San Clemente estuvo dividido en cuatro cuarteles o barrios en la Edad Moderna, que de izquierda a derecha y de arriba a abajo son CRUZ CERRADA, SANTA QUITERIA, ROMA Y SAN FRANCISCO.
Friday, February 28, 2025
¿POR QUÉ ESTA DIVIDIDO SAN CLEMENTE EN CUATRO CUARTELES O BARRIOS HISTÓRICAMENTE?
Monday, February 24, 2025
VILLARROBLEDO (1631)
Las crisis cerealista iba acompañada de apuestas arriesgadas y la decantación por el cultivo de viñas. A comienzos de 1631, el abogado Juan Fernández pide licencia al ayuntamiento para plantar de viñedo una superficie de 42 fanegas, sitas en la vereda del Záncara, junto al río de don Pedro. Los conflictos seguían con Munera por la dehesa de Berenguela, entre acusaciones de mover los mojones.
Las rivalidades en le elección de oficios son acompañada por la invocación de los privilegios de primera instancia o limitaciones temporales de las apelaciones para impedir la intromisión del corregidor. Si bien, las presiones, una vez más, venía de la corona y su intento de establecer un impuesto sobre la sal. Villarrobledo, como otras villas, se vio obligada a crear un estanco de la sal que monopolizara su venta y cuantificar las compras de sal necesarias para le año: 400 fanegas de sal de piedra de la Minglanilla y cien de sal líquida de la Pinilla. La sal era necesaria para el consumo humano, pero, en especial, para los animales. En los datos fiscales que se pide a Villarrobledo asegura ser villa de dos mil vecinos más o menos y treinta mil cabezas de ganado. El veinte de febrero de 1631, la villa reconocerá
otrosi dixeron que en esta villa abrá dos mil vecinos poco más o menos y treynta mil cabezas de ganado, que requieren gasto de sal por ser como es su principal trato y granxería la labor y parece ser necesario hasta ciento cinquenta fanegas de sal de piedra y cinquenta de agua y se haga obligación hasta señor San Juan de junio venidero y de doscientas de sal de piedra y ciento del agua que parece es necesario en el medio año presente.
Muestra de la confusión administrativa de la época es que, en marzo, mientras la villa intentaba evitar la presencia del alcalde mayor de San Clemente para tomar las cuentas de propios y pósitos, el administrador de las salinas de Murcia volvía a solicitar la información de la sal que ya había dado dos meses antes. Para junio se mandará un juez de comisión que ordenará el nombramiento de dos comisarios locales para el acopiamiento de sal y para que se elijan las salinas que han de proveer de sal a la villa (se mantebndrán las de Minglanilla y Pinilla). La venta de la sal se haría con dos estanqueros para la venta al por mayor y varios alhorileros; ahora, quien pone el cupo ya no es la villa, sino el jues nombrado del nuevo impuesto, que eleva el acopio para la villa a 1700 fanegas, cuando la villa a la altura de junio no ha consumido ni la mitad de lo que ella misma había previsto, pues ni los vecinos, pobres, gastan ni los ganados tampoco.
El testimonio expedido por el escribano del ayuntamiento, a petición del licenciado Márquez y con fecha dos de junio:
consta aver en esta villa dos mill ciento sesenta y tres vecinos y setenta hatos de ganado a razón cada uno de quinientas cabezas y que esta villa no se quiere acopiar conforme a las reales órdenes e instrucciones de su magestad, cumpliendo con ellas dixo que debía de dar y dio por acopiados al ayuntamiento, justicia y regimiento desta villa y demás vecinos por el gasto ordinario de cada uno de ellos y sus familias en mill ochenta y una fanegas y media por un año que començará a correr
Al final, la dependencia de Villarrobledo de las salinas de Minglanilla conllevaría que la administación del impuesto de la sal se hiciera por el administrador de las salinas de Cuenca, don Andrés de Godoy. El precio de compra de la sal será a 16 ducados la fanega y su venta al por mayor en los alhoríes o estancos en 191reales (añadidos catorce reales de costes y mermas de traerla). La sal se habría de vender al por menor, a los acopiados, a 44 maravedíes la libra. La corona pretendía sacar de la villa de Villarrobledo por el estanco de la sal alrededor de 31000 reales. Para hacer posible esa cantidad fue necesario que el acopimiento de sal se hiciera casa por casa. Pero la corona también estaba pidiendo ya soldados: quince para la nueva leva de la dotación de presidios; si bien este primer año (de los seis previstos) el licenciado Ramírez Farina, comisionado para la ocasión, solicitará se señalen arbitrios para costear el importe de los soldados. La villa señalará 500 fanegas del pósito, pero también pedirá un mercado franco un día a la semana y poder echar las yeguas al garañón para poder disponer de mulas y machos para la labor, petición esta última que iba contra los intereses militares de la corona de disponer de caballos para la guerra. Menos creíble parecía aún la idea de sacar 500 fanegas del pósito, cuando a finales de noviembre se decidía sacar 400 fanegas de trigo para panadear dado el estado de necesidad de la villa, a un precio muy barato de seis maravedíes la libra de pan.
A las deudas pasadas, se unía ahora la obligación de pagar 4200 ducados de plata por la compra de la vara de alguacil. La relación de los propios de Villarrobledo empeñados era larga:
- La escribanía del ayuntamiento
- Rentas de la correduría y almotacenía
- Casas del cabildo, pósito y carnicerías, que son en la plaza mayor, dos calles públicas y mesón de Sebastián de Losa Merchante
- Casas viejas del ayuntamiento, en que está la audiencia pública, casas del correo mayor, y casas del peso que alindan con la plaza y por las demás partes con la casa y mesón de Sebastián de Losa Merchante.
- Tres hornos de cocer pan, uno en la calle del Pedregal, el otro junto al cabildo (o carrillo?) y el otro que llaman de Villasanta (?)
- Libro del pósito
- Libro de cuentas de propios
- Libro de asentamiento de hijosdalgo y sus ejecutorias
- Libro de decretos del ayuntamiento
Tuesday, February 18, 2025
VILLARROBLEDO (1630)
El año 1630, al igual que años anteriores, se presentó con los mismos problemas de antaño sobre el abasto de pan para los vecinos de la villa, pero, esta vez, los panaderos no podían pagar los altos precios del grano. La necesidad de los vecinos era tanta como la de la Corona, que ahora vendía en la villa una hidalguía por cuatro mil ducados al mejor postor. La finalidad: financiar la guerra de Italia. Mientras la corte necesitaba trigo, treinta mil fanegas, que ya no se sacaban de Villarrobledo, sino que la tercera parte, diez mil fanegas, los factores eran los Fúcares y se sacaban de toda la Mancha; Villarrobledo ponía los carros y mulas para el transporte de seiscientas fanegas, y con muchas dificultades, pues no quería tocar las mulas de sus labradores que araban los barbechos ese mes de marzo. Muestra de lo calamitoso de la villa es que solo pudo aportar catorce carros para llevar poco más de doscientas fanegas, menos de la mitad de lo que se le pedía. La villa no podía alimentar a su población, el trigo de su pósito es insuficiente, tal como se reconoce el 14 de abril, pidiendo a labradores y particulares que saquen el grano que guardan en sus cámaras; las peticiones de la corte continúan y esta vez se procede a los embargos de trigo a los labradores y del pósito. La presencia de Francisco Tejada, miembro del Consejo Real y de Juan Álvarez, juez ejecutor, se traduce en registros de los domicilios de los vecinos en busca de trigo. La pretensión es sacar dos mil fanegas; la villa ofrece 430, además de las 300 que se han sacado ya. La cifra coincide con el trigo embargado por Juan Álvarez; como contrapartida, Villarrobledo se ve obligado a comprar trigo fuera de la villa, un total de 500 fanegas a 33 reales que se han de panadear a 10 maravedíes la libra. Pero el nueve de junio se informa de que a 33 reales no se encuentra trigo en la comarca; la villa tendrá que pagar 36 reales por fanega. En un cuarto de siglo el precio del trigo se ha triplicado, mientras que la libra de pan apenas si ha subido un veinte por ciento. Para finales de junio se necesitarán comprar mil quinientas fanegas más; entretanto, el 17 de julio, el ejecutor Juan Álvarez se apresta a confiscar trigo de la nueva cosecha: tres mil fanegas, aunque la villa quiere concertarse en mil novecientas. Constantemente sale a colación la palabra empleada por la propia monarquía, la suavidad de los medios, pero la realidad es muy diferente. El propio concejo villarrobletano nombrará fieles para recoger los diezmos de la iglesia en las mismas eras y cosechas y controlar la producción de unos labradores que venden su trigo fuera de todo control. Pero la villa está exhausta y la necesidad es extrema, en algún momento se hace mención a los 22300 ducados con que la villa ha servido al Rey para la guerra de Italia el año anterior 1629. La corona pide más; en esta ocasión, venderá las varas de alguacil mayor. El agente o factor para la operación será Bartolomé de Spinola y la causalidad, la misma: las guerras de Italia y Flandes. Y la contrapartida, la renovación de los arbitrios en las tiendas de pescado, aceite y frutas establecidos para paga de los 22300 ducados. La villa pagará dos mil ducados por la vara de justicia, pagados por su postulante: el licenciado Juan Romero. A final de año se decide arrendar la dehesa de la Berenguela.
De nuevo, la cosecha del año 1630 fue mala y vino a agudizar los problemas de abasto del año precedente, rompiendo la tendencia de cosechas aceptables de la mitad de la década de los años veinte. 1630 es presentado como una año de esterilidad, azotado por la langosta y la piedra y en el que se espera una gran necesidad. Villarrobledo ha de comprar trigo en Andalucía (donde se puede comprar a la tasa, veintisiete reales la fanega) y comunica a Juan Álvarez que, a pesar de las requisas hechas de grano en los campos, no se ha podido recaudar el trigo solicitado para Madrid, 1900 fanegas. El problema de Villarrobledo es ya un problema que afecta a todo el corregimiento de las diecisiete villas. En agosto, el corregidor de San Clemente es comisionado por el Consejo de Castilla (que, por primera vez, aparece con este nombre) para informar de las cosechas de los últimos diez años en las villas de su partido. Necesidades militares, corrupciones locales y la realidad de la esterilidad de los tiempos han generado un clima de desconfianza y recelo hacia las oligarquías locales por parte de las clases populares que ven los productos básicos de consumo gravados para el pago del servicio de millones. Hasta los segadores deben pagar la octava del vino consumido en la siega y que forma parte de su salario. En este momento, la irredenta Villarrobledo, que se había intentado sacudir el control del gobierno por el corregidor de San Clemente, y ante la intervención directa en sus asuntos locales de los jueces enviados por la corte, ve en el corregidor de San Clemente un defensor de sus intereses y hará del corregidor Diego de Gallo de Avellaneda una apología y ejemplo del buen gobierno con mucha quietud y el partido estar provisto de los mantenimientos y cosas necesarias. Se solicitará la prórroga del mandato del corregidor, mientras la villa sufre nuevos requerimiento de alcaldes de casa y corte, esta vez Juan Quiñones, que pide el envío de cuatrocientos carros a la Solana, para transporte de trigo a la corte. Villarrobledo dice que no tiene tal cantidad de carros, además de que algunos de ellos están ocupados en la conducción de las 1900 fanegas de trigo a la corte y otros tantos en la vendimia y siembra. En este contexto de escasez, la villa se planteará la creación de un mercado franco, algo que sabe es imposible de concretar.
ACTAS DE VILLARROBLEDO (1630)
Friday, February 14, 2025
VILLARROBLEDO (1627)
Al comenzar 1627, Villarrobledo lo seguía confiando todo a sus campos de cereal. Sus labradores extendían sus cultivos por sus términos y por los pueblos próximos, de tal modo que partían de noche a arar y sembrar tierras distantes a cuatro y cinco leguas de la villa. Es más, se pedía a la iglesia que dejara trabajar a los herreros las tardes de los domingos y fiestas de guardar y que se encendieran los fuegos de las fraguas en días feriados. Las crisis pasadas habían dejado sus huellas y a comienzos de año, tal como mandaba una cédula real, se deberían dar los primeros pasos para establecer a costa de propios o nuevos arbitrios un sistema de beneficencia local para atender a niños huérfanos y desamparados. Sin embargo, la realidad y la tradición podían más: la villa contestará que no hay niños huérfanos o desamparados, pues "caso que aya algunos güerfanos por ser desta villa su principal trato la labor y cría de ganado se acomodan para los dichos ministerios". Si bien se encomendará a un regidor y al cura de la villa se busque casa y medios de los propios para el acomodo de estos niños.
Don Antonio de Narváez Guzmán, capitán de infantería sustituye a Luis Díaz de Navarra como sargento mayor de la gente del milicias del Reino de Murcia y Marquesado de Villena, aunque el nombramiento es de 15 de noviembre de 1625.
Todavía pesaba como una losa pesada el censo de 25000 ducados tomados para la ampliación de término y jurisdicción de Villarrobledo, creemos que en el año 1557. Aunque la villa se había planteado en un principio redimir el censo en ocho mil ducados, la realidad es que la guerra de los morisco en 1570 y los años de esterilidad en esa época lo hicieron imposible. El coste de dicha guerra había supuesto seis mil ducados.
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La fundación del pósito de pobres por don Francisco Pacheco tiene lugar, via testamentaria, en 1580. Deja trescientas fanegas. La administración corresponde sucesivamente a los curas de las villa: doctor Ruiz, doctor Uceda y Torres, y el licenciado Sanvicente. Ahora, con el nuevo cura, Blas de Morales, se le acusa de disponer de las fanegas del pósito en provecho propio (más de 2000 fanegas dadas por el ayuntamiento al pósito).
LA CAPILLA DE LOS LUCAS EN MOTILLA DEL PALANCAR
Francisco Lucas, cura de Motilla del Palancar, llegaría a ser prior de la Colegiata de Belmonte. En la iglesia de su villa, la de San Gil de Motilla del Palancar, gozaría del beneficio curado desde 1640 y, posteriormente, fundaría capilla propia y familiar, llamada de la Asunción de Nuestra Señora. Las condiciones fueron otorgadas en diversas cláusulas de la escritura de fundación:
- 1.- Cláusula 15: dotación de la capilla, que era ya capilla antigua, con la mitad de las tierras de su propiedad, que detalla
- 2.- Dotación de dos servicios perpetuos: "dexó mandada reedificar una capilla en la Yglesia Parrochial de San Gil de la villa de Motilla, que es en el obispado de Cuenca, donde yo nací, la qual queriendo dotar, y queriendo criar e instituir en ella dos servicios perpetuos de clérigos para siempre jamás"
- 3.- Cláusula 14: "Mando que los bienes y rentas que yo dexo para los dichos servicios y obra pías, y para la fábrica de dicha capilla, sean abidos, tenidos y reputados por bienes temporales, y profanos, y no por bienes eclesiásticos ni espirituales", excluyendo, por tanto, las pretensiones del obispo de Cuenca de cobrar subsidio o rentas decimales de los bienes dotados
- 4.- En la bula papal que da licencia para la fundación de la capilla, le concede el subsidio de todos los frutos y rentas de cualesquier iglesias parroquiales.
- 5.- Los bienes no son dejados al patrón o capellanes, sino a la capilla, y de los frutos de estos bienes que son propios de la capilla, se manda que el patrón mande dos clérigos que digan misa, sin tener colación o canónica institución ni autoridad del ordinario.
- 6.- Deja mil ducados de renta para que se instituyesen en la capilla seis capellanías con carga de ciertos beneficios divinos
- 7.- Se funda un hospital o cofradía a cargo de un rector y cofrades legos
Biblioteca de la Universidad de Granada. En el pleyto que V. m. tiene visto entre el estado ecclesiastico destos reynos, y el dean y cabildo de la santa yglesia de Cuenca, cõ los capellanes de la capilla que fundò el prior de Belmonte don Frãcisco Lucas, sita en la yglesia de san Gil de la villa de la Motilla... que los dichos capellanes han de contribuir en la paga del subsidio... A-031-145 (11)
Testamento y capellanía del prior Francisco Lucas han sido publicadas por Julia Toledo y Sebastián Hdez, Luján
Thursday, February 13, 2025
La Mesta y Valera de Yuso
Diego Carrillo y Alarcón (o Diego Ruiz de Alarcón), señor de Valera de Abajo y La Losa, andaba en 1601 haciendo mestas en su villa. Estas reuniones locales citaban a todos los dueños de ganados locales para entregar las reses mesteñas o mostrencas o encontradas sin dueño conocido. Reunidos los pastores, reconocían las reses si eran de su propiedad en una reunión bajo la autoridad del alcalde ordinario, que se denominaba para esta ocasión como alcalde de corral. El resultado fue que don Diego se hizo con veinte cabezas de ganado caprino y un novillo sin dueño conocido. La Mesta alegó la incapacidad del señor de la villa para hacer estas mestas, mientras que Diego Ruiz de Alarcón alegaba derechos inmemoriales. Obtendría sentencia favorable a 14 de febrero de 1602, ratificada el cuatro de septiembre y confirmada el 22 de noviembre. Se reconocía a don Diego Ruiz de Alarcón la posibilidad de hacer dos mestas al año, para San Pedro y para San Miguel.
Don Diego Ruiz de Alarcón obtendría ejecutoria de la Chancillería de Granada con fecha 15 de enero de 1603.
Biblioteca de la Universidad de Granada, Fondo Antiguo, caja C-70 (6)
Wednesday, February 12, 2025
VILLARROBLEDO (1626)
Si el año 1625 había acabado con con el reclutamiento de 300 hombres, 1626 comenzará con la concesión de arbitrios para armar a estos soldados. Sabemos que esta leva viene directamente del Consejo de Guerra por carta de Diego de Toledo y Guzmán, ordenando levantar seis mil soldados. Villarrobledo sacará 1000 ducados del pósito, amén de arrendar para pasto sus dehesas con la entrada de nuevas cabezas de ganado caprino. La villa, por otra parte, estaba decidida a acabar con el pleito con don Alonso Muñoz de Oropesa por las tierras que tenía ocupadas por impago de su censo al que estaban hipotecadas, para lo cual pagaría la cantidad adeudada.
La composición de los regidores del ayuntamiento nos dan a entender la entrada sucesiva de labradores ricos al gobierno de la villa, como, también, el excusado mayor y menor obrero en el pago de las rentas decimales (es decir, los dos mayores hacendados cuyas rentas decimales iban directamente a la corona), que era en sendos casos Andrés Romero Díaz. Este patriciado de labradores veía mal la intromisión del corregidor de San Clemente, que seguía actuando por comisión del Real Consejo, y entendiendo en cierta querella criminal del capitán Diego Muñoz de la Calera contra Alonso Morcillo o el alcance resultante de la administración del pósito contra Alonso Roldán y sus fiadores (40000 reales). El corregidor Castrillo Guzmán también estaba comisionado para entender en la administración de los mil ducados concedidos para armar los soldados. A pesar de los deseos de exención del corregimiento de Villarrobledo, la realidad era que la política centralizadora de la corona y el conde duque de Olivares confiaba en la institución del corregidor para llevarla a cabo, desconfiando de los concejos y sus élites locales. El corregidor ya ni siquiera intervenía directamente o a través de su alcalde mayor, sino que delegaba en abogados y juristas como el licenciado Rodrigo Cantos. Las intervenciones del corregidor aprovechaban las propias desavenencias entre las élites villarrobletanas: Romero, Roldán, Moragón, Morcillo,... concretamente fueron los Morcillo el caballo de Troya para las intervenciones del corregidor de San Clemente, que, en las cuentas que había tomado en 1623 de los últimos veinte años había destapado numerosas irregularidades en la administración del pósito y los propios y castigado con elevadas penas a los principales de la villa.
Las intromisiones de San Clemente eran paralelas en el campo militar. Cansado de las largas del concejo villarrobletano en disponer de su compañía de cien soldados, el marqués de los Vélez, adelantado del Reino de Murcia, cometía al capitán sanclementino Pedro de Valenzuela para intervenir en la compañía militar de Villarrobledo y su armamento, amparándose en sendas cédulas de 27 de diciembre de 1625. Ahora el distrito militar a cargo del marqués de los Vélez, que tenía como cometido defender las costas de los ataques berberiscos, se ampliaba del Reino de Murcia y Marquesado de Villena hasta el arcedianato de Alcaraz y Campo de Montiel. La política centralizadora del conde duque de Olivares daba sus primeras señales en estos territorios. En octubre, se pide de nuevo tener aprestados los soldados ante la amenaza de ochenta navíos armados de Inglaterra y Holanda. Poco antes se había alojado en la villa una compañía de ciento setenta infantes.
Si el río Córcoles apenas si daba problemas a Villarrobledo, sí que los daba a sus vecinos de Socuéllamos. Río de carácter endorreico que desaparecía prácticamente en Socuéllamos, se hacía visible y de forma catastrófica con grandes avenidas en época de lluvias. Así se quejarán los de Socuéllamos:
los grandes daños que el agua del río Córcoles les ha hecho y hace destruyendo y anegando la dicha villa y causando grandes enfermedades sin que estos daños se ayan podido reparar.
Para remediar estas avenidas, se proponía: tomar el agua del dicho río por el molino que llaman de los árboles que está en esta jurisdición y hecharlo por otra parte
Este año de 1626, los problemas de abasto de pan continuaban para la villa y ese hablaba de esterilidad en dicho año. El regidor Pedro de Montoya pedía que el pan estaba a siete maravedíes la libra y con riesgo de subir su precio, mientras que en el pósito de la villa, negando el fin para el que había sido creado, se acumulaba mucha cantidad de trigo de años atrás, que, ahora, se pedía se panease en pan cocido para las necesidades de los vecinos. La razón era otra, sin embargo: que de causa de las grandes aguas del invierno pasado se moxó mucha parte del trigo de lo que tenía en sus cámaras (el pósito) de lo que tenía en sus cámaras y graneros
Tuesday, February 11, 2025
Villarrobledo (1625)
Para pagar sus deudas en Madrid de los préstamos tomados, Villarrobledo preparaba un carro con tres mulas y dos guardas para transportar los 8500 reales de aquel comienzos de año de 1625. Los réditos de los censos eran exigidos en plata, pero por su escasez la villa pedía al Consejo Real la posibilidad del pago en moneda de vellón. Los regidores mantenían la tradición de procesionar con velas blancas para el día de la Candelaria.
La escasez de pastos llevaba a la ciudad de Alcaraz a desempolvar una ejecutoria de 1560 para reivindicar que sus ganados pudieran pastar en la Bernagosa y el Calaverón, a pesar de que esta última dehesa estaba a once leguas de la ciudad. Una petición de informe por la corona, solicitando las tierras que hay o se podrían dedicar al cultivo de cáñamo y lino, en regadío, es contestado por el ayuntamiento de Villarrobledo que las tierras de esa villa son labrantías y únicamente serían aprovechables las tierras bañadas por el Záncara en los términos colindantes con Las Mesas y El Provencio y al mediodía el río Córcoles, pero dichos ríos o están secos o llevan tan poca agua que no pueden regar las semillas de cáñamo o lino. La petición de 8 de marzo de 1625 era de mayor interés, pues solicitaba las tierras labradas, baldías, propias del concejo o de señores particulares y los diferentes cultivos existentes o valorar si esas tierras eran aptas para otros cultivos y se planteaba la concesión de préstamos a bajo interés (censos perpetuos moderados). La constatación del ayuntamiento nos da una idea de la extensión de cultivos que no dejaba margen para nuevas plantaciones:
acerca de la dicha cría y plantío de lino y cáñamo que esta villa y que su término y juridición no tiene ríos ni vegas capaces para ello que las tierras incultas y baldías que ay en el son muy cortas e incapaces y su disposición no es para plantío de ningún género de árboles ni crías de pan y son llecos del concejo que solo sirven de majadas para los ganados y están en cerros y en riscos y áridos para qualquier plantío, en los quales baldíos ningún señor particular tiene parte y solo se cría en ellos atocha y romero y no se puede plantar en esta tierra criar ni plantar árboles ni viñas ni se puede labrar para pan y no ay persona que la quiera ni pueda arromper por no ser de provecho más para solo las dichas majadas de ganado y por no ser capaces para ello y criar de ganado los vecinos que lo tiene los llevan fuera al término de Murcia y Alcaraz y el Castellar de Santisteban y otras partes. La demás tierra del término desta villa que por algunas partes es distancia de quatro leguas y por otras de a tres y a dos son eredades de vecinos labradores que las cultivan y labran en mucho tiempo a esta parte la cosecha de pan y plantíos de viñas que es el principal trato y granjería desta villa y sus vecinos.
En agosto, la intranquilidad viene por el peligro berberiscos en la costa. El marqués de los Vélez avisa que las armadas de Argel están saqueando las poblaciones de la costa y puertos, por lo que se pide que se hagan alardes de la gente de milicia en el Reino de Murcia y marquesado de Villena. El marqués de los Vélez pide trescientos soldados, la villa responderá que no puede aportar más de los cien de la milicia del Reino. Más soldados sería poner en riesgo la estructura productiva de la villa.
Estructura de la milicia
- Capitán: Diego Muñoz de la Calera
- Alférez: Pedro Lozano Vargas
- Sargento : Alonso del Peral
- Cinco cabos
- Cien soldados
Friday, February 7, 2025
Cañada Negrita y los Ruiz de Alarcón
El lugar de Cañada Negrita era motivo de disputa entre Pedro Ruiz de Alarcón el viejo y las monjas y priora del monasterio de San Blas, cerca de Cifuentes y de la orden dominica. Para hacer efectiva de la posesión del lugar de Cañada Negrita a favor de las monjas se desplazó el bachiller Carrasquilla para ejecutar la sentencia favorable. Algunos años después otro Pedro Ruiz de Alarcón, el mozo, sobrino del anterior y vecino de San Clemente, se había arrogado el derecho a la propiedad de dos de los quintos del citado lugar de Cañada Negrita. Pedro Ruiz de Alarcón sería conminado por la justicia a devolver el lugar a las monjas, bajo multa de mil castellanos. Pedro Ruiz de Alarcón traerá a colación una real cédula de Fernando el Católico, aseverando que por el hecho de ser entonces estudiante del estudio y universidad de Salamanca se acogía al fuero universitario para que en el asunto entendiera el maestrescuela de Salamanca. Salvado este tema, las monjas obtuvieron nueva sentencia favorable, pero Pedro Ruiz de Alarcón el mozo se negó a entregar en su integridad el heredamiento, "renunciando" únicamente a la parte que por herencia correspondían a los hijos de Pedro Ruiz de Alarcón el viejo. El pleito se vería nuevamente ante el Consejo Real, que tuvo conocimiento a 28 de mayo de 1512, para dar la razón a las monjas.
Pero una cosa era lo que pasaba en los tribunales y otra mu diferente lo que ocurría en Cañada Negrita. Allí Pedro Ruiz de Alarcón el mozo amenazaba a los renteros de las monjas y los violentaba: a un rentero lo llevo preso con las manos atrás atadas para que lo juzgara la justicia de Castillo de Garcimuñoz; a un pastor de las monjas lo mató a cuchilladas y con él a una veintena de ovejas y se había llevado para sí una carretada de garbanzos de los rentos de las monjas. Pedro Ruiz de Alarcón el mozo, probablemente cuya posición se había visto fortalecida por su apoyo al emperador Carlos en la época de las Comunidades, conseguiría por sentencia de 23 de diciembre de 1526, dada en Valladolid (la ejecutoria sería de 30 de enero de 1628), mantener dos quintas partes del lugar y heredamiento de Cañada Negrita, si bien, al igual que su tío, ya había fallecido por estas fechas y de la herencia disfrutaría su hijo del mismo nombre. Detrás de esta decisión estaba la división en dos líneas familiares de los Alarcones, procedentes del licenciado Hernán González del Castillo (hijo bastardo del doctor Pedro González del Castillo), entre los Alarcones, señores de Albaladejo del Cuende y los Alarcones de Sisante, y el litigio que unos y otros mantenían por las posesiones en las aldeas de Castillo de Garcimuñoz. Las pretensiones de Pedro Ruiz de Alarcón el mozo estaban fundadas en el hecho de estar cargado el heredamiento con un censo para sostén de una capellanía y la actitud depredadora de las monjas con las propiedades.
Thursday, February 6, 2025
VILLARROBLEDO (1628-1629)
El año 1628 empezó con la cédula real de final de año que compelía a aportar 18000 ducados a los pueblos del distrito militar del marqués de los Vélez. El Consejo de Guerra constaba el fracaso de cualquier intento de reclutar infantes en las villas y optaba por la recaudación pecuniaria. Pero ahora el distrito era más amplio: del Reino de Murcia y Marquesado de Villena se ampliaba al acedianazgo de Alcaraz y Campo de Montiel. Villarrobledo mostró sus protestas, la villa estaba cargada con 30000 ducados por la extensión de jurisdicción y término de 1567 y con otros 26000 por la exención del corregimiento de San Clemente, además había acotado sus dehesas y pinares para el arrendamiento y poder pagar las compradas rentas de escribanía, almotacenía y correduría.
El 28 de marzo de 1628, el alférez Pedro Lozano Vargas comunica la muerte de Diego Muñoz de la Calera, solicitará la elección de un nuevo capitán entre una terna de candidatos; dicha elección recaerá en el mencionado alférez. En Villarrobledo había hombres con experiencia militar tales como Juan Cano Culebro, alférez con experiencia en Flandes o el capitán Fernando Pacheco, que sería determinante para el nombramiento de Pedro Lozano Vargas y con experiencia militar en Sicilia y Nápoles, amén de hidalgos. Por cédula real de siete de junio se nombrará como nuevo capitán a Pedro Lozano de Vargas.
En agosto de 1628, los pósitos están sin trigo, incluso al de los pobres se le deben 800 fanegas. Aprovechando la cosecha se pedirá a los vecinos que vendan su trigo al pósito mayor. Villarrobledo ya no puede aportar trigo a la corte y villa de Madrid, de hecho este año, en el mes de julio, lo aportan las localidades de Mora, Quintanar de la Orden y otras comarcanas, pero el juez Espinosa Marañón sí que exige carros para el transporte del trigo, hasta cien carros, que la villa consigue reducir hasta cincuenta, para a continuación exigir otros sesenta. Villarrobledo incumplirá, alegando que sus trabajadores están en los campos, en sus cosechas, por lo que el juez se llevará preso al alcalde Pedro Montoya Vizcarra y al regidor Miguel Sánchez de los Herreros. La villa cumplirá embargando carros de vecinos y de forasteros.
Sobre la paupérrima cosecha de este año valga esta declaración del ayuntamiento:
por quanto por decretos desta villa se a desecho el trigo de pósito della en pan cocido dándose a los panaderos para la provisión de los vecinos e pasaxeros a noventa libras por fanega acudiendo a ocho mrs. por libra y el trigo que el dicho pósito tenía se va acabando y la cosecha de este año conocidamente es de poca consideración en esta villa de cuya causa oy se vende el trigo de la cosecha deste año por treynta reales como se a entendido públicamente y atento que el caudal del dicho pósito está en dinero y atento que se an hecho dilixencias para dar dinero a los labradores para que lo vuelvan en trigo como valiere no a sido bastante remedio y an recibido muy paca cantidad y conviene con toda brevedad el dinero que tiene el dicho pósito se emplee en trigo atento se a dado noticia que muchos positos de lugares comarcanos lo están comprando en esta villa para que tenga efecto el hacer la dicha provisión
El problema de fondo era los altos precios que estaba alcanzando el trigo. Un regidor de Campillo había comprado trigo en Villarrobledo a 30 reales la fanega. Pero a Villarrobledo acudían arrieros y carreteros de todas partes, lo que nos lleva a poner en duda que la cosecha fuera tan aciaga. Así, los villarrobletanos se vieron obligados a comprar el trigo al mismo precio que lo vendían a los pueblos foráneos, a treinta reales, mientras los labradores especulaban con el grano de sus eras: se a dado noticia que lo venden a mayor prescio a forasteros, sacándolo de noche o dándolo en heredades donde lo tienen los dichos labradores entroxado y de no hallarse la dicha provisión del pósito para el remedio de los vecinos por ser el año muy necesitado y estéril se siguen notables daños.
Para final de año, se pagan los réditos del censo del marqués de Cañete en vellón, ante la imposibilidad de hacerlo en plata. Si la villa tenía necesidad, la corona también, por esa razón se devolvieron los oficios de regidores consumidos unos años antes, cuando la villa pasó de 36 regidores a 14. Si la villa tuvo que pagar por consumir los oficios de regidores, ahora cada uno de ellos tuvo que pagar 800 ducados por recuperar el oficio.
El año finalizará con las órdenes que llegan del Consejo de Guerra para tener prevenida la milicia del Reino, compuesta por cien hombres y ahora al mando de capitán Pedro Lozano Vargas (y que ahora se ampliará a Las Mesas y El Pedernoso), al tiempo que la villa pide trigo prestado al conde de Barajas para la sementera de los labradores y para sus vecinos. El trigo ha alcanzado el precio de 30 reales la fanega.
El año 1629 será un año en el que la villa de Villarrobledo hará esfuerzos por sanear la hacienda municipal. A ello contribuirá la pragmática de siete de agosto de 1628 con una deflación de la moneda de vellón a la mitad de su valor. Pata el pago de las mercedes reales (exención jurisdiccional, corredurías,...) la villa se veía obligada a tomar prestada dineros, pero también se le daban ciertos arbitrios para facilitar los pagos. En años anteriores, los arbitrios fueron arrendar las yerbas de los pinares de Calaverón, Bernagosa y Hoya Roldanes o establecer sisas sobre las carnes y tocino. Ahora se acotarán dos nuevas dehesas; una en el camino de Minaya, junto a la carnicera y la otra limitando con términos de Socuéllamos y Alcaraz.
De nuevo la villa, con su procurador y abogado licenciado Pedro Romero, por la injerencias de la justicia de San Clemente; esta vez, aprovechando una nueva pragmática para la conservación de los pósitos. Detrás estará tanto la administración de su caudal como las deudas impagadas por algunos notables o casos de fraude, como la causa contra Blas Morcillo por falsedad en una medida. En cualquier caso, la cosecha de 1629 se esperaba abundante y se adelantarán en mayo doce mil reales del caudal del pósito a los vecinos a devolver con la cosecha de agosto.
Estaba cambiando el panorama exterior de la monarquía hispánica. Don Gonzalo de Córdoba estaba en aprietos en el cerco de Casal y la "reputación de las armas de su majestad" en entredicho. Pero Villarrobledo ponía escusas para no acudir en socorro de su rey e incluso decía sentirse molestada por venir la orden a través del corregidor de San Clemente, dando a entender que Villarrobledo estaba subordinada a esta última villa. En una sesión "nemime discrepante" se decide aportaciones voluntarias en dinero y llevar un cuaderno con los donantes. La ceguera no dejaba ver el momento histórico que se vivía. En el otoño la corona enviará a un miembro del Consejo Real Fernando Ramírez Farina para dar licencias para la concesión de arbitrios a las villas, con las que puedan tributar, pues el real patrimonio está exhausto, es el comienzo de una sangría que ira ligada a la política militarista del conde duque de Olivares y que tendrá su primer capítulo en la guerra de Mantua y el cerco de Casal. Seis meses después Farina llega en persona con al real cédula de abril, entonces incumplida, y pidiendo dinero: 22300 ducados a pagar al tesorero de Villanueva de los Infantes. La contrapartida es la perpetuación como propios de dos oficios de fieles ejecutores, dos reales por cada libra de azafrán, un real por cada fanega de trigo, un maravedí por azumbre de vino, el arrendamiento de tiendas tabernas, tiendas de aceite, pescado y traperías, cuatro maravedíes por cada cabeza de ganado vendida y arrendamiento de Matas Verdes.
Mientras, la villa se divertía, el catorce de junio de 1629, día del Corpus o del Santísimo Sacramento, tras pedir licencia al cardenal infante don Fernando, arzobispo de Toledo, se celebrará la fiesta por todo lo alto, con representación de auto sacramental y comedia en la parroquia de San Blas. La fiesta era organizada por la cofradía y se celebraba una misa mayor. La representación y conversión de la iglesia en patio de comedias no hizo mucha gracia al cura, que se ausentó de la representación y del asiento privilegiado guardado a él y sus clérigos. En actitud de desprecio, el cura y sus clérigos decidieron almorzar en la sacristía, en tanto que los feligreses esperaban para comenzar la representación del auto sacramental; hartos de la espera, decidieron comenzar la representación sin el cura. El cura, obviando la representación del auto sacramental decidió sacar el Santísimo Sacramento sin música ni capilla y haciendo sonar las campanillas que guían la custodia para comienzo de la procesión, mientras el resto de vecinos asistían al auto sacramental. El pueblo atónito veía cómo la procesión comenzaba sin música, canto de órgano y en lo que se veía como indecencia sin palio y sin autoridades civiles; el cura, entretanto seguía con la procesión por el pueblo mediando algunas palabras injuriosas para sus vecinos. El pueblo tachó al cura Blas de Morales de indecente por el modo de proceder e interrumpir la representación del auto sacramental.
Las diferencias de Villarrobledo no solo venían con la justicia de San Clemente, también con sus vecinos. En junio de 1629, denunciará a Diego de Haro por talar sus criados varios pinos en el Calaverón. Diego de Haro nos aparece como poseedor de una venta próxima: hicieron ciertas cortas en el pinar del Calaverón, jurisdicción de esta villa, donde el susodicho tiene una venta y heredamientos de viñas.
A los pueblos del corregimiento de las diecisiete villas llega a finales de octubre una cédula real de 19 de octubre de 1629, anunciando el nacimiento dos días antes del príncipe Baltasar Carlos. El acontecimiento será recibido con pólvora, cohetes, luminarias y fiestas en la plaza de los pueblos del día 26 de octubre, La gente no lo sabe, pero todas las esperanzas, luego malogradas, de la monarquía hispánica están puestas en este niño.
Alonso Yáñez de Mendoza, vecino de Guadalajara, patrón de la prestamera de la iglesia de Villarrobledo.
ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO