El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

viernes, 30 de junio de 2023

Los Cuéllar de Cañada Juncosa y Vara de Rey

 Leonardo de Cuéllar era hijo de Ruy López de Cuéllar, que había venido a casar a Vara de Rey con Juana López desde Cañada Juncosa. El abuelo era Alonso López, hidalgo de Cañada Juncosa, casado con Isabel de Cuéllar. Ya al bisabuelo se le conocía morada en Cañada Juncosa; su nombre Alonso, tenía varios hijos, además de Alonso, Ruy y Bernardino


ACHGR, hidalguías, sign. ant. 301-68-38


Testigos 

Alonso de Andújar, alcalde de Vara de Rey

Martín de Honrubia

domingo, 25 de junio de 2023

Capilla de San Juan en el convento de Nuestra Señora de Gracia de San Clemente

 



...y mando que sea sepultado en la yglesia del señor Sant Francisco desta villa en la capilla del señor Sant Juan adonde están enterrados Pedro Sanz de Origüela y la Galinda mis padres sus fundadores y de su capellanía y memoria que santa gloria ayan


ACHGR, HIDALGUÍAS, sign. ant. 301-107-36. Testamento del licenciado Galindo de 1566


sábado, 24 de junio de 2023

Los Castillo de Huete

 Leonardo del Castillo, vecino de Huete, era de familia de escribanos. Era hijo reconocido, que no natural, de Catalina Rodríguez y del bachiller Martín del Castillo, que llegaría a ser teniente de corregidor en la ciudad de Cuenca (alcalde mayor en su condición de letrado), así como alcalde mayor en Segovia y Murcia. El abuelo era Fernán González del Castillo, escribano de Huete, que había casado con Teresa González. Además de Martín, el matrimonio había tenido tres hijos; uno de ellos, Álvaro era escribano en Huete, y otro Rodrigo del Castillo, procesado por la Inquisición. El bisabuelo era Alvar González. La familia vivía en la cuadrilla de Atienza. EL abuelo Fernán González del Castillo tenía por hermano a Alonso del Castillo, que, a su vez, tenía dos hijos, el licenciado Juan del Castillo y Álvaro del Castillo.

El bachiller Martin, en su periodo de teniente corregidor de Cuenca, durante cinco años, había tenido un lío de faldas con una "moza fermosa", de la que se nos oculta el nombre y que se decía "que la avía avido donzella", pero que todos tenían por la madre de Leonardo del Castillo. El nombre de la moza será desvelado por Rodrigo del Castillo, un vecino del barrio de la Trinidad de Huete: Catalina de Aragón. El escándalo del amancebamiento del teniente de corregidor había llegado hasta la ciudad de Huete, obligando a sus hermanos a buscarle mujer, Catalina Rodríguez, hermana de Alonso Fernández de Parada, para acabar con las habladurías. El niño Leonardo no llegaría al nuevo hogar, donde se decía que ni el bachiller Martín ni su esposa Catalina cohabitaban de hecho, pues Martín seguía con su manceba en Cuenca y el niño en casa de su abuela putativa que acogía también a su madre adoptiva y al morir en casa de su tío el escribano Álvaro, aunque otras fuentes decían que se crio desde el principio con su tío. Algún testigo, sin embargo, refería que los amores de Catalina y Martín habían empezado en Huete, en la casa de su madre Teresa González, antes que Martín se fuera a Cuenca como teniente de corregidor, donde se llevó a su manceba con el niño. En Cuenca y en el cargo del oficio de teniente de corregidor moriría Martín del Castillo. El niño Leonardo sería recogido por su tío Álvaro con cuatro años.

El expediente, aparte que creemos que pueda ocultar orígenes conversos de la familia, es interesante por mostrarnos el régimen de gobierno de la villa de Huete en el siglo XV  : "veya ser costunbre en la dicha çibdad (de Huete) que en cada un año el conçejo, justiçia e rregimiento de la dicha çibdad elegían nueve rregidores, los seys de parte de caualleros e escuderos que heran los hidalgos e caualleros de la dicha çibdad e los tres de parte de los omes llanos pecheros e asymismo elegían veynte personas que llamauan los veyntes para que estos juntamente con la justiçia e rregidores entendieran en la governaçión de la çibdad". Los testigos nos describen el gobierno de Huete en disputas entre dos bandos en el siglo XV: los favorables a Lope Vázquez de Acuña y los favorables a Gutierre de Sandoval, entre los que se encontraban los hermanos Hernán González del Castillo y su hermano Alonso. Huete estaba dividida en cuadrillas: la de la Trinidad, la de San Pedro, la Santa María de Atienza, la de San Miguel, la de San Nicolás de Almazán, la de Santa María de Castejón... al frente de cada una de ellas había un jurado. La elección de oficios en Huete tenía lugar el postrero día de octubre, y se nos describe así por Alonso Gutierrez de Moya: "avía seydo costunbre rrepartirse los ofiçios del conçejo della entre caualleros e escuderos e los omes buenos pecheros porque el postrer día de otubre de cada año entravan en el conçejo de la dicha çibdad diez hidalgos e diez de los omes buenos pecheros e otros seys hidalgos e tres pecheros que nonbraban los veynte por rregidores de la tierra"

"e que el dicho Gutierre de Sandoval hera en seruiçio del señor rrey don Juan e después del señor rrey don Enrique porque tenía en guarda la dicha çibdad por sus altezas e el dicho Lope Vázquez de Acuña la quería usurpar".

Hemos dicho origen converso, y es que la ascendencia de la familia nos llevaba hasta Castillo de Garcimuñoz, tal como reconocía un testigo: "que el dicho Hernán Gonçalez del Castillo era hidalgo e que su padre Alvar Gonçález asimismo avya seydo fidalgo e avya estado en aquella posesyón en Huete donde avya vivido e que el dicho Alvar Gonçález avya venido de Rrequena de donde era a vivir al Castillo de Garçimuñoz sobre çiertos bandos e desconçiertos que tenían en Rrequena e que del dicho Castillo de Garçimuñoz se pasara a vivir a Huete". Creemos que se está describiendo momentos de la primera mitad del siglo XV y que nos llevan el apellido a estar relacionado con el doctor Pedro González del Castillo y su hermano el corregidor Hernán. El origen de estos González se quería ver en Requena.


Leonardo del Castillo conseguiría sejecutoria de hidalguía el 22 de mayo de 1523

El apellido Lizana

 Francisco y Rodrigo de Lizana habían nacido en Los Hinojosos, pero se habían trasladado de niños a vivir a Mota del Cuervo. Eran hijos de García de Lizana y nietos de Rodrigo de Lizana, al que se tenía por origen el lugar de Miguel Esteban, donde estaba al servicio del comendador Villaseñor. Miguel Esteban era pueblo de sesenta o setenta vecinos en el último cuarto del siglo XV.

El abuelo Rodrigo estaba casado con Catalina la beata. El hijo García de Lizana había casado con Catalina Patiño


Ejecutoria de 26 de agosto de 1524


AChGr, hidalguías, sig. ant. 301-4-23

martes, 18 de abril de 2023

Cañada Juncosa

 CAÑADA JUNCOSA


Probablemente, uno de los pueblos más pequeños del obispado de Cuenca al comenzar el siglo XVI sea Cañada Juncosa; aldea de El Cañavate, siempre nos aparece oscurecida por la villa madre y la otra aldea, Atalaya. pero, para tan pocos vecinos, media docena, es probable que todos ellos se definieran por la condición de hidalgos. Algunos de ellos los hemos tratado, son los Gómez, Alarcón, Serna o los Tébar. En el caballero Arias de Tébar hemos visto una figura del medievo trasnochada, que arremetía lanza en ristre contra los caballeros de sierra de Alarcón. Hay otros apellidos, que insospechadamente pueden parecer hombres llanos, pero que son hidalgos. Así, en Cañada Juncosa, moraban los López, al menos desde el bisabuelo Alonso López, su hijo Alonso López casaría con Isabel de Cuéllar. Sería este apellido el que primaría en la línea familiar, cuando Ruy López de Cuellar casa en Vara de Rey. Allí, su hijo Leonardo de Cuéllar hará gala de su hidalguía como regidor o mayordomo de la iglesia y con su escudo de armas.


Mientras que de Cañada Juncosa salían los hidalgos, desde Buenache de la Sierra, llegaban labradores a esta aldea en búsqueda de tierras. Eran los últimos años de la década de 1520

lunes, 17 de abril de 2023

En torno a Rus

 LA VIRGEN DEL REMEDIO Y "LA OTRA"

No quisiera ser iconoclasta ni ponerme en la piel de mi conocido Luis Sánchez de Origüela, cuando allá por 1516 dijo aquello sobre las imágenes: "para qué las quieren sino para colorar el mundo", pues uno corre el riesgo, al igual que él, de acabar en la hoguera, pero el estudio de las devociones marianas y de otros santos debería ser objeto de un estudio que fuera más allá de lo panegírico.


Es evidente que varios pueblos llevan el nombre de santos y santas: San Clemente, Santa María del Campo Rus o Santiago el Quebrado (y otros desparecidos como Santo Domingo el Amarguillo). La fundación de estos pueblos bajo la advocación de un santo quizás corresponda a un momento concreto de repoblación de pueblos nuevos que luego ha acabado en la leyenda, ya sea un legendario fundador como Clemente Pérez de Rus ya una ermita, la de Santa María de la Concepción, que luego da lugar a un pueblo -Santa María del Campo Rus-.


Estas devociones olvidadas nos deben avisar de que otras devociones tenidas como eternas no son tales. En el siglo XVI hay pocas noticias de la virgen de Rus, un lugar deshabitado, con iglesia sin cura o teniente que sirva su oficios ni prácticas sacramentales y dependiente de Villar de Cantos. Rus era un despoblado más, como ese otro de los Villarejos, imposible al que llegar en invierno por estar las tierras encharcadas, pero que mantenía su iglesia en pie como su castillo en ruinas. ¿Con imagen mariana en su interior? tal vez. Devociones marianas ya existían en la zona; la leyenda dice que la Virgen, luego de Trascastillo, se apareció a un pastor en 1456 que recogió esta talla desaparecida. Un embaucador, como era el converso Lope Rodríguez había tallado con sus propias manos una imagen en madera de la Virgen y con ella recorría los campos en torno a Perona y Rus, engañando a los campesinos para sacarles unas cuantas hortalizas, frutas y huevos. En el engaño participaba doña Juana de Toledo, la mujer del todopoderoso Hernando del Castillo, alcaide de Alarcón. 


Sin embargo, los sanclementinos vivían ajenos a devociones marianas al norte de su pueblo. En realidad, no encontraban ni acomodo ni santuario para la devoción. Es más, romerías típicas como la se dirigía a la ermita de Santa Catalina, en Majara Hollín, al norte de El Provencio, en la vieja tradición del mundo pastoril, acabaron mal, muy mal: las rivalidades con sus vecinos provencianos les llevó a destrozar la ermita en acto vandálico. Intentaron corregir su error en 1552 inventándose una nueva ermita de Santa Catalina, pero los provencianos no se lo permitieron. 


Aunque los sanclementinos a falta de santa iban hasta Sisante para recrear romerías que les faltaban en el pueblo, el nombre de Santa Catalina se había convertido en motivo de trasto para lanzarse a la cabeza; como le recordarían al clérigo Tristán Pallarés en sus amores con Catalina García: "ni tú eres San Jerónimo ni ella Santa Catalina de Siena".


Así, a falta de devociones externas, los sanclementinos las tuvieron que buscar muros adentro. Es de temer que los franciscanos del pueblo les recordaran a la Virgen una y otra vez y que su mensaje calara entre las capas populares. La devoción de la que estaba falta el pueblo se encontró muy cercana: en la ermita de la virgen del Remedio. El santuario se situaba junto al puente de Chinchilla, pues el camino que iba hacia el sur lo hacía hacia esta ciudad y fortaleza, ya que, en el medievo, Villarrobledo, aparte de aldea de Alcaraz no era nada. Era tal la devoción hacia esta virgen que llegaría a ser declarada en el siglo XVI como patrona del pueblo. Creemos que por entonces serían pocos los que se atrevieran a poner huerta junto al río Rus, pero si los franciscanos lo habían hecho por qué no lo iban a hacer los del lugar, pero es cierto que los que se llaman hortelanos escasean en padrones como el de 1586. Aun así, la virgen del Remedio causaba furores, su fiesta se conmemoraba por todo lo alto el 25 de marzo; los gremios la tomaban como patrona y el pozo dulce junto a la ermita era lugar preferido de encuentro. San Clemente tenía su patrona y esa era la virgen del Remedio. Hasta que llegó la otra y esa era la virgen de Rus, de la que empezaba a decirse que tenía fama de milagrera sin que se le conociera milagro alguno.


Llegó la peste de 1600; fue atroz varios hospitales se habilitaron para recoger a los apestados, entre ellos, uno en la ermita del Remedio para los moriscos del pueblo; los muertos se sucedían cada día y la desesperación también. Los sanclementinos aterrorizados por la peste fueron hasta Rus y trajeron la imagen allí presente en contra del parecer de las autoridades y después de largas discusiones. Fue este rapto el que inició la romería de hoy; aunque la virgen  pasa a la carrera hacia un convento de carmelitas, entonces inexistente, en 1600, la imagen se detuvo en ese mismo lugar o fue detenida por los regidores y los clérigos que no veían con buenos ojos el rapto. Se habló y se decidió que el lugar de llegada de la Virgen debía ser Santa Ana, donde se acumulaban los muertos por la peste y que se había convertido en lazareto con casa cedida por don Juan Pacheco Guzmán en la Celadilla. Mientras, el susodicho andaba libre de la peste en su casa de Perona... ¿Y si la llegada de la virgen de Rus hubiera sido burda manipulación de los Ortega, luego  señores de Villar de Cantos, en disputas con don Juan Pacheco, para ganarse la voluntad del pueblo?


En fin, el caso es que los sanclementinos andaban huérfanos de devociones y la encontraron en Rus, pero, para olvidar o hacerles olvidar lo que era su única e inseparable compañera, la virgen del Remedio, que ha devenido injustamente en ser "la otra", la olvidada, papel que había de corresponder a la virgen de Rus

domingo, 16 de abril de 2023

Araques de El Cañavate

 Abuelo: Gonzalo de Araque casado con Elvira Fernández

Padre: Alonso de Araque casado con Catalina López

Hijos: Gregorio, Alonso y Lope de Araque


Probanzas de 1535

Pedro Jiménez de Buenache

Esteban Sánchez de Alarcón

Juan Martínez de Lozuza el cojo

Andrés López de la Roda

Juan Sánchez del Ramo

Bernardino López, hijodalgo de Cañada Juncosa

Probanzas de 1557

García Prieto el viejo

Pedro López de Santiago el viejo

Hernán López de Lozoya

Francisco Sanz de Alarcón el viejo

Pedro López de La Alberca

Diego de Ortega el viejo, hijodalgo. 80 años, nacido, pues, hacia 1577.

Alonso de Piqueras, labrador, 65 años. Detenta los oficios concejiles del El Cañavate

Martín López de Pascual López, labrador

ACHGR, HIDALGUÍAS, sign. ant. 302-330-12

sábado, 8 de abril de 2023

Blas de Espinosa Alonso

 Blas de Espinosa Alonso es hijo de Martín Alonso y María Briceño, de Vara de Rey. Era nieto de Hernando Alonso (casado con una hija de Juan Sáez, vecino de San Clemente), el hermano de este, Juan, había obtenido ejecutoria de hidalguía en la Chancillería de Valladolid.

Blas de Espinosa Alonso se establece en Villarrobledo

Ejecutoria de Hidalguía, 2 de noviembre de 1546


ACHGR, HIDALGUÍAS, sig. ant. 301-18-37

Martín de Oñate

Martín de Oñate, litigante. Es hijo de Juan de Uribarri Balzategui, casado con María de Miñozategui, y el abuelo es Rodrigo de Balzategui, casado con Domenza, (Balzategui es casa solar en el barrio de Uribarri).

Balzategui es casa del barrio de Balzategui, perteneciente a la villa y condado de Oñate.

Martín de Oñate de Uribarri Balzategui había marchado para Castilla, no dice nada de su probable profesión de cantero o así lo afirma Rokiski. Para mediados de siglo está asentado con mujer e hijos en Canalejas del Arroyo.

No se ha encontrado relación con los Donate de Tarazona de la Mancha, pero no se excluye


Ejecutoria de hidalguía: 25 de agosto de 1567

ACHGR, HIDALGUÍAS, SIGN. ANT. 301-43-29