El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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domingo, 1 de septiembre de 2019

Los Ruiz de Alarcón, la Armada Invencible y el arquitecto Francisco de Mora

Memoria de las capellanías instituidas por don Martín de Alarcón y don Pedro de Alarcón, hijos de don Juan Ruiz de Alarcón, señor de Valverde y su partido, y Juana Piñeiro en 1588

- La institución de las capellanías se hace en la iglesia parroquial de la villa de Valverde, bajo la advocación de María Magdalena, en cuya capilla mayor están enterrados los antepasados, señores de la villa. Se asignan 890 ducados distribuidos de la siguiente manera
  • 334 ducados sobre un juro en las rentas reales de la villa de Molina de Aragón
  • 106 ducados en un situado sobre las rentas de San Clemente
  • 300 ducados por una carta de censo sobre las rentas de la ciudad de Sevilla 
  • 150 ducados por otra carta de censo sobre la hacienda de don Luis de Alarcón, señor de la villa de Villarejo de Fuentes, de Albaladejo y otras de su partido 
- Regulación de la situación de transitoriedad, en tanto viva uno de los hermanos, cuando el otro muera.
- Derecho de patronato para nombrar capellanes: recae en su sobrino Diego Ruiz de Alarcón.
- Selección de sacerdotes para decir misa: limpios de linaje, sabedores de latín y en canto. Un capellán mayor, cura de la iglesia, auxiliado por otros seis capellanes
- Construcción de una nueva sacristía a cargo de la fábrica y registro de los gastos en un libro
- Dotación de ocho mozos de capilla para asistir en el altar
- Nombramiento de tesorero para administrar el dinero con que está dotada la capellanía
- Régimen interno de sanciones por ausencias e incumplimiento de obligaciones por capellanes y mozos de capilla, registrado en un libro en poder del capellán mayor
- En una tabla de la sacristía se han de escribir las obligaciones de los capellanes
- La escritura de fundación de esta  memoria se ha de guardar en el archivo de la iglesia
- Dada esta escritura en Lisboa, el 18 de marzo de 1588 por Martín de Alarcón, sería confirmada por su hermano Pedro en Montilla (es Motilla del Palancar, pues reconoce después que es en el Obispado de Cuenca).

En ese momento el doctor Martín de Alarcón es limosnero del príncipe cardenal Alberto, archiduque de Austria y gobernador de Portugal; el motivo por el que está en Lisboa es porque se halla dispuesto para partir en la Armada Invencible:

por estar el dicho señor Don Martín de Alarcón a punto para se partir en la presente jornada e Armada de Su Magestad que del río e puerto desta Ziudad (de Lisboa) a de salir de que va por Jeneral el Excelentísimo Señor duque de Medina Sidonia en la qual dicha Armada el dicho señor Doctor Martín de Alarcón va por Administrador Jeneral della en serbicio de Su Magestad
El 19 de enero de 1590, su hermano Pedro, que por entonces ocupa el cargo de camarero del príncipe cardenal Alberto, solicita se ejecute su testamento al dar por perdido a su hermano en la jornada de Inglaterra
diziendo que mi hermano Don Martín de Alarcón auía ydo en serbicio de Su Magestad en la jornada próxima pasada que se hizo para Ynglaterra de la qual no se abía sauido ni de los demás que yban con él y en su nauío des que se partió asta agora antes se tenía por cierto ser perdidos
Para confirmar su muerte, se hace una información de testigos, el tenor de la declaración de estos viene a ser el siguiente
que el año pasado de i (mil)dlxxxviii fue probeydo por Su Magestad para ir en la Armada que el dicho año salió de este río e puerto de Lisboa para yr a Inglaterra que fue por jeneral della el duque de Medinasidonia y el dicho don Martín de Alarcón fue por Administrador e Vicario jeneral de la dicha Armada y Exército de Su Magestad e que sabe este testigo que yba embarcado con otros caualleros en el galeón Sant Marcos uno de los que fue dicha jornada e después que salió deste dicho puerto que va para dos años que no se a sabido del dicho don Martín de Alarcón de ser muerto ni vibo antes este testigo tiene por cierto que en la mar se perdieron él y los que yban con él y se aogaron por indizios que este testigo tiene y ansimismo por lo auer oydo dezir a una persona onrrada de fee y crédito que no se acuerda del nombre que saliendo en un vate él a visitar el Armada por el cargo que llebaba dello y estando fuera del dicho galeón abía sobrebenido una gran tormenta que se auía perdido (Declaración de Mateo Hotem, secretario de su alteza el príncipe Alberto)
Atestiguaron su muerte don Jerónimo de Mendoza, comendador de Almoradiel, y don Cosme de Meneses, comendador de Alcantara.

Testamento del doctor Martín de Alarcón

Martín de Alarcón comienza pidiendo perdón por los errores que hubiera podido cometer en vida contra la doctrina cristiana, reconoce poseer algunos libros condenados por la Inquisición de Portugal, aunque nos dice no estar incluidos en el Índice libros prohibidos de Castilla.

Hace usufructuario a su hermano de los bienes que le corresponden y con los que se ha dotado la capellanía de la iglesia de Valverde; le deja también en usufructo su librería, con condición que quede después de su muerte en la casa de Valverde a cargo del poseedor del mayorazgo familiar, sin que se pueda enajenar ni deshacer, ni un solo libro. Manda que se haga un inventario de los libros y se deposite en el archivo de la capilla mayor de la iglesia de Valverde. Deja a su hermano Pedro el resto de sus bienes.

Pide su cuerpo sea enterrado en la capilla mayor de la iglesia de Valverde, y si no es posible, allí donde decidan los albaceas de su testamento. Encarga 3.000 misas cerradas por su alma, mil de ellas en el convento de San Francisco de Valverde.

Como deudas deja dos pequeñas: una con don Fadrique Manrique y otra con un librero de Madrid llamado Blas de Robles. Deja 500 ducados a su criado Alonso Vera (que le acompaña en la Armada), a pagar en cinco años. Al doctor Francisco de Ávila, canónigo en la colegial de Belmonte, le deja una imagen grande de lienço con marco de nogal que es de Nuestra Señora con el niño mamando y el San Juan con un corderillo y San Joseph. Al maestro Francisco Cano, predicador de su Majestad, un reloj que es muestra de hechura de custodia con su caja y viril que creo en su poder o se hallará en mi librería. Al licenciado Alonso Méndez, cura de Valverde, un escaparate de Flandes que se hallará en mi estudio.También dispone en su estudio de unas porcelanas que son de su prima hermana Ana de Manrique.

Deja como albaceas testamentarios a su hermano Pedro, al canónigo Francisco de Ávila, al maestro Francisco Cano a Alonso Méndez, cura de Valverde.
El testamento es otorgado en Lisboa el 18 de marzo de 1588, antes de partir para Inglaterra.

El testamento de Pedro de Alarcón

En noviembre de 1596, llega la noticia de la muerte de don Pedro de Alarcón en Flandes, donde estaba al servicio, como camarero, del príncipe Alberto, archiduque de Austria. En agosto de 1595, antes de partir hacia Flandes; estaban presentes como testigos su hermano Diego Ruiz de Alarcón, el cura de Valverde Alonso Méndez, y otras personas que se encontraban con él en el momento de partir a Flandes: Pedro de Vilches, Martín de Soler, Manuel de Ojeda, y Juan de Villodre Araque.

El testamento se otorga el 26 de agosto de 1595, deja la librería, heredada de su hermano a cargo del cura de Valverde, Alonso Méndez; pide ser enterrado en la capilla familiar de Valverde o donde sus albaceas decidieran si muere lejos del pueblo. Pide se digan dos mil misas por su alma y otras muchas por deudos.

Deja al cura de Valverde, siete lienzos de verduras y ocho reposteros colorados con las armas de los Alarcones, vinculados a la capellanía. También deja a esa capellanía diversos enseres de oratorio: cruz pequeña de plata, imágenes, cáliz, platillo, vinagreras, hostiario, seis candeleros de plata, una fuente y jarro de plata.

Deja dotación a sus dos criados, cien ducados a cada uno y vestidos: el padre Vergara, que le ha acompañado a Flandes, y Manuel de Ojeda, que se queda en España por ocasión de su muger.  Al cura de Valverde una cama y su ajuar y un retablillo. Otra cama la deja a Bartolomé García.

Deja además dos mil ducados,otorgados por el Rey, y ochocientos ducados, otorgados por el archiduque, para desempeñar la hacienda de su hermano y dotación de la capellanía familiar. Agrega una capellanía más las seis ya existentes, modifica las rentas de estas capellanías y procede a nombrar capellanes entre los próximos: la enumeración de éstos da idea de la influencia y poder de los Ruiz de Alarcón en la zona: padre Vergara, padre Grajeda (criado de su sobrino Diego de Alarcón), padre Alonso Saiz, Diego de Luz, un hijo de Martín Parrilla, un hijo de Enmanuel Ojeda, otro hijo de Pedro de Montoya, alcaide de las Veguillas, y otro hijo de los Montoya.

A su sobrino don Diego una cruz pequeña de oro con reliquias y una cadenilla de oro con una cajuela de plata.

Deja todo el resto de sus bienes a su universal heredero  a la capilla mayor de la iglesia de Valverde el resto de sus bienes raíces y muebles, aunque con la obligación de aderezar esa capilla mayor de Santa María Magdalena tal como figuran en las trazas en poder del cura de Valverdejo

el mismo cuerpo capilla y altares según traça que en poder del cura de Valuerdejo hecha por mano de Mora, yngeniero del Rey Nuestro Señor.

Obviamente se refiere a Francisco de Mora, arquitecto nacido en Cuenca en 1553 y muerto en Madrid en 1610.

Albaceas: Diego Ruiz de Alarcón, sobrino; Alonso Méndez, cura de Valverde, Padre Guardián del convento de San Francisco de Valverde, y el padre Juan de Vergara

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Juan Ruiz de Alarcón casó dos veces:

  • Con la primera mujer, Isabel de Mendoza, tuvo a Jorge Ruiz de Mendoza
  • Con la segunda mujer, Juana Piñeiro
En el matrimonio con la segunda mujer Juana de Piñeiro se acordó que Juan de Alarcón aportara al matrimonio seis mil ducados la madre de la mujer, Ana del Castillo, señora de los lugares de Herriete e Hipasar,otros seis mil ducados. Los doce mil ducados quedarían vinculados a los hijos que procreasen, que fueron Martín de Alarcón, muerto en la Armada Invencible, y Pedro de Alarcón, muerto en Flandes.




Las capellanías fundadas por los hermanos Martín y Pedro, serían reivindicadas en la siguiente generación por los herederos del primer matrimonio: Diego Ruiz de Alarcón, sucesor de Jorge, y su hijo Diego Francisco Ceballos de Alarcón, que pedirían la incorporación de las capellanías al mayorazgo familiar; la solución vino dada por una concordia dada por el provisor del Obispado de Cuenca en 1630, tras cuatro años de pleito.


Fuente: AGS, CME, 541, 26