Los hechos narrados creemos situarlos en el tercer cuarto del siglo XVII. Sor Gertrudis María de la Corona vivió entre 1615 y 1678.
En
la villa de San Clemente vivía don Diego López Vascuñán, era presbítero y muy
conocido de la Venerable Madre sor Gertrudis María de la Corona, con quien se
correspondía con cartas. Había en San Clemente un sacerdote, amigo de don
Diego, y este le asistió a la hora de su muerte. Comunicó le el tal sacerdote
antes a don Diego cómo tenía intento de fundar en su hacienda una capellanía con
la condición de que había de vivir los capellanes en unas casas que tenía y
había fabricado junto a la ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Oída la
propuesta por don Diego le respondió que le parecía muy difícil que los
capellanes quisieran vivir allí por ser el sitio muy húmedo. Yo le aconsejé,
dice don Diego, que ofreciera su hacienda a los padres carmelitas descalzos
para que hicieran una fundación y que si lo aceptaban era su interés más
admirable y honroso, pues lograba unos capellanes santos y perpetuos, convino
en ello el sacerdote y para proceder con acierto en tan grave negocio, le dijo
Don Diego que escribiría a una religiosa conocida por cartas, la que estaba en
grande opinión para que lo encomendase a Dios y que lo que correspondiese se
había de ejecutar. Convenidos en esto, escribió don Diego a la sierva de Dios,
Gertrudis, y entre otras cosas, le decía que la hacienda no podía alcanzar con
muchos tantos para fabricar el convento; pero que con todo esto a él se le
había propuesto aconsejarle lo dicho al amigo. Respondió le la Venerable que
era del agrado del Señor, que se pusieran los medios para la fundación, que
esperaba en su Majestad que llegaría tiempo en que se hiciese. Escribieron don
Diego y el tal sacerdote al R. P. del Carmen, sobre el asunto y en el primer
Definitorio aceptaron fundar en San Clemente, dejando otras fundaciones de
grande empeño para las que estaban llamados . Enviaron dos religiosos a escriturar
y por siniestros consejos desmayó el sacerdote y retractó lo ofrecido. No les
pesó a los padres por ser el pie de la hacienda tan corto y que el empeño había
de subir mucho. No obstante, lo tomó la religión por su cuenta y a expensas
suyas consiguieron, aunque no faltaron oposiciones las licencias que se efectuó
el año de 1673 y está dedicada a la Gloriosa Doctora Santa Teresa, se camina,
dice don Diego, con todo acierto, gravedad y aseo.
FRAY JUAN DE SANTA BÁRBARA: "Vida de la Venerable Madres sor Gertrudis María de la Corona, mercenaria descalza, y fundadora de su convento en la ciudad de Toro". Madrid, 1752
No hay comentarios:
Publicar un comentario