El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

Tuesday, November 11, 2025

Portillo de Tribaldos

 La Chancillería de Granada declarará como hombres pecheros a varios vecinos del lugar de Tribaldos, perteneciente al partido de Uclés: Álvaro de Coronado, Diego Dávila, Miguel Portillo y Andrés Rodríguez en marzo de 1557. Treinta años después los hijos de Miguel Portillo, Diego Y Sebastián, intentarán una revisión de la sentencia. A pesar de que ambos hermanos lleven como segundo apellido el de Araque junto al de Portillo, serán considerados pecheros por sentencia de 17 de octubre de 1594. Al parecer la nueva pretensión venía después de una ejecutoria del año 1585 o 1586, común al resto de los pueblos, que había permitido el acceso de los hidalgos a la mitad de los oficios en los concejos. En virtud de esa ejecutoria, Diego Portillo había accedido al oficio de alcalde ordinario por el estado de los hijodalgo. 

El pleito aparecía inconcluso en 1612, pues los hermanos Portillo eran deudores de las costas.

Aunque los Portillo habían iniciado hacia 1550 las diligencias para ser considerados como hidalgos en Montalbo y Tribaldos, sería la rama de Motilla la que conseguiría la titulación hidalga, pero ya en fecha tardía del siglo XVIII, cuando se desplazan a Villanueva de la Jara y Requena. También conseguirán ejecutorias en esas fechas los Portillo de Villar de la Encina y Villaescusa de Haro, sin que tengamos constancia de la relación familiar entre estas ramas.


ACHGR, sign. ant. 303-455-1

Monday, November 10, 2025

Los Portillo de Motilla

 Los Portillos de Motilla del Palancar, cuando pasan a Villanueva de la Jara, en 1771, quieren ver su hidalguía en la ejecutoria ganada por un ascendiente familiar de Valladolid que había ganado ejecutoria de hidalguía en 1626. Se trataba de Gonzalo Díez Portillo Ribadeneira, considerado como segundo nieto de Diego Díez Portillo y de Inés Daza. Cuando en 1768, el motillano Francisco Portillo y Carcajona se avecinda en Villanueva de la Jara y sus hermanos Alonso y Ana María, avecindados en Requena, remontarán su ascendencia al referido Diego Díez Portillo y su mujer Inés Daza. El referido Francisco se presenta como hijo de Esteban Portillo y Pacheco, nieto de otro del mismo nombre, segundo nieto de don Benito Martínez Portillo, tercer nieto de Esteban Portillo, cuarto nieto de Pedro Portillo y quinto nieto de Juan Portillo que había sido hijo de los referidos Diego Díez Portillo e Inés Daza.

Los Portillo remontaban sus orígenes a la casa solar de Escandón


GENEALOGÍA

1.- Diego Díez Portillo e Inés Daza

   2.- Juan Portillo y Ana María Martínez Cejalbo

     3.- Pedro Portillo y Ana Martínez

        4.- Esteban Portillo y Catalina Martínez

           5.- Don Benito Martinez Portillo y doña Catalina García Cardos

               6.- Don Esteban Portillo y doña María Juana Pacheco

                    7.- Don Esteban Francisco Portillo y doña María Luisa Carcaxona

                             8.- Francisco, Alonso y María.

El primero mencionado, Diego Díez Portillo era hijo de Juan Díez Portillo, hermano de Diego Díez de Escandón, dueño de esta casa solar de la que toma el apellido. La ejecutoria de los hermanos es de primero de agosto de 1775


Los Portillo han sido estudiados por Julia Toledo y Sebastián Hernández, donde se pueden ver sus orígenes en la Montaña.


Los Portillo de la Casa Torre de Escadón a Motilla del Palancar

https://alariberadelvaldemembra.blogspot.com/2019/11/los-portillo-de-la-casa-torre-de.html


ACHGR, sign. ant. 301-171-396

Guerra e hidalguías en Belmonte (1637-1646)

 El conflicto venía por la obligación llegada desde la ciudad de Cuenca de alojar a siete soldados montados del teniente Carlos Tolentino en la villa de Belmonte el año 1668, correspondientes a la compañía del capitán de corazas Juan Bautista Piñatelo. La villa debía pagar 800 ducados, pero dado que siempre habían pechado en ella pecheros e hidalgos por viejos privilegios, ahora se pretendía la exención de hidalgos. Tanto en Castillo de Garcimuñoz como en Belmonte de acuerdo a sus viejos privilegios los hidalgos pagaban impuestos o pechos, pero con motivo de las guerras, entre 1637 y 1642 los hidalgos se habían registrado en libros aparte para sus propios y diferenciados servicios militares, constituyéndose registros que hasta entonces no existían en la villa de Belmonte. Esta contradicción llevó a un enfrentamiento en el ayuntamiento de la villa de Belmonte de 19 de febrero de 1668, entre los regidores pecheros. 

Entre los vecinos a los que se les exige demostrar su condición hidalga en 1668 están: 

  • Juan Gasco
  • Juan Sánchez de la Maza y Francisco de la Maza Ramírez su hijo
En 1637 y por una orden del corregidor de San Clemente se hizo un registro de hidalgos, en lo que será una tónica general: el corregidor de San Clemente se entrometerá en el reclutamiento de hidalgos en tierras de señorío por delegación del Consejo de Castilla. Se detalla su edad para el año 1637 y su situación, vivo o muerto, y si tienen hijos o no en 1668. En los años sucesivos se van incorporando nuevos nobles, entre los que destacan apellidos como Palomar, Burillo, Luján o Mena (al final de la lista). Se trata de oportunistas que aprovechan las necesidades militares de la corona para ver reconocida momentáneamente la condición hidalga. Pero también se produce una deserción de nobles que abandonan el pueblo para evitar posibles reclutamientos. Del registro de los años 37, 38 y 39 se pasará el año 1641 al reclutamiento obligatorio de nobles mayores de 16 años para una jornada en Cataluña y Aragón acompañando al rey; dicha reclutamiento se hará desde San Clemente. Una decena de ellos irán a esta jornada, entre los que señalamos nuevos hidalgos con el apellido Burillo o los Morales (que ya de antaño ligarán su apellido al de Inestrosa) o hidalgos que consideramos empobrecidos como los Ramírez, otros como los Melgarejo los vemos acudir a la guerra voluntariamente; el resto de hidalgos contribuirían con su dinero para sufragar los costes de guerra de los hidalgos pobres reclutados. De nuevo el año 1642, y en cumplimiento de una orden del Consejo de Castilla, ejecutada por el corregidor de San Clemente fueron llamados de nuevo hidalgos mayores de diecisiete años para la guerra de Cataluña. No habría nuevo reclutamiento de hidalgos hasta el año 1646 con el llamado Tercio de los ochocientos hidalgos del conde de Priego. Si en las jornadas de 1641 o 1642, se vio en la guerra una promoción, para el año 1646 los hidalgos huyeron de la guerra pagando su exención por doscientos ducados de vellón y librándose así de la guerra todos los hidalgos belmonteños. En cualquier caso, sí hubo una solidaridad entre los hidalgos belmonteños, pues cada cual aportó los reales que pudo, en cantidades que iban de veinte reales hasta los noventa reales por cabeza, hasta completar los 2200 reales, es decir, doscientos ducados. Posteriormente hacia 1647, uno de los linajes que pedirá la condición hidalgo será el linaje de los Castillo, Pedro del Castillo y sus hermanos, pretendiendo ser descendientes de la anteiglesia de Abadiano

 
  • Don Antonio de Montoya y Cárdenas, 48 años
  • Don Pedro de Vizcarra y Espinosa, en 1668, muerto y sin hijos
  • Don Julián Valdés, muerto ya y sin hijos
  • Don Antonio Henero (o Venero) de la Gruesa, sin hijos
  • Don Diego Delgadillo de la Cadena, tiene tres hijas
  • Don Alonso de Córdoba, ausente muchos años sin haber dejado hijos
  • Don Bernardino de Montoya
  • Don Juan de Montoya Ponce de León, 61 años
  • Don Diego Donoso Merchante, 60 años
  • Don Alonso de Osorio, y sus hijos don Pedro de Osorio y Juan de Osorio, sacerdote
  • Ilegible, con seis hijos
  • Don Jerónimo Pacheco, casado con seis hijos: Don Lope Pacheco y Jerónimo Pacheco, estudiante de Alcalá, otros dos hijos frailes
  • Don Juan Ramírez con un hijo mancebo
  • Don Pedro de Araque Montoya
  • Doctor don Gabriel de Araque 
  • Don Jerónimo Carrillo
  • Don Martín de Buedo
  • Don Diego Melgarejo de Silva
  • Don Pedro de Belmonte y Avilés, muerto sin hijos
  • Don Diego de Alarcón Cabrera, del hábito de San Juan y familiar del Santo Oficio
  • Don Diego Fajardo y Alarcón, ya muerto, con dos hijos, el uno sacerdote y el otro llamado Don Diego Fajardo
  • Don Agustín de Alarcón Fajardo
  • Don Lope Pacheco y Guzmán
  • Don Juan de Montoya Ponce de León, muerto y sin hijos
  • Doctor Pedro Vázquez Guzmán, con casa solariega conocida de don Martín de Guzmán. Con dos hijos, uno en Granada casado y otro mancebo
  • Luis Ramírez y Peñafiel, 78 años, ya muerto. Tiene un hijo don Bartolomé Ramírez
  • Don Alonso de Altarejos, ya muerto
  • Don Pedro de Belmonte y Avilés, 67 años, ya muerto, con un hijo que se dice don Diego de Belmonte
  • Don Miguel de Altarejos, ya muerto y sin hijos
  • Don Diego de Inestrosa, ya muerto y sin hijos
  • Juan de Villena
  • Don Jerónimo de Céspedes, ya muerto y con un hijo don Antonio de Céspedes
  • Don Juan Pérez de Arriaga, marchó a Málaga
  • Don Pedro Vázquez de Guzmán, muerto y sin hijos
  • Don Diego Muñoz de Inestrosa, 64 años, y su hijo Fernando Muñoz de Inestrosa (este muerto en 1668) con un nieto que se dice don Diego Muñoz
  • Don Juan Baustista de Inestrosa y Ludeña, muerto y sin hijos
  • Don Cristóbal de Moya, ausente en Madrid, tiene dos hijos, don Pedro y don Manuel, que son beneficiados y gozan de fueros eclesiásticos
  • Don Sebastián Velarde de la Vega, con diez hijos, pero sin sucesión en la villa en 1668
  • Don Juan Ortuño de Villena, muerto, tiene un hijo
  • Bartolomé Ramírez Figueroa, muerto sin hijos
  • Don Diego de Haro Lodeña, muerto sin hijos
  • Bartolomé Ramírez Inestrosa, vivo en 1668
  • Don Baltasar Ramírez Torremocha, tres hijos son sacerdotes y un hijo es casado
  • Don García Carrión, muerto y sin hijos
  • Don Juan de Haro Lodeña, muerto y sin hijos
  • Don Antonio de Haro Lodeña, vivo en 1668
  • Don Sebastián de Moya, muerto con cuatro hijos, uno sacerdote y los demás ausentes de Belmonte
  • Antonio de Araque, ya muerto y con un hijo llamado don Alonso de Araque
  • Don Pedro de Inestrosa Zurita
  • Don Cristóbal Vázquez de Guzmán
  • Don Antonio Sandoval
  • Don Francisco Monreal
  • Don Juan Varela
  • Don Juan Ramírez de Ribadeneira
  • Don Diego del Castillo
  • Don Bernardino Collado
  • Don Pedro Suárez
  • Don Fernando de Tébar
  • Don José Granero
  • Don Pedro de Luján y Frías
  • Don Diego Palomar
  • Don Pedro Pallarés
  • Don Miguel Burillo de la Cadena
  • Don Diego Burillo
  • Don Pedro de Araque de Mena
  • Juan Morales Inestrosa
  • Juan de Valcázar
El alojamiento de siete soldados montados y su teniente en 1668, se dio entre el 16 de abril y el nueve de mayo. Los soldados se alojarían en casas de labradores, que se turnaron por semanas para hacer menos costoso el alojamiento y manutención.


ACHGR. sign. ant. 302-214-1

Tuesday, October 28, 2025

Registro de caballos en El Pedernoso, en 1563

 El 26 de diciembre de 1563 se reúne el ayuntamiento de El Pedernoso para registrar el ganado caballar en la villa y tratar la posibilidad de adehesar espacios para la cría de potros para la guerra. El ayuntamiento estuvo presidido por Pedro de Villalgordo, alcalde ordinario, Diego Pacheco y Avilés y Miguel García, regidores, y Pascual López, alguacil mayor, se decide adehesar la parte del término llamado el Chaparral, en el camino que va hasta Santa María de los Llanos hacia la dehesa del Monte Viejo, que confina con los mojones que parten El Pedernoso con la Orden de Santiago. Una cantidad de tierra que se medía en tres mil pasos de largo y dos mil de ancho y que iba por la dehesa que se daba a los carniceros y por los mojones de los cotos de las viñas del río hasta dar con la mencionada dehesa del Monte Viejo. Se registraron un total de cerca de una docena de potros, caballos y yeguas, correspondientes a media docena de propietarios

AGS, CCA, DIV. 19,8

Monday, October 27, 2025

LA BARRERA DEL JÚCAR

 LA BARRERA DEL JÚCAR


El aldeanismo es el principal mal de estos tiempos. El miedo a lo ajeno nos lleva a aislarnos en nuestro pequeño rincón. El temor al conflicto, a negar al otro y a lo diferente. En estos tiempos que corren la obsesión es evitar el conflicto, sin entender que la historia ha avanzado con conflictos de intereses, sufridos partos de realidades confrontadas e imposiciones de modelos identitarios que han fagocitado otros. Es tal la obsesión por imponer unos paradigmas, bien desde el mantenimiento de los tradicionales bien desde la presentación de otros nuevos más transversales, que se hace difícil la libertad de expresión y la confrontación de ideas. Lo que no está encuadrado en los estrechos límites fijados por aquellos que tienen el control social no existe o, al menos, resulta difícil establecer lugares comunes de creación de nuevas identidades ajenas a las ya existentes.


Nada nuevo bajo el sol. Hemos resumido esta entrada bajo el nombre de la "barrera del Júcar". Los ríos crean espacios y los dividen: sobre el Júcar se asienta la ciudad de Cuenca, capital de un amplio alfoz, y sobre el Júcar se asentará Alarcón, un sueño imposible de una Tierra cuyos horizontes se perdía por pretender ir mucho más allá de la ribera del río y perderse en llanuras interminables. Esa marcha hacia el sur tuvo como barrera el propio río. Alarcón, con el tiempo, y antes de los compromisos políticos, nacidos de sus derrotas, tuvo que renunciar a la parte derecha de su ribera. El nacimiento de Castillo de Garcimuñoz es constatación del fracaso del alfoz alarconero y de lo duro que fue para los castilleros crear un espacio amplio de influencia cuando se hace sobre la llanura. Igual de duro fue para la pequeña fortaleza de Alarcón crear su espacio propio sobre la margen izquierda del río, claudicando ante unos labradores que ocupaban el espacio, haciendo del Fuero de Alarcón su propia ley que no respondía ante nadie.


Mientras la ciudad de Cuenca creía ser cabeza de un amplio espacio, en el sur del obispado se fraguaba un espacio a golpes. Quizás el dato más señalado sea el de la configuración de los espacios religiosos: las iglesias de Alarcón parecían hacer sombra al cabildo de la catedral conquense, pero la realidad era que según se repoblaba el espacio, las iglesias locales disponían de sus propias rentas decimales frente a unos y a otros; si bien es verdad que todos ellos claudicaron ante los beneficiados italianos. En lo social, el espacio abierto por Castillo de Garcimuñoz dio lugar a la "modernidad", pues qué si no era introducir este espacio a la historia del mundo. La apertura suponía nuevos y dinámicos grupos sociales: eso que hoy se llama el mundo converso, pero que es algo más complejo. El siglo XV fue castillero, o alguien dirá belmonteño, pero el gran impulso vino de San Clemente, que heredó dinamismos de minorías conversas castilleras e ínfulas nobiliarias llegadas de Belmonte. Nació en San Clemente una sociedad nueva y lo hizo "a hostias", una sociedad abierta, violenta en su rápido crecimiento, integradora de diversos grupos humanos y necesitada de una identidad, la cual intentó fijar por sí misma y concluyendo en un fracaso. Conocer la historia de San Clemente es embriagarse con la posibilidad de ver en esta villa una pequeña Albión en lo económico y una nueva Holanda en la libertad de pensamiento, para, a continuación, darse cuenta de las fuerzas regresivas que anidaban en su interior. Hoy, olvidamos lo primero y tapamos lo segundo. A veces me pregunto por qué mis libros tienen más éxito cuanto más alejados están sus lectores de San Clemente y me respondo que los sanclementinos no quieren mirarse en el espejo de sus fracasos pasados. Quizás el dilema de esta villa es que la luz de Trento ciega los destellos de esa luz natural (utilizamos términos de Spinoza) que irradiaban sus vecinos por el mil quinientos.


En la margen izquierda del Júcar está Villanueva de la Jara. Villanueva de la Jara es la heredera natural de Alarcón, es la otra constructora de nueva identidad. Villanueva, nacida pasada la mitad de la centuria del siglo XIV, dio sentido a un nuevo espacio desde la mentalidad del labrador que, arrinconado por el Júcar, se había imposibilitado en ser soldado. Villanueva de la Jara se comió a Alarcón y lo intentó con Iniesta. Pero, hablar de esto requiere nueva entrada.

Salitre de El Pedernoso

 La producción de salitre en El Pedernoso en 1557


Miguel Llanos, vecino y regidor de la villa del Pedernoso, dize que cumpliendo con lo que deue al seruicio de V. A. auisa que en la dicha villa que es en el prioradgo de San Juan ay xiii calderas y otros tantos obradores de hazer salitre, los quales que particularmente declara, podrían labrar en cada un año más de i (U) cc quintales de salitre y los quales los venden luego porque como es general que biue de su grangería, tienen necesidad de dinero luego de contado y si huuiese allí alguna persona con dineros que como se acauase de hazer el dicho salitre lo tomase se recogería la dicha cantidad porque aunque en nombre de V. A. van allí a tomarlo es de tarde en tarde y no ay persona allí que resida de ordinario.

Y que para que mejor y más salitre se pueda hazer conuernía dar cédula para que qualquier parte que quisiesen pudiesen tomar el atocha y el romero que para los hornos es menester porque van dos leguas por ello y los prendan.

AGS, GYM, LEG. 65, 246. Año 1557.

Desde 1578 se reconoce que el problema es la falta de atocha, por lo que se pide el adehesamiento de terrenos en Quintanar de la Orden y Villacañas para garantizar el abasto a las fábricas de El Pedernoso (AGS, GYM, Leg. 88, 141. Año 1577)

Sunday, October 26, 2025

Ortega Santa María del Campo

y preguntado que si sabe que un fulano de Sanclemente moro que hubo en esta villa como se decía dixo que se llamaba Fernando de Sanclemente y que tiene su sambenito en esta Iglesia Mayor de Santiago de esta villa que era moro i repreguntado si doña María Rosillo abuela paterna del pretendiente si tenía decendencia del dicho moro o algún parentesco con él= dixo que ni tenía parentesco ni decendencia de dicho moro porque aunque algunos parientes de la dicha doña María Rosillo son Sanclementes no son de los dichos de Fernando de Sanclemente ni tampoco toca a la dicha doña María Rosillo el apellido Sanclemente= como parece por la decendencia de Ana Martínez de Campos que casó en Santa María del Campo con Andrés Martínez Rubio i estos entre otros hijos tubieron a Lucía la Rubia que casó en San Clemente con Gonçalo de Sanclemente i a Pedro García de Campos que casó en Santa María del Campo con María Galindo i estos tubieron entre otros hijos a María Galindo que casó con Cristóval Rosillo, padres de la dicha doña María Rosillo

Ejecutoria Pedro González Galindo

Ejecutoria de Pedro González Galindo

Thursday, October 23, 2025

Heráldica de los Inestrosa en el convento de San Francisco de San Clemente

 Tan relevante como Alonso del Castillo y Toledo, fundador del convento franciscano de San Clemente, fue su mujer María de Inestrosa.


María era hija de Alonso Sánchez de Inestrosa, señor de Valera de Abajo e Inés de Alcaraz. El primero era caballero de la orden de Santiago , la segunda procedía de un linaje converso y principal de Castillo de Garcimuñoz. 


La heráldica que nos ha quedado de los fundadores responde a las armas de la familia de la mujer, pues a los Castillo nunca se les reconoció hidalguía alguna. 


Estás armas son dos leones correspondientes al linaje Inestrosa. A diferencia de escudos similares de la familia existentes en Belmonte, aquí las estrellas son sustituidas por una flor de lis. Más difícil de interpretar es un segundo escudo que simula una forma vegetal. Apostamos que tiene que ver con el apellido Iniesta, pues en realidad el apellido original del comendador Alonso, padre de María, es Alonso de Iniesta Sánchez de Inestrosa. Así el escudo respondería a una iniesta o ginesta o lo que comúnmente conocemos por retama. Pero a diferencia del escudo de la villa de Iniesta que representa la planta en su ramificación, en nuestro convento aparece en flor





ación.



Aunque el escudo está en la calle Boteros de San Clemente, en el número 24, otro similar y difícil de fotografiar (está tapado por una cruz) es el situado en lo alto del altar mayor del convento franciscano.

La interpretación del escudo sería: leones y flor de lis responde al apellido Inestrosa; los tiros de artillería sabemos que los portan en sus armas los Pacheco sanclementinos. Más difícil de interpretar son esas cabezas; apostamos por la posibilidad de que correspondan a los Cimbrón, un linaje de los llamados caballeros de Ávila, si bien no corresponde con las armas oficiales.

Obsérvese también el cordón franciscano (la familia era patrona del convento franciscano) y la rama de iniesta o ginesta o retama por el apellido original de la familia



Tuesday, October 21, 2025

Villarrobledo (1641)

 Las necesidades militares marcaban la política municipal de Villarrobledo en los comienzos de 1641. Gutiérrez Villegas como sargento mayor del corregimiento de San Clemente ordena el 4 de marzo tener listas las cuatro compañías militares en lo que se anuncia para una nueva campaña militar en Cataluña. Tener lista la milicia era financiarla y para ellos se sacaban y vendían setenta fanegas de trigo del pósito que se restaban de la finalidad original de estos almacenes de grano.

Dos días después, el seis de marzo, llega la orden de Rodrigo Santelices y Guevara, superintendente para la leva y conducción de milicias y capitán de honor del Rey, de tener preparada las compañías para ser conducidas a Molina de Aragón. Se llamaba a los soldados de la campaña anterior, pero se introducía un matiz, evitar los mayores de cincuenta años y los que tuvieran más de cuatro hijos, y, en cualquier caso, favorecer para el reclutamiento los mozos solteros o casados sin hijos. Los soldados, organizados en escuadras al mando de un cabo, debían encaminarse armados hacia Molina y los concejos debían aportar sesenta reales por cada soldado. Protestas en Villarrobledo hubo de nuevo en esta ocasión, que venían de las resistencias al nuevo reclutamiento, pero las condiciones de la leva fueron más duras. Los comisarios nombrados para tal efecto estuvieron de día y de noche en el campo y en la villa, prendiendo, eligiendo y sorteando los soldados y secuestrando sus bienes, hasta completar los cien soldados de la compañía. Los gastos totales de levantar la compañía, armamento de soldados, vestimenta y conducción se valoraban en 1400 ducados. Se tuvo que echar mano de empréstitos de particulares, como los mil reales prestados por Pedro Pellejero.

Rodrigo Santelices no daba tregua, primero aseguró la leva, luego cabos para la conducción y ahora el 13 de marzo mandó que en una hora a partir de la llegada de su orden se propusieran tres personas para capitán de la compañía, entre cuya terna él elegiría el candidato. La terna resultante fueron Francisco de Montoya Blázquez, Jerónimo Pacheco y Juan de Villanueva. El 14 de mayo, Rodrigo Santelices, presente en Villarrobledo, consigue levantar una compañía de sesenta soldados al mando del capitán Francisco de Montoya, además la compañía contara de oficiales, un paje de gineta, un alférez, un abanderado, un sargento, dos tambores y un capellán. El reclutamiento se ha hecho en un tiempo record. A estos soldados se sumarán los del ejercicio anterior de 1640, aún en activo. Se hecho se reconocería un mes después que Villarrobledo ha aportado 110 soldados para la guerra de Cataluña en esta nueva campaña de Cataluña, más los forzados se añadirá, quizás indicando que se ha vaciado la cárcel. Pero las necesidades no acaban, las exacciones impositivas son continuas y para el veinte de abril se piden 16 soldados más. La fórmula exigida es la practicada en la década de 1630, la dotación de presidios. Villarrobledo protestará. Para entender el sacrificio de las diecisiete villas del corregimiento hay que pensar en cifras: en los años 1640 y 1641, se sacaron de los pueblos del corregimiento de San Clemente un millar largo de soldados. Villarrobledo aportaría entre 200 y 250; San Clemente, entre 160 y 200; una cifra en torno a 150 la villa de Iniesta, algo más de cien soldados en pueblos como Tarazona, Quintanar o Villanueva de la Jara, mientras los pueblos pequeños se moverían entre 30 y 50 soldados. Esta cifra, que en conjunto excedía del millar de soldados, es cierto que debemos rebajarla en un tercio por los soldados que sirvieron dos campañas seguidas, pero también es cierto que se se siguió con las levas de dotación de presidios que venían de la década anterior e iban de cuatro a dieciséis soldados anuales por pueblo (desde Alcaraz para Villarrobledo y desde Cuenca para el resto de pueblos del corregimiento), que nuevas levas ad hoc se anunciaban, o que el desbarajuste en los pueblos fue total al perder a su población joven y en edad de trabajar: muertos, heridos o prófugos. De los soldados reclutados en marzo, algunos de ellos habían desertado y el seis de junio llegaban ordenes de Santelices para volver a sus compañías. A comienzos de agosto se ordena reponer diez soldados, ocho de ellos para suplir a otros tantos que han huido, los cuales deben ser conducidos a la plaza de Fraga. Para octubre se pide la prisión de los regidores, pues los soldados faltantes, esta vez de presidios, no han llegado a Alcaraz.

San Clemente, como cabeza del corregimiento, se estaba convirtiendo en el centro de la política militar de los austrias. Este mes de marzo había llegado a esta villa Antonio Miranda, como superintendente de órdenes y despachos reales, y que llamará a representantes de las diecisiete villas ante su presencia para el 30 de marzo. La intromisión directa de miembros comisionados por los Consejos, viene acompañada por la intromisión del corregidor a través de su alcalde mayor, licenciado Salazar en un asunto de heridas recibidas por un cobrador de la media anata. Nuevos repartimientos de tributos, como el uno por ciento, se sumaban y se requisaba trigo para los ejércitos, de tal modo, que se pide sacar el trigo para pan que falta en la villa de las prestameras y beneficio eclesiásticos. Villarrobledo pide que se quiten los ejecutores presentes para pagar sus deudas, por el estado de esterilidad de la villa, y porque tiene sentencia ganada para que solo haya un ejecutor en la villa para el cobro de los diversos impuestos. Se dice que las tres partidas de servicios de millones que se han impuesto a la villa han gravado a ésta con 12000 ducados. La villa padece necesidad y su vecindad es poca para afrontar cualquier nuevo repartimiento: como tiene al presente solamente mil quatrocientos vecinos y la mayor parte de ellos probres de solemnidad... y que se van muchos vecinos a otros lugares por no poder pagar los dichos repartimientos. A la necesidad se sumaba la desigualdad, el año 1629 algunos hacendados villarrobletanos habían recibido privilegios de fijodalgos y, por ende, de exención del impuesto ordinario y extraordinario. La villa calculaba que esas exenciones suponían siete mil reales menos.

La necesidad la padecía también la agricultura. La esterilidad reinaba en los campos y la cosecha de cereales del verano había sido escasa, de tal modo que solo se había podido sembrar la cuarta parte de los barbechos.


Actas municipales de Villarrobledo del año 1641


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