El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

martes, 11 de febrero de 2025

Villarrobledo (1625)

 Para pagar sus deudas en Madrid de los préstamos tomados, Villarrobledo preparaba un carro con tres mulas y dos guardas para transportar los 8500 reales de aquel comienzos de año de 1625. Los réditos de los censos eran exigidos en plata, pero por su escasez la villa pedía al Consejo Real la posibilidad del pago en moneda de vellón. Los regidores mantenían la tradición de procesionar con velas blancas para el día de la Candelaria.

La escasez de pastos llevaba a la ciudad de Alcaraz a desempolvar una ejecutoria de 1560 para reivindicar que sus ganados pudieran pastar en la Bernagosa y el Calaverón, a pesar de que esta última dehesa estaba a once leguas de la ciudad. Una petición de informe por la corona, solicitando las tierras que hay o se podrían dedicar al cultivo de cáñamo y lino, en regadío, es contestado por el ayuntamiento de Villarrobledo que las tierras de esa villa son labrantías y únicamente serían aprovechables las tierras bañadas por el Záncara en los términos colindantes con Las Mesas y El Provencio y al mediodía el río Córcoles, pero dichos ríos o están secos o llevan tan poca agua que no pueden regar las semillas de cáñamo o lino. La petición de 8 de marzo de 1625 era de mayor interés, pues solicitaba las tierras labradas, baldías, propias del concejo o de señores particulares y los diferentes cultivos existentes o valorar si esas tierras eran aptas para otros cultivos y se planteaba la concesión de préstamos a bajo interés (censos perpetuos moderados). La constatación del ayuntamiento nos da una idea de la extensión de cultivos que no dejaba margen para nuevas plantaciones:

acerca de la dicha cría y plantío de lino y cáñamo que esta villa y que su término y juridición no tiene ríos ni vegas capaces para ello que las tierras incultas y baldías que ay en el son muy cortas e incapaces y su disposición no es para plantío de ningún género de árboles ni crías de pan y son llecos del concejo que solo sirven de majadas para los ganados y están en cerros y en riscos y áridos para qualquier plantío, en los quales baldíos ningún señor particular tiene parte y solo se cría en ellos atocha y romero y no se puede plantar en esta tierra  criar ni plantar árboles ni viñas ni se puede labrar para pan y no ay persona que la quiera ni pueda arromper por no ser de provecho más para solo las dichas majadas de ganado y por no ser capaces para ello y criar de ganado los vecinos que lo tiene los llevan fuera al término de Murcia y Alcaraz y el Castellar de Santisteban y otras partes. La demás tierra del término desta villa que por algunas partes es distancia de quatro leguas y por otras de a tres y a dos son eredades de vecinos labradores que las cultivan y labran en mucho tiempo a esta parte la cosecha de pan y plantíos de viñas que es el principal trato y granjería desta villa y sus vecinos.

En agosto, la intranquilidad viene por el peligro berberiscos en la costa. El marqués de los Vélez avisa que las armadas de Argel están saqueando las poblaciones de la costa y puertos, por lo que se pide que se hagan alardes de la gente de milicia en el Reino de Murcia y marquesado de Villena. El marqués de los Vélez pide trescientos soldados, la villa responderá que no puede aportar más de los cien de la milicia del Reino. Más soldados sería poner en riesgo la estructura productiva de la villa.


Estructura de la milicia

  • Capitán: Diego Muñoz de la Calera
  • Alférez: Pedro Lozano Vargas
  • Sargento : Alonso del Peral
  • Cinco cabos
  • Cien soldados


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