El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

martes, 22 de diciembre de 2015

Vecindario de Chinchilla según el padrón de alcabalas de 1586 (I)

padrón de los vezinos de la ciudad de chinchilla y sus aldeas

ay dcci vºs (701 vecinos)

En la çibdad de chinchilla a quatro días del mes de julio de mill y quinientos y ochenta y seis años el muy magnifico señor clemente de barnuebo alcalde hordinario cumpliendo lo que su magestad manda por su rreal prouisión mandó empadronar calle hita todos los vezinos desta dicha çibdad ansí los que biben y moran en ella como los que ay en sus aldeas, el qual dicho empadronamiento se hizo en la forma siguiente para contar los vezinos que ay en la dicha çibdad y sus aldeas

clemente barnuebo                                                ante mi alonso de alarcón


  • pasqual pérez mercader
  • alonso maeso çapatero
  • andrés lópez çapatero
  • el dotor castillo
  • pedro de la cruz
  • la uiuda de gil de aragón
  • martín de touarra mercader
  • miguel de monserrate mercader
  • asensio giménez mesonero
  • diego lópez mercader
  • la viuda del bachiller rrequena

sábado, 19 de diciembre de 2015

Genealogía de los señores de Minaya

Introducirse en la villa de Minaya es fundamental para conocer un poco más de la historia de la villa de San Clemente y una de las familias dominantes del poder local, los Pacheco, que vía matrimonial con los Castillo se introducirían en la vida de esta última villa, con un claro afán dominador desde el último tercio del siglo XVI y primera mitad del siglo XVII. La alianza de los Castillo y los Pachecos se forjaría en la alianza de Alonso Pacheco, hermano del señor de Minaya con Juana de Toledo. Una alianza de segundones de ambas familias que, por azares sucesorios, tendría un segunda alianza entre ambas familias por el casamiento de Juan Pacheco y Guzmán con doña Elvira Cimbrón, o del Castillo; matrimonio que marcaría el apogeo de los Pacheco en la vida local sanclementina de fines del quinientos y comienzos del seiscientos.

Ese afán de dominación se tradujo en un fracasado proceso de señorialización sobre la villa de San Clemente, cuyo episodio más conocido es el pleito por Perona, y de patrimonialización con la fundación del mayorazgo de esta rama autónoma de los Pacheco.
Aquí reproducimos la genealogía de los señores de Minaya desde su comienzos en la época de la Reconquista. El apellido Pacheco tardará en aparecer, siendo los primeros en aparecer los Ortega.

Descendencia y Genealogía de la Casa y Mayorazgo  de la villa de Minaya que es en la Mancha que diçen de Aragón. El solar de los Abileses es en las Asturias de Obiedo a la ribera de la mar cerca de la villa de Gijón y Villabiçiosa y no lejos de nuestra señora de Cobadonga, así que lo que se alla de linaje de los caualleros hijosdalgo de Abilés es que aunque ay muchos en muchas partes como en Murçia, Málaga, Velmonte y Alcaraz en fin, la caueza de todos es oy la casa de Minaya, que es en la Mancha que diçen de Aragón= Juan de Ortega de Abilés fue el primero que entró con los Reyes de Castilla conquistando el obispado de Cuenca, el qual pobló el Rey Don Alfonso el nono dejó allí los caualleros Jarabas, diçiendo poblada el lugar de los mejores caualleros que pudo hauer hijosdalgo, este cauallero vino viudo diçen casó con doña Theresa de Castro, Rodrigo Rodríguez de Abilés hijo mayor fue adelantado del Reyno de Murçia hasta que su Magestad probeyó el ofiçio en fulano de Ribera, en este término vinieron los moros de Granada a zerrar un castillo y fortaleza que está abajo de Lorca junto a un aldea y su Magestad mandó a Rodrigo Rodríguez de Abilés socorriese al dicho Adelantado Ribera y hauiéndolo hecho y socorrido el Castillo y sustentádolo sesenta días por falta de vastimentos se dieron al capitán moro que lo tenía cercado con tres mill hombres y entre los demás cautibos lo llebaron  a él cauallero con grande veneración como a hombre tan principal auiendo estado muchos días preso por no poder el rey rescatallo vendió para ello a Santiago el Quebrado y a Martín de Veco y otros lugares que heran suyos, se casó con Doña María de Peralta hermana del señor de la Puebla de Almenara que entonces hera, tubieron por hijo a Don Rodrigo Rodríguez de Abilés que llaman el mozo, casó con doña Beatriz Fernández Pacheco primero señor de Velmonte tubieron por hijos a Juan de Ortega de Abilés que fue el maior murió sin hijos, Rodrigo Rodríguez de Abilés hijo segundo mas como los maestres sus primos le tomaron y criaron en la corte e hiçieron mayordomo del Prinçipe de Asturias que se llamó después Enrique quarto Rey de Castilla lo llamaron Pacheco que fue en la casa de Minaya el primer señor y Pacheco el susodicho Rodrigo Rodríguez Pacheco que con este apellido continuaremos la descendencia de esta casa, casó con doña Cathalina Ruiz de Alarcón, hija del señor de Valberde, tubieron por hijos a Juan Pacheco que casó con doña Leonor de Guzmán de los buenos de Toledo cuyo Mayorazgo tiene oy en su casa el conde de Alba de Liste tubieron por hijo a don Rodrigo Pacheco, señor de Minaya de Mendoza nietta del Marqués de Mondéjar tubieron por hijos a Juan Pacheco que casó con doña Juana de Alarcón murió sin hijos, hereda la casa don Françisco Pacheco hijo segundo casó con doña Juana de Alarcón y murió sin hijos hereda la casa don Françisco Pacheco hijo segundo casó con doña María de Alarcón, siruió este cauallero a la Magestad Cathólica del emperador Carlos Quinto en todas las guerras de Alemania e Italia y se halló en su coronación en Volonia, siruiendo de capitán de los entretenidos cerca de la persona real y después fue siruindo en la jornada de Argel a su costa en que consumió y gastó la mayor parte de su hazienda y en otras muchas partes y ocasiones tubo un hermano en la Osa de Velmonte del háuito de Calatraua tubieron por hijo a don Rodrigo Pacheco que casó con Doña María Ramírez hermana de Don Seuastián Ramírez del háuito de Calatraba en Villaescusa de Haro, sobrina de don Diego Ramírez obispo que fue de Cuenca, tubieron por hijoa don Juan Pacheco del áuito de Santiago señor de Minaya, Jentil hombre de la casa y corte del rey Phelipe Segundo embiólo con otros seis caualleros a sentarlos caualleros de quantía del Andalucía fue corregidor de Segobia y de Granada y Mayordomo de la Reyna casó con doña Theresa Jaraba, hija única del lizençiado don Gaspar de Jaraba que fue del Consejo y Cámara de su Magestad e vistó los Consejos y la Universidad de Salamanca fue albaçea de la Magestad del Emperador Carlos quinto y últimamente presidente y virrey de Méjico en comisión particular contra los hijos de Cortés y su mujer tuvieron por sus hijos a don Rodrigo Antonio Pacheco del háuito de Santiago fue a la jornada de Yngalterra y siruió en otras ocasiones fue capitán de Ynfantería española y conserbador del Patrimonio real en Sicilia casó con doña Marina de Córdoba y Carrillo hija de don Gerónimo de Valenzuela y Córdoua alcayde que fue de la real fortaleza de Baeza tuvieron por hija única y heredera en la casa y mayorazgo de Minaya que oy posee a doña Josepha Pacheco y Córdoua señora de Minaya como pareçe y consta todo lo referido del dicho árbol que volví a entregar a dicho don Françisco Antonio de Lityo (?) a que me refiero y para que conste doy el presente en la villa de Minaya a treinta y un días del mes de diciembre de mill seisçientos y nouenta y siete años

De la misma forma se conserva en el documento, que al presente tratamos como referencia, una descripción de los señores propietarios de Minaya. Se trata de las conclusiones de la  probanza hecha en el pleito mantenido a mediados del siglo XVIII entre el dueño de Minaya, don Diego Mesía y Pacheco, y ochenta y cinco vecinos de Minaya. En favor de las alegaciones del señor de Minaya acudieron treinta vecinos, siete de ellos de la villa de San Clemente.

... pues lo que aparezía de todos los instrumentos presentados era que la villa de Alarcón y San Clemente hizieron una donazión de un pedazo de tierra y en otra ocasión la misma villa de Alarcón por sí sola hizo otra, ambas en lo antiguo que presentadas a los señores Reyes confirmaron estas donaziones a dos hijos del primer adquiriente yncluiendo en la confirmación la merced que el Infante don Juan hauía hecho a dicho primer adquiriente de que pudiese poblar en la puebla de Minaia zien probladores y así mismo le conzedió la jurisdición ziuil y criminal para dichos dos hixos y los que de ellos viniesen por juro de heredad su fecha en veinte y seis de abril, era de mil quatrozientos y ocho(año 1370) y prosiguiendo otras confirmaziones de diferentes señores reyes a instancia de Francisca Alonso hija que se dize y heredera de Diego Fernández de Cuenca primer adquiriente y a instancia así mismo de Aldonza Suárez de Figueroa y Juan de Ludeña su marido que era en el año de mil quatrocientos y veinte hauían comprado según referían a Minaya de los antezedentes y posteriormente los dichos Ludeña y Aldonza su mujer la vendieron a Rodrigo Pacheco según también se refería en la confirmazión del año de mil quatrozientos y zinquenta y nueve que aunque no se menziona la fecha de la venta se quería aplicar la que se hauía presentado y se llamaba orijinal del año de mil quatrozientos y quarenta y quatro en que por nobenta mil mrs. de la moneda entonces corriente se vendía la jurisdicción y demás derechos que pertenecían a los posehedores de Minaia y finalmente la última confirmazión fue del año de mil quinientos sesenta y tres y que aun quando fuese zierto que el único título fuese el de la venta presentada se descubría de ella y del tetimonio de las confirmaziones referidas que ni la villa su parte pudo tener notizia para usar de su derecho el tiempo de la venta ni hauía podido nunca estar en otro conzepto el derecho de los posehedores en el común sentir del vezindario que el de poseer la jurisdicción señorío y vasallaje en virtud de la merced que de esta hizo el señor rey don Enrique a los dos hijos de Diego Fernández de Cuenca que fueron los primeros adquirientes y por deszendiencia de ellos, aunque su parte lo fuese en virtud de las donaziones de Alarcón y San Clemente de la tierra que le donaron con que se ebidenziaba la ygnoranzia justa de las referidas compras expezialmente en quanto a la jurisdiccióny también de reconozimiento que esta se conzedió a dichos dos primeros adquirientes  y a los que de ellos prozediesen por juro de heredad todo lo qual se auía narrado en las confirmaziones con tanta limitazión que hauía sido imposible que se descubriese el derecho asta que a fuerza de diligenzias se hauía reconozido por venta y no por nuestra estaba poseiendo la contraria


(de las conclusiones de la probanza solicitada por don Diego Manuel Mesía y Pacheco, vecino y alférez mayor perpetuo de la ciudad de Ubeda y dueño de la villa de Minaya, en el pleito con ochenta y cinco vecinos de esta villa)

FUENTE

AHN. CONSEJOS, Legs. 37776, 37621, 37678, 37783. Pleito entre el Marqués de Bedmar y la Marquesa de Villena y Aguilar, Duquesa de Escalona sobre la sucesión en propiedad de los estados y mayorazgo de Belmonte, Villena, Escalona y otros. 1771

Vecindario de Albacete según el padrón de alcabalas de 1586 (III)

Padrón de alcabalas de Albacete de 1586 (cont.). Incluye los vecinos de El Salobral, lugar de Albacete

calle de las cortesas con la villa vieja
  • doña ysabel de cantos
  • viuda de lope hurtado
  • juan díaz carpio
  • garçía morales christiano nuevo
  • la viuda del liçençiado martínez
  • garçía pérez christiano nuevo
  • el bachiller pedro de la plaça clérigo
  • el doctor marzilla abogado
  • el doctor fernández médico
  • la viuda de juan fernández marco

domingo, 13 de diciembre de 2015

Vecindario de Albacete según el padrón de alcabalas de 1586 (II)

Padrón de 1586 de Albacete (cont.)

calle de la de benito rruiz a la mancebía
  • el capitán françisco de cañauate
  • juan de cañauate de la cueua menor
  • urraca de saavedra viuda de garçía cortés
  • cosme laude
  • juan cano carpintero
  • gerónimo de arboleda escriuano
  • martín hernández sastre
  • benito de segovia
  • alonso de biçen pérez
  • benito pérez calahorra
  • esteuan pérez
  • martín de cantos de la xara

Vecindario de Albacete según el padrón de alcabalas de 1586 (I)

Continuamos con la serie de padrones de alcabalas de 1586. Fueron confeccionados los padrones de diez villas y ciudades del marquesado de Villena, no encabezadas. En este caso, reproducimos el de Albacete, que presentamos desglosado en tres entradas


Padrón de los vezinos de la villa de Albacete en el marquessado
ay i m cccclxxiii veziºs

En la villa de albaçete a veinte e seis días del mes de mayo de mill e quinientos e ochenta e seis años el ilustre señor antonio benitez felipe alcalde hordinario en la dicha villa por su magestad, por ante mi juan nauarro escriuano de su magestad rreal e público del número de la dicha villa començó a hazer padrón de los vºs desta dicha villa a calle hita como su magestad por su rreal provisión manda en la forma siguiente

calle san sebastián

  • pedro esteuan rroldán
  • (al margen, muerta) ysabel garçía y escolástica rroldana sus hermanas
  • mari fernández, viuda de pedro márquez
  • françisco mançebo yerno de perianes
  • martín sanz hijo de hernán martínez menor del dicho françisco mançebo

San Clemente durante la Guerra de la Indepedencia (1808-1814)

Aunque nos alejamos de la época en que estamos centrados, presentamos un breve bosquejo del San Clemente de la guerra de la Independencia


Cuando las tropas francesas del general Frère entraron en San Clemente el 20 de junio de 1808, encontraron una villa que había perdido gran parte de su esplendor de antaño. Estancada en torno a los ochocientos o novecientos vecinos desde hacía más de ciento cincuenta años, su estructura social reflejaba una mayoría de población campesina, en la que los pequeños propietarios y arrendatarios contaban tanto o más que los jornaleros, y una importante población urbana artesanal, testimonio de lo que en otros tiempos fuera centro de servicios de la comarca.

En la cúspide de la pirámide social dos familias emparentadas, Sandovales y Melgarejos, poseían las mayores propiedades territoriales, acrecentando su riqueza con importantes ganados(1). El dominio económico se traducía en igual dominio político de la vida local. Aquella queja amarga del alcalde mayor de la villa, representante de la justicia real, ante el Consejo de Castilla en 1742, denunciando el dominio absoluto de la vida municipal por don Vicente Sandoval, marqués de Valdeguerrero, seguía siendo una verdad incontestable(2). El dominio social de estas dos familias sólo era equiparable al dominio espiritual que ejercían sus tres parroquias y cinco conventos, poseedores de
ricas haciendas, tierras de regadío y controladores además del préstamo de dinero a censo. Desempeñaban estos institutos religiosos una labor caritativa hacia el centenar y medio de pobres de solemnidad, pero también, a través de las actividades religiosas, un control de la vida social de los sanclementinos.

Este jerarquizado esquema social se vio parcialmente roto en la segunda mitad del siglo XVIII. El desarrollo económico de esta segunda mitad de la centuria y el acceso a las propiedades de los jesuitas expulsos (así, la familia de los Briz, compraría el heredamiento de las Cruces en Casas de Fernando Alonso), provocaron el advenimiento de nuevos ricos que aprovecharon las reformas municipales de Carlos III para hacerse un hueco en la vida municipal. Pero familias como los Girón, Yuste, Torrecilla, Moreno, Galindo, Briz, Cabrera, Rada, Jareño, Lanuga o Risueño nunca supieron o
quisieron escapar de unas redes clientelares que les colocaba municipalmente en segundo plano. Ni siquiera la crisis de comienzos de siglo, con las epidemias de terciana o la terrible crisis de subsistencia de 1804 pusieron en peligro la estabilidad de este esquema social, aunque contribuyeron a agudizar las tensiones sociales, como demuestran aquellos pasquines que aparecieron en la noche del 17 al 18 de marzo de 1804 en las puertas del ayuntamiento y del pósito(3).Así la llegada de los franceses no pareció exaltar mucho los ánimos y el general Frère encontró un pueblo no muy dado a dejarse llevar por entusiasmos patrióticos. Los privilegiados no parecían muy dispuestos a enfrentarse con un enemigo que no ponía en duda su dominio local, de igual parecer eran los funcionarios gubernativos y de la Hacienda; el común no debió ver en los franceses sino sustitutos de los regimientos borbónicos. Tan sólo el elemento eclesiástico parecía temer el nuevo talante del nuevo invasor, imbuido de ideas ilustradas.

Por supuesto que acontecimientos como el dos de mayo de 1808 y la formación de juntas revolucionarias eran conocidos. Y como no hay pueblo que viva de espaldas a la historia, en San Clemente hubo a primeros de junio de 1808, un principio de insurrección, no contra los franceses, que aún no habían llegado, sino contra las propias autoridades locales. Insurrección leve y cortada a tiempo, de la que poco sabemos, pero inquietante, pues, para evitar ulteriores progresos, se juzgó indispensable congregar al ayuntamiento, cura párroco, estado eclesiástico secular, prelados de los conventos de frailes franciscanos y carmelitas descalzos, individuos del estado noble, empleados de
las oficinas de rentas y otros varios hombres buenos del estado llano, acordándose la formación de rondas que vigilaran la quietud del pueblo. En este clima, llegaron las primeras tropas del general Frère, permaneciendo seis días y, aunque no hubo saqueos, sus peticiones excesivas y los enfermos dejados para su curación empezaron a genera un clima antifrancés en el pueblo. La situación se agravó cuando el seis de julio, tras haber pasado el destacamento del capitán Muller, llegó la división del general Moncey con diez mil soldados, dejando aniquilado a un pobre vecindario de tres mil quinientas almas.

Los saqueos y requisiciones de estas tropas no respetaron clase o condición social, y acabarían decidiendo a las autoridades locales, que, libres del ejército francés, se ponen en contacto con el ejército valenciano del general Cervellón, pidiendo consejo sobre el gobierno de la villa. Dicho general responde el dos de agosto de 1808, aconsejando la constitución de una Junta de Gobierno como las ya existentes en el Reino de Valencia.

La Junta de Gobierno se compuso de los siguientes hombres: el corregidor Manuel Echegoyen, como presidente, el cura párroco Francisco de Luján y Beamud, Pedro Mancheño, eclesiástico nombrado por el ayuntamiento, los prelados de las comunidades religiosas masculinas, el padre fray Gabriel Pertusa, guardián del convento de San Francisco, y el padre fray Marcelino de la Concepción, guardián del convento del Carmen Descalzo, el procurador síndico general, Pedro José Risueño, y seis miembros nombrados por el ayuntamiento; dos regidores: marqués de Valdeguerrero y Francisco Antonio Melgarejo; dos nobles: Gaspar Melgarejo y Espinosa y Antonio José Melgarejo, y dos miembros del estado llano: Juan Alfonso Cabrera y Pedro Antonio Rada.

Constituida la Junta el nueve de agosto, fue la primera Junta de la provincia, pues Cuenca ocupada por los franceses no constituirá su propia Junta hasta el veinticuatro de agosto. Ese retraso daría lugar a sus suspicacias, pues la Junta de San Clemente, que se había puesto bajo la protección de la Junta Suprema de Granada, sucesora de la Chancillería, nunca vio con agrado la subordinación que le pidió el veintiséis de agosto la Junta de Cuenca. La rivalidad entre Cuenca y San Clemente continuaría durante toda la guerra, hasta tal punto que el 21 de septiembre de 1810, el comandante de la provincia de Cuenca, general Luis Alejandro Bassecourt, propone la división de la provincia en dos partidos con capitales en ambas localidades. La propuesta sería rechazada por el Consejo de Regencia desde Cádiz el 19 de febrero de 1811, alegándose las circunstancias del momento que impedían cualquier estudio y el incremento del gasto que supondría(4). Las diferencias de nuevo surgirían en mayo, cuando la Junta de San Clemente pide la disolución de la Junta Provincial con ocasión de la reciente creación de la Diputación provincial(5).

Al comienzo, la Junta de Gobierno continuó con las actuaciones políticas propias del corregidor. Sólo en los últimos meses de 1808 toma medidas más patrióticas: registro de los bienes franceses, armamento y leva en masa de la población, ampliación de sus miembros, extensión de su radio de acción al partido y, por fin, el cinco de diciembre, establecimiento de un cuerpo de vecinos llamados milicia honrada. La constitución de este cuerpo en el pueblo, imitación de la milicia nacional de la Revolución Francesa, pareció encaminar a San Clemente hacia su primera revolución burguesa. Así los oficiales designados para dicha milicia, al mando de Francisco Julián Sandoval, eran los estratos medios de la sociedad sanclementina: Joaquín Girón, Antonio Javier Galindo, Pedro José Risueño, Miguel Torrecilla, Ventura Briz,.. Pero dicha institución siempre fue un cuerpo inoperativo, tanto en lo militar como en la definición de la vida ciudadana; sus preocupaciones se redujeron a proveerse de un vestuario suficientemente atractivo, que imitaba aquel de los revolucionarios franceses, pero nada más: La vuelta y la solapa, color amarillo limón, collarín encarnado, botón blanco con la cifra
honrados, sombrero redondo con escarapela(6).

De hecho, la Junta siempre confió la defensa de la villa a las tropas regulares y el ejército procuraba limitar sus actividades en la guerra a aprovisionar a las tropas españolas, tal como hizo con las tropas del duque del Infantado en el invierno de 1808-1809. Cuando el pueblo se encontraba con hechos consumados, como la entrada el veinte de enero de 1809 de la primera Compañía de Dragones de Víctor Latour Maubourg, la actitud de la Junta fue de colaboración con los franceses y pedir comprensión hacia los vecinos huidos. La misma ambigüedad se mantuvo hacia la Junta Central: negativa a jurar lealtad a José Bonaparte, pero reconocimiento de la incapacidad de hacer frente a los franceses que había desarmado a la población en las tres ocupaciones del pueblo(7).

Los años 1809 y primer semestre de 1810, San Clemente vivió al margen de la guerra. La presencia de los franceses en Socuéllamos, contenidos por el comandante militar de La Mancha, José Martínez de San Martín, nunca se tradujo en una amenaza seria, ni siquiera tras la derrota de Ocaña, y las funciones de la Junta se San Clemente, conocida ahora como Junta de Armamento y Defensa, se redujeron a sus labores de intendencia: provisiones a las tropas del marqués de Talayuelas y al Ejército del Centro, a la vez que se perseguía las actividades de contrabando y entendía en los agravios cometidos por el ejército con los vecinos.

El alejamiento de la actividad militar fue acompañado del alejamiento de la actividad política, y prueba de ello fue que San Clemente no envió ninguno de los seis representantes de la provincia de Cuenca a las Cortes de Cádiz, que habrían de dar a España su primera Constitución. La propia Junta redujo sus miembros de treinta a cinco, adoptando la medida a la que se había negado cinco meses antes. El cambio se realizó por sorteo, aunque el marqués de Valdeguerrero no tardó en hacerse un sitio, al provocar la renuncia de uno de sus miembros, Antonio Valero Zorío. Esta situación de calma cambia a finales de mayo de 1810, cuando los franceses embarcados en la campaña de Andalucía, intentan impedir la formación de cuerpos militares que amenacen su retaguardia en la provincia de Cuenca. El veintiocho de mayo de 1810, entran en Cañete por el camino de Aragón; el cinco de julio con dos columnas de 1500 hombres se dirigen a Tarancón, pasando el Tajo por Fuentidueña y, simultáneamente, el comandante francés de Guadalajara, general Hugo, intenta marchar hacia Cuenca. El objetivo lo alcanzará desde Tarancón el general Lucotte, marqués de Sopetrán, el diecisiete de junio, destruyendo durante tres días una ciudad abandonada por sus vecinos. Las tropas se retirarán el veinte de junio a Huete y Tarancón. En esta última villa, para cubrir la línea del Tajo, establecieron una columna volante y movible de mil hombres que, con las tropas de Guadalajara, dominará los pueblos del norte de Cuenca, destruyendo algunos como Sacedón, Trillo y Azañón, y atosigaría a los del sur.

Muestra de lo último es la ocupación durante un día, el nueve de julio, de San Clemente por una columna de 1200 hombres , que también ocupará El Provencio y Villarrobledo(8). ¿Con qué tropas contaban los españoles para hacerles frente? En primer lugar, con la división de Bassecourt, comandante de la provincia de Cuenca, retirado en Minglanilla, donde intentaba una infructuosa leva en masa de todos los habitantes de la provincia; en segundo lugar, y en el norte, las guerrillas de El Empecinado, cuyo comisionado en La Mancha era Bibiano Hellín. El Empecinado consiguió a comienzos de 1811 evitar un tercer saqueo de Cuenca, que ya había sido saqueada por segunda vez en diciembre de 1810. En tercer lugar, las guerrillas de La Mancha, donde la lealtad de Vicente Richart contrastaba con la partida irregular de Francisco Sánchez, compuesta por zapateros remendones y frailes renegados, que siempre vieron en la guerra un medio de lograr su propio provecho.

La descoordinación de estos elementos patriotas se demostraría el veinte de septiembre de 1810, cuando los franceses al mando de Lorestier entraron en San Clemente. Lejos de actuar la división de Minglanilla, superior en número a los franceses, se esperó una intervención de El Empecinado, demasiado alejado para actuar. Por eso, vista la debilidad, Lorestier se permitió desde Belmonte amenazar con quemar San Clemente, y así hubiera sido si los franceses, que avanzaban con esa intención, no hubieran sido derrotados en el Puente de Santo Domingo, junto a las Casa de los Frailes, en el término de las Pedroñeras, por Vicente Richart. El ayuntamiento de San Clemente prometió entregarle un escudo con el título de liberador de la villa, pero no está claro que lo recibiera, pues el teniente Carrasco también se atribuyó aquella acción. Lo más significativo de estos hechos es la intransigencia a la que habían llegado las posturas:los franceses, cansados de la resistencia española, y los sanclementinos, cada vez más radicalizados por los costes humanos y económicos de la guerra. Las actitudes de connivencia con los franceses eran ahora inviables y, por eso, personajes como el marqués de Valdeguerrero, al comprenderlo, y comprender también el nuevo rumbo liberal que tomaban las Cortes de Cádiz, intentaba renunciar a su puesto de vocal en la Junta de Armamento y defensa. El pueblo sanclementino ahora iba más lejos que sus autoridades, aprovechando la muerte del enfermizo corregidor Manuel Echegoyen, el cinco de mayo de 1810, se elige, hecho revolucionario en sí, como corregidor a don José María de Aguirre, antiguo corregidor de Miranda de Ebro, preso en Vitoria por negarse a prestar juramento a José Bonaparte y, ahora, refugiado en San Clemente.

De la mano del nuevo corregidor y del ánimo más exaltado del prior del convento del Carmen Descalzo, el padre fray Marcelino de la Concepción, los sanclementinos se adentrarán en una segunda fase de la guerra más cruel, que iniciada en las escaramuzas con los franceses durante 1810 y 1811, culminará en agosto de 1811. El cinco de agosto de ese año, la columna francesa de Villanueva de los Infantes saquea los graneros del pueblo y el treinta de agosto, la columna de Tarancón al mando de Darmagnac, incendia las casas, saquea y destroza los templos (el convento del Carmen Descalzo de frailes, aunque no completamente destruido como dice don Diego Torrente, si fue muy dañado por el fuego), obligando a los habitantes de San Clemente, dirigidos por fray Marcelino de la Concepción, a estar huidos del pueblo desde el veintiocho de agosto al doce de septiembre.

El encono de las posturas en la guerra se traduce de las propias palabras de Darmagnac, jefe del gobierno francés en la provincia, en su proclama de treinta de agosto a los sanclementinos:

El fanatismo, la seducción y el fraude os precipitan a tantos males: esclavos de la tiranía y serviles por vuestra condescendencia no conocéis la moral de Jesucristo ni la Religión Cristiana: que seáis homicidas y alevosos es todo cuanto os predican los ministros de un Dios de paz y de misericordia. Abrid los ojos y decid a esos seductores que el verdadero amor a la patria es hacer bien a sus semejantes y desear a todos que gocen tranquilamente de sus talentos, de sus trabajos y fortunas

Si esta proclama de Darmagnac es la exaltación guerrera de un ilustrado, la respuesta del ayuntamiento de trece de septiembre no dejaba lugar para las transacciones:

Inútil es que el bárbaro, el despiadado, el incendiario Darmagnac rabie de coraje y se desespere al ver un pueblo superior a todas sus iras y favores, en vano es que este decantado general y gobernador les amenace con la cuchilla en una mano y la tea en la otra y es demás que trate de aterrarlos con su inhumana proscripción a muerte lenta , No; ni sus conminaciones amedrentarán ánimos resueltos, decididos e imperturbables ni sus artificios ni sus halagos ni sus caricias moverán la constante fidelidad jurada por los sanclementinos a su Patria, Rey y Gobierno

Momento grave fue éste para la Historia de San Clemente, pero superado. La presencia en 1812 del segundo y tercer Ejércitos en La Mancha daría tranquilidad al pueblo, sólo alterada cuando de retirada las tropas francesas del ejército de Mediodía, al mando de Soult, destrozaron de nuevo el pueblo entre el 18 y el 24 de octubre de 1812. Pronto, con las tropas francesas en retirada durante los años 1813 y 1814, las cosas volvieron a la normalidad. Tan a la normalidad que el primer alcalde constitucional fue le marqués de Valdeguerrero, el cual un año antes se había negado a acatar la Constitución de 1812, excusándose con su ya prolongado ataque de crisipela en la pierna derecha.

No obstante, aunque muchos intentasen hacer bueno el viejo dicho de cambiar para que nada cambie, algo había cambiado. Las nuevas élites de poder municipal que aparecen en los años 1820 y 1823 y a partir de 1834 así lo demuestran. Los nombres de los primeros alcaldes constitucionales: Antonio Javier Galindo, Ventura Briz, Bibiano Hellín, Proceso Girón, nos recuerdan los apellidos de aquellas familias atrapadas en las redes clientelares de Melgarejos y Sandovales y que ahora buscarán su protagonismo y emancipación política.

NOTAS

1 No obstante, el mayor hacendado de San Clemente a mediados del siglo XVIII es Diego Manuel Mesía, de la familia de los Pachecos. Las tres familias están emparenadas
2 AHN. CONSEJOS. Leg. 26998-4
3 Uno de estos pasquines decía: “Si se sube el pan, mueran y ardan las casas de los poderosos, que son piratas de los infelices; no hay nada que temer: ardan sus haciendas y sus personas”. Los otros
pasquines no están faltos de insultos a las autoridades locales
4 AHN. CONSEJOS. Leg. 12005-15
5 AHN. CONSEJOS. Leg. 49807-1
6 Junta de 18 e mayo de 1809. AMSC. CORREGIMIENTO. Leg. 161/2
7 AHN. ESTADO. 81.M
8 AHN. DIVERSOS-COLECCIONES, 94, N. 107

viernes, 11 de diciembre de 2015

La integración de Iniesta en el Marquesado de Villena en 1452

La integración definitiva de Iniesta en el marquesado de Villena se produce el 15 de noviembre de 1452. Reducida posteriormente a la corona real, quedará ligada a la gobernación del marquesado desde 1476 y al corregimiento de San Clemente o de las diecisiete villas desde 1586.
La integración en el marquesado se produjo por una escritura de permuta, firmada en Valladolid, entre Juan Pacheco, I marqués de Villena, y Ruy Díaz de Mendoza, mayordomo del Rey y, posteriormente, I conde de Castrogeriz. El marqués de Villena cedería la villa de Castrogeriz a cambio de la de Iniesta:

(yo el Marqués de Villena vos do) la villa de Castroxeriz con su castillo y fortaleza y con toda su tierra y término y alcaldía y jurisdición y merindades y señorío jurisdición civil y criminal, alta y baja, mero mixto imperio y con todos sus vasallos, aguas corrientes, manantes y estantes y con todas sus rentas, pechos y derechos y con todo lo otro poco o mucho al señorío de la dicha villa y su tierra anexo y conexo debido, perteneciente en cualquiera manera segund y por la vía y forma y manera que yo oy día lo tengo y poseo y me pertenesce. Lo qual todo vos he de dar en el dicho troque y cambio a vos el dicho Ruy Díaz por la vuestra villa y castillo de Yniesta y con todos sus términos y vasallos y rentas y pechos y derechos y otras cosas al señorío de la dicha villa anexos y pertenescientes e yo el dicho Ruy  e de dar e do a vos el dicho Marqués por la dicha vuestra villa de Castroxeriz y con todo lo susodicho en el dicho troque, y cambio la dicha mi villa de Yniesta con su castillo y fortaleza y con todos sus términos y vasallos, y aguas manantes y estantes, rentas, pechos y derechos y señorío y juridicion civil y criminal alta y vaja y mero y mixto imperio e con todo lo otro poco o mucho al señorío de la dicha villa anexo y perteneciente...

Ese mismo 15 de noviembre de 1452, tanto el marqués de Villena como Ruy Díaz darán poder a Diego de Proaño y Juan de Soto para la tasación de ambas villas previa al intercambio

y otorgamos todo nuestro poder complido, segunt que lo nos y cada uno de nos avemos y según que mejor y más complidamente lo podemos y debemos dar y otorgar de derecho a vos Diego de Provaño y a vos Juan de Soto, especialmente para que por nos y a nuestro ruego y consentimiento podades contar y contades quantos vasallos son los que viven en cada una de las dichas villas de Castroxeriz y Yniesta e asimismo saber quantas rentas ay ordinariamente en cada una de las dichas villas que es anexas y pertenescientes y se acostumbró levar por los señores que dellas fueron y oi día se lievan. Y en la dicha villa que se fallare que ay más vasallos, podades tasar cada vasallo en 4.000 mrs.  que al señor de la tal villa en que se fallaren de más sean pagados por cada uno de los dichos vasallos demasiados e los mrs. que fallardes de más renta ordinaria en la una villa que en la otra que sean dados al señor de la tal villa en que así fueren fallados por cada un millar 25.000 mrs....

FUENTES

RAH. Colección Salazar y Castro. M-96, fol. 276 y 277. Escritura de permuta de la villa de Castrogeriz, propia de Juan Pacheco, I marqués de Villena, por la de Iniesta propia de Ruy Díaz de Mendoza, mayordomo del Rey. Valladolid, 15 noviembre de 1452 (copia)

RAH. Colección Salazar y Castro. M-96, fols, 277 vº-281vº, Escritura de poder del marqués de Villena y Ruy Díaz de Mendoza a Diego de Provaño y Juan de Soto, para tasar las villas de Castrogeriz e Iniesta, Valladolid, 15 de noviembre de 1452 (copia)

lunes, 7 de diciembre de 2015

Vecindario de Tarazona de la Mancha según el padrón de alcabalas de 1586

padrón de los vezinos de la villa de taraçona
ay en esta villa cccclvi bezinos
hizose este padrón calle ahíta

En la villa de taraçona a veinte y dos día del mes de setiembre de mill e quinientos y ochenta y seis años los señores françisco de çespedes e françisco carrasco alcaldes hordinarios desta villa en presençia françisco guilleme escriuano público y del ayuntamiento della dixeron que en cumplimiento del auto proveido por el dicho administrador dixeron que hazían y hizieron padrón de todos los vezinos que ay en esta villa de taraçona y su término el qual dixeron que hazían calle hita sin quedar ninguno en la forma y manera siguiente

                                                                     vzºs
  • mateo martínez
  • benito çejalbo
  • quiteria garçía viuda
  • françisco de córdoba
  • bernabé de villena
  • alonso de cuéllar
  • andrés tendero

domingo, 6 de diciembre de 2015

La difícil integración de Utiel en la gobernación del marquesado de Villena (1489)

Utiel, que junto a Requena, fue incorporada a la provincia de Valencia en 1851, y desgajada definitivamente de Cuenca (aunque permaneció en su obispado hasta 1955), tuvo un difícil encaje en el distrito de la gobernación del marquesado de Villena durante el siglo XVI, basculando, por una parte, entre su integración en la gobernación dentro del distrito rentas reales del marquesado ( y en la subdelegación de rentas que la sustituyó después durante el siglo XVIII) y, por otra parte, la participación en los repartimientos militares como integrante de la tierra de Cuenca. Así, durante todo el siglo XVI, Utiel nos aparece como una entidad dependiente del Marquesado, pero autónoma, con corregidor propio hacia 1520 y un teniente de corregidor hacia 1580, en la etapa final de la gobernación del Marquesado. Ajena, no participará en las Juntas del Marquesado durante el siglo XVI, pues, al igual que Campillo, sus repartimientos de soldados se harán desde Cuenca. Quizás ese difícil encaje explique la decisión puramente administrativa tomada en el siglo XIX para amputarla definitivamente de la provincia de Cuenca.
Creemos que para la fijación de esta doble fidelidad a la tierra de Cuenca y al Marquesado fue decisiva la decisión tomada en 1489. Ese año, en el reclutamiento para la guerra de Granada, se intentará integrar a Utiel en el repartimiento de soldados del distrito de la gobernación del Marquesado de Villena. La delimitación de la gobernación del Marquesado de Villena como distrito de reclutamiento militar creemos que es una novedad este año, pues tres años antes el repartimiento de soldados de la parte baja del Marquesado ha tenido como base distrital la provincia de Murcia.
En ese contexto la villa de Utiel protestará su agregación al repartimiento de la gobernación del Marquesado de Villena. La resolución de la corona será mandar que se respeten los usos y costumbres antiguos

que el dicho conçejo e omes buenos de la villa de utiel contribuyen e pagan en los dichos rrepartimientos e derramas e lienas e peones e hermandad con la dicha prouinçia de cuenca no les costringáis ni apremies a que ayan de contribuir otra vez con ese dicho marquesado por quanto que en las dichas nuestras cartas generalmente van nombradas los ombres que fueron del dicho marquesado no se debe entender ni estender a la villa de utiel por andar como andan con la dicha prouinçia de cuenca.

Así una decisión tomada en Úbeda el cinco de diciembre de 1489 marcaría la ausencia de Utiel en las juntas del Marquesado de Villena, celebradas durante el siglo XVI para el reparto de peones y gastos militares entre los pueblos de la gobernación

FUENTE

AGS, RGS, XII-1489, fol. 93, Carta a petición de Utiel para que no se le incluya con los repartimientos y derramas del Marquesado, por haber contribuido siempre con Cuenca. 5 de diciembre de 1489

Vecindario de Utiel según el padrón de alcabalas de 1586

a  25 mayo 1586                                                             padrón de los bezinos de la villa de vtiel
ay dciiii bsº

En la villa de utiel a veinte y çinco días del mes de mayo de mil e quinientos y ochenta y seis años el señor liçençiado xª despinosa teniente de corregidor desta dicha villa por su magestad en presençia de mi mateo ximénez escriuano público desta villa y de rrentas della dixo que en cumplimiento de la probisión de su magestad que le a seydo notificada en que por ella manda se hagan çiertas averiguaçiones de sus rreales rrentas desta villa y ansimismo se haga padrón de todos los veçinos della en cumplimiento de la dicha rreal probisión el dicho señor teniente de corregidor por su persona en presençia de mi el dicho escriuano hiço padrón y lista de todos los veçinos desta dicha villa y su término en la forma siguiente:

calle cabeza
  • juan guerrero trabajador
  • catalina baldina forastera
  • maría miranda viuda pobre