El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

martes, 27 de febrero de 2024

Un casamiento forzado

 Ginés de los Herreros Osa y Guzmán cogió el camino de Altarejos para llevarse por las bravas a su novia. Ya en casa del padre de la novia, don Fernando del Castillo Guzmán, señor de Altarejos se llevó a su sobrina María Clara Portocarrero, dirección a la Parilla donde con ayuda de un familiar de la Inquisición Diego de Mena Barrientos se celebraría la boda. Del quebrantamiento y rapto de la novia se haría cargo un juez de Comisión mandado por el Consejo Real, Francisco de Alderete.

Es cierto que estos raptos, por lo que sabemos de casos pasados como el de María Valderrama, eran mucho más sofisticados de lo aparente e iban más allá de mozo envalentonado dispuesto a satisfacer alteraciones hormonales. De hecho, jugaban más los intereses económicos y familiares. Así, don Ginés Herreros, antes de llevarse a la novia, había obtenido mandamiento del provisor de Cuenca en el que se declaraba que la joven doña Clara había dado palabra de matrimonio a don Ginés de los Herreros y ahora pedía su cumplimiento, para disgusto del tío. Ante la oposición de don Fernando Guzmán, Ginés de los Herreros decidió dejar en depósito a la novia, tal cual. Quebrantando la casa de Fernando Guzmán se había llevado la novia y la había dejado "depositada" por mediación del familiar del Santo Oficio, Diego Mena, hasta la celebración del matrimonio. Nadie hacía nada ilegal ni amoral para la época. Es más, el acto de depósito de la novia fue llevado a cabo por el cura propio de la Parrilla, que se limitaba a cumplir con el mandamiento del provisor del obispado de Cuenca. Además, se pretendía salvar a la novia de cualquier desgracia que pudiera sobrevenir de la reacción desmesurada de sus deudos. La novia, a quien nadie preguntaba su parecer, iba de mano en mano y de depósito de una casa en otra, con intervención directa primero del alcalde de Altarejos Pedro de Alarcón, que dejó la novia en su casa después de declarar que quería casarse con Ginés y luego en una casa de la Parrilla, donde se la había llevado el cura, con ayuda del teniente de cura y del sacristán, hasta que se celebró el matrimonio. El "facilitador" del traspaso de la novia de casa de su tío hasta el altar final había sido el familiar de la Inquisición Diego de Mena, que había establecido en un mesón y el convento de San Francisco la logística preparatoria de la boda.

Cuando la justicia real actuó contra Ginés de los Herreros y el familiar del Santo Oficio, el segundo escondió al primero en un cuarto secreto de su casa, en tanto que los novios llevaban a buen término su casamiento en la iglesia de la Parrilla. Bien es verdad, que en este mundo todo eran complicidades. Al parecer, la principal opositora al matrimonio de los jóvenes era la madre del señor de Altarejos, doña María Castañeda. El caso es que el sanclementino Ginés de los Herreros tenía suficientes cómplices para entrar en casa de su amada. Los criados María Ortega y Diego de Alarcón le abrían la puerta para que los jóvenes se confesaran las confidencias


Archivo Histórico Nacional, INQUISICIÓN,1924,Exp.18

OFICIOS CONCEJILES E HIDALGOS EN VARA DE REY 1703-1728

 

OFICIOS CONCEJILES E HIDALGOS EN VARA DE REY 1703-1728

7 Septiembre de 1727

Alcaldes ordinarios: don García José de Montoya y Pedro de Buedo Montoya

Regidores perpetuos: Marcos Fernández, Pedro Fernández de Perona Palacios, Sebastián de Villanueva Tello y Marcos Salinas de Perona

Hidalgos recibidos como vecinos: don Felipe Valero y Losa, el doctor don José Valero su hijo, Felipe Antonio Valero Jiménez, y el doctor don Felipe José Valero, originarios de Villanueva de la Jara

10 de agosto de 1705

Alcaldes ordinarios: don Sebastián Montoya y Francisco Ortega Girón

Regidores perpetuos: don Cristóbal Alfonso de Palacios, Juan Saiz Aguilar, Pedro de Jávega Crespo, don Juan de Buedo Cabias

Alguacil mayor perpetuo: don García Alfonso de Buedo y Spinosa

Elección de Alcalde de la hermandad por los nobles: don Fernando de Montoya y Pérez

20 de agosto de 1711

Alcaldes ordinarios: don García Alfonso de Buedo y Spinosa y Juan de Jávega y Crespo

Regidores: Felipe Escribano Criado, Juan Saiz Aguilar, y Pedro de Jávega Crespo

Elección de Alcalde de la hermandad por los hidalgos: don Diego de Valdés y Araque, caballero de la orden de Santiago y su oidor de la Casa de Contratación de Sevilla y superintendente general de las reales minas de azogue de Almadén

6 de agosto de 1712

Alcaldes ordinarios: don Pedro Jacinto de Buedo y Spinosa y Sebastián de Villanueva

Regidores: Felipe Escribano Criado, Juan Saiz Aguilar, Pedro de Jávega Crespo

Alguacil mayor: don Tomás Martínez de Buedo

Elección de Alcalde de la hermandad por los nobles: Eugenio de Oma Caracajona

25 de julio de 1713

Alcaldes ordinarios: don Felipe de Palacios y Francisco García Toledo

Regidores: Juan Saiz Aguilar, Pedro Jávega Crespo, 

Alguacil mayor: don Francisco de Angulo

Elección de Alcalde de la hermandad por los nobles: don García José de Montoya

17 de agosto de 1714

Alcaldes ordinarios: don Pedro López Meneses y Juan de Jávega Crespo

Regidores: Pedro de Jávega Crespo

Alguacil mayor: Mateo García Toledo

Elección de Alguacil mayor por el estado noble: Diego de Montoya Alcaud

20 de enero de 1717

Alcaldes ordinarios: don Alonso Ruiz de Alarcón y Mateo García Toledo

Regidores: don Fernando de Montoya, Pedro Fernández de Perona Palacios, Marco Salinas de Perona, Francisco García Toledo, don Francisco de Angulo y don Pedro López Meneses.

Alguacil mayor: Lorencio Martínez Haro

Elección de alcalde ordinario por los hijosdalgo: don Alonso Carlos Ruiz de Alarcón

Elección de de alguacil mayor por el estado noble: don Rodrigo de Angulo menor

1 de enero de 1718

Alcaldes ordinarios: don Felipe de Palacios y Pedro Martínez Osona

Regidores: don Fernando Diego de Montoya, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona Palacios, don Tomás Martínez de Buedo

Elección de alcalde de la hermandad por los nobles: don Diego Valdés y Araque

1 de enero de 1719

Alcalde ordinario: Simón Saiz de Perona y Palacios

Regidores: Marcos Saiz, don Fernando Diego de Montoya, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona Palacios, don Tomás Martínez de Buedo, Marcos Salinas de Perona, Francisco García Toledo, don Francisco de Angulo y Peralta.

Elección de alcalde ordinario por los nobles; don García José de Montoya

Elección de alcalde de la hermandad por los nobles; don Diego Huete y Almao

1 de enero de 1720

Alcaldes ordinarios: don García José de Montoya y don Diego de Buedo Montoya

Regidores: Marcos Saiz, Simón Saiz de Perona (teniente de alcalde mayor honorífico), don García Alfonso de Buedo Spinosa, Pedro Saiz de Perona y Palacios, Marcos Salinas de Perona, Francisco García Toledo y don Francisco de Angulo y Peralta

Elección de alcalde de hermandad por los nobles; don Felipe de Angulo y Peralta

1 de enero de 1721

Alcaldes ordinarios: Pedro Jacinto de Buedo y Spinosa y Mateo Toledo Jávega

Regidores: Marcos Saiz, don Fernando de Montoya, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona y Palacios, y Marcos Salinas de Perona

Elección de alcalde de la hermandad por los nobles: don José de Palacios y Argandoña

1 de enero de 1722

Alcaldes ordinarios: Don Alonso Ruiz de Alarcón Diego Jàvega Crespo.

Regidores: Marcos Saiz, don Fernando Diego de Montoya, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona Palacios, Marcos Salinas de Perona, Francisco García Toledo

Elección de alcalde de la hermandad por el estado noble: don Julián Cabeza de Vaca

3 de enero de 1723

Alcaldes ordinarios: don García Alfonso de Buedo y Spinosa y Lorencio de León

Regidores: Marcos Saiz, Pedro Saiz de Perona Palacios, Francisco García Toledo

Elección de alcalde de la hermandad por los nobles: don Francisco de Montoya Alcaud

1 de enero de 1725

Alcaldes ordinarios: don Pedro Jacinto de Buedo y Spinosa

Regidores: Marcos Saiz, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona Palacios, Sebastián de Villanueva, Marcos Salinas de Perona, Francisco García Toledo

Elección de alcalde ordinario por el estado noble: don Diego Sebastián de Montoya

17 de diciembre de 1725

Alcaldes ordinarios: don Diego Sebastián de Montoya y Diego de Jávega Montero

Regidores: Marcos Saiz, don Fernando Diego de Montoya, Pedro Saiz de Perona Palacios, Sebastián de Villanueva, Marcos Salinas de Perona y Francisco García Toledo

Elección de alcalde ordinario por el estado noble: don García José de Montoya

1 de enero de 1728

Alcaldes ordinarios: don García José de Montoya y Pedro de Buedo Montoya

Regidores: don Fernando Diego de Montoya, don García Alfonso de Buedo y Spinosa, Pedro Saiz de Perona Palacios, Sebastián de Villanueva Tello, Francisco García Toledo y don Francisco de Angulo

Elección de alcalde ordinario por el estado noble: don Fernando Spinosa y Valdés

Elección de alcalde de la hermandad por el estado noble; don Miguel de Meneses y Gallego

Repartimiento de alcabalas de 1707

Hidalgos: Diego Gabaldón

Repartimiento de alcabalas de 1719

Hidalgos; don Francisco de Angulo Caja

Repartimiento de alcabalas de 1727

Hidalgos: don Alonso Ruiz y Angulo

Expediente a instancias del fiscal para que el concejo de San Clemente y su jurisdicción remitan testimonios de los vecinos recibidos  por hijosdalgo desde 1703 en adelante. ACHGR, C-14824-24

lunes, 26 de febrero de 2024

Casas de Haro, su origen como pueblo

 "... y que el dicho Diego López de Haro tenía bienes que le auían dado con la segunda mujer porque tenía en una aldea la heredad que decía de Diego Simón el viejo que está en término y jurisdición de la dicha villa de San Clemente"

Este Diego López de Haro era hijo de Diego López de Haro y doña Ana Ruiz de Villamediana, si bien el texto da a entender que la heredad había llegado a su hijo de un segundo matrimonio del padre. El padre Diego López de Haro era hijo de Hernán Vázquez de Haro y nieto de Diego de Haro, el primero de la familia que se establece en San Clemente.

Estamos ante el probable origen de Casas de Haro, que antes se llamaría Casas de Diego Simón, y que vía matrimonio habría recaído en un miembro de la familia Haro, la probanza de testigos donde aparece la constatación de este nuevo núcleo urbano es posterior a 1585. La familia Simón es una familia principal de San Clemente que no tiene continuidad en la segunda mitad del siglo XVI por falta de descendencia masculina; este sería un caso más de bienes que recaen en el marido y llevados como dote por la mujer, Hasta ahora habíamos fechado las Casas o aldeas del sur de San Clemente en el primer tercio del siglo XVII, ahora se abre la posibilidad que alguna de estas aldeas ya existieran de antes, desde el último cuarto del siglo XVI y probablemente antes. Nuestra hipótesis es que se trata de una casa de labor con algunas otras edificaciones que surge paralelamente a esas otras que tenemos constatadas en diversos lugares de la Mancha Alta y que ya aparecen señaladas en las Relaciones Topográficas de Vara de Rey, indicando un movimiento de roturación de tierras al sur de esta villa y de la de San Clemente. Consideramos que retrotraer el origen del pueblo a la época de la reconquista con Alfonso VIII es ficción y que no hay base documental alguna para ver citado el nombre del pueblo en la sentencia de Jiménez de Lanclares de 1318 que separaba términos entre Alarcón y Alcaraz.


ACHGR, HIDALGUÍAS, 301-92-11

domingo, 25 de febrero de 2024

Los epígonos de los Haro en San Clemente

Avanzado el siglo XVI se comenzó a dudar de la hidalguía del apellido Haro en San Clemente. En 1585 varios miembros de la familia: Hernán Vázquez de Haro Pallarés, Antonio de Haro Pallarés, Pedro de Castañeda de Haro, Hernán Vázquez de Ludeña Haro y Diego López de Haro tuvieron que lidiar por su hidalguía de nuevo.

El primer Haro conocido es Francisco de Haro, vecino de Ocaña, aunque el que se establece en San Clemente es su hijo Diego de Haro o Diego López de Haro, que vivirá hasta la década de 1480 y que casará con Urraca Ludeña, de cuyo matrimonio nacerá Hernán Vázquez de Haro el viejo, que logrará ejecutoria de hidalguía en 1532. 

 Hernán Vázquez de Haro el viejo casará con doña María de Herreros, hija de Miguel Sánchez de los Herreros. Las propiedades de los Haro estaban en Villar de Cantos y el la villa de San Clemente, a las tierras unían la posesión de rebaños de ganados. El matrimonio había tenido por hijos a Hernán Vázquez de Haro, Diego López de Haro, Francisco de Ludeña de Haro y a Juan de Ludeña de Haro, y a un Antonio López de Haro, que vivió en la ciudad de Chinchilla, donde casará con Guiomar Buedo (será esta rama la que mantendrá la continuidad de los Haro en el futuro). Los tres últimos estaban muertos en 1585, mientras que el otro hijo era vivo, Hernán Vázquez de Haro estaba casado con Leonor Pallarés. De este matrimonio habían nacido Hernán Vázquez de Haro Pallarés y don Antonio de Haro Pallarés y otro hijo, luego clérigo, llamado Tristán Pallarés el viejo. Otro de los hermanos, Diego López de Haro había casado con Ana Ruiz de Villamediana y establecido residencia en San Clemente, del matrimonio había nacido Diego López de Haro. Otro de los hermanos Juan de Ludeña de Haro había casado con Francisca de Castañeda, establecidos en Alarcón, se había establecido después en San Clemente (en este matrimonio decían los testigos que había recaído la heredad y casa de labor de Villar de Cantos); del matrimonio había nacido Pedro de Castañeda de Haro y otro hermano Antonio López de Haro, y el último hermano Francisco de Ludeña de Haro había casado con Catalina de Caballón, de este matrimonio habían nacido Hernán Vázquez de Ludeña de Haro y Diego López de Haro su hermano.

Hernán Vázquez de Haro Pallarés, Antonio de Haro Pallarés y Hernán Vázquez de Haro Ludeña vivían en San Clemente y se desconocía la vecindad de Diego López de Haro, hijo de Diego López de Haro. Antonio de Haro Pallarés era patrón de una capellanía en la iglesia de Santiago, en la capilla de San Jusepe o San José, hoy de Pallarés, y además tenía el patronazgo de otra capellanía dejada por el clérigo Tristán Pallarés el viejo, su tío y hermano de su madre. Diego López de Haro tenía una heredad en la aldea que decían el Diego Simón el viejo, en la jurisdicción de San Clemente.


Alonso de Iniesta, clérigo, 75 años

Juan Sánchez Merchante, presbítero y comisario del Santo Oficio de Cuenca. 60 años


ACHGR, HIDALGUÍAS, 301-92-11

El capitan Miguel Aulestia Cabeza de Vaca, vecino de Las Pedroñeras

 El capitán Miguel Aulestia Cabeza de Vaca y Lorenzana había llegado en 1706 a Las Pedroñeras para casarse con Isabel de Gabaldón y Cuevas Montoya. Miguel Aulestia había recibido de Felipe V el título de capitán de milicias del estado de Belmonte en 1704, a propuesta del duque de Escalona. 

Miguel Aulestia Cabeza de Vaca era hijo de Manuel Cabeza de Vaca, caballero de la orden de Santiago, y Josefa María de Lorenzana Inestrosa, señora de los lugars de Par de Maza y Tombrío de Arriba, en Villalón, Tierra de Campos. Miguel era nieto de Martín de Aulestia, originario de Aulestia en el señorío de Vizcaya, casado con Brianda Cabeza de Vaca Mogrovejo, hija de los señroes de Villa Hamete en Tierra de Campos.

Ayuntamiento de 26 de marzo de 1706

Alcaldes ordinarios: Juan de Carrascosa Galindo y Cristóbal Remírez de Resa

Alférez mayor: Francisco Magnes Guerrero, alférez mayor de la villa y abogado de los Reales Consejos

Regidores: Cebrián Gómez Galindo y Diego de Mena Patiño

Alcalde provincial: don Luis Triviño Quesada

Alguacil mayor: Alfonso de Haro Ortiz


EXPEDIENTE DE RECIBIMIENTO DE ESTADO CONOCIDO DE MIGUEL DE AULESTIA CABEZA DE VACA, VECINO DE LAS PEDROÑERAS. C14816-017ArchivoArchivo de la Real Chancillería de Granada

sábado, 24 de febrero de 2024

LOS GABALDÓN DE LA ALBERCA DE ZÁNCARA

 El 22 de mayo de 1707, el ayuntamiento de La Alberca de Záncara se reunía en una de las salas de las casas de su vecino Juan Vázquez Pallarés, sin duda, por la presencia de tropas que impedían la reunión en su concejo: los temas a tratar eran la impugnación de la elección de los oficios concejiles por la familia Haro (don Juan de Haro Castañeda, alférez mayor de la villa, y José Núñez, procurador síndico) y el no recibimiento como hidalgo de Gregorio Gabaldón Palacios, el escribano del ayuntamiento de La Alberca, pero que ejercía el oficio tanto en esta villa como en San Clemente. En ambas cuestiones se dirimía la rivalidad de las viejas familias, encabezadas por el linaje Peñaranda-Montoya, con esas otras nuevas de la villa y que no estaban dispuestas a perder su monopolio del poder. La elección de oficios de alcaldes y alguacil se hacía por suertes y los Haro dudaban de la limpieza del proceso, a pesar de lo cual, la Chancillería de Montoya negó la razón a los Haro.

Gabaldón y Palacios eran apellidos viejos en la comarca, de los que sabemos que ya en el siglo XVI tenían condición nobiliaria. Eran originarios de Vara de Rey y la familia se había ido a vivir a La Alberca con Gregorio Gabaldón para ejercer como escribano. El pleito para defender su hidalguía lo llevo su hermano Martín, en nombre de él mismo y de sus tres hijos, Juan, Fernando y Gregorio. Pero el conflicto había surgido cuando los Gabaldón decidieron dar el paso a entrar en las suertes de oficios del años 1707, al igual que los Haro, por la representación del estado noble. La elección de oficios en La Alberca se hizo ese año para el mes de febrero. El alcalde cesante Juan Peñaranda Tébar, junto al pechero Alonso Orozco, muestra el control de esta familia sobre la vida de la villa. Los Peñaranda ya los encontramos en La Alberca desde comienzos del Quinientos, pleiteando por su hidalguía en la década de 1520 y controlando los oficios concejiles desde la década de 1580. Su poder se había afianzado por la alianza con la familia Montoya y disponían de capilla propia de enterramiento en la iglesia parroquial.

Gregorio Gabaldón y Palacios había llegado como escribano a La Alberca en 1678 desde Vara de Rey. Es un caso típico de la época del oficio de escribanos que busca el ennoblecimiento y el acceso a los oficios concejiles, aunque en su caso los apellidos acompañaban. Buscó ese reconocimiento al ser elegido alcalde de la hermandad dos años y alcalde ordinario en 1696, pero al querer entrar en suertes para alcalde ordinario por el estado noble el año 1704, el ayuntamiento se opuso y se tuvo que consolar con el cargo de alcalde de la hermandad de nuevo. Los Gabaldón presentaron carta ejecutoria de su sexto abuelo Fernando Sánchez de  Gabaldón. La llegada de Gregorio Gabaldón a La Alberca en 1678 se había producido en un contexto probablemente de crisis política, pues el ayuntamiento estaba presidido por el teniente de corregidor y no había alcaldes, lo que nos hace pensar que los Peñaranda estaban alejados en esa fecha del poder municipal, pues no nos aparecen en ninguno de los oficios. La hidalguía tal como se adquiría se olvidaba y había que recordarla si no se tenía el reconocimiento social. Los Gabaldón había participado en las guerras en los años 1608 y 1642, pero en la memoria de los hombres la participación voluntaria en hechos bélicos, amén de la necesidad era asimismo una forma de búsqueda de la hidalguía no conseguida por medios legales o interrumpida por la no posesión continuada de tres personas tal como exigían las mercedes emriqueñas.

El conflicto por el poder en La Alberca había estallado en el contexto de la guerra de Sucesión y creemos que la elección de oficios se sucedían en sesiones extraordinarias, ajenas a las elecciones anuales, que se celebraban consuetudinariamente par el día de San Miguel, en septiembre. Por una misiva de 13 de julio, inserta en el expediente, sabemos que la villa había alojado a soldados franceses "que se habían comido la cebada". El grano pertenecía seguramente a las rentas decimales, pues el alcalde ordinario Pedro de Tébar y siete de los regidores estaban excomulgados.


El 18 de febrero de 1708 la Chancillería de Granada reconocía la hidalguía de Gregorio de Gabaldón Palacios.


Ayuntamiento de 22 de mayo de 1707

Alcaldes ordinarios: don Álvaro Peñaranda y Montoya y Pedro Esteban de Tribaldos, sustituido por Pedro de Tébar en agosto

Alguacil mayor perpetuo: don Antonio Toledo y Briones

Regidores: Miguel López Frérez, Adrián López, Lucas Pérez y Alarcón, Jerónimo de la Fuente y Pablo Manuel de Campos

Fiel ejecutor: Lucas Pérez.

Ayuntamiento de 30 de enero de 1678

Don José Zapata y Carrillo, teniente de corregidor

Alcaldes ordinarios: 

Regidores: Luis Esteban de Tribaldos, Antón Martínez, Juan Esteban de Tribaldos, Juan Manuel

Alguacil mayor: Francisco Fernández Chávez


Genealogía de los Gabaldón de La Alberca

Juan de Gabaldón Peñaranda es hijo del escribano Gregorio de Gabaldón Palacios y Francisca Peñaranda

Gregorio de Gabaldón Palacios, el escribano, es hijo de Fernando de Gabaldón Palacios, natural de Vara de Rey, y María de Nieves Palacios, natural de Vara de Rey

Fernando de Gabaldón Palacios, fue hijo legítimo de Juan Alonso de Gabaldón Palacios, natural de Vara de Rey y de Inés de Avilés, natural de San Clemente, 

Juan Alonso de Gabaldón Palacios fue hijo de Fernando de Gabaldón Palacios, natural de la villa de Vara de Rey, y de Agueda Sánchez Trujillo, natural de Aledo.

Fernando de Gabaladón Palacios fue hijo de Fernán Sanchez Gabaldón y María Alonso Palacios, naturales de Vara de Rey. El primero obtuvo ejecutoria de hidalguía en 1595


Expediente a instancias del fiscal y el concejo de La Alberca de Záncara, contrapara que el vecino Gregorio de Gabaldón Palacios, natural de Vara de Rey, justifique su recibimiento al estado de hijosdalgo. ACHGR. HIDALGUÍAS, C14816-023

 

domingo, 18 de febrero de 2024

El alcaide Alonso de Montoya, un belmonteño al servicio del marqués de Villena

 

Jerónimo Montoya, antes de llegar a Monreal, un arrabal de Belmonte, había vivido durante veinte años en Castillo de Garcimuñoz; en 1540 ya llevaba cuarenta años establecido en Monreal y desde hacía un año había establecido su morada en Belmonte. Su padre Alonso de Montoya era conocido por el alcaide y el abuelo Alvar Martínez era vecino de Belmonte, donde tenía sus casas que hacia 1540 ocupaba el chantre Álvaro de Montoya. El abuelo, el bachiller Alvar Martínez estaba casado con Elvira Sánchez ; además del alcaide Alonso, el matrimonio había tenido otro hijo de nombre Gonzalo. El alcaide Alonso de Montoya había casado con Inés Álvarez del Rubio. El alcaide Alonso de Montoya había tenido varias tenencias de fortalezas, entre ellas, el alcázar de Segovia, Maderuelo y Riopal en tiempos de Enrique IV y posteriormente había participado en las guerras de Granada. Morirá hacia 1515. A fecha de hoy no hemos encontrado la relación de estos Montoya con los de Vara de Rey.

El alcaide Alonso de Montoya era declarado partidario del marqués de Villena en la guerra de Sucesión castellana, teniendo el cargo de visitador de las velas y honras que se hacían en la fortaleza de Belmonte. Incluso se decía que había descubierto una traición contra el marqués de Villena para entregar la fortaleza de Belmonte: "vio presos en la cárcel desta dicha villa dos honbres que eran velas y estaban en una torre de salas de la dicha villa e oyó dezir y fue público en ella que andando el dicho alcayde Alonso de Montoya una noche vesytando las dichas velas e rondas a cavallo por baxo que oyó que uno de los susodichos presos estavan cantando "no es hora la mi señora no es hora" e que el dicho alcayde Alonso de Montoya miró en ello e sospechando de alguna traición que oviese en la dicha villa que los avía preso y echado en la dicha cárcel y que estavan presos por ello e después supo este testigo e oyó dezir públicamente que los dichos dos honbres que heran velas y avían dicho lo que tenían dicho avían confesado en un tormento que les avían dado cómo tenían vendido la dicha villa de Belmonte a Villaescusa de Haro que hera del Maestrazgo e que avía dicho aquello de no es hora por respeto de que no viniesen e por razón de ello se hiziese justicia dellos y este testigo los vio desquartizados e hazer quartos e puestos en los caminos".

El alcaide Alonso Montoya era contemporáneo de varios personajes conocidos por nosotros, vecinos de Castillo de Garcimuñoz: el comendador Tristán Ruiz de Molina, el escribano de cuentas Andrés Jiménez y el hidalgo Andrés Alarcón.

En Belmonte era sabido que al estar sometido al fuero de Sevilla todos sus vecinos, hidalgos o no, pagaban los impuestos. El propio marqués de Villena pagaba por unas casas que tenía en Belmonte y por algunos de sus escuderos: el comendador de Estremera, Luis Manuel y Alfonso Manuel y por el maestre Juan. Pero desde la década de 1520, la situación cambió y los belmonteños dejaron de pagar impuestos; el importe de estos se sacaba de los propios de la villa. No obstante, se contaba la anécdota que el alcaide Alonso había ido hasta Escalona a protestar al marqués su derecho a no pagar impuestos, con amenaza de irse a vivir a otro lugar, y el marqués lo había liberado de la obligación de contribuir.

Así, los símbolos de hidalguía en Belmonte eran otros, como el derecho de asiento principal en la capilla mayor, "a la mano derecha de cómo se entraba en ella". Los Montoya belmonteños tenían una capilla principal en la colegiata de San Bartolomé, la de Nuestra Señora: "a la mano derecha del altar mayor, fecho de madera y quando el maestre don Juan Pacheco tornó a rehedificar la yglesia y capilla mayor fue menester derribar la capilla de los susodichos y por respeto de derribarlo les dexó lo hueco de la dicha capilla de Nuestra Señora para tres enterramientos para todos ellos y ansy estauan los dichos enterramientos que no pagauan a la yglesia derecho ninguno de corronpimientos ni enlucimientos que heran derechos de la yglesia y era capilla y enterramientos muy antigua de más de cien años y ansy parescía por los libros de la yglesia".


Testigos

Juan Díaz de Baños, canónigo de la colegiata de Belmonte, hijodalgo, 65 años

Juan Pérez de Monreal, hidalgo de Belmonte

Pedro Ruiz de Agudo, del estado de los labradores en Belmonte, 75 años

Diego Martínez, clérigo beneficiado de la Moraleja y capellán perpetuo de la iglesia del Castillo de Garcimuñoz

Pedro López de Alarcón, hidalgo de Castillo de Garcimuñoz

DOCUMENTOS PROBATORIOS QUE SE APORTAR

Homenaje de Alonso Montoya a don Diego López Pacheco, conde de Santisteban, señor del Infantadgo y mayordomo del rey nuestro señor, como alcaide de la fortaleza de Maderuelo. En Arévalo, a  28 de marzo de 1470

Homenaje de Alonso de Montoya a don Diego López Pacheco, marqués de Villena y conde de Santisteban y mayordomo del Rey,  como alcaide de la fortaleza de Riopal. En San Clemente, a 19 de enero de 1473


LOS VEINTICUATRO DE CASTILLO DE GARCIMUÑOZ

"El dicho Jerónimo de Montoya vivió y moró en la dicha villa del Castillo de Garcimuñoz, fue elegido el año de noventa e uno a ser veynte quattro de la dicha villa e residió e residió en el oficio asta el año de quinientos e treze años que los dichos oficios se deshizieron, en el tienpo que fue veynte e quatro que hera el que avía dicho le vio entrar en suertes de alcalde e regidor e ser alcalde e regidor e fiel executor en los quales oficios no entravan pecheros salvo hijosdalgo como lo hera el dicho Jerónimo de Montoya e los otros que tenían los dichos oficios y quando salían elegidos los tales oficiales de veynte quatros nonbravan aquellos dos regidores de labradores pecheros que usavan de los los oficios con los tales hijosdalgos lo qual vio usar y guardar hasta que el marqués los quitó e se tomó en sí los oficios"


ACHGR, HIDALGUÍAS, 301-15-36,  Ejecutoria de hidalguía de 6 de diciembre de 1541



Los Montoya de San Clemente

 Hernando de Montoya era hijo de Hernando de Araque, vecino de Villalgordo del Marquesado. Los Araque eran naturales de Villalgordo del Marquesado. Allí se conofían tres generaciones: Hernando Araque que era hijo de Alonso Hernández de Araque y Juana Piñan, y nieto de otro Alonso Hernández de Araque. En Villalgordo se pagaba una contribución especial a los señores de la villa, don Luis Pacheco y su hijo don Juan. Era el llamado rediezmo:

"de quince hanegas de pan trigo y cebada y centeno de todo lo que cogían después de dezmado una hanega lo que se pagaba por la tazmía y este servicio lo pagaban los ombres llanos pecheros de la dicha villa". 

Dicho impuesto había sido establecido por la condesa de Medellín, que había quitado un pecho anterior para establecer un nuevo rediezmo de una fanega por cada once cosechadas. Este rediezmo luego sería reducido a la quinceava parte.

La relación de los Montoya con los Araque viene por el matrimonio del mencionado Hernando de Araque con Violante Montoya. La mujer había muerto en el parto de Hernando de Montoya. La genealogía de la madre es conocida, era hija de Hernando de Montoya que era vecino de Vara de Rey y como hecho notorio se recordaba que había tenido la tenencia de la fortaleza de Requena con los RRCC. El primer progenitor de la familia era también Hernando de Montoya, del que hemos hablado en ocasiones anteriores.



Testigos de la probanza de 1541

Juan de Villanueva, morador en la Puebla de los Frailes, aldea de Castillo de Garcimuñoz

Juan de Luz, hijodalgo de Villagordo

Juan Hernández Cobo, vecino de Castillo de Garcimuñoz, 80 años.

Juan de la Osa, pechero de Pinarejo, se había trasladado desde la Puebla de los Frailes, donde su padre tenía heredad

Juan de Cuenca, morador en Pinarejo, antes morador en La Puebla de los Frailes, lo que nos lleva a pensar que Pinarejo recibió en la década de 1520 y en la de 1530 vecinos de este lugar

Diego de Liébana, hijodalgo de Villalgordo

Pedro del Castillo, el paje, de 76 años, hijodalgo  natural de Castillo de Garcimuñoz. Su hermano Rodrigo del Castillo vivía en Villalgordo

ACHGR, HIDALGUÍAS, 301-15-8. EJECUTORIA DE 14 DE FEBRERO DE 1541

sábado, 17 de febrero de 2024

Mateo de Valdeganga

 En el pequeño lugar de Valdeganga y en 1512, había varios hidalgos o, al menos conocemos tres de ellos que pleitearon por su hidalguía: Diego Mateo, Luis de Herriega y Pedro Bascuñana. Valdeganga era un lugar de apenas treinta vecinos. Años después se nos dirá que en dicho lugar había "muchos hidalgos y muy buenos", citándose expresamente a los Soria y a los Villanueva. El apellido Mateo, en Cuenca es una derivación de Mateos. El linaje procedía de Valdeganga, donde vivían Bartolomé y Francisco Mateo, aunque Pedro Mateos, el padre, se había casado en Villanueva de los Escuderos para volverse a vivir a Valdeganga. El abuelo era Mateos Fernández.

El bisabuelo era también de nombre Mateo Fernández, aunque tenía un hermano conocido por Fernán Sánchez. . El abuelo Mateos Fernández estaba casado con Teresa Hernández. el matrimonio nacieron Pedro y Diego y otros tres hermanos de los que desconocemos el nombre. El abuelo Mateos Hernández se había destacado por su participación en la batalla de Toro, a favor de la causa isabelina. El hijo Pedro Mateos casaría con Juana Vélez.

Curiosamente, en Valdeganga, la diferencia entre hidalgos y pecheros no venía solamente por la exención o no en el pago de tributos, sino porque había dos hornos diferenciados en el pueblo: uno para pecheros y otro para hidalgos. Era el pan cocido el que marcaba la diferencia de estado. Pero, el pequeño lugar y su escaso término no daba para mucho y desde mediados del siglo XVI los hidalgos acabaron abandonando el pueblo en busca de alianzas matrimoniales, aprovechando su sangre, para mejorar su condición social o simplemente huir de la pobreza. Valdeganga, Tórtola, la Parra o Villar del Saz eran conocidos como pueblos con muchos hidalgos y pocas tierras para mantenerlos.

Ejecutoria de 13 de octubre de 1529


ACHGR, HIDALGUÍAS, 301-7-15

Conocemos la evolución de la familia en el siglo XVI. Bartolomé Mateo, que había obtenido ejecutoria de hidalguía en 1529,  había casado con Teresa Montón en Valdeganga. Del matrimonio había nacido Pedro Mateo, que se había trasladado a vivir a Tórtola, donde había casado con Francisca de Utanda. De este último matrimonio había nacido Bartolomé Mateo. Este último se había ido a vivir a Santa María del Campo Rus, en una decisión que no debió gustar a la familia: "la madre del susodicho e sus deudos tenían pena porque entendían que se auía de perder". Bartolomé era el hermano pequeño y no nos cabe duda que su marcha hacia la Mancha era consecuencia de la necesidad de labrarse una hacienda y un futuro. En Santa María del Campo se le conocía como un hombre pobre, que vivía a jornal. Creemos que sería su sangre nobiliaria la que sería la atracción para el casamiento con Elvira la Blanca y para sacarlo de su estado de necesidad. Sus dos hermanos mayores, el primero de ellos, Domingo, se había marchado a casar a Abía de la Obispalía, mientras que el otro, Diego se quedaba con la hacienda familiar en Tórtola.


ACHGR, HIDALGUÍAS, 301-100-35, Ejecutoria de 28 de agosto de 1609

Hay otra línea familiar del linaje Mateo, que creemos independiente de la aquí expuesta, que tenía su asiento en los pueblos de Noheda, Fuentesclaras y Tondos y que con Diego Mateo ganará ejecutoria de hidalguía en 1629 en Villar de Domingo García, donde tomará vecindad el mencionado Diego. Era hijo de Gil Mateo y Catalina Martínez, vecinos de Tondos, aunque Gil había nacido en Fuentesclaras, donde los Mateo tenían fama de hidalgos y de donde era el abuelo Hernando Mateo, casado con Catalina Montón. Era en Fuentesclaras, el pueblo de donde decían proceder estos Mateo, que no iban más allá de la generación del abuelo Hernando y otro hermano de este, llamado Gaspar.

ACHGR, HIDALGUÍAS, 301-106-20

Por último, hay otra línea de Mateo/Mateos asentada en Castillo de Garcimuñoz, procedente de la ciudad jiennese de Baeza y que ya tratamos en su momento

Pedro Mateos, hidalgo de Castillo de Garcimuñoz

 Pedro Mateos era vecino de Castillo de Garcimuñoz en 1520. Obtendría ejecutoria de hidalguía en octubre de 1520, en un momento álgido de las Comunidades. Era hijo de Mari Rodríguez y Diego Mateos, un vecino de Baeza, en la colación de Santa Cruz, y que su abuela era vecina de Beas de Segura. Del abuelo se había oído decir que era un hidalgo de Santisteban del Puerto. El abuelo era Pedro Mateos y la abuela, Mari Sánchez. El entorno familiar de los Mateos estaba en tierras de Jaén. De hecho, el padre Diego Mateos, de su lugar de nacimiento, Beas, se había ido a vivir a Baeza y luego a Andújar.

Era difícil saber quiénes eran hidalgos o no en Beas, pues era villa franca, aunque desde finales de siglo XV se había comenzado a diferenciar los hidalgos de los pecheros en los repartimientos de impuestos. El caso es que hemos de creer que Diego Mateos, el padre de Pedro, había caído en la indigencia y a su viuda se le habían cobrado impuestos para la guerra contra los moros de Granada, aunque después en 1508, con motivo del cobro de la moneda forera se había negado, como mujer de hijodalgo, a pagar y se le había dado la razón. El padre Diego se había significado en la guerra de Granada y la toma del castillo de Cambil, donde malherido había muerto. En la toma de Cambil en 1485 había intervenido el propio Fernando el Católico. Sería determinante para el reconocimiento de la hidalguía de los Mateos, la decisión de Diego de preferir morir junto a su rey en Cambil, que retirarse a Baeza para curar sus heridas. Diego había legado algo más para la familia: había conseguido de un juez comisario una sentencia de 17 de abril de 1478 por la que se le declaraba hidalgo y no debía pagar la contribución llamada de las doce monedas impuesta en la ciudad de Andújar para la guerra de Granada.

No sabemos la razón del asentamiento de Pedro Mateos en Castillo de Garcimuñoz

La Chancillería de Granada sentenciaría a favor la hidalguía de Pedro Mateos el 21 de noviembre de 1519. La ejecutoria sería de 23 de octubre de 1520

ACHGR, HIDALGUÍAS, sig, ant. 301-4-9