El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

martes, 5 de marzo de 2024

La madre Remón

 

VIDA DE MARÍA DE SAN FRANCISCO O MARÍA REMÓN, NATURAL DE VARA DE REY (I)
Uno de los personajes más célebres de Vara de Rey es fray Alonso de Remón, fraile mercedario y cronista de esa Orden, dramaturgo y, para algunos, persona que se esconde tras el autor de "Avisos para forasteros". No queremos en esta biografía escribir una hagiografía, sino aportar luz sobre la familia Remón en Vara de Rey.
La familia Remón es descrita por fray Alonso Remón como una familia de labradores medianos que procuraron dar una buena educación a sus hijos. No obstante, fray Alonso Remón buscó unos orígenes nobiliarios a la familia. Quiso ver en unos parientes de Consuegra esa hidalguía que faltaba a los Remón de Vara de Rey. En 1547, ganan ejecutoria de hidalguía los hermanos Francisco, Juan, Diego, Julián y Alonso Remón, vecinos de la localidad toledana de Consuegra, hijos de Francisco Remón, nietos de Juan Remón y biznietos de Guillén Remón, que, en tiempos pasados había sido alcaide de la fortaleza de Consuegra.
Nuestro frailes había ido hasta Consuegra a adquirir la sangre nobiliaria, pero incapaz de rehacer genealogías, tuvo que ir a su pueblo de Vara de Rey para buscar sus antecedentes propios y los de su familiar María Remón. Fray Alonso Remón sabía bien la vida de la religiosa María Remón, pues era su tía (hermana de su padre). María Remón era hija de Fernando Remón y Catalina Sánchez de Honrubia, "gente de mediano estado, pero con nobleza y limpieza"; labradores acomodados de Vara de Rey, por lo que sabemos nosotros, y con ascendientes conocidos en el pueblo, al menos desde el último tercio del siglo XV. Creemos que nuestro cronista no tiene por qué mentir y es probable que los Remón de Consuegra fueran sus familiares, dadas las relaciones conocidas entre esta zona y esa otra de Toledo.
María Remón o María de San Francisco, nacería en año de 1541. Como familia de labradores, y en aquella época, sus padres ya la prepararían para lo que era la mejor de las progresiones sociales a la sazón; pues "lo que ha de tener duración, empiece temprano". Nos dirá su sobrino fray Alonso que ya de pequeña jugaba a hacer altares, vestir santos, formar procesiones y cantar aquello que escuchaba en los oficios religiosos. Es lo que se podía esperar para una mujer o un segundón que huyeran del campo. Pues siendo mujer quedaba vetada la ansiada vida de soldado o como nos dirá fray Remón: "el que desde niño se ensayó en el juego de la espada negra, para que en la varonía no le espante la sangre, que derramase la blanca".
ARMAS DE LA FAMILIA REMÓN: "un escudo dividido en cuatro cuarteles, en el uno un castillo almenado en campo colorado y en el correspondiente una banda de oro con cinco estrellas a cada lado, y en los de abajo cinco grajas, en campo de oro, y en el siniestro, un brazo armado con un árbol en la mano en campo colorado, orlado, y cenefado el escudo con armas con vistosa plumajería, pendiente de la cima y celada timbre a la tarjeta y festón en la forma que aquí se ve"


La niña que jugaba en su pueblo de Vara de Rey se hizo moza. En un pueblo, donde sobraban los hidalgos y empezaban a despuntar los labradores ricos, los primeros veían a las hijas de los segundos como carne de cañón para un buen casamiento. María Remón era una moza hermosa, lúcida de entendimiento como de compostura exterior. En los cánones de belleza de aquella época se nos dirá que era esbelta de talle, airosa y más blanca que morena, con unas pecas que realzaban su hermosura. Varios de los nobles se ofrecieron a casar con la moza, pero, aunque fray Remón, nos diga que era obsesión en la joven quedarse soltera para cuidar de ancianos a sus padres, más parece que la simple mención a la dote fuera la causa de no llevar a buen puerto cualquier promesa matrimonial. Dicho de otro modo, los hidalgos por vender su sangre querían una buena dote y, por el contrario, el padre de María se negaba a entregar su hacienda a unos hidalgos tan arribistas como arruinados. La moza y su familia tuvieron que escoger entre los dos esposos que se ofrecían ante sus ojos: un esposo terrenal y arruinado al que mantener o un esposo celestial, en cuya unión alcanzar una perfección que se negaba en vida. Esta disyuntiva la expresará mejor que nadie Fray Alonso Remón: "la doncella que perseveró en aquel estado no le ocupan otros pensamientos sino el cómo ha de agradar a Dios para merecer el ir a gozarle, pero la que se casa llévanle los cuidados de la casa, hijos, hacienda y familia y todo es agradar a su marido, de modo que corazón a tan dividido no puede estar tan libre, como era necesario para llenar los caminos de la perfección, porque está repartido en dos amores y sirviendo a dos dueños". Dicho de otro modo, una mujer en aquel tiempo era más libre sirviendo a Dios en un convento que a su marido en su casa.

Si bien la decisión de María Remón a profesar como monja se apresuró cuando vio morir a sus padres. Fue entonces cuando se dijo aquello de "ea, Señor, ya se llegó la ocasión, ya es tiempo de que vos me deis la luz y yo guiada de su resplandor no me contento con andar sino con correr al paso de vuestras inspiraciones de modo que el sentido del olfato pierda la fragancia de vuestro divino ejemplar, es a saber que no me entibie ni permitáis que me acobarde el que dirán de que una doncella honesta y recogida vaya a consolar los afligidos, se halle a enterrar los muertos, visite a menudo las iglesias".

María vistió el hábito franciscano de la Tercera Orden, pero no en el monasterio de la Asunción de San Clemente, sino que llevó vida de beaterio acompañada de una sobrina en Vara de Rey. Quizás porque el convento de la Asunción estaba a medias de hacer y el de San Francisco, devenido en convento dúplice no daba más de sí para nuevas huéspedes. Quien era conocida por la hija de Fernando Remón nacerá a nueva vida, siendo apodada la Madre Remona, muy a pesar suyo que preferirá y tardará en llamarse María de San Francisco. No sería fácil a María olvidar el viejo mundo terrenal. Su pelea con el demonio por alcanzar el nuevo estado de perfección es definido por su sobrino como guerra contra el envidioso Lucifer, solo ganada a costa de mortificaciones constantes de la carne. Era tal su tesón en la lucha que se dice que salió de la misma "aporreada y descalabrada". Cuentan que en cierta ocasión el demonio, que solo ella veía, no le dejaba pasar a misa. arrebatándola y llevándola por los aires algunos pasos, mientras la religiosa afirmaba: "no te canses en vano bestia, que he de decir misa a tu pesar". Vencido el demonio, fue ella quien quiso vivir en la simpleza de las bestias, apenas vestida y buscando el sustento frugal de la naturaleza: "el vestido un poco de sayal , digo de paño, o cordellate frailesco era. La comida tan tenue que raras veces comía carne y cuando la obligaban a comer fuera de su ordinario, porque era molestada de señores y amigas principales. luego echaba mano de la fruta o legumbres y riñéndola respondía con gran alegría, yo soy una bestia, en habiendo verde, no hay sino dejarme, que con ello he de sustentarme". Nunca comía todo, pues con ayuda de su sobrina repartía comida a los pobres. No se daba alegrías, siendo la primera a asistir a pobres y enfermos y enterrar a los muertos. 

La frugalidad y mortificación llevaron a María a la experiencia mística, de tal modo que como si fuera ida, se arrobaba y en éxtasis pronunciaba sus profecías. María sabía que estos misticismos, y menos el ejercer de pitonisa, provocaba recelos que bien le podían causar perjuicios con el Santo Oficio. Por esa razón, vuelta en sí, se apresuraba a decir: "¿Qué he dicho, he hablado algo? no crean nada, que todo son disparates y cosas poco considerables". Pronto la Madre Remona adquirió fama milagrera.

Un tercer domingo de mes, estando descubierto el Santísimo Sacramento, la Madre Remona quedó arrobada una vez más, pero para volver enseguida en sí y salir corriendo de la iglesia de Vara de Rey; los fieles salieron tras ella, caminando hacia el mediodía, pasado el paraje de la Vega y el camino que de San Clemente va hasta los molinos en un olivar que había a la otra parte de la venta y camino. Allí la Madre Remona quitó la soga a un hombre que se estaba ahorcando en un olivo, salvándole la vida. En otra caso, adelantándose a los malos pensamientos de un vecino principal de Vara de Rey que quería matar a otro. Presentóse la sierva de Dios a eso de las doce de la noche en la casa del potencial criminal y le hizo desistir de sus aviesas intenciones. Otra veces, era el propio tío quien quería ver milagros. Así, en una ocasión que le visitó en Toledo y el colgar unas uvas devino en lucha interior que acabó con nuestra mujer santa malherida. Entretanto, los vecinos de Vara de Rey veían a María de San Francisco levitar una y otra vez delante de un demonio no visible que le impedía entrar en la iglesia. 


(El expediente está incompleto)


BNE, VE/139/47Relacion de la vida, y muerte de la sierua de Dios Maria de San Francisco, de la Orden Tercera del Serasico Padre de San Francisco, por otro nombre Maria Remon, natural de la villa de Vara de Rey en la Mancha :Va dividida esta relacion en doze puntos, y parrafos : / Por el padre maestro fray Alonso Remõ, predicador, y coronista general de todo el orden de n. señora de la Merced, redencion de cautivos

Fray Alonso Remón, 1561-1632

lunes, 4 de marzo de 2024

Buenache de Alarcón y el onceno

En los lugares de señorío del sur de Cuenca era costumbre pagar un diezmo adicional al señor, además del diezmo eclesiástico. Este diezmo, raramente era la décima parte de los frutos cosechados y se aproximaba más a la onceava o quinceava parte, siendo fluctuante en relación a la fuerza de las partes enfrentadas. En Buenache de Alarcón, los campesinos paraban el llamado "onceno" a los señores del lugar: la familia Ruiz de Alarcón. El año 1595, tal renta señorial fue discutida por los vecinos en los tribunales, amparándose en una escritura de 1496 que declaraba sus bienes libres de tributos. Don Pedro Ruiz de Alarcón alegó que los bienes eran tributarios de "una especie de décima" desde tiempo inmemorial, en virtud de un "pacto, conveniencia o transacción" que se había hecho entre vecinos y señores cuarenta y nueve años antes del pleito. El origen del tributo se quería ver no en imposición señorial sino en tributo pagado con anterioridad a los reyes. Dicho tributo se pagaba en florines al monarca. Según Pedro Ruiz de Alarcón, los señores de Buenache se había encargado de la recaudación del tributo y como compensación recibiría la llamada "décima", luego reducida a "onceno", y el pago de este tributo se hacía desde una escritura entre los vecinos de Buenache y el abuelo de Pedro Ruiz de Alarcón que  se remontaba a 1466, que venía a ratificar otro concejo de 1415 y que reducía la décima a onceno. 

Las discusiones entre los vecinos de Buenache y su señor llegaba a poner en duda por este el concejo abierto de 1496. A este concejo abierto habían acudido los alcaldes Martín Sánchez y Fernán López, dos regidores y un vecino Fernando Soler, nombrados por su nombre, aunque el concejo decía reunir a cuarenta vecinos para una población que se consideraba pequeña ese año. La oposición al "onceno" se había discutido en ese concejo de 1496, pero el debate se había reabierto en un nuevo concejo abierto de 1568, lo que muestra el rechazo al impuesto de los bonacheros a este tributo.


Madrid, 14 de enero de 1644. Alegaciones de Pedro Ruiz de Alarcón en el pleito con el concejo de Buenache el onceno.


CIRCA 1644. BUENACHE DE ALARCÓN, CUENCA. PLEYTO DEL ONZENO. LIBRERÍA ANTICUARIA LUCES DE BOHEMIA

Pedro de Mendiola Bracamonte

La ejecutoria de hidalguía de Pedro Mendiola era de 15 de febrero de 1576. Pedro de Mendiola era hijo del licenciado Juan de Mendiola y el reconocimiento de hidalguía era también para el resto de sus hermanos. El licenciado Juan de Mendiola había iniciado el pleito por su hidalguía en 1558, que luego habían continuado sus hijos, habidos en el matrimonio con Catalina Galindo. Pedro luego se doctoraría en leyes y casaría con doña Mariana de Bracamonte, vecina de la ciudad de Guadalajara. Del matrimonio nacería Pedro de Mendiola Bracamonte, que en 1612 y en  Santa María del Campo y pedirá ser admitido en su ayuntamiento como hidalgo. En 1605, Pedro de Mendiola Bracamonte había ocupado el cargo de alférez mayor perpetuo de Santa María del Campo Rus por renuncia de su familiar Miguel Galindo.


La información se ha obtenido de un documento a la venta por Internet en TODOCOLECCIÓN (Librería anticuaria Luces de Bohemia)

domingo, 3 de marzo de 2024

JOSÉ DE HARO CASTAÑEDA Y FERRER

 

GENEALOGÍA DE DON JOSÉ DE HARO CASTAÑEDA Y FERRER (bautizado el 5 de mayo de 1666 en Villanueva de la Jara)

PADRES

Antonio de Haro y Castañeda, vecino de Chinchilla, y Ana Isidora Ferrer, natural de Villanueva de la Jara

TÍAS POR PARTE DE PADRE

Francisca de Haro (madre de Fernando Antonio Núñez y Robres, caballero de la orden de Montesa) y Magdalena de Haro (madre de Marcos Enríquez, caballero de la orden de Montesa)

ABUELOS PATERNOS

Diego López de Haro y María Castañeda, naturales de Alarcón, y residentes en Motilla

ABUELOS MATERNOS

Juan Ferrer, natural de Villanueva de la Jara, y Francisca Rosillo Ruiz de Alarcón, natural de Palomares de Campo (hija de Gaspar Rosillo, natural de San Clemente y sobrina de Francisco de Alarcón, obispo de Pamplona y Córdoba, del linaje de los señores de Valera de Arriba)

Partida de Bautismo de Juan Ferrer

Villanueva de la Jara, 27 de febrero de 1587, hijo de Martín Ferrer y Ana de la Osa

En la iglesia de Santa María de Alarcón se encontraban los libros sacramentales del resto de iglesias de la villa de Alarcón: Santísima Trinidad, San Juan, Santo Domingo, Santiago y la propia iglesia de Santa María. Los libros habían sido trasladados allí desde el resto de iglesias. En 1654, la iglesia de la Santísima Trinidad sufre un incendio en el que se pierden los libros de Bautismo. El incendio afecta a la sacristía y archivo parroquial.

Diego López de Haro había sido bautizado en la parroquia de la Trinidad, donde se bautizaban los hombres principales de Alarcón; los bautizados en esta iglesia tenían el privilegio de antelación para las becas del Colegio de Cuenca del Monte Olivete de Salamanca. Don Diego de Haro vivía en la calle de los Caballeros, perteneciente a la parroquia de Santa María; los Haro tenían en la puerta de su casa y los cuartos de las mismas, sus armas en los escudos. Los Haro de Alarcón tenían su enterramiento ("sepultura sumptuosa") en el presbiterio de la iglesia de San Juan


Archivo Histórico Nacional, OM-CABALLEROS_MONTESA,Exp.243

La Memoria de Pedro de Montagudo

 El vínculo fundado por Pedro de Monteagudo en Villanueva de la Jara lo conocemos por el pleito entre Juan de Alarcón Prieto y Cristóbal de Alarcón en 1664. Aunque el pleito, que ya venía con otro descendiente de Pedro Monteagudo y del mismo nombre en 1660. 

Pedro Monteagudo era el cuarto abuelo de Juan de Alarcón y, aunque el pleito venía por una heredad en la vega y unas casas, el hecho de que cincuenta hombres estuvieran recogiendo la cosecha de Juan de Alarcón en 1670 da testimonio de la envergadura de la hacienda. El mayorazgo había sido fundado por Pedro de Monteagudo y Catalina Ruipérez; pero, ¿existía tal mayorazgo? En realidad, de los bienes vinculados ahora en litigio estaba en una memoria y obra pía de hacía más de cien años  fundada por Catalina Ruipérez, sobre los que se pretendía fundación de mayorazgo por una escritura de 22 de junio de 1559 y que eran capítulos matrimoniales al casar la hija de los fundadores de la memoria, Catalina Monteagudo con do Diego Flórez Carrillo, vecino de Cuenca. A dicha memoria se aplicarían en 1572 las casas de morada en Villanueva de la Jara, en las llamadas cuatro calles, lindantes con otras de Pedro López de Tébar, así como una huerta en la vega de la villa. Los bienes estaban cargados con censo enfitéutico de 20 ducados.


Archivo Histórico Nacional, CONSEJOS,23836,Exp.4

sábado, 2 de marzo de 2024

Villazgo de Gabaldón (1672)

 La exención de la aldea de Gabaldón de la villa de Motilla del Palancar y su conversión en villa fue un proceso tortuoso. El 17 de septiembre de 1668, los procuradores de Gabaldón acuden a la Cámara de Castilla exponiendo los agravios y vejaciones que sufren de la justicia motillana y pidiendo su segregación de la villa de Motilla y se les conceda jurisdicción propia con el otorgamiento de título de villa. El Consejo de Cámara accedería el uno de julio de 1669 al villazgo de Gabaldón, poniéndole precio: 7000 maravedíes por vecino. Pero, cuál había de ser el nuevo término de la villa. Una cosa era lo que estaban dispuestos a reconocer villas adyacentes como Alarcón, Barchín y la propia Motilla, y otra los deseos de Gabaldón que esos términos se confundieran con las propiedades de sus vecinos amparándose jurídicamente en circunscripciones alcabalatorias y dezmerías, es decir, distritos fiscales para el cobro de la alcabala y el diezmo y que, en el caso de Gabaldón, tenían su razón de ser en el hecho de que la nueva villa ya tenía su independencia fiscal antes de su incorporación a Motilla. Es más, debemos recordar que si Gabaldón se incorporó a Motilla fue por su incapacidad para reconocer de hecho un villazgo que se reconocía con las capitulaciones entre los reyes y el marqués de Villena al haber salido de la guerra en 1480 completamente destrozada y estar poblada con apenas cuatro vecinos.

La protesta de Alarcón fue inmediata. Si los gabaldonenses quería  hacerse con un término propio, que se lo diesen los motillanos, pero las tierras que labraban los gabaldonenses en Alarcón eran propios de estas villa. Por su parte, Motilla del Palancar pidió que se respetaran los límites tradicionales, que no eran otros que los que la villa había impuesto a su antigua aldea dependiente. En suma, Alarcón pedía respeto a los acuerdos de 1481 y los amojonamientos del licenciado González Molina; Motilla se quejaba que dado el escaso término "redondo" dado en la fecha anterior no podía renunciar a más términos. Gabaldón celebraría un concejo abierto de todos sus vecinos, en fecha indeterminada, para exponer un planteamiento común de todo su vecindario, al tiempo que contaba con el apoyo del corregidor de San Clemente para hacer valer sus pretensiones. En virtud de las alegaciones planteadas por las partes el Consejo de Cámara dictaría un auto de 16 de septiembre favorable a Gabaldón: 

Sin embargo de los artículos introducidos por el Reyno, y villa de la Motilla del Palancar, no ha lugar la retención de la exempción de jurisdicción sobre lo que se litiga, introducida por el Reyno y la dicha villa de la Motilla del Palancar y la de Alarcón. Bueluanse los papeles a la Cámara para que corra la gracia hecha al lugar de Gabaldón

Tras ser confirmado este auto el 26 de octubre de 1571, se concedería el título de villazgo a Gabaldón el 4 de febrero de 1672. El privilegio de villazgo tenía varias cláusulas:

  • Se reconocía límites con Motilla, Campillo, Almodóvar, Solera y Barchín del Hoyo; términos correspondientes a las heredades, viñas y labores de los vecinos de Gabaldón integradas en el alcabalatorio y diezmatorio. Se tomaba el precedente de Gil García
  • Plena jurisdicción a los alcaldes de Gabaldón sobre sus términos.
  • Alcaldes de Alarcón y Motilla no ejerzan jurisdicción alguna en los términos de Gabaldón.
  • Jurisdicción privativa, civil y criminal, de los alcaldes de Gabaldón, sin que quepa intromisión alguna de los alcaldes de Motilla o del corregidor de San Clemente
  • La nueva jurisdicción se reconoce, no embargante la antigua jurisdicción de Motilla y los derechos de Alarcón sobre su suelo, sobre el que están las propiedades de los gabaldonenses.
Ese mismo día, el 4 de febrero de 1672, era comisionado don Juan Francisco de Bargas Manuel y Ludeña para dar posesión del villazgo a Gabaldón. Ni Alarcón ni Motilla aceptaron el villazgo, es más, a esta oposición se unió en marqués de Villena, como señor de la villa de Alarcón, en los perjuicios que se le seguían en el derecho de borra y asadura y unos pinares y tierras que consideraba usurpados. El marqués de Villena consideraba asimismo que siete de sus vecinos y sus casas se habían integrado en el nuevo pueblo. Motilla, Barchín y Alacón al unísono consiguieron que se modificasen los términos señalados por el juez comisionado por le Consejo de Cámara. Se reconocía el antiguo derecho a los pastos y uso del pinar ahora integrado en los términos de Gabaldón y en el caso de Alarcón, aunque le reconocían los viejos derechos sobre su suelo, se le negaba toda jurisdicción sobre los términos usurpados con el villazgo que ahora se reconocían bajo la jurisdicción de Gabaldón; el derecho de borra se consideraba como privilegio del concejo de Alarcón y no del marqués; el derecho de asadura se consideraba que se debían cobrar sobre los ganados foráneos a la villa de Alarcón, pero no a los ganados de las villas y aldeas del suelo de Alarcón. 
Gabaldón, en su exención, seguía el modelo de las aldeas de Villanueva de la Jara (Casasimarro, Tarazona, Quintanar, Villalgordo y Gilgarcía) que habían ensanchado sus nuevos términos a costa de arrebatárselos a Alarcón. Si bien es verdad que se reconocían viejos usos comunales, por el contrario, se negaba toda intromisión de los viejos caballeros de sierra de Alarcón en los nuevos términos emancipados de su suelo.

BNE. PORCONES/689(12), PORCONES/95/9

miércoles, 28 de febrero de 2024

Deslinde de términos de Villar de Cantos en 1626

 "Y en cumplimiento del auto por su merced del dicho señor juez probeydo en la encrucijada donde se dividen las jurisdiciones de las villas de Bara de Rey a la con San Clemente y donde está puesto un mojón para la división de la dezmería del lugar de Villar de Cantos que es en el camino alto que va de Vara de Rey a el Cañavate y en el que es de Villar de Cantos a Tébar en el cerro que llaman de las Modorras en una esquina de la dicha encrucijada se halló un moxón de tierra e piedra e que dixeron las personas que iban con el dicho señor juez debajo de juramento que tienen fecho que es el moxón antiguo que parte términos entre las dichas villas de Alarcón, San Clemente y Vara de Rey, de qual dicho moxón se renovó de tierra e piedras y atochas para que parta términos entre las dichas villas de Alarcón y Vara de Rey y la dezmería de Villar de Cantos por mano derecha y por la izquierda de término de Perona.

Luego del dicho mojón que ansí queda fijo en la esquina de la encrucixada atravesando sobre mano derecha por el dicho camino de las Modorras y peña que llaman del Gato como quien mira a Nuestra Señora del Cañavate en lo alto del dicho cerro en las Mohotillas se halló una en piedras y tierra junto que paresce moxón y dijeron las dichas personas que iban con su merced debajo del juramento que tienen fecho que entendían e tienen por cierto era el moxón antiguo y que parte términos entre las villas de Alarcón y San Clemente, el qual dicho mojón mandó el dicho señor juez se renovase de piedras e tierra y se renovó para que parta términos por mano derecha con Alarcón y por mano izquierda con el lugar de Perona y este dicho moxón queda fecho y renovado en haças que dicen ser de los herederos de Pedro López del Río y Damián Jareño, vecinos del Cañavate.

Y luego desde el dicho moxón que ansí queda fecho en las dichas Mohotillas y haças de herederos de Pedro López del Río y Damián Jareño en el mesmo cerro y haças susodichas como cinquenta pasos deste dicho moxón se hiço otro de piedras e tierra que parte términos por mano derecha con la villa de Alarcón y por la mano izquierda con el lugar de Perona

Y luego desde el dicho moxón que ansí queda fecho se llegó a otro çerro más adelante que dixeron llamarse propiamente el cerro de la peña del Gato y en el dicho cerro pasado amas peñas se hiço otro moxón de tierra e piedras del qual parte por mano derecha el término de Alarcón y por mano izquierda el término de Perona.

Y luego desde este dicho mojón que ansí queda fecho junto a las peñas en el cerro de la peña del Gato siguiendo la loma del dicho cerro en el remate y fin del cercado de una haça de don Diego de Ortega se hiço otro moxón de tierra e piedras el qual parte términos por mano derecha con la villa de Alarcón y por mano izquierda con el término del lugar de Perona.

Y luego desde el dicho moxón que ansí queda fecho en el remate y fin del dicho cerro de la peña del Gato, caminando derecho a lo alto de la cañada de las Doncellas enmedio del dicho cerro ojo de la cañada se hiço otro mojón de tierra e piedras el qual dicho moxón parte términos por mano derecha con la villa de Alarcón y por la izquierda con el lugar de Perona.

Y luego desde el dicho moxón que ansí queda fecho a ojo de la dicha cañada de las Doncellas prosiguiendo hasta él para lo alto de de las haças de Cabeça Morena y entre haças de don Rodrigo de Ortega y de Pedro de Carrión en un lleco del dicho alto se hiço un moxón de tierra e piedras el qual parte términos por mano derecha con la villa de Alarcón e por la izquierda con el lugar de Perona.

Y luego desde el dicho mojón que ansí queda fecho en el lleco de Cabeça Morena prosiguiendo desde el dicho mojón se llegó a el alto de Ortega en par de las haças del licenciado Carrera de Cuenca y en la mitad de la loma aojo de la peña del vallejo la Carca se hiço otro moxón de tierra e piedras el qual parte términos por mano derecha con la villa de Alarcón e por la izquierda con el lugar de Perona.

Y luego desde el dicho moxón que queda ansí fecho en lo alto de Ortega se fue prosiguiendo hasta llegar al medio del vallejo de la Carca (Zarza) y del cerro de las colmenas donde está una peña grande la qual dicha peña es moxón antiguo entre las villas de Alarcón e San Clemente y aora de nuevo se señala y queda por término entre la villa de Alarcón por mano derecha y por la izquierda con lugar de Perona.

Y luego desde la dicha peña en derecho della en lo alto del cerro de las Colmenas se hiço otro moxón de tierra e piedras que parte términos por mano derecha con la villa de Alarcón y por la izquierda con el lugar de Perona.

Y luego desde este dicho moxón que ansí queda fecho en lo alto del cerro de las Colmenas prosiguiendo la loma del dicho cerro la falda adelante a ojo de los Calderones y a ojo de la viña Perona se hiço otro mojón de tierra e piedras y este dicho moxón está delante como treynta pasos de una haça de Frnacisco Prieto y parte términos este dicho moxón por mano derecha con la villa de Alarcón y por la izquierda con el lugar de Perona

Y luego deste dicho moxón que queda fecho a ojo de los Calderones y a vista de la viña Perona se llegó a los Calderones y en el más baxo se halló un montón de tierra e piedras que parescían ser moxón y se renovó con más piedras y tierra, parte términos por mano derecha con la villa de Alarcón y por mano izquierda con el lugar de Perona.

Y luego estando en este dicho moxón hubo diferencias entre los dichos comisarios de la villa de Alarcón  y el de la villa del Cañavate y don Rodrigo Pacheco sobre por qué parte se abía de ir a dar a la Cabeça del Campo porque el dicho don Rodrigo y los dichos comisarios que desde el dicho moxón se abñian de endereçar los demás moxones al poço de Miagodavia (?) y del dicho poço a la mitad de la Cabeça del Campo en lo qual consentía el dicho don Rodrigo Pacheco que era el dicho poço el moxón que estaba en medio del dicho moxón de los Calderones y la Cabeça el Campo conforme a la memoria simple de moxones presentada por los comisarios de la villa de Alarcón y amoxonamiento que tiene presentada a lo qual el licenciado Mateo Briz Loçano comisario de la villa del Cañavate contradixo  en nombre de la dicha villa diciendo...

martes, 27 de febrero de 2024

Un casamiento forzado

 Ginés de los Herreros Osa y Guzmán cogió el camino de Altarejos para llevarse por las bravas a su novia. Ya en casa del padre de la novia, don Fernando del Castillo Guzmán, señor de Altarejos se llevó a su sobrina María Clara Portocarrero, dirección a la Parilla donde con ayuda de un familiar de la Inquisición Diego de Mena Barrientos se celebraría la boda. Del quebrantamiento y rapto de la novia se haría cargo un juez de Comisión mandado por el Consejo Real, Francisco de Alderete.

Es cierto que estos raptos, por lo que sabemos de casos pasados como el de María Valderrama, eran mucho más sofisticados de lo aparente e iban más allá de mozo envalentonado dispuesto a satisfacer alteraciones hormonales. De hecho, jugaban más los intereses económicos y familiares. Así, don Ginés Herreros, antes de llevarse a la novia, había obtenido mandamiento del provisor de Cuenca en el que se declaraba que la joven doña Clara había dado palabra de matrimonio a don Ginés de los Herreros y ahora pedía su cumplimiento, para disgusto del tío. Ante la oposición de don Fernando Guzmán, Ginés de los Herreros decidió dejar en depósito a la novia, tal cual. Quebrantando la casa de Fernando Guzmán se había llevado la novia y la había dejado "depositada" por mediación del familiar del Santo Oficio, Diego Mena, hasta la celebración del matrimonio. Nadie hacía nada ilegal ni amoral para la época. Es más, el acto de depósito de la novia fue llevado a cabo por el cura propio de la Parrilla, que se limitaba a cumplir con el mandamiento del provisor del obispado de Cuenca. Además, se pretendía salvar a la novia de cualquier desgracia que pudiera sobrevenir de la reacción desmesurada de sus deudos. La novia, a quien nadie preguntaba su parecer, iba de mano en mano y de depósito de una casa en otra, con intervención directa primero del alcalde de Altarejos Pedro de Alarcón, que dejó la novia en su casa después de declarar que quería casarse con Ginés y luego en una casa de la Parrilla, donde se la había llevado el cura, con ayuda del teniente de cura y del sacristán, hasta que se celebró el matrimonio. El "facilitador" del traspaso de la novia de casa de su tío hasta el altar final había sido el familiar de la Inquisición Diego de Mena, que había establecido en un mesón y el convento de San Francisco la logística preparatoria de la boda.

Cuando la justicia real actuó contra Ginés de los Herreros y el familiar del Santo Oficio, el segundo escondió al primero en un cuarto secreto de su casa, en tanto que los novios llevaban a buen término su casamiento en la iglesia de la Parrilla. Bien es verdad, que en este mundo todo eran complicidades. Al parecer, la principal opositora al matrimonio de los jóvenes era la madre del señor de Altarejos, doña María Castañeda. El caso es que el sanclementino Ginés de los Herreros tenía suficientes cómplices para entrar en casa de su amada. Los criados María Ortega y Diego de Alarcón le abrían la puerta para que los jóvenes se confesaran las confidencias


Archivo Histórico Nacional, INQUISICIÓN,1924,Exp.18

OFICIOS CONCEJILES E HIDALGOS EN VARA DE REY 1703-1728

 

OFICIOS CONCEJILES E HIDALGOS EN VARA DE REY 1703-1728

7 Septiembre de 1727

Alcaldes ordinarios: don García José de Montoya y Pedro de Buedo Montoya

Regidores perpetuos: Marcos Fernández, Pedro Fernández de Perona Palacios, Sebastián de Villanueva Tello y Marcos Salinas de Perona

Hidalgos recibidos como vecinos: don Felipe Valero y Losa, el doctor don José Valero su hijo, Felipe Antonio Valero Jiménez, y el doctor don Felipe José Valero, originarios de Villanueva de la Jara

10 de agosto de 1705

Alcaldes ordinarios: don Sebastián Montoya y Francisco Ortega Girón

Regidores perpetuos: don Cristóbal Alfonso de Palacios, Juan Saiz Aguilar, Pedro de Jávega Crespo, don Juan de Buedo Cabias

Alguacil mayor perpetuo: don García Alfonso de Buedo y Spinosa

Elección de Alcalde de la hermandad por los nobles: don Fernando de Montoya y Pérez

20 de agosto de 1711

Alcaldes ordinarios: don García Alfonso de Buedo y Spinosa y Juan de Jávega y Crespo

Regidores: Felipe Escribano Criado, Juan Saiz Aguilar, y Pedro de Jávega Crespo

Elección de Alcalde de la hermandad por los hidalgos: don Diego de Valdés y Araque, caballero de la orden de Santiago y su oidor de la Casa de Contratación de Sevilla y superintendente general de las reales minas de azogue de Almadén

6 de agosto de 1712

Alcaldes ordinarios: don Pedro Jacinto de Buedo y Spinosa y Sebastián de Villanueva

Regidores: Felipe Escribano Criado, Juan Saiz Aguilar, Pedro de Jávega Crespo

Alguacil mayor: don Tomás Martínez de Buedo

Elección de Alcalde de la hermandad por los nobles: Eugenio de Oma Caracajona

25 de julio de 1713

Alcaldes ordinarios: don Felipe de Palacios y Francisco García Toledo

Regidores: Juan Saiz Aguilar, Pedro Jávega Crespo, 

Alguacil mayor: don Francisco de Angulo

Elección de Alcalde de la hermandad por los nobles: don García José de Montoya

17 de agosto de 1714

Alcaldes ordinarios: don Pedro López Meneses y Juan de Jávega Crespo

Regidores: Pedro de Jávega Crespo

Alguacil mayor: Mateo García Toledo

Elección de Alguacil mayor por el estado noble: Diego de Montoya Alcaud

20 de enero de 1717

Alcaldes ordinarios: don Alonso Ruiz de Alarcón y Mateo García Toledo

Regidores: don Fernando de Montoya, Pedro Fernández de Perona Palacios, Marco Salinas de Perona, Francisco García Toledo, don Francisco de Angulo y don Pedro López Meneses.

Alguacil mayor: Lorencio Martínez Haro

Elección de alcalde ordinario por los hijosdalgo: don Alonso Carlos Ruiz de Alarcón

Elección de de alguacil mayor por el estado noble: don Rodrigo de Angulo menor

1 de enero de 1718

Alcaldes ordinarios: don Felipe de Palacios y Pedro Martínez Osona

Regidores: don Fernando Diego de Montoya, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona Palacios, don Tomás Martínez de Buedo

Elección de alcalde de la hermandad por los nobles: don Diego Valdés y Araque

1 de enero de 1719

Alcalde ordinario: Simón Saiz de Perona y Palacios

Regidores: Marcos Saiz, don Fernando Diego de Montoya, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona Palacios, don Tomás Martínez de Buedo, Marcos Salinas de Perona, Francisco García Toledo, don Francisco de Angulo y Peralta.

Elección de alcalde ordinario por los nobles; don García José de Montoya

Elección de alcalde de la hermandad por los nobles; don Diego Huete y Almao

1 de enero de 1720

Alcaldes ordinarios: don García José de Montoya y don Diego de Buedo Montoya

Regidores: Marcos Saiz, Simón Saiz de Perona (teniente de alcalde mayor honorífico), don García Alfonso de Buedo Spinosa, Pedro Saiz de Perona y Palacios, Marcos Salinas de Perona, Francisco García Toledo y don Francisco de Angulo y Peralta

Elección de alcalde de hermandad por los nobles; don Felipe de Angulo y Peralta

1 de enero de 1721

Alcaldes ordinarios: Pedro Jacinto de Buedo y Spinosa y Mateo Toledo Jávega

Regidores: Marcos Saiz, don Fernando de Montoya, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona y Palacios, y Marcos Salinas de Perona

Elección de alcalde de la hermandad por los nobles: don José de Palacios y Argandoña

1 de enero de 1722

Alcaldes ordinarios: Don Alonso Ruiz de Alarcón Diego Jàvega Crespo.

Regidores: Marcos Saiz, don Fernando Diego de Montoya, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona Palacios, Marcos Salinas de Perona, Francisco García Toledo

Elección de alcalde de la hermandad por el estado noble: don Julián Cabeza de Vaca

3 de enero de 1723

Alcaldes ordinarios: don García Alfonso de Buedo y Spinosa y Lorencio de León

Regidores: Marcos Saiz, Pedro Saiz de Perona Palacios, Francisco García Toledo

Elección de alcalde de la hermandad por los nobles: don Francisco de Montoya Alcaud

1 de enero de 1725

Alcaldes ordinarios: don Pedro Jacinto de Buedo y Spinosa

Regidores: Marcos Saiz, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona Palacios, Sebastián de Villanueva, Marcos Salinas de Perona, Francisco García Toledo

Elección de alcalde ordinario por el estado noble: don Diego Sebastián de Montoya

17 de diciembre de 1725

Alcaldes ordinarios: don Diego Sebastián de Montoya y Diego de Jávega Montero

Regidores: Marcos Saiz, don Fernando Diego de Montoya, Pedro Saiz de Perona Palacios, Sebastián de Villanueva, Marcos Salinas de Perona y Francisco García Toledo

Elección de alcalde ordinario por el estado noble: don García José de Montoya

1 de enero de 1728

Alcaldes ordinarios: don García José de Montoya y Pedro de Buedo Montoya

Regidores: don Fernando Diego de Montoya, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona Palacios, Sebastián de Villanueva Tello, Francisco García Toledo y don Francisco de Angulo

Elección de alcalde ordinario por el estado noble: don Fernando Spinosa y Valdés

Elección de alcalde de la hermandad por el estado noble; don Miguel de Meneses y Gallego

Repartimiento de alcabalas de 1707

Hidalgos: Diego Gabaldón

Repartimiento de alcabalas de 1719

Hidalgos; don Francisco de Angulo Caja

Repartimiento de alcabalas de 1727

Hidalgos: don Alonso Ruiz y Angulo

Expediente a instancias del fiscal para que el concejo de San Clemente y su jurisdicción remitan testimonios de los vecinos recibidos  por hijosdalgo desde 1703 en adelante. ACHGR, C-14824-24

lunes, 26 de febrero de 2024

Casas de Haro, su origen como pueblo

 "... y que el dicho Diego López de Haro tenía bienes que le auían dado con la segunda mujer porque tenía en una aldea la heredad que decía de Diego Simón el viejo que está en término y jurisdición de la dicha villa de San Clemente"

Este Diego López de Haro era hijo de Diego López de Haro y doña Ana Ruiz de Villamediana, si bien el texto da a entender que la heredad había llegado a su hijo de un segundo matrimonio del padre. El padre Diego López de Haro era hijo de Hernán Vázquez de Haro y nieto de Diego de Haro, el primero de la familia que se establece en San Clemente.

Estamos ante el probable origen de Casas de Haro, que antes se llamaría Casas de Diego Simón, y que vía matrimonio habría recaído en un miembro de la familia Haro, la probanza de testigos donde aparece la constatación de este nuevo núcleo urbano es posterior a 1585. La familia Simón es una familia principal de San Clemente que no tiene continuidad en la segunda mitad del siglo XVI por falta de descendencia masculina; este sería un caso más de bienes que recaen en el marido y llevados como dote por la mujer, Hasta ahora habíamos fechado las Casas o aldeas del sur de San Clemente en el primer tercio del siglo XVII, ahora se abre la posibilidad que alguna de estas aldeas ya existieran de antes, desde el último cuarto del siglo XVI y probablemente antes. Nuestra hipótesis es que se trata de una casa de labor con algunas otras edificaciones que surge paralelamente a esas otras que tenemos constatadas en diversos lugares de la Mancha Alta y que ya aparecen señaladas en las Relaciones Topográficas de Vara de Rey, indicando un movimiento de roturación de tierras al sur de esta villa y de la de San Clemente. Consideramos que retrotraer el origen del pueblo a la época de la reconquista con Alfonso VIII es ficción y que no hay base documental alguna para ver citado el nombre del pueblo en la sentencia de Jiménez de Lanclares de 1318 que separaba términos entre Alarcón y Alcaraz.


ACHGR, HIDALGUÍAS, 301-92-11