Hizo el noviciado en el convento franciscano de Cuenca, donde posteriormente profesaría hasta su muerte en 1599 con 32 años. Había nacido en Las Pedroñeras. Se encargaba del trabajo duro en el convento, trayendo madera con dos bueyes para cierta obra que se hizo en el edificio. Aun así, ayunaba todos los días con pan, agua y algunas yerbas; todo lo demás se lo daba a los pobres. Hombre de grandes virtudes, sería enterrado en el convento franciscano de Cuenca, donde hoy se levanta la iglesia de San Esteban. El padre Huélamo recogerá brevemente su vida en los franciscanos insignes de la provincia de Cartagena
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