El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

Saturday, July 12, 2025

Cuánto costó la jurisdicción de las aldeas a Vara de Rey con su villazgo

 El precio de las aldeas se determinó finalmente en 1642, al precio de la exención y villazgo de San Clemente, Vara de Rey se comprometía a pagar 187500 maravedíes más por LA JURISDICCIÓN DE los vecinos comprendidos en las aldeas de Sisante, Pozo Amargo y granjas de Talayas y el Simarro. A esto se sumaba 2468 mrs para pagar a Diego de Pareja, vecinos de Alcaraz, por averiguar el número de vecinos de estas poblaciones. En total, 189968 mrs. 27 de abril de 1642

AGS, CCA, CED, 288-291

DE OFICIOS PÚBLICOS Y OTRAS COSAS

 Sabemos que el oficio lo detenta Francisco Ortega en la década de 1580. Luego el 2 de noviembre de 1613 es nombrado Cristóbal Merchante, que ha sustituido en el ejercicio a Pedro Díaz Ángel, que renunciará al oficio

AGS, CCA, CED, 182-190

Gonzalo del Pozo es condenado a doscientos azotes y ocho años de galeras sin sueldo por haber apuñalado por la espalda al alguacil mayor Juan del Solar Sobremazas y luego haberlo descalabrado de una pedrada en la frente (año 1623)

AGS CCA, CED. 192-777

Francisco de Zuñiga, corregidor del partido de San Clemente, recibe de ayuda de costa 600 ducados por los tres años de su oficio de 24 de marzo de 1621 a 24 de marzo de 1624

AGS, CCA. CED. 193-115

Juan de la Torre, procurador del número de la villa, se perpetúa su oficio en 1624 por juro de heredad. Por su muerte en 1630 se otorga el ejercicio de su oficio a Juan Sandoval, hasta que Diego de la Torre alcance la mayoría de edad

AGS, CCA, CED. 197-470

En 1640, hay dos nombramientos comunicados al corregidor de las 17 villas y que marcarán el devenir de las villas. Son el de alguacil mayor y alcalde mayor de Villarrobledo. A Juan Jiménez Romero se le nombra alguacil mayor y a Juan Cantero Moragón, alcalde mayor. Los precios que han de pagar son 1500 ducados por cada oficio. 19 de febrero de 1640. Correspondía al corregidor de San Clemente ponerlos en dicho "oficio" ante los oficiales de la villa. Luego, como veremos, eran, caso de Iniesta, los que compraban el oficio y pagaban su salario.

AGS, CCA. CED. 212-401

Francisco Rodrigo es nombrado el 31 de diciembre de 1642 alguacil mayor de la villa de Motilla de Palancar, el cargo da derecho a un asiento de regimiento, preferencia en los ayuntamientos, tras el alcalde mayor, y asistir a los mismos con espada y daga

AGS, CCA, CED, 216-698


En la década de 1640 se multiplican la concesión de oficios por ventas o en compensación de donativos. Tal ocurre en 1646, cuando algunos regidores sanclementinos como Juan de Perona Montoya o Alonso Muñoz Cespedes conceden donativos por 440 reales y la corona concede por juro de heredad el oficio que poseen de regidores. También se conceden escribanías, así Esteban de los Herreros recibe la de millones

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El cinco de abril de 1631 se concede un oficio de regidor perpetuo a Francisco de Astudillo Villamediana. El 26 de junio de 1645 se le concede este título por juro de heredad, por un donativo de 20 ducados

AGS, CCA, CED. 217-1138


26 de marzo de 1643 se le concede el título de alcaide y guarda mayor de la villa de San Clemente a Diego del Castillo e Inestrosa. A su muerte dejará el oficio en su mujer Ana María de Perona, que renunciará a él en favor de Juan Pacheco Guzmán, caballero de Alcántara, el 31 de marzo de 1647

AGS, CCA, CED 221-270

Friday, July 11, 2025

LAS DEUDAS DE VARA DE REY

 La intromisión de los corregidores en la justicia de las diecisiete villas de su corregimiento fue continua. Las primeras protestas vinieron de Villarrobledo, en 1609, que se reservó la primera instancia de los pleitos de la villa a sus alcaldes ordinarios, pero, luego, el resto de las villas obtuvieron en las dos décadas siguientes similares privilegios de primera instancia y exención del corregimiento; exención jurisdiccional y parcial, pues el corregidor seguía manteniendo las apelaciones como vía optativa a la Chancillería de Granada. Una de las últimas villas en defender su exención jurisdiccional fue Vara de Rey. 

En realidad, la reserva de la primera instancia la habían obtenido las villas en un largo pleito frente a los gobernadores del marquesado de Villena en la década de 1550, impidiendo a los gobernadores que fueran acompañados con un escribano de provincia propio, y con la concesión de diversos privilegios. Ahora, en el contexto del afán recaudador de la corona, ésta pedía confirmar esos privilegios y obtener nuevos ingresos. Vara de Rey obtuvo esa confirmación en 1630, pagando una cuantía de 1900 ducados. No eran los más de veinte mil que tuvo que pagar Villarrobledo por concesión similar, pero fue funesto para una villa ya endeudada desde la concesión del villazgo en 1537. Más grave fue la forma de obtener ese dinero, pues se repartió entre sus vecinos, a los que se añadieron mil ducados más en concepto de pagos a ejecutores y media anata. Es cierto que Vara de Rey tenía varias aldeas, pero del repartimiento se excluía expresamente a la más rica y poblada de ellas: Sisante. La razón era muy sencilla, la Corona ya estaba pensando en la concesión del villazgo a esta aldea cinco años después, en 1635. Su precio: nueve mil ducados pagados a la Hacienda real, a lo que habría que añadir otros dos mil ducados que Sisante pagó a Vara de Rey para que este pueblo pudiera pagar de una vez la deuda que desde hacía cien años debía por la compra del entonces lugar de Sisante.

Se pedía que el repartimiento se hiciera "con igualdad y conforme a la hacienda y caudal de cada vecino", pero eso era simple deseo a estas alturas. La Hacienda real era conocedora de llevar a la práctica este repartimiento, por esa razón pedía que 1000 ducados se adelantaran del caudal del pósito, con la obligación de devolverlos una vez finalizado el repartimiento, y que los otras 1900 ducados se obtuvieran de un censo, cuyos réditos se sacarían de los propios y rentas de la villa. Era tal la desconfianza en que Vara del Rey pudiera redimir ese censo, que se formaba arca de tres llaves y cuaderno de contabilidad para control de los pagos. Dicho de otro modo, la hacienda real quería el dinero al momento, pues ya había pasado cuatro años desde la concesión del privilegio, y sabía bien del desorden de la hacienda vararreyense que obligaba a un repartimiento que se habría de extender varios años.


AGS, CCA, CED. 202-815 (2 DE AGOSTO DE 1634)

Por otra carta real de dos de julio de 1635, sabemos que Vara de Rey aún no había empezado a pagar el privilegio. La Corona era sabedora que los propios y rentas de Vara de Rey no iban más allá de 800 ducados anuales, destinados a pagar salarios, rentas y deudas, por lo que decidió que la cobranza de la cuantía por el privilegio otorgado fuera controlado desde la propia villa, por alguien fiel. Primero se pensó en Rodrigo de Ortega, señor de Villar de Cantos, pero declinó sabedor de los odios que despertaba, pues su segunda presa era la propia Vara de Rey, alegando que era viejo y no estaba avecindado en Vara de Rey. Así que el elegido fue un labrador rico de Vara de Rey, de una familia de gran porvenir, y que ahora era presentado como persona abonada y acaudalada: Felipe Valero.

AGS, CCA, CED. 203-1069

Vara de Rey tenía cuatro años para pagar el privilegio de confirmación de primera instancia de 1630, pero seis años después no había pagado nada. El Consejo de Cámara, por voz de su depositario Esteban Vicente, hizo patente su malestar y envió un ejecutor, Juan del Castillo y Castañeda, a Vara de Rey. Enseguida se comprendió la situación lastimera del pueblo, especialmente, tras el villazgo y pérdida de Sisante. Es más, Madrid se sentía engañado: para su paga i seguridad obligó sus propios i rentas, suponiendo i dado a entender que eran quantiosos para pagar la dicha cantidad (1900 ducados) no siendo sino muy tenues pues hasta agora no se ha podido cobrar maravedíes algunos. Se amenazaba a los regidores con embargo de sus bienes comprometidos en la escritura de 1630 y se les acusaba de malicia y fraude. No obstante, el Consejo de Cámara sabía que de donde podía sacar el dinero era de Sisante, eximido un año antes. Sisante con el villazgo se había llevado los propios y rentas de Vara de Rey, además de sus dehesas, que servían de garantía en la escritura de 1630, también la almotacenía y correduría que, Vara de Rey había vendido en el momento de la concesión del villazgo a su aldea. Pero la ejecución que se pedía ahora por el impago de los 1900 ducados era injusta: la comisión del ejecutor enviado gozaba de plena jurisdicción civil y criminal, pero sus destinatarios no coincidían con las primeras denuncias del Consejo de Cámara. Del texto de la comisión se tachó las actuaciones contra los regidores y oficiales del concejo de Vara de Rey que habían hipotecado sus bienes personales como garantía en la escritura de 1630. La ejecución ahora iba contra los bienes y rentas propios del concejo, es decir, la responsabilidad la asumían los vecinos, y se añadía la cláusula que también se hacía responsable a los compradores de propios de Vara de Rey desde 1630, es decir, al concejo de Sisante, que había adquirido por compra varios montes y dehesas pertenecientes seis años a su villa madre.

La carta de comisión es de 13 de junio de 1636. A dos de junio de 1637 seguía sin saldarse la deuda, QUE SE SALDARÁ EN 1641, cuando Sisante le pague los dos mil ducados que le debe

AGS. CCA, CED 206-854


En 1658, Vara de Rey debe pagar 1760 reales para la guerra de Portugal. Obtendrá licencia para adehesar la dehesa que llaman el Nuevo Plantío, y el llano del Carmen, que incluyen los términos de la Perra, Nava del Cobo y Hoyo Perona, que valdrá cada año 600 reales de arrendamiento. 4 de dociembre de 1658

AGS, CCA. CED.233-87

Thursday, July 10, 2025

Ginesa Rosillo, monja trinitaria

 No era fácil entrar como monja en el convento trinitario de Nuestra Señora de los Ángeles de la villa de San Clemente, fundado por el canónigo de Salamanca Francisco Sánchez, que unos años antes había ejercido como cura de la parroquia de San Clemente. Francisco Rosillo, aquel joven que en 1553 había abierto con el pomo de su espada la cabeza al alcalde Hernando Montoya, y que había expiado sus culpas con una fuerte multa monetaria, doce años después ya estaba de vuelta e integrado como ciudadano honrado de la villa de San Clemente. Para confirmar su reconocimiento social, había comprado el oficio de depositario general y de penas de cámara de la villa de San Clemente el 10 de octubre de 1565. El oficio que daba derecho a ocupar un regimiento por dos generaciones, había sido cedido por Francisco Rosillo a su sobrina Ginesa Rosillo para su segunda vida, que lógicamente en manos de una mujer no era la depositaria más adecuada, salvo que se casara. Así que el oficio tras el intento de Ginesa de pasarlo a su padre Alonso había acabado en manos de Miguel Perona en 1588. Pero Ginesa no se casó, sino que decidió ingresar como monja trinitaria ese año de 1588, viendo que se le pasaba el arroz. Quiso expresar su vocación al fundador Francisco Sánchez, que, como era costumbre, le pidió la correspondiente dote si quería ser monja. Ginesa le recordó al canónigo la posibilidad de entrar en uno de los puestos reservados a las doncellas sin dote, pero el canónigo salmantino sabía de los derechos de nuestra novicia al oficio concejil de depositaria y regidora durante una vida, así que pergeñó su tela de araña para beneficiar de algún modo al convento: doña Ginesa Rosillo cedería el oficio concejil a Francisco Jiménez, el compañero de su tío Francisco Rosillo en las andanzas de 1553, cuando descalabraron al alcalde Hernando de Montoya. La razón era que Francisco Jiménez era patrón del convento trinitario y, por tanto, los beneficios que podría aportar el oficio concejil irían al nuevo cenobio. Aceptaría el fundador y canónigo Francisco Sánchez, no sin expresar su malestar porque el referido Francisco Jiménez era doce años mayor que Ginesa y con su muerte (con alta probabilidad había de acontecer antes que la de la mujer), se perderían las rentas del oficio. Claro que el perdedor en este galimatías era el que de hecho ejercía el oficio Miguel de Perona, cuyas rentas perdía en favor del convento.

AGS, CCA, CED. 167-239


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En 1606, por muerte de Francisco Jiménez de la Torre, el oficio de depositario general recaerá en Diego Dávalos Rosillo, por dos vidas.


El apellido de la Torre es común tanto a Francisco Jiménez de la Torre como al canónigo Francisco Sánchez de la Torre, cura de San Clemente y fundador de las trinitarias, lo que nos lleva a pensar que ambos eran primos por vía materna.


QUIÉN ESTÁ DETRÁS DE LA FUNDACIÓN DE LAS TRINITARIAS DE SAN CLEMENTE 


Curiosamente, para saberlo, creemos que nos debemos retrotraer a los sucesos de julio 1553; lo que hemos llamado la "sublevación del arrabal". Entonces, varios hombres de este barrio sanclementino, comandados por el clan de los Origüela, se dirigieron a la iglesia de Santiago con el fin de linchar a los refugiados allí, que habían intentado matar al alcalde Hernando de Montoya. Entre las posibles víctimas estaban dos primos: los jóvenes Francisco Rosillo y Francisco Jiménez. Nos detenemos en el segundo. Francisco Jiménez el mozo era hijo de una de las personas más ricas de San Clemente a mediados del siglo XVI y de las que menos sabemos, Francisco Jiménez, poseedor de ganados y de viñas y poseedor de una de las primeras regidurías perpetuas establecidas en 1543. Los hechos desgraciados de 1553 truncarían el ascenso social de la familia, pues los hijos tuvieron que huir del pueblo y solamente regresarían seis años después tras pagar fuertes multas.


Francisco Jiménez de la Torre, que era su segundo apellido, junto a su primo Francisco Rosillo volverán a la escena política de San Clemente en la década de 1560. El segundo comprará el título de depositario del ayuntamiento que cederá al primero. Aunque ambos, al parecer, morirían sin descendencia (y probablemente, dadas sus andanzas, sin contraer matrimonio). Francisco Jiménez de la Torre era en 1553 estudiante en Salamanca, pues se acogió al fuero universitario para eludir la justicia. Aunque lo que destacamos de él es su segundo apellido "de la Torre". Es un apellido ajeno para nosotros en la primera mitad del siglo XVI sanclementino, pero es un apellido que llevará en segundo lugar también Francisco Sánchez de la Torre, cura de San Clemente hasta mediados de 1580 y fundador de las trinitarias. Ya dijimos en su día que Francisco Sánchez no era ajeno a San Clemente, el puesto de doctor y profesor en Salamanca lo ejerce tras abandonar el curato de San Clemente. Curiosamente, cuando funda el convento de trinitarias de esta villa, nombra por patrón del mismo a Francisco Jiménez de la Torre, a quien tenemos por su primo, ambos hijos de dos hermanas.


Hoy creemos que el sitio donde se levanta el convento de las trinitarias de San Clemente responde a las casas de estas familias, Jiménez y de la Torre (quizás la primera familia fuera depositaria de parte de la hacienda de los Rosillo). Curiosamente, uno de los primeros censos de cuyas rentas gozarán las trinitarias sería cedido por Francisco de la Torre.


Pero es que el apellido de la Torre nos lleva a La Roda... y a los trinitarios.


PD. Gracias a Manuel Torres Álvarez , a quien debo el dato del apellido de la Torre

Crímenes y destierros en San Clemente

 Por carta de seis de abril de 1552, sabemos que tanto Antonio Ruiz de Villamediana como su hijo Martín están condenados a destierro. Estaban acusados por Juan Galindo y Francisco de Rueda de asesinato, aunque no conocemos el nombre de la víctima. Antonio sería condenado a dos años de destierro de San Clemente y su hijo Antonio a un año de destierro. Cumplidos cinco meses del destierro, una avenencia entre la partes lleva al levantamiento del destierro.

AGS. LIBRO REGISTRO DE CÉDULAS, CCA, CED. 113, 1199


El 15 de septiembre de 1556 hay una condena ante la sala del crimen de Granada que afecta a varios vecinos señalados de San Clemente, muchos de ellos próximos al mundo converso: Francisco Pacheco señor de Minaya y su hijo Rodrigo, Sancho López de los Herreros, Pedro de Tébar, Alonso de Valenzuela, Pascual de Valenzuela, Francisco de Olivares, Pedro de Alarcón, Diego de Haro, Miguel Vázquez, Hernán Vázquez, Juan del Castillo, Bartolomé Francisco Rodríguez, Antón García el mudo, Juanes de Garnica, Andrés González de Tébar, Pedro de Garnica, Juan de Robledo, Francisco Martínez, Andrés González de Avilés. Las penas fueron 562500 mrs.

AGS. LIBRO REGISTRO DE CÉDULAS, CCA, CED. 129, 570

2 de junio de 1559 se comunican penas impuestas por el juez Cisneros a Francisco Rosillo y Francisco Jiménez por los hechos de julio de 1553 contra el alcalde Hernando de Montoya. NO se señalan las penas, aunque son de carácter pecuniario

AGS. LIBRO REGISTRO DE CÉDULAS, CCA, CED. 132, 287

No siempre se iba de procesión a la ermita de la virgen del Remedio de San Clemente. En agosto de 1558, don Francisco Pacheco, señor de Minaya acude a esa ermita disfrazado de mujer. Su finalidad encontrarse allí con una mujer casada y pedir sus favores. Descubierto es condenado a dos años de destierro más allá de  cinco leguas de la villa de San Clemente y de la ciudad de Cuenca. No sabemos del nombre de la mujer casada, pero sí que don Francisco Pacheco comenzó su destierro el 22 de abril de 1562, pero apenas un mes después, el 17 de mayo, dicho destierro era levantado, pues don Francisco había resarcido económicamente al marido ofendido.

AGS. LIBRO REGISTRO DE CÉDULAS, CCA, CED. 133, 826

La muerte de Francisco Rodríguez

Sabíamos de la implicación de varios vecinos en la muerte del hijo del bachiller Francisco Rodríguez, también llamado Francisco. Los hechos debieron ocurrir en 1535.Una familia conversa de San Clemente. Otro de los implicados fue Luis de Alarcón, que sería condenado por la justicia de la emperatriz Isabel, señora de San Clemente, a servir con caballos y armas durante un año en la guerra y a seis años de destierro de San Clemente y su tierra, pero una vez cumplido el primer año de servicios de armas y dos años y medio de destierro se le levantó el destierro. La razón está en que el bachiller Rodríguez había expedido una carta de perdón a favor de Luis de Alarcón. 22 de agosto de 1539. 


Libros registro de cédulas (1490-1691). Archivo General de Simancas.


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Papeles varios de San Clemente (1505-1517)

 12 de septiembre de 1505

  • Antón García, "como uno del pueblo" denuncia a Juan Rosillo y a Juana Gallego por quedarse con 80000 maravedíes de los vecinos pobres y miserables de la dicha villa (AGS, RGS, IX, 1505, 389)
18 de Mayo de 1517
  • Pedro Martínez de Aparicio y su hijo Juan recelan de los vecinos de Belmonte que los han apaleado (al parecer por haber ejercido el primero el oficio de alcalde de la hermandad en La Alberca), por lo que piden se les de permiso para llevar armas (AGS, RGS, 1517-5-295)
23 de diciembre de 1516
  • Martín Ruiz (de Villamediana?) pide licencia para llevar armas por la enemistad manifiesta con Antonio de los Herreros, después de que este profiriese palabras injuriosas y feas contra su madre en la iglesia de la villa (AGS, RGS, 1516-XII-253)
2 de julio de 1517
  • Juan Guerra y su hijo (creemos que son del grupo de zamoranos de la villa) piden licencia para llevar armas, pues un tal "Majuelo", de Pastrana, y otros amigos los quieren matar (AGS, RGS, 1517, VII-264)
9 de octubre de 1516
  • Alonso del Castillo es nombrado escribano de Chinchilla por renuncia de su hermano Diego (AGS, RGS, X-1516-104)
19 de febrero de 1513
  • Los vecinos de El Provencio se van a vivir a San Clemente, pero don Alonso de Calatayud, señor de la villa, no les deja llevarse las tejas y maderas de sus casas ni su vino y pan para encerrarlo en sus casas, cuevas y bodegas y venderlo a quienes quisieren (AGS, RGS, II-1513-134)
25 de agosto de 1508
  • Pedro Ruiz de Alarcón pide acogerse a la jurisdicción especial de la universidad de Salamanca (donde ha sido estudiante) tras haber sido condenado por la justicia del alcalde mayor del marquesado por haber matado varias acémilas de Fernando de Peralta (AGS, RGS, 1508-VIII-2)
9 de octubre de 1510
  • Diego de Alarcón, en nombre de los hidalgos de la villa de San Clemente, pide entrar en las suertes de los oficios concejiles de alcaldes y regidores (AGS; RGS, 1510-X-282)

Monday, July 7, 2025

El maestro Mestraitua y unos pagos de 1535

 QUENTA CON DOMINGO

Que di a Domingo en xvi de mayo para que fuese a las Pedroñeras dos ducados e un castellano la pª vez monta  i(mil) ccxxxv

Que di más a Domingo en cassa de Bernardino López dos ducados en cuartos en primero de abril

Más le enbié yo con Pablo de Carboneras un ducado ...

Más recibió de mi en el molino dos fanegas de trigo

CUENTAS AMSC (década de 1530, sin fechar)

AHMSC



Villarrobledo (1639)

 En 1639, Villarrobledo se preparaba para la guerra, armando a una población que se reconoce ser de 1749 vecinos y 2144 varones de 16 años arriba y disponiendo de nuevos arbitrios para ello, acotando una parte del término municipal. Nos aparece por primera vez una nueva figura de gran futuro; el marqués de Jodar es nombrado Superintendente General de las Milicias de estos partidos. Se desplazará a los pueblos del corregimiento de San Clemente para comprobar que la milicia esta formada este año en cada uno de ellos y hará alarde de las compañías. En Villarrobledo lo hará el 25 de marzo. La compañía tiene a su frente al capitán don Pedro Lozano Vargas, al alférez Martín de Montoya, al sargento Martín de Nieves y al atambor Miguel Pallarés. Bajo esta capitanía estarán los milicianos de cuatro villas: Villarrobledo aportará a la compañía 112 soldados; Las Pedroñeras, 33 soldados; El Pedernoso, 17 soldados, y las Mesas, 10 soldados. En total 174 soldados al mando del capitán Lozano Vargas, pero lo más destacable es que la mayoría de estos milicianos, que se han apuntado voluntariamente a la milicia para gozar de una serie de privilegios, son hombres casados con hijos a cargo, la mayoría entre dos y cuatro hijos. Muchos de ellos son labradores que en los alardes han excusado su presencia por estar labrando los campos, a pesar de ser domingo. Más grave es que solo un año después serán reclutados para la guerra de Cataluña por el despiadado Rodrigo de Santaelices. Medio millar de labradores del corregimiento de San Clemente tomarán el camino de Cataluña. Similar cantidad irá para la guerra un año después. Las familias quedan destrozadas y los campos de labor sin labrar en el otoño. El armamento y conducción de los milicianos se sufragaría con nuevos arbitrios: el acotamiento de la llamada dehesa del molino y el talar pinos en el Calaverón.

La situación de la hacienda de Villarrobledo seguía siendo ruinosa y sufría embargos por los impagos de los réditos del marqués de Cañete. El 4 de abril de 1609 se había dado licencia real a don García Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, y a su hijo Juan Andrés para imponer sobre los bienes del mayorazgo cuatro mil ducados de censo para así pagar los cuatro mil ducados en que había sido condenado en el pleito con doña María de Cárdenas, hija del duque de Maqueda. Su hijo tomaría otro censo en 1631 por valor de 6000 ducados. El marqués había prestado a su vez al concejo de Villarrobledo con cuyos pagos saldaba las deudas propias. Villarrobledo pagaba al marqués 149600 mrs. cada año de réditos de censo, acumulándose deudas desde 1634. Nuevos embargos seguían por impagos de las alcabalas adeudadas al conde de Barajas y se acumulaban deudas de las rentas reales.

Villarrobledo intentaba evadir el control del corregidor de San Clemente, en cuya villa se debían presentar los soldados, diciendo que pertenecía al distrito de Alcaraz, cosa cierta para los presidios. Pero el 16 de mayo se anuncia la presencia del corregidor Alonso Yáñez de Mendoza, que acudirá para pedir un nuevo empréstito (donativo) de la villa a la corona. Villarrobledo alegará que ya ha pagado no ha mucho 1350 ducados. pero la exigencia ahora es de 4000 ducados (de los 211000 repartidos al reino y provincia de Toledo).

No tenemos noticias de la cosecha de ese año, que presumimos buena, pues no hay necesidad de grano para la siembra en el otoño y los pagos de las numerosas deudas que tiene la villa se multiplican.

Thursday, July 3, 2025

Los Vara de Rey

 Una noticia familiar nos da pie a empezar el año 1639. El 27 de enero de ese año Ginés Vara de Rey el mozo se presenta al ayuntamiento villarrobletano para comunicar la muerte de su padre del mismo nombre. Ha dejado cincuenta mil maravedíes de deudas a los propios de la villa y el hijo pide ahora poder vender las casas de morada en el pueblo para pagar la deuda. Es probable, por la repetición del nombre, que estos Vara de Rey o Vala de Rey hubieran llegado desde Quintanar del Rey, donde nombres y apellidos se repiten en el siglo XVI en expedientes de ese pueblo y de Villanueva de la Jara. Ya en Quintanar de la Orden nos aparece una Inés Vala de Rey, la vieja, avanzado el siglo y a la que presuponemos con vecindad desde inicios de siglo. Es un misterio el origen familiar que, tal vez denote el topónimo de este pueblo como origen o tal vez entronque con un apellido más antiguo presente en el medievo en el marquesado de Villena y que nos aparece ya en San Clemente ya en Castillo de Garcimuñoz para en periplo por Chinchilla afincarse en Hellín. Familia poderosa y al servicio del marqués de Villena en esta localidad, caerá en desgracia con la guerra del Marquesado los años 1475-1480. Nuevos apuntes, recordados por Antonio del Carmen López, nos hablan de una familia víctimas del tribunal de la Inquisición, con la condena de Francisco Sánchez de Vala de Rey. En fin, sería apostar por la diáspora de una familia, bien huyendo de la Inquisición hacia Quintanar bien en busca de fortuna hacia Villarrobledo. La ruina de esta villa en la primera mitad del siglo XVII llevaría al linaje a asentarse en Villanueva de los Infantes, donde los sucesores iniciarían una carrera militar que llevaría a los sucesores a cinco laureadas de San Fernando. Una simple hipótesis.