El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

Thursday, September 4, 2025

VILLAR DE CANTOS SEGÚN TOMÁS LÓPEZ (1787)

 La villa de Villar de Cantos se compone de veinte vecinos, labradores todos, es del señor marqués de Valdeguerrero, vecino de San Clemente, ... su situación es en un plano sobre una pequeña montaña, que sigue hasta San Clemente y al lado del norte se deja ver una dehesa boyal que empieza en otra de Perona y finaliza en el campo y ermita de Nuestra Señora de Rus, jurisdicción de la villa de San Clemente. Dicha dehesa está inculta toda y sirve por su abundancia de pastos para mantener todas las labores desde primeros de mayo hasta últimos de noviembre sin necesidad de gastar sus vecinos grano ni paja en el dicho tiempo por el gran medro de sus yerbas. La jurisdicción real la ejerce un gobernador que nombra a su voluntad el dicho marqués, Su término se extiende a poco más de media legua y confina a saliente con las villas de Cañavate y la Atalaya, al mediodía con la villa de Vara de Rey, al norte con la de San Clemente y al poniente con el mismo. Todo el ámbito de su término y jurisdicción se compone de tierras de labor, muy buenas y de la mejor calidad, que producen abundancia de trigo claro, candeal, el de buey, de oveja, centeno, cebada, avena, guijas y garbanzos. 

En dicha villa solo hay iglesia parroquial, cuya titular es Nuestra Señora de Gracia. No hay ermita, hospital, convento, casa de piedad, fábrica ni manufactura alguna en todo su término, pues todos sus vecinos están empleados en la agricultura. No hay fuente alguna de agua viva, sí solamente dos pozos de salobre, para abrevaderos de animales, y otro de agua dulce distante media legua que llaman Pozoseco, para el surtido de sus vecinos.

Los edificios que en la dicha villa hay más antiguos son un torreón bastante grande, junto al camino que va  a San Clemente, que hoy sirve de palomar famoso al señor marqués, y otra casa que en esta villa tiene el dicho señor, sobre cuya puerta de calle hay colocado un escudo de armas de las familias ilustres de Sandovales, Ortegas, Castros y Pachecos.

Por la vega y dehesa boyal que dicha villa tiene al norte, pasa un arroyo que viene desde la del Cañavate y va hasta la de San Clemente. Su agua es salobre y regularmente le falta en tiempo de verano y cuando corre en dicho tiempo se experimenta grande epidemia de tercianas como ha habido en los años 1785 y 1786, que a causa de muchas aguas estancadas y corrompidas, en dicha vega y arroyo han padecido sus vecinos la tal epidemia de tercianas malignas, muriendo casi todos, pues en el día de hoy solamente han quedado tres matrimonios y un muy corto número de personas.


El testimonio es del cura de Villar de Cantos: Blas Simarro (6 de abril de 1787)

BNE, Mss. 7298 (h. 810-812)

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