¿DÓNDE ESTABA EL CORRAL DE COMEDIAS DE LA VILLA DE SAN CLEMENTE?

¿DÓNDE ESTABA EL CORRAL DE COMEDIAS DE LA VILLA DE SAN CLEMENTE?
Los Castillo de Burgos, descendientes de los Origüela de Castillo de Garcimuñoz se fabricaron una genealogía que llevaba sus antecesores a Francia y la ciudad de Perona en la Alta Edad Media. Según la genealogía el señor de Perona fue un señor y príncipe del estado de la provincia de Permanduez, Amianz (Amiens), San Quintín, Arsz (Arrás), y Jatalete: Era señor tan poderoso que el conde Alberto de Permanduez, que sucedió en este señorío, apresó al rey de Francia Carlos el simple el año 926 hasta la muerte de este rey en Perona, tal como nos cuenta Francisco de Villaflorez. Los sucesores de Carlos el simple persiguieron al conde Alberto, señor de Perona, hasta conseguir, mediante engaños, matarlo. Con su muerte se deshizo su casa, de modo que sus hijos se repartieron: unos, a Italia, otros a España y otros se quedaron en Francia. Estos últimos llegaron a ser condestables de Francia y tuvieron por armas una onza en campo de plata.
Dos caballeros de la casa de Perona llegarían a España, hasta la corte de Oviedo y León; uno de ellos quedaría en esta tierra y de ahí vendrán los Avileses; el otro pasó a la corte de Castilla, que estaba en Burgos, sirviendo en ella a los reyes y habiéndole hecho capitán pasó contra los moros de la Mancha y Reino de Murcia, donde hizo hechos notables y siendo la ciudad de Murcia de los reyes, hizo su asiento y mayorazgo en la ciudad de Murcia, llamándose Avilés de Origüela.
Estos Avileses haciéndose poderosos en esta ciudad y Reino vinieron a tener bandos contra otros caballeros, de suerte que algunos tuvieron que salir de Murcia por muertes que dieron a sus contrarios y el primer caballero que salió fue Alonso González del Castillo Avilés y Origüela. EL Castillo lo había adoptado por haber tomado sus antepasados a los moros la fortaleza de Castillo de Garcimuñoz, que es en la Mancha frontera de Aragón. Este caballero fue alcaide del Castillo de Garcimuñoz y sucedió en la alcaidía a un caballero aragonés de la casa del conde de Ribagorza, con cuya hija casó, que se llamaba María Alfonso de Aragón, tuvieron mucha hacienda y lugares junto al dicho Castillo y fueron señores de Perona, que le pusieron este nombre en honor del conde Alberto, señor de Perona en Francia.
El dicho Alfonso González del Castillo Avilés de Origüela y su mujer María Alfonso de Aragón tuvieron por hijos a Pedro González del Castillo, Alfonso González del Castillo y Juan González del Castillo, que fue caballero de la banda y otra hijo que llamaron Diego, que fue obispo de Monreal en Nápoles, y luego de Tarazona, interviniendo en las diferencias entre los reinos de Castilla y Aragón.
Los dichos Pedro González del Castillo y Alonso González del Castillo, hermanos e hijos del dicho Alonso González del Castillo y María de Aragón, que están enterrados en la capilla de San Bartolomé de la iglesia San Juan Bautista de Castillo de Garcimuñoz, vinieron algunos donde estaba la Corte y casaron y casaron con dos hermanas e hijas del doctor García de Camargo del Consejo del Rey don Enrique y de doña Constanza Bonifaz, nieta de Ramón Bonifaz, el primer almirante, que está enterrado en San Francisco de Burgos y fue en ganar Sevilla con el rey don Fernando el santo. El dicho Pero González del Castillo. El dicho Pedro González del Castillo, hermano del Alonso González del Castillo tuvo un hijo que llamo Pedro González del Castillo que casó con doña María Prestínez, vecinos de Burgos que están enterrados en la iglesia de San Román, en las gradas del altar mayor. Del otro hermano Alonso González del Castillo descienden don Pedro Velasco, capitán de la guarda y sus hijos y los señores de Villavaquería, alcaide de Fuenterrubia.
El matrimonio de Alfonso González del Castillo y María Alfonso de Aragón tuvieron, además de los cuatro hijos, otras dos hijas: Una de ellas, casó en Cuenca con Pedro López de Madrid, hijo de Lope López y tuvieron un hijo que fue el primer marqués de Moya y otro que fue comendador de la orden de Santiago, que murió en Sevilla, y una hija, que casó con el marqués de Cañete, de quien descienden el marqués de Chinchón y el marqués de Villena. La otra hermana con los antecesores de doña Eufrasia de Guzmán, princesa de Asculi.
Se advierte que hay otros Castillos conversos en Burgos, venidos de Medina del Campo.
"Yo el Rey: por hacer bien y merced a vos Juan González del Castillo y de Origüela damos licencia que podades traher e trayades la mi divissa de la banda en todas las ropas y armas y guaniciones que vos troxiéredes e en todas las otras cosas que las acostumbran traher los otros que de mí tienen. Fecho en veinte días de henero año del nascimiento de nuestro Salvador Ihesucristo de mill quatrocientos y treinta y un años. Yo el Rey, yo Diego Romero la fize escrebir por mandado de nuestro señor el Rey don Juan segundo, nieto de don Juan el primero e hijo de don Enrique tercero y padre de Enrique Quarto y de la reina doña Isabel".
"Un castillo de oro en campo colorado, una encina y al pie de ella una onza en campo blanco"
Elvira de Inestrosa testará el seis de enero de 1545. Elvira era hija del comendador Alonso Sánchez de Inestrosa e Inés de Alcaraz y ella había recaído el señorío de Valera de Abajo. Sin descendencia, testamentariamente dejará el mayorazgo a su sobrino Melchor Carrilo de Alarcón. El matrimonio del comendador Alonso Sánchez de Inestrosa con Inés de Alcaraz había procreado cuatro hijas: la citada Elvira, María, casada con Alonso Castillo y Toledo, Juana, casada con el señor de Olmeda, y Constanza, casada con Martín Ruiz de Alarcón (hijo, a su vez de mosén Alfonso de Alarcón y doña Marquesa
Si bien la decisión de María Remón a profesar como monja se apresuró cuando vio morir a sus padres. Fue entonces cuando se dijo aquello de "ea, Señor, ya se llegó la ocasión, ya es tiempo de que vos me deis la luz y yo guiada de su resplandor no me contento con andar sino con correr al paso de vuestras inspiraciones de modo que el sentido del olfato pierda la fragancia de vuestro divino ejemplar, es a saber que no me entibie ni permitáis que me acobarde el que dirán de que una doncella honesta y recogida vaya a consolar los afligidos, se halle a enterrar los muertos, visite a menudo las iglesias".
María vistió el hábito franciscano de la Tercera Orden, pero no en el monasterio de la Asunción de San Clemente, sino que llevó vida de beaterio acompañada de una sobrina en Vara de Rey. Quizás porque el convento de la Asunción estaba a medias de hacer y el de San Francisco, devenido en convento dúplice no daba más de sí para nuevas huéspedes. Quien era conocida por la hija de Fernando Remón nacerá a nueva vida, siendo apodada la Madre Remona, muy a pesar suyo que preferirá y tardará en llamarse María de San Francisco. No sería fácil a María olvidar el viejo mundo terrenal. Su pelea con el demonio por alcanzar el nuevo estado de perfección es definido por su sobrino como guerra contra el envidioso Lucifer, solo ganada a costa de mortificaciones constantes de la carne. Era tal su tesón en la lucha que se dice que salió de la misma "aporreada y descalabrada". Cuentan que en cierta ocasión el demonio, que solo ella veía, no le dejaba pasar a misa. arrebatándola y llevándola por los aires algunos pasos, mientras la religiosa afirmaba: "no te canses en vano bestia, que he de decir misa a tu pesar". Vencido el demonio, fue ella quien quiso vivir en la simpleza de las bestias, apenas vestida y buscando el sustento frugal de la naturaleza: "el vestido un poco de sayal , digo de paño, o cordellate frailesco era. La comida tan tenue que raras veces comía carne y cuando la obligaban a comer fuera de su ordinario, porque era molestada de señores y amigas principales. luego echaba mano de la fruta o legumbres y riñéndola respondía con gran alegría, yo soy una bestia, en habiendo verde, no hay sino dejarme, que con ello he de sustentarme". Nunca comía todo, pues con ayuda de su sobrina repartía comida a los pobres. No se daba alegrías, siendo la primera a asistir a pobres y enfermos y enterrar a los muertos.
La frugalidad y mortificación llevaron a María a la experiencia mística, de tal modo que como si fuera ida, se arrobaba y en éxtasis pronunciaba sus profecías. María sabía que estos misticismos, y menos el ejercer de pitonisa, provocaba recelos que bien le podían causar perjuicios con el Santo Oficio. Por esa razón, vuelta en sí, se apresuraba a decir: "¿Qué he dicho, he hablado algo? no crean nada, que todo son disparates y cosas poco considerables". Pronto la Madre Remona adquirió fama milagrera.
Un tercer domingo de mes, estando descubierto el Santísimo Sacramento, la Madre Remona quedó arrobada una vez más, pero para volver enseguida en sí y salir corriendo de la iglesia de Vara de Rey; los fieles salieron tras ella, caminando hacia el mediodía, pasado el paraje de la Vega y el camino que de San Clemente va hasta los molinos en un olivar que había a la otra parte de la venta y camino. Allí la Madre Remona quitó la soga a un hombre que se estaba ahorcando en un olivo, salvándole la vida. En otra caso, adelantándose a los malos pensamientos de un vecino principal de Vara de Rey que quería matar a otro. Presentóse la sierva de Dios a eso de las doce de la noche en la casa del potencial criminal y le hizo desistir de sus aviesas intenciones. Otra veces, era el propio tío quien quería ver milagros. Así, en una ocasión que le visitó en Toledo y el colgar unas uvas devino en lucha interior que acabó con nuestra mujer santa malherida. Entretanto, los vecinos de Vara de Rey veían a María de San Francisco levitar una y otra vez delante de un demonio no visible que le impedía entrar en la iglesia.
(El expediente está incompleto)
En los lugares de señorío del sur de Cuenca era costumbre pagar un diezmo adicional al señor, además del diezmo eclesiástico. Este diezmo, raramente era la décima parte de los frutos cosechados y se aproximaba más a la onceava o quinceava parte, siendo fluctuante en relación a la fuerza de las partes enfrentadas. En Buenache de Alarcón, los campesinos paraban el llamado "onceno" a los señores del lugar: la familia Ruiz de Alarcón. El año 1595, tal renta señorial fue discutida por los vecinos en los tribunales, amparándose en una escritura de 1496 que declaraba sus bienes libres de tributos. Don Pedro Ruiz de Alarcón alegó que los bienes eran tributarios de "una especie de décima" desde tiempo inmemorial, en virtud de un "pacto, conveniencia o transacción" que se había hecho entre vecinos y señores cuarenta y nueve años antes del pleito. El origen del tributo se quería ver no en imposición señorial sino en tributo pagado con anterioridad a los reyes. Dicho tributo se pagaba en florines al monarca. Según Pedro Ruiz de Alarcón, los señores de Buenache se había encargado de la recaudación del tributo y como compensación recibiría la llamada "décima", luego reducida a "onceno", y el pago de este tributo se hacía desde una escritura entre los vecinos de Buenache y el abuelo de Pedro Ruiz de Alarcón que se remontaba a 1466, que venía a ratificar otro concejo de 1415 y que reducía la décima a onceno.
Las discusiones entre los vecinos de Buenache y su señor llegaba a poner en duda por este el concejo abierto de 1496. A este concejo abierto habían acudido los alcaldes Martín Sánchez y Fernán López, dos regidores y un vecino Fernando Soler, nombrados por su nombre, aunque el concejo decía reunir a cuarenta vecinos para una población que se consideraba pequeña ese año. La oposición al "onceno" se había discutido en ese concejo de 1496, pero el debate se había reabierto en un nuevo concejo abierto de 1568, lo que muestra el rechazo al impuesto de los bonacheros a este tributo.
Madrid, 14 de enero de 1644. Alegaciones de Pedro Ruiz de Alarcón en el pleito con el concejo de Buenache el onceno.
La ejecutoria de hidalguía de Pedro Mendiola era de 15 de febrero de 1576. Pedro de Mendiola era hijo del licenciado Juan de Mendiola y el reconocimiento de hidalguía era también para el resto de sus hermanos. El licenciado Juan de Mendiola había iniciado el pleito por su hidalguía en 1558, que luego habían continuado sus hijos, habidos en el matrimonio con Catalina Galindo. Pedro luego se doctoraría en leyes y casaría con doña Mariana de Bracamonte, vecina de la ciudad de Guadalajara. Del matrimonio nacería Pedro de Mendiola Bracamonte, que en 1612 y en Santa María del Campo y pedirá ser admitido en su ayuntamiento como hidalgo. En 1605, Pedro de Mendiola Bracamonte había ocupado el cargo de alférez mayor perpetuo de Santa María del Campo Rus por renuncia de su familiar Miguel Galindo.
La información se ha obtenido de un documento a la venta por Internet en TODOCOLECCIÓN (Librería anticuaria Luces de Bohemia)
GENEALOGÍA DE DON JOSÉ DE HARO CASTAÑEDA Y FERRER (bautizado el 5 de mayo de 1666 en Villanueva de la Jara)
PADRES
Antonio de Haro y Castañeda, vecino de Chinchilla, y Ana Isidora Ferrer, natural de Villanueva de la Jara
TÍAS POR PARTE DE PADRE
Francisca de Haro (madre de Fernando Antonio Núñez y Robres, caballero de la orden de Montesa) y Magdalena de Haro (madre de Marcos Enríquez, caballero de la orden de Montesa)
ABUELOS PATERNOS
Diego López de Haro y María Castañeda, naturales de Alarcón, y residentes en Motilla
ABUELOS MATERNOS
Juan Ferrer, natural de Villanueva de la Jara, y Francisca Rosillo Ruiz de Alarcón, natural de Palomares de Campo (hija de Gaspar Rosillo, natural de San Clemente y sobrina de Francisco de Alarcón, obispo de Pamplona y Córdoba, del linaje de los señores de Valera de Arriba)
Partida de Bautismo de Juan Ferrer
Villanueva de la Jara, 27 de febrero de 1587, hijo de Martín Ferrer y Ana de la Osa
En la iglesia de Santa María de Alarcón se encontraban los libros sacramentales del resto de iglesias de la villa de Alarcón: Santísima Trinidad, San Juan, Santo Domingo, Santiago y la propia iglesia de Santa María. Los libros habían sido trasladados allí desde el resto de iglesias. En 1654, la iglesia de la Santísima Trinidad sufre un incendio en el que se pierden los libros de Bautismo. El incendio afecta a la sacristía y archivo parroquial.
Diego López de Haro había sido bautizado en la parroquia de la Trinidad, donde se bautizaban los hombres principales de Alarcón; los bautizados en esta iglesia tenían el privilegio de antelación para las becas del Colegio de Cuenca del Monte Olivete de Salamanca. Don Diego de Haro vivía en la calle de los Caballeros, perteneciente a la parroquia de Santa María; los Haro tenían en la puerta de su casa y los cuartos de las mismas, sus armas en los escudos. Los Haro de Alarcón tenían su enterramiento ("sepultura sumptuosa") en el presbiterio de la iglesia de San Juan
El vínculo fundado por Pedro de Monteagudo en Villanueva de la Jara lo conocemos por el pleito entre Juan de Alarcón Prieto y Cristóbal de Alarcón en 1664. Aunque el pleito, que ya venía con otro descendiente de Pedro Monteagudo y del mismo nombre en 1660.
Pedro Monteagudo era el cuarto abuelo de Juan de Alarcón y, aunque el pleito venía por una heredad en la vega y unas casas, el hecho de que cincuenta hombres estuvieran recogiendo la cosecha de Juan de Alarcón en 1670 da testimonio de la envergadura de la hacienda. El mayorazgo había sido fundado por Pedro de Monteagudo y Catalina Ruipérez; pero, ¿existía tal mayorazgo? En realidad, de los bienes vinculados ahora en litigio estaba en una memoria y obra pía de hacía más de cien años fundada por Catalina Ruipérez, sobre los que se pretendía fundación de mayorazgo por una escritura de 22 de junio de 1559 y que eran capítulos matrimoniales al casar la hija de los fundadores de la memoria, Catalina Monteagudo con do Diego Flórez Carrillo, vecino de Cuenca. A dicha memoria se aplicarían en 1572 las casas de morada en Villanueva de la Jara, en las llamadas cuatro calles, lindantes con otras de Pedro López de Tébar, así como una huerta en la vega de la villa. Los bienes estaban cargados con censo enfitéutico de 20 ducados.
La exención de la aldea de Gabaldón de la villa de Motilla del Palancar y su conversión en villa fue un proceso tortuoso. El 17 de septiembre de 1668, los procuradores de Gabaldón acuden a la Cámara de Castilla exponiendo los agravios y vejaciones que sufren de la justicia motillana y pidiendo su segregación de la villa de Motilla y se les conceda jurisdicción propia con el otorgamiento de título de villa. El Consejo de Cámara accedería el uno de julio de 1669 al villazgo de Gabaldón, poniéndole precio: 7000 maravedíes por vecino. Pero, cuál había de ser el nuevo término de la villa. Una cosa era lo que estaban dispuestos a reconocer villas adyacentes como Alarcón, Barchín y la propia Motilla, y otra los deseos de Gabaldón que esos términos se confundieran con las propiedades de sus vecinos amparándose jurídicamente en circunscripciones alcabalatorias y dezmerías, es decir, distritos fiscales para el cobro de la alcabala y el diezmo y que, en el caso de Gabaldón, tenían su razón de ser en el hecho de que la nueva villa ya tenía su independencia fiscal antes de su incorporación a Motilla. Es más, debemos recordar que si Gabaldón se incorporó a Motilla fue por su incapacidad para reconocer de hecho un villazgo que se reconocía con las capitulaciones entre los reyes y el marqués de Villena al haber salido de la guerra en 1480 completamente destrozada y estar poblada con apenas cuatro vecinos.
La protesta de Alarcón fue inmediata. Si los gabaldonenses quería hacerse con un término propio, que se lo diesen los motillanos, pero las tierras que labraban los gabaldonenses en Alarcón eran propios de estas villa. Por su parte, Motilla del Palancar pidió que se respetaran los límites tradicionales, que no eran otros que los que la villa había impuesto a su antigua aldea dependiente. En suma, Alarcón pedía respeto a los acuerdos de 1481 y los amojonamientos del licenciado González Molina; Motilla se quejaba que dado el escaso término "redondo" dado en la fecha anterior no podía renunciar a más términos. Gabaldón celebraría un concejo abierto de todos sus vecinos, en fecha indeterminada, para exponer un planteamiento común de todo su vecindario, al tiempo que contaba con el apoyo del corregidor de San Clemente para hacer valer sus pretensiones. En virtud de las alegaciones planteadas por las partes el Consejo de Cámara dictaría un auto de 16 de septiembre favorable a Gabaldón:
Sin embargo de los artículos introducidos por el Reyno, y villa de la Motilla del Palancar, no ha lugar la retención de la exempción de jurisdicción sobre lo que se litiga, introducida por el Reyno y la dicha villa de la Motilla del Palancar y la de Alarcón. Bueluanse los papeles a la Cámara para que corra la gracia hecha al lugar de Gabaldón
Tras ser confirmado este auto el 26 de octubre de 1571, se concedería el título de villazgo a Gabaldón el 4 de febrero de 1672. El privilegio de villazgo tenía varias cláusulas: