La villa de Barchín del Hoyo, llamada así por estar situada en un hoyo o barranco, cercado por todas partes por una colina de cerros. No hay memoria ni tradición del tiempo en que se fundó, pero acreditan su mucha antigüedad las ruinas de un castillo que permanecen hoy a distancia de un cuarto de legua del pueblo, al que se condujeron de dichas ruinas dos piedras de bastante magnitud, que existen a las puertas de un vecino colocadas en tierra para que sirvan de poyo o asiento y en una de dichas piedras se advierte claramente esculpida la efigie del dios Príamo, que se conoce ser esta mentida deidad por el disforme miembro viril. Asimismo un testero de la iglesia parroquial es de fábrica muy antigua, que manifiesta haber sido castillo o iglesia de la gentilidad, como también los cimientos y paredones contiguos a dicha iglesia fabricados de aquella mampostería de argamasa que se encuentra en muchos sitios de España. Es habitada esta villa por doscientos diez y ocho vecinos, la mayor parte labradores y cuadrilleros de cabañas reales. Solo hay dos casas antiguas y nobles que la ilustran, que son los Pereas y Padillas. Es propia esta villa de la Corona real y corresponde a la villa de San Clemente como la cabeza de su partido, desde Barchín a esta hay siete leguas y ocho de la ciudad de Cuenca, capital de la provincia. La advocación de su parroquia es Nuestra Señora de la Asunción; hay extramuros cuatro ermitas: una del arcángel San Miguel, otra de San Roque, otra de la Virgen del Espino y otra de San Cristóbal. Tiene además treinta vecinos de su jurisdicción en el lugar de Valverdejo, cuyo corto pueblo es mixto con cuarenta del marquesado de Villena, pero unos y otros son feligreses de la matriz de Barchín de donde dista una legua. Es abundante de agua, pues apenas se halla casa en la que haya pozo manantial potable y a la superficie de la tierra lo que les facilita a los habitantes tener como tienen cada uno en su casa un huerto. Pero sobre todo las aguas no solo de este pueblo, sino también de todo el país es superior y de una santa delicadeza y agrado al gusto muy saludable la que viene al pueblo por un encañado que baja de una sierra y la toman fácilmente por un caño de bronce sus vecinos. Los frutos son trigo, cebada, centeno, avena, escaña, guijas, garbanzos de superior calidad aunque se cojan en tierras que carezcan de beneficio de basura, aceite bastante para el consumo el pueblo también muy singular, algún vino y azafrán. Hay en esta villa muchas fábricas de vidriado de barro tan singular para cocer al fuego que lo conducen y se vende con mucha estimación aun en la ciudad de Cuenca, sin embargo de haber allí muchas alfarerías y lo que más se ha llevado a Talavera de la Reina y otras ciudades y villas del Reino. Los pueblos más inmediatos son a oriente Gabaldón y Almodóvar del Pinar ambos a dos leguas, al mediodía la Motilla del Palancar a tres leguas, y Valberdejo, una, al poniente Buenache de Alarcón otra legua y al norte Piqueras dos leguas. Tiene o comprende este término de oriente a poniente cinco cuartos de leguas y está poblado de pinos, robles, enebros, sabinas y romeros.
No hay otra cosa digna de notar ni comunicarse y para cumplimiento a lo que se me manda por el Ilustrísimo señor obispo de Cuenca, mi señor, lo firmo en Barchín del Hoyo a tres de abril de mil setecientos ochenta y siete años
Don Julián Nohales Montoya
BNE, Mss. 7298
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