En nuestro libro de "La Edad de Oro de la Mancha conquense" ya apuntamos la existencia de una industria pañera en los pueblos del sur de Cuenca, dedicada a la fabricación de paños bastos en el mundo rural. Caso conocido es el de Iniesta o la dedicación de la mayoría de los vecinos de Buenache de Alarcón a este oficio.
Por un tratante de Castillo de Garcimuñoz sabemos algo más de esta industria y la inserción del mundo campesino en las redes comerciales de ferias y portugueses. Tratantes como Miguel Muñoz adelantaban la materia prima, la lana, a los campesinos, en especial mujeres, y el dinero para un trabajo manual que al cabo de tres meses daba sus frutos. Nuestro tratante recogía los paños acabados y los ofrecía a los portugueses que andaban por la comarca para su venta en las ferias. Este comercio fue denunciado por el obispado por usurario y lucrativo. Miguel Muñoz tenía como zona de influencia Castillo de Garcimuñoz, La Parrilla, Belmontejo, Altarejos y otros pueblos de la comarca.
"Que dando quatro arrobas y media de lana que ay arto para hacer un paño y dándoles seis ducados para el obraje de manos se obligan a dar un paño dentro de tres meses para embiarlo a las ferias o venderlo a los portugueses que andan por aquella tierra y en defecto de no dar el dicho paño se obligan a un precio moderado líquido en que le puedan exequtar la forma de este contrato usada y guardada en aquella comarca de mucho tiempo a esta parte... en defecto de no dar el dicho paño han de dar a siete reales por vara que es el precio moderado que se venden los dichos paños por entonces en aquella tierra"
BNE, Mss, 12023. Alegación de Miguel Muñoz de Campuzano, vecino del Castillo de Garcimuñoz, en el pleito que contra él trata el fiscal del Obispado [de Cuenca] (h. 19-22v)
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