aldea de Honrubia a los que tomaban los ganados; igual proceder se seguía con los vecinos de Alarcón. Incluso diez u once años antes, los guardas de Cañavate se atrevieron a prendar los ganados de los poderosos Herreros de San Clemente. No obstante, parece que hacia 1525 o 1526 hubo una consciente intencionalidad de la justicia de El Cañavate de cerrar sus términos a los vecinos de San Clemente. Pero el caso es que San Clemente había conseguido su villazgo en 1445, a diferencia del resto de las villas de realengo que consiguieron dicho privilegio al acabar la guerra del Marquesado, por lo que el cierre de términos no le afectaba y mantenía los aprovechamientos comunes del suelo de Alarcón. La realidad es que la villa de Cañavate no hacía distinciones y sus caballeros de sierra actuaban celosamente por guardar su término ante cualquier foráneo. La caballería de sierra era un bien propio del concejo de Cañavate que se arrendaba al mejor postor en almoneda pública cada año el día de la festividad de la Virgen de Agosto. En 1531, uno de los postores fue Andrés de la Roda, que pagó cinco ducados por el oficio, y ejerció de guarda junto a Alonso López de Tébar y Diego de Molina.

El conflicto más serio con los sanclementinos se dio en la Navidad de 1531, cuando un vecino de San Clemente llamado Juan de Olivares, que tenía su casa en Villar de Cantos, fue sorprendido pastando con sus yeguas en la Saceda, término de El Cañavate. Le fueron embargadas las yeguas, hasta que pagó una multa de quince reales. Juan de Olivares era persona principal en el pueblo, da fe de ello que las yeguas prendadas alcanzaban el número de treinta y seis o treinta y siete, además estaba emparentado con la familia Ortega. Su hija estaba casada con Rodrigo Ortega el mozo, avecindado en El Cañavatehijo de Rodrigo Ortega el viejo, que tenía hacienda tanto en San Clemente como en el Cañavate. Sin duda, entre Villar de Cantos y Cañavate había desde tiempo inmemorial una continuidad en la explotación del espacio agrario: en esta zona, la tierra era propiedad y monopolio de los Ortega.

El pleito de Juan de Olivares se celebró ante el juez pesquisidor Pablo de Chinchilla. El caso trascendió lo particular para convertirse en un litigio entre dos villas. El Cañavate estaba representado por el regidor García Herrero y el escribano Alonso Piqueras; San Clemente, por Pedro Barriga. La concordia sobre libre aprovechamiento de términos entre San Clemente y El Cañavate se había roto hacia 1525, momento en que los vecinos de Cañavate alegaban haber ganado un privilegio, que nunca exhibieron, para cerrar sus términos frente a los sanclementinos. Los litigios se fueron acumulando. El año de 1531 fue de máxima tensión entre las villas, el embargo de yeguas de Juan de Olivares vino precedido de otro incidente que tenía un carácter más ejemplarizante por la justicia de El Cañavate. Una yegua de Juana López de Olivares, viuda de Antonio de los Herreros, pacía junto a una manada de yeguas del también sanclementino Hernán Vázquez de Haro en el sitio denominado los Atochares, término de El Cañavate. Si las yeguas de Hernán Vázquez fueron respetadas, no ocurrió lo mismo con la única yegua de Juana, que fue embargada, llevada a los alcaldes Eugenio López y Francisco Jareño, y esta vez, no devuelta. La mula acabó pasando por manos de varios vecinos de El Cañavate. La viuda se querelló al ver cómo su yegua era aprovechada por los de El Cañavate para sus labores. Pidió un real por cada día de trabajo y cinco mil maravedíes por una yegua que había renunciado a recuperar. Aparentemente, una viuda era víctima fácil, pero si nos fijamos en la persona de Juana López de Monteagudo, la elección de la justicia de El Cañavate era una provocación. No solo Juana era la viuda de uno de los principales personajes de San Clemente del primer cuarto de siglo, sino que además sus hijas estaban casadas con las principales familias sanclementinas: los Pacheco y los Ruiz de Villamediana.

No era casualidad que los principales vecinos de San Clemente tuvieran yeguadas. La utilidad del animal, además de ser usado para el acarreo, adquiría una mayor importancia en este primer cuarto de siglo. Los bueyes eran sustituidos por las mulas para la labranza y otras labores de la tierra. El fin de las yeguas era ser echadas al garañón para la procreación de mulas, cuya venta, y precios astronómicos, se había convertido en lucrativo negocio. Pero las mulas, como la yeguas, no se alimentaban de las yerbas de las dehesas sino de grano. La mula de Juana López Monteagudo había sido sorprendida, junto al resto de la yeguada, propiedad de Vázquez de Haro, comiendo en un campo de centeno hacia finales de agosto o comienzos de septiembre. Los cañavateros, pueblo de labradores, veían, no ya a los ganados lanares sanclementinos disfrutando de sus dehesas (al fin y al cabo el disfrute de la principal dehesa, la de Torralba, era propiedad y de uso privativo de Rodrigo Pacheco), sino a los ganados equinos, cuyos precios eran prohibitivos para los de El Cañavate. Así, aunque el problema se disfrazaba de libre aprovechamiento del suelo de la tierra de Alarcón, la verdadera raíz era el uso de los agostaderos por las mulas y yeguas de los sanclementinos y, sin duda, el recelo que provocaban los dueños de unos yeguas necesarias para la crianza de mulas, que los cavañateros veían con envidia.

San Clemente siempre jugó con el equívoco de su concesión de villazgo en 1445, como villa de señorío. Integrada en el Marquesado de Villena de los Pacheco, conservó sus derechos comunales sobre el suelo de Alarcón. Cuando otras villas se rebelan contra el Marqués de Villena y consiguen el derecho de villazgo en 1478, se prestan, con la comisión del licenciado González Molina, a cerrar sus términos y excluir a sus vecinos de los aprovechamientos comunales. Pero San Clemente siempre recordará su apuesta por la Corona en la rebelión y su derecho a mantener sus privilegios: cosa que consiguió al menos en las sentencias y no tanto en la práctica. Además la obtención de términos redondos y cerrados no fue tan generalizado como pudiera parecer. Ya hemos mencionado a la villa de El Peral, que consiguió una concordia o avenencia con el concejo de Alarcón. Igual concordia intentó la villa de Barchín, aunque el resultado fue más conflictivo, en parte, porque la auténtica frontera que se estaba estableciendo era entre tierras de señorío y tierras de realengo. Una división tan significativa como la obtención de jurisdicción propia por las villas sobre sus términos, que les llevaba a cerrarlos.

Al final la vara de medir de la Chancillería de Granada en los pleitos fue doble. El Cañavate mantenía conflicto con Castillo de Garcimuñoz y San Clemente por el cierre y vedamiento de sus términos. Si obtuvo la razón frente a Castillo de Garcimuñoz, no ocurrió lo mismo frente a San Clemente, que siguió disfrutando del suelo común. La razón era simple: El Castillo de Garcimuñoz había apostado en la guerra del Marquesado por apoyar la rebelión contra la Corona y San Clemente se había mantenido fiel, preservando los mismos derechos y privilegios previos a la rebelión.

El pleito entre San Clemente y El Cañavate se sustanció por una primera sentencia de la Chancillería de Granada de 13 de septiembre de 1539
fallamos que, en el pleyto que sentençió Pablo de Chinchilla, juez de comissión de sus Magestades, y que amas partes apelaron, que Sant Clemente puede pazer con sus ganados en los términos de Alcañavate e comer las yerbas e beber las aguas, en la manera que juzgó el dicho juez, que juzgó bien; y en lo que toca a arar y cortar leña y madera e coger esparto y que juzgó el dicho juez que Sant Clemente no probó su demanda, rebocamos su juyzio y decimos que Sant Clemente puede hacer dichos aprovechamientos lo mismo que Alcañavate, en la forma e manera que los vezinos de Alcañavate pueden hazer en los términos de Sant Clemente (1)
La sentencia sería confirmada dos años despues, obteniendo carta ejecutoria la villa de San Clemente el 16 de noviembre de 1541. Sería un error por nuestra parte creer en un triunfo de los viejos derechos comunitarios frente a los particularismos de las villas. La sentencia de la Chancillería
de Granada supuso un vuelco a la que previamente había dado el juez de comisión Pablo de Chinchilla. Si bien dicho juez admitía los aprovechamientos comunes para los ganados, intentó poner freno a un proceso roturador de la tierra que estaba desmontando los pueblos. Familias como los Ortega, cuyo patrimonio en Villar de Cantos, El Cañavate y Vara de Rey traspasaba los límites de los mojones y jurisdicciones privativas de las villas, acabaron imponiendo sus propios intereses al general de los vecinos. La obtención de la dehesa de Torralba constituyó una primera intromisión señorial en el realengo; la forja de una hacienda territorial a mediados del quinientos por los Ortega fue el triunfo de los ricos. EL siglo XVII sería la vuelta al señorío de unos pueblos que pensaron haber conseguido la libertad en las guerras del Marquesado. Don Rodrigo Ortega conseguiría en 1626 su señorío propio en su hacienda de Villar de Cantos y la jurisdicción de Vara de Rey. El Cañavate vería mermada su integridad territorial cuando la mitad de su aldea de La Atalaya pasó en 1637 a jurisdicción del Marqués de Villena y Duque de Escalona (Anexo II).

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Anexo I: Disputa entre Cañavate y Diego Pacheco por Torralba (1501)

El Cañavate había recibido el 9 de febrero de 1478, los términos de Cañada Juncosa, Atalaya y Torralba para dotar a la nueva villa eximida de la Tierra de Alarcón de nuevos términos que ampliaran los estrechos términos que la villa poseía. La realidad era que la posesión efectiva de dichos términos distaba de ser efectiva para el lugar de Torralba, convertida en dehesa cerrada por Diego Pacheco de Avilés, alcaide de Belmonte y hermano del señor de Minaya, para su aprovechamiento propio. Aquí presentamos la disputa por la dehesa de Torralba el año de 1501, cuando los vecinos de Cañavate deciden quebrantar la posesión de Diego Pacheco y pacer con sus ganados las yerbas de esa dehesa. El Consejo Real estudió la petición de Diego Pacheco, pero no se pronunció a la espera de escuchar a las partes. En el fondo, el Consejo era sabedor de la cesión de Torralba al Cañavate trece años antes, como era sabedor de la posesión de hecho del alcaide de Belmonte sobre la dehesa, fruto de la concesión anterior del concejo de Alarcón. En 1516, Diego Pacheco, intitulándose de nuevo como vecino de Alarcón para hacer valer sus derechos, cede a su hijo Rodrigo heredades de Cañavate, Torralba, Alberca y Atalaya, más las dehesas de Cuevas Yermas, Torralba y la Romerosa.
Sepades que Diego Pacheco vesino de la dicha villa de Alarcón nos fiso rrelaçión por su petiçión que ante nos en el nuestro consejo fue presentada disiendo que el tyene e posee el término de Torralua que es dehesa dehesada sobre sy pacíficamente e que en tal posesión ha estado e está de mucho tienpo acá e que agora nuevamente dis que el conçejo e vesinos de la villa de Cañauate, aldea que fue de la dicha villa de Alarcón dis que se jata e alaban disiendo que han de quebrantar el dicho su término e paçer la yerva de la dicha dehesa e que sy asy pasase quél rresçibiría mucho agrauio e daño

Archivo General de Simancas, RGS, LEG, 150110, 283. Incitativa a petición de Diego Pacheco. 23 de octubre de 1501



Anexo II: El Cañavate recibe los despoblados de Cañada Juncosa, El Atalaya y Torralba (1478)



Iglesia Asunción. Atalaya Cañavate

El primer desgajamiento de la tierra de Alarcón en 1476, con motivo la guerra contra el marqués de Villena, supuso la exención jurisdiccional y el título de villa para Villanueva de la Jara, Motilla, El Peral, Barchín y El Cañavate. En el caso de está última villa, y por la estrechez de los términos concedidos, se le daría posesión dos años después de varios lugares despoblados. Uno de ellos, Torralba, nos aparece cien años después en las Relaciones Topográficas como una dehesa y heredamiento que se dice de Torralba, que es de los herederos de Rodrigo Pacheco. Los otros dos despoblados, Cañada Juncosa y Atalaya tendrían más futuro como aldeas, volviendo a estar pobladas. La segunda conseguiría el título de villa en 1633, por compra del Marqués de Villena, mientras que la primera lo intentaría inútilmente en 1732.

poder e comysión al alcalde de frías que está en chinchilla que les ponga en posesión de çiertos términos
la villa de alcañauate
Don Fernando e doña Ysabel ecétera, a vos el liçençiado fernando de frías nuestro governador en el marquesado de Villena salud e graçia, sepades que por parte del conçejo justiçia ofiçiales e omes buenos de la villa de alcañabate que es en el dicho marquesado nos fue fecha relación que al tienpo que era aldea yo la dicha rreyna por les faser bien e merçed la aparte e eximí de la jurediçión e justiçia çeuil e criminal de la villa de alarcón e de los alcaldes e alguasyles e otros ofiçiales della para que dende aquí adelante para sienpre jamás fuesen villa por sy e sobre sy segund que esto e otras cosas más largamente fase mençión nuestra carta que sobre ello les mande dar e por quanto la dicha villa contiene poco término que nos suplicaran que les diésemos liçençia e facultad para que podiese cotar en su término e jurediçión e cotar por término por aquí adelante los lugares que dicen del atalaya e cañada yucosa e torralua que son despoblados los quales están çerca de la dicha villa e sus anexos a ella por que la dicha villa pague por ellos el pedido e que sobre ello les mandase proueer como la nuestra meçed fuese e nos por faser bien e merçed a la dicha villa tovymoslo por bien por que vos mandamos que de nuestra parte dedes e señaledes por términos a la dicha villa de alcañauate los dichos lugares de atalaya e ca(ña)da vncosa e torralua para que los tengáis por términos e se aprouechen dellos con tanto que la dicha villa de alcañauate pague por la cabeça del pedido que tiene e touiere de aquí adelante e que asy fagades e conplides con tanto que no será en perjuysyo de terçero alguno para la qual vos damos poder conplido por esta nuestra carta con todas sus ynçidençias dependencias emergençias anexidades e conexidades e no fagades ende al por alguna manera so pena de la nuestra merçed e de dies myll maravedíes para la nuestra cámara e mandamos so la dicha pena a qualquier escriuano público que para esto fuere llamado que dende al que vos la mostrare testimonio sygnado con su sygno por que nos sepamos en como se cunple nuestro mandado, dada en la muy noble çibdad de seuylla a nueve días del mes de febrero año del nasçimiento de nuestro señor ihesu christo de myll e quatroçientos e setenta e ocho años yo el rrey yo la rreyna yo Alfonso de auyla secretario del rrey e de la rreyna nuestros señores la fis escreuir por su mandado ...

AGS, RGS, II-1478, fol. 48, al alcalde de Frías para que dé posesión de unos términos a El Cañavate, nueve de febrero de 1478
Hay copia de esta real provisión en AMSC. AYUNTAMIENTO. Leg. 50/26. Copia de 1520 de amojonamiento entre San Clemente y El Cañavate de 1478 (Hay transcripción de esta copia por Diego Torrente Pérez)

AHN. CONSEJOS. Leg. 27048, Exp. 4. Las villas de Cañavate, Alarcón, Tébar y Honrubia y diversos moradores de Cañada Juncosa contra éste último lugar sobre exención de la villa de Cañavate y aprobación de unos capítulos. 1732

Hay documento que certifica la concesión del título de villa a la Atalaya del Cañavate en tres de septiembre 1633, junto a otros pueblos de Cuenca y Albacete por compra del Marqués de Villena. La venta parece se hizo efectiva en 1637

Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional. FRIAS, C.743, D. 40. Certificación de la Contaduría Mayor [de Hacienda], de haberse aceptado la petición del Marqués de Villena sobre concesión de villazgo a sus lugares de Villamalea, Mahora, Las Navas, Cenizate, Valdeganga, Casas de Ibáñez, Cardenete, Villar del Humo, Tebar, La Atalaya, Cadalso, Cenicientos, Paredes y Pelahustán en 31 de agosto de ese mismo año.

Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional. FRIAS, C.707, D. 2-40 Venta real del lugar de Atalaya a favor del Marqués de Villena. Comprende autos, cédulas y posesiones dadas al marqués, de esta villa; hay también una certificación de 1756, de haber pagado el Marqués de Villena la cantidad fijada por la compra de la jurisdicción, señorío y vasallaje de la villa



                 

Transcripción del texto
Planta orixinal de la villa de Atalaia, jurisdicción que era de la villa de S. Clemente, que de su magestad ha comprado el Sr. marqués de Villena, duque de Escalona, etc. toda la qual suma y monta 28906182 varas quadradas que hacen una legua un sexto de legua legal con más 781182 varas= en la qual medida el dicho sr. marqués pretendió que sólo se le midiese lo que pertenecía a su Md. por decir que la maior parte del término suio de lo qual hiço ynformación y mandó que después de aberlo medido se midiese con la dha. distinción como en los autos consta y en esta planta lo colorado es lo realengo que tubo 13275682 varas quadradas y la verde es del dho. sr. marqués y tubo 15630500 varas como más largo consta en la declaración y auto que consta presentó en Madrid a 14 de julio de 638
Luis Carduchi (rúbrica)

AGS. DIRECCIÓN GENERAL DEL TESORO. Inventario nº 24, 00671, 01. Planta de la villa de Atalaya de Cañavate por Luis Carducci. m. 1657



Anexo III: Relación de testigos (abril de 1532)

Hernando de Mendoza, 53 o 54 años, vecino de Alarcón, caballero de sierra
Cristóbal de la Parrilla, vecino de Alarcón, 64 años
Pedro Martínez rabadán, vecino de Santa María del Campo, 73 años
Juan García de Peñalver, vecino de Santa María del Campo, 65 años
Diego de Cabedo, vecino de Santa María del Campo, 41 años
Martín López de Honrubia, vecino de Santa María del Campo, 55 ó 57 años
Mateo Sánchez de Alarcón, vecino de Santa María del Campo, 65 años
Juan Ortega de Sevilla, vecino de Alarcón.67 años
Diego López de Flomesta, vecino de Alarcón, 50 años
García Zapata, vecino de Alarcón, 57 años, caballero de sierra

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(1) ARCHIVO MUNICIPAL DE SAN CLEMENTE. AYUNTAMIENTO. Leg. 1/2. nº 11. Ejecutoria. San Clemente contra El Cañavate: comunidad de pastos. 1539-1541

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA (AChGr). 01RACH/ CAJA 865, PIEZA 5. Pleito entre San Clemente y El Cañavate sobre aprovechamiento comunes. 1632Fotografía: http://carreterasymanta.blogspot.com.es/2012/04/el-canavate-cuenca.html

domingo, 18 de febrero de 2018

Alonso Montoya y Salazar, familiar del Santo Oficio

Era el año 1625, cuando el comisario de la Inquisición de San Clemente inició las averiguaciones de limpieza de sangre del joven Alonso Montoya y Salazar para la concesión del título de familiar del Santo Oficio. Alonso, que era natural de San Clemente, con diecinueve años era estudiante de manteo y beneficiado en la Universidad de Alcalá. A pesar de su corta edad, gozaba de un beneficio en la villa de Iniesta valorado en mil ducados. San Clemente, con sus aldeas, era por entonces una población de dos mil vecinos, que contaba con siete familiares del Santo Oficio y, en ella, don Alonso Montoya, disponía de una buena hacienda, de la legítima heredada de su padre. Y es que San Clemente vivía una época de esplendor, que para nada atisbaba la crisis inmediata que en los años posteriores provocaría la ruina de la villa.

Los apellidos Montoya y Caballón (así como otros procedentes de Cuenca, tales como Chirino o Salazar) daban un pedigrí indiscutible al pretendiente de cristiano viejo y naturaleza nobiliaria. Sus familiares ocupaban cargos en el Santo Oficio. Su primo hermano don Diego Montoya y Salazar era caballero del hábito de San Juan y familiar del Santo Oficio. Ya unos primos hermanos de su abuelo, el capitán Montoya, eran familiares del Santo Oficio: Juan de Montoya Espinosa, de la villa de Minaya, y Juan de Montoya y Córdoba de la de San Clemente. El joven Alonso prometía, a su riqueza e hidalguía sumaba un gran ingenio. A decir del escribano Miguel Sevillano era
cauallero mui cuerdo, modesto y modigerado, de quien se prometen grandes esperanzas, por sus letras, buen ingenio y virtud
El joven Alonso se había quedado huérfano de padre muy joven y había que tenido que mostrar su valía. Pero en el San Clemente de 1625 importaba tanto o más la etiqueta que el ingenio y la valía. Así lo manifestaba un prohombre de la villa, don Miguel de los Herreros, regidor perpetuo, capitán de la milicia y reconocido abogada en la Chancillería. Recordaba con orgullo, y como un signo de distinción, como andaba con don Pedro de Montoya, padre del pretendiente, a caballo por la villa y jugaban a juegos de caballero: las cañas y sortija. Juegos que poco tenían que ver con otros más populares y extendidos en la villa, como los naipes o las tablas, en los que se ejercitaban diestros los portugueses conversos existentes en la villa, auténticos minadores de la moral en la villa.

El joven Alonso Montoya sería beneficiado el 26 de enero de 1626 con el título de familiar del Santo Oficio


Genealogía de Alonso Montoya Salazar

Padres

Pedro de Montoya, natural de San Clemente y Mariana Chirino Salazar, natural de Cuenca e hija de Luis Chirino de Salazar (hijo de Hernando Chirino de Salazar y doña Isabel de Montemayor, vecina de Valdemorillo) y Juana de Cetina (hija de Diego de Cetina, procurador a Cortes, y Catalina de Chinchilla) y hermana del Padre Hernando de Salazar de la Compañía de Jesús y calificador de la Suprema. Los abuelos maternos vivieron en Chillarón

Abuelos paternos

Capitán Pedro de Montoya, natural de San Clemente, regidor perpetuo y elector de los alcaldes ordinarios por los hijosdalgo,  y Ana Fernández Cobos, natural de Castillo de Garcimuñoz e hija de Alonso Fernández Cobos, regidor de esa villa, y doña María de Chinchilla

Bisabuelos paternos,

 Juan de Montoya, natural de San Clemente, e Isabel de Caballón, natural de San Clemente 



Relación de testigos de San Clemente

Cristóbal Ángel de Olivares, notario del Santo Oficio, 40 años
Pascual Pérez de Lerín, hidalgo, familiar del Santo Oficio, 53 años
Miguel López de Perona Rosillo, regidor perpetuo, 70 años
Licenciado Alonso de Ávalos, notario del Santo Oficio, correo mayor de San Clemente y beneficiado de la de Móstoles. 40 años
Miguel Sánchez Sevillano, hombre honrado que vive de su hacienda, 60 años.
Alonso de Moya Fuente, persona honrada y rica que vive de su hacienda, 76 años
Francisco de Oviedo, hombre principal y rico, 54 años
Alonso de Iniesta Romero, 76 años
Pedro Sánchez Carnicero, hombre rico y principal, 60 años
Licenciado don Miguel de los Herreros, abogado de la Real Chancillería de Granada y regidor perpetuo de la villa de San Clemente y capitán de la milicia del partido. 68 años.
Antonio Martínez de Meca, hombre honrado que vive de su hazienda, más de setenta años
Diego López de Iranzo, regidor perpetuo de la villa, familiar del Santo Oficio, 46 años

Relación de testigos de Castillo de Garcimuñoz

Licenciado Andrés del Castillo Espinosa, cura reservatario de la iglesia parroquial de la Puerta y Beneficiado de la de Alaminos de la diócesis de Sigüenza. 66 años
Alonso Cejalbo y Alarcón, cura propio de Castillo de Garcimuñoz y vicario arcipreste de ella. 65 años
Licenciado Pedro Piñán de Salazar, cura reservatario de Almonacid del Marquesado, 77 años
Licenciado Pedro Belmonte, presbítero, 79 años
Juan de Lara Proaño, hidalgo, 54 años
Cristóbal Quiralte, escribano del ayuntamiento, 44 años
Antonio Melgarejo, hidalgo, 48 años
Licenciado Cristóbal Merchante Caballón, abogado y asesor de la villa del Castillo de Garcimuñoz, 58 años
Gregorio de Torrijos, 56 años
Martín Melero, alguacil y alcaide de la cárcel, 57 años
Licenciado Juan Bautista de Araque y Liébana, 56 años
Luis Martínez Peragua, notario del Santo Oficio, 71 años

Relación de testigos de Cuenca

Julián Parejano, clérigo, 62 años
Diego Ramírez de Cañizares, hidalgo, 66 años
Julián Arias Conde, hidalgo, 52 años
Juan Muñoz Requena, alcaide, bajo cuya mano está el archivo, 54 años
Juan Astorga Platero, 72 años
Donisén de Villarreal, 60 años
Francisco del Pozo, clérigo, 60 años
Pedro Martínez Joyero, 60 años
Licenciado Pedro Valle de Castro, clérigo, 69 años
Julián de Novela, alguacil de la tierra, 66 años
Jusepe Hidalgo de Sotoca, hidalgo, 64 años
Martín García Montero, 69 años


Archivo Histórico Nacional, INQUISICIÓN, 1374, Exp. 19 Información genealógica de Alonso Montoya y Salazar, 1625

sábado, 17 de febrero de 2018

El escudo del Palacio del Marqués de Valdeguerrero: el escudo de la familia Ortega

Escudo de los Ortega, en la calle Piquirroti nº 12 de San Clemente
Foto: Laura Mainar Alquézar

Escudo de los Ortega en la llamada Casa de la Reina Mora, San Clemente
http://sanclemente.webcindario.com

Las imágenes superior se corresponden con sendos escudos existentes en la casa de la calle Piquirroti número 12 y en la llamada Casa de la Reina Mora de la villa de San Clemente. Se trata de las armas de la familia Ortega, señores de Villar de Cantos, que también nos aparece en la portada principal del palacio del Marqués de Valdeguerrero y que esta familia adoptó como escudo de armas propio y diferenciado de las armas de los Guerrero de Alcaraz, de donde procedía el fundador del marquesado de Valdeguerrero. El escudo de armas de los Guerrero de Alcaraz se nos conserva hoy en uno de los cuarteles de la piedra armera del palacio de los Martínez del Peral de la Plaza de Astudillo. En el cuartel superior izquierdo aparece el águila de los Guerrero, tal como nos aparece en el dibujo de la colección Salazar y Castro de la Real Academia de la Historia

Escudo con armas de los Guerrero en la casa Martínez del Peral
http://sanclemente.webcindario.com

Escudo de armas de los Guerrero de Alcaraz
RAH


El águila de los Guerrero de Alcaraz aparece también en el segundo escudo de la Casa de la Reina Mora de San Clemente, quizás, porque se trate de la casa de don Diego Ortega Guerrero, caballero del hábito de Santiago desde 1640, hijo de la alcarceña Beatriz Guerrero Girón. La unión  de los Guerrero de Alcaraz con los Ortega de San Clemente se produjo definitivamente con el matrimonio de Catalina Félix Guerrero y Cárcamo, hermana del primer Marqués de Valdeguerrero, con don Rodrigo de Ortega, III señor de Villar de Cantos.

La ejecutoria de hidalguía de los Ortega de San Clemente ya se había logrado hacia 1609 (1), por Francisco de Ortega y su hijo don Rodrigo de Ortega y Avilés, I señor de Villar de Cantos. Incluso ya un Ortega, de nombre Rodrigo había pleiteado su hidalguía en Granada en 1533. La familia remontaba los orígenes nobiliarios a la época de la Reconquista, cuando el capitán Juan de Ortega había bajado del valle del Mena a la conquista de la Mancha, siendo herido gravemente en el campo de batalla en el lugar de Villar de Cantos (que la familia vincularía como señorío propio a la familia), y yendo a morir, según la tradición, a un lugar llamado Pozo de Pilillas, de difícil ubicación hoy en día (existe un cerro de Pilillas en el término de Vara de Rey).

Años antes, un Rodrigo de Ortega, llamado el rico o el viejo, vecino de San Clemente, en 1533, había pleiteado su hidalguía en la Chancillería de Granada. Sería el antecesor de una familia cuya descendencia e intereses patrimoniales se extenderían por las villas de San Clemente, El Cañavate y Santa María del Campo Rus. Su hijo Diego de Ortega y Guerrero pleiteó su hidalguía con la villa del Cañavate, consiguiendo ejecutoria de la Chancillería de Granada, que otorgó un escudo de armas para la familia, y que conocemos por las Relaciones Topográficas de la villa de El Cañavate

Ortega: En la executoria de Diego de Ortega, padre del dicho Pedro de Montoya Ortega, hay un escudo que tiene por armas cuatro campos, y en el campo de la mano derecha en lo más alto hay una espada, y en el otro de la mano izquierda una cruz colorada y en el de abaxo de la mano derecha hay cuatro panelas,  digo cinco panelas, y en el otro vienen cuatro Oes grandes (Relaciones topográficas de Felipe II de la villa de El Cañavate)

Ese escudo es el que nos aparece hoy en la calle Piquirroti 12 (vid. supra) y en el palacio del Marqués de Valdeguerrero (vid. infra)


Escudo de armas en el palacio del Marqués de Valdeguerrero. A diferencia del escudo originario de los Ortega en la calle Piquirroti nº 12, en el primer cuartel parece adivinarse, muy deteriorada la serpiente, superpuesta a la espada, y en el cuarto cuartel se ha añadido un quinto anillo u "o", que se ha intentado identificar con las armas de los Condes de Buenavista Cerro (aunque las armas de este apellido en la casa familiar de Belmonte son muy diferentes). En nuestra opinión el escudo del condado de Buenavista Cerro formado por cinco anilletes de oro, puestos en aspa, en gules (y con lema Mena por la sangre y Buenavista por el Rey) es una creación a partir de los cuatro "Oes" del escudo de los Ortega



En la imágen superior, escudo de los Condes de Buenavista Cerro en la calle del Marqués 11 de la villa de San Clemente
En la imagen inferior, escudo del apellido Mena en la casa de Belmonte del primer Conde de Buenavista Cerro, Don Diego Ventura de Mena y Cortés

Imágenes: escudo del Palacio del Marqués de Valdeguerrero y del Cerro de San Clemente
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Imagen del escudo de los Condes de Buenavista Cerro de Belmonte: Laura Mainar Alquézar



La familia de los Ortegas se dividiría en dos ramas familiares con residencia en El Cañavate y San Clemente. Diego Ortega y Guerrero, el que conseguiría ejecutoria para la familia, casó con Isabel Montoya y Araque, vecina de Vara de Rey, en primeras nupcias, y con Isabel Perona en segundas. Del primer matrimonio vienen los Ortega de El Cañavate, que continuaron la línea con Pedro de Montoya Ortega, primogénito de Diego Ortega e Isabel Montoya. Estos Ortega del El Cañavate pasarían a Santa María del Campo Rus, donde conseguirían nueva ejecutoria de hidalguía en 1578 de la mano de Pedro de Ortega y Guedeja, y de esta villa pasarían a la de San Clemente. Regidores perpetuos de Santa María del Campo, ostentarían desde la segunda mitad del siglo XVII el título de Alguaciles Mayores de la villa de San Clemente.

Escudo de los Ortega en Santa María del Campo


Del matrimonio segundo de Diego Ortega y Guerrero con Isabel de Perona vienen los Ortega de San Clemente. Su hijo Rodrigo de Ortega el mozo sigue la línea, aunque en la villa de San Clemente pervivirán dos ramas familiares, los herederos de los dos hijos de Rodrigo de Ortega el mozo, Diego y Francisco, tal como vemos en las genealogías adjuntas

Genealogía de don Rodrigo de Ortega y Ortega, III señor de Villar de Cantos y marido de Catalina Félix Guerrero, II Marquesa de Valdeguerrero. Pretendiente al hábito de la orden de Santiago en 1641
Padres 
Don Rodrigo de Ortega y doña Ynés de Ortega, vecinos y naturales de la dicha villa de San Clemente 
Abuelos paternos 
Don Rodrigo de Ortega, I señor de Villar de Cantos, y doña Ana Rosillo*, vecinos y naturales de la dicha villa de San Clemente. Fundan mayorazgo familiar en Villar de Cantos y jurisdicción de Vara de Rey (Rodrigo de Ortega, I señor de Villar de Cantos era hijo de Francisco de Ortega y López de Olivares y nieto de Rodrigo Ortega el mozo)
Abuelos maternos 
Bautista García Monteagudo y doña Catalina de Ortega**, vecinos y naturales de la villa de San Clemente 
En Madrid, a diez y ocho de enero de hebrero de mill y seiscientos y quarenta y uno
Gregorio de Tapia (rúbrica)
*En realidad, es natural de Vara de Rey
**En realidad, natural de la villa de Cañavate
Genealogía de don Diego de Ortega Guerrero, natural de la villa de San Clemente, a quien su Magestad hiço merced del áuito de Santiago  (1640)
Padres 
Don Diego de Ortega, natural de la dicha villa de San Clemente, y doña Beatriz Guerrero Xirón, natural de la ciudad de Alcaraz,

Abuelos paternos 
Don Miguel de Ortega y Auilés (Miguel de Ortega y Avilés era hijo de Diego de Ortega, a su vez hermano de Francisco de Ortega, que tuvo por hijo a don Rodrigo de Ortega, primer señor de Villar de Cantos), natural de la villa de San Clemente, y doña María Rosillo de Mendoça, natural de la villa de Santa María del Campo 
Abuelos Maternos 
Don Antonio Guerrero, natural de la ciudad de Alcaraz, y doña María Muñoz Xirón, natural de la villa de Carauaca 
Actos positivos 
El padre y el abuelo paterno del pretendiente familiares del Santo Oficio de la Inquisición
En Madrid a veynte y tres de octubre de 1639
Gregorio de Tapia (rúbrica)

Las alianzas familiares de los Marqueses de Valdeguerrero con los Sandoval de Alcaraz, los Melgarejo y los Martínez del Peral llevarían a adoptar los escudos familiares de estos apellidos por las diversas ramas de herederos. Adjuntamos los escudos de armas de estas familias

Escudo de los Sandoval en la casa palacio de los Marqueses de Valdeguerrero en Vara de Rey (hoy de los Melgarejo). El apellido de Sandoval es aportado a la casa de los Marqueses de Valdeguerrero por Vicente Sandoval, que casó con Catalina Félix Guerrero y Sandoval, IV Marquesa de Valdeguerrero

                   
Escudo de la familia Melgarejo, en la casa palacio de los Marqueses de Valdeguerrero en Vara de Rey (hoy de los Melgarejo). El apellido Melgarejo es aportado por Antonia María Melgarejo y Mena, casada con Manuel Sandoval y Sandoval, IX Marqués de Valdeguerrero
Escudo de la familia Martínez de Peral en el Palacio de los Melgarejo de San Clemente. El apellido Martínez del Peral, originarios de Iniesta donde eran regidores perpetuos, es aportado por Julián Martínez de Peral y Martínez del Castillo, casado con Pilar Sandoval y Melgarejo, XI Marquesa de Valdeguerrero
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(1) La carta de ejecutoria de hidalguía se presentó junto con otros documentos en el expediente para la obtención del hábito de Santiago de don Rodrigo de Ortega, III señor de Villar de Cantos. No se copió traslado en el expediente, aunque aparece citada al final con fecha de expedición de la Chancillería de Granada de 9 de junio de 1609.

jueves, 15 de febrero de 2018

Pedro del Castillo, alcaide de la fortaleza de Ves

Al capítulo treinta y tres dixeron que en esta villa ay un castillo, el qual es una peña muy grande, alta y tajada alderredor della, y esta se llama Peña del Castillo y en el rrellano della puede en la yerba del ahijarse un pegujico de ovejas. La qual dicha Peña Castillo esta unida y asida con la mesma otra peña sobre que está fundado el pueblo, y entre el pueblo y el mesmo castillo en la frontera y entrada de la dicha Peña Castillo esta hecho un edifiçio de casas de paredes de tierra altas, y paredes muy gruesas, que se llama la Casa el Castillo. Y en esta casa es donde a tenido e tiene su habitaçión y morada los alcaldes que an seydo y son del dicho castillo (Relaciones Topográficas de Felipe II. Capítulo 33 de las respuestas de la villa de Ves)

Acabadas las guerras del Marquesado, Pedro del Castillo, alcaide de la fortaleza de Ves, entró en pleitos con Diego López Pacheco, II Marqués de Villena, por una serie de propiedades que el marqués le había embargado. Pedro del Castillo poseía diez ruedas de pan moler y otra de batán en dos casas de molinos, ambas en la ribera del Júcar, una en término de Alarcón y la otra en término de Cañavate; asimismo, una dehesa de pan llevar, llamada el Sotillo, en la ribera del Júcar, término del Cañavate, unas casas en la aldea de Gascas, junto a la iglesia de San Antón, y un huertal palomar con una heredad de pan llevar de mil almudes y unas casas y viñas en Alarcón.

Hemos de pensar que hacia 1470 entre el marqués de Villena y el alcaide de Ves eran amistosas. Los derechos de puertos y aduanas de la ciudad de Requena, que eran propiedad de don Juan Pacheco, fueron cedidas en arrendamiento a Pedro del Castillo, que contaba como fiadores con Alonso Sánchez del Campillo, vecino de Requena, y Gonzalo Ruiz de la Almarcha, vecino de Chinchilla, para los años 1471, 1472 y 1473. El precio a pagar era de 400.000 maravedíes, que al parecer el marqués se cobró de la explotación de los molinos y propiedades de Pedro del Castillo, que aportarían unas rentas de hasta 70.000 mrs. anuales. Las condiciones bastante favorables a Pedro del Castillo no fueron respetadas por el marqués ni por su criado Hernando del Castillo, a la sazón, alcaide de Requena. Entre las condiciones pactadas en el arrendamiento se prohibía la celebración de mercados francos en Requena o que los vecinos de Utiel pagasen los derechos de puertos (1)


Diego López Pacheco negaba la mayor: la propiedad de los molinos por Pedro del Castillo, que consideraba embargados por deudas del alcaide de Ves y rematados en pública subasta a favor de él mismo y Hernando del Castillo, alcaide de Alarcón. Por contra, el alcaide de Ves, consideraba que, tras el embargo, la explotación abusiva de los molinos y heredades por Diego López Pacheco le había reportado unos ingresos de 875.000 mrs. Mientras que el marqués consideraba que Pedro del Castillo había ganado en la administración de las rentas de Requena en los años 1471 y 1472 un total de 774.000 mrs, ganancias en las que quería participar por alegar derechos de señorío sobre las rentas de esa ciudad. Pedro del Castillo conseguiría sentencia ejecutoria favorable con fecha 11 de febrero de 1485

que debemos condenar e condenamos al dicho marqués en persona de su procurador e a su procurador en su nonbre a que de día que con la dicha carta executoria fuera rrequerido fasta nuue días siguientes tornase e rrestituyese e entregase a el dicho Pedro del Castillo la posesión de la dicha mitad de los molinos e batanes e heredad e casas e viñas e dehesas de Alcañabate e Gascas en su demanda contenidas con más las rrentas que auía arrendado e rrentado de nueue años a esta parte e treynta e çinco mill mrs. por ellos en cada un año (2)

En dicha sentencia el Marqués de Villena era obligado a devolver la mitad de la hacienda del alcaide de Ves, cuyas rentas y frutos había disfrutado durante nueve años y los 35.000 mrs. que cada año habían rentado estas propiedades. Pedro de Ves reconocía una deuda impagada con el marqués de 110.000 mrs. (de los 400.000 de la deuda originaria), que se comprometía a restituir.

e porque el dicho Pedro del Castillo avya confesado dever al dicho marqués quatroçentas mill mrs. de las quales paresçió que avya pagado por su mandado dozientas e nouenta e mill mrs.  a çiertas personas, mandaron al dicho Pedro del Castillo que rresçibiese en cuenta de los dichos frutos e rrentas al dicho marqués çiento e dies mill mrs. rrestantes a conplimiento de las dichas quatroçientas mill mrs. contando en ellas las dichas dozientas e noventa mill mrs. e que en quanto a la otra meytad de los dichos molinos e casas e heredamientos e bienes que paresçían que avia seydo rrematado Ferrando del Castillo alcayde de Alarcón por quanto al dicho negoçio le tocaua e atanya mandaron dar nuestra carta executoria  (3)

También se reconocía al marqués de Villena una indemnización de 98.000 mrs. por lo obtenido en demasía por Pedro del Castillo de las rentas de Requena. Quedaba pendiente solventar las diferencias con Fernando del Castillo en quien habían sido rematada la otra mitad de bienes y hacienda del alcaide de Ves, que se negaba a devolverle los bienes embargados. A pesar de todo el conflicto seguía latente en 1485, entre el alcaide de Ves y el marqués de Villena. Aunque parece que el alcaide de Ves lograría recuperar su hacienda dos años antes de su muerte, acaecida en 1488.

No parece que existiera compromiso alguno entre los dos alcaides. Las diferencias entre Pedro del Castillo y Hernando del Castillo venían del año 1 472, cuando el primero era arrendador de los puertos y aduanas y de los derechos de descaminados y el segundo alcaide de la fortaleza de Requena. Hernando del Castillo tomó una acémila cargada de grana que llevaba Juan León a la que dio por descaminada. El valor de la carga de grana se aproximaba a cincuenta mil maravedíes; a ello se sumaba un macho de ocho mil maravedíes y cuatrocientos reales catalanes. Ese mismo año Fernando del Castillo se quedó con las ropas y joyas de oro y plata que llevaban quince moros, procedentes de Aragón, por valor de mil florines de oro; los apresó con la excusa que se dirigían a Granada y solo los libertó posteriormente con un rescate de catorce mil reales (4).

Ese año de 1472 las cosas se debieron torcer no solamente entre los alcaides Pedro del Castillo y Hernando del Castillo, también entre el alcaide de Ves y el marqués de Villena. Ese año o quizás el siguiente, Pedro del Castillo ha abandonado sus casas  en la villa de Alarcón cuando es citado para el remate de sus bienes en manos de los ahora enemigos: el alcaide de Alarcón y el marqués. Dicha salida de Alarcón, en palabras del hijo del alcaide de Ves, había sido muy deshonrosa, pues Pedro del Castillo había sido echado del pueblo y vista arrebatada su hacienda, que no volvería a recuperar hasta trece años después. Creemos que tras actitudes tan agresivas había un asunto de hondo calado: el contrabando con la grana en su paso al Reino de Aragón. Aparte del incidente referido, tenemos noticias de otros incidentes en que Juan León, un converso al servicio del Marqués de Villena, se vio implicado en el paso de esta sustancia colorante hacia el Reino de Aragón. Si Hernando del Castillo como alcaide de Requena volvía la vista para otro lado en un tráfico en el que estaba implicado su señor, Pedro del Castillo, como arrendador de puertos secos, no estaba dispuesto a dejar perder los gravámenes de mercancía de tal valor.

Pedro del Castillo esperará a la concordia de 1480, tras la derrota de Diego López Pacheco en la guerra del Marquesado, para recuperar sus bienes. El marqués de Villena invocará el espíritu de esa concordia para recuperar unos bienes dados en señorío a quien considera un criado. Hernando simplemente mantendrá una posición de fuerza y se negará a devolver la mitad de los bienes en su poder.

Las disputas económicas dieron paso a las enemistades personales. Entre los enemigos acérrimos del alcaide de Alarcón está Juan Valverde, vecino de Iniesta, que por diversos testimonios nos aparece como hermano del alcaide de Ves Pedro del Castillo (5). La enemistad entre los alcaides Hernando y Pedro venía de fecha tan lejana como 1468, cuando Hernando prendió a Juan Valverde y lo metió en una mazmorra, de donde saldría tras la intercesión del mismísimo maestre Juan Pacheco.Tras el asesinato de Juan Valverde a manos de Pedro de Cuéllar (según otros testimonios, Diego Pacheco, yerno del alcaide de Alarcón), criado de Diego, el hijo mayor de Hernando del Castillo, que a decir de sus enemigos había ordenado el asesinato. Los hijos de ambos hermanos, Pedro del Castillo y Juan Valverde tomarían partido decidido contra Hernando del Castillo en las guerras del Marquesado. Especialmente, Juan de Valverde, hijo, y Alonso de Castañeda, el hijo segundón del alcaide de Ves. Contrasta la actitud más tibia de Diego del Castillo, el hijo primogénito del alcaide de Ves. Pero los testimonios que de este Diego tenemos son de 1498, fecha muy tardía en la que sin duda había recibido la ayuda del marqués de Villena y sus criados para mantener la herencia de su padre frente a sus hermanos. Lo que sí podemos aseverar es que, durante la guerra, y seguramente antes, Pedro del Castillo había sido apartado de la alcaidía de Ves, en favor de Hernando de Chinchilla, asesinado durante el conflicto. Posiblemente, Pedro del Castillo fue apartado de la alcaidía en torno a 1473, momento en que se ve obligado a abandonar su villa de Alarcón, de donde era natural al igual que su hermano Juan Valverde.

El alcaide de Ves murió a comienzos de 1488, comenzando enseguida los litigios por su herencia. Su hijo, Alonso de Castañeda o del Castillo reclamó que su padre había determinado legar sus bienes a partes iguales entre todos los hermanos, oponiéndose a la pretensión de su hermano mayor Diego del Castillo de hacerse con toda la hacienda
mando en el dicho su testamento que Pedro del Castillo s u fijo e hermano del dicho Alonso del Castillo e todos los otros sus fijos ouiesen e heredasen su bienes e faziendas por yguales partes e que todos fuesen ygualados en la dicha fazienda e bienes con el dicho Diego del Castillo su fijo mayor que al tienpo que el dicho Pedro del Castillo fallesció tenía de su fazienda el dicho Diego del Castillo la mayor parte (6) 
La división entre los hermanos fue aprovechada por Diego López Pacheco y sus criados para revivir viejas rencillas y exigir una parte de la hacienda por deudas pasadas. Entre las criados del marqués de Villena que se sumaron a los reclamantes estaban Hernando del Castillo, alcaide de Alarcón, la mujer de Fernández de Alarcón,  el maestre Sas, alcaide del Castillo de Garcimuñoz, y Antón Granero (7)



(1) AGS, RGS, V-1480, fol. 259 Receptoría, a petición de Pedro del Castillo, alcaide de la fortaleza de Ves, para el pleito que trata con el marqués de Villena sobre la posesión de unas heredades e inmuebles, que se mencionan, en diversas localidades. Consejo 25-5-1480

(2) AGS, RGS, II-1485, fol. 294 Ejecutoria a petición de Pedro del Castillo, alcaide de Ves, de una serie de sentencias, cuyos términos se citan, dadas a su favor en el pleito que trató con el marqués de Villena, así por la posesión de ciertas heredades y molinos en la ribera del Júcar, en términos de las villas de Alarcón y Cañavate, como por ciertas rentas de Requena que habían de cobrar del maestre Juan Pacheco. Consejo Cámara 11-2-1485

(3) AGS, RGS, XI-1483, fol. 164 Receptoría del marqués de Villena, D. Diego López Pacheco, en un pleito con Pedro del Castillo, alcaide de Ves, sobre diversas heredades sitas en el término de dicha alcaidía. Consejo 15-11-1483

(4) AGS, RGS, XI-1480, fol. 162 Receptoría para presentar sus pruebas en un pleito que Pedro del Castillo, alcaide de Ves, trata con Fernando del Castillo, alcaide de Alarcón, sobre ciertas mercancías que éste, siendo alcalde de Requena, le tomó por descaminadas. Consejo 12-11-1480
AGS, RGS, IX-1480, fol. 80 Requerimiento con emplazamiento contra Fernando del Castillo, alcaide de Alarcón, para que devuelva unas acémilas que tomó a Pedro del Castillo, alcaide de Ves. Consejo 15-9-1480

(5) "Asy mismo notifico a vuestras reuerencias que tengo por enemigos a los fijos de Pedro del Castillo, alcaide que fue de Ves, defunto que Dios aya. Y a los fijos de Juan de Valverde. Todos naturales de Alarcón. Y a sus parientes. E son avidos e tenidos por tales a cabsa que Diego Pacheco, mi yerno, fue fama que fizo matar a Juan de Valverde (padre), hermano del dicho Pedro del Castillo".
Recogido por GARCIA MORATALLA, P. J.: La tierra de Alarcón en el Señorío de Villena (siglos XIII-XV, p. 207)

(6) AGS, RGS, VII-1489, fol. 157 Comisión, a petición de Alonso de Castañeda, vecino de Iniesta, sobre el reparto de la herencia de su padre Pedro del Castillo, alcaide que fue de Ves. Consejo 26-7-1489

(7) AGS, RGS, VII-1489, fol. 156 Inhibición a las justicias de la villa de Belmonte en las reclamaciones presentadas a Alonso de Castañeda y consortes, hijos de Pedro del Castillo, alcaide que fue de Ves, por los criados y vasallos del marqués don Diego López Pacheco. Consejo 29-7-1489

miércoles, 14 de febrero de 2018

Genealogía de la familia Castillo-Inestrosa de San Clemente

 Alonso Saiz del Inestrosa, caballero de la orden de Santiago, señor de la villa de Valera, casó con doña Inés. Padres de

  • Doña María de Inestrosa
  • Doña Constanza de Inestrosa
  • Doña Juana de Inestrosa casó con el señor de la Olmeda
  • Doña Elvira de Inestrosa, señora de Valera, que la dejó a Melchor Carrillo, su sobrino
Los Castillo de San Clemente

1.- Alonso del Castillo, señor de Perona, hijo 3º de Hernando del Castillo ( alcaide de Alarcón y señor de Altarejos casado con Juana de Toledo), casó con María de Inestrosa. Padres de:

     2.- Hernando del Castillo, casó con doña Elvira Portocarrero, fue señor de Valera de Yuso.
               3.- Doña María del Castillo, hija única, 3ª mujer de Melchor Carrillo, su tío, señor de Valera

     2.- Alonso del Castillo (hijo 2º) con doña Juana de Mendoza
              3.- Don Francisco de Mendoza, murió sin sucesión

    2.- Francisco del Castillo (hijo 3º), señor de Perona, casó con doña Ana Cimbrón de Ávila
             3.- Doña Elvira Cimbrón o del Castillo, casó con don Juan Pacheco Guzmán, señora de Perona, litigó la villa de Valera y la sacó y la Losa. Padres de Rodrigo Pacheco
             4.- Hernando del Castillo casó con doña Jerónima de Albelda. Padres de
                         5.- Francisco del Castillo Inestrosa, regidor de San Clemente, miembro de la compañía de Jesús, de la relación con una concubina llamada Isabel Amo tuvo  a Diego del Castillo.

Los sucesores de doña Elvira Cimbrón y Juan Pacheco

1.- Don Rodrigo Pacheco, señor de Perona, Valera y la Losa, casó con doña María de Mendoza, hija      de don Rodrigo, conde de Saldaña. Padres de

     2.- Don Iñigo, teniente general en las galeras de España, fue primer marido de doña María de       Mendoza, su prima segunda, señora del Fresno de Torote
     2.- Doña María Josefa de Pacheco de Mendoza (sigue la línea), casó con don Juan Inestrosa,      señor de Valera, Olmeda y Villar del Saz

Los sucesores de doña Constanza de Inestrosa

1.- Constanza de Inestrosa casó con Martín Ruiz de Alarcón. Padres de

     2.- Melchor Ruiz de Alarcón, señor de Valera, casó tres veces con doña Francisca de Parada, doña Isabel de Zuñiga,  y con doña María del Castillo

            3.- Ana Carrillo (hija de la 1ª mujer) casó con el licenciado Juan Melgarejo
                   4.- Don Diego Melgarejo de Inestrosa, señor de Valera, caballero del hábito de Santiago
            3.- Fernán Ruiz de Alarcón de Inestrosa, señor de Valera, murió sin hijos


Real Academia de la Historia — Signatura: 25, fº 75 (2ª foliación). — Signatura antigua: D-25, fº 75 (2ª foliación).



viernes, 9 de febrero de 2018

Donación de Iniesta a la ciudad de Cuenca por Alfonso X (1255)

Donación de Iniesta a la ciudad de Cuenca por Alfonso X Valladolid septiembre de 1255 Original en pergamino conservado en el Archivo Municipal de Cuenca Pertenece a la carpeta "Privilegios Reales y Viejos Documentos. Tomo X Cuenca" editado por Joyas Bibliográficas, 1972






El mayorazgo de los Haro y los Ferrer de Plegamans

Casa de los Haro. San Clemente



Mayorazgo de don José de Haro: Relación de los bienes que componían el mayorazgo de Haro en aquella villa y en Villanueva de la Jara (Cuenca), y de los que componían el mayorazgo de Ferrer en la villa de Alarcón (Cuenca).

Don Joseph de Haro posee el maiorazgo que fundó don Juan de Ludeña y Haro que se compone de:

La torre de Haro, heredad término de Chinchilla de una legua de largo y media de ancho, término cerrado con monte alto y vajo, la dehesa y guarda para probeer caza y corta de leña. Tiene allí una buena casa para la auitación, tres casas para los labradores, venta para los pasageros, porque está en el camino real de Alicante, hermita y capellán cada día dice misa por el fundador.
Junto a esta heredad tiene otras dos sembraduras que llaman Peña Cárcel y Casa de la Peña.
La heredad de Mercadillos, término de Chinchilla.
Casablanca, media legua de Chinchilla.
Un censo de 10.000 ducados de plata contra Chinchilla.
Quatro oficios de rexidor y fiel executor de la ciudad.
La escriuanía del ayuntamiento de ella.
El patronato del convento de Santo Domingo de Chinchilla.

En Villanueva de la Jara, casas principales en la calle maior; capilla en la Iglesia al lado del evangelio. Dos oficios, uno de rexidor y otro de depositario general, con voz y voto.

La heredad llamada Pies de Asnos*, términos de Tarazona, Villagarcía y Madrigueras, en que ai sesenta almudes de tierra nueva y un carrascal coto cerrado

El oficio de almotazén y corredor de Tarazona, renta mil reales.

En la Atalaia la heredad de la Moraleja, con casa y quinientos almudes de tierra, en Cañadajuncosa otra heredad de 500 almudes

En Alarcón por el apellido Ferrer (de Plegamans) diez güertas, un molino harinero 1500 almudes de tierra, todo en la Olmedilla.

En Tévar, una legua de Alarcón, 500 almudes.

En Alarcón dos capillas: una al lado del evangelio y otra al de la epístola.

En Valhermoso, 800 almudes de tierra. 

En Valberdejo, jurisdicción de Alarcón: la heredad de los Castañedas y en su yglesia entierro en el presbiterio

Cien fanegas de trigo de renta sobre los molinos de Valdespinar en Júcar, término de Alarcón.

En las monjas franciscas de San Clemente de la advocación de la Asumpción provee de diez en diez años una plaza como sea de los apellidos Haro, Castañeda, Buedo y Montoya



Genealogía de don José López de Haro, caballero de Montesa, familiar del Santo Oficio y regidor de Chinchilla

Padres

Don Antonio López de Haro, natural de Chinchilla, y doña Ana Isidora Ferrer y Rosillo, natural de Villanueva de la Jara

Abuelos maternos

Don Juan Ferrer Plegamans, familiar del Santo Oficio de Villanueva de la Jara, y doña Francisca Rosillo y Alarcón, natural de Palomares


Genealogía de doña Catalina Antonia de Oma, natural de Vara de Rey, y mujer de José López de Haro

Padres

Don Eugenio de Oma y Pedraza, caballero de Santiago, regidor y natural de San Clemente, y doña Ana Antonia de Haro y Buedo

Abuelos paternos

Don Pedro de Oma y Arteaga, familiar del Santo Oficio y regidor de San Clemente, y doña María de Pedraza


Genealogía de los Haro (aportación de Valentín Casco Fernández)

1.- Diego López de Haro, señor del Busto, quien casa con Ginebra de Acuña. Padres de....
2.- Juan Alonso de Haro, casa con Aldonza Carrillo de Mendoza. Padres de...
3.- Juan Alonso de Haro, casa en Alcaraz con Catalina Aguado. Padres de ...
4.- Francisco López de Haro, casa en Ocaña con Leonor Bázquez. Padres de...
5.- Diego López de Haro, alcaide de los castillos de Chinchilla y Garcimuñoz, casa con Urraca de Ludeña. Padres de ...
6.- Fernán Bázquez de Haro, casa con María López de Herreros, obtiene carta de hidalguía de Granada para San Clemente, con fecha 22 de abril de 1532. Padres ...
7.- Juan de Ludeña y Haro, casa con Francisca Castañeda en Alarcón (ella aporta su carta de hidalguía). Padres de ...
8.- Antonio López de Haro, casa con Guiomar Buedo. Obtiene la segunda carta de hidalguía de Granada para Chinchilla, sobrecarta de la que obtuviera su abuelo para San Clemente. Padres de ...
9.- Diego López de Haro y Buedo, casa con María Castañeda. A él llega el mayorazgo al no tener descendencia su hermano mayor Juan de Ludeña y Haro con Mª Reina. Padres de ...
10.- Antonio de Haro y Castañeda, casa con Ana Isidora Ferrer de Plegamans,el 21 de octubre de 1653 (ella aporta carta de hidalguía). Padres de ...
11.- José de Haro y Ferrer, casa con Catalina de Oma y Haro (ella aporta su carta de hidalguía). José de Haro es el primer miembro de la casa que conocemos tomando el Hábito de Montesa, año 1700. Padres de...
12.- Antonio de Haro y Oma, mayorazgo por fallecimiento de su hermano Diego Julián, casa con Antonia Galiano. Padres de ...
13.- Joseph de Haro, n. 1747, casa con Juana de Oma. Padres de...
14.- Ramón López de Haro y Oma, n. 17 de julio de 1777, m. 21 de mayo de 1812, casa con Ana Núñez Robres, sus cuatro hijos quedan huérfanos siendo menores de edad. Padres de...
15.- Pedro López de Haro y Núñez de Robres casa con su prima Patrocinio Núñez de Robres, hija del marqués de Montartal. Padres de ...
16.- Federico López de Haro y Núñez de Robres, casa con Consuelo Maza de Lizana y Rovira. Padres de ...
17.- Pedro López de Haro y Maza de Lizana, casa con Enriqueta López de Haro, en 1899, Padres de Consuelo Y Gloria





*La aldea de Casa de Ferrer. Según Julia Toledo, perteneció a los López de Tébar

Real Academia de la Historia — Signatura: 9/309, fº 61 v. — Signatura antigua: D-34, fº 61 vº. Costados de Diego Julián López de Haro y Osma, Ferrer y Haro, vecino de Chinchilla (Albacete), nacido en 1695. [Manuscrito] Índice de la Colección Salazar y Castro, 27562Pertenece a la Colección Salazar y Castro de la RAH

Genealogía de los Haro de San Clemente hasta el siglo XVI

El primero que tenemos noticia desta casa, se llamó Francisco de Haro, que por memorias antiguas parece fue natural de Ocaña, casó con doña Leonor cuyo sobrenombre no ha llegado a mi noticia (Vázquez), fueron sus hijos Diego de Haro y doña Blanca de Haro, que casó en Ocaña con Iuan Heruás del Trigo, de quien ay sucessión.

Diego de Haro casó en San Clemente con doña Vrraca de Ludeña, de quien tuuo quatro hijos, que fueron Fernán Vázquez de Haro, Francisco de Haro que casó en San Clemente y  fue su hijo de Pedro de Haro. Doña Leonor de Haro y Dáualos que casó en Ocaña con Gonçalo Téllez Girón. Doña Ysabel de Haro. 

Fernán Vázquez de Haro casó en San Clemente con doña María de los Herreros, fueron sus hijos Diego López de Haro, Hernán Vázquez de Haro, Francisco de Ludeña Haro, Juan Ludeña de Haro (funda el mayorazgo arriba referido) , Miguel Vázquez de Haro, Antonio de Haro, doña Vrraca, doña Leonor de Haro, de los quales ay mucha sucessión en San Clemente, y otras partes que por no tener bien ajustada su descendencia no hago aquí memoria de ellos como lo haré auissándome en la segunda impressión**

LÓPEZ DE HARO, Alonso: Genealógico de los Reyes y Títulos de España. Luis Sánchez impresor real. 1622, pág. 426

** La genealogía de los Haro se complica más en San Clemente por el segundo casamiento de García Pallarés en segundas nupcias con María de Haro

Yten dejo por mis hijos y legítimos herederos e sucesores a Velasco de Pallarés y a Dª Catalina de Pallares y a Dª Ysabel de Monroy mis hijos e de mi primera muger Doña María de Sotomaior y a mis hijos Diego López de Haro y a Dª María de Pallarés y a Dª Urraca i a Dª Beatriz hijos ansimismos de mi segunda muger Dª María de Haro, los que les quiero y es mi voluntad que ayan y hereden mis bienes, así como legítimos herederos y sucesores

RAH, Colección Salazar y Castro, M-171, fol. 1-3. Testamento otorgado por García de Pallarés, alcaide de Chinchilla. 12 de junio de 1521