El poder agrario de Villarrobledo y sus 2000 pares de mulas
Sobre Villarrobledo hay dos hechos claros: las fluctuaciones de sus datos poblacionales, con una discordancia entre los testimonios orales y los registros oficiales, y su servicio continuo a la Corona con dinero y con hombres, que, a la larga, supuso la ruina de esta villa.
Sobre el primer caso, su población, en los registros oficiales, llegó a estar en más de 2100 vecinos, y según los testimonios superaba los 3000. Estamos seguros que la segunda cifra está más cerca de la realidad en momentos de expansión económica, cuando había muchas familias sin registrar vecindad. Este caso, se da también en otras villas como San Clemente, donde los nuevos arrabales del Duz o San Cristóbal recogen nuevas vecindades ajenas al control municipal.
Sobre el segundo hecho, Villarrobledo fue indiscutiblemente una potencia agraria. Hemos dicho en alguna ocasión que sin el grano de Villarrobledo no hubiera existido el vino de San Clemente. Pero, Villarrobledo que nos da poco más de 1600 vecinos en 1591 (léase, familias) reconoce veinte años antes que es una villa que ha llegado a tener más de dos mil pares de mulas. De nuevo, los datos demográficos y económicos no encajan, si bien es verdad que, en cuanto a mulas, la villa denunciará el cataclismo que supuso la guerra de los moriscos de Granada en 1570. Aún así, la discordancia de los datos se mantiene, en 1552, Villarrobledo es una villa de poco más de mil familias. En fin, a falta de cifras creíbles, la realidad es que Villarrobledo vivió un especular desarrollo en las décadas de 1550 y 1560, que no recogieron las cifras oficiales. Lo que sí sabemos es que el trigo villarrobletano, por esas fechas llegaba a los asentamientos portugueses en las costas africanas.
Villarrobledo es tierra de mucha labor para que continuamente son menester más de dos mil pares de mulas par la cría de las quales siempre solían tener yeguas y después por hauerse mandado por pregmática nuestra que no se hechasen al garañón de los puertos a la mar, ha venido tanta falta de mulas en aquella villa, que muchos labradores van perdiendo sus labores y porque como quiera que aquella tierra no es cómoda para cría ni grangería de cauallos porque los labradores que tenían yeguas se han ydo deshaciendo dellas y si algunos años se les permitiera hecharlas al garañón estarían proveydos dellas y habría alguna cría de cauallos, atento a lo qual y a lo mucho que la dicha villa nos ha seruido en esta ocasión de Granado y en ellos se murieron muchas mulas lleuando prouisión y gente al exército y otras les tomaron moros (AGS. CCA. CED. 370-772)
(la pragmática mencionada es de 1562)
Sobre la falta de mulas, se quejará también San Clemente, en 1574, que pedirá que durante seis años deje de tener efectos la pragmática de 1562. A la falta de mulas para la labor en San Clemente, se añadirá el excesivo precio que están alcanzando las mulas: y las mulas que valían a treynta y quarenta ducados valen más de ciento. (AGS.CCA. CED. 370-797). A pesar de ello la corona se reafirmará en su política de cría de caballos por nueva pragmática de 20 de julio de 1574, dando licencia a Iniesta y Chinchilla para que puedan acortar parte de su término para la cría de caballos.