El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

Thursday, February 13, 2025

La Mesta y Valera de Yuso

 Diego Carrillo y Alarcón (o Diego Ruiz de Alarcón), señor de Valera de Abajo y La Losa, andaba en 1601 haciendo mestas en su villa. Estas reuniones locales citaban a todos los dueños de ganados locales para entregar las reses mesteñas o mostrencas o encontradas sin dueño conocido. Reunidos los pastores, reconocían las reses si eran de su propiedad en una reunión bajo la autoridad del alcalde ordinario, que se denominaba para esta ocasión como alcalde de corral. El resultado fue que don Diego se hizo con veinte cabezas de ganado caprino y un novillo sin dueño conocido. La Mesta alegó la incapacidad del señor de la villa para hacer estas mestas, mientras que Diego Ruiz de Alarcón alegaba derechos inmemoriales. Obtendría sentencia favorable a 14 de febrero de 1602, ratificada el cuatro de septiembre y confirmada el 22 de noviembre. Se reconocía a don Diego Ruiz de Alarcón la posibilidad de hacer dos mestas al año, para San Pedro y para San Miguel.

Don Diego Ruiz de Alarcón obtendría ejecutoria de la Chancillería de Granada con fecha 15 de enero de 1603.


Biblioteca de la Universidad de Granada, Fondo Antiguo, caja C-70 (6)

Wednesday, February 12, 2025

VILLARROBLEDO (1626)

 Si el año 1625 había acabado con con el reclutamiento de 300 hombres, 1626 comenzará con la concesión de arbitrios para armar a estos soldados. Sabemos que esta leva viene directamente del Consejo de Guerra por carta de Diego de Toledo y Guzmán, ordenando levantar seis mil soldados. Villarrobledo sacará 1000 ducados del pósito, amén de arrendar para pasto sus dehesas con la entrada de nuevas cabezas de ganado caprino. La villa, por otra parte, estaba decidida a acabar con el pleito con don Alonso Muñoz de Oropesa por las tierras que tenía ocupadas por impago de su censo al que estaban hipotecadas, para lo cual pagaría la cantidad adeudada.

La composición de los regidores del ayuntamiento nos dan a entender la entrada sucesiva de labradores ricos al gobierno de la villa, como, también, el excusado mayor y menor obrero en el pago de las rentas decimales (es decir, los dos mayores hacendados cuyas rentas decimales iban directamente a la corona), que era en sendos casos Andrés Romero Díaz. Este patriciado de labradores veía mal la intromisión del corregidor de San Clemente, que seguía actuando por comisión del Real Consejo, y entendiendo en cierta querella criminal del capitán Diego Muñoz de la Calera contra Alonso Morcillo o el alcance resultante de la administración del pósito contra Alonso Roldán y sus fiadores (40000 reales). El corregidor Castrillo Guzmán también estaba comisionado para entender en la administración de los mil ducados concedidos para armar los soldados. A pesar de los deseos de exención del corregimiento de Villarrobledo, la realidad era que la política centralizadora de la corona y el conde duque de Olivares confiaba en la institución del corregidor para llevarla a cabo, desconfiando de los concejos y sus élites locales. El corregidor ya ni siquiera intervenía directamente o a través de su alcalde mayor, sino que delegaba en abogados y juristas como el licenciado Rodrigo Cantos. Las intervenciones del corregidor aprovechaban las propias desavenencias entre las élites villarrobletanas: Romero, Roldán, Moragón, Morcillo,... concretamente fueron los Morcillo el caballo de Troya para las intervenciones del corregidor de San Clemente, que, en las cuentas que había tomado en 1623 de los últimos veinte años había destapado numerosas irregularidades en la administración del pósito y los propios y castigado con elevadas penas a los principales de la villa.

Las intromisiones de San Clemente eran paralelas en el campo militar. Cansado de las largas del concejo villarrobletano en disponer de su compañía de cien soldados, el marqués de los Vélez, adelantado del Reino de Murcia, cometía al capitán sanclementino Pedro de Valenzuela para intervenir en la compañía militar de Villarrobledo y su armamento, amparándose en sendas cédulas de 27 de diciembre de 1625. Ahora el distrito militar a cargo del marqués de los Vélez, que tenía como cometido defender las costas de los ataques berberiscos, se ampliaba del Reino de Murcia y Marquesado de Villena hasta el arcedianato de Alcaraz y Campo de Montiel. La política centralizadora del conde duque de Olivares daba sus primeras señales en estos territorios. En octubre, se pide de nuevo tener aprestados los soldados ante la amenaza de ochenta navíos armados de Inglaterra y Holanda. Poco antes se había alojado en la villa una compañía de ciento setenta infantes.

Si el río Córcoles apenas si daba problemas a Villarrobledo, sí que los daba a sus vecinos de Socuéllamos. Río de carácter endorreico que desaparecía prácticamente en Socuéllamos, se hacía visible y de forma catastrófica con grandes avenidas en época de lluvias. Así se quejarán los de Socuéllamos:

los grandes daños que el agua del río Córcoles les ha hecho y hace destruyendo y anegando la dicha villa y causando grandes enfermedades sin que estos daños se ayan podido reparar. 

Para remediar estas avenidas, se proponía: tomar el agua del dicho río por el molino que llaman de los árboles  que está en esta jurisdición y hecharlo por otra parte

Este año de 1626, los problemas de abasto de pan continuaban para la villa y ese hablaba de esterilidad en dicho año. El regidor Pedro de Montoya pedía que el pan estaba a siete maravedíes la libra y con riesgo de subir su precio, mientras que en el pósito de la villa, negando el fin para el que había sido creado, se acumulaba mucha cantidad de trigo de años atrás, que, ahora, se pedía se panease en pan cocido para las necesidades de los vecinos. La razón era otra, sin embargo: que de causa de las grandes aguas del invierno pasado se moxó mucha parte del trigo de lo que tenía en sus cámaras (el pósito) de lo que tenía en sus cámaras y graneros




IGLESIA DE EL PROVENCIO
"Mandose dar licencia a la villa de El Provenzio para sacar piedra de la juridición (de Villarrobledo) para la fábrica de la iglesia de la dicha villa del Provenzio por su carta que se pide se vido (19 de enero de 1626)"


ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO DEL AÑO 1626

Tuesday, February 11, 2025

Villarrobledo (1625)

 Para pagar sus deudas en Madrid de los préstamos tomados, Villarrobledo preparaba un carro con tres mulas y dos guardas para transportar los 8500 reales de aquel comienzos de año de 1625. Los réditos de los censos eran exigidos en plata, pero por su escasez la villa pedía al Consejo Real la posibilidad del pago en moneda de vellón. Los regidores mantenían la tradición de procesionar con velas blancas para el día de la Candelaria.

La escasez de pastos llevaba a la ciudad de Alcaraz a desempolvar una ejecutoria de 1560 para reivindicar que sus ganados pudieran pastar en la Bernagosa y el Calaverón, a pesar de que esta última dehesa estaba a once leguas de la ciudad. Una petición de informe por la corona, solicitando las tierras que hay o se podrían dedicar al cultivo de cáñamo y lino, en regadío, es contestado por el ayuntamiento de Villarrobledo que las tierras de esa villa son labrantías y únicamente serían aprovechables las tierras bañadas por el Záncara en los términos colindantes con Las Mesas y El Provencio y al mediodía el río Córcoles, pero dichos ríos o están secos o llevan tan poca agua que no pueden regar las semillas de cáñamo o lino. La petición de 8 de marzo de 1625 era de mayor interés, pues solicitaba las tierras labradas, baldías, propias del concejo o de señores particulares y los diferentes cultivos existentes o valorar si esas tierras eran aptas para otros cultivos y se planteaba la concesión de préstamos a bajo interés (censos perpetuos moderados). La constatación del ayuntamiento nos da una idea de la extensión de cultivos que no dejaba margen para nuevas plantaciones:

acerca de la dicha cría y plantío de lino y cáñamo que esta villa y que su término y juridición no tiene ríos ni vegas capaces para ello que las tierras incultas y baldías que ay en el son muy cortas e incapaces y su disposición no es para plantío de ningún género de árboles ni crías de pan y son llecos del concejo que solo sirven de majadas para los ganados y están en cerros y en riscos y áridos para qualquier plantío, en los quales baldíos ningún señor particular tiene parte y solo se cría en ellos atocha y romero y no se puede plantar en esta tierra  criar ni plantar árboles ni viñas ni se puede labrar para pan y no ay persona que la quiera ni pueda arromper por no ser de provecho más para solo las dichas majadas de ganado y por no ser capaces para ello y criar de ganado los vecinos que lo tiene los llevan fuera al término de Murcia y Alcaraz y el Castellar de Santisteban y otras partes. La demás tierra del término desta villa que por algunas partes es distancia de quatro leguas y por otras de a tres y a dos son eredades de vecinos labradores que las cultivan y labran en mucho tiempo a esta parte la cosecha de pan y plantíos de viñas que es el principal trato y granjería desta villa y sus vecinos.

En agosto, la intranquilidad viene por el peligro berberiscos en la costa. El marqués de los Vélez avisa que las armadas de Argel están saqueando las poblaciones de la costa y puertos, por lo que se pide que se hagan alardes de la gente de milicia en el Reino de Murcia y marquesado de Villena. El marqués de los Vélez pide trescientos soldados, la villa responderá que no puede aportar más de los cien de la milicia del Reino. Más soldados sería poner en riesgo la estructura productiva de la villa.


Estructura de la milicia

  • Capitán: Diego Muñoz de la Calera
  • Alférez: Pedro Lozano Vargas
  • Sargento : Alonso del Peral
  • Cinco cabos
  • Cien soldados


Friday, February 7, 2025

Cañada Negrita y los Ruiz de Alarcón

 El lugar de Cañada Negrita era motivo de disputa entre Pedro Ruiz de Alarcón el viejo y las monjas y priora del monasterio de San Blas, cerca de Cifuentes y de la orden dominica. Para hacer efectiva de la posesión del lugar de Cañada Negrita a favor de las monjas se desplazó el bachiller Carrasquilla para ejecutar la sentencia favorable. Algunos años después otro Pedro Ruiz de Alarcón, el mozo, sobrino del anterior y vecino de San Clemente, se había arrogado el derecho a la propiedad de dos de los quintos del citado lugar de Cañada Negrita. Pedro Ruiz de Alarcón sería conminado por la justicia a devolver el lugar a las monjas, bajo multa de mil castellanos. Pedro Ruiz de Alarcón traerá a colación una real cédula de Fernando el Católico, aseverando que por el hecho de ser entonces estudiante del estudio y universidad de Salamanca se acogía al fuero universitario para que en el asunto entendiera el maestrescuela de Salamanca. Salvado este tema, las monjas obtuvieron nueva sentencia favorable, pero Pedro Ruiz de Alarcón el mozo se negó a entregar en su integridad el heredamiento, "renunciando" únicamente a la parte que por herencia correspondían a los hijos de Pedro Ruiz de Alarcón el viejo. El pleito se vería nuevamente ante el Consejo Real, que tuvo conocimiento a 28 de mayo de 1512, para dar la razón a las monjas.

Pero una cosa era lo que pasaba en los tribunales y otra mu diferente lo que ocurría en Cañada Negrita. Allí Pedro Ruiz de Alarcón el mozo amenazaba a los renteros de las monjas y los violentaba: a un rentero lo llevo preso con las manos atrás atadas para que lo juzgara la justicia de Castillo de Garcimuñoz; a un pastor de las monjas lo mató a cuchilladas y con él a una veintena de ovejas y se había llevado para sí una carretada de garbanzos de los rentos de las monjas. Pedro Ruiz de Alarcón el mozo, probablemente cuya posición se había visto fortalecida por su apoyo al emperador Carlos en la época de las Comunidades, conseguiría por sentencia de 23 de diciembre de 1526, dada en Valladolid (la ejecutoria sería de 30 de enero de 1628), mantener dos quintas partes del lugar y heredamiento de Cañada Negrita, si bien, al igual que su tío, ya había fallecido por estas fechas y de la herencia disfrutaría su hijo del mismo nombre. Detrás de esta decisión estaba la división en dos líneas familiares de los Alarcones, procedentes del licenciado Hernán González del Castillo (hijo bastardo del doctor Pedro González del Castillo), entre los Alarcones, señores de Albaladejo del Cuende y los Alarcones de Sisante, y el litigio que unos y otros mantenían por las posesiones en las aldeas de Castillo de Garcimuñoz. Las pretensiones de Pedro Ruiz de Alarcón el mozo estaban fundadas en el hecho de estar cargado el heredamiento con un censo para sostén de una capellanía y la actitud depredadora de las monjas con las propiedades. 


Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, REGISTRO DE EJECUTORIAS,CAJA 404,37
SALAS PARRILLA, MIguel: Cañada Negrita y el molinillo de la Almarcha. Tarancón, el autor, 2023

Thursday, February 6, 2025

VILLARROBLEDO (1628-1629)

El año 1628 empezó con la cédula real de final de año que compelía a aportar 18000 ducados a los pueblos del distrito militar del marqués de los Vélez. El Consejo de Guerra constaba el fracaso de cualquier intento de reclutar infantes en las villas y optaba por la recaudación pecuniaria. Pero ahora el distrito era más amplio: del Reino de Murcia y Marquesado de Villena se ampliaba al acedianazgo de Alcaraz y Campo de Montiel. Villarrobledo mostró sus protestas, la villa estaba cargada con 30000 ducados por la extensión de jurisdicción y término de 1567 y con otros 26000 por la exención del corregimiento de San Clemente, además había acotado sus dehesas y pinares para el arrendamiento y poder pagar las compradas rentas de escribanía, almotacenía y correduría.

 El 28 de marzo de 1628, el alférez Pedro Lozano Vargas comunica la muerte de Diego Muñoz de la Calera, solicitará la elección de un nuevo capitán entre una terna de candidatos; dicha elección recaerá en el mencionado alférez. En Villarrobledo había hombres con experiencia militar tales como Juan Cano Culebro, alférez con experiencia en Flandes o el capitán Fernando Pacheco, que sería determinante para el nombramiento de Pedro Lozano Vargas y con experiencia militar en Sicilia y Nápoles, amén de hidalgos. Por cédula real de siete de junio se nombrará como nuevo capitán a Pedro Lozano de Vargas.

En agosto de 1628, los pósitos están sin trigo, incluso al de los pobres se le deben 800 fanegas. Aprovechando la cosecha se pedirá a los vecinos que vendan su trigo al pósito mayor. Villarrobledo ya no puede aportar trigo a la corte y villa de Madrid, de hecho este año, en el mes de julio, lo aportan las localidades de Mora, Quintanar de la Orden y otras comarcanas, pero el juez Espinosa Marañón sí que exige carros para el transporte del trigo, hasta cien carros, que la villa consigue reducir hasta cincuenta, para a continuación exigir otros sesenta. Villarrobledo incumplirá, alegando que sus trabajadores están en los campos, en sus cosechas, por lo que el juez se llevará preso al alcalde Pedro Montoya Vizcarra y al regidor Miguel Sánchez de los Herreros. La villa cumplirá embargando carros de vecinos y de forasteros.

Sobre la paupérrima cosecha de este año valga esta declaración del ayuntamiento:

por quanto por decretos desta villa se a desecho el trigo de pósito della  en pan cocido dándose a los panaderos para la provisión de los vecinos e pasaxeros a noventa libras por fanega acudiendo a ocho mrs. por libra y el trigo que el dicho pósito tenía se va acabando y la cosecha de este año conocidamente es de poca consideración en esta villa de cuya causa oy se vende el trigo de la cosecha deste año por treynta reales como se a entendido públicamente y atento que el caudal del dicho pósito está en dinero y atento que se an hecho dilixencias para dar dinero a los labradores para que lo vuelvan en trigo como valiere no a sido bastante remedio y an recibido muy paca cantidad  y conviene con toda brevedad el dinero que tiene el dicho pósito se emplee en trigo atento se a dado noticia que muchos positos de lugares comarcanos lo están comprando en esta villa para que tenga efecto el hacer la dicha provisión

El problema de fondo era los altos precios que estaba alcanzando el trigo. Un regidor de Campillo había comprado trigo en Villarrobledo a 30 reales la fanega. Pero a Villarrobledo acudían arrieros y carreteros de todas partes, lo que nos lleva a poner en duda que la cosecha fuera tan aciaga. Así, los villarrobletanos se vieron obligados a comprar el trigo al mismo precio que lo vendían a los pueblos foráneos, a treinta reales, mientras los labradores especulaban con el grano de sus eras: se a dado noticia que lo venden a mayor prescio a forasteros, sacándolo de noche o dándolo en heredades donde lo tienen los dichos labradores entroxado y de no hallarse la dicha provisión del pósito para el remedio de los vecinos por ser el año muy necesitado y estéril se siguen notables daños.

Para final de año, se pagan los réditos del censo del marqués de Cañete en vellón, ante la imposibilidad de hacerlo en plata. Si la villa tenía necesidad, la corona también, por esa razón se devolvieron los oficios de regidores consumidos unos años antes, cuando la villa pasó de 36 regidores a 14. Si la villa tuvo que pagar por consumir los oficios de regidores, ahora cada uno de ellos tuvo que pagar 800 ducados por recuperar el oficio.

El año finalizará con las órdenes que llegan del Consejo de Guerra para tener prevenida la milicia del Reino, compuesta por cien hombres y ahora al mando de capitán Pedro Lozano Vargas (y que ahora se ampliará a Las Mesas y El Pedernoso), al tiempo que la villa pide trigo prestado al conde de Barajas para la sementera de los labradores y para sus vecinos. El trigo ha alcanzado el precio de 30 reales la fanega.

El año 1629 será un año en el que la villa de Villarrobledo hará esfuerzos por sanear la hacienda municipal. A ello contribuirá la pragmática de siete de agosto de 1628 con una deflación de la moneda de vellón a la mitad de su valor. Pata el pago de las mercedes reales (exención jurisdiccional, corredurías,...) la villa se veía obligada a tomar prestada dineros, pero también se le daban ciertos arbitrios para facilitar los pagos. En años anteriores, los arbitrios fueron arrendar las yerbas de los pinares de Calaverón, Bernagosa y Hoya Roldanes o establecer sisas sobre las carnes y tocino. Ahora se acotarán dos nuevas dehesas; una en el camino de Minaya, junto a la carnicera y la otra limitando con términos de Socuéllamos y Alcaraz.

De nuevo la villa, con su procurador y abogado licenciado Pedro Romero, por la injerencias de la justicia de San Clemente; esta vez, aprovechando una nueva pragmática para la conservación de los pósitos. Detrás estará tanto la administración de su caudal como las deudas impagadas por algunos notables o casos de fraude, como la causa contra Blas Morcillo por falsedad en una medida. En cualquier caso, la cosecha de 1629 se esperaba abundante y se adelantarán en mayo doce mil reales del caudal del pósito a los vecinos a devolver con la cosecha de agosto.

Estaba cambiando el panorama exterior de la monarquía hispánica. Don Gonzalo de Córdoba estaba en aprietos en el cerco de Casal y la "reputación de las armas de su majestad" en entredicho. Pero Villarrobledo ponía escusas para no acudir en socorro de su rey e incluso decía sentirse molestada por venir la orden a través del corregidor de San Clemente, dando a entender que Villarrobledo estaba subordinada a esta última villa. En una sesión "nemime discrepante" se decide aportaciones voluntarias en dinero y llevar un cuaderno con los donantes. La ceguera no dejaba ver el momento histórico que se vivía. En el otoño la corona enviará a un miembro del Consejo Real Fernando Ramírez Farina para dar licencias para la concesión de arbitrios a las villas, con las que puedan tributar, pues el real patrimonio está exhausto, es el comienzo de una sangría que ira ligada a la política militarista del conde duque de Olivares y que tendrá su primer capítulo en la guerra de Mantua y el cerco de Casal. Seis meses después Farina llega en persona con al real cédula de abril, entonces incumplida, y pidiendo dinero: 22300 ducados a pagar al tesorero de Villanueva de los Infantes. La contrapartida es la perpetuación como propios de dos oficios de fieles ejecutores, dos reales por cada libra de azafrán, un real por cada fanega de trigo, un maravedí por azumbre de vino, el arrendamiento de tiendas tabernas, tiendas de aceite, pescado y traperías, cuatro maravedíes por cada cabeza de ganado vendida y arrendamiento de Matas Verdes.

Mientras, la villa se divertía, el catorce de junio de 1629, día del Corpus o del Santísimo Sacramento, tras pedir licencia al cardenal infante don Fernando, arzobispo de Toledo, se celebrará la fiesta por todo lo alto, con representación de auto sacramental y comedia en la parroquia de San Blas. La fiesta era organizada por la cofradía y se celebraba una misa mayor. La representación y conversión de la iglesia en patio de comedias no hizo mucha gracia al cura, que se ausentó de la representación y del asiento privilegiado guardado a él y sus clérigos. En actitud de desprecio, el cura y sus clérigos decidieron almorzar en la sacristía, en tanto que los feligreses esperaban para comenzar la representación del auto sacramental; hartos de la espera, decidieron comenzar la representación sin el cura. El cura, obviando la representación del auto sacramental decidió sacar el Santísimo Sacramento sin música ni capilla y haciendo sonar las campanillas que guían la custodia para comienzo de la procesión, mientras el resto de vecinos asistían al auto sacramental. El pueblo atónito veía cómo la procesión comenzaba sin música, canto de órgano y en lo que se veía como indecencia sin palio y sin autoridades civiles; el cura, entretanto seguía con la procesión por el pueblo mediando algunas palabras injuriosas para sus vecinos. El pueblo tachó al cura Blas de Morales de indecente por el modo de proceder e interrumpir la representación del auto sacramental.

Las diferencias de Villarrobledo no solo venían con la justicia de San Clemente, también con sus vecinos. En junio de 1629, denunciará a Diego de Haro por talar sus criados varios pinos en el Calaverón. Diego de Haro nos aparece como poseedor de una venta próxima: hicieron ciertas cortas en el pinar del Calaverón, jurisdicción de esta villa, donde el susodicho tiene una venta y heredamientos de viñas.

A los pueblos del corregimiento de las diecisiete villas llega a finales de octubre una cédula real de 19 de octubre de 1629, anunciando el nacimiento dos días antes del príncipe Baltasar Carlos. El acontecimiento será recibido con pólvora, cohetes, luminarias y fiestas en la plaza de los pueblos del día 26 de octubre, La gente no lo sabe, pero todas las esperanzas, luego malogradas, de la monarquía hispánica están puestas en este niño.

Alonso Yáñez de Mendoza, vecino de Guadalajara, patrón de la prestamera de la iglesia de Villarrobledo.

ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO

EL CERCO DE CASAL Y EL COMIENZO DEL FIN
La guerra de Mantua se desarrolló entre 1628-1631. Una guerra dinástica por la falta de herederos de la familia Gonzaga, donde se enfrentaron las armas españolas y francesas. Sería el primer gran fracaso de las armas españolas por la imposibilidad de tomar la fortaleza de Casal, primero con Gonzalo de Córdoba y luego con Ambrosio de Spinola.
A nosotros nos interesa porque fue la primera vez que la guerra fue algo que se apareció a los ojos de las villas del sur de Cuenca. San Clemente, el año 1628, se vio obligada a alojar soldados heridos repatriados y, en la primavera de 1629, la Corona hace un llamamiento a las villas pidiendo su colaboración "por el aprieto" del asedio del Casal y por estar en juego "la reputación de las armas de la monarquía". Para la primavera de 1629, se pide esté preparada la milicia del Reino, un organismo militar creado en 1598, inoperativo durante años, luego la voluntariedad de las villas para aportar hombres. La respuesta de las villas fue la evasiva, evitando el compromiso con una aventura que veían lejana. En el otoño, el Corona lo que pide es dinero, nuevas sisas se imponen sobre productos de consumo básico o sobre la venta de productos "exóticos" como el azafrán. Esta vez, los servicios serán compulsivos.
Las villas no lo saben, pero han entrado en una dinámica militarista de la que ya no saldrán. Cuando el 19 de octubre reciben la noticia del nacimiento dos días antes del príncipe Baltasar Carlos y lo celebran con fiestas de pólvora y luminarias, no pueden imaginar que esas grandes esperanzas por el nacimiento del heredero serán trocadas en desesperanzas por su muerte diecisiete años después. La desgracia del príncipe Baltasar Carlos será un reflejo del triste futuro de la monarquía hispánica. Su corazón permanecerá en el altar mayor de la Seo de Zaragoza, su cuerpo embalsamado será llevado a El Escorial.

Wednesday, February 5, 2025

Guerra del Marquesado y poderes señoriales menores

 SOBRE EL PAPEL DE LOS PODERES SEÑORIALES DE EL PROVENCIO, SANTA MARÍA DEL CAMPO RUS Y SANTIAGO DE LA TORRE EN LA GUERRA DEL MARQUESADO

O más bien habría que decir en la segunda fase de la guerra; fase más popular en el sur de Cuenca por la presencia de Jorge Manrique. El caso es que poco sabemos qué hicieron los Calatayud en la primera fase de la guerra, transcurrida en el año 1476, y sabemos de las dudas de don Juan Castillo y Portocarrero, señor de Santa María del Campo Rus y Santiago de la Torre e hijo del doctor Pedro González del Castillo (sin el Portocarrero de su mujer Isabel, que se le añade), aclaradas por su hermano Alfonso, fiel servidor de la causa isabelina.
En la segunda fase de la guerra, en el año 1479, la relación de fuerzas cambió y se aclaró. ¿Qué podían hacer los isabelinos ante el control por el de Villena de las tres principales fortalezas de la zona: Belmonte, Castillo de Garcimuñoz y Alarcón? Poco o muy poco. Los isabelinos habían echado la carne en el asador por ganar para la causa real la villa de San Clemente en el verano de 1476. Cuando la villa se toma, allí acude Pedro Fajardo, adelantado de Murcia para aceptarla en nombre de los Reyes Católicos, mientras el grueso del ejercito isabelino está acampado en las afueras, en el camino de Villarrobledo. Ese mes de septiembre antes de la concordia del día nueve, que iba a decidir qué villas iban a quedar para la corona real, hay una expedición realista hacia Santa María del Campo Rus; creemos que el objetivo es apuntalar la villa de El Cañavate para la Corona, a la que se le prometerá todo, pero la realidad es que las tropas isabelinas fueron derrotadas entre risas, festejos y jolgorio de la comunidad conversa de San Clemente, que creyeron poder liberarse del rey italiano (así llamaban a Fernando el Católico). El fracaso de esta expedición lo que demuestra es que el de Villena mantuvo el castillo de El Cañavate como punta de lanza contra los isabelinos y llave que abría el paso hacia Alarcón y Castillo de Garcimuñoz.
Hubo que replantear pues estrategias y alianzas de cara al año 1479, cuando llega Jorge Manrique a inicios de ese año y presenta y deposita en el archivo de San Clemente las cartas reales que le nombran capitán y le encomiendan hacer la guerra sin contemplaciones a don Diego López Pacheco. Al afán de Isabel la Católica por hacer la guerra al marqués, ya se habían adelantado los pueblos del sur de Cuenca, que en una asamblea el año anterior se juramentarán para liberarse del marqués, nombrando por sus dirigentes a Juan López Rosillo y Juan de la Osa. Para hacerlo posible, existía una contradicción, había que contar con los poderes señoriales menores de la zona: los Calatayud y los Portocarreros. Nuevas noticias de hace dos años nos han desvelado que los Calatayud tomaron partido por Isabel la Católica el año 1479, para desgracia de San Clemente en el futuro, aportando un "estado tapón" y la fortaleza de los Calatayud para las tropas reales afincada en el llano sanclementino. Pero más importante sería el que los Castillo Portocarrero se decantasen definitivamente por la causa isabelina, obviando las diferencias entre los hermanos Juan y Alfonso. Los Castillo Portocarrero aportarán su villa de Santa María del Campo, donde en improvisado cortijo se afincarán las tropas y lanzas realistas. Este nuevo campamento dejó al dudoso Cañavate aislado, es presumible que su pequeño castillo tuviera que ser abandonado por el bando del marqués y, en lo que era costumbre, desmochado. A pesar de ello las defensas de Santa María del Campo eran muy endebles como padecería Pedro Ruiz de Alarcón ante los embates del valeroso capitán Pedro Baeza desde Castillo de Garcimuñoz.
Pero los Castillo Portocarrero poseían otra fortaleza importante, esa era el castillo de Santiago de la Torre, era una punta de lanza frente a Belmonte y el deseo de arrebatarle su Tierra Nueva, es decir Las Pedroñeras, Las Mesas y El Pedernoso. En ese intento fue clave la fortaleza de Santiaguillo. Desde su protección pudo pasearse don Jorge Manrique para ofrecer la libertad a las villas mencionadas, que, sin embargo, por el hecho de estas en medio del llano, entre las dos fortalezas (la de Belmonte y la de Santiago, nunca se atrevieron a levantar horca de tres palos para hacer realidad la libertas ofrecida por don Jorge. A pesar de ello, Santiago de la Torre se ofrecía como bastión, desde el que Juan López Rosillo seguía instigando a los hombres del marqués y aún perseveraba después de la tregua de 14 de octubre.
Era una contradicción, una fortaleza señorial al servicio de los anhelos de libertad de los pueblos. Fue esa contradicción la que explotó años posteriores en las luchas fratricidas entre provencianos y sanclementinos. El deseo de los sanclementinos por aniquilar El Provencio, amparándose en la antigualla de un poder señorial en medio de villas eximidas, sería respondido, tras muchos encontronazos, en solidaridad obligada con su señor para evitar la destrucción del pueblo.

Tuesday, February 4, 2025

Villarrobledo (1624)

 El año 1624 comenzó entre los pagos habituales de deudas y elección de oficios, si bien ahora por orden de Baltasar Gilimón de la Mota, del Consejo de Hacienda, se finiquitaron las cantidades adeudadas de la reducción de oficios del año pasado. Los pleitos eran repetitivos con Munera por las dehesas de los Jarales y la Bernagosa. Los oficiales locales del Consejo de la Inquisición, dependientes del Tribunal de Murcia, exigían un puesto preponderante en la iglesia de San Blas y al lado del Evangelio cuando se leyeran edictos del mencionado tribunal.

No se hace mención de las cosechas de ese año, aunque sí de la falta de lluvias en otoño, pero sí de las dificultades de hacer frente a las deudas y concretamente a los réditos del censo de don Pablo de la Peña, al que se le debía 1446010 maravedíes. La visión de la crisis vivida por la villa ese mes de septiembre es que había empezado en el año 1614 (secas, hielos y langosta y por pleitos y excesivos gastos que han consumido los propios), y ahora se sufrían las consecuencias. Al pago de esta deuda sucedía la de los servicios de millones y fiestas de toros para la virgen de la Caridad. EL concejo pidió un repartimiento extraordinario entre los vecinos. Únicamente había un modo de no pagar: tener seis hijos varones vivos, tal como decían las pragmáticas reales.

Es cierto que el 20 de noviembre de 1524, el regidor Pedro de Montoya Vizcarra plantea un plan de consolidación de la deuda, unificando los intereses de los réditos en el cinco por ciento. Los acreedores de los censos que reconoce en ese momento son: 

  • Pablo de la Peña Carbajal, vecino de Toledo: 16000 ducados de la ampliación del término y jurisdicción, 4000 ducados de la escribanía pública, 2100 ducados de una escribanía del ayuntamiento y 3200 ducados sobre el caudal del pósito
  • Don Gonzalo de Cáceres y Heredia, vecino de Segovia, 2267065 maravedíes (6045.5 ducados) para la exención y primera instancia del corregimiento de San Clemente.
  • Don Gabriel de Cárdenas, por el motivo anterior, 4275 ducados
  • Don Juan Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, por el motivo anterior, 8500 ducados.
  • Capitán Urriaga (o Yrárraga), estante en corte, por el motivo anterior, 500 ducados

La cosecha del verano se vio truncada por un otoño seco que impedía sembrar a los labradores, por lo que se hicieron rogativas a la virgen de la Caridad: por quanto la necesidad y falta de agua es notable y el tiempo va muy adelante y por la sequedad del tiempo no se siembra y en esta villa es cosa muy conocida la gran devoción en que los vecinos della ay con la santa ymagen de nuestra señora de la Caridad extramuros desta villa, conviene se traiga a la yglesia mayor della para que diciéndose misas y haciéndose otras devociones suplicando a nuestra señora se sirva de enviar sus rayos y misericordia.


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"se acostumbra a traer a esta villa una fiesta de toros que se corran en la dicha fiesta por onra de la que se hace en la fiesta de nuestra señora de la Caridad desta villa se acostumbra a dar de propios de esta villa para ayudar a ella y a comprarla y traerla mandaron librar y desde luego quedan librados en propios desta villa la qantidad que montaren y costaren de compra siete toros de muerte con su cabestraje para que se corran en la dicha fiesta"



ACTAS MUNICIPALES 1624

Sunday, February 2, 2025

Villarrobledo (1623)

 Villarrobledo recibió el año 1623 como una villa agotada. La vieja soberbia nacida del privilegio de exención jurisdiccional de San Clemente había dejado el paso a la complacencia con el corregidor Francisco Zúñiga, que visitaba la villa para tomar residencia a los oficios concejiles y al que se procuraba adornar y aderezar la casa donde debía posar. El corregidor iba, además, con un cometido especial: tomar las cuentas de los últimos diez años y revisar las de los diez anteriores. Una auditoría para saber qué había de causalidad en las inclemencias meteorológicas y qué de malversación de los caudales y graneros públicos. La llegada del corregidor se anuncia el nueve de enero, el veintidós de febrero sigue presente en Villarrobledo entre protestas de las villa, muy molesta, pues el corregidor se acompaña de un fiscal "forastero", iniciando numerosas causas ejecutivas y criminales, derivadas de la administración de los propios y del pósito. Las actuaciones del corregidor seguirán el nueve de junio. El problema de Villarrobledo es que había intentado convertirse en una gran villa, como mostraba el ensanche y nuevo urbanismo de su plaza, en un momento de crisis generalizada y de corrupción en el gobierno de la villa. Quizás, la visión optimista y engañosa en la que se quería vivir era la misma con la que la monarquía se intentaba engañar: el 30 de marzo se recibe una cédula en la que el nuevo rey, que recibe al príncipe de Gales, manifiesta su voluntad de estrechar lazos de amistad con Inglaterra. Dos años después, los ingleses atacan Cádiz. Sabedora de los nuevos nubarrones que se avecinaban, el rey ordenaba potenciar de nuevo la cría de caballos, muy menguada por echarse las yeguas al garañón. De hecho, se decía que las yeguas habían pasado de cuatrocientas a treinta en estas tierras. El programa dispuesto recogía la necesidad de concentrar yeguas en la ciudad de Alcaraz para echarlas al semental y controlar el preñado de las yeguas, pero también otras como revivir viejas obligaciones del fuero de Alcaraz, que imponía a los caballeros de sierra el mantenimiento de armas y dotarse de caballos para su oficio al menos nueve meses al año.

La importancia que había tenido Villarrobledo vendrá expresada por los procuradores villarrobletanos enviados a la corte, para defender los intereses de una villa arruinada:

porque la granxería principal de los dichos vecinos es la siembra de todo xénero de pan, que algunos años se an recogido de diezmos sesenta mill anegas, ordinariamente se suelen proveer de la dicha villa los Reinos de Murcia y Cuenca y en algunas ocasiones a proveido esta corte de más de veinte mill anegas de trigo 

La crisis agraria de Villarrobledo iba acompañada de crisis ganadera. Las quejas de los "grandes señores de ganados", como Juan Sánchez Munera o Alonso Ortiz, denunciaban la falta de espacios para ramonear el ganado. La causa del declinar del ganado se quería ver en la falta de pasto en el invierno, definidos como "rigor de los tiempos y grandes nieves". La solución dada era la facilidad para cortar ramas de los montes, siempre que no se tocaran los pies de los árboles.

Poco a poco, vamos conociendo sobre el terreno lo que se ha denominado la "pequeña edad de hielo". Un cambio del clima iniciado en la segunda mitad del siglo XVI y que se nos presenta como años de enorme sequía y esterilidad en las estaciones equinocciales, que debían ser de lluvias, acompañadas de inviernos muy fríos y tremendamente rigurosos.

Sin embargo, el año 1623, para el mes de mayo, ya esperaba una buena cosecha. De hecho, aunque se hacía uso de dos mil fanegas del trigo de pósito para pobres, como se había hecho uso del trigo del pósito mayor antes, se confiaba en un abaratamiento del trigo y del pan tras la cosecha venidera. Esta vez, el ayuntamiento villarrobletano protestará contra el corregidor de San Clemente, cuyas acciones ejecutivas contra los deudores, se decía, estaba dejando a los agricultores sin trigo para sembrar. Además, el corregidor exigirá su salario, 8290 mrs. a pagar en cada uno de los tres tercios anuales.

El principal agobio para Villarrobledo era el censo tomado de don Pablo de la Peña Carbajal, vecino de Toledo. Un total de 25000 ducados de principal, que la villa ya llevaba pagando 56 años; la finalidad era ampliar el término y jurisdicción de la villa. El año 1623, se le debían 30000 reales de réditos. El pago del censo había sido repartido entre las casas de los vecinos, pero ahora, respecto a ese reparto, que hemos de considerar del año 1567, faltaban ochocientos vecinos, si bien hemos de entender por tal concepto no el de familias, sino el de casas desaparecidas por la muerte o ausencia de sus dueños (es la primera vez que se nos da una cifra tan exacta, con fecha 25 de septiembre de 1623); hemos de considerar que ese año de 1567, Villarrobledo se movía entre los alrededor de los 1100 vecinos del censo del Escorial y los cerca de 1700 del censo de 1591, probablemente más cercana a esta última cifra, pero en cualquier caso, reflejando el cataclismo de la crisis de la década de 1610 a 1620 y la pérdida de población. Para comprender la presión fiscal que soportaban los vecinos, habría que tener en cuenta los censos tomados anteriormente, los veintidós mil ducados de la exención jurisdiccional de San Clemente, más otros menores que elevaban las deudas por préstamos a la villa a cerca de 55000 ducados, descontados los 4000 que había redimido unos años antes. Se puede decir que Villarrobledo murió de éxito, presa de la confianza que tenía en los excedentes de su trigo para pagar cualquier préstamo, pero no previó el cataclismo de la crisis de la década de 1610.

El año 1623 se acabará intentando racionalizar el gobierno de la villa, de los treinta y ocho regidores existentes se consumirán veinticinco para quedar trece nada más. Al mismo tiempo se crearán dos oficios de comisarios de millones. Las escribanías se reducirán a una del ayuntamiento y tres públicas entre quejas del ayuntamiento.

Las obligaciones contraídas por la villa venían recogidas así en su ayuntamiento de 6 diciembre de 1623, cuando se exigen nuevas contribuciones por el consumo de oficios concejiles:

aber servido esta villa a las magestades de los señores reyes antecesores con muchas cantidades de mrs. por merzedes que le an hecho e previlegios que le an dado y en espezial con veynte e quatro mill ducados por el villazgo y ampliación de su jurisdición que de presente está cargada y tiene a censo la mayor parte y no a por propios ni rentas bastantes para las paga de los réditos, que de presente debe de ellos más de treynta y ocho mill reales y por el título que se le dio de la escribanía pública y del ayuntamiento sirve con siete mill ducados que ansimesmo tomó a censo e que está la renta dellas para pagar los tributos de los censos que se tomaron para la dicha paga y ansimesmo por aber servido con veynte dos mill ducados por la merzed que se le hiço de dalles su primera instancia y otros más de tres mill ducados de costas y por los que se le causaren en el pleito con la contradición de la villa de San Clemente, los que dice ansimesmo tomó a censo y por aber ansimesmo servido con otros veinte mil (?) ducados por el título que se concedió de las rentas de la correduría y la almotacenía que ansimesmo tomó a censo, que de los adbitrios para la paga de lo uno y de lo otro se le dio no puede pagar los corridos de los dichos censos quanto más allegar por lo principal de manera que está muy alcançada y muy menesterosa y aunque de la hacienda del rey nuestro señor se le deben de principal veinte y siete mill reales con que socorrió a la compañía de hombres de armas del capitán don Gaspar de Guevara que aloxó su gente en esta villa los años años pasados

La hacienda real intentaba poner orden en unas haciendas municipales en bancarrota. Para finales de diciembre de 1623, el alcalde mayor del corregimiento, desde La Alberca, pide un informe de las tierras "rompidas" o adehesadas en los últimos cuarenta años.


 La iglesia de Lerma es beneficiaria de 800 ducados del beneficio curado de la iglesia de Villarrobledo.

Crianza de potros:

todos los señores de yeguas sean obligados a sacar de sus yeguas todos los potros que en ellas tuvieren que vayan para dos años y de aí arriba y en fin de febrero de cada un años tengan  traídos a las dehesas de los potros de suso que esta ciudad tiene de muy antiguo señalada para este efecto donde ayan de estar y estén los dichos potros sin volverlos a las dichas yeguas hasta en fin de mes de agosto porque se escusase el daño que suele suceder de cubrir los potros a las dichas yeguas de que la casta se daña y los potros quedan ruines y pequeños. 

La ordenanza aconsejará, finalmente, tener separados a los potros de las yeguas hasta San Lucas.


(ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO DE 1623)

Thursday, January 30, 2025

Villarrobledo (1622)

 La crisis de la década de 1610-1620, en Villarrobledo, tal como se reconoce en marzo de 1622, la padecen especialmente la gente pobre y de abajo " que es la más cantidad de vecinos de esta villa". La Corona tampoco ayudaba, pues muchos años antes, en 1608 y 1609, la villa había alojado una compañía de soldados de caballos de don Gaspar de Guevara, recibiendo un préstamo de 8500 reales que ahora se pedía fuera devuelto. Ahora, para más inri, la Corona pedía un registro de caballos y yeguas en la villa, para destinarla a la crianza de caballos para la guerra y detrayéndolos de la crianza de mulas para la agricultura y un alcalde entregador, radicado en Vara de Rey, condenaba a la villa en 39000 maravedíes*. A las calamidades, acompañó la especulación, aunque no de igual forma su persecución. Aunque este año de 1622 ya encontramos una causa criminal contra Juan Cantero Moragón. Sus prácticas nos son conocidas, como mayordomo del pósito había revendido trigo del pósito a altos precios, con una "mordida" de mil ducados. Por no haber, ese mes de septiembre no había ni cebada para las bestias de labor, mientras el trigo seguía en precios de 17 y 18 reales la fanega.

Las quejas de ese año no venían tanto por la falta de trigo, sino por la mala cosecha de cebada y centeno, que había dejado a los labradores sin simiente para el mes de diciembre, tal como se reconocía en ayuntamiento del día doce

es notoria la grande necesidad que padecen los labradores desta villa por la falta y esterilidad que ubo de cebada y centeno la cosecha del año mil seiscientos veinte y dos, ansí por aberse apedreado la mayor parte de la siembra desta villa como por la falta de agua que ubo el verano, respecto de lo que los dichos labradores no an podido sembrar la mayor parte de sus barbechos y están imposibilitados de poderlos sembrar ni menos sustentar las bestias de labor si no es fesnesciendolos con cebada y centeno de las rentas decimales. Se acabará echando mano de esas rentas decimales para garantiza la siembra

La mejor muestra de la necesidad existente en la villa es el intento de prohibir o restringir las limosnas el 26 de septiembre, pero esta vez a las cofradías existentes en la villa, mandando procurador a la iglesia de Toledo: "para que  ninguna de las cofradías desta villa ecepto el Santísimo Sacramento y la Vera Cruz y Soledad y el Nombre de Jesús y Nuestra Señora del Rosario y de la Caridad y Concepción y asimismo del Carmen y Ánimas del Purgatorio no puedan pedir limosna en esta villa, en las yglesias ni hermitas dellas esto pan ni vino ni dinero y por las calles ni lana ni otra cosa alguna, esto atento a la gran qantidad de cofradías que ay en esta villa e que las sustenten los cofrades". Es de notar, por no citarlas, la gran cantidad de cofradías existentes, al margen de las principales y cómo la caridad, acompañada de la necesidad, se estaba convirtiendo en un problema de orden. 


*Villarrobledo alegará que, al pertenecer al suelo de Alcaraz, por privilegios de esta villa no se pueden entrometer alcaldes entregadores en sus dehesas.

(ACTAS MUNICIPALES DEL AÑO 1622)

Monday, January 27, 2025

VILLARROBLEDO (1620-1621)

 Para el 19 de abril de 1620, Villarrobledo andaba buscando un clérigo para conjurar la langosta aovada en el pueblo. Para el 28 de mayo se reconoce la necesidad de sacar trigo del pósito para abastecer de pan a una población muy necesitada. No todo era "trigo limpio" en Villarrobledo. Las crisis de carestías eran ciertas pero la especulación en el comercio de granos permanecía oculta. Cuando el 11 de mayo llega un juez de residencia a examinar los libros de acuerdos y cuentas de los escribanos de la villa, la oposición del ayuntamiento será frontal y se negará a presentar los libros. Asuntos particulares, como el que hemos mencionado en otro lugar, el pleito en torno al censo de Alonso Muñoz de Oropesa y las tierras hipotecadas a dicho censo, privadas y del ayuntamiento, se convertía en nuevo motivo de discusión con la villa de San Clemente y su corregidor. El ayuntamiento había comprado tiempo atrás a Francisco Vázquez Carretero esas tierras en la dehesa de Calaverón.

Llegado el mes de julio se reconoce de nuevo una cosecha catastrófica, la plaga de langosta, lejos de ser erradicada, ha asolado los campos por la llegada de insectos de otros términos (Socuéllamos debió padecer en sobremanera esta plaga), las cosechas están perdidas y la villa no puede pagar sus deudas y rentas:

dixeron que la langosta que aovó en los términos de esta villa y la mucha cantidad que a venido de vuelo y aova en los dichos términos a destruido totalmente toda la siembra de trigo, cebada y centeno que abía este presente año sembrada de manera que no se puede coger pan ninguno y ello será la destruición e despoblación desta villa por estar los labradores e vecinos de ella muy alcaçados de los años de atrás de manera que no pueden acudir a las pagas a los repartimientos de las alcabalas e servicio e deudas particulares que deben e réditos de censos de que están cargadísimos

Las soluciones a la crisis eran muy limitadas. Entre ellas, el aprovechamiento de dos dehesas comunales, la de Berenguela y la de los Jarales, donde los villarrobletanos roturaban tierras y se enfrentaban a las acciones judiciales del corregidor de Alcaraz para evitarlo y, sobre todo, a los acotamientos y roturaciones que estaban haciendo los vecinos de Munera, y la petición de licencia para que en las dehesas propias de Calaverón y Bernagosa pudieran pastar quinientas cabras en cada una de ellas, em tanto que, caso de Calaverón, Alonso Muñoz de Oropesa pretendía propiedad sobre parte de las tierras por impago de censo. Pero Villarrobledo estaba dividido, ahora se seguía pleito ejecutivo contra Diego Muñoz de la Calera, ¡que acudía a la justicia del corregidor de San Clemente para que le diera la razón!

Mientras la villa se despoblaba, se veía obligada  por orden real a asentar cinco familias gitanas en el pueblo, en un intento más por acabar con la trashumancia de esta etnia. Las penurias de la villa no impedían que la villa siguiera divirtiéndose. El 8 de septiembre de ese año 1620 se decide celebrar la virgen de la Caridad por todo lo alto con una fiesta de toros, dando 16000 maravedíes para ayuda de la cofradía a organizar dicha celebración. Poco después está pidiendo al arzobispo de Toledo, en estos momentos el cardenal infante don Fernando trigo de las rentas decimales para que los labradores villarrobletanos puedan sembrar. El cuatro de noviembre se hace una misa solemne en San Blas, conde todos los oficiales del ayuntamiento formalizan voto y juramento ante la imagen de la Inmaculada en lo que queremos ver un gesto de desesperación.

Con el año nuevo de 1621, nuevas elecciones, pero esta vez intervenidas por el alcalde mayor de San Clemente, Quintano, presente en Villarrobledo con comisión real. Un año más, Villarrobledo pagará su salario al corregidor. Nuevos pagos obligados a los deudores, a los ya citados, añadir otros  como Juan López Palavesín por la correduría y almotacenía y el censo del capitán Francisco López Urazaga. El privilegio que otorgaba como propio la almotacenía y correduría a Villarrobledo fue un quebradero de cabeza más. La villa fue incapaz de pagarlo a la hacienda real y tuvo que soportar ejecutores que incrementaban la carga. Para 16 de febrero de 1521, decide tomar dinero a censo: un total de dos mil ducados, pero Villarrobledo no tiene ya quien le preste y andará buscando por Belmonte y San Clemente. El ir y venir de aquí para allá se repetía con los procuradores enviados a la corte y tribunales reales con la única finalidad de negociar los pagos de una villa que no podía más y a la que el servicio de millones había supuesto una losa demasiado pesada para sus vecinos pues afectaba a su consumo diario, mientras las obras de caridad se debían multiplicar para paliar la necesidad de los pobres. Para agravar la situación, la villa ve pasar una nueva compañía de soldados, la de Lope Sánchez, que exigirá carros y bagajes a la villa.

    El año se cerrará con una presentación del estado calamitoso de la villa

otrosi mandaron se escriba al conde de Barajas que de presente es señor de las alcabalas de esta villa que teniendo consideración a los malos años que an sobrevenido en esta Villarrobledo y casos fortuitos de langosta que le an comido sus sementeras e piedras que se an llevado los panes a los vecinos e malas cosechas que por favor del temporal a abido que a sido causa de que se ayan ido della la mitad de los vecinos desta villa de que a resultado quedar tan perdidos que no an podido pagar sus repartimientos  y alcabalas y maravedíes que dellas se deben e an debido y conllevado más de quatro mil ducados de salarios.

A pesar de todo, la villa trataba de quitarse deudas y a comienzos del año siguiente redimirá los 1100 reales que el convento del Santo Spiritu de Alcaraz tiene contra los propios.

ACTAS MUNICIPALES 1620-1621