El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

Saturday, March 22, 2025

Cristóbal Gómez, sastre, viajero de Indias, natural de Barchín del Hoyo

 Barchín del Hoyo estaba a 84 leguas de la ciudad de Sevilla, pero hasta el pueblo llegó la noticia de la Casa de la Contratación que anunciaba en 1640 la muerte en 1636 y en el Perú de un vecino de la villa, Cristóbal Gómez, que había emigrado a Indias. Aunque la heredera es su hermana Juana García, al haber muerto los herederos serán sus sobrinos, un total de 990 pesos.

Cristóbal Gómez era un sastre, hijo de Hernán Gómez de la Jara y de Elvira de Liébana, vecinos de Barchín del Hoyo y emigrado a la Ciudad de los Reyes o Lima. En su testamento dejará como albaceas al almirante Andrés de las Infantas, del hábito de Santiago, al padre Jerónimo de Bohórquez y a Andrés Muñiz. Nombrará por heredera a su hermana Juana García, viuda de Cosme Peinado, y si fuere muerta a sus sobrinos Juan Gómez de Villanueva y Carmen Peinado. Si su herencia no fuera enviada a España a su alma.

Cristóbal Gómez era hermano  veinticuatro de la cofradía de la Concepción con capilla en el convento franciscano de Lima, donde pedirá ser enterrado y amortajado con el hábito franciscano. De las cuentas de sus deudores y lo que él debía se deduce que Cristóbal había conseguido una posición social e innumerable tratos con mercaderes. Vivía en una casa de alquiler en la calle llamada de los Mercaderes en la Ciudad de los Reyes (Lima).Para su servicio doméstico contaba con una esclava negra, Antonia; también tenía en la condición de esclavo a un criollo llamado Nicolás, que era oficial de sastre y le ayudaba en el oficio, y poseía además otros tres esclavos negros, dos hombres y una mujer. Circunstancialmente, trabajaban para él indios en la sastrería como el indio Juan Alonso.

Cristóbal Gómez tenía una vida llena de relaciones sociales. Su esclava negra, Gracia (y su cría Isidora), procedía de Angola. Su casa estaba repleta de todo tipo de objetos de plata y oro, muebles, ajuar, vestidos y armas. Adornada con cuadros de pinturas y esculturas: dos cuadros de emperadores romanos, una imagen de Cristo, un cuadro de la Concepción, otro de la Adoración, un cuadro del beato Francisco Solano y otro de San Francisco.

Gran parte de la fortuna se quedó en manos de los albaceas o de las misas encargadas tras su muerte, un total de setecientas. Para que nos hagamos una idea la almoneda de un esclavo negro y de la esclava negra y su niña se adjudicaron por 900 pesos de ocho reales, después de ser pregonada su venta por otro negro en la plaza de Lima.

Cristobal Gómez se había ido a Indias con treinta años, al morir su padre. Allí había hecho una gran fortuna y enviaba a su hermana, junto a las cartas, cantidades periódicas de dinero. En su pueblo de Barchín del Hoyo tenía fama de ser poderoso y rico



Archivo General de Indias, CONTRATACION,397B,N.3,R.26 y CONTRATACION,397B,N.3,R.26

Thursday, March 20, 2025

VILLARROBLEDO (1596-1597)

 El año comienza con la noticia de la iglesia de Villarrobledo y el remate de sus obras en los maestros canteros Juan del Ayna y Andrés Luis. La obra consistirá, valorándose en dos mil ducados "que podrán montar los quatro pilares qie se an de hacer de lo que se les entregare y que los hará en la forma y en las condiciones y traza que está rematada" (actas de 3 de enero de 1596). El 19 de febrero se reconoce que el maestro cantero Andrés Luis anda detrás de las obras de las casas del ayuntamiento, carnicerías y ensanche de la plaza, que también se rellenará pues se dice que está honda en la parte que da a la calle mayor. Para el mes de mayo de 1597, la falta de dinero impide la continuación de las obras, que no dandose el dinero a de zesar (la obra) y la madera que está comprada para la cubierta della no se puede traer respecto de la falta de dinero. El uno de octubre de 1597, sabemos que las obras siguen su curso.

La villa pagaba, además de los impuestos tradicionales, más de 700000 maravedíes del nuevo servicio de millones a pagar en Alcaraz. El encabezamiento de tercias y alcabalas para ese año suponían 1.963.010 maravedíes (las alcabalas se pagarán en Villanueva de los infantes, donde reside una de las nuevas tesorerías de rentas reales establecida en 1580, a cargo de don Pedro de Balbas). De servicio ordinario y extraordinario pagará cada año 226318 mrs. anuales. a pagar en Alcaraz. Es cierto que a finales de febrero redimirá el censo de 2100 ducados tomados de Sebastián de Haro para pagar la escribanía del ayuntamiento comprada. La buena cosecha de 1596 hace soñar a Villarrobledo, olvidando desgracias pasadas, pero la villa tiene problemas para pagar los impuestos de alcabalas y servicios. Pero la villa todavía puede hacer frente a sus deudas: en julio de 1597 redimirán dos censos, uno de 4000 ducados tomados del padre Amaro Navarro y otro de 2100 ducados tomados de Sebastián de Haro para la compra de las escribanías. Pero en realidad es un proceso de consolidación de deuda, pues a continuación esos 6100 ducados se toman de Gonzalo de la Peña en una operación en la que el interés pasa del 14 al 16 al millar (del 7.15 al 6,25% de interés). Algo similar ocurrirá con los 4000 ducados tomados a censo para el pósito al conquense Luis de Molina, que ahora se mudan a la condesa de Cifuentes con intereses similares a los dos anteriores.

En cuanto a la actividad ganadera de Villarrobledo se reconocerá en ayuntamiento de 26 de enero de 1596, que los señores de ganados de esta villa no son hermanos del concejo de la mesta y esta villa tiene ganada carta y sobrecarta de su magestad para que no paguen el dicho derecho (del pechuelo) sino es los que trasterminaren en suelo estraño e porque los que están en esta villa no trasterminan sino que están en su suelo estantes. El carácter estante del ganado hay que matizarlo, pues no hemos de olvidar los viejos usos comunales a los que Villarrobledo tenía derecho en el suelo de la tierra de Alcaraz. Ese carácter estante es el que ponía en peligro a los ganados cuando caía grandes nevadas como la anunciada el seis de febrero de 1596, está el suelo cubierto con más de media vara de nieve, privando del pasto a los ganados. En estas ocasiones, la solución era resguardar el ganado en los pinares, permitiendo su acceso. En el pasado se había amojonado majadas para el ganado, pero ahora se reconocía que los mojones habían desaparecido y que estas majadas estaban labradas y cultivadas. La nueva realidad forzará a la redacción de unas nuevas ordenanzas el año 1597, por considerarse "obscuras" las antiguas.

Los conflictos con la justicia del corregidor y alcalde mayor de San Clemente, en abril se enviará a Sebastián Gorri Escorza, regidor, a pedir que se respete el privilegio de primera instancia de la villa y que pleitos y presos sean remitidos a San Clemente.

El año 1596 será un buen año y con buena cosecha. El pósito, a pesar de la cosecha del año anterior, tenía trigo disponible y suficiente para sus vecinos y en el verano de 1596 se esperaba una gran cosecha. Incluso se venderán quinientas fanegas de trigo excedentes a 10 reales para aumentar el caudal del pósito. Para el mes de septiembre, se dice que no hay demanda (compradores) y que el trigo ha bajado a siete reales y medio la fanega, mientras que la cebada se vende a cuatro y un cuartillo. Sin embargo, 1597 vio en el mes de mayo la presencia de la langosta.

El 15 de julio de 1596, por primera vez se plantea, diez años después de su creación, la salida de Villarrobledo del corregimiento de las diecisiete villas. Villarrobledo ha acudido a la corte para ser considerada villa de behetría, exenta del corregimiento y libre para elegir su dependencia o no jurisdiccional: luego los dichos oficiales dixeron que a noticia deste ayuntamiento es venido que en corte su magestad por algunos oficiales del dicho concejo e vecinos particulares se pide que esta villa se haga behetría e se quite debajo de la jurisdición del partido de las diez e siete villas del qual resulta mucho daño a esta villa y sus vecinos y no se podrá conservar y se harán grandes excesos por los que la gobernaren de que si no es acudiendo para cada cosa a su magestad no se podrán remediar. El conflicto con San Clemente iba de más en más, el 29 de noviembre esa rivalidad no se esconde y Villarrobledo acusa de trato de favor de la Corona a San Clemente. Villarrobledo llegará a decir: por quererse hazer cabeza y pedir las cosas que a la dicha villa de San Clemente da gusto so color de que es cabeza del partido. Se pedirá que San Clemente ni hable ni presente escritos en nombre de Villarrobledo en el Consejo Real.

A comienzos de agosto, desde San Clemente se decide nombrar un teniente de alcalde mayor, Cristóbal de Montoya, entre quejas del concejo villarrobletano, que acusan al susodicho de talar los montes de Villarrobledo. Para finales de ese mes, otra pendencia con un tal Diego de Cañadas por medio se salda con la prisión del mismo y del alcalde ordinario Alonso Morcillo en San Clemente y para final de año son encausados algunos oficiales del concejo sobre ciertas compras para el pósito. La importancia de Villarrobledo venía de su trigo, que le hacía una gran potencia económica y la villa más populosa del corregimiento. La actividad económica de Villarrobledo daba lugar a una numerosa población, parte de la cual, recién asentada no estaba registrada en los padrones municipales. Sabemos de esa población "forastera" porque no pagaba el llamado repartimiento de la jurisdicción, es decir, Villarrobledo había comprado y ampliado su término y jurisdicción cuatro leguas en 1557 y el coste era repartido entre sus vecinos: en esta villa ay de presente más de ciento e cinquenta vecinos forasteros que tienen casas y familias y se aprovechan de los términos como sy estuvieran avecindados sin pagar jurisdición ni los demás pechos y porque es justo que estos paguen jurisdición y den fianzas de hacer la vecindad que son obligados y de pagar los demás repartimientos. Debemos tener en cuenta también la población flotante, ya no solo por la siega, sino también por mercados irregulares, como ese que se hacía como mesta de ganado y donde se vendían todo tipo de mercadurías, aunque es cierto que el concejo intentaba monopolizar la venta de algunos productos como el aceite y el pescado con ocho tiendas municipales. El 27 de octubre de 1597 se vuelve a resaltar que hay naturales de las villas comarcanas (San Clemente, EL Provencio, Socuéllamos o Minaya) residiendo en Villarrobledo, aprovechándose de sus términos y sin tomar vecindad.

Junto a los vecinos sin avecindar está el problema de los pobres, en noviembre de 1597 se recibe cédula real para que se tomen medidas contra los pobres y forasteros, mediante su reclusión en casas de hospital, a entender de los concejos, una práctica ya habitual. A ello se unía el problema de los pobres vergonzantes, para lo que se pedirá la ayuda de la iglesia y del cura doctor Uceda, al no disponer el concejo de rentas. En el concepto de pobres vergonzantes se recogían aquellos que tiempo atrás tenían una posición social cómoda y ahora habían caído en la pobreza; una muestra de los estragos de las sucesivas crisis padecidas y las consecuencias de marginalidad.

EL 20 de julio llega la noticia de la toma de Cádiz por los ingleses en 1596, se pide se haga alarde de la gente de guerra para embarcarse. La movilización no se llevará a cabo, aunque se hace un nuevo alarde para el 18 de agosto. La medida ya anuncia la creación de la milicia del Reino de dos años después. En este caso, y apoyándose en la vieja tradición del Reino de Murcia y las veinte leguas, se trata de crear un ejército interno para defender el Reino, y concretamente en este caso las costas mediterráneas ante un posible ataque exterior, que, ahora, va más allá del problema berberisco. El 13 de octubre habrá una junta de corregimiento, donde cada una de las diecisiete villas mandará un procurador que llevará un listado de todos los hombres de 18 a 48 años listos para la guerra. Para noviembre lo que se exige es dinero para la compra de armas, 363400 mrs. (es la parte que se asignan a Villarrobledo de seis mil ducados asignados a las 17 villas del corregimiento). El cuatro de enero de 1597, Villarrobledo hace una valoración de la gente de armas que puede aportar para la defensa del Reino, con levas precedentes: en otras ocasiones esta villa a servido a su magestad con número de doze o catorze hombres ynfantes que según el número de vezindad hara suficiente y visto el estado presente desta dicha villa que el número de vezinos no a crecido, dixeron que esta villa acudiendo a la nezesidad que su magestad representa terna aprestados para el tiempo que por su real zédula se manda veynte ynfantes armados de espada y daga y arcabuz. Para febrero se pide sacar los 363400 mrs. de la venta del trigo del pósito para evitar un repartimiento, aunque Villarrobledo se negará a aceptar el repartimiento en dinero, siguiendo el camino de la Alberca, que ha ganado provisión para no pagar. El domingo día 16 de febrero de 1597 se celebrará una junta de corregimiento para decidir las aportaciones de soldados pedidas por la Corona. En la junta se ofrecerán a la Corona, doscientos soldados de los que treinta corresponderán a Villarrobledo. Como depositario del dinero de las armas se nombró al regidor sanclementino Llanos de Tébar. Para 25 de julio de 1597, los soldados solicitados suben cincuenta más hasta doscientos cincuenta, según se ha ordenado por la Corona con fecha 17 de julio; a Villarrobledo se le añadirán siete más. Los treinta y siete deben estar listos dos días después bajo la bandera de su capitán en San Clemente, Alonso Ramírez Caballón. Diecisiete de estos soldados desertarán y han de ser sustituidos. Las villas había de costear el vestido de los soldados: ropilla, valones, medias, zapatos, sombrero y plumas. Además las villas deben dar un real de salario al día, durante los dos meses de la expedición. Los soldados se embarcarán en el puerto de Cartagena: se an de embarcar en Cartagena y están las galeras aprestadas para la embarcación. El once de agosto los soldados ya están prestos. El ocho de septiembre llega la orden para que la compañía parta de San Clemente; el diez, el corregidor manda que los soldados estén en San Clemente antes de las ocho del día once, pero, caso de Villarrobledo, los 37 soldados se dice que se han ausentado. EL día 12 se comisiona a dos corregidores para la entrega de los 37 soldados y 1530 reales para su sustento. El día 15, se reconoce que, llegados a San Clemente, faltan tres soldados, dos son casados y no se han de enrolar y uno se ha fugado, contra el que se pide el máximo rigor y prisiones. Villarrobledo no solo aporta soldados, sino que ve pasar otras compañía. El uno de octubre pasa la compañía del capitán Valdivieso, a la que se le dan ocho carros, luego llega su alférez con otros ochenta soldados y se le provee de otros tres carros. El camino es en dirección a Munera para seguir hacia Cartagena. El 18 de octubre llegan dos compañías más a Villarrobledo. A comienzos de 1598, Villarrobledo debe disponer tres carros en El Pedernoso para transportar 54 arrobas de salitre cada uno a la ciudad de Málaga.

El 14 de octubre echa a andar el monasterio de clarisas con sus primeras ocho monjas: la mayoría de ellas con el apellido Moragón. Se pedirá a Toledo licencia para fundar monasterio de monjas de Nuestra Señora de la Concepción en la ermita existente en esa villa bajo esa advocación.



Noticia del levantamiento de cuatro capiteles en la iglesia de San Blas


Firma de Sebastián Gorri Escorza, regidor y carpintero, autor de diversas obras de carpintería para armazones de edificios de Villarrobledo, San Clemente y El Provencio.

***
SOBRE LA IGLESIA DE SAN BLAS

... como es notorio la yglesia del señor San Blas desta villa está derribada e incapaz para poder estar la gente que acuda a ella a los oficios divinos y conviene que se cubra e demás desto conviene que con toda presteza se hagan los pilares que están comenzados a hacer y los arcos para que se cubra la yglesia y que con tiempo se provea de madera para cubrir la dicha obra y para este efeto e por sy fuere necesario yr a Toledo sobre lo susodicho y sobre la cantería que se hace y lo que convenga a la obra nombraron por comisarios a Gabriel de León e Tomás Rodríguez, regidores (27 de mayo de 1596)
 

SOBRE EL ORIGEN DE CASAS DE LOS PINOS y EL MAESTRO DE CANTERÍA ANDRÉS LUIS
El nombre de Casas de los Pinos es tardío, de la segunda mitad del siglo XVII. Aún hoy, nos aparece como la integración de diversos núcleos tales los Estesos o los Luises. Es esta última mención la que nos aparece más temprano con motivo del viaje de Felipe II y su paso por San Clemente en marzo de 1586. El rey descansará en la llamada de la casa de Andrés Luis, camino de Minaya a San Clemente en unas tiendas que se levantarán para una comida de la comitiva. En la mismo año, nos aparece una viuda de Andrés Luis, como vecina de San Clemente, donde vive junto a sus dos hijos. Y por último, nos aparece un Andrés Luis, como maestro de cantería, en las obras que se realizan en la iglesia de San Blas en 1595 (¿Hijo del anterior ya fallecido?).
El núcleo de Casas de los Luises aparece consolidado hacia 1630 con doce vecinos, para acabar integrado en una nueva población en la segunda mitad del siglo XVII.
¿Hemos de considerar, pues, el nacimiento de Casas de los Luises y por ende Casas de los Pinos en una familia de canteros, apellidados Luis?

ACTAS MUNICPALES DE 1596-1597


HIDALGOS DE VILLARROBLEDO EL 10 DE FEBRERO DE 1597

Martín Alonso de Palacios
Pedro Alonso de Palacios
María Rosilla, viuda
Pedro de Montoya Jara
Beatriz Pérez de Vizcarra
Diego de Vizcarra
Hernando de Gabaldón
La de Francisco de Montoya
Isabel Montoya
Juan Pérez de Ávila
Pedro Villaseñor
La de Juan de Alarcón Rosillo
Alonso de la Torre
La de Diego Alonso de Palacios
Catalina Gómez, la de Fernando Alonso
Catalina Pérez, viuda de Martín Alonso
Juan Rosillo
Pablo de Buedo
Pedro de Montoya Vizcarra
María Pérez, viuda de Antón
Doña María, viuda de Cuéllar
Cristóbal de Montoya
Andrés de Peralta
Alonso Pérez de Ávila
Pedro de Montoya
Francisco Cano de Buedo
Don Jerónimo Pacheco y Avilés
La de Rodrigo de Angulo
Diego de Montoya Ortiz
María, hija de Martín Alonso
Antonio Moreno
Diego Muñoz de la Calera
Diego de Montoya, hijo de Martín de Montoya
Martín de Montoya
Diego de Montoya ...
María Sánchez, hermana de Diego Muñoz
Antonio Rosillo

(los Vargas son excluidos expresamente como hidalgos cuando lo piden y los Ortiz no son hidalgos)

El año siguiente se reconoce hidalguía a Llorente de Rueda y sus hermanos.

**********

EL NACIMIENTO DEL RECLUTAMIENTO MODERNO
No pretendemos dar una respuesta concluyente en esta pequeña presentación. Ya hemos hablado en otros lugares cómo partimos de la milicia general del Reino creada en 1598 y su movilización, fundamentalmente, en la guerra de 1640 para hablar de un ejercito permanente con base peninsular y sedente en territorio peninsular.
Pero el hecho desencadenante de estas formas modernas de "servicio militar obligatorio" es un acontecimiento que no tuvo grandes repercusiones a largo plazo. Hablamos de la toma inglesa de Cádiz del 30 de junio al 15 de julio de 1596. La Corona intentó una leva en los pueblos de Castilla con la aportación voluntaria de hombres. Cuando la orden llegó a los pueblos, los ingleses ya se habían ido de Cádiz, pero los esfuerzos de la monarquía continuaron y, esta vez, se pasó a la obligatoriedad. Las diecisiete villas del corregimiento de San Clemente fueron llamadas a una Junta en esta villa el domingo 16 de febrero de 1597 para aportar soldados y a un repartimiento de seis mil ducados para la compra de armas. Se repartieron doscientos soldados para una población que estimamos en unos quince mil vecinos (entre cincuenta y sesenta mil habitantes), que si tenemos en cuenta la población no registrada (los concejos reconocían entre un cinco y un diez por ciento de vecinos no empadronados), nos dan cifra superiores a veinte mil vecinos... amen de la población flotante por ocupaciones estacionales.

*************
El Rey

concejos, justicias y regidores, caballeros, escuderos, oficiales y hombres buenos de las villas y lugares que se comprehenden en el corregimiento de las diez y siete villas y cada uno y qualquiera de vos. Don Hernando de Prado mi corregidor de esas dichas villas os dirá el servicio que conviene me hagáis en esta ocasión y os encargo y mando que no solo deis entero crédito a lo que de mi parte os dixere, quiero que acudáis a la execución y cumplimiento de él como lo confío del amor y celo que tenéis a mi servicio que en ello lo reciviré de vosotros muy particular; de San Lorenzo a diez y siete de julio de mill y quinientos y noventa y siete años. Yo el rey, por mandado del rey nuestro señor, Andrés de Prada.

Tuesday, March 18, 2025

La peste

 Ante mis ojos y en los papeles antiguos han pasado varios acontecimientos pestíferos, que son pequeña muestra de otros que se quedan ocultos. La peste de 1467-1468 quizás fue una de las peores pestes de la historia de España, vivida con resignación y sin cronista que contarla, forjó hombres que aprendieron a despreciar la vida o, al menos, a ser conscientes de la transitoriedad de la existencia. No es que los hombres devinieran mejores, simplemente quisieron ser libres en el sueño de despojarse de ataduras de un trayecto vital tan corto como azaroso, y lo hicieron en una guerra, mal llamada de Sucesión castellana; pues no fue sino contienda fratricida de unos hombres despojados de todo, que confiaban su destino a su valor personal y el ser o no ser a la fortuna cambiante de cada día. Pensamos en La Alberca esquilmada y empobrecida por la peste, tal como la encontró diez años después Jorge Manrique a finales de enero de 1479, y en aquellos alberqueños que desafiaron a don Diego López Pacheco y su capitán Pedro Baeza, levantando la horca, símbolo de su libertad, pagando su osadía con la humillación de ser llevados, encadenados y descalzos, con los pies ensangrentados, hasta Castillo de Garcimuñoz, donde el odio se transformó en compasión de unos frailes agustinos. 

Aquellos hombres salieron de una guerra para entrar en otra, la conquista de Granada, y de allí trajeron otra peste, quizás por esa funesta manía de arrojarse apestados los unos a los otros. El mal y el contagio fue llevado a los pueblos de Cuenca: Castillo de Garcimuñoz decía haber perdido población y Motilla se quejaba de no poder pagar sus deudas. Era 1492, mientras España se reunificaba, los soldados llegaban a unos pueblos míseros, apestados y rotos. Los hombres enfermos eran brazos inútiles para el campo, en unas villas dominadas por viudas, menores y viejos. Ligas y monipodios al servicio de cuatro afortunados actuaban como refugio de los miserables que vagaban por los pueblos; los pórticos de las iglesias eran escenarios improvisados de peleas y cuchilladas.

Y de nuevo, unos hombres harapientos, huyendo de la miseria, forjan el milagro de levantar sus casas de morada y roturar sus campos de labranza. La frontera ya no es el moro, sino la naturaleza inculta ante los ojos de estos guerreros condenados en ser campesinos. No pudo ser, la naturaleza podía más que los hombres: los años 1504 y 1505 establecieron la locura como gobernanza. Los inviernos alternaban los rosales en flor con los hielos permanentes de los arroyuelos, las lluvias torrenciales anegaban los campos, los granos de las cosechas eran raquíticos. Cuando los cuerpos de los hombres estaban más debilitados, el año 1507 ya anunció la llegada de un nuevo mal pestífero, que arribará en la primavera de 1508. Se culpará del mal a los moros granadinos, renegados, y ese recuerdo pervivirá cien años después, junto al de unos pueblos abandonados. El mal, sin embargo, llegará por los puertos, bien por Cádiz bien por Barcelona, que las opiniones son varias. La crueldad del mal es incontestable: la pequeña aldea de Torrubia pierde sus cuarenta familias para quedar únicamente tres. 

No sabemos nada de esta peste, más allá de intentar imaginar su recorrido, de Belmonte y por su camino llegaría a San Clemente; pero su narración es algo que se repite. Pueblos que se amurallan con improvisadas tapias y puertas cerradas, donde cuelgan bandos en papel, estigmatizando en relación acusatoria a aquellas otras villas apestadas; caballeros de sierra que expulsaban a los forasteros de los términos municipales; profanación de ermitas para expulsar a los refugiados, tal como hicieron los belmonteños con los pedroñeros acogidos en la ermita de Robledillo de Záncara; abandono masivo de los pueblos para instalarse en improvisadas tiendas al raso, mientras las lámparas de aceite seguían iluminando el Santísimo Sacramento en la Iglesia, que era este símbolo la única esperanza de los pueblos y sus vecinos y permanencia de las comunidades; si alguno quedaba en el interior de las poblaciones contagiadas asumía voluntariamente el papel de enterrador para cavar las tumbas de unos muertos que eran arrastrados a sus fosas con sogas atadas a sus cuellos o pies.

Aquellos hombres y mujeres se despojaban de sus vestidos para evitar el contagio y de sus pertenencias para comprar el grano que les faltaba. No pisaban sus pueblos pero sí acudían cada día a sus tierras con sus bueyes o mulas para cuidar de sus campos en la seguridad que era el mejor modo de cuidar de sus personas. Fue ese cuidado de los campos lo que procuró una excelente cosecha como nunca antes se había visto, casi una veintena de granos en cada espiga. Los hombres lo habían fiado todo a su esfuerzo y a la volubilidad de la naturaleza. Y ganaron; fue el origen de una de las mayores y más silenciosas revoluciones que ha vivido la Historia de España. Aquellos hombres no tenían casas para salir a ventanas donde aplaudir ni sanitarios que cuidaran de ellos, tampoco de imágenes para saciar su vanidad en las desgracias ajenas. Aquellos hombres luchaban por vivir a sabiendas que la muerte era un hecho rutinario.


Escrito el 27 de marzo de 2020


Ignacio de la Rosa Ferrer 

VILLARROBLEDO (1595)

 Los primeros ayuntamientos del año 1595 contaron con la presencia del corregidor Fernando del Prado o del alcalde mayor Francisco Pimentel de Prado. El primero de ellos pidió su salario anual: 7890 maravedíes correspondientes a la parte de Villarrobledo. La intervención de los corregidores en los ayuntamientos de estos primeros años del corregimiento es constante. Melchor Pérez de Torres, que había sido corregidor  en los últimos años de la década de 1580 había ordenado la celebración de ayuntamientos ordinarios todos los lunes. La presencia del corregidor, que vemos alargada en el mes de marzo, era especialmente odiada, por su intromisión en asuntos de granos. Este mes de marzo se inician acciones contra Andrés de Losa que adeuda 1500 fanegas de trigo al pósito, que ha adelantado a los panaderos anteriormente y ahora no ha devuelto.

Ser corregidor, a veces no era un premio. Fernando de Tuéjar tenía su hacienda y casas en tierras leonesas; más allá del carácter temporal de su oficio, decidió poner orden a su hacienda y traer y mudar su casa a estas tierras, el traslado de cien leguas acá en medio de lluvias y enfermedades supuso un coste adicional que tuvieron que soportar las villa en medio de protestas. El coste para las 17 villas del corregimiento fue de 200000 maravedíes adicionales a los 198000 mrs. anuales del salario del corregidor. Los roces con el corregidor llegaron a su paroxismo la noche del uno de mayo, cuando el alguacil del partido Tomás de Córdoba fue herido por el villarrobletano Diego Lozano Millan. Dos alguaciles del partido y un escribano se personaron en Villarrobledo para apresar al agresor entre protestas de la justicia de Villarrobledo y la defensa de su primera instancia. Para finales del mayo el que se llevan preso a la cárcel de San Clemente es al alcalde Juan Rosillo, para tiempo se dirá, por lo que se nombra nuevo alcalde.

Gastos y más gastos. Los pleitos que ahora comenzaban a ser numerosos, por el uso de las dehesas (a falta de los que estaban por venir relacionados con los préstamos que tomará la villa) supondrán nuevos gastos de solicitadores y procuradores. Así, el solicitador Blas Ortiz de Vargas tendrá un salario asignado de cien ducados.

Los deseos de embellecer las villas llegaban a Villarrobledo, acometiéndose el derribo del mesón de Andrés Mexía para facilitar el ensanchamiento de la plaza. En total, el mesón se tasó en nueve mil reales. Junto al ensanche de la plaza, estaban en obras las casas del cabildo, pósito y carnicerías (y la iglesia de San Blas).Es de destacar, que en el mandato del corregidor Fernando del Prado se iniciaron diversas obras públicas para embellecer los espacios públicos. A él se le debe también la cárcel de San Clemente y la actual torre del edificio del ayuntamiento sanclementino.

El 24 de abril se informa de la presencia de dos compañías de infantería en el pueblo y en días anteriores a cargo de los capitanes Juan de Vargas y Alcebo. La villa proveerá de algunos carros para los bagajes camino de Minaya. Aunque el principal problema con los soldados venía del alojamiento, que se dirá que ahora a diferencia de antaño es injusto: pasan y se alojan en esta villa muchos soldados y para hazer el alojamiento se gasta mucho tiempo respecto de no estar hecho como se solía antes de agora, de que se a seguido y siguen muchos daños. Se mandará confeccionar una lista y memorial de vecinos para alojamientos de soldados, incluidos los que pueden alojar capitanes, alféreces y sargentos, para evitar que los vecinos tengan que alojar soldados dos veces seguidas.

Ese año de 1595 es año de abundancia. De hecho, el pósito tiene 7000 fanegas de trigo que no se gastan. Pero también se denuncia por el regidor Diego de Vargas la intromisión del corregidor y sus alguaciles para ejecutar las deudas al pósito. Según el regidor Diego de Vargas, en declaración de 8 de mayo, los paganos eran los labradores pobres, incapaces de devolver el trigo prestado para sembrar y por el que debían pagar además una multa de un real por fanega. Si el año es bueno para la agricultura, no ocurre tanto para los ganados, al menos de carácter local, pues se informa el 30 de mayo del agotamiento del agua de los cuatro o cinco lavajos. Para finales de septiembre, próxima la siembra, se nos dice que la cosecha del año ha sido poca o flaca, por lo que los labradores no tienen grano para sembrar, se pide se saque del pósito que tiene catorce mil fanegas. No obstante, en la villa, no se espera necesidad. El pósito ha arreglado sus cuentas con el censo anterior tomado a un vecino de Cuenca, Luis de Molina.

A pesar de la crisis grave de 1584 y malas cosechas alternas de algunos años. Villarrobledo era un lugar agradable para vivir y en el pueblo se asentaban personas sin avecindarse: que a esta villa se a venido y viven en ella muchos vecinos de los pueblos comarcanos los quales gozan como los demás vecinos sin averse avezindado y averseles repartido cosa alguna para la jurisdición como a los demás vecinos.

EL 4 de diciembre de 1595 se comunica al ayuntamiento de que Diego Muñoz de la Calera ha sido nombrado escribano de comisiones del partido



                                        Firma de Fernando de Prado, corregidor de San Clemente

ACTAS DE VILLARROBLEDO (1595)


Sunday, March 16, 2025

VILLARROBLEDO (1594)

 A comienzos de 1594, el pan había alcanzado los 10 maravedíes la libra. Las últimas fanegas de trigo compradas para el pósito se habían hecho a precios excesivos de 30 y 33 reales. Todo ello, en un clima de necesidad, que había obligado al concejo a panadear 300 fanegas del pósito en pan cocido, bajando el precio a ocho maravedíes la libra (a razón de 110 libras la fanega) para satisfacer la necesidad de los pobres y con pérdidas para el pósito. EL clima de corrupción era generalizado, en el ayuntamiento del once de julio se habla de "pesos faltos", es decir, las ventas son fraudulentas por engaño en los pesos, tanto de pan como de carne y otros mantenimientos. A finales de julio, el alcalde mayor del partido Juan de la Fuente Hurtado está tomando las cuentas de los pósitos, mientras Villarrobledo busca trigo para sus pósitos en Jaén. Las intromisiones del corregidor se veían mal y se aprovechará la residencia hecha al corregidor Juan de Benavides para querellarse por no respetar la primera instancia. La intervención del corregidor era muy frecuente en diversos pleitos: contra un morisco por un cuero, sobre unos cordellates, sobre la muerte de Francisco Martínez y otros. La residencia del corregidor se alargará para concluir en noviembre con la exigencia al concejo villarrobletano que dé cuenta de los propios y pósito de los últimos diez años.

El 21 de febrero el concejo villarrobletano se queja de manera formal contra las intromisiones del corregidor de San Clemente por no respetar la primer instancia y llevarse los presos a la cárcel de San Clemente.

En abril, se pide a la iglesia de Toledo que repare la iglesia de San Nicolás de Villarejos, ya que es ella quien recibe las rentas decimales de este distrito decimal y diferenciado. El Villarejo de San Nicolás va ligado a la historia de Villarrobledo desde su misma fundación como núcleo originario y así se nos dirá: por ser como es voto antiguo fecho desde que se fundó en esta villa.(18 abril 1594).

Para noviembre se pide la revocación de las ordenanzas de las olivas,  aprobadas veinte años antes tanto para viñas como olivas (la razón es que los olivos se plantaban en medio de las viñas). Se reconoce  que, aunque se plantaron muchos olivos, según se mandaba bajo graves penas, no es tierra para el cultivo de olivos, porque se yelan los más años y no dan fruto ninguno. A pesar de ello, varios vecinos serán condenados por no plantar olivas en sus viñas el año 1595, como sabemos de condenas en tiempo del corregidor Benavides.

Ese año se estaba construyendo el convento de monjas en la ermita de la Concepción y las nuevas casas del ayuntamiento


ACTAS VILLARROBLEDO 1594

Friday, March 14, 2025

El vínculo de las Escobosas

 En 1644, las Escobosas aún eran término y jurisdicción de Alarcón, aunque la propiedad de las tierras era motivo de conflictos entre los Tendero de Tarazona y los López de Tébar de Villanueva de la Jara. Las partes en conflicto eran Fernando Tendero, en nombre de su mujer Francisca de Blesa, por una parte, y doña Ana López de Tébar, viuda de Ginés González, y madre del regidor Pedro González, que a su vez estaba casado con la hermana del alcalde Pedro de Monteagudo. 

Ya Ginés González había sido regidor perpetuo de la villa de Villanueva de la Jara. Las alianzas familiares en este momento eran tendentes al mantenimiento de la riqueza familiar y su transmisión. Tales eran los matrimonios entre los Tébar y los González y, ahora, en una segunda generación, entre los Monteagudo y los González (matrimonios de Pedro Monteagudo y Pedro González con sus respectivas hermanas). Entre las personas vinculadas que dominaban, por riqueza e influencia, la vida en Villanueva de la Jara ese año de 1644, además de los susodichos: Juan Ferrer, Juan de la Osa y Llorente López de Tébar.

El contencioso venía por la heredad de las Escobosas, En 1605, antes de morir, María Granero había fundado vínculo y mayorazgo en dicha heredad a favor de su marido Ginés González, usufructuario y primer patrono de las Escobosas, si bien esto quedaba supeditado a un arreglo familiar. Se esperaba casar a una prima hermana de María Granero de Córdoba, llamada Juliana Blesa, con Alonso González, hermano de Ginés, y los hijos del matrimonio habían de heredar el mayorazgo a la muerte de Ginés González ( o a falta de estos, los hijos de Antonio de Córdoba. Ese compromiso sería roto por Ginés González, que había casado en segundas nupcias con Ana López de Tébar y que en su testamento había dejado a esta como patrona del vínculo fundado por su primera mujer.

Fernando Tendero, en el pleito que nos aparece inconcluso, demandará al hijo de Ana López de Tébar, Pedro López de Tébar, por estar administrando y beneficiándose el vinculo. 


ACHGR, C 2791-3

Creemos que el principal propietario de las Escobosas era, a finales del siglo XVI, Agustín Valera, alférez mayor de la villa y casado con Catalina Pardo. Por un censo de 1595, sabemos las propiedades de Agustín Valera, además de las casas de Villanueva de la Jara, valoradas en 1000 ducados. Estas propiedades se concentraban en las Escobosas y por las lindes sabemos de otros propietarios que allí también tenían propiedades:

  • Mil almudes de tierras trigales y cebadales, incluidos pozo, era y casa, lindantes con heredad de Ginés González, alcalde ordinario de la Jara ese año, y con tierras de Antón Martínez, vecino de Quintanar del Rey y de Garci Donate, vecino de la Jara, y de Antón Granero, vecino de Iniesta. Su valor 2500 ducados. La casa de las Escobosas era de entidad, con jaraíz, bodega, cabellerizas y aposentos.
  • Viñas, alrededor de diez mil vides, lindantes con viñas y olivar de Ginés González. Su valor 200000 mrs. (alrededor de 533 ducados). Los testigos valoran cada vil a tres cuartillos de plata.
El censo se tomará por 300 ducados al final con el bachiller Miota, un clérigo y vecino de Cuenca.
Las lindes muestran otros propietarios, los Granero y los González, que luego vemos implicados en el pleito supra. Los testigos le asignaban a Agustín Valera otros bienes por valor de dos mil ducados.

(esta última información me ha sido facilitada por Julia Toledo, de la información de testigos llevada a cabo por el alcalde ordinario Ginés González para tomar a censo de 400 ducados por Agustín Valera en 1595, del AHPCu)

Agustín Valera tuvo varios hijos: el licenciado Alonso Valera, Martín López de Valera, alférez mayor de la villa, Agustín de Valera el mozo, Juana de Tébar y Ana de Valera. Todos ellos tomarán un nuevo censo del bachiller Miota por valor de cien ducados en 26 de mayo de 1599.

¿CÓMO SE LE NEGÓ EL EJERCICIO DE LA JUSTICIA A ALARCÓN EN SU TÉRMINO?

Sobre el tema ya hemos hablado. A pesar de lo que se pueda pensar, tras el fin de la guerra del Marquesado en 1480, Alarcón mantuvo un amplio territorio al sur de Villanueva de la Jara y hasta la ribera del Júcar. El territorio jurisdiccional de Villanueva de la Jara no iba más allá del alfoz limitado de la propia villa y del territorio de las casas ocupadas por sus aldeas como Tarazona o Quintanar. El término de estas aldeas se amplió algo con las exenciones y villazgos de la década de 1560, pero Alarcón siguió conservando un amplio territorio (y no renunció al amputado).
No obstante, la intromisión de la justicia jareña en lo que consideraba "hinterland" propio fue en aumento, en la medida de que los implicados eran sus vecinos. No hemos de olvidar que, una vez que Alarcón fue perdiendo el monopolio ganadero de sus dehesas sureñas, los colonos jareños y de sus aldeas ocuparon su espacio y labraron los campos. Los conflictos, esta vez, entre los propios jareños se sucedieron por el control de la tierra o disputas de ámbito civil y penal y la justicia ordinaria comenzó a intervenir de forma regular sin esperar a los jueces de Alarcón. En los pleitos, nos aparece una nueva fórmula: "en término y jurisdicción de la villa de Alarcón, (y la justicia de Villanueva de la Jara) a prevención". Esta fórmula jurídica, usada en el antiguo derecho, venía a significar que la justicia de los alcaldes ordinarias de la Jara (o de sus aldeas) tomaban para sí un asunto competencia de otros órganos judiciales (los alcaldes de Alarcón), que a partir de ese momento dejaba de ser competentes. La motivación: los interesados o encausados eran vecinos de la Jara. Así, Villanueva de la Jara fueron, primero, extendiendo sus propiedades en tierras de Alarcón y, luego, arrogándose la privacidad de la competencia de los pleitos en ese territorio.



Thursday, March 13, 2025

LA CASA DE HERNÁN VÁZQUEZ DE HARO, comienzos del siglo XVI

 LA CASA DE HERNÁN VÁZQUEZ DE HARO (comienzos del siglo XVI)


"Primeramente el direto codominio de unas casas de morada que yo he e tengo e poseo en la dicha villa de San Clemente en la calle que van los del mercardo a la plaça que ha por alepdanos a la una parte casa de Alonso del Castillo e a la otra parte casas de Bernaldino de los Herreros y en las espaldas de dicha casa e su corral e un huerto e la calle pública que se dice la Calcerrada e por delante de las puertas prinçipales la calle susodicha que van los que vienen del mercado a la plaça"


(Información proporcionada por Julia Toledo, s/f ni referencia, extraída del AHPCu)

EL CONVENTO DE MONJAS DE LA ASUNCIÓN DE SAN CLEMENTE CONTRA EL CURA DE HONRUBIA

 Las disputas entre el convento de monjas de la Asunción de San Clemente y el cura de Honrubia vinieron por un haza que el segundo consideraba del beneficio curado que poseía en la parroquia. EL 16 de julio de 1612 el convento se querella ante la justicia de Alarcón de los que han labrado y sembrado el haza del Prado, pidiendo el embargo del pan de la cosecha. Poco después, el 15 de septiembre de 1612, se persona en la causa el cura de Honrubia, el licenciado Muñoz, alegando que el haza es propiedad del beneficio curado de la iglesia y que  la causa debe ser entendida por el provisor de Cuenca. La justicia de Alarcón desestimará la alegación diciendo que la causa es contra los labradores y no contra el cura.

Las presiones sobre la justicia de Alarcón le llevarán a inhibirse en el caso, y esas denuncias de "violencias" por las monjas, el despojo de lo que consideran sus tierras, a buscar la intercesión de un juez conservador para entender su causa y que hallarán en el prior de los carmelitas de la Alberca, fray Alonso Peláez. Las monjas obtendrán el derecho sobre estos ocho almudes de tierra del mencionado juez conservador. Es entonces, cuando el cura de Honrubia, licenciado Muñoz, decide llevar su causa a la Chancillería de Granada. La connivencia del prior de las carmelitas con las monjas era clara, residía en casa de un clérigo, Cristóbal Ángel, bien relacionado con las franciscanas. Ahora el encargado de intentar solucionar el problema entre religiosos era el notario apostólico Cosme Cribelo Salas, que se personará en el convento de franciscanas, abadesa y monjas discretas, para conminarlas a que se personen ante la Chancillería de Granada. EL tribunal granadino determinará en junio de 1613 la inhibición del juez conservador y la anulación de sus sentencias por considerarlo parcial y favorable a las monjas y solicitará le sean remitidos los procesos para entender directamente desde la Chancillería.


ACHGR, C-1390-8




Saturday, March 8, 2025

VILLARROBLEDO (1593)

 Durante el año 1593, Villarrobledo seguía proveyendo de trigo a la corte con 7500 fanegas, cantidad que se elevará hasta diez mil quinientas fanegas en el mes de junio, cuando ya se sabe de la poca cosecha de ese verano. El pósito debe comprar trigo para proveimiento de sus vecinos, aunque las quejas vienen por la desigual vara de medir para los embargos de trigo para la corte, pues mientras unos vecinos no tienen trigo otros lo tienen en demasía. La mala cosecha del año 1593 se reconocerá el 29 de septiembre, cuando se reconoce que: el tiempo de la simentera se llega y por aver otoñado temprano en esta villa y su término se puede sembrar y muchos de los vecinos labradores no tienen con qué sembrar sus barbechos ansí de trigo como de cebada y centeno por la grande esterilidad que obo de cosecha este presente año. Se decide echar mano del grano de las rentas decimales de la iglesia de Toledo. Para noviembre se reconoce que los pobres de la villa corren riesgo de hambre y las dificultades para hacer llegar las 3500 fanegas que faltan de las 10500 pedidas por la corte. El 28 de noviembre Villarrobledo ha incumplido con sus obligaciones y el alguacil mandado por el licenciado Lobo, juez encargado de la provisión de trigo a la corte, tendrá encarcelados a los regidores villarrobletanos en las salas de su ayuntamiento. Para mediados de enero de 1594, Villarrobledo no había conseguido reunir todo el trigo y siete de sus oficiales estaban presos por orden del licenciado Lobo. Se echará mano de los dos novenos reales para pagar las 260 fanegas de trigo aún pendientes de entregar. Había una parte de especulación, de vecinos que se negaban a aportar el dinero repartido, junto a la necesidad. El problema del trigo de Villarrobledo es que desaparecía en las mismas eras, pues los pueblos comarcanos iban hasta allí a comprarlo, además pagaban con buena moneda, es decir de plata, frente al concejo villarrobletano que pagaba con monedas de vellón.

En el proceso de rompimientos de tierras llevadas a cabo en los pinares y tierras baldías desde el año 1552, el concejo deberá pagar a la Corona 18000 ducados? (creemos que son reales, que es lo que se dice en sesiones posteriores), según se reconoce el 13 de septiembre. Llega un mandamiento de Juan de Acuña, capitán general de artillería, para que para el día 18 de octubre se tengan prevenidos cinco carros con sus tiendas y mulas para trasladar salitre desde El Pedernoso hasta Málaga, junto a los carros que se han pedido a otros pueblos comarcanos. Para le 24 de octubre, el corregidor de San Clemente Juan Benavides y Mendoza exige la presencia de un procurador de Villarrobledo a la junta del corregimiento de las 17 villas para tratar cosas tocantes al servicio de su Majestad y buen gobierno de las dichas villas. El tema a tratar tenía que ver con la trasterminancia de los ganados, en especial, por los puertos de Alcaraz.

En noviembre de 1593 se tomarán dos mil ducados a censo para comprar como un bien propio más una escribanía acrecentada del concejo y para lo que entendía su procurador en la corte Blas Ortiz Vargas. Es una decisión similar a otros pueblos y que viene determinada por las necesidades financieras de la corona. La toma del censo a don Pablo de la Peña, hijo de Gonzalo de la Peña, nos da una relación de los bienes propios del concejo en ese momento, que le rentaban 800000 maravedíes:

  • Edificio del ayuntamiento nuevamente acrecentado
  • Escribanía pública y del ayuntamiento, que tiene por título oneroso de su majestad por cuatro mil ducados
  • Renta de la correduría
  • Almotacenía
  • Casas de ayuntamiento donde se hace cabildo y casas del pósito y carnicerías y un mesón, todo ello está en la plaza pública alinde de un mesón de Sebastián Gorri y un mesón de don Alonso.
  • Sobre siete hornos de cocer pan y sobre la venta de ellos.
ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO, 1593

Monday, March 3, 2025

VILLARROBLEDO (1586-1587)

 A inicios de 1586, Villarrobledo tenía dificultades para pagar sus rentas de alcabalas. Debía a la Corona once mil reales del año anterior que pretendía sacar  de 558 fanegas de trigo y 853 fanegas de las tercias reales. vendiéndolas a precio de la tasa: once reales la fanega de trigo y cuatro y un cuarto la de cebada. El precio del trigo alcanzará para marzo los trece reales y medio. En mayo sigue erradicando de su término la langosta aovada ya el año anterior.

A comienzos de febrero ya se anuncia la llegada del rey Felipe II desde Valencia, para cuyo cortejo se piden veinte carros con sus mulas. Entre protestas del concejo, cuarenta villarrobletanos emprenderán el camino hacia Valencia con sus veinte carros. La organización del viaje de Felipe II recayó en el alcalde de corte licenciado Villadares Sarmiento, que ordenará el ocho de febrero la presencia en Minaya de un alcalde y dos regidores de cada uno de los pueblos comarcanos que han de abastecer al rey y su comitiva. El dos de marzo, Villarrobledo debe disponer en Minaya de una relación de víveres en lo que parece comida pantagruélica: 

cinquenta arrobas de pescado cicial y otras cinquenta de abadejo y dos cargas de sardinas frescas y ocho barriles de escabeche grande de pescado del auiar y ocho mill huevos, dos cargas de fruta, pera y mançana, una carga de naranja y limones, una carga de miel, dos cargas de uvas, veynte carretadas de leña de carrasca arrajeada, tres dozenas de capones zebados de leche, cinquenta gallinas, dos dozenas de carneros merinos, cinquenta perdices, dos dozenas de conejos, y otras dos de gazapillos, algunas liebres, diez arrobas de velas de sebo, dos dozenas de hachas de zera, cien velas de zera, veynte fanegas de pan cozido de media libra y librado, cien fanegas de cebada, diez arrobas de manteca de vacas

Velas de cera no se hallarán ni en Villarrobledo ni en toda la comarca, siendo necesarias buscarlas en Torrejón de Velasco, Ocaña o Toledo. El paso de Felipe II por Minaya se debió ver con cierta desilusión, "y por aver pasado su magestad con su gente tan de paso por la dicha villa de Minaya se vendió y se gastó muy poco de las dichas mercadurías y bastimentos y se volvió a traer a esta villa todos los dichos pescados y mercadurías". La comida de Felipe II se haría en el camino de Minaya a San Clemente, en tiendas montadas en la casa de Andrés Luis (futuras casas de los Luises) y luego se alojaría en la villa de San Clemente, donde estaría dos días, creemos que alojado en el convento de clarisas. Felipe II había dejado voluntariamente el camino real para desviarse a San Clemente, donde se le esperaba y se hicieron preparativos y procuraron bastimentos desde un mes antes. Esos días se debió decidir el futuro de la gobernación del marquesado de Villena y su división en dos corregimientos.

Por las actas del diez de mayo tenemos noticia de las primeras desavenencias en la gobernación del marquesado de Villena; la discordia vendrá de Albacete, pero Villarrobledo se opondrá a esta villa

dixeron que a esta villa se le a dado noticia que la villa de Albacete pretende sacar provisión para que de aquí adelante los gobernadores que vinieren tomen las varas y residencia en la dicha villa

Villarrobledo alegará que la toma de posesión se haga según costumbre, es decir, en San Clemente. Albacete aprovechaba la presencia del gobernador mosén Rubi de Bracamonte que había establecido su asiento en Albacete desde donde coordinaba la matanza de la langosta que asolaba los campos de los pueblos del marquesado de Villena.

La cosecha del verano de 1586 se esperaba buena al igual que la del año precedente; el pósito tenía un remanente de siete mil fanegas de trigo, que ahora sobraban:

el año va enderezado a ser bueno y se espera que el trigo hecha la cosecha a de valer mucho menos de la tasa 

Recogida la cosecha el trigo baja a diez reales la fanega en las compras de las eras; ya antes de recogida se había impuesto un precio artificial de catorce reales para sanear las cuentas del pósito, que se quedará en trece para después de la cosecha.  El pósito para el mes de septiembre dispondrá de 8500 fanegas de trigo y 500 de cebada. A pesar de la buena cosecha se reconoce que la langosta sigue aovada y ha arruinado a algunos labradores.

El uno de noviembre ya se sabe la división de la gobernación del marquesado de Villena en dos corregimientos, pero el concejo de Villarrobledo en los ayuntamientos de mediados de mes anda preocupado por la langosta y el juez enviado para tal fin, ahora eso sí, en la villa de San Clemente. Es de señalar la correspondencia que se mantiene con la villa de La Roda sobre la langosta en un momento que ambas villas se han de integrar en uno de los dos corregimientos que se han creado. El 23 de octubre llega noticia que se está tomando en San Clemente residencia al gobernador saliente mosén Rubí de Bracamonte, pidiendo la villa que sean devueltos los maravedíes por condenaciones de talas y cortas. Pero Villarrobledo parece ajeno a la nueva organización del corregimiento. Tan solo el día 20 de diciembre se habla de una junta en San Clemente, a celebrar el día de año nuevo, donde se han de enviar dos regidores de la villa para cosas tocantes a su majestad. La villa, que anda con sus temas de talas y cortas y su derecho a la primera instancia, vuelve a recibir mandamiento, según el concejo del gobernador, para asistir a la villa de San Clemente. Mandará a los regidores García Ortiz de Bargas y Pedro Montoya, pero en la carta de poder que se les confiere el tema a tratar es el disgusto de las villas del Marquesado por soportar el paso de compañías de soldados de infantería. Mientras la villa seguirá su malestar por la intromisión de la justicia del alcalde mayor de San Clemente, licienciado Escalona Agüero, en asuntos de talas en el monte del Calaverón, malestar que aumentará cuando el alcalde mayor pide se retrase la elección de oficios del año nuevo hasta que él no esté presente. La elección de oficios se hará el día 11 de enero de 1587 sin la presencia del alcalde mayor. Será necesario que se llegue al uno de febrero para que aparezca la palabra corregidor, acompañando a la del alcalde mayor Escalona en un contexto de defensa de la primera instancia y protesta por la intromisión en la justicia de la villa y la prisión de villarrobletanos en las cárceles de San Clemente.

La significación de Villarrobledo se desprende del deseo de ser vecino del pueblo. El doce de enero se recordará qua hay ciertos vecinos de Las Pedroñeras, El Provencio, Socuéllamos y La Roda, que habiéndose avecindado en Villarrobledo no tienen casa poblada en el pueblo y es preciso tal condición para ser considerado vecino.

El desarrollo agrario de Villarrobledo debió ser explosivo. Sabemos que desde 1552 la villa compra a la corona el derecho a perpetuar su propiedad sobre las tierras baldías, "arrompidas" para extender sus cultivos de pan y vino. El impulso venía de la Villarrobledo, pero en las dehesas chocaba con San Clemente, tal es el caso del monte de Calaverón, donde los sanclementinos talaban leña y árboles en conflictos continuos con los villarrobletanos. Esto provocará numerosos conflictos que serán aprovechado por el alcalde mayor Escalona para entender en contenciosos en los que Villarrobledo dice tener la privacidad jurisdiccional. El 10 de marzo de 1587, y por primera vez, nos aparece el corregidor Pedro de Castilla, entendiendo en un pleito, entendido por los alcaldes de Villarrobledo, entre un vecino de La Roda y otro de Vara de Rey. Las intromisiones de la justicia de San Clemente afectará al pósito. Un pósito, que por otra parte se ha quedado viejo y ahora se pide construya un nuevo edificio donde albergar las nueve mil fanegas de trigo y las nuevas carnicerías. El solar destinado estaría en la plaza y era propiedad de un vecino de Alcaraz. También se plantea ayudar a la edificación del convento franciscano, que en ese momento se está alzando.


El nueve de abril de 1587 se interrumpen las actas


ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO