El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

Tuesday, December 23, 2025

El Peral y la apropiación de baldíos en el siglo XVIII

 Casa de Cardos estaba incluida en la llamada Dehesa Redonda, dentro del término del Peral. El terrateniente Blas Antonio Zamora pedía entrar con sus ganados en las tierras que poseía en la Casa de Cardos; alegaba razones técnicas, la estercolización de la tierra, renovar la plantación con nuevos arbolados, desde olivos y moreras a almendros y olmos, la creación de nuevos prados, la estabulación del ganado para crear nuevo estiércol con la paja, la ubicación de nuevas colmenas. Por último, alegaba la procedencia de su familia del Peral, aunque viviera en la Jara y la comunidad de pastos entre estas dos villas. Viejos derechos, pues, con nuevos proyectos ilustrados en el mundo agrario. Pedía, en suma, el amojonamiento de una parte de la dehesa en su favor para complementar el cultivo de sus tierras con trescientas ovejas; dichas tierras se situaban hacia el camino de los Carros Viejos a Pozoseco hasta cerrar con el baldío de Villanueva de la Jara y los molinos y junto al cerro de la Catalinaza. Blas Antonio Zamora presentaba a la corona un proyecto de revolución agraria con la diversificación de cultivos, la complementariedad de agricultura y ganadería, el plantío de árboles, incluyendo moreras para cultivo de la seda, y el desarrollo de la apicultura, incrementando el número de colmenas con nuevos prados para el crecimiento de flores y la polinización. Los peraleños simplemente veían un intento de usurpación de tierras comunales y la interrupción de los viejos usos.

La dehesa Redonda tenía 2622 almudes, don Blas Zamora pretendía quedarse con 645 almudes y la Corona veía bien esta aprpiación por el uso que se hacía de ella: la plantación de arbolado. Un perito nos recordaba sobre los plantíos y arbolados: mayormente siendo este un país donde no se piensa en este ramo de agriculura.

Blas Antonio Zamora tenía una propiedad de mil quinientos almudes con una casa, colmenar, bodega, teinados, viñas y otros plantíos. En 1779, los deseos del terrateniente chocaban con los vecinos del Peral, que pretendían crear dos nuevos espacios cerrados para sostén de sus propios y de un médico que atendiera a los pobres del pueblo y que ahora pagaban estos por el sistema de iguala. Entre los enemigos de Blas Antonio Zamora había varios ganaderos: Pedro Garrido, Antonio Navalón, Gregorio Ramírez, Alejo Oñate y Antonio Monedero. Estos alegaban que esta dehesa Redonda entre viñas era pasto común desde tiempo inmemorial de los vecinos del Peral. También había que tener en cuenta que la Jara y Motilla tenía acceso a los comunes del Peral desde las sentencias de 1481.

Pero realmente don Blas Antonio Zamora era el terrateniente modélico con una gran heredad en torno a una casa. Esa era su pretensión, pero la realidad es que su hacienda se había formado por la agregación de heredades dispersas. La vecindad la había conseguido adquiriendo en El Peral una pequeña casita que tenía arrendada, las propiedades en torno a la casa de Cardos (seguramente propiedad que antaño perteneció a esta familia de canteros) eran 350 almudes en hazas intercaladas con las de otros vecinos en la dehesa Redonda, además poseía otros 400 o 500 almudes dispersos por los términos de calidad de muy baja calidad y otros cien almudes de calidad mediana. únicamente labraba 250 almudes y el resto, 800 o 900 almudes eran tierras llecas. Completaba su hacienda las colmenas, tinadas y bodegas, una viña de 3500 vides, plantío de árboles: 87 álamos negros recién plantados. El agua la sacaba de un pozo de 24 varas de hondo, que había provocado la sequedad de otros siete pozos y el estiércol para beneficiar las tierras lo llevaba desde un paraje de su propiedad en el llamado Llano del Buitre, en la Jara. En realidad, la hacienda de Blas Antonio Zamora, abogado de los reales Consejos y regidor perpetua de Villanueva de la Jara, ascendía a 2560 almudes según los peritos. Las tierras que ahora pretendía apropiarse eran baldíos, o tal se consideraban, propiedad de la corona y no del concejo. En la práctica, era una usurpación de tierras comunales, sobre las que, según las lenguas de los vecinos se pretendía crear mayorazgo familiar.

La usurpación de tierras de baldíos, considerándolas como tales y sometiendo los pleitos por su propiedad al Consejo de Castilla fue algo común desde mediados del siglo XVIII y sirvió, entre otras cosas, para menguar definitivamente las tierras de Alarcón al sur. Al igual que en El Peral, al no estar cerrado los términos, se mandaron jueces de baldíos para determinar las propiedades de las tierras o adjudicar  a manos privadas esas tierras.


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Las viñas se situaban en torno a la dehesa Redonda, muestran un total de 43000 vides en varios pagos pequeños: 

  • Narciso Bascuñana: 800 vides
  • Herederos de Pedro García: 1000 vides
  • Catalina Cabañero: 900 vides 
  • Ginés de Tresjuncos: 1400 vides
  • Bartolomé Navalón; 1500 vides 
  • Pedro Garrido Moreno; 2200 vides
  • Heredero de Pedro Bascuñana: 1000 vides
  • Margarita Chavarrieta: 1000 vides
  • Bartolomé Sahuquillo: 1000 vides 
  • Bartolomé Córdoba: 800 vides
  • Julián de Navalón: 2000 vides
  • Julián de Navalón Moreno: 1500 vides
  • Pedro Monedero: 1500 vides
  • Herederos de Damián Castillejo: 2500 vides
  • Martín Mondéjar: 1500 vides
  • Herederos de Ursula Moreno; 1500 vides
  • Herederos de Pedro Navarro: 800 vides
  • Javier López: 700 vides
  • Don Pedro Torrijos: 1800 vides
  • Damián Moreno; 600 vides
  • Simón de Tresjuncos; 1600 vides
  • Fernando Carretero: 1000 vides
  • Herederos de Fernán Alarcón: 600 vides
  • Alonso Monedero: 1000 vides
  • Miguel Marquina: 600 vides
  • Miguel Bascuñana: 1800 vides
  • Diego López: 1500 vides
  • Vicente Contreras: 1000 vides
  • Francisco García Milla: 2500 vides
  • Otros vecinos con viñedos menores

CABEZAS DE GANADO

  • Joaquín Navalón: 250
  • Gregorio García Milla: 200
  • Joaquín de Zamora: 250
  • Ginés de Tresjuncos: 150
  • Pedro Garrido: 350
  • Damián Castillejo; 100
  • Miguel Zamora: 150
  • Antonio Monedero: 150
  • Gregorio Ramírez y Pedro Oñate: 300
  • Javiera López: 100
  • Alonso López: 100
  • Bartolomé Córdoba: 100
  • Don Blas Zamora: 2262 
Total: 4462 cabezas de ganado

LA DESCRIPCIÓN DE LA CASA DE LOS CARDOS (se aprecia una plantación numerosa de arbolado en los últimos años)

La mencionada casa tiene una entrada con puertas grandes como a el sol de las diez, se compone de un patio de veynte y dos varas de largo y veynte de ancho, contiguo  a él existe un emporchado de nueve varas de lonjitud y siete de latitud, una quadra al sol poniente de diez varas de largo y seis de ancho, con gallinero cubierto de ocho varas de largo y seis de ancho, una teinada para enzerrar ganado de veynte y ocho varas de largo y veynte y zinco de ancho, una cocina de onze varas de largo y seis de ancho, un quarto de abitazión sin acabar de arreglar, tiene onze varas de largo y seis de ancho, una bodega de zinco varas en quadro con su pila de jaraiz, en aquella se hallan tres tenajas , una como de sesenta arrobas, la otra de zinquenta, y la otra de veynte y zinco, en la misma bodega existe una cueva y en ella una tenaja de igual cabida que la prezedente. La cozina, cuarto de abitazión y la bodega se hallan encamaradas y un palomar sobre dicha cozina.

Luego se detallan las instalaciones y cultivos anejos a la casa:

  • Un pozo de agua viva de 19 varas de profundidad a 14 varas de la casa
  • Una noria empedrada a 49 varas de la casa
  • 118 olmos negros de cuatro años y otros 412 plantados recientemente y dos nogueras
  • Diez olmos y ochenta y un arbolitos, la mayor parte de ellos frutales
  • Un huerto cercado con sus paredes, junto a un colmenar y 23 olmos negros de cinco años, 90 almendros y 56 parras, plantados este año
  • Un colmenar cercado con 31 colmenas, 31 moreras de cinco años, 5 castaños y 40 moreras, nogueras, almendros y manzanos
  • 660 plantas de almendros para trasplantar
  • Viña de 3589 vides, cien almendros y 274 pies de olivar

LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA EN 1780


Un corregidor en Iniesta con un teniente de corregidor dependiente en Villanueva de la Jara

Un alcalde mayor en la villa de Motilla del Palancar

Un alcalde mayor en Villarrobledo

Un corregidor en Tarazona

Un corregidor de Sisante

Un corregidor en San Clemente, que tiene una preeminencia sobre todos los demás

Otros corregimientos próximos eran los de Chinchilla, Albacete y Ves o Utiel, Requena y Cuenca


AHN, CONSEJOS, 29283, Exp. 18

Sunday, December 21, 2025

Una nueva campana para la iglesia de El Peral

 El uno de noviembre de 1784 se cae y quiebra la mayor de las tres campanas de la iglesia del Peral. Sus sones dejarán de tocar para entierros y convocatorias de ayuntamientos,. Según el procurador Alonso López el pueblo y sus 160 vecinos estaban en un estado de miseria absoluta. Eran precisos 6000 0 7000 reales para fundir nueva campana mayor. Para sacar el dinero para la campana se decide adehesar una parte del término, en las lindes de Motilla e Iniesta, camino de Castillejo, la llamada dehesa Nueva, aneja a la Calera, pero sin interrumpir el paso de los ganados. Las anteriores campanas las habían pagado los vecinos, y así figuraba en un rótulo en las mismas con el año y los alcaldes a la sazón, gozando del privilegio de no tener que pagar por que doblasen durante los entierros.


AHN. CONSEJOS, 29276, EXP. 13

El Peral y la elección de oficios de 1815

 En 1815 ya solo quedaba un noble en EL Peral, don Joaquín Chavarrieta. Los alcaldes, uno pechero y otro noble se eligieron por insaculación hasta el año 1808 y ahora se pretendía volver a la tradición para evitar las parcialidades y desórdenes con  ocasión de la elección de oficios. Es curiosa la interpretación que se hacía de los cambios durante la ocupación napoleónica o vigencia de la Regencia y Cortes de Cádiz, reducidos a "ocurrencias": 

la qual práctica (de insaculación) se observó hasta 1808, en que a motivo de las desgraciadas ocurrencias que principiaron por entonces y concluyeron con el feliz regreso de nuestro muy amado soberano,

De hecho, quien ejercía de alcalde era don Joaquín Chavarrieta, por el estado noble, mientras que por el estado llano ejercía Miguel Monedero, al primero no se le consideraba alcalde del pueblo y se pretendía quitar el oficio. Los alcaldes se elegían cada año el uno de enero. Ahora en 1815, vuelto el Deseado se pretendía volver a las formas del Antiguo Régimen en este pequeño pueblo que decía pertenecer a la provincia de la Extremadura, aunque luego se rectificaba para decir que pertenecía a la de Cuenca. La última elección de oficios concejiles se había hecho el 27 de octubre de 1809, ante el alcalde mayor de Motilla del Palancar, según la tradición de la insaculación y al son de campana reunido el ayuntamiento, aunque este método de elección se había recuperado en 1797 tras décadas de olvido. Los cargos se elegían sacando un niño las bolas de siete saquillos que se guardaban bajo cerradura en el arca del ayuntamiento y que se sacaban para la ocasión.

Era El Peral un pueblo de cien vecinos, donde todos se conocían y estaban vinculados por lazos de sangre: Ahora, aunque el acusado era don Joaquín Chavarrieta, éste, junto a Miguel Monedero se defendía y hablaba de una unidad entre los vecinos del pueblo, rota por seis o siete vecinos que se habían dejado ganar por la influencia del cirujano Gaspar Cañadas. La motivación de don Joaquín consiguió echar atrás la petición de su enemigo.


AHN, CONSEJOS, 27653, Exp. 60.

Saturday, December 20, 2025

Dehesas e intereses oligárquicos

El pueblo de Tébar disponía de una dehesa, la de Riscas, para pastos de ganados, pero el dinero que aportaba su arrendamiento no iba a las arcas municipales, sino a pagar los réditos de dos censos o préstamos y en manos de un vecino de la Parrilla, Julián Simón, y de la Iglesia Catedral de Cuenca.

Juan Palomares Villanueva se había comprometido a pagar cien ducados anuales por el arrendamiento de la dehesa durante nueve años, de 1675 a 1684, pero llegado el año 1581, se acogió a una pragmática de 13 de junio de 1580 por la que se rebajaban los precios del arrendamiento de las dehesas y precio de las hierbas al precio que tuvieran en 1633. El precio de ese año había sido la mitad, lo que muestra que los precios de arrendamiento de las dehesas se habían duplicado en cincuenta años. La dehesa de Riscas siempre había tenido postores, pero parece que su arrendamiento databa de la década de 1650, en un momento en el que la Corona da licencia a los concejos para arrendar sus montes para conseguir subsidios para la guerra. Entre 1659 y 1665 estuvo rematada en don Juan de Pinagua, ganadero de la Osa de la Vega por 9000 reales; entre 1649 y 1652, en un vecino de Tébar por 4000 reales, No obstante, se reconocía que la licencia para arrendar la dehesa se había obtenido el año 1651, siendo hasta entonces coto de viñas viejas. Unas viñas que aparecen en explotación en 1533, pero que mediado el siglo se abandonan. Una situación que debió ser generalizada en la zona. La dehesa se arrenda primero como dehesa de arbitrios, es decir, para conseguir pagar a las peticiones de la corona, pero luego la villa de Tébar obtendría facultad para redimir son su arrendamiento los dos censos adeudados, es decir, como dehesa perpetua. Ese hecho se produce el año 1651. Una dehesa con capacidad para albergar cuatro hatos de ovejas para parir de quinientas ovejas en el invierno y primavera y dos hatos grandes de primales y borregos en verano y otoño en los blandos y cañadas y hasta ochocientas cabras.

Juan Villanueva, y la familia  Villanueva, era persona muy hacendada, como se pudo comprobar en los registros para el embargo de prendas por el impago de cincuenta ducados. De dicho registro, es destacable no tanto lo que se llevaron sino lo  que se describe que había: 250 arrobas de vino en una bodega, 18 arrobas de lana negra del lanero, 300 arrobas de vino y 34.5 arrobas de aceite en otra bodega de su casa. El precio de la lana era 25 reales al arroba, el aceite a 18 reales la arroba y el del vino cuatro reales la arroba. En cualquier caso, se embargaron bienes por valor de 3000 reales cuando el supuesto impago era de 50 reales.

Tébar se hallaba endeudada. El 27 de enero de 1639 había tomado un censo a favor de Julián Simón vecino de La Parrilla. El otro censo era a favor de la capilla de Nuestra Señora del Sagrario de la Iglesia Catedral de Cuenca. EL principal de ambos censos era de 2000 ducados. En esta época, década de los ochenta, la villa de Tébar aparece dominada por los Villanueva (Mateo, el hermano de Juan, era alcalde y otro de los hermanos, Pedro, era canónigo de San Justo y Pastor de la Universidad de Alcalá) y los enlaces familiares con las familias Montoya y Jávega de Vara de Rey. El control de los arrendamientos de las dehesa no suponía su explotación directa, sino que las dehesas se dividían en partes y se subarrendaban  a otros. Así Juan Villanueva había subarrendado la dehesa de las Riscas a dos vecinos de El Picazo: Lorente López y Diego Peralta, y a Juan Lozano, vecino de Tébar. En aquella época existía en la organización municipal de Tébar la figura del síndico de pobres, aunque dudamos que fuera defensor de los intereses de esta clase. En una probanza, el primer testigo presentado es Pedro de Luján y Frías. En la explotación de la dehesa había un monopolio de los ricos del pueblo. 

EL expediente muestra la oposición de una villa recién emanciapada de Alarcón al control y monopolio que sobre su gobierno concejil ejerce la familia de los Villanueva. Asimismo, por los bienes embargados, se deduce un decaímiento de las actividades ligadas al viñedo y la importancia acrecentada de los ganados; dos sectores ecónomicos en los que los Villanueva tenían puesta su hacienda. Decimos decaímiento del viñedo, pues el espacio adehesado es un espacio ocupado antaño por viñas y porque algunas de las tinajas embargadas o están vacías o están dañadas por falta de uso. En cuanto el proceso de adehesamiento, aunque sabemos que es antiguo y tenemos relacionado su proceso de usurpación de bienes comunales y su cerramiento para beneficio de particulaes, decir que los pueblos verán en estos cierres de su término una forma de pagar las cantidades dinerarias para sufragar sus aventuras miliares y las élites locales un modo de acceder sus ganados y privatizar estos espacios comunes antaños. Las dehesas, concedidas en un principio como arbitrios fiscales devendrán en perpetuas ligadas a las necesidades financieras de los ayuntamientos y las deudas contraídas con los prestamistas. Es esta nueva realidad la que lleva al enfrentamiento entre arrendadores de dehesas y los concejos. Si bien en la parte de los concejos hay dos partes interesadas: el común de los vecinos y los nuevos pretendientes ricos a las yerbas para pasto de los ganados. Los pretendientes iban más allá del ámbito local, configurándose una oligarquía regional, nacida de los enlaces familiares.

La intervención del Consejo de Castilla era muy mal vista por estos ricos de los pueblos, pues no siempre conseguían su favor y actuaba en su contra. En este caso, lo que más dolió a los Villanueva fue el embargo de bestias de labor, mulas y bueyes, y un carro, que impedía a sus criados seguir trabajando y paralizaba su hacienda.


AHN, CONSEJOS, 26207, EXP. 8. La villa de Tébar (Cuenca) contra Mateo y Juan de Villanueva sobre la reintegración de una dehesa y otras cosas. 2 piezas. Tebar y San Clemente (Cuenca).


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Tuesday, December 16, 2025

Martín de Oñate

 Martín de Oñati era hijo de Juan de Uribarri y Maria de Munozategui y nieto de Rodrigo de Balsategui y Domeza, los apellidos delataban el origen de la saga familiar: la casa solar en Balsategui, en el barrio de Uribarri en la villa de Oñate. Hacia 1536 o 1537 llega Martín al pequeño lugar de Canalejas en la Alcarria conquense. La ejecutoria de hidalguía la consigue el 25 de agosto de 1567.

NO podemos enlazar estos Oñate con los de Quintanar y Tarazona donde el apellido es muy común. Tampoco los podemos incluir en la tradición de canteros vascos, por falta de fuentes. Sabemos de este apellido entre plateros y entalladores de renombre


ACHGR, SIG. ANT. 301-43-29


Información genealógica para admisión a beca en el Colegio San Clemente Mártir o de Manchegos de Juan Oñate Ruipérez Sánchez Gómez, natural de Quintanar, del marquesado de Villena, obispado de Cuenca

AHN. UNIVERSIDADES, 390, EXP. 3

Saturday, December 13, 2025

La Hacienda municipal de Quintanar del Rey en el Antiguo Régimen

 En 1748, Quintanar pide  adehesar o cerrar su corto término, expuestos como estaban sus sembrados, viñas y olivos a la entrada de los vecinos de Villanueva de la Jara y Villalgordo del Júcar. Quintanar ese año era una villa arruinada, endeudada con los censos contraídos y sin apenas bienes propios, sus salas capitulares estaban arruinadas, su cárcel "inhabitable"; había ensanchado su dehesa carnicera para el ganado de abastos con un juez de baldíos en 1741, pero de modo insuficiente para sus necesidades. A diferencia de Villanueva de la Jara que mantenía cerrado su término, Quintanar con el villazgo no había conseguido cerrar los suyos, siendo invadidos por los ganados de los pueblos limítrofes con el consiguiente daño. Ahora se pedía cerrar los términos e incrementar los terrenos de su dehesa carnicera, según lo había señalado su juez de baldíos. La reparación de las casas capitulares y, sobre todo, de la cárcel se evaluaba en 3126 reales. 

La villa todavía seguía arrastrando deudas del último tercio del siglo XVI. Así, el marqués de Cilleruelo era a la altura de 1748 de un censo de dos mil ducados, el llamado el censo del villazgo para eximir a Quintanar de Villanueva de la Jara en 1564. En 1748 se estaban debiendo siete mil reales de réditos impagados.

El convento de religiosas dominicas de Santa Catalina de Sena de la villa de Madrid había prestado en siete de junio de1578 dos mil ducados  a la villa de Quintanar a catorce el millar, es decir, un interés próximo al siete por ciento y obligándose a pagar en dos plazos anuales unos réditos de 53571 maravedíes. Con el préstamo se pretendía comprar pan para constituir un pósito para garantizar siembras y alimentar a la villa. La villa había hipotecado sus bienes propios: las casas capitulares y ayuntamiento, las casas de carnicerías, una casa de horno de pan cocer, camino de Villanueva de la Jara, otra casa de horno en la calle de los Donates, linde de Mari Tébar, otra casa de horno de pan cocer llamada del Chico, linde de casas de Isabel Cuartera y Juan Serrano, la casa de horno llamada de la Rambla, linde de casas de Juan Serrano y la calle Real, una dehesa de boyal para el abasto de carnicería en el camino del Batanejo y el monte que está allí, un pinar y una dehesa nueva que está en el camino que va a Villanueva de la Jara, la renta de la almotacenía y la renta de la correduría arrendada. Además, numerosos vecinos habían hipotecado bienes particulares para conseguir los préstamos. A la altura de 1712, aún no se habían redimido mil ducados del citado censo de 1578 y que en 1748 las monjas exigían el pago de los intereses adeudados (1986 reales).

En cuatro de julio de 1584, año calamitoso y de carestías, la villa se vio obligada a tomar otro censo de dos mil ducados para alimentar a su población y proveer de trigo a sus labradores para sembrar. Las condiciones eran no hacer esas comprar el trigo en las doce leguas alrededor de Madrid. Entonces el concejo y varios vecinos respondieron con sus bienes, valorados en alrededor de 40000 ducados, como garantía del préstamo solicitado. Era una pequeña minoría de ricos del pueblo. El dinero se pidió prestado a Isén de Torres

En 1629, y ante una Corona arruinada por las guerras de Italia, Quintanar del Rey ofreció a la Corona 1300 ducados; la villa obtendría licencia real para conseguir los 1300 ducados a censo de ese donativo. El dinero para la ocasión lo prestó el regidor Martín Parreño Roldán el 16 de diciembre y el ayuntamiento de Quintanar del Rey se comprometió a pagar quinientos cincuenta reales anuales de réditos, estos réditos irán directamente a pagar una memoria pía fundada en la iglesia por doña Lucía de Tébar. Ese año los bienes propios eran similares a los de 1578, aunque se habían incrementado un poco. Los reproducimos de nuevo, pues nos acercan a la realidad del pueblo en 1629: las casas del ayuntamiento y cárcel linde de ellas, en la plaza del pueblo, que lindaban con casas de Juan de Oñate Talaya y Pedro el Royo, las casas de carnicerías del pueblo, lindantes con el mesón de Ambrosio Bastante y casas de Diego Bastante (¿Bustamante?), el horno de la Rambla, lindante con casas de Felipe Oñate Simarro, el horno Nuevo, lindante con casas de Martín de Alarcón y dos calles públicas, el horno del camino de Villanueva, linde con casas del cura licenciado Juan de Alarcón, la dehesa como se sale de esta villa al lugar de Casimarro, molino de los Nuevos, la Losa y el Batanejo, la dehesa del Pinar que está inmediata a esta villa y cerca del camino que va a la Jara, la renta de la correduría y mojonería, la rena de la almotacenía, la renta del estanco de aceite y saladura, dos oficios de procuradores de causas y la renta de ellos. Se debían de réditos en 1748, 2178 reales

Un censo con capital de 21000 reales a favor de la capellanía fundada por Juan Baquero Peralta, tomado el ocho de octubre de 1729. Además la villa tenía otros tres censos contraídos sin licencia real, El primero de 700 ducados a favor de Alonso Jiménez de los Herreros; el segundo de mil ducados a favor de doña Josefa Espinosa y Mota, vecina de la villa de Alcázar, y el tercero de 16000 reales a favor de la capellanía que posee don Julián Picazo, vecino de Tarazona. Estos tres últimos censos, se habían dejado de pagar los réditos y habían sido tomados en épocas de carestía para alimentar a la población.

Por el Consejo de Castilla se emitiría  provisión real sobre la conveniencia de cerrar los términos de Quintanar y ampliar su dehesa el 16 de diciembre de 1748. Las villas de Tarazona y Villagarcía del Llano parecían tener pretensiones iguales a Quintanar. No obstante, y no le faltaba razón, Villalgordo denunciaba que Quintanar se había adentrado en tierras y término de Alarcón, derribando mojones, e incorporando a su propio término lo que antaño era suelo comunero para todos los pueblos. El caso de Villalgordo era un problema de escasez de término, pero en el caso de Villanueva de la Jara, que también se oponía, era un veto de sus ganados a pastar en tierras antaño comunales y condenarlos a la trashumancia en tierras de Murcia o Andalucía; era, asimismo, el reconocimiento de que Villanueva de la Jara quedaba reducida a los términos definidos en 1481, mientras que Tarazona, Alarcón y Villagarcía del Llano se repartían los términos de Alarcón y sobre los que ya no tenía jurisdicción de hecho en estos parajes. En favor de Quintanar hay que decir que Villanueva de la Jara había cerrado anteriormente sus términos para obtener ingresos para pagar el sueldo del oficio de corregidor propio obtenido, quizás ese había sido el motivo pretextado por Tarazona para cerrar sus términos también.

PROPIOS DE QUINTANAR EN 1745 (los propios importan de 3570 reales a poco más de 4000 según los años)

  • La dehesa que llaman Abanilla-Torquilla
  • Ensancha de la casa de Félix, compartida con Tarazona de la Mancha
  • Dehesa Pinar
  • El cuarto fiel de medidor, Almotacenía y Correduría
  • Tres hornos de pan cocer concejiles, en los caminos de Villanueva, Iniesta y Madrigueras
  • 48 reales que anualmente paga Quiteria Aparicio por una casa que se le dio a censo
GASTOS DEL AYUNTAMIENTO EN 1746
  • 600 reales al ministro ordinario
  • 440 reales al corregidor y al alcalde mayor de San Clemente
  • 150 reales al predicador de cuaresma
  • 60 reales al maestro de niños
  • 80 reales al  médico por alquiler de casa
  • 33 reales al mayordomo de propios
  • Una arroba de aceite a la persona que cuida el reloj
  • 60 reales al correo que lleva el correo de San Cemente a Quintanar
  • 32 reales a los tenientes de curas por las rogativas, los días tres y ocho de mayo
  • 30 reales de limosna a la casa santa de Jerusalén
  • Papel sellado, pago de veredas
  • Mojoneras y reconocimientos del término, 
  • Reparos de edificios municipales: ayuntamiento, cárcel, carnicerías, tienda
  • Derechos de escrituras de rentas
  • Alimentación de presidiarios y su conducción
  • Niños expósitos
El saldo negativo de las cuentas municipales es de 796 reales y 24 mrs.

TIERRAS QUE SE PRETENDÍAN ADEHESAR EN 1748 y CERRAR EL TÉRMINO
  • Dos cuartos de dehesa que se llaman Redonda y Lantiscar, confinando con Villagarcía, 600 reales anuales
  • Tierra que confina con Villanueva de la Jara, 200 reales
  • La Hoya del Pino, que confina con Casasimarro y Villalgordo, antigua dehesa de Quintanar, 250 reales
  • Casa Gabaldón y monte de don Juan, que lindan con Villalgordo, 300 reales
  • Casa de Teresa y Matosa, que lindan con Tarazona, 600 reales
    AHN, CONSEJOS, 35372, EXP. 1

Los montes de Barchín y su aldea de Alcohol

 En 1794, varias tierras incultas de Barchín, Piqueras y Gabaldón se hallaban sujetas y vinculadas a una capellanía de la que disfrutaba el cura de Navalón y, que hasta entonces se venían utilizando como carboneras aprovechando la leña del monte. A estas tierras se unían las correspondientes a la capellanía la había fundado don Álvaro González y que disfrutaba un clérigo de tonsura de Almodóvar del Pinar y otras tierras de varios propietarios en régimen de propiedad libre. Ahora se pretendía que estas tierras pudieran ser roturadas y laboradas para cultivar trigo, pidiendo licencia al Consejo de Castilla. Se motivaba la petición en la escasez de tierras para la labor en Barchín. Las nuevas tierras que se pretendían cultivar estaban en la aldea de Alcol y eran tierras de pinares rodenos y alguna carrasca, poco aprovechables para la madera y destinadas a carboneras; eran tierras de hábitat para lobos y otros "animales nocivos", donde apenas si había espacio para algunos claros sembrados de trigo de poca calidad, pues "no se aireaba".

A la hora de pronunciarse el Consejo de Castilla buscó la referencia de un auto anterior sobre el monte de Belmontejo, que las monjas de la Concepción francisca de Cuenca, junto a otros propietarios, quería roturar para cultivo. Entonces, el 11 de noviembre de 1786, se decidió que, a pesar del estado de abandono del monte, siguiera con su uso tradicional de carbon para proveer a la corte. Es más, se hizo extensiva esta sentencia a cuantos montes hubiera en similar situación en la provincia de Cuenca: entre ellos, el de Barchín, NO obstante, en la provincia de Cuenca había una sentencia en sentido contrario ganada por el concejo de Fresneda en 1765, en la que se apoyarán los peticionarios para que el Consejo de Castilla les diese licencia el 10 de mayo de 1797 para roturar estas tierras, licencia condicionada a no cortar aquellos pinos más medrados.


AHN. CONSEJOS, 3171, EXP. 9

Friday, December 12, 2025

El pequeño comercio en Barchín del Hoyo

 El comercio procedente del exterior en Barchín del Hoyo era comercio de trajineros, ocasional e improvisado, sin atender a la regularidad de un día fijo en la semana. Un comercio dependiente de la casualidad y voluntad de los vendedores. Un comercio de cosas comestibles, que en 1777 saltó a la palestra por realizarse la venta de productos un festivo y la oposición del cura de la villa a que se comerciara en el pueblo sin su licencia. El cura impuso multas por el no respeto de las fiesta de guardas, aunque como él mismo decía: si a mi reconvención se allana y paga la perra, no hay contravención.

Al parecer en Barchín, era costumbre que los mercaderes foráneos para vender su mercancía obtuvieran una licencia del concejo, pero al ser el domingo o festas señaladas días de máxima concurrencia se había impuesto la costumbre de que los mercaderes dieran a la iglesia una limosna de ocho maravedíes para la fábrica de la iglesia. Estas limosnas, consideradas multas por Nicolas Casimiro Padilla*, no se ajustaban a la Real Cédula de 19 de noviembre de 1771.

El consejo de Castilla le quitará la razón al cura Bartolomé Belinchón, autorizando las ventas de mercancías los domingos, siempre que se haga con recato (media puerta abierta, evitar escándalos y decencia); también recordará a Nicolás Padilla el respeto que se debe a los curas. Es decir, se podían vender los días festivos mantenimientos y comestibles de surtimiento común, aunque la práctica era que los distintos oficios artesanales seguían con su actividad si lo hacían con sigilo y recato. 


*Pereas y Padillas dominan el pueblo en estos momentos vs. la extrema pobreza de sus vecinos. Por la fundación de un patronato de San José y consejos de los visitadores se daba a los pobres tres fanegas de pan cocido para la festividad del Santo y el día de Navidad. Los vecinos solían dar un celemín para mantenimiento del pósito

18 de junio de 1773, un pedrisco arruina el pueblo.

El pueblo se presenta como muy devoto de la virgen del Rosario.

AHN. CONSEJOS, 31434. Exp. 6

Proceso criminal contra Andrés Ramírez de Arellano (1635)

 Don Diego Pimentel, era marqués de Gelves, de los Consejos de Estado y Guerra, capitán de las Guardas Españolas y señor de la encomienda de la orden de Santiago de Villanueva de la Fuente. Entre todos los títulos destacamos el último, aunque sea el más insignificante, pues por la administración de la encomienda de Villanueva de los Infantes era motivo de litigio con Andrés Ramírez de Arellano, que a la altura de 1634 era familiar del Santo Oficio. Esta condición de familiar suponía que en cualquier acción contra él habría de entender el Santo Oficio. 

Andrés Ramírez de Arellano tenía arrendada la encomienda de Villanueva de la Fuente por 35000 reales al marqués de Gelves. Andrés Ramírez de Arellano había administrado la encomienda durante nueve meses y disfrutado de sus frutos y rentas, llevándose de Santa María del Campo a Villanueva de la Fuente toda su casa y familia. El caso es que de la administración de la encomienda, bien por los impagos del arrendamiento bien por operaciones de pago encomendadas por el marqués y no realizadas o enajenación de tierras y bienes, Andrés tenía una deuda con el marqués de setenta mil reales, que según la habladuría popular tenía enterrados y ocultos en Santa María del Campo y, según otros más sapientes, tenía como testaferros Alonso Rosillo, hijo de su mujer y a Pedro de Mendiola. Para garantizar su persona y evitar ser apresado, Andrés Ramírez de Arellano se había retraído al interior de la iglesia de Santa María del Campo. El familiar del Santo Oficio era acusado de alzamiento de bienes: gran cantidad de bienes, muchos dineros en doblones, plata labrada y otros muchos bienes de grande valor y estimación que fue llevando y transportando con la dicha fraude y ocultación desde la encomienda a la dicha villa de Santa María del Campo, donde según se dice tiene escondido y enterrado mucha parte dello en casas particulares, donde el encubren y receptan el dicho alzamiento.

La carta de arrendamiento de la encomienda, frutos y rentas entre el marqués de Gelves y Ramírez de Arellano era por cuatro años (1631-1634) por treinta y cinco mil reales de vellón. Además el arrendatario había de pagar el subsidio y escusado, la ayuda de costa de cura, limosnas y lanzas y demás que se da cada un año al prior del convento de Uclés. EL arrendatario también estaba obligado a los reparos en las casas, torre, molinos y tierras y a poner guardas en las dehesas.

El expediente aparece inconcluso.

AHN, INQUISICIÓN, 64, Exp. 3

Thursday, December 11, 2025

FRANCISCO SÁNCHEZ, EL BÍGAMO DE EL PEDERNOSO

 Francisco Sánchez Cortecero, natural de El Pedernoso y de profesión plomero, sería castigado en 1569 por el Santo Oficio por haber casado dos veces. La primera de las veces en Carmona, Sevilla, con Catalina Rodríguez, a la que abandona en Sevilla junto a un hijo recién nacido, para irse a trabajar a Almodóvar del Campo, donde casa con Mari Gutíérrez de nuevo. Antes de casar con Catalina Rodríguez, Francisco Sánchez había casado en una aldea de Toledo, Manzanaque, con Catalina Fernández, que había fallecido. A su primer mujer la había dejado viviendo como ama con un mercader sevillano, que tenía a su servicio, además, dos esclavas. El mercader era Rodrigo Núñez, de la compañía del nombre de Jesús.

Francisco Sánchez Cortecero había nacido en El Pedernoso, en la década de 1520, el segundo apellido delataba su profesión de curtidor de cortezas de árboles. Era un hombre desarraigado, sabía de su padre Juan Sanchez Cortecero, que debía acompañar del oficio de su segundo apellido con el de labrador y de su madre Juana de Oma, pero se perdía con los abuelos paternos, aunque no con los maternos. Si bien sabía que era nieto de Martín de Oma, un cantero vasco de renombre, asentado en Belmonte, pero no sabía el nombre de la abuela materna, quizás porque su madre era hija ilegítima del cantero vasco. De hecho, las vinculaciones familiares de Francisco Sánchez en Cuenca venían por sus tíos, Tenía tres hermanos, dos labradores y uno jornalero, y cuatro hermanas casadas tres de ellas con tejedores en Las Pedroñeras, La Alberca y El Pedernoso. 

Francisco Sánchez ocultó su bigamia ante la Inquisición, cuando fue conminado a declarar sus pecados, para inculparse por blasfemias proferidas en cierta ocasión en Almodóvar del Campo, siendo porquero. La indefensión de un reo en la cárcel de la Inquisición era total. Este hombre, con su silencio por no reconocer su bigamia, tuvo que esperar dos meses a que el fiscal del Santo Oficio le acusara del delito. Francisco Sánchez era un desgraciado en busca de oficio de aquí para allá, obligado a salir de su pueblo por la necesidad de una familia numerosa y desestructurada, en gran parte por culpa de su abuelo, un cantero rico, Martín de Oma, que daba rienda suelta a sus desenfrenos sexuales con mujeres desamparadas. Había ejercido de cortecero, plomero, porquero o segador. Un pobre hombre, al que posiblemente un primo suyo, un clérigo llamada Alonso Martínez Cortecero le había preparado un buen matrimonio con la vecina de Almodóvar, María Gutiérrez, cuya madre se hacía llamar "la duquesa", Allí donde no llegaba Francisco, sí que lo hacía su primo el clérigo Alonso Martínez Cortecero, que sabedor del pecado de la bigamia había convencido a su primo para que obtuviera la probanza falsificada de tres testigos de cómo su primera mujer era muerta (en realidad la segunda, pues la primera lo era realmente y Francisco ya sabía lo que era el valor de la probanza de los tres testigos). Muerta o no, probablemente, Francisco Sánchez es cómo deseaba ver a su esposa de Carmona,  pues seguramente tenía dudas sobre si el primer hijo de su esposa era suyo o del mercader sevillano y tenía la certeza que un segundo hijo lo era del mercader.

¿Cómo fue sentenciado Francisco Sánchez? debía salir al auto de fe con una vela de cera en la mano y con una coroza en la cabeza con insignias de dos veces casado y con una soga a la garanta, abjurar de Levi, sea traído a la vergüenza por las calles de Sevilla y llevado a las galeras a servir cuatro años como galeote.

AHN. INQUISICIÓN, 29, EXP. 21