La plaza de la Iglesia o del Pósito de San Clemente en 1553
era un amasijo de piedras destinadas a la Iglesia de Santiago, que se estaba
reformando en esa época. Para entonces la plaza tenía poco que ver con su
visión actual. En el pórtico de la puerta de Santiago de la iglesia parroquial
se celebraron los concejos de la villa hasta mediados de los noventa del siglo
XV, y es creíble que los ayuntamientos se desplazaran a este lugar en algún
momento anterior desde el cementerio, anejo a la villa, tal como ocurría en los
pueblos de alrededor. De la plaza ha desaparecido el “Monumento” establecido al
acabar la guerra civil” y que sustituyó al viejo “rollo”, símbolo de la jurisdicción
de la villa, que aún nos aparece en las fotografías de 1420. No faltaría algún
olmo, símbolo rancio de castellanismo, como ese del que fue colgado Antón
Peñasco en 1477, por un complot liderado en la sombra por Juan López Rosillo,
contra los conversos de la villa.
A seis o siete pasos a la derecha de la puerta de Santiago, y
a la misma entrada del cementerio, había unas piedras apiladas para la construcción
de la iglesia; veinticinco pasos más allá de dicha puerta estaba la cárcel del
concejo. Seis o siete pasos más allá en línea recta desde la puerta de Santiago,
otras piedras apiladas, interrumpían el paso hacia las carnicerías, donde hoy
se levanta el edificio del pósito, levantado en época de Felipe II y el último
gobernador del Marquesado, mosén Rubí de Bracamonte, con fama de masón “Avant la
lettre”. Pero el edificio antiguo de las carnicerías debía ser, aparte de más
pobre, más abierto a la plaza con la llamada puerta del tajón, donde era
visible el despiece de las reses. Es creíble que la calle donde se levantan
establecimiento como casa Jacinto no fuera sino la parte trasera de las casas
del Arrabal, que daban la espalda a la plaza, que tenían las entradas por las
calles más abajo, destacando entre ellas las del converso y macero real Lope
Rodríguez, luego dividida entre los Herreros y sus descendientes. Es en su
subterráneo o cueva donde Lope predicaba sus enseñanzas mosaicas y heréticas.
Esta plaza de la iglesia, tan insana e inhabitable, donde
aún se conservaba en la actual sacristía, para ser destruida en esos momentos,
la casa de Clemén Pérez de Rus, fundador de la villa, estaba siendo sustituida
como centro público por la plaza actual del Ayuntamiento, cuyas casas
originales, en su emplazamiento actual, datan de comienzos de siglo XVI (o quizás
finales del cuatrocientos), quedándonos constancia de un edificio de dos
plantas con corredor y sala en planta superior el año 1526. La plaza del
ayuntamiento no debía tener mejor aspecto que la del Pósito; su reforma fue
pareja o inmediatamente posterior a la del Ayuntamiento en la segunda mitad de la
década de 1550. Se ha dicho que era una plaza porticada, pero de los testimonios
solo tenemos noticias que estaba poblada de tiendas y oficios de escribanos
abiertos al público y al menos en 1500 un mesón, que para 1565 ya eran siete.
Es creíble que los mesones actuaran en sus plantas bajas como tiendas; al menos
sabemos que hacia 1480-1490 el judío Isaque de Uclés acudía a San Clemente para
vender sus espadas en un tenderete improvisado junto al mesón existente. Las
tiendas de la plaza quedaron abandonadas hacia 1560, es entonces cuando, al
calor de la edificación de la Iglesia y reforma de las casas consistoriales,
hay una acción consciente de crear un espacio público que unifique las dos
plazas y rodee a la iglesia de Santiago, al tiempo que se procura que los
tenderos y escribanos vuelvan. No obstante, la plaza del pósito aún vería comido
su espacio por la ampliación hacia 1575 de las capillas de San Antonio (de los
Pacheco) y de San Antón (de los Herreros). El desbarajuste de la plaza mayor en
los años sesenta propició la fortuna de la calle de Nuestra Señora de
Septiembre, donde se levantaba la ermita del mismo nombre (luego colegio
Jesuita), refugio de cristianos viejos, pero que los Origuela intentaron hacer
suya. Estos mismos Origuela no debían ser ajenos a la desaparecida ermita de
San Juan, en la calle del mismo nombre.
Pasamos a recordar una serie de pequeños detalles en torno a
los alrededores de la iglesia de Santiago, con motivo de los guardas colocados
para vigilar a unos revoltosos que se habían refugiado en la torre de la Iglesia
de Santiago, después de partirle la cabeza de un espadazo al alcalde Pedro
Montoya. Estos son los puntos donde se colocaron guardas armados:
·
Dentro de la iglesia existía una puerta que daba
acceso a la torre, en cuyo interior había un aposento al que se accedía por
unas escaleras y una estrecha ventana facilitaba el acceso al interior. Las
escaleras debía ser muy estrechas por las dificultades que pusieron los
refugiados, todos ellos armados con espadas valencianas o pisanas.
·
En la puerta de Santiago.
·
En la puerta de hacia la torre de la dicha
iglesia y plaza
·
En medio de la plaza en la obra nueva de la
iglesia
·
A la esquina a la parte de la red del peso que
es hacia la otra parte de la Iglesia
Felicidades por el blog, es un auténtico placer leerlo. Una pregunta sobre este pasaje: "Dentro de la iglesia existía una puerta que daba acceso a la torre, en cuyo interior había un aposento al que se accedía por unas escaleras y una estrecha ventana facilitaba el acceso al interior. Las escaleras debía ser muy estrechas por las dificultades que pusieron los refugiados, todos ellos armados con espadas valencianas o pisanas." ¿En qué fecha sucede esto? ¿Entiendo que es posterior a 1575 o estoy equivocado? Saludos
ResponderEliminarAño 1553, con motivo de luchas banderizas en la villa de San Clemente
EliminarAño 1553, con motivo de luchas banderizas en la villa de San Clemente
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