El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

Tuesday, April 15, 2025

Las dos líneas de los Herreros de San Clemente

 Los hijos varones de Miguel Sánchez de los Herreros fueron cuatro (Francisco, Bernardino, Antonio y Sancho), pero solo dos de ellos mantuvieron la línea varonil hasta entrado el siglo XVII, fueron los citados Francisco y Bernardino. Vaya aquí estas dos líneas con los datos recopilados por Valentín Casco  


MIGUEL SÁNCHEZ DE LOS HERREROS CASÓ CON TERESA LÓPEZ MACACHO, fundadores de la capilla de San Antón en la iglesia parroquial de Santiago de San Clemente


PRIMERA LÍNEA

1.- Francisco de los Herreros casó con Elvira Carrasco

    2.- Francisco de Herreros casó con María de Montoya

       3.- Jerónimo Carrasco de los Herreros casó con doña Jerónima Portero

          4.- Francisco de los Herreros, familiar y consultor del Santo Oficio, del Consejo de Hacienda (fue aprobado para entrar en suertes para procurador en Cortes por Madrid), casó con doña Luisa Solorzano

             5.- Don Alonso de los Herreros, pretendiente al hábito de Santiago (al igual que su hermano Francisco). Hay otras dos hermanas: María de los Herreros, monja en San Clemente, tuvo hechas pruebas para religiosa de Calatrava en Madrid) y doña Ana de los Herreros, se le hicieron pruebas mayores para ser mujer de oficial de la Suprema del Consejo de la Inquisición.


SEGUNDA LÍNEA

1.- Bernardino de los Herreros casó con Inés de Alarcón

    2.- Miguel de los Herreros casó con Catalina García 

       3.- El licenciado don Miguel de los Herreros casó con doña Inés Carrasco

          4.- Andrés de los Herreros ganó ejecutoria de hidalguía. Tenía un hermano llamado Julián cuyos hijos litigaron, junto a su tío Andrés, la ejecutoria de hidalguía ganada. 

Monday, April 14, 2025

VILLARROBLEDO (1632)

 La langosta estaba aovada en los campos Villarrobledo, pero asimismo en veinte leguas a la redonda de esta villa. Fray Pedro de Góngora, provincial de la provincia agustina de Andalucía, llega a la villa con la intención de fundar un convento en hospedería donde se puedan acomodar los dos o tres primeros frailes. La villa, aprovechando la cosecha anterior del año anterior y la previsible excelente cosecha venidera, veía como el precio del trigo por fin caía a quince reales la fanega. Buenas cosechas, pero una y otra vez se mencionaba la falta de agua y otros infortunios para justificar que llegado el mes de mayo había escasez de pan y se hacía necesario proveer a los vecinos con trigo para panadear del pósito... ¿movimientos especulativos?

Será en 1632, cuando se ejecuten los arbitrios aprobados en 1629 y en 1630, en contrapartida de los 22300 ducados en moneda de vellón aportados a la Corona para sostener el esfuerzo militar, aunque quien los recibía directamente era el factor de los Fúcares, en Villanueva de los Infantes: se consentía que el ganado pasara a las viñas para comer la pámpana, una vez alzada la uva, y a los agostaderos e invernaderos; el arrendamiento de dehesas. Era este último aspecto el que se estaba generalizando en todos los pueblos. Los arrendadores podían rozar las dehesas acotadas o permitir la entrada de ganados en esta tierra, pagando los ganaderos una oveja o doce reales, a su elección, por cada 22 almudes que sirvieran de pasto. Se concedía el monopolio a la villa para poner tiendas y estancar los productos por veinte años. Entre los que se gravaban, el azafrán (dos reales por libra) y el vino (un maravedí en cada azumbre de vino). Se gravaban también las ventas en el exterior de los granos (un real por fanega de trigo y medio real por fanega de cebada o centeno). Se añadían otras sisas sobre la carne y la lana. Los arbitrios se establecían por veinte años. Los nuevos arbitrios se unían a otros tomados desde 1616 para pagar la exención jurisdiccional de la villa o las nuevas necesidades de la Corona (el pescado o el aceite eran otros productos gravados o la octava del vino y el reciente estanco de la sal, que se denunciaba el excesivo acopiamiento hecho a la villa) y para la compra de la almotacenía y escribanía. Otros arbitrios concedidos por la corona eran la posibilidad de hipotecar sus propios y rentas, establecer nuevas tasas sobre las ventas de la tercera parte del trigo de su pósito, y la posibilidad de establecer repartimientos de dinero entre los vecinos

1000 fanegas de trigo para armar y el sueldo de 21 soldados de los presidios: Se reclutaban soldados y se hospedaban 65 galeotes de paso por la villa.

El año 1632 ha tenido también una pobre cosecha: que de causa de la esterilidad del tiempo y mucha langosta que a avido este presente año en la juridición desta villa los vecinos della son probísimos e impusibilitados de poder sembrar sus barbechos y pagar las deudas que se deben así al pósito como a personas particulares (19 de octubre). Sin embargo, dudamos de estas afirmaciones como rotundas, pues la fanega de trigo se vende por diecisiete reales en Navidad.


ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO, 1632

Friday, April 11, 2025

VILLARROBLEDO (1608)

 El año 1608, se inició con nuevas injerencias de la justicia del corregimiento en los asuntos de la villa. En este caso, en un proceso por las heridas recibidas en la cárcel por Juan Sánchez Ortiz y causadas por el capitán Francisco de Montoya o ese otro de las heridas causadas por Pedro de Vargas a Juan Ortiz de Funes. Aparte de la vulneración de la primera instancia, el asunto era una toma de partido del corregidor y su alcalde mayor, el doctor Fernando de Vera, por el capitán, partidario del poder central. Los encontronazos venían, sobre todo, con el alcalde mayor; por eso, en el ayuntamiento de 26 de febrero, se había decidido acudido a la Chancillería de Granada para que se respetase la primera instancia de la villa. Las disputas se centrarán el el regidor Pedro de Vargas, acusado por otros regidores de malversación del dinero de las tercias en el proyecto urbanístico que ha visto cómo se levantaban nuevas casas del ayuntamiento, carnicerías y pósito y cómo la plaza de la villa era ensanchada. Los poderes que Pedro de Vargas tenía para representar a la villa en la corte serán revocados a favor de Rodrigo de Llerena.

Las diferencias con San Clemente se agudizarán el mes de julio por la sacas de leña por los sanclementinos en el monte del Calaverón y la justicia parcial del alcalde mayor Francisco de Astudillo (que está ocupando el oficio, cuando los naturales están excluidos).

Seguían los problemas de abasto de trigo. De las 1500 fanegas pedidas por el pósito de Madrid, únicamente se habían allegado 500. El pósito, controlado por el corregidor, estaba lleno, pero el problema era que los labradores no tenían dinero en efectivo para comprar trigo y no acababan de terminar de sembrar. El estricto control del pósito para garantizar el abasto de la población provocaba muchos roces, pues los labradores que podían acudían por el trigo a los pueblos vecinos para garantizar la siembra. Los ganados de Villarrobledo también veían cómo sus pastos se reducían, pues tanto el Bonillo como Munera cerraban dos leguas de su término. Para junio se denuncia la presencia de unas compañías de soldados, cuyo hospedaje contribuye a agravar la situación de los más pobres y que será motivo de fricción con la corte en los próximos años, por negarse a pagar su alojamiento la villa.

El año 1608, a pesar de las dificultades de las actas, por las tintas corridas, debió aportar una cosecha aceptable. El pósito tenía en sus cámaras 12000 fanegas, de las cuales se dieron 4000 a los labradores para la siembra. Un año más, aunque desconocemos la cantidad, salió trigo de Villarrobledo para el pósito de Madrid.


ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO 1608-1609 (el año 1609 es ilegible)

VILLARROBLEDO (1607)

 El año 1607 comenzó con un concejo abierto, el día 14 de enero; el ayuntamiento se proponía comprar las tierras de los vecinos en el Calaverón y la Bernagosa.

La cárcel de la villa era antigua y se necesitaba una buena, pues "los presos no están seguros, principalmente los de consideración y calidad". Las obras de las carnicerías estaban acabadas y se debía pagar a Juan de la Serna, cien ducados. En junio se informa del paso de tres compañías de soldados por Villarrobledo, que han supuesto un gasto de 18452 mrs., aun así se le estaba debiendo 185633 de la obra, concretamente a su viuda Mari López, pues él era fallecido. El coste de la obra se elevaba a 1809433 maravedíes.

Para el quince de marzo se estaban cerrando con San Clemente y Belmonte, las ventas de trigo de la cosecha del verano. Ese mes de marzo se decían misas para rogar por un temporal de lluvias. Para finales de abril, la langosta está aovada en los límites con Socuéllamos. El 16 de julio se anuncia que no habrá problema para llenar el pósito, pero el tres de agosto, contradiciendo este parecer se habla de un año más de esterilidad y que los vecinos no podrán aportar más de mil fanegas de trigo a la tasa de 18 reales: que de causa de la poca cosecha que en esta villa a avido este presente año por la esterilidad del tiempo no se a podido emplear en trigo el dinero y caudal que el pósito desta villa tiene. Sin embargo, el corregidor exigía para su casa, 300 fanegas de trigo y 300 fanegas de cebada. Los problemas de abasto se vuelven a repetir el día siete de septiembre: que de causa de la poca cosecha de pan que obo en esta villa este presente año ay falta de pan cocido. Pero para finales de octubre se nos dice que el trigo del pósito es suficiente para las necesidades de la villa, aunque se muestran recalcitrantes a dar trigo al pósito de Madrid. De hecho, el pósito disponía de diez mil fanegas de trigo, pero se veía con muy malos ojos las diligencias del corregidor para cobrar 3000 fanegas y cinco mil reales de los deudores al pósito. Se alegaba la pobreza de los vecinos por la esterilidad de los tiempos, pero, en cualquier caso, no se veían bien estas injerencias. Pensamos que el concejo estaba mandando noticias contradictoria, cuya única finalidad era evitar la intromisión de la justicia de San Clemente, pues para final de año falta el pan cocido (se alega la lejanía de los molinos para obtener harina, sabemos que se acudía a los ingenios de la ribera del Júcar) y de nuevo se pedirá a la iglesia grano para acabar se sembrar.

Es evidente que el periodo de sequía ya iba para cuatro años y las lluvias no llegaban. el doce de noviembre se nos dice: que al presente por Dios nuestro señor es servido e ve que conviene a su santo servicio al presente en esta villa e su villa e juridición de muchos días a esta parte a auido y ay muy gran falta de agua estando la gente muy afligida y apretada. El grado de desesperación era muy grande y se pedía el auxilio divino con oraciones y otros actos de umildad para aplacar su yra. 

El cinco de julio, tenemos noticias por primera vez de que un grupo de regidores están negociando en los reales Consejos la exención de Villarrobledo de San Clemente: se sirva de hacer merced a esta villa de esentarla de la juridición del corregidor deste partido para que no pueda entrar en ella sino solamente una vez durante el tiempo de su oficio de cada corregidor a tomar quentas y residencia y que no pueda conocer en esta villa de causa alguna en primera ynstancia. No todos aceptaron esta decisión, propuesta por el alcalde ordinario Gabaldón. Entre los que se opusieron estaba Bartolomé Gallego, que alegaba que a un corregidor anterior Antonio López de Calatayud se le habían dado poderes de su majestad para intervenir en los asuntos de la villa y, sobre todo, que el intento de exención era un golpe de mano de algunos regidores y el síndico en un día que no era de reunión de ayuntamiento y en el que faltaban muchos de los 37 regidores. De hecho, la resolución resultante se trasladó a la carta de poder que había de llevar Pedro de Vargas Montoya a Madrid y a la corte y los reales Consejos, con el objetivo de contradecir la esención en primera instancia que el procurador síndico y algunos vecinos regidores e particulares desta villa tienen pedido para que sea esenta. La carta de poder iba firmada por nueve regidores. Es evidente que los regidores favorables, ausentes en ese ayuntamiento del cinco de julio habían tirado la piedra y escondido la mano. Entre los favorables al corregidor, apellidos como Pacheco, Montoya, Perea o Vargas. Familias muy importantes y enfrente un procurador síndico, Esteban López Parra, que, aunque los tiempos hubieran cambiado, tenía fama de defensa de los intereses del común. En cualquier caso, en torno al trigo se movían demasiados intereses y el corregidor intervenía en ellos hasta tal punto que un núcleo de propietarios agrarios no quería verlo más allá de una vez cada tres años. De momento, lo tuvieron que ver el día 30 de julio y con un mandamiento que no sería bien aceptado: el reparto obligatorio de trigo a aportar por los vecinos para llenar el pósito. 

El día 30 de julio, y con presencia del corregidor, se discutiría de nuevo la exención de Villarrobledo del corregimiento. Esta vez, defendería la permanencia en el corregimiento el regidor don Jerónimo Pacheco y Avilés, yendo más allá y proponiendo ofrecer dinero al rey, frente a los contrarios, agrupados en torno al síndico. Los regidores se fueron definiendo uno a uno, ganando la opción de continuar en el corregimiento por seis votos a cinco, pero faltaban una treintena de oficios concejiles.

  • Fernando Gabaldón, alcalde: a favor de la exención
  • Isidro Merchante, alcalde; en contra de la exención
  • Isidro Merchante, regidor: en contra de la exención
  • Bartolomé Diaz Morcillo, regidor: a favor de la exención
  • Francisco Romero Diaz, regidor: a favor de la exención
  • Francisco Plaza, regidor: a favor de la exención
  • Juan Jiménez Merchante, regidor: a favor de la exención
  • Don Jerónimo Pacheco Avilés, regidor: en contra de la exención
  • Juan Alonso de Aparicio, regidor: en contra de la exención
  • Francisco de Pera, regidor: en contra de la exención
  • Francisco de Minaya, regidor: en contra de la exención
El día siete de agosto, aprovechando que el corregidor no está presente, se hará nuevo ayuntamiento. Será el síndico el que defenderá personalmente la exención del corregimiento y la anulación de los poderes dados a Pedro Vargas Montoya, que está defendiendo la posición contraria en la corte. Los regidores rebeldes han hecho un ayuntamiento a su medida, forzando la ausencia de sus rivales. Entre los regidores díscolos y opuestos al regidor: el alférez Sebastián de Losa, Pedro Romero, Tomás Rodríguez, Gabriel de León, Bartolomé Gallego, que ha mudado de parecer, o Fernando del Lamo y veinte regidores más. Era una insubordinación de la mayoría de los regidores del ayuntamiento contra el corregidor. El 21 de agosto se persona en Villarrobledo el alcalde mayor para invalidar el ayuntamiento del día siete de agosto y denunciando las maniobras para hacer de Villarrobledo una villa de behetría, pero el pleno se tiene que suspender por las ausencias. Nuevo ayuntamiento se convocará el día siete de septiembre, con el alcalde mayor y revocando los poderes dados para tratar en la corte a los favorables a la exención. Es de destacar en este ayuntamiento el protagonismo de Diego Muñoz de la Calera, alguacil mayor de la villa y que se erige en portavoz de los defensores de la separación de corregimiento.


Los regidores díscolos del ayuntamiento del siete de agosto

ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO, 1607

Tuesday, April 8, 2025

VILLARROBLEDO (1606)

El quince de febrero de 1606 se dan por cerradas ante el corregidor de San Clemente las compras de trigo acordadas en la junta de Iniesta de 16 de octubre del año anterior. Junto al trigo comprado en el exterior, los labradores eran los paganos de una situación de carestía, pues el trigo que se les compró para el pósito fue fijado a un precio de catorce reales (22 reales por debajo del precio del mercado) y hubo necesidad de compensarles pues la misma tasa de granos se subió a 18 reales la fanega. La situación de la villa era penosa, tal como se reconoce el 26 de abril, cuando se decide fijar un salario de diez mil maravedíes a los médicos para compensar la asistencia que desprendidamente están dando a los vecinos pobres, pues a avido y ay muchos enfermos y los médicos desta villa an tenido cuydado y lo tienen de presente de visitarlos sin interés alguno. Para el 29 de abril se debe comprar nuevamente trigo para el pósito, esta vez en Consuegra. Se debe acudir al trigo de la iglesia para garantizar la limosna para pobres de la fiesta del primer jueves de mayo en el Villarejo de San Nicolás.

La villa se prepara para la próxima cosecha. Era habitual que los labradores villarrobletanos acudieran a San Clemente y Belmonte a vender su trigo y disponer así de liquidez en dinero. El tema no era baladí, porque a Villarrobledo se se le exigía el pago de sus impuestos en moneda de plata y esta moneda escaseaba. Ahora se pretendía que el caudal del pósito, 22000 reales, fuera íntegramente al pago del trigo de la cosecha de agosto y destinado a llenar sus cámaras. La cifra se elevará a 3000 ducados.

Si la necesidad era grande en Villarrobledo más lo era en el resto de la comarca. Durante los años 1605 y 1606 gente de los pueblos comarcanos, llevados de la necesidad, habían acudido a Villarrobledo y se habían asentado en el pueblo. El ayuntamiento del cinco de junio de 1606 ordenará su expulsión del pueblo: que las personas que oviere en esta villa que no fueren vecinos salgan fuera della se vayan a sus tierras con sus casas dentro del terzero día de la notificación atento que se an venido a ella este presente año y el pasado mucha gente de que se a seguido y sigue mucho daño a esta villa y sus vecinos y se espera mayor. 

La medida era radical y difícil de aplicar, pues ocho días después se reconoce que se espera y ya están llegando los peones para la siega. La presencia de esta mano de obra estacional agravará la falta de pan. La solución será subir el precio del pan a dieciséis mrs. la libra de catorce onzas. De cada fanega se extraerían 114 libras de pan, en lo que era evidente bajada de la calidad. Las preocupaciones del concejo es garantizar la alimentación de la población. Para aliviar la situación, la cosecha del verano ha sido  mediocre, pero las necesidades son muchas; la ciudad de Cuenca intentara comprar el site de agosto de seis a siete mil fanegas de trigo en Villarrobledo, pero esta villa aún no ha conseguido llenar su pósito. El corregidor de San Clemente intentará controlar la cosecha de ese año, garantizando el depósito diez mil fanegas que se han de poner en terceras personas. Es una decisión que soliviantará a Villarrobledo, ni la Corona se ha atrevido a estas medidas allá de situaciones de emergencia o de guerra. Además, se alega que la cosecha de 1606 ha sido la cuarta parte de la habitual otros años: por aver faltado los temporales que no se a cogido la quarta parte de pan que se esperaba respecto de la dicha falta de pan y de la poca siembra que ubo para la cosecha deste año. La falta de grano en el otoño anterior para la siembra ha limitado la cosecha del verano. Villarrobledo necesita 30000 fanegas de trigo para su abasto. La intromisión de la justicia de San Clemente para intentar frenar la especulación reiterada con motivo de las cosechas veraniegas, continuará cuando el alcalde mayor Cid, el 18 de agosto, hace cumplir las disposiciones del Consejo de Castilla y ordena que el pan cocido no supere el precio de seis maravedíes la libra (ha llegado a alcanzar los dieciséis mrs.), así como que se informe de con razón verdadera de cuál ha sido la cosecha del verano y cuáles las necesidades de la villa de Villarrobledo, tanto para consumo como para siembra. Necesidades que se reconoce no están cubiertas para pobres y pasajeros así como la imposibilidad de comprar trigo, pues el mayordomo de propios cesante ha dejado una deuda de dos mil ducados en las cuenta municipales. Poco después llegará Gaspar Fonseca para embargar trigo para llevar a la corte; se intentará llegar con él a un concierto para que no saque más de 2400 fanegas de trigo, pero las confiscaciones son la norma. La cantidad final subirá a tres mil fanegas. Las intromisiones del corregidor, por mandato del Consejo real, continuarán y el uno de noviembre se pide se informe del trigo existente en el pósito disponible para que los labradores puedan sembrar sus barbechos. Una vez, más se echará mano de la rentas pontificales para garantizar la siembra, pero las constantes intromisiones del corregidor en la política de granos de la villa será el germen del descontento que conducirá a Villarrobledo a pedir su exención del corregimiento unos años después.

Ese año 1606, el más rico del pueblo, excusado mayor para el cobro del diezmo, era Pedro Sánchez de Munera, y como excusado obrero o de la obra de la iglesia fue nombrado su hermano. La lonja, junto a las carnicerías, ya estaba finalizada. Juan de la Serna nos aparece como maestro de cantería de las carnicerías (de la obra principal), pues el 29 de junio recibe una libranza de 1000 reales.

Un hecho aparentemente ajeno a la zona venía a trastocar la vida en la zona. Nos referimos a la vuelta de la corte real a Madrid desde Valladolid. Cinco años después la corte volvía a Madrid. Entre idas y venidas el duque de Lerma se enriquecerá. A Villarrobledo se pidieron treinta carros de a tres mulas para le traslado de la corte. Ya en en viaje de ida de 1601, se calcula que acompañando al rey habían llegado a Valladolid 15000 personas. Ahora volvían de nuevo a Madrid el mes de marzo. La orden llegaba del alcalde de casa y corte Silva de Torres y cayó como un jarro de agua fría en Villarrobledo, donde en esta villa no ay ni se podrán hallar mulas para que puedan servir en la dicha jornada por estar todas ellas muy flacas y decaydas de causa de la grande falta de zebada (23 de febrero).Se pedirá se escuse a la villa de dicha aportación. La cifra será rebajada a veinticinco carros, pero para el uno de abril aún no han partido para Valladolid y se les apremia. Los dueños de los carros recibiría cuatrocientos reales por cada uno. El dos de abril, los carros están listos y se relacionan en las actas municipales. El cinco parecen dispustos para partir. Pero, un mes y medio después, el 21 de mayo, se piden quince carros más, mitad con tres mulas y mitad con cuatro.

ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO, 1606

Monday, April 7, 2025

VILLARROBLEDO (1605)

 Al empezar 1605, el edificio de las carnicerías se seguía levantado. A sus puertas de las carnicerías y en la plaza se pretendía levantar lonja para los tratos de los comerciantes, obras que estarán a cargo de Rodrigo de Aguirre, maestro de cantería. El 17 de enero, el concejo villarrobletano muestra su preocupación por la falta de pan en el pósito, consecuencia de la mala cosecha habida en toda la comarca. Se teme un aumento del precio del pan y de la necesidad; el trigo se buscará en la propia villa. Las previsiones del mes de septiembre pasadas sobre el trigo acumulado en el pósito, diez mil fanegas, se hacen insuficientes a comienzos de año, cuando las siembras se han realizado y el trigo consumido. Peor aún, se anuncia ya un pésimo año 1605 que ahondará la gravedad de la crisis: "porque en los vecinos se ve en cada día mayores nezesidades y están tan apretados con la mucha esterilidad que a sobrevenido que no solo la nezesidad es presente, pero yrá creciendo por la poca agua que a sobrevenido y por estar los sembrados mal nacidos". Lo más grave es lo que se decía a continuación: los más ricos compran el pan. Se decía que para su propia previsión, pero la consecuencia es que privaban de ese pan a los más pobres. El corregidor intervenía en los graneros y cámaras particulares, buscando el trigo que faltaba en las diecisiete villas del corregimiento. Las quejas villarrobletanas parecía fundadas esta vez y se anunciaba que, de no comprar trigo inmediatamente fuera en otras regiones, no se hallaría. "La necesidad que ya se ve se a de apretar" (31 de enero de 1605). Villarrobledo, una villa de dos mil vecinos o más, consumía sesenta fanegas de trigo al día. 

El Consejo Real se hará eco de la necesidad por cédula real de 24 de enero de 1605, donde requiere informe del trigo existente en los pósitos de la villa y se presenta un futuro muy aciago hasta la cosecha de 1606, pues la del presente año se considera perdida. Se pide al corregidor informe de las tierras que se han dejado de sembrar por falta de grano y de los remedios que puedan proveer las villas para mayor aumento de la agricultura. En el caso de Villarrobledo, las tierras de cereal se habían extendido al máximo, entrando en colisión con Alcaraz y su corregidor, por el rompimiento de tierras en la dehesa de la Berenguela. Para el 16 de mayo, se decide comprar trigos, que se espera a excesivos precios, pues ya se ve que la cosecha del verano va a ser muy poca. La desesperación llevará el 21 de mayo a hacer rogativas a la ermita de Villarejo de San Nicolás, pues se recuerda que ese era el motivo del primer voto que se hizo: y quando se hizo el dicho voto fue para suplicar a nuestro señor fuese servido dar los frutos de la tierra y en aquel tiempo esta villa era de hasta doscientos vecinos poco más o menos. Unos datos que, creemos nos llevan el origen de la procesión a comienzos del siglo XVI y las crisis de carestías de esos años. Más interesante es lo que se dice a continuación, pues coloca a Villarrobledo con una cifra de tres mil vecinos: y por la divina misercordia esta villa a ido en tanto augmento que se cuenta por de tres mil vecinos y respecto de lo qual con la dicha cantidad (seis mil maravedíes de limosna para los pobres) no se puede cumplir con la mitad del diezmo de la gente que acude de cuya causa los pobres y gente devota que suele acudir a las dichas prozesiones lo dexan de hacer. Se denunciaba más que la falta de fe, la quiebra de la sociedad villarrobletana, incapaz de mantener a sus pobres. Por eso se pedía aumentar las limosnas de 6000 a 40000 maravedíes. El mal no era solo villarrobletano, sino de las diecisiete villas del corregimiento de San Clemente: la pobreza era un problema estructural. Y la aparición de una masa de población flotante, sin residencia fija también. La cifra que se da para Villarrobledo de tres mil vecinos, supone 1150 vecinos más que en 1591. Algo similar ocurre en San Clemente, donde los más de dos mil vecinos contrastan con lo mil quinientos de 1591. Los censos fiscales no recogían los asentamientos de vecinos en los nuevos barrios y ni siquiera registrados en los vecindarios del ayuntamiento ni tampoco la población laboral flotante o los forasteros y gente de paso, en algunos casos, leguleyos o mercaderes, pero en otros, pobres en busca de oportunidades y cuyo sostén alimentario era un problema para los ayuntamientos. La pobreza se hacía visible en estas festividades, como el primer jueves de mayo en San Nicolás, cuando acudían pobres de toda la comarca. Las necesidades llevan a plantearse en el ayuntamiento de 8 de junio a solicitar un censo de veinte mil ducados para un pósito que está vacío y se prohibirá a los clérigos sacar o comprar trigo en la villa que no sea para abasto de la propia villa.

Se temía por las personas y se temía por los animales, pues la cosecha de cebada y centeno se esperaba muy mala: por vista de ojos se a visto y ve la esterilidad del año y principalmente en la zebada y zenteno que no se espera en esta villa ni en su comarca se cogerá alguna. Previendo la falta de grano para los animales se decide abrir la dehesa de la Bernagosa a los ganados mulares y caballares. 

La hacienda concejil estaba intervenida desde que el año 1600 tomó cuentas de propios, pósito y rentas el licenciado Santarén y cuya actuación fue precedente para que los corregidores intervinieran la hacienda villarrobletana. Se recordaba la intervención de cuentas del corregidor Diego de Mendoza y el alcalde mayor doctor Tomás Cid que fue acompañada de un juez de residencia de los oficiales villarrobletanos, con imposición de fuertes penas. Se debían al pósito 4900 fanegas de trigo y 6700, reales, a pesar de haberse cobrador 11000 fanegas en la cosecha de agosto. Igualmente, resultaba molesto el hecho de que el escribano de San Clemente Francisco Rodríguez Tudela interviniera en los autos de la villa. Ahora para el mes de junio, Villarrobledo se opondrá a que el corregidor tome cuentas a los oficiales de la villa. En cualquier caso, el treinta de junio, hay una colaboración entre el corregidor Mudarra Mendoza y los regidores villarrobletanos pues la situación es extrema, hasta tal punto que se pide el control del cobro de los diezmos y del trigo que han de devolver los labradores al pósito. Cuando los Inquisidores de Murcia piden mil quinientas fanegas de trigo, pues no encuentran trigo alguno en el Reino de Murcia, se buscarán excusas. Igual malestar provocará la pretensión de dividir el beneficio curado en varios y más en ese momento de crisis*. El once de julio, ya segadas las primeras mieses, los labradores no entregan trigo alguno al pósito, pues lo guardan para sus necesidades. Se habla de que la villa puede perderse y despoblarse. Para finales de julio se pide al obispo de Toledo poder disponer del diezmo de los despoblados pagando el trigo a la tasa como de la prestamera simple de Guadalajara y Belmonte, a cargo del prior del convento de San Lorenzo del Escorial. Mientras, se buscan los 24000 ducados a censo para dotar al pósito y se envían procuradores a buscar trigo, hasta Molina de Aragón, donde se esperan sacar de 8000 a 10000 fanegas. El precio de la fanega de trigo alcanza los 36 reales y el pan cocido diez maravedíes la libra para los vecinos y a catorce para los forasteros, cuyo abasto se presenta para la villa como un grave problema. El corregidor avisa de que se podrá comprar trigo en la ciudad de Cartagena para las villas, hemos de suponer traído desde Italia.

El trigo villarrobletano era el testimonio de la crisis de carestía vivida, pero también de las injusticias sociales. A la corrupción denunciada por jueces y corregidor en la toma de cuentas se unían ahora las peticiones de grupos que vivían del trigo villarrobletano: así, 150 fanegas de trigo para el cabildo de la colegiata de Belmonte o, lo que provocaba más odios en Villarrobledo, trescientas fanegas de trigo para la casa del corregidor y alcalde mayor y doscientas de cebada para sus caballos. Para mediados de septiembre se decidir embargar el trigo de las cuatro rentas pontificales, pues el trigo se necesita para la siembra, pero el arzobispado no entrega el trigo, a pesar de la insistencia de la villa sobre la sequía terrible de ese año. SE acabará embargando, entre protestas de la villa de Almagro, pues los arrendadores de las rentas pontificales de esa villa tenían derecho al cuarto del trigo decimal. Mientras, los poseedores del grano no sueltan el trigo si no es a precios excesivos y pagado en plata, no aceptando la moneda de vellón. La plata ha desaparecido de la circulación y se atesora al igual que el trigo.

El trece de octubre de 1605, por las actas de Villarrobledo, tenemos noticias de que el Consejo Real a través de su secretario Juan Gallo de Andrada decide intervenir ante la grave crisis de carestía, que, de Las Mesas a Iniesta, se extiende por las diecisiete villas que conforman el corregimiento de San Clemente. Se celebrará una junta de corregimiento en Iniesta, donde cada una de las diecisiete villas han de enviar un alcalde o regidor. La carta que ha mandado el Consejo Real es clara: "atenta la esterilidad general que a auido este año el pan por la poca cosecha que a auido y que en el Reyno de Aragón se entiende la a auido buena y que de allí se podrán sacar tres cientas mil fanegas de trigo para la provisión de esta tierra y Reyno de Toledo. Lo tratado en Iniesta (en una junta que probablemente se reunió el 16 de octubre, domingo) fue asentado por el escribano Francisco Rodríguez de Tudela. Un traslado del documento notarial sería presentado por el regidor Pedro Montoya Vizcarra y llevado a las actas del concejo de Villarrobledo. Estos serían los puntos:

  1. Se debieron decidir las cantidades de trigo para cada uno de los pósitos de la diecisiete villas, que deberían ser comunicadas por carta del corregidor a la corte. Para las diligencias se nombró a Pedro Durango, que recibiría un sueldo de 50 ducados, más cien reales por llevar las cartas
  2. Matar y destruir la langosta aovada en San Clemente y otras villas. Villarrobledo estará libre ese año de la langosta

El 21 de marzo se informa de que Ana Ruiz, viuda de Juan Cano Moragón, deja 700 ducados y sus casas para la fundación de un convento de frailes carmelitas descalzos, además una renta para cuatro capellanes para que lleven las varas del Santísimo Sacramento cuando sale a visitar los enfermos, dar alimento a los estudiantes y dotes a las huérfanas y una capellanía en dicho convento, y cien fanegas de trigo en cada año para que se den de limosna a los pobres en los meses de abril, mayo y junio. A pesar de las reticencias de algún regidor, la intervención del regidor Alonso Téllez fue clave para dar vía libre a dicho convento. La fundación no se llevaría a cabo.


*La unión y concordia que se hizo del dicho beneficio del beneficio curato y del beneficio simple que auía en esta villa y que se auía sacado y desnombrado del dicho beneficio curado y se volvió a juntar y unir  con voluntad de don Manuel de Reynoso beneficiado que fue del dicho beneficio y con lecencia de su santidad sobre lo qual ay y se dieron bulas apostólicas y otros papeles y recaudos en favor del dicho beneficio curato (8 de julio de 1605).

El 25 de noviembre toma posesión del beneficio curado de la villa el doctor Antonio de San Vicente, vicario del arzobispado de Toledo

JUBILEO Y RELIQUIAS

"dixeron que a este ayuntamiento se a dado noticia que el padre Baustista Pacheco religioso de la compañía de Jesús por conzesión de su santidad a traydo a España muchas reliquias de santos de la ciudad de Roma para poder colocar e poner en las yglesias que el quisiere en estos reynos y en las yglesias donde las pusiere en cada una se conzeden cada año cinco vezes jubileo plenísimo y remisión de pecados en cinco días diferentes" (actas Villarrobledo 25 de noviembre de 1605)


ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO, 1605

Monday, March 31, 2025

LA CAÑADA REAL DE VILLAESCUSA DE HARO A LAS MESAS, PASANDO POR PEDROÑERAS

 El apeo corresponde al año 1728


VILLAESCUSA DE HARO

  • Sitio donde llaman el molino Blanco, antes de llegar a él, donde concluye el término de Villar de la Encina
  • Por el camino real hasta el molino Blanco
  • Desde el molino Blanco siguiendo el camino real hasta el Hocino
  • Desde el Hocino hasta la Paranza de la Oveja y a la senda de los Vinateros
  • Desde la senda de los Vinateros hasta llegar al sitio que llaman de Navafría
  • La cañada entra en el término de la Rada
LA RADA (lugar de la jurisdicción de Villaescusa de Haro)
  • Desde Navafría al sitio que llaman de Entrecaminos por el colmenar de don Antonio Astrana, que está a mano izquierda llegando al cerro Carao
  • Por el camino adelante hasta pasar por las eras de pan trillar que llaman encima de la cueva de la Zorra
  • Desde la cueva de la Zorra se entra por medio del lugar continuando hasta el paso o fuente que está en sus afueras
  • Desde allí al sitio que llaman la Reposera
  • Desde la repostera hasta llegar al pozo de Ramos, donde da fin el término del lugar
LAS PEDROÑERAS
  • Desde el pozo de Ramos, en La Rada, por el camino adelante hasta llegar al sitio que llaman de la Zorilla
  • El camino adelante, dejando a la izquierda un corral de piedra seca, llegando al alto que llaman del Rayo
  • Por el sitio del Pinar y Losares, la cañada adelante el camino de por medio y por el vallejo Largo
  • Desde allí se prosiguió por algunos baldíos hasta llegar al sitio de la Boca del Pinar, caminando hasta el remate de la cañada de las Varas 
  • Desde allí prosigue hasta la encrucijada de los caminos, cabo de la cañada de las Varas y al sitio que llaman donadío del cerro mojón como se sale de la cañada de las Varas 
  • Se llega a lo alto de la senda a vista del donadío y por la falda del cerro Mojón a vista de Calderón y a lo alto del Yjoso
  • Y por junto el corral de Pedro Haro en lo del Provencio
  • Y por lo alto de Valcuervo, encima del cerro continuándose junto al corral de Valcuervo 
  • y por la cañada de los serranos por lo alto de la viña de Zamora, pasando el camino de Villarrobledo hasta llegar al sitio de Elguillo
  • Y por el camino que va a la dehesa, cruzando el camino que va a El Provencio y por la entrada de las cañadas va por diferentes baldíos y llecos hasta llegar a la Casa Caída que llaman de Ambrosio López donde da fin el término y entra en la villa de Las Mesas
LAS MESAS
  • Se da inicio en la casa de Ambrosio López,  término de Las Mesas
  • Caminando por baldíos, cruzando el camino o carril de Nava Tocón
  • Y desde allí al sitio de Cabañuelas al cruzar el carril del Pedernoso
  • Y de lo alto de la casa de Juan Ciraz al cerrillo del Aliagar, prosiguiéndose por el sitio de la Lista  al camino de la casa que llaman de Florencia la Cana, da abajo cruzando el camino que va a las viñas de Argel y al carril de la Raya, donde concluye este término, siendo baldíos y llecos los expresados sitios por donde pasa la cañada
  • Sigue por el sitio que dicen de las Oyalejas y al Jaenal  de los frailes de la dicha villa de Socuéllamos.

Archivo Histórico Nacional, DIVERSOS-MESTA,404,N.1. Apeos de cañadas, tomo 29 

Sunday, March 30, 2025

Ejecutoria de la Mesta contra Las Mesas

 El pleito entre el Concejo de la Mesta y la villa de Las Mesas había surgido en julio de 1589, cuando una manada del ovejas de la viuda Catalina Sánchez, vecina de El Provencio se había internado con una  manada de ovejas cerca del río Záncara, en el límite entre los términos de Las Mesas y Villarrobledo, y Cristóbal Hernández, vecino de Las Mesas, había tomado cinco ovejas, que luego serán subastadas por el alcalde ordinario de Las Mesas Andrés Gómez. Un alguacil de la Mesta procederá contra el citado Cristóbal y otros dos socios, Diego Romero y Juan Martínez (todos ellos caballeros de sierra) con embargo de bienes; a uno de ellos le embargarán una guitarra, aparte de tres espadas. Las ovejas tomadas se valoraban en catorce reales cada una.

Los términos de El Provencio y Las Mesas eran comunes, pero desde San Juan hasta Santa María de Agosto, durante siete semanas, los términos se cerraban y no se podía pasar con los ganados  abrevar y se embargaban con tal motivo cinco reses. La Mesta alegaba, por contra, que en veredas, cañadas y en dehesas, donde los provencianos habían hecho pujas, se podía pastar con el ganado en esas siete semanas e incluso en las once semanas de agostadero que era la costumbre antigua de la sierra de Cuenca. En virtud de ello, el licenciado Lázaro Cañas, alcalde entregador mayor, que tenía su audiencia en la villa de Santa María del Campo, dictará sentencia el 31 de octubre de 1589 a favor de su hermana Catalina Sánchez, imponiendo una multa a los adversarios de 1500 maravedíes y la devolución de las cinco reses tomadas. Las reses embargadas en total a los provencianos eran veinte carneros y cincuenta ovejas, que se tasaron a veinte reales los carneros y a diez reales las ovejas.

Concejo de Las Mesas en 1589

Alcalde ordinario: Esteban López Ortiz

Regidores: Cebrián Martínez y Francisco López

Concejo de las Mesas en 1588

Facundo Rodríguez y Miguel Gil, alcaldes ordinarios

Martín de Espinosa, Cebrián Martínez, Juan Ortiz, regidores

Contrato de arrendamiento de la dehesa de la Olmeda

  • Entre el concejo de Las Mesas y varios ganaderos provencianos (Julián de Grimaldos, Pedro Sanchez, Donato de Grimaldos y los hijos de Julián Grimaldos) de cinco o seis manadas.
  • A partir del día de San Martín
  • Se arrienda la dehesa de la Olmeda y los abrevaderos del Bernaldo, Taray y el pozo de don Pedro.
  • 24 de agosto de 1587,  empieza para el día de San Miguel por un año. Dos pregones previos en la plaza de Las Mesas el uno y el doce de agosto.
  • Remate en 30000 maravedíes.
Ejecutoria de 6 de mayo de 1596, favorable a la Mesta.

Archivo Histórico Nacional, DIVERSOS-MESTA,127,N.8

Saturday, March 29, 2025

El clérigo Rodrigo Sánchez de Luna, pasajero de Indias de Villanueva de la Jara

 El 9 de julio de 1617, domingo, y en la plaza de Villanueva de la Jara, se anunciaba la muerte en Indias del presbítero Rodrigo Sánchez de Luna. Sus bienes estaban depositados en la Casa de Contratación de Sevilla y se buscaban herederos que los reclamasen. La misma requisitoria sería leída en la iglesia durante la misa mayor por el sacristán a ruego del doctor Pedro Hervías, cura propio de la villa. El clérigo Rodrigo había muerte en las Indias, en la provincia de Charcas, donde había emigrado treinta años antes, mientras que su hermano Juan Sánchez permanecía en Villanueva de la Jara ejerciendo el oficio de zapatero.

Rodrigo Sánchez de Luna había dejado sus bienes a su hermano Juan o a sus herederos. Quienes se presentarían a recoger la herencia serían los nietos de Juan: los hermanos Francisco Sánchez, Miguel Sánchez y Roque García. Eran hijos de Roque García Sánchez y de María Granera. El presbítero Rodrigo se había marchado a Indias en la segunda mitad de la década de 1580. Desde allí había enviado dinero a su hermano Juan, casado con María Herrera, unos 500 reales.

La estancia de Rodrigo Sánchez de Luna en Indias había sido corta, pues había fallecido el 13 de abril 1595 apenas ocho años después de haber embarcado a Indias. Había muerto en Copachuncho, jurisdicción del partido de Mizque, en la provincia de Charcas. El clérigo poseía bienes, una casa, en San Bernardo de Tarija, ciudad, entonces villa, fundada en 1574 por don Luis Fuentes de Vargas, apenas trece años antes de la llegada del clérigo desde Villanueva de la Jara, y en una zona que estaban plantando los primeros viñedos, muestra de la reciente repoblación. En Tarija, el núcleo de la vida de la nueva villa era el convento de San Agustín, fundado un año después de la nueva villa por frailes dominicos, destinados a la evangelización de los indios chiriguanos. El pase a Indias de Rodrigo Sánchez de Luna es deudor de la necesidad de evangelización de una zona de reciente colonización. De hecho, las casas de nuestro presbítero estaban junto al nuevo convento, así como dos solares, y poseía un pedazo de tierra junto al fundador de la villa Luis de Fuentes, que cederá a la iglesia mayor de la villa, la de la Concepción. Es más, junto a estas casas estaban en construcción otras en una villa, en la llamada calle real, que se reconocía todavía de poca vecindad. La evangelización se estaba haciendo desde la ciudad de La Plata, sede de un arzobispado y distante dos mil kilómetros. La zona estaba en pleno crecimiento económico y desarrollo demográfico por la explotación del centro minero de Potosí, a más de trescientos kilómetros. Era una tierra de oportunidades, allí hará fortuna, también, el sanclementino Pedro González Galindo. Aun no pudiendo valorar su incidencia de forma global, no cabe duda que la repatriación de capitales de estos indianos, en vida o ya difuntos, contribuyeron a un pequeño esplendor de la Mancha conquense en las dos primera décadas del siglo XVII y a mitigar las carencias de las dos últimas décadas del siglo XVI.

El clérigo Rodrigo Sánchez había llegado a Indias ya con más de cincuenta años, pues a su muerte en 1595 contaba con sesenta, arriba o abajo, y había dejado en su testamento aparte de las casas un ajuar de vestimentas de calidad, una cubertería de plata, anillos de oro y esmeraldas y algunos libros religiosos, entre ellos, los últimos decretos del Concilio de Trento. Perl el clérigo era un hombre de mundo y se había labrado su fortuna con la venta de caballos a los pobladores que llegaban a la nueva villa. algunos de los cuales no había acabado de pagar a la muerte de Rodrigo. Señales de una sociedad nueva como lo era que no había escribano alguno para dar fe del testamento del clérigo.

Rodrigo Sánchez de Luna dejará como albacea de sus bienes al vicario Juan Cano Paredes. La subasta posterior de estos bienes suponía una mengua en los bienes legados. En total, 2857 pesos y seis tomines de plata, a los que había que descontar los gastos de subastas y venta de bienes, 2231 pesos y cuatro tomines, para resultar un suma total de 626 pesos y dos tomines más los bienes en especie, pero el proceso se alargó muchos más años y la herencia, entre posturas, ejecutores, probanzas de jueces y otras cosas fue menguando hasta los 754 pesos. A la Casa de Contratación llegaron 108180 maravedíes, algo mas de la mitad, que sin costas, fletes y averías se quedaron en 453 pesos y seis tomines de a ocho y que fue a recoger en nombre de los nietos el sanclementino Fernando de Alarcón Fajardo


Probanza de testigos de julio de 1617

Martín Granero, vº de Villanueva de la Jara, 

Antonio Martínez Beltrán, vº de San Clemente

Alonos Manzano, vº de San Clemente

Alonso de Tébar, vº de Villanueva de la Jara


Archivo General de Indias, CONTRATACION,331A,N.2,R.8

EXCOMUNIÓN

 Malditos sean los tales públicos excomulgados de Dios Nuestro Señor y de la Virgen Santa María su madre y de todos los santos y santas de la corte del Cielo, amén.

Malditos sean el pan, carnes, viandas que comieren, agua, vino, bebidas que bebieren, amén.

El sol de día, la luna de noche se les oscurezca, amén

Anden mendigando de puerta en puerta y no hallen quién bien les haga, amén.

Caigan en ellos y en cada uno de ellos las maldiciones contenidas en el salmo "deus laudem meam ne tacueris quia os peccatoris et os dolosi super me apertum est ", amén.

Y si en este tiempo murieren no les daréis eclesiástica sepultura.


ANATEMA DE EXCOMUNIÓN DEL ARZOBISPO DE LA PLATA EN 1595

 AGI, CONTRATACION,331A,N.2,R.8

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SALMO 109 DE DAVID


  1. No calles, oh Dios de mi alabanza;
  2. porque se han abierto contra mí la boca del impío y la boca del engañador; han hablado contra mí con lengua mentirosa.
  3. Me han rodeado también con palabras de odio, y han peleado contra mí sin causa.
  4. Por mi amor son mis adversarios; pero yo me entrego a la oración.
  5. Y me han pagado mal por bien, y odio por mi amor.
  6. Pon a un hombre malvado sobre él, y que Satanás se ponga a su diestra.
  7. Cuando sea juzgado, que sea condenado, y que su oración se convierta en pecado.
  8. Que sus días sean pocos, y que otro tome su oficio.
  9. Que sus hijos queden huérfanos de padre, y su esposa viuda.
  10. Que sus hijos sean vagabundos y mendigos continuamente; que busquen su pan lejos de sus desolados lugares.
  11. Que el extorsionista se quede con todo lo que tiene; y que los extraños saqueen su trabajo.
  12. Que no haya nadie que le tenga misericordia; ni que haya nadie que favorezca a sus hijos huérfanos.
  13. Que su posteridad sea exterminada; y que en la generación siguiente su nombre sea borrado.
  14. Que la iniquidad de sus padres sea recordada ante el SEÑOR; y que el pecado de su madre no sea borrado.
  15. Que estén ante el SEÑOR continuamente, para que él pueda borrar su memoria de la tierra.
  16. Porque no se acordó de mostrar misericordia, sino que persiguió al pobre y al necesitado, hasta el punto de matar al quebrantado de corazón.
  17. Como amó la maldición, que venga a él; como no se deleitó en la bendición, que se aleje de él.
  18. Como se vistió de maldición como de su vestido, que entre en sus entrañas como agua y como aceite en sus huesos.
  19. Sea para él como el vestido que lo cubre y como el cinto con el que se ciñe continuamente.
  20. Que esta sea la recompensa de mis adversarios de parte del SEÑOR, y de aquellos que hablan mal de mi alma.
  21. Pero tú por mí, oh DIOS, Señor, por amor de tu nombre: porque tu misericordia es buena, líbrame.
  22. Porque soy pobre y necesitado, y mi corazón está herido dentro de mí.
  23. Me voy como la sombra cuando declina: soy sacudido de arriba abajo como la langosta.
  24. Mis rodillas están débiles por el ayuno; y mi carne carece de gordura.
  25. También me convertí en un reproche para ellos: cuando me miraban sacudían la cabeza.
  26. Ayúdame, oh Señor, Dios mío: sálvame según tu misericordia:
  27. Para que sepan que esta es tu mano; que tú, Señor, lo has hecho.
  28. Que ellos maldigan, pero bendice tú; cuando se levanten, que sean avergonzados; pero que tu siervo se regocije.
  29. Que mis adversarios se vistan de vergüenza, y que se cubran con su propia confusión, como con un manto.
  30. Alabaré grandemente al Señor con mi boca; sí, lo alabaré en medio de la multitud.
  31. Porque él estará a la diestra del pobre, para salvarlo de aquellos que condenan su alma.


Friday, March 28, 2025

De sal y escribanos

 En 1610, Mateo Gabaldón estudiaba cánones en la universidad de Alcalá de Henares. Mateo era hijo de un escribano del mismo nombre en Barchín del Hoyo, su madre María era de la familia de los Ruipérez. De la herencia y del ejercicio del oficio se había hecho con una pequeña fortuna, parte de la cual había servido para el estudio de sus hijos. Las propiedades familiares se dispersaban por toda la comarca, de Gil García a Valhermoso.

Los problemas del padre Mateo Gabaldón venían de 1598. Ese año Simón Arcos, escribano perpetuo de Barchín había comprado 160 fanegas de sal a seis reales en el salero de Minglanilla en obligación contraída con su administrador Alejo de Segura. El pago se debía hacer en la Navidad de 1600. Al no poder pagar la sal, Simón había dejado en depósito como garantía de pago el oficio de su escribanía. Mateo Gabaldón actuaba como abonador de Simón Arcos y tenente de su escribanía y en quien recaería el pago inmediato de los 960 reales de la sal más otros 47 reales de gastos en al ejecución de la deuda. Mateo Gabaldón durante el año 1604 dará con sus huesos durante varios meses en las cárceles de Barchín y Motilla, por estas deudas de la sal, que acabará pagando )1682 reales para salir de la cárcel), pero que fruto de las demoras subirán a la cantidad de 5100 reales y que a la altura de 1612 cambiarán de deudor, por la compra de la escribanía de Barchín por Juan Lezuza.

Los escribanos constituían sagas familiares que saldrán de sus pueblos para desempeñar el oficio en otros pueblos. Juan de Lezuza venía de familia de escribanos de El Cañavate, y ahora tendrá el oficio en Barchín, comprado por 300 ducados en 1612. Simón de Arcos y Mateo Gabaldón procedían de Villanueva de la Jara y, en el caso de Mateo, había desempeado antes el oficio en Valhermoso. De un modo o de otro, estos escribanos mantenían relaciones entre sí, que iban más allá del oficio. Entre los citados en este expediente: Martín García de Valverde y Melchor de León, de Motilla; Pedro de Villarreal en Piqueras; Alonso Martínez, en Minglanilla. El ejercicio de la escribanía no estaba exento de polémicas. Así, Mateo Gabaldón, aunque se intitulaba escribano de Valhermoso, lo ejercía en el paraje de la Pedrosilla, término de Alarcón, sin duda para intervenir en los negocios de esta villa, más sustanciosos.

A las relaciones entre escribanos se unían los intereses locales y las intromisiones del corregimiento. Juan de Lezuza pasaba por ser un protegido de García de Buedo y de la justicia del corregimiento de San Clemente, actuando en materia de pósitos y rentas reales y quitando competencias a Mateo Gabaldón que entendía en estos temas como escribano del ayuntamiento que era. La pérdida de esta intromisiones, en la escribanía del ayuntamiento y en la escribanía de rentas reales, por tener arrendada esta escribanía para los asuntos de Barchín, se calculaban en 200 ducados para Mateo Gabaldón, además de los intereses privados en juego desempeñando oficio público.

El pleito se enredaba por viejas obligaciones, hacia 1600, Simón Arcos y su mujer Catalina de Marcilla habían hipotecado la escribanía a un censo de cien ducados a favor de Ruy Gómez de Espinosa, vecino de Alarcón, y luego a otro censo en 1599 a favor de Pedro Manuel, vecino de Belmonte, por 42698 mrs., que a su vez compró el censo anterior. Los réditos de los censos eran 600 reales, pero habían sido cedidos por Pedro Manuel al convento de trinitarios calzados de Fuensanta y fray Fernando Prieto, tras tomar los hábitos. El convento había vendido a su vez el oficio de escribano a Diego Gómez, vecino de Sisante. Diego Gómez vendería el oficio a García de Buedo, que, inmediatamente, lo vendió a su vez a Juan de Lezuza. En realidad, estas operaciones de préstamos o censos eras simuladas para esconder deudas. Pedro Manuel era mayordomo del marqués de Villena y aunque se llevó a cabo la firma de escritura de censo, Simón de Arcos no recibió ni un maravedí, pues un testaferro del dicho Pedro Manuel, Diego de Lorca Padilla fue el que hizo presente el dinero, que inmediatamente se le devolvió.


Contrato de compra de 100 fanegas de sal en el salero de Minglanilla, a seis reales la fanega en 1601. La administración de salinas en Castilla estaba en manos de dos tesoreros generales del Reino, dependientes del Consejo de Hacienda (Juan Palacios y Gaspar de Zarate para 1599-1600) con capacidad de nombrar ejecutores para la cobranza de los deudores y existían administradores de los diferentes distritos de salinas, en nuestro caso, un administrador general para las salinas de Cuenca y la Mancha y un administrador en cada salero.


Testigos probanzas de 1618

Juan Gómez, clérigo de Barchín, beneficiado, 58 años

Juan de Aranda, vecino de Barchín, 84 años

Pedro Cerrillo, vecino de Barchín, 56 años

Pedro Lucas de Olmeda, vecino de Barchín, 50 años. Posee los bienes heredados de sus padres y ha comprado un haza de 40 almudes en el camino de Buenache por 90 ducados, haza de doce almudes, camino de Alarcón, 2500 viñas en las Carboneras, que valen 1400 reales Posee casa en las llamadas cuatro calles, valor 40 ducados

Juan de Bustamante, vecino de Barchín , 60 años

Bernabé del Monte, vecino de Barchín, 53 años

Pedro del Salvador, vº de Barchín, 60 años

Francisco de Arcos, vº de Barchín, 59 años

Francisco Herraiz, vº de Barchín, 50 años

García de Buedo Gomendio, vº de Barchín, 41 años

Alonso Carretero, vº de Barchín, 60 años

Pedro de Piqueras, vº de Barchín, 46 años

Miguel Martínez Roldán, vº de Barchín, 60 años

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Licenciado Alonso de Oviedo Velázquez, cura de la iglesia de Santa Marta de Barchín


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Bienes de Simón de Arcos

  • Oficio de escribanía
  • Casas por valor de 60 ducados
  • Viñas en el camino que va a Casas de María Simarra (ya reciben el nombre de Casas de Santa Cruz en 1605 también), a mando derecha, 1200 vides y 80 olivas, valen 60 ducados. En este espacio hay viñas también de Pedro Pardo y de herederos de Ana Chumillas.

Archivo Histórico Nacional, UNIVERSIDADES,251,Exp.6

Wednesday, March 26, 2025

La correspondencia entre el obispo de Cuenca y el duque del Infantado

 En la correspondencia del Obispo de Cuenca Alonso Antonio de San Martín (hijo natural de Felipe IV) con el duque del Infantado Gregorio Silva de Mendoza por los años 1687 y 1690, el religioso relataba la falta de moral en todo su obispado. Denunciaba al escribano Pedro Garrido de Valdeolivas por estar amancebado con la viuda Josefa Izquierdo, ambos tenían escandalizado al pueblo y se pedía al duque que echara del pueblo a la mujer. El vicario de Iniesta se dedicaba a redezmar, obtener un nuevo diezmo adicional, aunque se mandó al provisor para traerlo preso y se le multó con veinte ducados, continuaba en Iniesta. El obispo, para abril de 1688, tenía pensado crearse un coto de conejos propio y pedía al duque sacara unos cuantos gazapos de las propiedades del duque en el soto de las Heras para repoblar su bosquecillo particular. El obispo ya tenía jaulas dispuestas, pero reconocía que le faltaba persona experimentada para echar las redes y cazar los gazapos. Más de trescientos gazapos le dio el duque para capricho del obispo. Los conejos, parece que tenían su contrapartida, pues el obispo prometía al duque del Infantado, un año después, en junio de 1689, su colaboración para "aliviar" la recaudación de las alcabalas de Motilla e Iniesta, enajenadas al duque. La verdad es que la caza de conejos, aunque se habían movilizado criados y hurones, únicamente había alcanzado a ciento setenta conejos, para desconsuelo del obispo que debió conformarse con esa cantidad, si bien ya había avisado al duque que donde había oportunidad de provisión de conejos era en el sitio real de Aranjuez.

Conseguidos en parte los conejos, el obispo continuó con su cruzada particular contra la falta de moralidad en los estados del duque. Seis mujercillas de pocas obligaciones y mala vida andaban escandalizando al pueblo de Salmerón, hasta tal punto que el obispo había tenido que apresar al cura del pueblo, que estaba implicado en las andanzas. La solución del obispo: el destierro de las desvergonzadas; eran las hermanas Domínguez. La magnanimidad del obispo llevaba a perdonar a la mayor de la hermanas, ya por la edad ajada, "y que no está en edad para dar que decir". En cualquier caso, el problema de Salmerón es el que ya se avisaba en 1684, que la hechura del retablo no avanzaba por las diferencias de la villa con el cabildo eclesiástico de ella. Las diferencias venían porque los eclesiásticos hacía tratos con los arrieros fuera del pueblo para no pagar la alcabala. Sí, mostraba el obispo desde Alcohujate su preocupación con el establecimiento de un convento de padres mercedarios en Gascueña. Los vecinos de Gascueña se oponían a la presencia de los mercedarios por "un caso escandaloso que sucedió en él por ocasión de estos padres". Los mercedarios ya regentaban hospicio en el pueblo.

El "quos ego" del obispo se detenía, sin embargo, ante el cura de la Puebla de Almenara y su amancebamiento, todo eran perdones, pues "la malicia humana ha llegado a prohijarle semejante delito". No se podía dudar de un religioso que había mostrado tanta probidad en la administración del hospital de San Juan Bautista en la localidad.



AHN, OSUNA, CT, 271, D. 200-234

Extinción cofradías de Iniesta

 En 1784, Iniesta era una villa de mil vecinos que apenas si podía atender a sus enfermos. Existía por entonces un hospital en una casa, de la que se dice "que su fábrica material es de bastantes anchuras". Este hospital se sustentaba con las limosnas, constaba de cuatro camas, para vecinos pobres de la villa o forasteros. El escaso dinero apenas si daba para medicinas de enfermos o para el reparo de las casas.

Ese año se propone como solución la supresión de las cofradías de la villa por su escasa utilidad. Estas cofradías, muy antiguas, están dotadas con 300 ducados sin que haya memoria de los que hicieron tales dotaciones o fundación y tan solo unas constituciones antiguas para su reglamento. Su única función es "servir de pompa y vanidad" en ceremonias religiosas inútiles de mucha cera, insignias y ornamentos y en entierros costosos y solemnes para los cofrades, que son ricos, "sin que al pobre se le admita por hermano". Se pide la dotación de sus caudales al hospital de pobres y que únicamente la cofradía hagan la fiesta de los patrones titulares y con moderación

Carta de Carlos de Machamalo, visitador del obispado y párroco de Iniesta, al obispo de Cuenca (23 de junio de 1784)


Archivo Histórico Nacional, CONSEJOS,7090,Exp.1

BUEDO DE BARCHÍN DEL HOYO

 Juan Girón de Buedo y Ruiz de Alarcón optará a la orden de caballería de Montesa en 1688


  • PADRES: FERNANDO DE BUEDO GIRÓN, natural de Barchín, y LORENZA RUIZ DE ALARCÓN, natural de Piqueras.
  • ABUELOS PATERNOS: GARCÍA DE BUEDO, natural de Barchín, y RUFINA GIRÓN, natural de Barchín y criada en Piqueras
  • ABUELOS MATERNOS: JUAN RUIZ DE ALARCÓN, natural de Albaladejo o de Piqueras, y ÁNGELA CERVANTES, natural de Madrid (hija de Pedro Cervantes y María de Rojas, nacida el 4 de junio de 1576).
OTROS DOCUMENTOS PROBATORIOS EN LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE LOS ÁNGELES DE BARCHÍN DEL HOYO
  • Partida de bautismo de García de Buedo, 8 de febrero de 1577, hijo de Pedro de Buedo y Juana Gomendio
  • Partida de Bautismo de Rufina Girón, 20 de enero de 1582: hija de Fernando de Alarcón y María
  • Partida de bautismo de Fernando de Buedo, 20 de mayo de 1613
  • Partida de bautismo del pretendiente, Juan José, 28 de noviembre de 1639: hijo de Fernando de Buedo y Laurencia Ruiz de Alarcón
OTROS DOCUMENTOS PROBATORIOS EN LA IGLESIA DE PIQUERAS
  • Partida de bautismo de Juan Ruiz de Alarcón, 20 de diciembre de 1582, hijo de Fernando de Alarcón y doña María de Mendoza
  • Partida de bautismo de Laurencia Ruiz de Alarcón, 6 de enero de 1617, hija de Juan de Alarcón Mendoza y Ángela de Cervantes.
EJECUTORIA DE HIDALGUÍA DE PEDRO DE BUEDO de 26 de enero de 1594



CONCEJO DE BARCHÍN DEL HOYO EL AÑO 1583

Martín Cabronero, alcalde por los labradores
García Cabronero, don Pedro Girón de Alarcón, don Fernando Girón de Alarcón, Miguel de Piqueras y Cristóbal López, regidores perpetuos


Archivo Histórico Nacional, OM-CABALLEROS_MONTESA,Exp.234

Tuesday, March 25, 2025

UN CONFESIONARIO PARA SORDOS


 Bartolomé Belinchón era cura de la parroquia de Barchín del Hoyo, durante dos años sufrirá prisión por la delación de un feligrés. Las acusaciones eran graves; unas, de incumplimiento de sus obligaciones; otras, llevadas por el chisme. No cantar la salve, no decir maitines el día de Navidad, asistir con manteos en una procesión, pasear con su ama... y no tener confesionario para los sordos.

El acusador era Félix de Padilla, que era cuñado de Cristóbal de Perea, un principal del pueblo. Los hechos acontecieron en 1785. Es probable que al dicho Padilla no le gustará que no se guardará el secreto de confesión por su sordera, pero lo que es evidente es que el cura pasó su martirio particular de cárcel en cárcel por la inquina que le profesó el ordinario eclesiástico que llevó el caso.


AHN. CONSEJOS,31317,Exp.8

VILLARROBLEDO (1604)

 El año 1604 verá pasar "a la ligera" a las dos compañías de los capitanes don Francisco Luzón y Castro. Iban rápido, en Villarrobledo repondrán fuerzas: pan, vino y queso.

La cosecha del año 1604 sería nefasta: que este presente año en esta villa por causa de la esterilidad del tiempo y otros infortunios de yelos y tempestades de piedras y granizos que en este año an suzedido en esta villa y sus términos  a auido muy poca cosecha de pan y los vecinos están muy alcanzados (30 de septiembre de 1604). Para remediar la escasez de trigo se pedirá al arzobispo de Toledo disponer del trigo de las rentas decimales. Para el 26 de octubre se reconoce que algunos labradores no tienen trigo para sembrar; se pide echar mano de un tercio del trigo del pósito, donde hay mucha cantidad. Pero pocos días después, el ocho de noviembre, se reconoce que, a causa de la poca cosecha habida en la villa y en toda la comarca, no hay suficiente trigo en el pósito para el abasto de vecinos y forasteros. El Arzobispo de Toledo acabará dando 800 fanegas de trigo y 1000 de cebada para sembrar, sacadas de los despoblados de Villarejo, Villavachos, Fuente el Espino y Sotuélamos. Es un regalo envenenado, pues se reconocen que esas propiedades están en manos de foráneos (caso de Sotuélamos, Juan Pacheco Guzmán) que no diezman en Villarrobledo y entregan el diezmo directamente en sus heredades. Se pedirá se saquen de las pontificales de Villarrobledo, a cambio los regidores han de embargar sus bienes como garantía. Finalmente se embargará el trigo de los despoblados perteneciente a las tercias, La realidad es que las adversidades climatológicas y la roturación constante de tierras (un alcalde entregador de la Mesta denunciará esos rompimientos) no garantizan ni la siembra ni el consumo de pan de los vecinos y viajeros.

ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO

Monday, March 24, 2025

Los Ramírez Ponce de León de las Mesas

 Los Ramírez de Las Mesas, en su ascendencia, nos llevan hasta la familia León, del poeta fray Luis. Antonio Ramírez Ponce de León era hija de Andrés Ramírez y de Ana Gaona (natural de Hontanaya, hija de Rodrigo de Escalante y nieta del comendador Gaona, de la orden de Santiago); el abuelo era Antonio Ramírez y la abuela Juana de Montoya, y el bisabuelo era Gómez de León (o Ponce de León). El origen de la familia era obviamente Belmonte, pero el abuelo Antonio Ramírez, hijo de Gómez de León, y su mujer Juana de Montoya se habían ido a vivir a Las Mesas, donde la familia León tenía una sustanciosa hacienda, y se había establecido en unas casas que hacia 1612 eran ya las cárceles públicas de la dicha villa de Las Mesas. Así mientras Lope de León, el padre de fray Luis, hacía carrera como oidor de la Chancillería de Granada, su hermano Antonio, ahora con el apellido Ramírez, mantenía parte de la hacienda familiar en Las Mesas.

La hacienda originaria de los León creemos ubicarla en Monreal, pero con Gómez de León (el añadido Ponce se tenía por falsario) se había incrementado enormemente a otros pueblos como Santa María de los Llanos, El Pedernoso, Tresjuncos, Belmontejo y El Provencio, además de la citada hacienda de Las Mesas.

Estos sucesores de Gómez de León habían procurado entablar alianzas matrimoniales con la nobleza regional: una hermana del litigante Antonio Ramírez había casado con Baltasar Inestrosa y otra con Martín de Espinosa y de las hermanas de Andrés Ramírez, una había casado con Alonso de Araque, otra con don Pedro de Olmos, otra con don Francisco Melgarejo y otra con Jerónimo de Céspedes. Deudos de la familia eran Juan Ponce de León, señor de Polvoranca, y el oidor Lope León.

ACHGR. HIDALGUÍAS, 302-330-8

ACHGR, HIDALGUIAS 301-107-12

TRES MOMENTOS DE SAN CLEMENTE

* 1503: San Clemente ha embargado el pan de las rentas decimales de Vara de Rey (su aldea), autorizados por una pragmática de los RRCC. En la carta de compromiso que el concejo de San Clemente llega con el canónigo de Cuenca  Gonzalo Sánchez de Inestrosa, este entrega el pan de la rentas decimales de Vara de Rey a pagar por el precio de la tasa. En el compromiso que se llega don Luis Pacheco es juez árbitro para garantizarlo. Gonzalo de Sánchez de Inestrosa actúa por sí mismo y en nombre de  Diego de Iniesta que es prior de Belmonte y arcipreste de Alarcón. Es un año de esterilidad y carestía que dará lugar a varios de crisis. El concejo se compromete en un concejo abierto.


Concejo de San Clemente de 12 de diciembre de 1503

Benito López y Alonso López de Perona, alcaldes ordinarios

Juan de Olivares, alguacil

Juan Sánchez de Andrés Sánchez, Francisco de los Herreros, Martín Sánchez de Monteagudo, regidores

Juan Sánchez de Olmedilla, procurador sindico de la villa

Miguel López de Perona, Pedro Sánchez de Origüela, Pedro Ruiz de Segovia, Francisco de Perona, Gil Fernández de Alfaro, Juan López, Martín López y muchos otros hombres buenos



*1510: Carta de casamiento entre Aldonza Xuárez, hija de Alonso González de Origüela, y Fernando de Molina, hijo de Alonso Núñez de Molina, escribano público de Cuenca. La dote de la novia será 70000 maravedíes, la mitad en dinero y la otra mitad en ajuar (Cuenca, 10 de julio de 1510).

Alonso González de Origüela tiene, además, por hijos a Pedro Xuárez y Hernando de Origüela (al que conocemos por Hernando de Origüela).

Los dos documentos anteriores se los debo a Julia Toledo (AHPCu)

*¿1516?: Notificaciones de un auto a diversos oficiales del ayuntamiento: Juan López de Perona el viejo, Miguel Muñoz, Alonso López de la Alberca, Diego Simón (todos ellos regidores y alcaldes del año pasado). Sancho Rodríguez,  Rosillo (testigos y procuradores). Ginés de Haro, Alonso Astudillo, Pascual Simón, Juan Ruiz, Miguel Sánchez de los Herreros, Francisco de Perona (regidores y alcaldes de este presente año.

Testigos: Juan de la Huerta, Pedro Fuero (?), Juan de Sandoval, Francisco de Carboneras, Jerónimo de Montoya, Alonso de las Mesas, Alberto García de Illana, Juan López Lencero, Francisco Sánchez, Juan de Illana.

El documento no está fechado, AHMSC. Ayuntamiento




La supresión de los alcaldes ordinarios de San Clemente

 La oposición de las villas a la intromisión del gobernador del marquesado de Villena en la impartición de justicia en primera instancia fue una constante. Ya sabemos como echaron atrás el establecimiento de un escribano de provincia ante quien pasaran los autos judiciales del gobernador. Un pleito que se desarrolló en la década de 1550. El establecimiento de los corregidores en 1586 mantuvo las fricciones, de tal manera que las villas fueron pagando y ganando sobrecartas de exención jurisdiccional y primera instancia para evitar el entendimiento del corregidor o su alcalde mayor en los pleitos. Pero en San Clemente, la situación fue diferente. Los regidores de la villa, dirigidos por el alférez de la villa Juan Pacheco de Guzmán solicitaron la supresión de los alcaldes ordinarios de San Clemente y que sus funciones fueran asumidas por el corregidor y el alcalde mayor. En la sesión municipal del 29 de septiembre de 1603, que había de elegir nuevos alcaldes, los dos salientes, Diego de Agüero y Gonzalo Ángel, entregaron sus varas de justicia al corregidor don Diego López de Mendoza, renunciando la villa así a la impartición de justicia con alcaldes propios. Juan Pacheco de Guzmán, ariete de los intereses de la Corona justificó la supresión en que la elección de alcaldes era motivo de bandos y parcialidades en la villa. Bandos manejados por hombres ricos para defender sus intereses particulares y sus haciendas. La acusación, que no era falsa, sí era chocante por venir de quien venía, el dueño de Perona. El panorama político, desde luego, era criticable: alcaldes ordinarios elegidos por regidores que habían comprado su oficio y que ponían hombres de paja a su servicio. Detrás de todo esto estaban las denunciaciones por talas y ocupación de montes, desiguales repartimientos de rentas o soldados y costosos juicios, inalcanzables para los pobres. 


AMSC, AYUNTAMIENTO, LEG. 42/41

Para la supresión de los alcaldes había una razón de peso y es que en los reinos de Castilla allí donde había corregidor este asumía las funciones de la villa donde residía, caso de San Clemente. Los deseos centralizadores de la Corona chocaron con los defensores de la vieja república pechera y sus constitución de 1445, que veían en los alcaldes una persistencia de las viejas libertades y en regidores como Juan Pacheco un traidor a los principios que había tenido que jurar para acceder al cargo. Los estratos medios de la sociedad sanclementina defendieron la continuidad de sus dos alcaldes ordinarios (uno pechero y otro hidalgo). Hasta trescientos sanclementinos se opusieron a la supresión, encabezados por Alonso de Iniesta Romero, el labrador Juan Martínez, Francisco González Gano, Francisco Ballestero, Antonio de Iniesta, el mesonero Juan Martínez y Juan Martínez Ángel. Un grupo medio que sabía de su capacidad de influencia en las decisiones de la política municipal y que intentó llevar el asunto por la Chancillería de Granada, sabedor de que el Consejo Real de Castilla encarnaba los intentos centralizadores. Este grupo conseguiría que el concejo de San Clemente y sus regidores, desdiciendo la decisión de 29 de septiembre de 1603, defendiera la permanencia de los alcaldes y dejara solo a don Juan Pacheco en su supresión. Sería este Consejo el que por auto dado en Valladolid el 27 de julio de 1604 suprimiera los oficios de alcaldes ordinarios, auto confirmado el 25 de septiembre. El 28 de mayo de 1605 se expedía ejecutoria.


Los dos alcaldes ordinarios se volverían a restablecer de nuevo en 1636, previa compra y aprovechando las necesidades financieras de la monarquía.

Sunday, March 23, 2025

RELIGIOSIDAD Y VIRGEN DE RUS

 LA VIRGEN DE RUS, ENTRE LA DEVOCIÓN POPULAR Y EL CONSERVADURISMO SOCIAL.

Decía don Luis Martínez Lorente que, en los días claros, desde Santa Quiteria en Tébar se podía ver el santuario de Nuestra Señora de la Cabeza en Pozoamargo. Nos recordaba a Santa Quiteria como santa querida por los pastores, recordando estos santuarios colocados en atalayas como el lugar primitivo donde los pastores se sentaban para vigilar a su ganado allá en el llano. Sobre el viejo lugar donde descansaban los pastores se levantaron ermitas: refugios para las inclemencias del tiempo y lugares de sosiego para reflexionar sobre la existencia y la deidad en los largos tiempos muertos del rumiar de las ovejas. En estas tierras, Santa Quiteria debió disputar su primacía con otros santos, como San Nicolás o San Cristóbal, aunque entre todos ellos destacaba Santa Catalina. En lo alto de Majara Hollín, una pequeña ermita dedicada a Santa Catalina era lugar de reunión de pastores y hasta Sisante, lugar de paso de ganados, los sanclementinos iban en romería hasta la ermita de Santa Catalina. Los pastores, al menos los tradicionales, de cayado y pequeño hato de ganado desaparecieron, como lo hicieron sus veredas comidas por los campos, condenando a Santa Quiteria o Santa Catalina a ser un recuerdo del pasado. El idílico pasado del pastor con sus ovejas, tal "imitatio Christi" se dio de bruces con la nueva realidad. El labrador tan pronto imploraba al cielo como lo maldecía; la soledad del pastor fue suplantada por el bullicio de la ciudad y los tahúres que anidaban en sus calles. Lope Rodríguez es ya en 1490 un adelantado a su tiempo: juega con las supersticiones de los labradores, ya predica la Biblia por Villanueva de la Jara a cambio de un queso ya hace pasear improvisada imagen de la Virgen por Perona a cambio de una cesta de huevos.
El pastor, en su soledad, hablaba con Dios todos los días; el labrador habla de Dios con sus vecinos a diario y calla ante Dios en los oficios divinos del domingo. El labrador necesita una nueva espiritualidad y no sabe donde encontrarla: descerraja y destroza viejas ermitas, aplaude las condenas de los vecinos, que no considera sus iguales, por el Santo Oficio y hace de la imagen el fetiche sanador de sus desgracias. Luis Sánchez de Origüela denuncia a aquellos que quieren colorar el mundo con los monumentos de Semana Santa y él, denunciado, participa como víctima del espectáculo de las hogueras. La naturaleza florece en colores en la primavera y los hombres necesita colorar su mundo para olvidar amargas existencias.
La amargura de la existencia es presencia viviente de la muerte. En los campos y sus amplios horizontes se vive un presente de esperanza; en las villas urbanitas y el hermetismo de sus casas se padece la realidad de la muerte. Aquí, el hombre pasa del espacio cerrado de su casa a la cripta de la iglesia. Y es que las iglesias y sus cementerios anejos son "enclosures" de la muerte. De la apertura de los campos en la naturaleza que se regenera cada día a las iglesias del olor cadavérico, apenas ocultado por el incienso.
Los hombres quieren salir de la opresión de los pueblos y salen a las viejas ermitas olvidadas. Pero no a los santuarios de los pastores sino a esos otros ahora ya desvencijados. Confunden su necesidad con la ajena y temerosos de caer en la indigencia no olvidan a los que han caído en ella. A los mismos pobres, de los que se rehúye en los pueblos, se les acoge en santuarios apartados para darles limosnas en fechas señaladas. Quizás el caso más señalado es el de los jareños que se reúnen en Pozoseco. Los hombres pueden engañarse a sí mismo con la conmiseración de la pobreza, en la que todos pueden caer. Pero ¿cómo engañar a la muerte, que iguala a todos? La muerte es aceptada en los testamentos y teatralizada en los entierros, pero en el instante de enfrentarse a ella es horror insoslayable. La muerte a veces llega como amenaza para la existencia de misma comunidad en episodios epidémicos pestíferos. En Motilla del Palancar , se teme el fin de la comunidad de vivos. Es la llama de la lámpara del Santísimo Sacramento la que mantiene viva a la comunidad y es ese Santísimo Sacramento el que desprovisto de luz viaja hacia el hogar de los moribundos. Y es que, cuando los muertos son muchos e inabarcables nadie quiere saber nada de ellos. Cual flagelantes y sin rumbo fijo, es entonces cuando los cofrades de la Sangre de Cristo recogen cadáveres yacientes, que han perdido la vida y la filiación de esos otros familiares también muertos. ¿Qué fue entonces de aquellas deidades que habían surgido para la esperanza? ¿Qué fue de aquellas vírgenes, que, donde brotaba el agua, daban Remedio a los sedientos?
Los hombres y los pueblos quieren escapar de los espacios insoportables de las villas urbanizadas y volver a los campos. Recuperan viejos votos y juramentos en la fe ciega de una salvación milagrosa. Quieren sortear las cadenas del control social, aunque solo sea por un día y hacer posible la libertad en los campos que se les niega en su pueblo. Raptan imágenes y las pasean ante las autoridades, disfrutan de ágapes celebrando la vida y olvidando de esos otros de los aniversarios y comuniones con los muertos. Es el estallido de la vida y de la alegría, donde todos son iguales.
Los sueños, sueños son. Por un momento parece que la romería tiene algo de carnaval pero sin el corsé de las máscaras. Los nuevos ricos, tal Francisco Rodríguez Garnica, sufren las burlas del pueblo. Rus es lugar de irreverencias, donde los Pacheco salen mal parados. Pero allí donde unos se sienten libres un día al año, otros disponen de trescientos sesenta y cuatro para organizar la libertad ajena. Un día de jolgorio devendrá en cuarenta de rezos; una virgen suelta exigirá de otra rehén. No hay caballeros ni camareras aún, pero es cuestión de tiempo. Pero no es el final, ese fin llegará cuando los cofrades de la Sangre de Cristo dejen de llevar las andas de Rus. Ese día, al llegar, los hombres habrán olvidado la razón de ser de la fiesta. Olvidándose de los muertos, serán zombis errantes en la fiesta.

La cofradía de Santiago de la villa de Iniesta

 De la existencia de una cofradía de Santiago en Iniesta ya sabíamos el año 1572 con motivo del intento de la Corona de crear cofradías de hidalgos con fines militares. Entonces se planteaba que esta cofradía, muy antigua, estaba muy caída y cómo era apropiado crear la nueva cofradía, aprovechando lo que quedaba de la antigua. Nuevas noticias nos llegan de la cofradía de Santiago con motivo de una disputa por unas tierras el año 1611. La hermandad contaba con cuarenta cofrades y se reunía en la ermita del mismo nombre, a la salida del pueblo, que estaba bastante destartalada, por lo que la hermandad decidió vender en 1597 cuatro pequeñas hazas de su propiedad por las que sacó 56 ducados y reparar así el edificio. No obstante, la composición de la cofradía por una reunión de 1612 estaba formada por las personas principales de la villa de Iniesta:

  • Juan de Guzmán Castilblanque, prioste
  • Mayordomos: Alonso Martínez del Peral y Juan Risueño Soria
  • Cofrades presentes: el doctor Pedro López Cantero, Alonso Ponce, Andrés Monteagudo Ponce, Juan Polo, Julián Martínez del Peral, Antonio de Albarrilla, Martín de Cubas, Benito Pajarón Merchante, licenciado Jorge Lorca y Alonso Cano
Las hazas eran:
  • Una de cuatro almudes alinde de casa  y tierras de Alonso Martínez Sebastián
  • Una de un almud en la cañada del Encina cerca de tierra del licenciado Granero, alinda con haza de Juan Zapata
  • Otra de un almud donde dicen la Sangradera, linde de Alonso Garrido y herederos de Andrés Honrubia.
  • Un almud cebadal en la vega, bajo San Ildefonso y alinde de Julián Martínez del Peral
El pleito era entre el cabildo de Santiago y Catalina Martínez, viuda de Alonso Martínez Sebastián, y Martín Ibáñez Tórtola como marido de María Martínez, hija de Alonso.

la dicha ermandad es de legos y no goçan de los preuilegios que tienen las yglesias y bienes eclesiásticos quando se trata de enajenallos y vendellos y basta que todos juntos en su congregación unánimes y conformes acordaron que las dichas tierras se vendiesen por ser inútiles y de ningún provecho para su hermandad y cofradía y advocación que tenían del señor Santiago y porque eran más el gasto que hacían en las paredes y reparos por estar a la salida del pueblo y ansi dieron comisión a Andrés Merchante y Andrés de Santacruz para que las pusiesen en almoneda y las hiciesen vender y rematar en el dicho Alonso Martínez Sebastián en precio de cinquenta y seis ducados que rescibieron del comprador en nombre de la dicha hermandad y los impusieron a censo y convirtieron en utilidad y provecho de la dicha hermandad la qual a ydo rescibiendo los corridos del dicho censo y convirtiendo el precio en su utilidad y provecho lo qual le a sido de más utilidad y provecho que no las dichas tierras 

Se acusaba a la cofradía de no querer devolver los réditos de los censos y recuperar la propiedad de las hazas y esta alegaba que unas tierras y rentas destinadas al culto divino no se podían enajenar. Las tierras habían sido vendidas por dos cofrades en 1597, Andrés de Santacruz y Andrés Merchante, y ahora la cofradía pretendía dar por nula dicha venta. Si bien la cofradía obtuvo sentencia favorable de Pedro de Espinosa, alcalde ordinario, en 1612, la Chancillería de Granada revocaría esa sentencia, declarando válida la venta y dejando la posibilidad de la que cofradía pidiera cuentas a los herederos de los mayordomos de la cofradía que habían vendido las hazas. La cofradía apelará sin resultados, entre otras cosas dirá que fue un mal trato y que las hazas valían más de 200 ducados.


Sentencia contraria a la cofradía de Santiago


ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. PLEITOS. C 356-16