El uno de noviembre de 1784 se cae y quiebra la mayor de las tres campanas de la iglesia del Peral. Sus sones dejarán de tocar para entierros y convocatorias de ayuntamientos,. Según el procurador Alonso López el pueblo y sus 160 vecinos estaban en un estado de miseria absoluta. Eran precisos 6000 0 7000 reales para fundir nueva campana mayor. Para sacar el dinero para la campana se decide adehesar una parte del término, en las lindes de Motilla e Iniesta, camino de Castillejo, la llamada dehesa Nueva, aneja a la Calera, pero sin interrumpir el paso de los ganados. Las anteriores campanas las habían pagado los vecinos, y así figuraba en un rótulo en las mismas con el año y los alcaldes a la sazón, gozando del privilegio de no tener que pagar por que doblasen durante los entierros.
AHN. CONSEJOS, 29276, EXP. 13