El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

domingo, 29 de diciembre de 2024

Los canteros del valle de Trucios

 El 2 de julio de 1543 Bernardino Pérez de Trucios acude a la Chancillería de Granada para ver reconocida su condición hidalga. Bernardino había casado en Mota del Cuervo con una hija de Diego Ortiz. Bernardino era hijo de Pedro Pérez de Trucios que desde la casa solar de Laguanaz en las Encartaciones había llegado a Mota del Cuervo como cantero. Junto a la casa de Laguanaz, en el mismo valle, estaba la casa de la Calera, apellido que vemos luego en Villarrobledo. Estas salidas de canteros vascos hacia Castilla en busca de trabajo fue común en los inicios del siglo XVI, si bien en el expediente nunca se habla del oficio o actividad de estos hombres. Uno de los llegados al obispado de Cuenca, en esta caso a Villaescusa de Haro, había sido Martín de Montellana, natural del Montellano, en el valle de Salcedo y de 50 años de edad hacia 1540. Este último dejará en la zona su apellido, bajo la forma Montejano. Otro de los canteros era Juan de Carranza, que hacia 1540 y con setenta años vivía en el pueblo de Almendros. De una generación anterior debía ser Pedro de Cueto, instalado en Belmonte.

El padre Pedro de Trucios se había venido para Castilla, cuando ya pasaba de la treintena y estaba casado en las Vascongadas con una hija de Diego Merlin de Pando. Del matrimonio habían nacido dos hijos: Bernaldino y Juan. Pedro había participado con la condición de capitán en la guerra de Navarra con Fernando el Católico al frente de los hombres de los valles de Arcentales, Trucio y Carranza. Bernaldino había llegado a Castilla siendo mancebo junto a su padre, primero a Belmonte, luego a Villanueva de los Infantes hasta casarse y tomar asiento en Mota.


ACHGR. HIDALGUÍAS. 304-553-95

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