El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

lunes, 16 de agosto de 2021

Concordia entre Cuenca e Iniesta (1460)

 

La presente es una carta de iguala y conveniencia entre los concejos de la ciudad de Cuenca y la villa de Iniesta. Su datación es de 18 de marzo de 1460, aunque se trata de un traslado de 1566. Se trata de una imposición de don Juan Pacheco, marqués de Villena, a la ciudad de Cuenca, en cuanto imponía unas ordenanzas alejadas del fuero de Cuenca para una villa, Inesta, que había formado parte como aldea de la tierra de esta ciudad. Entre los representantes iniestenses que acuden a la iguala varios conversos al servicio de don Juan Pacheco como Diego González de Ocaña, los hermanos Zaragozano o Álvaro Platero. 


“En la noble çibdad de Cuenca a veinte e un días del mes de setienbre, año de mill e quatroçientos e sesenta e un años, este día dentro en los palaçios del muy rreverendo y maestro padre el señor don Lope de Barrientos obispo de la dicha çibdad, estando ende juntos con el dicho señor obispo el noble cavallero Juan Hurtado de Mendoça guarda mayor de la dicha çibdad de Cuenca e su tierra e Gonçalo Martínez de la Muela e Gonçalo de Beteta rregidores e Juan de Molina boz e voto de corregidor que al presente tiene cargo del rregimiento de la dicha çibdad e Fernán Alfonso e Perálvarez de Toledo rregidores del número de los rregidores de la dicha çibdad en presençia de mí Luys de Chinchilla escrivano público de la dicha çibdad de Cuenca y escrivanos del conçejo della e de los testigos yuso escriptos paresçió presente Alonso Martínez Çaragoçano vezino de la villa de Yniesta e presentó ante los dichos señores e por ante mí el dicho escrivano una carta de poder e procuraçión signada de escrivano público e una escriptura de determinación e yguala, otros de escripto de rrazones el thenor del qual uno en pos del otro es este que se sigue e dize ansí:

En la villa de Yniesta catorze días del mes de setienbre año del salvador de nuestro señor Ihesucristo de mill e quatroçientos (sesenta) e un años este día ante el honrrado Juan Garçía de Mari Vellosa alcalde hordinario en la dicha villa por nuestro el señor marqués de Villena e en presençia de mí Juan de Yniesta escrivano de nuestro señor el rrey e su notario público en la su corte e en todos los sus rreynos e señoríos e escrivano público en la dicha villa de Yniesta e de los testigos yuso escriptos paresçio Alonso Martínez Çaragoçano vezino de la dicha villa  e en nonbre e como procurador que es del conçejo e ofiçiales omes buenos de la dicha villa e presentó e por mí el dicho escrivano e la fizo ante el dicho alcalde una carta de conpusiçión e convenençia que es entre el conçejo cavalleros escuderos ofiçiales e omes buenos de la çibdad de Cuenca e desta dicha villa de Yniesta escripta en papel e sygnada de escrivano público según que por ella paresçía su thenor de la qual es este que se sigue

E así fecho e sacado la cabeça de la dicha escriptura según que de suso se contiene yo el presente escrivano en cunplimiento del dicho mandamyento de los señores alcaldes saqué aquí el traslado del capítulo presentado por por parte del dicho conçejo de Yniesta e del dicho Pedro Rodríguez  hasta la suscriçión del dicho Juan de Yniesta escrivano según que por ella paresçía es esta que se sigue

E después de lo susodicho en la dicha çibdad de Cuenca diez y ocho días del mes de março del dicho año de mill e quatroçientos e sesenta años este día estando junto el conçejo justiçia e rregidores e cavalleros y escuderos ofiçiales e omes buenos de la dicha çibdad dentro de las casas de los ayuntamientos que son en la plaça mayor de la dicha çibdad a voz de pregón según que lo an de uso e de costunbre de se juntar estando ende en el dicho conçejo los honrrados el bachiller Juan Sánchez de Belmonte alcalde en la dicha çibdad por el corregidor Pedro de Ulloa e Álvaro Cabeça alguazil en la dicha çibdad por el dicho corregidor e Lope de Alarcón e Fernán Alfonso de Guadalajara e Gonçalo Martínez de la Muela e Juan Sazedón rregidores e Juan de Molina boz e boto de corregidor que al presente tiene cargo del rregimiento de la dicha çibdad e Gonçalo de Veteta e Garçía de Alcalá e Alfonso del Castillo rregidores del número de dicha çibdad e Juan de Vascuñana e Diego de Montoya e Juan Alonso de Montemayor e Alfonso Rodríguez de Huete e Fernando de Teruel hijo de Juan Sánchez de Teruel e Pedro de Huete e Hernán de Molina rreçebtor e Juan Gil e Pedro de Alcoçer hijo de Juan Díaz e otros pieça de gente quantos y quisieron venir al dicho conçejo en presençia de mí Luys de Chinchilla escrivano público del dicho conçejo e de los testigos yuso escriptos el dicho conçejo justiçia e rregidores e dixeron que por quanto el dicho Gonçalo Martínez avía fecho e fizo en nonbre de la dicha çibdad çierta yguala e convenençia con Juan Sánchez Rebolloso e Diego González de Ocaña vezinos de la villa de Yniesta por virtud de los poderes que tenían de la dicha villa en la qual dicha yguala e convenençia se contenía que los vezinos e moradores de la dicha çibdad e su tierra no pudiesen entrar en el término de la dicha villa de Yniesta a cortar leña ni madera ninguna e ansimismo que los vezinos de la dicha villa de Yniesta no pudiesen entrar en tierra e términos de la dicha çibdad de Cuenca a cortar leña ni madera ninguna como quier que los ganados así mayores como menores de los vezinos de la dicha çibdad e su tierra pudiesen e puedan entrar en el término de la dicha villa de Yniesta a paçer las yerbas e montes e bever las aguas corrientes e los ganados de los vezinos de la dicha villa de Yniesta pudiesen entrar en términos de la dicha çibdad a paçer las yerbas e montes e bever las aguas corrientes según que más largamente en la dicha yguala e convenençia de suso meçionadas e contiene por ende dixeron que viendo e conociendo que la dicha yguala e convenençia está bien ansy para la dicha çibdad como para la dicha villa de Yniesta por ende que la aprobavan por buena e bien fecha e mandavan e mandaron que fuese e sea guardada de aquí adelante según que en ella se contiene e contra el thenor e forma della no vayan ni pase agora ni en algún tienpo ni en alguna manera ni rrazón que sea poniendo pena sobre e acerca dello cualquier vezino de la dicha villa de Yniesta que entrare a cortar leña o madera e la llevar de tierra e términos de la dicha çibdad e fuere tomado por los cavalleros de la syerra de la dicha çibdad o por la persona o personas que la dicha çibdad pusiere sobre ello en guarda que por cada una carga que ansí sacare pague de pena trezientos maravedís e si la dicha leña o madera llevare e sacare en carretas que por cada carretada pague de pena seysçientos maravedís desta moneda usual corriente en Castilla que dos blancas hazen un maravedí. Otrosi que qualquier pastor o pastores que entraren con ganados de qualesquier vezinos de la dicha villa de Yniesta en tierras e términos desta dicha çibdad se fallaren en qualquier manera que a cortado o cortare leña de carrasca o de pino de más e allende de la leña en la dicha yguala e convenençia contenida que por cada pie de carrasca o de pino que ansí cortare que pague çient maravedís de pena e si desmochare carrascas o pinos que por cada uno de ellos pague de pena ochenta mrs. e otrosi si que qualquier vezino de la dicha villa de Yniesta ansí pastor como otra qualquier persona que entrare a coger e cogiere en tierra e término de la dicha çibdad esparto o cañas e gamones o escobas que por cada vegada que ansí entrare a coger e cogiere estas dichas cosas o alguna dellas que pagare çient maravedís de pena por cada vegada que fuere tomada la tal persona o personas. Testigos que fueron presentes en el dicho conçejo a lo susodicho Françisco Sánchez de Bólliga  escrivano e Juan Gil e Fernando de Molina rreçeptor vezinos de Cuenca e yo Luis de Chinchilla escrivano público de la noble çibdad de Cuenca e escrivano del conçejo della fui presente a todo lo susodicho en uno con los dichos testigos e de rruego del dicho Gonçalo Martínez e otorgamiento del dicho conçejo este público ynstrumento de yguala e convenençia e la aprovación della según que ante mí  pasó fise escrevir el qual va escripto en una plana desta otra parte contenida de esta hoja de papel de pliego entero escripta de amas partes e fondón de cada plana, va una marca de tinta que yo acostunbro fazer por ende fize aquí este mio signo a tal en testimonio Luis de Chinchilla va escripto en esta suscriçión o diz escrevir vala e yo Benito Martínez de la Parra escrivano de nuestro señor el rrey e su notario público en la su corte e en todos los sus rreinos e señoríos fuy presente a la dicha yguala e convenençia en uno con los dichos testigos e de rruego e pedimento de los dichos Gonçalo Martínez e Juan Sánchez Bólliga e Diego Gonçález esta yguala escreví según que ante mí pasó la qual va escrita en una plana desta otra hoja desta otra parte contenida e en fin de la dicha plana va señalado de la una rrubrica de las de mi nonbre e por ende fize aquí este mío signo en testimonio de verdad Benito Martínez escrivano e presentada e leída la dicha carta el dicho Alfonso Martínez en nonbre del dicho conçejo dixo que por quanto el dicho su parte se entiende aprovechar de la dicha carta de convenençia e avía rreçelo que llevándola o enviándola algunos lugares donde entendía que hera conplidera al derecho del dicho conçejo la dicha carta se podría perder por agua o por fuego o por rrobo o por otro caso alguno fortuyto e ynopinable de lo qual se podía rrecreçer daño al dicho conçejo su parte e a él en su nonbre por ende que pedía e pidió al dicho señor alcalde que de su ofiçio hordinario dé liçençia e autoridad a mí el dicho escrivano para que la dicha carta original de convenençia faga o mande fazer un traslado dos o más tales e quantos menester fueren nesçesarios e quando ansí hazer haría bien e derecho e lo que es tenido en otra manera que protestava e protesto que por si esta causa mal e daño se rrecreçiere al dicho conçejo o la dicha carta se perdiere que el dicho alcalde e sus bienes sea tenido a todo ello y demás aver y cobrar del dicho alcalde e de sus bienes todas las costas e daños y menoscabos que so a esta rrazón se rrecreçiere al dicho conçejo su parte e a él en su nonbre e de cómo lo dezía que lo pedía por testimonio e luego el dicho alcalde tomó la dicha carta de conpusiçión e convenençia en sus manos e vídola sana e no rrota ni cançellada ni en alguna parte sospechosa por ende dixo que mandava e mandó a mí el dicho escrivano que la dicha carta original de conpusiçión e convenençia saque e mande sacar mandar un traslado o dos o más quantos el dicho conçejo cunpliere e menester fuere e que al traslado o traslados que yo ansí sacare o fiziere sacar que fueren signadas de mi signo, dixo que ynterponía e ynterpuso su decreto e autoridad en ella que con derecho podía e devía para que valan e fagan fee en cualquier lugar que paresçiere bien ansí e tan cunplidamente como valdría e faría fee la dicha carta de conpusición e convenençia mesma originalmente paresçiendo, testigos que fueron presentes al dar de la dicha autoridad del dicho alcalde Fernán López del Castillo tundidor e Álvaro Platero e Juan Martínez de … e Fernando de Sevilla vezinos de la dicha villa de Yniesta otros que vieron leer e concordar este dicho traslado con la dicha carta de conpusiçión e convenençia  original donde este traslado fue sacado Alonso Martínez Zaragozano e Jaime Zaragozano e Álvaro Platero vezinos de la dicha villa de Yniesta”



ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS, 5396-5


sábado, 14 de agosto de 2021

San Pablo en Iniesta

 Los pueblos viven de sus leyendas que embellecen su pasado histórico y esta es una de ellas. La de San Pablo predicando en la villa de Iniesta en el año 60, acompañada de otros relatos míticos del origen del pueblo:

"La antigüedad de esta villa está confirmada con la autoridad de Plinio que queda referida y el curioso que quiera leerla registre a Ambrosio Calepino en la palabra Egelasta Egelaste. Aparece de dicha autoridad que en tiempo de este naturalista era Iniesta celebrada de sal gema y mucho antes pues el jam predem lo manifiesta claramente. Tucídides al folio 137, libro 6, capítulo 1, dice que los Iberios sicanos echados de su tierra por los ligios se acogieron en Sicilia y los troyanos después de la toma de Troya por los troyanos se vinieron con los sicanos en Sicilia y a unos y a otros les llamaron elianos y formaron dos ciudades los troyanos la de Erix y los sicanos la de o falta quien discurra que el río Sicano es el Júcar que esta cinco leguas de Egesta o Iniesta y que Iniesta era la principal población de dichos sicanos por lo que dieron a su nueva ciudad el nombre de Egesta, ello es que Egena y Egelasta dicen entre sí cierta analogía de voces que deja cierta verosimilitud a lo arriba referida.

Ello es que no se puede asegurar su fundación y si el que 500 años ante de la venida del Mesías ya estaba fundada Iniesta. Tiene un castillo arrimado, formado de tierra a la parte de poniente, según su construcción es obra de los sarracenos. Solo hay ilesa una atalaya también de tierra junto a la plaza pública obra de los mismos sarracenos de un cuadro perfecto y sus paredes de hermoso nivel y sirve de reloj público. Las armas son un castillo sobre dos ramas de retama y una corona sobre el castillo y dos leones al lado y todo en un cuartel de campo encarnado. Con que motivo se concedieron estas armas lo ignoro. Ello es constante que Ginesta Gineste significa la retama, el término de esta villa abunda mucho de este arbusto en tiempos pasados, el crítico deduzca lo que le parezca.

Se asegura por tradición que el apóstol San Pablo estuvo predicando el Evangelio en Iniesta por el año 60 de Jesucristo


Barchín del Hoyo según Tomás López (1787)

 La villa de Barchín del Hoyo, llamada así por estar situada en un hoyo o barranco, cercado por todas partes por una colina de cerros. No hay memoria ni tradición del tiempo en que se fundó, pero acreditan su mucha antigüedad las ruinas de un castillo que permanecen hoy a distancia de un cuarto de legua del pueblo, al que se condujeron de dichas ruinas dos piedras de bastante magnitud, que existen a las puertas de un vecino colocadas en tierra para que sirvan de poyo o asiento y en una de dichas piedras se advierte claramente esculpida la efigie del dios Príamo, que se conoce ser esta mentida deidad por el disforme miembro viril. Asimismo un testero de la iglesia parroquial es de fábrica muy antigua, que manifiesta haber sido castillo o iglesia de la gentilidad, como también los cimientos y paredones contiguos a dicha iglesia fabricados de aquella mampostería de argamasa que se encuentra en muchos sitios de España. Es habitada esta villa por doscientos diez y ocho vecinos, la mayor parte labradores y cuadrilleros de cabañas reales. Solo hay dos casas antiguas y nobles que la ilustran, que son los Pereas y Padillas. Es propia esta villa de la Corona real y corresponde a la villa de San Clemente como la cabeza de su partido, desde Barchín a esta hay siete leguas y ocho de la ciudad de Cuenca, capital de la provincia. La advocación de su parroquia es Nuestra Señora de la Asunción; hay extramuros cuatro ermitas: una del arcángel San Miguel, otra de San Roque, otra de la Virgen del Espino y otra de San Cristóbal. Tiene además treinta vecinos de su jurisdicción en el lugar de Valverdejo, cuyo corto pueblo es mixto con cuarenta del marquesado de Villena, pero unos y otros son feligreses de la matriz de Barchín de donde dista una legua. Es abundante de agua, pues apenas se halla casa en la que haya pozo manantial potable y a la superficie de la tierra lo que les facilita a los habitantes tener como tienen cada uno en su casa un huerto. Pero sobre todo las aguas no solo de este pueblo, sino también de todo el país es superior y de una santa delicadeza y agrado al gusto muy saludable la que viene al pueblo por un encañado que baja de una sierra y la toman fácilmente por un caño de bronce sus vecinos. Los frutos son trigo, cebada, centeno, avena, escaña, guijas, garbanzos de superior calidad aunque se cojan en tierras que carezcan de beneficio de basura, aceite bastante para el consumo el pueblo también muy singular, algún vino y azafrán. Hay en esta villa muchas fábricas de vidriado de barro tan singular para cocer al fuego que lo conducen y se vende con mucha estimación aun en la ciudad de Cuenca, sin embargo de haber allí muchas alfarerías y lo que más se ha llevado a Talavera de la Reina y otras ciudades y villas del Reino. Los pueblos más inmediatos son a oriente Gabaldón y Almodóvar del Pinar ambos a dos leguas, al mediodía la Motilla del Palancar a tres leguas, y Valberdejo, una, al poniente Buenache de Alarcón otra legua y al norte Piqueras dos leguas. Tiene o comprende este término de oriente a poniente cinco cuartos de leguas y está poblado de pinos, robles, enebros, sabinas y romeros.

No hay otra cosa digna de notar ni comunicarse y para cumplimiento a lo que se me manda por el Ilustrísimo señor obispo de Cuenca, mi señor, lo firmo en Barchín del Hoyo a tres de abril de mil setecientos ochenta y siete años


Don Julián Nohales Montoya


BNE, Mss. 7298

miércoles, 11 de agosto de 2021

A vueltas con el escudo de Iniesta

 

"Las armas son un castillo sobre dos ramas de retama y una corona sobre el castillo y dos leones al lado y todo en un cuartel de campo encarnado. Con qué motivo se concedieron estas armas lo ignoro, ello es constante que ginesta ginestae significa la retama, el término de esta villa abunda mucho de este arbusto en tiempos pasados, el crítico deduzca lo que le parezca" (Tomás López, 1792)


El escudo supra se corresponde con el dibujado en el Diccionario Geográfico de Tomás López en 1792. recoge los viejos símbolos de la villa; la retama como origen del toponímico de la villa y el tradicional castillo. No obstante, su descripción es diferente al escudo de la villa que se situaba en el rollo o picota de la villa que nos describen las Relaciones Topográficas, más cercano a un pueblo que exhibe las armas de don Juan Manuel. Si bien las Relaciones Topográficas hace mención a la procedencia del nombre del pueblo en la planta de la retama: "Ginista, latín, Ginistra, gálico e itálico e Iniesta, Yspane", también reconoce a la hora de presentar las armas del pueblo la existencia de un escudo en el rollo o picota, que recoge las armas de los Manuel: "un castillo y una ala y una espada como levantada".

Las primeras noticias que tenemos de Iniesta es un diploma de Alfonso X, de septiembre de 1255, que concede la aldea de Iniesta, la que está en Montearagón, a la ciudad de Cuenca, con los términos "como los ouo este lugar sobredicho en el tienpo que ella e las otras villas con que parte términos eran de moros" y con la obligación de "tener el castiello poblado para sienpre". Dos años antes, en agosto de 1253, desde Sevilla, el mismo rey había concedido al concejo de Iniesta el fuero de Cuenca para que se rigiera por él, según  la transcripción que Tomás López hizo del privilegio original que se conservaba en el archivo del concejo. La donación de Iniesta como aldea a Cuenca se plantea tras un periodo de indefinición de las fronteras al sur de Alarcón por las amenazas musulmanas todavía en la primera mitad del siglo XIII, hasta la conquista de Albacete en 1241 y Chinchilla un año después. Será entonces cuando se empieza a definir políticamente este espacio, a costa del concejo de Cuenca que ve frenada su expansión hacia el sur. La indefinición que mantendrá en el futuro como parte integrante de la tierra de Cuenca  e integrada también en el marquesado de Villena, parte de esta época, pues si en 1255 es integrada en Cuenca, a comienzos del siglo XIV es integrada por don Juan Manuel en sus dominios. 
Sabemos por los estudios de Aurelio Pretel que hacia 1320, coetáneamente a Castillo de Garcimuñoz o La Roda, Iniesta recibe de don Juan Manuel términos jurisdiccionalmente diferenciados y, lo que es más importante, el fuero de las Leyes, que hemos de presuponer en su versión de Fuero de Sevilla. Estas concesiones solían ir ligadas a la concesión de villazgo y fueron muy comunes en otras villas, cuando se las intentaba desgajar de una determinada tierra, generalmente de tierras como la de Alarcón o la de Cuenca que se regía por fueros propios pertenecientes a los fueros de frontera. Es en este sentido que se entiende mejor el escudo con las armas de los Manuel en el rollo o picota existente en su plaza, un símbolo de la plena jurisdicción civil y criminal, el mero y mixto imperios y, en suma, el villazgo. Dichas armas no debían ser del agrado de una república pechera, que se alzó contra el marqués de Villena y defendió su carácter de villa de realengo. Por esa razón, no es de extrañar que Iniesta hubiera renegado del escudo con las armas de los Manuel en su plaza y lo hubieran intentado quitar y raer cuando ya se redactan las Relaciones Topográficas en 1575. Se debió pergeñar entonces la idea de unas nuevas armas que mantenían el castillo, ese mismo que la concesión de Alfonso X obligaba a poblar para siempre y añadía la retama, un matorral mediterráneo dominante en la zona y al que los contemporáneos daban por hecho que se debía el nombre del pueblo, si es que no es leyenda inventada en el contexto de buscar unas armas diferenciadas de los Manuel.

Tomás López, BNE, mss. 7298,
Relaciones Topográficas de Felipe II. FR,RAH,R-1/24 / Relación de Iniesta

AURELIO PRETEL y MIGUEL RODRÍGUEZ LOPEZ: El señorío de Villena en el siglo XIV, IEA Don Juan Manuel, 1998, pp. 48 y 116.


domingo, 8 de agosto de 2021

Pedro Hernández e Isidro, pasajeros a Indias de Iniesta

 En veynte de jullio se rregistró Pero Hernández hijo de Antón Martín y Juana Sánchez, su muger, vezinos de Ynesta, el qual pasa en la nao de que es maestre Diego Rrodriguez pepino

Este día se rregistró Hesidro, hijo de Pero Hernández y de Catalina López su muger vezinos de Hinesta, el qual pasa en la nao de que es maestre Diego Rodríguez pepino


Archivo General de Indias, CONTRATACION,5536,L.1,F.266(3)


20 de julio de 1513

Diego de Lorca, pasajero a Indias de Iniesta

 Diego de Lorca, hijo de Jorge de Lorca y de María Alarcón, vezino de Yniesta pasó a Tierra firme en la nao que es maestre Bartolomé Alonso, juraron por el Martín Romero de la dicha villa y Jaime de Torregrosa, vezino desa dicha villa que lo conosçen y no es de los proybidos

Martín Romero, hijo de Hernando Romero y de Mari Merca, vezino de la dicha villa, pasó a Tierra Firme, en la dicha nao, juraron por él, el dicho Diego de Lorca y el dicho Torregrosa que los conosçen y que no es de los proybidos.


Archivo General de Indias, CONTRATACION,5536,L.5,F.106R(6)


11 de mayo de 1538

martes, 3 de agosto de 2021

LA BATALLA O BATALLAS COMUNERAS DE EL CAÑAVATE

 LA BATALLA, O BATALLAS, COMUNERAS DE EL CAÑAVATE

Las referencias a las Comunidades en la villa de El Cañavate son dos. En ambos casos, acontecimientos marcados por el derramamiento de sangre. Son dos momentos diferentes los narrados y la dificultad es situar en el tiempo uno de ellos. En cualquier caso, para contextualizar el movimiento comunero de El Cañavate es necesario partir de la generalidad del movimiento comunero y el carácter subversivo y antiseñorial que alcanzó en el marquesado de Moya, extendido y retroalimentado a todas las villas de señorío del sur de Cuenca y a las de realengo. La lista de pueblos es interminable. De señorío, Albaladejo del Cuende, Olmeda del Rey, Altarejos, Valera de Yuso, Santa María del Campo, El Provencio y los pueblos del marquesado de Moya; de realengo, prácticamente, todos los pueblos de lo reducido del marquesado de Villena, desde El Pedernoso o Las Pedroñeras a Motilla, El Peral y Gabaldón (y noticias vagas, por concretar, en Villanueva de la Jara, y la participación organizada, estructurada política y militarmente de San Clemente y El Cañavate, por un lado, e Iniesta y Requena, por otro.
En el Cañavate, sucedieron dos grandes batallas, de desigual signo. Creemos que ambos enfrentamientos fueron parejos a los sucesos de la vecina Moya y suceden en el momento final de la guerra de las Comunidades. Quizás haya que plantear una solidez del movimiento comunero en tierras conquenses del marquesado de Villena, que sobrevive a la derrota comunera de los moyanos en Carboneras de Guadazaón de 14 de noviembre, que ayuda a los comuneros moyanos a recuperar la iniciativa a comienzos de febrero del año siguiente y expulsar de nuevo a su señor Juan de Cabrera. Aunque en ese invierno de 1520 a1521, los documentos apuntan a que El Cañavate, (una vez más, como en la guerra del marquesado de 1480, puerta de acceso a las fortalezas de Alarcón y Castillo de Garcimuñoz) devino en enclave imperial, seguramente tras la primera derrota comunera de Moya en noviembre (pues en la semanas anteriores El Cañavate es comunero y ayuda a la rebelión santamarieña contra los Castillo Portocarrero), con la presencia de un destacamento de seis o siete compañías de soldados, al menos así era a comienzos de febrero de 1521, cuando estas tropas son desbaratadas por comuneros llegados de todo el marquesado de Villena. Las Relaciones Topográficas de El Cañavate narran los hechos cincuenta años después: los soldados imperiales son derrotados. Muertos unos y heridos y presos otros son llevados desnudos a comienzos de febrero, en un gélido invierno, hasta Vara del Rey. Esta primera batalla de El Cañavate sucede a comienzos de febrero, coincidiendo con la segunda toma comunera de Moya. Hay una segunda batalla de El Cañavate, de signo adverso para las fuerzas comuneras, que nos arriesgamos a situar un mes después, en marzo de 1521, según narran las relaciones de Gabaldón y coincidiendo con la derrota comunera en Moya. Los comuneros huyen en desbandada ante el acoso imperial para acudir a refugiarse en El Cañavate, comunero desde febrero de 1521. La matanza imperial es atroz, tiñéndose de rojo las aguas del río Rus con los cuerpos de los comuneros muertos.
En noviembre la represión del movimiento comunero en Moya correspondió al señor de Valverde Jorge Ruiz de Alarcón, apoyado por cuatrocientos soldados imperiales desembarcados en Alicante y apoyados por artillería. En marzo, el que derrota a los moyanos es el corregidor Cárdenas y la ciudad de Cuenca. Igual derrota sufrirían los comuneros del sur de Cuenca, esta vez del gobernador del marquesado de Villena Juan Hurtado de Mendoza, que toma San Clemente. Aun así, el fervor anticomunero de las villas del marquesado de Villena fue escaso: los Herreros son incapaces de reclutar hombres en la villa de San Clemente para ayudar al prior de San Juan para derrotar los focos comuneros tras Villalar y es conocido el poco entusiasmo de las gentes del marquesado de Villena en la represión de las Germanías.

sábado, 31 de julio de 2021

Bienes propios de Villanueva de la Jara y propiedades de vecinos (1571)

 

Censo de 1500 ducados tomados al mercader de Cuenca Juan de Moya para el abasto de panaderías. Tomado del mercader Juan de Moya en 1571 (seis de agosto)

 

Bienes propios hipotecados de Villanueva de la Jara (mil ducados anuales)

·        Casas de morada que son del ayuntamiento y alindan de la una parte con casas de Francisco López de Tébar y de la otra parte con casas de Pedro López de Tébar, su hermano,  y por las otras partes con las calles públicas

·        Molinos harineros de seis ruedas. Con su caz y socaz, llamados de los Nuevos en la ribera del río Júcar. Rentan 500 ducados anualmente.

·        Seis hornos de pan cocer: en la calle del camino de Iniesta, de la Concepción, el de Pedro García, el del camino de San Sebastián, el de las casas de Andrés Bravo y el que está cerca de las casas de Juan Poblete

·        Dos hornos de pan cocer en Casasimarro

·        Dos hornos de pan cocer en el lugar de Gil García

·        Un horno de pan cocer en el lugar de Madrigueras

·        Heredamientos de tierras de pan llevar de más de tres yuntas en la ribera del Júcar, término de Alarcón. En el sitio denominado Presa Lagante. Renta veinte ducados

·        Un sitio de molinos harineros y edificio de casas en el Vado del Parral, ribera del Júcar. Dichos molinos los tiene en compañía de la ciudad de Chinchilla y herederos de Francisco del Castillo.

·        Escribanía pública de la villa.  Se arrienda por doscientos ducados

·        Rentas de la almotacenía y corredurías

·        Censos y bienes que la villa tiene dados a censo

Bienes de los regidores hipotecados.

 Julián Alcócer, que posee casas en Villanueva, 1100 vides en la cañadilla de don García y casas, heredamiento y viñas en Campillo de Altobuey.

Juan García de Olmeda: Casas en Villanueva de la Jara, alindes de Pedro Clemente y María Brava. Seis mil vides en los Rubielos, alinde de Julián de Enguídanos y Cristóbal Lozano, cien almudes en las labranzas de los Rubielos (término de la Jara). Hacienda valorada en mil quinientos ducados.

Ginés Rubio: Casas principales en Villanueva de la Jara, alindes de Julián de Córdoba y Alonso López. Cinco mil vides y trescientas olivas en el Rubial, alindes del bachiller González y Juan de Palacios. Valoradas en mil ducados.

Agustín de Valera:  mil quinientos almudes y nueve mil viñas con árboles y viñas en los términos de las Escobosas, todo en una pieza, jurisdicción de Alarcón, alindes con tierras de Francisco de Ruipérez, Antón Martínez, Juan Sánchez de Ruipérez y Antón Granero. Valoradas en cuatro mil ducados.

Fernando de Utiel: Un majuelo de seis mil vides y cuatrocientas olivas en el camino de Alarcón, alinde de Julián González y Pedro López de Tébar, y quinientos almudes de tierras en las labranzas de esta villa y de El Peral, en la Burrueca, alinde de tierras de Lorenzo Borgoño y herederos de Alonso Saiz de Pozoseco y el camino real que va de esta villa a La Motilla. Unas casas principales. Valoradas en dos mil ducados.

Juan de Villena: Unas casas principales en Villanueva de la Jara, alindes de Brígida de Villena y el licenciado Laredo. Un molino de aceite alinde de Juan López y Pedro de Monteagudo mayor. Doscientos almudes de tierra en la hoya de la Moheda, alinde de majuelo de Tomás Clemente, Lope García y el camino real. Valoradas en dos mil ducados.

Benito del Cañavate: Casas principales en Villanueva de la Jara, alindes de Julián de Alcócer y herederos de Pedro Pardo. Doscientos almudes de tierra en la aldea que dicen Casas de María Simarra, alinde de Pedro de Monteagudo, Juan López, Alonso de Ruipérez, y un majuelo de siete mil quinientas vides y quinientas olivas, alinde de Pedro de Arostegui y Alonso García. Valoradas en mil ducados.

Gregorio Clemente:  Unas casas principales en la villa de Albacete, alinde de casas de Alonso de la Jara y la viuda de Cristóbal Carrasco. Un cercado de dos mil vides con un palomar, alindan con Benito Molina y Benito Quesada y el camino real. Otra viña de dos mil vides en término de la dicha villa de Albacete en el pago nuevo. Valoradas en mil ducados.

Andrés Sánchez del Pozoseco: unas casas principales en la villa, alinde de herederos de Spínola y herederos de Amador García. Cuatro mil vides y algunas olivas, alinde de Gallardo Borgoño y herederos de Tomás García. Valoradas en quinientos ducados.

Antonio de Córdoba: Casas principales en esta villa, herederos de Sebastián García y Miguel Saiz Barriga. Un majuelo de ocho mil vides en las Escobosas, alinde de Agustín Valera por todas partes. Valoradas en quinientos ducados.

Llorente López de Tébar: casas principales, alinde de Pedro de Monteagudo mayor y Pedro de Aroca. Una heredad de quinientos almudes en Villar de Mingo Pérez, alinde de la dehesa de Alarcón y la mojonera y término de Jorquera. Valoradas en dos mil ducados.

Mateo García: Unas casas principales en la villa, alinde de Pedro de Monteagudo y Benito Gómez. Doce mil vides con quinientas olivas, alinde de Gerardo Borgoño y el camino real que va hacia la Motilla y cien almudes de tierras en el alto del Pozoseco. Valoradas en mil ducados.

Juan López de Gaspar López: unas casas en Villanueva. Un haza cebadal de trece almudes en la Cañada y otros cincuenta almudes de tierras en la Muela. Valoradas en cuatrocientos ducados.

Juan Gómez de Barchín: Unas casas alinde del bachiller Pardo y Juan López. Valoradas en cien ducados. Doscientos ducados de valor.

Antón López del Castillo: Unas casas de morada en la villa y cuatro mil vides en los vallejos de Lope García, alinde de montes llecos.

 

 

 

Concejo de Villanueva de la Jara agosto de 1571

Alcaldes ordinarios: Juan García del Olmeda y Ginés Rubio

Regidores perpetuos: Agustín de Valera, Hernando de Utiel, Lorente López, Mateo García, Juan de Villena, Benito de Cañavate, Gregorio Clemente, Andrés Sánchez del Pozoseco, Antonio de Córdoba y Julián de Alcocer

Alguaciles mayores: Juan Gómez de Barchín, Antón López del Castillo.

Juan López: fiel ejecutor

 

La carta de censo de bienes los debo al documento original aportado por Julia Toledo

 

AHPCU, PROTOCOLOS, BARTOLOMÉ JIMÉNEZ, fols. 308-339

martes, 27 de julio de 2021

Bienes propios de Alarcón y propiedades de vecinos (1571)

 El concejo de Alarcón toma a censo mil ducados para la compra de pan del mercader Juan de Moya, vecino de Cuenca, con un interés de 14 al millar (7%). Previamente, el concejo de Alarcón ha obtenido licencia real el 17 de octubre de 1571, motivándose en la esterilidad de ese presente año y los años precedentes, para tomar dos mil ducados a censo para el alhorí, pero el marqués autorizará la mitad de esa cantidad. El censo es de fecha 13 de noviembre de 1571


Bienes propios del concejo de Alarcón hipotecados

Dehesas

  • Dehesa de Villar de Mingo Pérez, renta 195000 mrs. anuales
  • Dehesa de la Talaya, renta 42500 mrs. anuales
  • Dehesa del río Gascas, 15000 mrs. anuales
  • Dehesa de Valverdejo, 15000 mrs. anuales
  • Dehesa del Pozoseco, 40000 mrs. anuales
  • Dehesa del Vado del Parral, 62000 mrs. anuales
  • Dehesa de Villalgordo, 30000 mrs. anuales
  • Dehesa del Monte, 37500 mrs. anuales
Dos ruedas molinos en el Henchidero, bajo la fortaleza, en la ribera del río, extramuros. 200 fanegas de trigo anuales

Bienes de particulares hipotecados

Juan Ludeña de Haro
  • Casas en Alarcón, linderas de las de Fernán Vázquez Ramírez Garnica y Juan de Mora
  • Tres mil vides y 100 olivas. Linderas de Pedro Monteagudo y montes llecos
  • 800 almudes de heredad en Villar de Cantos, linderos de Hernán Vázquez de Haro y Diego de Haro
Pedro de Castañeda
  • Casas en Alarcón, linderas de las de su hermano Gabriel de Castañeda
  • Casas principales en Valhermoso
  • Cinco mil vides y dos mil almudes en Valhermoso, lindan con herederos de Antón Castañeda y Melchor Granero
Alonso de Olmeda
  • Dos pares de casas en Alarcón, linderas con las de Hernán Vázquez de Haro y Roque Villanueva. 
  • Otra parte de casas y cien almudes de heredad en Honrubia, aldea de Alarcón
Andrés de la Orden Quijano
  • Unas casas en Alarcón que lindan con las de su padre el bachiller de la Orden
  • Una viña de tres mil vides en la Olmedilla de Alarcón
  • Huerto y parral en la ribera del río Júcar
Andrés de Vizcarra, juez y alguacil mayor
  • Casas en Alarcón que alindan con la de su padre García Vizcarra
  • Tres mil vides en las viñas de Alarcón, lindan con las de Antón Saiz Granero y herederos de Juan Ramos
Bartolomé López, regidor
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en el camino que va a Barchín
Antón Saiz de Moya
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en la aldea de Olmedilla
Pascual Saiz Lázaro
  • Casas en Alarcón
  • Dos mil vides en Alarcón
Juan González Motejón
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides, linderas de Pedro de Moya y los cotos de la villa
  • Dos pares de casas en Olmedilla
  • Tres mil vides y una junta de heredad
Pedro de Cañaveras
  • Casas en Alarcón, linderas del bachiller Barreda
  • Tres mil vides en las viñas de la villa, linderas de Pedro de Ruipérez, en el camino que va de las Tejeras a Valhermoso
Juan de Beléndez, escribano
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en las viñas de la villa
Hernán Vázquez de Haro
  • Casas en Honrubia
  • Tres mil vides en Honrubia
  • 600 almudes de un heredamiento en Honrubia
Pedro de Montoya
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en las viñas de la villa, linderas con viñas de Bartolomé López y Francisco de Buedo
Alonso Luis
  • Casas en Alarcón
  • Cinco mil vides en las viñas de la villa, linderos Miguel Luis, herederos de Julián Olmeda y camino de Barchín.
Gabriel de Castañeda
  • Casas principales en Alarcón
  • Una huerta en la ribera del Júcar, linda con un parral de Cristóbal de Lorca
  • Mil almudes de heredad en Valhermoso y unas casas
Gabriel de Mendoza
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en las viñas de la villa
Francisco de Cañaveras
  • Casas en Alarcón
  • Una rueda de molino en la ribera del Júcar, alinde de tres ruedas que son en una casa que es de María Pacheco y Hernando Espinosa
  • Tres mil vides en las viñas de la villa
  • Unas casas en Tarazona
Pedro de Moya
  • Tres pares de casas
  • Tres mil vides en las viñas de esta villa
  • -Dos pares de casas en la Olmedilla
  • Dos mil vides y cincuenta almudes de tierras de pan llevar en la Olmedilla
El bachiller Barreda Sacedo
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en las viñas de la villa
Francisco Martínez
  • Casas en Alarcón
  • Cuatro mil vides en las viñas de la villa, linderas con las de Vizcarra y Nicolás Berriz.
Antón Martínez Mayor
  • Casas en Alarcón
  • Dos mil vides en las viñas de la villa, linderas con viñas de Pascual Lucas
Esteban de Piqueras
  • Casas en Alarcón
  • Tres mil vides en las viñas de esta villa
  • Una huerta en la ribera del río Júcar, lindera de huertas de Gabriel de Soria y Cristóbal de Lorca el viejo
AHPCu, Protocolos. Bartolomé Jiménez, fol. 196-212.

El estudio de este documento ha sido posible gracias a la cesión de Julia Toledo




domingo, 25 de julio de 2021

MADRIGUERAS EN 1556

 


MADRIGUERAS en 1556

 

Madrigueras al igual que otros pueblos era heredera de los amojonamientos de 1481. El pueblo en término y jurisdicción de Villanueva de las Jaras, más allá de las casas era una isla rodeada por los términos de Alarcón. Esta indefinición jurídica la aprovechaban los moradores del lugar para dilucidar sus controversias. Tal fue el caso de Ginés García, que con el apoyo de la familia Aroca, en 1556, hirió al cura licenciado Ayora en el cementerio del pueblo. No hemos de pensar en el cementerio como lugar apartado, pues cementerio, iglesia y plaza con sus carnicerías eran espacios contiguos. No muy lejos estaba el llamado Pozo Hondo, origen del pueblo y la casa de Cristóbal Garrido, apellido que recuerda a la familia iniestense fundadora del pueblo. La plaza era lugar de encuentros y desencuentros y de tratos comerciales a la salida de misa de los domingos. Un testigo que vendía nabos nos dice que los hacía en una lonjeta, donde los hombres del pueblo se sentaban a hablar.

Ginés García era el ejemplo de agricultor acomodado. En el embargo de prendas que hizo la justicia no faltaban algunos ropajes de calidad, aunque lo que demostraba su riqueza era esas tres tinajas de cuarenta arrobas de vino, complementadas por la lana de su pequeño rebaño y pieles de sus cabras y el grano guardado en las cámaras de su casa de unas pequeñas explotaciones agrarias, así como un par de mulas de labor. Ginés tenía pastor a su cargo para cuidar su rebaño y tenía una joven criada para el cuidado de su casa. Ginés ya mostraba un gusto “pequeño burgués” de apego a la buena vida. A su ajuar se unía una vajilla que daba al hogar cierta aspecto de orden y comodidad: veintiséis escudillas valencianas, dos sartenes, una cuchara de hierro, dos asadores, tres picheles, uno de ellos de vidrio, mesa de ocho palmos y un banco de madera. Una sociedad de labradores con fuertes lazos de solidaridad familiares entre hermanos y cuñados, que por simple agregación de propiedades constituían grandes haciendas. Pedro García, hermano del anterior, tenía, en el momento de secuestro de sus bienes, cien fanegas de trigo rubión y cien de cebada, aparte de cuatro tinajas con treinta arrobas de vino cada una. A Ginés de Aroca se le secuestraron sesenta fanegas de trigo y otras tantas de cebada y centena y similar cantidad de vino. Al poder económico de los García-Aroca se unía su control de la vida política de Madrigueras. Pedro de Aroca el viejo ostentaba uno de los dos oficios de alcalde ordinario.

 

Ginés desconfiaba de la justicia de Villanueva, aunque en Madrigueras había un alcalde pedáneo con funciones judiciales menores, que llevó a cabo las primeras instrucciones del caso, haciendo probanza de testigos. Que el alcalde era autoridad respetada en el pueblo es muestra que, con motivo del retraimiento de Ginés en la iglesia para evitar ser apresado, fue capaz de contar con el apoyo de quince vecinos para actuar como guardas. Pero ni el alcalde pedáneo daba unidad a un pueblo dividido en dos. El escurridizo prófugo fue capaz de escapar de la iglesia para pasar a la ermita de Santo Tomé, estando situada en el llamado barrio de San Agustín, que caía en la jurisdicción de Alarcón. Era otro caso de pueblo creado en los momentos inmediatos a la guerra del Marquesado, con unos estrechos términos fijados a las casas existentes en 1480 y cuyo crecimiento posterior se había expandido por jurisdicción de Alarcón. Aunque lo más notorio era que Madrigueras tenía dos alcaldes ordinarios: uno para la jurisdicción ordinaria de la Jara, alcalde pedáneo muy dependiente de esta villa, y otro alcalde, aparentemente con una jurisdicción más autónoma, pero dependiente de Alarcón, para el barrio de San Agustín. Era tal el caos de jurisdicciones en el pueblo, que la madre de Ginés García, Catalina de la Jara, andaba por el pueblo gritando lo fácil que era matar a un clérigo, ya que en Roma absolvían por dos reales a los que mataban clérigos. De hecho, la justicia convivía con esa otra que imponían los hombres armados; Pedro Aroca y Andrés García, a caballo y con sendos arcabuces, habían facilitado la huida de la iglesia para pasar a la ermita de Ginés García. La de Madrigueras era una sociedad de clanes y los García-Aroca eran uno más, con una matriarca, Catalina de la Jara, que controlaba a todos, hijos y nietos, arremolinados todos en torno a unas casas aledañas en la calle que bajaba hacia la plaza del pueblo. Las diferencias del licenciado Ayora, un clérigo procedente de Belmonte, lo eran con el nieto Pedro de Aroca, pero la causa, unas cartas del clérigo a los suegros de Pedro de Aroca el mozo, la asumía como propia toda la familia. De hecho, el padre Pedro de Aroca el viejo intento agredir con un palo de retama al cura a su salida de la iglesia. No debemos despreciar estas organizaciones familiares, definidas por los contemporáneos como ligas y monipodios, al dominio económico y político de los pueblos se unía su imposición violenta por las armas. Ginés García sería liberado por sus hermanos y cuñados de la ermita de Santo Tomé, donde se presentaron a caballo, con arcabuces, espadas y hondas. Ni tampoco las alianzas familiares con otras familias. Una hermana de Ginés García estaba casada con el bachiller Clemente de Villanueva de la Jara y también relación familiar tenían los Aroca con el licenciado Cabronero de Iniesta, que facilitarían la acción militar de los García Aroca sobre la ermita de Santo Tomé, al facilitar, bajo testimonio de un notario apostólico que los guardas se alejaran treinta pasos del lugar sagrado de la ermita.

La mezcolanza de jurisdicciones era pareja a la diversidad de complicidades familiares y de intereses, hasta el punto de que el belmonteño Hernando del Pozo, hermano del licenciado Ayora, solicitaba la intervención de un alcalde de casa y corte, ya que los delinquentes son muchos e viven en diversas juresdiçiones. Aunque el Consejo Real se avino a derivar el caso a la justicia del marquesado y a su alcalde mayor Marquina, ante el que se presentó el licenciado Miguel Ayora con sus cuitas y contando el régimen de terror impuesto por los García Aroca del que era víctima, entre amenazas de matarlo en el mismo altar y acechando su casa.

Aparte de rencillas sobrevenidas, las diferencias tomaron un tinte ideológico. Los García Aroca, que dominaban los oficios concejiles del lugar, se presentaban como labradores que vivían de su trabajo, ligados de la tierra que los vio nacer y forjadores de la nueva población de Madrigueras. El licenciado Ayora era un intruso belmonteño, que vivía de las rentas de una iglesia que los naturales del pueblo habían construido. Ese carácter forastero pronto derivó a las acusaciones de judío, tal como reconocía el propio licenciado

A dicho que soy un judío ereje y que me a de quemar y echar fuego en mi casa e que hera un gavacho e otros muchos vytuperios

De las palabras se había pasado a los hechos con un Pedro de Aroca el mozo deambulando por el pueblo con un arcabuz de pedernal, cobijado bajo la capa. El primero que recibió las amenazas fue un tal Agustín, tenido por hijo ilegítimo del cura

Asy que vos puto judío todavía bueno que bueno yo os voto a Dios y a esta cruz e hizo con el dedo una cruz en la frente que os tengo de pegar fuego a vos e al puto bellaco judyo de vuestro padre y os tengo de quemar vivos

No sabemos si la acusación de judaísmo contra el clérigo era real o era simple aversión anticlerical a los clérigos, que, por lo demás tenían un comportamiento muy mundano. Cierto día, montados a caballo, aparecieron el cura Ayora y el cura de Tarazona, Pedro García, y las amenazas de Pedro de Aroca se volvieron a repetir: con estos judíos algún día tengo de hazer una hoguera, o esas otras de ir hasta Belmonte para matarlo en la casa del diablo donde se escondía o en el mismo infierno si era preciso.

La presencia del licenciado Miguel de Ayora en el pueblo se veía como intromisión intolerable en los asuntos locales. El cura no estaba solo en el pueblo, pues estaba acompañado de su hermano Nicolás de Ayora, también clérigo. Uno y otro no transigían con las acciones de los García-Aroca. Ya en 1551, el clan familiar se había propuesto salvar de la condena de cien azotes y galeras a un tal Fabián del Olmo, metiéndolo en sagrado, en la iglesia, para evadir la justicia, pero el cura lo impidió. La llegada del cura a Madrigueras debió asemejarse a la de un pequeño inquisidor dispuesto a acabar con el clima de degradación moral y falta de fe religiosa del pueblo. El cura debió ver en aquella Madrigueras de 1556 a la Sodoma bíblica rediviva: putas, amancebamientos, juegos, hechicerías y uso de hospitales para abuso de costumbres depravadas:

porque a echado putas públicas y a quitado amanzebamientos y mal casados y tablajerías y hechizerías y enjalmos ansy de las casas de Dios como son ospitales y otras casas del dicho lugar y le an ocupado que no predique en el pulpito segund que de todo lo pretende”

El cura Ayora llamaba a estos vecinos depravados como “perturbadores de repúblicas” en un claro intento de entrometer a la justicia civil en la preservación de las costumbres. Tal parecía que eso era posible hacia 1551, cuando el poder concejil de Madrigueras estaba en manos de la familia de los Garrido. El cura invocaba a los vecinos buenos que están en quietud y reposo. Las palabras del cura fueron recogidas por el alcalde Diego Garrido, que se comprometió a recorrer con su alguacil, provistos de varas de justicia, para reponer al pueblo en costumbres decorosas y cristianas. Al parecer las acusaciones contra el mencionado Fabián del Olmo venían por usar la iglesia para amancebarse con su mujer y como lugar de juego. El intento del cura de expulsarlo de la iglesia acabó en pelea con el joven que hacía de un camarín del templo su hogar provisional. Y es que los intentos de la autoridad de la iglesia de imponer el orden en el pueblo chocaba con las prácticas y costumbres de un pueblo alejado, donde faltaba autoridad. Las condenas del cura, procurando la excomunión del joven, y sus denuncias para condenarlo a galeras, chocaban en un pueblo que no conocía más ley que la particular de cada morador ni más moral que una total liberalidad de costumbres. Además, en el pueblo se condenaba la doble moral del cura, al que el joven Fabián del Olmo había espetado en la cara aquello de “otros, peores cosas hacen”.

 

AGS, CRC, LEG. 448-2