El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

lunes, 15 de enero de 2024

Villodre de Honrubia

 Fernando de Villodre el viejo, Diego de Villodre el viejo, Juan Muñoz y Fernando de Sepúveda iniciarán un proceso por ver su hidalguía reconocida frente al concejo de Honrubia, lugar de Alarcón en 1535. Ya un antecesor de la familia, Fernán Sánchez de Villodre, morador en Las Mesas, había defendido ante el corregidor de Alarcón, el licenciado García Sánchez Belvis, su hidalguía un cinco de enero de 1425. Por aquel tiempo, Las Mesas estaba representado por un procurador, Francisco Martínez, y junto al corregidor Belvis nos aparece el doctor Pedro Martínez del Castillo.

El padre de Fernán Sánchez de Villodre, morador en las  Mesas, era Alfonso González de Villodre, que era hermano de la madre de Rodrigo Rodríguez de Avilés. Alfonso vivía en Albaladejo y Torres, dos lugares pertenecientes a la villa de Segura y a la encomienda del mismo nombre; estaba casado con Mari López y estaba al servicio del comendador Gonzalo de Mesía (comía a su mesa). Alfonso ya había servido al padre del comendador Ferrán Mesía desde la década de 1370 y había sido ayo de Alfon Enriquez, hijo de don Fadrique.

El año 1488, Juan de Villodre, vecino de Alarcón y morador en Honrubia, comparece ante el alcalde ordinario de Las Mesas, Yuste de Mena para obtener copia del privilegio obtenido por Fernán Sánchez de Villodre. Este Juan de Villodre era su nieto, Fernán Sánchez de Villodre había tenido dos hijos: Fernán (padre de Juan) y Alonso. Un testigo refiere un tercer hermano, hacía 50 años, ser alcaide de Abanilla por mosén Fajardo. "gobernador del marquesado de Villena, en el tiempo del rey Juan de Navarra, padre de Fernando el Católico"


Vecinos que aparecen el año 1425

Yuste Martínez, morador de Las Mesas

Fernando Díaz de Córdoba, Fernando Ruiz de Talayuelas, vecinos de Alarcón

Juan Sánchez Borreguero, Juan Sánchez Batoua, vecinos de Alarcón

Juan Martínez de Segovia, escribano de Alarcón

Juan Sánchez de Madrigal, alguacil mayor del corregidor Belvis

Pedro de Placencia, hombre del corregidor

Vecinos de Las Mesas en 1488

Luis de Viana, Alonso Serrano, Juan Martínez, Juan Caballo, Alvaro Tamboril, Miguel de Manjavacas, Pero Hernández.

Pero Martínez de Funes, escribano

Juan Rodríguez de Mena

Martín López

Bartolomé Rodríguez


ACHGR, HIDALGUÍAS, sign. ant. 428-8


domingo, 14 de enero de 2024

El incendio de 1932 en el convento franciscano de San Clemente

 LEYENDA DEL CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA DE LA VILLA DE SAN CLEMENTE, RELATIVA AL INCENDIO DE 1932


"El año 1932 se abrió esta puerta por haberse pegado fuego a causa... ocurrió el 9 de julio durante la novena del Carmen"


La foto de Francisco Martínez Montoya 

La imagen del periódico de Santi Granero

Galería superior de la panda adyacente a la iglesia, reconstruida






sábado, 13 de enero de 2024

La dehesa del Torrlaba (El Cañavate), 1501

 El impulso de la villa de El Cañavate, tras la guerra del Marquesado queda patente en este documento, en el que el alcaide de Belmonte, Diego Pacheco, que tenía para sí el lugar de Torralba, no sin grandes disputas con esa villa se queja al Consejo Real de cómo los cañaveteros no respetan sus derechos de una "dehesa adehesada", es decir, cerrada para su uso particular. En tono despreciativo, llama a El Cañavate "aldea". 


"que él tyene e posee en el término de Torralua que es dehesa dehesada sobre sy pacíficamente e que estar posesión su estado e está de mucho tienpo acá e que agora nuevamente dis que el consejo e vesinos del logar de Cañauate aldea que fue de la dicha villa de Alarcón dis que se jatan e alaban disiendo que han de quebrantar el dicho su término e paçer la yerva de la dicha dehesa"


Archivo General de Simancas, RGS,LEG,150110,283

Diego Martínez, pasajero a Indias de El Cañavate

 


El dicho día se despachó çédula para que el virrey de la Nueva España dé tierras y solares a Diego Martínez vezino de Cañavate que va aquella tierra

Archivo General de Indias, MEXICO,1091,L.9,F.57R(2)


EL CAÑAVATE Y SUS ALDEAS. LA COMISIÓN DEL LICENCIADO FRÍAS

 EL CAÑAVATE Y SUS ALDEAS

Hay títulos de villazgo que se resisten a aparecer. Uno de ellos es el de El Peral, que creemos ha de ser coincidente en el tiempo con los villazgos de Barchín y de Motilla, pero más dudas nos ofrece el villazgo de El Cañavate. En nuestra obra "El Año Mil Quinientos de la Mancha Conquense" apostamos que por una situación contradictoria en esta villa. El Cañavate era la llave de paso hacia Castillo de Garcimuñoz, y al igual que luego en la época de las Comunidades, tenía una gran importancia estratégica, era "la llave de paso hacia las fortalezas". No en vano, por mal estado el que se nos quiera presentar, creemos que era una estructura defensiva sólida durante la guerra del Marquesado y un bastión de los hombres del Marquesado de Villena frente a un pueblo declaradamente realista e isabelino. Es probable que la concesión del villazgo de la reina Isabel fuera una apuesta para incendiar la revuelta y que la independencia jurisdiccional de El Cañavate solo se hiciera realidad en la segunda fase de la guerra o, al menos, únicamente en esa fase es cuando se consigue tomar un castillo, que luego no se dudaría en desmocharlo. La conquista del castillo de El Cañavate sería la única victoria real de los isabelinos en este lado del Júcar, más fuertes y guerreros al otro lado del Júcar, donde en el Valdemembra, los campesinos eran una auténtica pesadilla para el alcaide de Alarcón y sus partidarios y se vivía una guerra cruel y "de cuchillo". En la margen derecha del Júcar, Jorge Manrique y Pedro Ruiz de Alarcón, andaban en su madriguera de Santa María del Campo Rus como conejos agazapados ante el valor y fuerza militar de los dos grandes capitanes de don Diego López Pacheco: Pedro Baeza y Diego Pacheco, el alcaide de Belmonte.
A falta de título de villazgo de El Cañavate, nos queda la confirmación de términos a este villa y las aldeas de Torralba, Cañada Juncosa y El Atalaya. Esa confirmación es encargada al gobernador Frías en Sevilla el nueve de febrero de 1478. La fecha no es baladí. La fecha no es baladí. En primer lugar, porque sería una ruptura de acuerdos de año y medio antes (o muestra de la fragilidad de los mismos en la zona) y, en segundo lugar, porque es anterior a la segunda fase de la guerra y rompe compromisos pasados.

En este documento, se vuelve a recordar la pasada, pero no fechada, concesión del villazgo a El Cañavate o exención jurisdiccional de Alarcón: "que al tienpo que era aldea, yo la dicha Rreyna por les faser bien e merçed la aparté y eximí de la villa de Alarcón e de los alcaldes e alguasyles e otros ofiçiales della para que dende en adelante para syenpre jamás fuesen villa por sy e sobre sy". Pero el documento, viene a validar otro anterior y también a romper compromisos, pues le vuelve a conceder a El Cañavate las aldeas de Cañada Juncosa y El Atalaya y también la de Torralba, que los Pacheco. alcaides de Belmonte, siempre consideraron la base territorial de su futuro señorío.
La importancia de este documento está asimismo en el hecho de reconocer a las tres aldeas mencionadas como despobladas, que no quiere decir inexistentes, pues en amojonamientos posteriores se coloca algún mojón en el campanario de las iglesias, en un hecho similar al villazgo de Quintanar o Tarazona, aldeas jareñas: el pueblo, donde reside o ha de residir la población, para las villas de realengo, el campo para Alarcón. Es decir, establecer un caballo de Troya, para la futura desmembración del alfoz de la fortaleza.
Cañada Juncosa y El Atalaya, despobladas ("e tener por término de aquí en adelante los lugares que disen del Atalaya e Cañada Yuncosa en Torralua, que son despoblados, los quales están çerca de la dicha villa e son anexos a ella porque la dicha villa pagasen ellos el pedido... que la dicha villa del Cañavate pague por la cabeça del pedido). Así las nuevas aldeas renacen al calor de una necesidad de reafirmar los nuevos núcleos de realengo y de una decisión administrativa por reorganizar la fiscalidad futura. La repoblación de Cañada Juncosa y El Atalaya responderá, luego, a dos modelos diferente: Cañada Juncosa será "el premio, que recibirán los caballeros de Vara de Rey y otros realistas, no sin disputas con los criados de los Pacheco, mientras que Atalaya será una nueva aventura de roturación de labradores, ajenos a cualquier encasillamiento en viejas aventuras militares pasadas y más próxima al modelo de las aldeas jareñas. O eso creemos, pues la realidad, sin duda, no fue tan meridiana. Eso sí, la conquista por la propiedad de la tierra no fue ajena a un clima de disputas, en ocasiones violentas, véase los enfrentamientos entre las familias de los Tébar y los Piñán.

Hay, un hecho más, el distrito fiscal de rentas reales del marquesado de Villena (alcabalas, tercias y servicio y montazgo de Chinchilla) aparece en este mismo momento como una decisión de la reina Isabel encargada al licenciado Frías, aunque en el texto aparece la palabra "pedido", que es lo que cobraba el marqués de Villena y cuya fiscalidad ahora se pretende arrebatar, en tanto se reorganiza la hacienda regia como regalía.

Archivo General de Simancas, RGS,LEG,147802,48

lunes, 8 de enero de 2024

El censo de la sal de 1631: un testimonio

 El censo de la sal de 1631 comenzó a andar con una real cédula de 3 de enero de ese año. Se trataba de establecer un impuesto sobre la venta de este producto que se consideraba monopolio de la Corona. El censo de vecinos elaborado para tal fin es uno de los más completos del Antiguo Régimen. Desgraciadamente, para el caso de Cuenca la información que nos ha llegado es muy parca. A pesar de ello, nos han quedado testimonios de las averiguaciones; así, un documento de Bartolomé Contreras de la Cárcel, receptor enviado a Iniesta para averiguar si existían alhoríes de sal u otros puntos para la distribución de la sal. El once de enero de 1631 el doctor Pedro López Cantero y Jerónimo Segovia contestaban negativamente.

SALARIO DEL CORREGIDOR

 


Politica para corregidores y señores de vassallos en tiempo de paz y de guerra y para Iuezes ecclesiasticos y seglares y de sacas, aduanas y de residencias y sus Oficiales y para Regidores y Abogados y del valor de los corregimientos y Gouiernos Realengos [PA 47/5203]



VECINOS DE SAN CLEMENTE 1559

 Diego de Abengoza era hijo de Nuño de Abengoza, en 1559 da su poder a Martín Carvajal para que defienda la causa de su hidalguía en Granada.



Oficios concejiles en abril de 1559

Francisco de Zapata y de Cisneros, gobernador del marquesado de Villena

Andrés González de Tébar, alcalde ordinario

Francisco de Ortega, alguacil mayor

Sancho López de los Herreros y Alonso González de Santacruz, regidores


Enfermedades en el San Clemente de 1559

El clérigo Tristán Pallarés de 65 años, padece de mal de bubas (inflamación de los vasos linfáticos en las ingles y sobacos)
Baltasar de la Serna, más de 70 años, padece de mal de corazón
Pedro de la Fuente, más de ochenta años, esta potroso (herniado)
Juan Manzano, 90 años, ciego del todo
Diego de Olivares el viejo, más de ochenta años, enfermo de perlesía (parálisis)









ACHGR. HIDALGUÍAS, SIGN. ANT, 303-356-8

domingo, 7 de enero de 2024

LA CONSTITUCIÓN DE 1812 LLEGA A SAN CLEMENTE

 ¿CÓMO LLEGÓ LA CONSTITUCIÓN DE 1812, LA PEPA, A SAN CLEMENTE?


Los ejemplares de la Pepa o Constitución de 1812 no llegarían a San Clemente hasta el mes de agosto. De hecho, tenemos constancia de la jura de algunos ayuntamientos de la zona, como el de La Roda, durante ese mes. Se nos conserva un oficio del General de los 2º y 3º ejércitos que, en nombre del secretario de Gracia y Justicia, remite tres ejemplares de la Constitución a la Subdelegación de Rentas del Partido de San Clemente, con estas palabras:

"En cumplimiento de ello paso a manos de v.m. los tres ejemplares de la Constitución... debe publicarse y jurarse este libro inmemorial que nos asegurará de un modo incontestable, serán en vano todos los esfuerzos del tirano por subyugarnos y la libertad de todos los ciudadanos españoles, sacándonos de la apatía e inacción en que la arbitrariedad y despotismo yacía algunos años.

Estoy penetrado de la suma importancia y lo sagrado del objeto y creo que v.m. también se penetrará de iguales sentimientos y se apresurará a cumplir con la mayor brevedad, solemnizando y ejecutando con la mayor exactitud cuanto S. M. se digna mandar en sus soberanos decretos y que hará sin la mínima falta cuanto le corresponde y esté de su parte para la rigurosa observancia de la Constitución en el concepto de que cualquiera omisión será inevitablemente de la más funesta transcendencia e insensiblemente nos irá conduciendo otra vez a nuestra ruina


AMSC. CORREGIMIENTO

Una apelación judicial en Barchín (1666)

 A pesar de los privilegios de primera instancia conseguidos por las villas y de los intentos de sus justicias de que los asuntos judiciales de los pueblos no salieran de ellos; los vecinos protestaron una y otra vez las decisiones de sus alcaldes ordinarios. Acudir a la Chancillería de Granada era muy costosa, pero la solución se encontró haciendo de los alcaldes mayores de San Clemente un tribunal intermedio de apelación, próximo y que apenas suponía gastos. Tal es el caso de la apelación presentada por Francisco Martínez, vecino de la villa de Barchín, contra la sentencia judicial del alcalde Damián de la Parrilla dada contra su padre Julián García, al resultar alcanzado en el servicio de la panadería del pueblo. Julián Martínez vería embargado un pollino valorado en ocho ducados (ochenta y ocho reales) y que sería rematado y vendido en ciento cincuenta reales. Julián Martínez acudió ante el alcalde mayor de San Clemente, Francisco Calderón que pidió se remitiesen a su audiencia los autos. No creemos que se llegarán a enviar. Era septiembre de 1666


AMSC. CORREGIMEINTO