El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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domingo, 15 de octubre de 2023

LAS LUCHAS BANDERIZAS EN MOTILLA DEL PALANCAR EN 1663 (I)

El concejo de Motilla de Palancar de 1663 estaba formado por los alcaldes ordinarios Esteban Luján y Benito Navarro Gabaldón, el aguacil mayor perpetuo Benito Martínez Portillo y una larga serie de regidores perpetuos: Pedro Lucas Ramírez y su hijo Francisco Lucas Ramírez, Martín de Villaescusa, Gil de Godoy, Pedro de la Jara Navarro, Juan de Villaescusa, Jerónimo López y Juan de Alarcón, mientras que Alonso Jiménez era alférez mayor de la villa.

Benito Martínez Portillo había comprado un oficio de regidor perpetuo en la villa de Motilla el año 1651; once años después compraría el cargo de alguacil mayor de la villa. Benito no se consideraba un hombre rico, a pesar de comprar oficios concejiles, pues decía que sus ganados eran modestos. 600 ovejas, 150 corderos y treinta cabras. Pero, entre sus vecinos, se decía que ocultaba su riqueza y aprovechaba su ventajosa situación en el gobierno de la villa. De hecho, sus ganados habían pacido el año 1660 en la dehesa del Romeral, aunque se había valido de testaferros para conseguir una posición privilegiada. Quien había pujado por las yerbas era su hermano, el doctor Esteban Portillo, cura de Cervera, a través de un motillano llamado Simón Gómez. El precio pagado era 450 reales y media arroba de queso: las yerbas se habían encarecido ese año, pues lo normal años atrás era pagar 250 reales por una dehesa que se venía arrendando desde cuarenta años. Por ese año, en Motilla no había pregonero o no se quería tenerlo, pues los edictos del ayuntamiento para el arrendamiento de bienes concejiles se exponían en el ayuntamiento; es cierto que dichos edictos los veían poca gente y los pocos que los veían declaraban que faltaban firmas de oficiales del concejo. Pagar por una dehesa no significaba gozar en exclusiva de sus yerbas, pues los Portillo vieron cómo los ganados de José Navarro y Tomás Tendero entraban en la dehesa. En este juego de foráneos que arrendaban las dehesas motillanas participaba Juan de Moya al que se adjudicó en 1662 las yerbas de la dehesa carnicera para el abasto de carne de la villa para a continuación dar un tercio de la misma a Benito Martínez Portillo, y cuatro años antes, cuando el adjudicatario había sido un presbítero de El Peral, este también había cedido un tercio de la dehesa al alguacil, que a su vez la había subarrendado a un vecino de Iniesta.

Las acusaciones contra Benito Martínez Portillo se multiplicaban; se le acusaba de quedarse, como recaudador de sisas del año 1657, con parte de los cuarenta mil reales cobrados. Se dudaba que los cincuenta ducados que rentaban los bienes del patronato fundado por su tío Pedro Portillo en la iglesia de San Gil fueran a manos de la patrona de esta memoria, una parienta del alguacil. Y es que el alguacil Benito Martínez Portillo estaba en todos los conflictos. Cuando en 1656 el concejo de Motilla del Palancar decide construir una ermita, dispone reservar para costear la obra con el rompimiento de un tercio de las tierras de la dehesa del Quejigar. Como administrador de la nueva empresa se hará cargo Benito Martínez Portillo, que será alcanzado en las cuentas por sus irregularidades, aunque no parece que nuestro hombre perdiera la compostura, pues en palabras de un motillano se decía que nuestro alguacil "estuvo con mucha modestia sin alterarse ni decir palabras descompuestas ni malsonantes ni se puede presumir las dijese por su mucha christiandad", pagando las cantidades adeudadas al cura de Motilla y temeroso que el asunto llegara al provisor de Cuenca. Pero Benito, con sus corruptelas, era un hombre que solo destacaba a nivel comarcal. Por entonces, la situación de la villa de Motilla era penosa; en la década de 1650, la Corona había cedido al duque de Pastrana la recaudación de las rentas reales de la villa, de tal manera que Motilla del Palancar debía 54.000 reales al duque a la altura de 1660. NO parece que estuviera dispuesta a pagarlos, o, a mejor decir, que pudiera pagarlos, pues la mitad de esa cantidad era adeudada al ejecutor encargado de la cobranza de las deudas de alcabalas. Era tal la necesidad de la villa de Motilla del Palancar, que Francisco Lucas Zapara propuso un acuerdo con el duque de Pastrana para pagar sus deudas en un periodo de cuatro años con el fruto del arrendamiento de los propios de la villa, no sin antes darle como seguridad de fianza al duque los bienes de dos oficiales del concejo: Benito Martínez Portillo y Benito Parreño. 

Entre arrendamiento de propios y repartimientos entre sus vecinos andaba la villa de Motilla, no sin controversias entre los oficiales de su concejo. Francisco de Lucas se quejaba de que había salido mal parado en uno de sus repartimientos y pagado cincuenta reales de más. Ahora, dos oficiales del concejo se veían encarcelados.  A Alonso Jiménez y Benito Navarro Gabaldón se les dio por cárcel las casas del ayuntamiento, pero Benito Navarro sería vejado por el alcalde Esteban Luján y Benito Portillo, siendo encadenado en la cárcel, bajo custodia de ocho guardas. 

A Benito Martínez Portillo se le acumulaban los enemigos. A todos ellos los conocemos por sus nombres y apellidos: Juan García Salazar, José Lucas de Cisneros, Miguel de Ortega, Tomás Valverde, Sebastián López, Juan de Chavarrieta, Tomás de Arguisuelas, José Antonio Lucas Zapata, Francisco Lucas Zapata, Alonso Pérez, Julián López, Sebastián de los Paños, José de Bonilla, Benito Parreño, Juan Zapata, Martín de Villaescusa, Pedro García, Juan Beltrán y Blas Martínez. En este entramado de enemigos podían mucho los lazos familiars. Jose Antonio Lucas Zapata y Francisco eran hermanos, y a su vez primos hermanos de José Lucas Cisneros. Juan Chavarrieta tenía una hermana casada con José Lucas Cisneros y Benito Parreño tenía casado un hijo con una hermana de Francisco Lucas Zapata.

Si los enemigos de Benito Martínez eran notables de la villa, los que declaraban en su contra eran vecinos de baja condición como  los arrieros Pedro Moreno o Juan Navarro Barchín, aunque el grupo más numeroso eran los labradores, y entre ellos no faltaban los que, denominándose así, copaban los cargos municipales.


Los sucesos de Motilla del Palancar el 5 de febrero de 1663, contados por Francisco Lucas Zapata, notario del Santo Oficio


El dicho Pedro Lucas Ramírez el día quince del dicho mes (de enero) con pretesto de decir era alcalde ordinario desta villa siendo contra verdad porque lo eran Esteban de Luján y Benito Navarro y ambos estaban en ella, llevó a su casa a Francisco Martínez Velasco, escribano público, y por ante él se hizo a este testigo dos cabeças de proceso ynsidiendo en ellas muchas cosas contra su crédito y que decía aver pasado de diez y ocho años a esta parte y para su comprobación esxaminó por testigos al dicho Francisco Lucas su hijo y a Pedro Gabaldón hermano de Benito Gabaldón, alcalde, y a Martín de Villaescusa, Pedro López Jiménez y Juan de Villaescusa, todos capitulantes contra este testigo, y a sus hijos y sobrino, todos parciales y que de muchos años a esta parte tienen hecha liga contra este testigo, buscándoles pleitos injustos en muchos tribunales y no contento con lo referido, el dicho Pedro Lucas y el dicho don Francisco Lucas su hijo de caso pensado y con ánimo de provocar a este testigo para que se perdiese el día cinco de febrero deste año, estándose en conversación en la esquina de Juan Navarro Tendero con el licenciado Francisco de Ortega, presbítero, y otros quatro o cinco hombres honrados con mucha quietud y paz sin dar motivo, disgustose el dicho Francisco Lucas Ramírez, apartado como veinte pasos del corro de adonde este testigo estaba, en voces altas empeçó a hablar palabras de ultraje a este testigo provocándole a pendencia y luego al punto que dio dichas voces vino corriendo Pedro Lucas su padre, muy descompuesto empuñando la espada y con una vara de justicia en la mano sin ser alcalde ni alguacil porque como dicho tiene los alcaldes ordinarios eran Esteban de Luján y Benito Navarro que dicho día estaban en esta villa juntos y por donde estaba el dicho su hijo dando voces y diciendo palabras muy descompuestas y bregando con Juan de Valverde Lucas y Juan Navarro Tendero que lo estaban deteniendo, el dicho su padre no se quiso detener a reportarlo sino que corriendo pasó en la forma que ha referido contra este testigo que se estaba quieto no habiendo hecho caso de lo que había dicho el dicho Francisco Lucas su hijo y en voces altas, haciéndose alcalde se quiso prender y este testigo le dijo se tuviese que no era alcalde ni justicia ni lo tenía por tal y que los testigos que estaban presentes lo fuesen de como así se lo decía y que eran sus enemigos y que como tales le venían a provocar para que se perdiese y aunque acudió mucha gente principal a aquietarlos no lo pudieron conseguir, dando mucho escándalo en esta villa y ocasionando muchos motines, 

Pedro Moreno, arriero

Pedro López Jiménez, ex-regidor

Juan García Salazar, labrador

Lorente López Castillo, labrador

Juan Sánchez Pozoseco,  maestro de zapatero de obra prima

Manuel Moreno, labrador

Benito Harraldel, médico

Juan Navarro Barchín, arriero

Mateo Suazo, escribano

Alonso Pérez, maestro alpargatero

Pedro Pérez de la Jara, labrador

José Lucas Cisneros, labrador

Mingo de Ortega, labrador

Francisco Navarro Matías, labrador

Juan Navarro Tendero, arriero

Don Miguel de la Cueva, regidor

Julián López, regidor

Sebastián de los Paños, regidor

Benito Herráez el mayor, labrador

Fernando García, regidor

Andrés de los Paños, labrador

Andrés García, labrador

Pedro Gabaldón Navarro, labrador

Cristóbal del Campo, labrador

Pedro Navarro García, labrador

Diego Gabaldón Toledo, labrador

Martín de Arguisuelas, pastor de Francisco Lucas

Juan de Valverde de la Casa, 

Gil de Godoy

Miguel Muñoz, labrador

Juan de Chavarrierta, alcalde de la villa

Martín García Valverde, escribano

José Navarro de los Paños, alcalde que fue de la villa

Gregorio Pérez Carrasco, mercader

Benito Parreño, regidor

Pedro Navarro Valverde, que vive en casa de Francisco Lucas Zapata

Juan Zapata Lucas, labrador

Miguel Parreño, fiscal

Isidro García

Juan Navarro

Pero Herráez

Juan Bautista labrador

Tomás Valverde, promotor fiscal

Miguel de Valverde, labrador

Martín de Villaescusa

Sebastián Pérez, labrador

Juan Lorenzo, de nación francés

Mateo López, maestro cordonero

Juan Beltrán, labrador

Ana María, mujer de Gregorio Pérez

Francisco Lucas Zapata, notario del Santo Oficio de la ciudad de Cuenca

José Antonio Lucas

Pedro de Ortega

Tomás Tendero, regidor


ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS CIVILES, C 10053-11