El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

Saturday, May 31, 2025

Los antecedentes de la milicia general del Reino

 Nos debemos remontar a 25 de marzo de 1590 para encontrar una primera comunicación del Consejo de Guerra sobre el establecimiento de una milicia general del Reino. La misiva real no encontró respuesta de las diecisiete villas del corregimiento, por lo que se vuelve a repetir el 27 de enero de 1591, con nulo éxito.

Se venía de un modelo de reclutamiento en los años ochenta que seguía la vieja tradición de capitanes colocando bandera para formar compañías, pero que, en un contexto de crisis y de necesidades de la Corona, había derivado en reclutamientos compulsivos, presentados como vejaciones, excesos y desórdenes que llevaron a la Corona a castigos ejemplarizantes con algunos capitanes. Sin embargo, el fracaso de la jornada de Inglaterra, las amenazas ya sobre territorio peninsular condujo a al idea de crear una milicia general del Reino compuesta por 60000 infantes destinados a "la defensa destos Reynos y ofensas de nuestros enemigos". Los pueblos deberían llevar un registro de los hombres casados o solteros  de 18 a 44 años y proveer de armas a su costa a los miembros de esta futura milicia. Las compañías formadas serían mitad de piqueros y mitad de arcabuceros. Los milicianos gozarían de ciertas preeminencias y obligaciones detalladas en una instrucción de 25 de marzo de 1590 y de quince puntos: exención de huéspedes, uso de armas, no ejecución por deudas, no sometimiento a vergüenzas o castigos. Los soldados se organizarían en escuadras de veinticinco a las órdenes de un cabo y los gastos hasta embarcar en puerto correrían a cargo de los concejos. De las diecisiete villas que formaban el corregimiento de San Clemente, en La Alberca se pregonó  el domingo de Ramos, quince de abril, públicamente, en su plaza la orden real e instrucción para el alistamiento de hombres, tal como recogía el escribano: "no se asentó ninguno ni a parescido ninguno a a descir que quiere asentarse ni alistarse en la dicha milicia". En Motilla, el pregón también se hizo el domingo de Ramos, en la plaza y a la salida de la iglesia y después en el lugar de Gabaldón; su ayuntamiento tomó en serio la real cédula y dio unas instrucciones propias para formar la milicia en el pueblo: formación de escuadra en cuanto hubiera diez soldados y medidas para armarlos con nuevas sisas, pero no se procedió a alistar soldados. El único soldado de estos alistamientos de 1590 nos aparece en Quintanar del Rey, donde el 21 de abril se alistó Hernán López, ya en la treintena de edad.

A la falta de voluntariedad para el enrolamiento se unía la deserción de soldados de sus compañías en territorio peninsular, como se reconocerá de nuevo el 22 de diciembre de 1591.


Archivo General de Simancas, GYM,LEG,283, 339

El segundo intento de formar una milicia del Reino, a finales de enero de 1591, dio algunos frutos en las grandes villas. En San Clemente, el uno de abril se asentaron como soldados Cristóbal Rosillo, Miguel Moreno y un joven de Alarcón llamado Pedro de la Vara. En Motilla, tras el pregón de diecisiete de febrero no se alistó nadie. En Las Pedroñeras, dado el pregón el nueve de febrero se asentó un único soldado, Juan Sánchez. En el Quintanar se recordó el soldado alistado en 1590.

Archivo General de Simancas, GYM,LEG, 339, 157-160

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Concejo de La Alberca 14 de abril de 1590

Alfonso de Palacios y Miguel de Valladolid, alcaldes ordinarios

Nofre de Valladolid, Miguel Rubio, Hernando de Montoya y Martín Galindo, regidores

Pascual Sánchez, alguacil mayor

Martín López de León, diputado

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Concejo de Quintanar del Rey de 8 de febrero de 1591

Pedro de Ruipérez y Diego García, alcaldes ordinarios

Benito de Ruipérez, Isidro de Ruipérez, Miguel Pastor, regidores perpetuos

Friday, May 30, 2025

Galeotes, héroes y la Armada Invencible

 El capitán Toribio de Caizedo levanta una compañía de soldados en los corregimientos de las diecisiete villas y de las nueve villas (1 de enero de 1588Archivo General de Simancas, GYM,LEG,229, 108)

Se describe cómo se reclutaban los galeotes para remar en las galeras. En este caso, dos presos de San Clemente son enviados a galeras al puerto de Cartagena, pero allí no son admitidos y devueltos a la cárcel de San Clemente. Los galeotes habían sido enviados por el corregidor Pedro de Castilla, el que escribe al Consejo de Guerra para ver qué hacer con ellos es Melchor Pérez de Torres, su sucesor como corregidor. Se decide que los forzados se envíen a Málaga o Gibraltar o Puerto de Santa María, pues hace dos años que no llegan las galeras a Cartagena. sus nombres Hernando Verdejo y Esteban Bustamante (Archivo General de Simancas, GYM,LEG,225, 193, a 4 de julio de 1588)


El establecimiento del corregimiento de las 17 villas el 20 de noviembre, recordó a las villas la finalidad militar de su establecimiento: el dos de enero de 1587, las villas se reúnen y acuerdan aportar cien soldados, para responder a la petición del rey del seis de diciembre anterior. El reclutamiento se mueve en la vieja tradición: los soldados se aportarán por dos meses y la expedición correrá a costa de los propios de las villas. Pero el siete de julio de 1588, el corregidor nuevo vuelve a ofrecer los cien soldados (Archivo General de Simancas, para entonces la Armada Invencible ya había partido para Inglaterra. (GYM,LEG,225, 290, a 7 de julio de 1588). Desde el Consejo de Guerra le contestarán que únicamente se quiere saber la gente de a pie y a caballo dispuesta para la guerra (GYM,LEG,231, 318, a 17 de julio de 1588)

La junta de dos de enero, según se nos dice en otro documento, empezó a reunirse un día antes, el de Año Nuevo. Las diecisiete villas andaban muy disconformes con las levas anteriores, con molestias y vejaciones. Ahora, se decide contar con los concejos de las villas, que envían a San Clemente dos regidores procuradores. Aquella reunión de Año Nuevo de 1587 debió ser muy tensa, con el corregidor Pedro de Castilla intentando convencer a unos regidores reacios a reclutar hombres, cuyo destino para la invasión de Inglaterra seguramente desconocían (leuantar y lleuar a la gente fuese a seruir con ella a la parte que v. mag. mandase). Pedro de Castilla propondrá el modelo andaluz: soldados aportados y costeados por las villas, pero las diecisiete villas del corregimiento de San Clemente imponen un límite de soldados, cien y en una campaña limitada a dos meses; más soldados o más duración, los gastos correrán a cargo de la Corona, pues las villas están cargadas con censos. Hay que tener en cuenta que las villas, ya embarcadas en préstamos, suman en este momento nuevos censos para la compra de trigo para alimentar a su vecindario (GYM,LEG,196, 13 y 14, a 5 de enero de 1587). 

La carta que envía el corregidor Pedro de Castilla al Consejo de Guerra, con fecha 5 de enero de 1587, viene precedida por otra de dos procuradores de la junta de las villas el Año Nuevo, en la que insisten es estado lastimero de las villas por las malas cosechas y la langosta y, temerosas de la acción de capitanes foráneos en la leva, piden que sea un capitán de la zona, don Alonso Ruiz de Alarcón, el que levante la compañía de cien soldados. Por correspondencia posterior sabemos que esta compañía no estaba levantada cuando la Armada Invencible naufraga en las costas inglesas, mientras se seguían con los intentos de levantar la citada compañía.

Si el corregimiento de las diecisiete villas no participó con compañías propias en la jornada de Inglaterra y la Armada Invencible, sí que contribuyó con soldados integrados en los Tercios. Uno de ellos, es el jareño Alonso López. Y es que si hay héroe digno de recordarse es este joven. Muerto su padre y quedando viuda su madre Catalina López, el joven Alonso buscó en la aventura militar la escapatoria de un hogar familiar apenas sostenido por la ayuda de su tío Gaspar Martínez y de un pueblo azotado por el gran catarro de 1580 y las malas cosechas de 1584. Llevado por la necesidad más que por la búsqueda de gloria acabó enrolándose en el Tercio de Nápoles. Nunca pasó por su cabeza las aventuras que le tocaron vivir cuando su compañía de 124 hombres fue enrolada en 1588 para la desastrosa aventura de la mal llamada Armada Invencible; la jornada de Inglaterra es cómo comúnmente la llamaban los coetáneos. Al mando de su capitán Gonzalo Monroy, los 124 soldados fueron embarcados en el navío la Anunciada de Bertendona. Desbaratada la nave por los "elementos", el barco intentó lo imposible bordear el mas islas británicas por el norte y regresar a España. Serán su tío y su madre los que hablen por el joven Alonso López, postrado y gravemente enfermo en la cama del domicilio familiar de Villanueva de la Jara. La Anunciada había conseguido hacer escala en las costas irlandesas, desde donde se había dirigido rumbo sur hacia España, llegando al puerto de Castro Urdiales.

casa de Catalina López dónde halló al dicho Alonso López en una cama al parecer muy malo el qual ante el dicho señor alcalde dixo que él fue soldado del capitán don Gonzalo Monroy y fue con él en la jornada que su magestad mandó hacer a Ynglaterra y que desembarcó en un paraje porque su nave donde él y su capitán yban quedó perdida hacia el puerto de Yrlanda y desembarcó en Castro Urdiales donde saltó en tierra muy enfermo y ansí a vendio de en ospital en ospital de limosna hasta a esta villa

 No había nadie para recibirlos ni contar su gesta. Cada uno de los soldados supervivientes emprendió el camino hacia el hogar familiar y Alonso lo haría hacia Villanueva de la Jara. Andando varios días por Castilla, de pueblo en pueblo, auxiliado por los hospitales de las villas que le dieron alimento y limosna, Alonso llegaría como un pordiosero hambriento a su hogar familiar. No tendría tiempo para descansar, a comienzos de 1589 el corregidor del partido de San Clemente transmite a los pueblos una cédula real por la que el rey exige bajo multas de quinientos ducados que los soldados que han abandonado sus compañías tras el desastre se reincorporen a sus unidades. El único soldado que encontrará el corregidor en su partido será el joven Alonso, que manifestó estar presto, si el señor le da salud. El soldado se vio obligado a un examen médico. Los dos médicos de la villa, licenciado Anguix y doctor Bravo visitaron al médico, que declararon que el joven estaba con calenturas, con la cara y los pies hinchados y con el mal francés según el doctor Bravo, es decir, nuestro héroe había contraído la sífilis. El corregidor ordenará siguiendo instrucciones del Consejo de Guerra que el joven permaneciera en su casa tomada como cárcel hasta su restablecimiento e incorporación a su compañía.

Archivo General de Simancas, GYM,LEG,269, 94

La Corona temía un ataque de Inglaterra, como ocurriría, al ver las costas del Atlántico desguarnecidas. Las compañías de los presidios de Portugal se habían vuelto a casa y los barcos que habían sobrevivido al desastre del mes de julio estaban fondeados en los puertos del Cantábrico

Thursday, May 29, 2025

El Pedernoso y la pólvora para la guerra


Archivo General de Simancas, GYM,LEG,189, 210. Año 1586



Archivo General de Simancas, GYM,LEG,250, 191 año 1589



Archivo General de Simancas, GYM,LEG,103, 13, año 1580


La producción de salitre estaba controlada directamente por el Consejo de Guerra a través de uno de sus miembros, don Francés de Álava, del que dependían diversos administradores en los centros de producción. Así, Tembleque tenía un administrador propio y El Pedernoso junto a Alcázar también. En este último caso, Sebastián Cordobés, que avisaba en 1578 de que la producción de salitre en las fábricas se estaba paralizando por falta de atocha. Anteriormente el problema era la falta de dinero. La Corona por el sistema de asientos se concertaba con estos centros de producción para garantizar el suministro para la artillería, pero la falta de pagos llevaba a que la venta de la pólvora se hiciera fuera del control de la monarquía en muchas ocasiones. Pero, ahora, el problema era diferente: el arranque y quema de atocha para labrar el salitre estaba entrando en colisión con los ganaderos que veían disminuidos sus pastos. Hubo problemas en Villacañas y Quintanar para acotar dehesas para destinar exclusivamente la atocha a los hornos del salitre, si bien en otros centros fabriles principales como Tembleque se había acotado una dehesa. EL ejemplo de Tembleque será tomado por el administrador de El Pedernoso que pedirá a Francés de Álava el adehesamiento de los atochales de El Pedernoso para permitir seguir labrando salitre. Pero la licencia para adehesar los montes correspondía al Consejo de Castilla; el Consejo de Guerra poco más podía hacer que ordenar que se sacará toda las atocha posible sin más miramientos (Archivo General de Simancas, GYM,LEG,88, 14 de febrero de 1578).  En 1580, 1586 o 1589 se nos dice que el problema es la falta de dinero, pero el Consejo de Guerra vuelve a insistir que la producción no se puede parar.

 

Wednesday, May 28, 2025

LOS PARRA DE INIESTA

 

El tres de febrero de 1543, Alonso de Parra, vecino de Iniesta, alférez e hijo del capitán Alonso de Parra, pide le sea reconocida su condición hidalga en virtud del nombramiento de caballero de su abuelo Pascual Parra.

PASCUAL PARRA, el mozo, vecino de Iniesta es armado caballero por Fernando el Católico en el Alhambra de Granada (7 de enero de 1492)


"en el Alhanbra de la muy noble çibdad de Granada entre las dos puertas de la dicha Alhanbra, la una puerta que sale al canpo e la otra puerta que entra al aposentamiento de la dicha Alhanbra... (el rey Fernando el Católico) demandó un espada la qual le dio desnuda fuera del vayna el dicho Pasqual Parra el moço fijo de Pasqual Parra el viejo vezino de la villa de Yniesta e diole con ella ençima de la cabla (calva) e capaçete que en ella traya el dicho Pasqual Parra e dixo Dios Nuestro Señor e el Apóstol Santiago te haga buen cavallero"

En el privilegio de caballería, el aspirante, ante la Grandeza de España, pedía que la condición de caballería fuera transmitida a sus hijos y descendientes.

Los servicios a la Corona real de los Parra se remontaban al momento de las guerras del Marquesado de Villena y la reducción de Iniesta a realengo. El abuelo Pascual Parra el mozo había casado con Teresa Villanueva. Los hijos del matrimonio fueron
  1. Alonso Parra, capitán
  2. Pedro Parra, capitán
  3. Martín Parra, capitán
  4. Se cita otro capitán Pascual Parra, que tuvo acostamientos del Rey
El capitán Alonso Parra murió en servicio de su Majestad en Túnez y sus hermanos Pedro Parra y Martín Parra murieron durante las Germanía en Játiva: "que el dicho Martín Parra murió de muchas heridas que le dieron en la dicha guerra y el dicho capitán Pedro Parra murió luego en viniendo de la dicha guerra  de donde vino herido y muy trabajado"
El capitána Alonso Parra casó con Ortiz de Almao. Su hijo es el alférez Alonso Parra "que ha servido e sirve a su magestad en Ytalia y otras muchas partes y en Menorca, siendo alférez de don Francisco Girón Rebolledo capitán de su magestad"

AGS, GYM, LEG 58,5

Monday, May 26, 2025

Alfaro de Oropesa, capitán del Tercio de Flandes

 

                                                             (cruz)

                                                         señor

como honbre que toda la vida a servido a v.md. en Ytalia y Flandes con más de quinze años de alférez y capitán hasta con licencia del príncipe de Parma por aver muerto mis padres y haber heredado vine a España, donde por mandado de v. md. e serbido de comisario y agora aunque estoy casado y tengo con que vivir entendida la ocasión deste tienpo me parece estoy obligado acudir al servicio de v.md.con mi persona y hazienda como lo haré sy v. md. se sirve mandarmelo y Dios guarde a v. md.

De San Clemente y de mayo a 28 de 89

Alfaro de Oropesa (rúbrica)


AGS, GUERRA, GYM, LEG. 276, FOLIO 216

El seis de agosto, el capitán Alfaro Oropesa ya ha levantado compañía de soldados de nuevo. En septiembre 1589, debe encaminar una compañía hacia el puerto de Cartagena, aunque a dos de octubre están esperando las galeras para embarcar camino de Italia.

Friday, May 23, 2025

Un censo a favor de las trinitarias

 

Otro importante ingreso de las monjas eran los pagos o réditos anuales de aquellos que tenían las tierras cargadas con censos o censualistas. No siempre estas cargas respondían a préstamos, sino que los censos llegaban al convento a través de las dotes conventuales. Así, en 1599, varios vecinos de La Alberca avalan con sus propiedades la dote conventual de una vecina que ingresa en el convento de trinitarias de San Clemente: María de Tébar que deberá pagar una dote de 385 reales, en pagos anuales de 11 reales y 17 maravedíes, unos intereses del 3%. La carga no estaban en los intereses muy bajos sino en las propiedades comprometidas como garantía: Luis Carreño empeñó sus casas, mil vides y 83 almudes; Antón López de Ágreda, dos pares de casas y cuarenta almudes. Los continuos traspasos de tierras entre vecinos llevaban consigo las cargas que soportaban. La operación era más enrevesada, tanto Luis Carreño y Antón López habían contraído una deuda anterior con la madre de la novicia, la viuda María de Chaves, mujer de Diego de Peñaranda, que le había prestado en un censo de por vida 770 reales a un interés superior del siete por ciento. Con el ingreso en el convento de su hija se transferían al convento la mitad del censo: las monjas pedían un interés menor, pero eran más estrictas en los bienes que avalaban la dote, que eran todos los del primer censo. Dicho de otro modo, la viuda se quedaba con una renta de 43,5 reales de los 55 iniciales y los bienes en caso de impago pasarían al convento. El censo se traspasará de manos con los bienes, hasta que los impagos de su último poseedor llevan los bienes a manos del convento de trinitarias en 1648


AHPCU, DESAMORTIZACIÓN, 10520-3

Thursday, May 15, 2025

Las tablas del convento de clarisas de San Clemente

 

Las tablas aquí presentadas fueron detalladas en el "Catálogo Monumental de la Diócesis de Cuenca" el año 1987. Dichas pinturas se encontraban en el convento de Clarisas de San Clemente (Cuenca); por las descripciones existentes en los fondos de Desamortización del AHPCu sabemos que formaban parte del coro alto del convento franciscano masculino de Nuestra Señora de Gracia de la misma villa el año 1835. 

NO hay estudios para su datación, pero bien pudieron ser pintadas en el periodo que va de finales del sigo XVII al siglo XVIII.


Las fotografías de Jesús Pinedo, realizadas en el momento del abandono del convento por las clarisas, año 2000?


















































Monday, May 12, 2025

Médicos en el San Clemente de 1600

 El doctor Fonte había servido en la villa de San Clemente durante dos años y tres meses. Junto a otros médicos le había tocado la peste del año 1600. Dos años y medio después exigía sus salarios, aunque no era él único, pues otros médicos, alguno de los cuales ya nos citó Diego Torrente con motivo de la peste que azotó la villa, exigían también sus salarios. Eran el doctor Pedro Alonso y el licenciado Villanueva. El cinco de marzo de 1602, el corregidor Antonio López de Calatayud ordenó pagar a los médicos con la ejecución de ciertas rentas del concejo. Al doctor Antonio Fonte se le debían 1597 reales.

Mi parte sirvió dos años y tres meses curando a los pobres de la dicha villa y ansimismo el tiempo que duró la peste que por solo la asistencia de aquel tiempo merecería mi parte un gran salario pues padeció riesgo su persona con asistir a curar la dicha enfermedad

Se aferraba la villa a que solamente tenía licencia para gastar cien ducados y 45000 maravedíes. No obstante, por carta de pago de nueve de mayo de 1602, el doctor Fonte recibirá de Pedro Xuárez Heredia, fiel de carnicerías, 58332 maravedíes. Dicho pago se hacía en concepto de paga de salario de dos años y tres meses que sirvió a la dicha villa y un camino que hiço a la villa de Yniesta a visitalla de la peste para que se guardase esta de San Clemente y las demás de su partido. Y se fundaba en un auto de remate del corregidor de tres días antes, que había juzgado el caso con es asesoramiento de un licenciado Briz Lozano, y una sentencia de su alcalde mayor Aguiar.

Los 58332 maravedíes serían solicitados que fueran devueltos por el concejo de San Clemente un año después. Una razón: el corregidor Antonio López de Calatayud, acabado su mandato, se había ido. El doctor Antonio Fonte  era un criado suyo y por tanto no pertenecía a los médicos que habitualmente servían en le pueblo.

Los médicos de la villa de San Clemente eran pagados del dinero procedente de las rentas de los bienes propios del concejo, pero hay que hacer una salvedad: se pagaba para que permanecieran en la villa y no se fueran a otra, dada la escasez de médicos preparados, pero las curas a los enfermos eran pagados por éstos. Los médicos al servicio de la villa de forma regular se consideraban médicos asentados o médicos aprobados para poder curar conforme lo disponen vuestras leies reales con títulos bastantes, luego que a la dicha villa se trajo licencia para dar salario a dos médicos por escrituras públicas lo dio y asentó al doctor Pedro Alonso de Arze y al licenciado Villanueva, médicos antiguos de muncha espiriencia y grande opinión y fama; lo otro porque el salario que la villa da a los dichos médicos no es porque curen los enfermos sino porque asistan en la dicha villa y no salgan della sin licencia y las curas que hacen se las pagan las personas a quien curan. Así, el doctor Fonte, un mallorquín, era un criado del corregidor que vivía en sus casas con su familia y al servicio de la misma. Si había prestado otros servicios había sido por interés particular y cobrando de los enfermos. Claro, que la realidad era otra, una villa apestada y sobrepasada por sus consecuencias había necesitado de sus servicios. A pesar de ello la justicia de Granada daría la razón a la villa de San Clemente el 21 de mayo de 1605, confirmada en revista el 21 de junio.

¿Afectó la peste de 1600 solamente a San Clemente en el sur de Cuenca?

Son pocos los datos que tenemos, entre ellos, el difícil andar del convento de carmelitas recién fundado en Valera de Abajo, pero sabemos por la mención a las tablillas existentes en la corte, que otros pueblos fueron afectados. Uno de ellos, y de los que ahora tenemos noticias, fue Iniesta, con la especificidad de que la villa de Iniesta fue alcanzada por la peste antes que la de San Clemente y esta villa, sabedora del contagio, intentó guardarse. Es más, envío un médico a la villa de Iniesta para informar del avance del mal, que nos narraba así su experiencia: " estando probado con el cuidado y diligencia que mi parte acudió a la cura de enfermos de la dicha villa de todas enfermedades y en tiempo de peste, puniendo su vida en tanto riesgo y aventura y que por orden y mandado de la parte contraria (de la villa de Iniesta) fue a la villa de Yniesta a saber si avía peste para que San Clemente se guardara della y mi parte se hirió de la dicha enfermedad y estuvo a punto de muerte en que gasto muchos maravedíes y le quemaron toda su ropa". De la afirmación tampoco podemos asegurar, es verdad, si el médico contrajo la peste en su viaje a Iniesta o luego en San Clemente, aunque el hecho de que fuera hasta allí es que había ya sospechas.

En este momento, el concejo de San Clemente andaba en pleitos con el licenciado Montoya y el bachiller Villamediana, que habían acudido a la Chancillería de Granada a defender el derecho de los nobles a la mitad de los oficios, en este caso, los alcaldes ordinarios, que poco después serían suprimidos.


Ayuntamiento de 17 de noviembre de 1601

Corregidor: Antonio López de Calatayud

Alcaldes ordinarios: Diego de Alfaro y Alonso de Guevara

Regidores: Alonso Martínez de Perona, don Miguel de los Herreros, el licenciado Montoya, Martín de Buedo Alarcón, Jerónimo Martínez, Francisco de Astudillo, Pedro de Tébar Ramírez, Antonio García Monteagudo, Hernando de Araque Montoya, Bernardino Oropesa, Miguel de Perona Rosillo, Bautista García Monteagudo

Alguacil mayor: Juan López de Garcilópez.


ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS CIVILES, C 723-6

Friday, May 2, 2025

VILLARROBLEDO (1634)

 El año 1634 amanece con los campos aovados de langosta, en siete leguas alrededor de Villarrobledo. Los problemas para el pago de deudas y rentas continúan, de tal modo que el ayuntamiento se queja el poco control de las ventas en las tiendas que impide cobrar las sisas. El abasto de trigo seguía siendo un problema y se echaba mano al trigo del iglesia de Toledo, donde la villa había comprado cuatrocientas fanegas, la mitad pagadas al contado y la otra mitad para el agosto venidero, pero el trigo era el trigo añejo que se almacenaba en las tazmías y era excedentario y necesario de sacar ya de los almacenes. La necesidad llevaba a la proliferación de la devoción religiosa, con dos nuevas procesiones, acordadas en el concejo de tres de abril: una a devoción de San Agustín y otra a devoción de San Antón, que tenían como referencias las iglesias de San Blas, de los franciscanos y la ermita extramuros de San Antón.

El control de pósito por esta época ya no se hace por el corregidor de San Clemente, sino por juez enviado por la Corte, Fernando Nieto de Aragón, que recibe las consabidas quejas de los villarrobletanos: y atento la esterilidad de los tiempos, langosta y piedra, los vecinos desta villa están necesitados. Para mayo se deben sacar trescientas fanegas del pósito para hacer pan cocido a razón de 93 libras por fanega y siete maravedíes por libra. Para ese mes, la fanega de trigo se vende a 18 reales. El vino a tres reales y veinte maravedíes la arroba. No obstante, no consideramos esta época como años de necesidad extrema. Lo que faltaba entre los labradores y vecino no era trigo, sino liquidez en dinero, derivada de las nuevas imposiciones fiscales. El pósito de Villarrobledo vendía trigo (setecientas fanegas) para obtener dinero que era prestado a los labradores, obligados de nuevo a devolver ese préstamo en trigo para la cosecha de agosto. A ello se unía, que para el dieciocho de junio se reconocía que la cosecha de 1634 era una cosecha abundante por la misericordia de Dios nuestro señor. Para 24 de julio se reconoce la verdadera enfermedad de la villa es que sus haberes están muy necesitados y alcançados de tal manera que no puede pagar sus réditos y censos que deue porque están muchos executores contra ellos causando escesiuos salarios y costas y consumiendo sus rentas. La imposición fiscal y los préstamos estaban acabando con la villa, a esto se unía un donativo a la Corona el año anterior de 1633. Las intervenciones de Fernando Nieto de Aragón cada vez eran peor vistas, pues había cobrado veinte mil reales en sus ejecuciones, y sobre todo, porque incapaz de cobrar solicitaba la ayuda del corregidor de San Clemente en apelación, en lo que se veía como intromisión intolerable en su jurisdicción. 

Muestra de que las cosechas se habían estabilizado estos años es que la villa regulará las siembras de sus labradores, pues había ganado provisión real para destinar un tercio del trigo de los camarajes del pósito a la siembra de los labradores. Estos, en lo que era costumbre, se comprometían a devolver las fanegas prestadas para el agosto siguiente más un real por fanega

Ese año, cuando el marqués de los Velez pide a Villarrobledo que aporte los cien soldados de milicia, el concejo dirá que esa milicia es cosa antigua y que no tiene disponible ninguno de esos soldados. El número será recordados seis años después y esta vez el enrolamiento para la guerra será obligatorio. Ahora, las obligaciones venían del reclutamiento para los presidios, hasta un total de veinticinco hombres con destino Barcelona; el reclutamiento de estos soldados se centralizaba desde Alcaraz. La concesión del nuevo servicio de dos millones y medio de ducados por el Reino en 1632 había hecho olvidar estas viejas obligaciones, pero asimismo otras más recientes como el acopio involuntario de sal en 1631. Ahora, tres años después, se saldaban con Juan García Ferrer, administrador de las salinas de Minglanilla las deudas por el rebaje obtenido con las concesiones al Reino por el dicho servicio

 LA INMACULADA CONCEPCIÓN, LA VILLA DE SAN CLEMENTE Y EL CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA: O SU DECLINACIÓN EN FAVOR DE LA VIRGEN DE RUS 


El franciscanismo había apostado por el dogma de la Inmaculada Concepción en un Capítulo General celebrado en Toledo en 1633 y en 1645 eligen a la Inmaculada como patrona de la orden franciscana. Ese voto lo hizo suyo el ayuntamiento sanclementino, cuyos oficiales juraban con su cargo defender el misterio de la Purísima Concepción; el diez de agosto de 1643 el concejo establece la festividad de la Inmaculada como preceptiva y fiesta a guardar.


El apego de los franciscanos en los siglos XVII y XVIII a la Inmaculada Concepción los llevó a adoptar un nuevo voto, el voto inmaculatista, y la incorporación de un nuevo nudo a los tres del cordón franciscano.

El día de la fiesta de la "limpia Concepción de la Virgen María" se celebraba en el convento de frailes de San Francisco, para lo que recibía del concejo 50 reales. El año 1641 fue uno de los peores años para la villa de San Clemente; Rodrigo de Santelices es enviado para enrolar soldados para la guerra de Cataluña, había sacado de la villa a los hombres de los campos recorriendo un camino que de San Clemente los llevaba en varias jornadas a Cuenca, el campamento militar de Molina de Aragón y, de allí, por Daroca y Zaragoza, a la guerra catalana. Ese año de extrema necesidad, el concejo de la villa decidió reunirse de nuevo tras celebrar el día de la Inmaculada Concepción. La fiesta había sido poco lucida, sin la decencia que el día requiere por falta de cera; pues bien, el ayuntamiento decidirá en sesión extraordinaria después de la fiesta, celebrar de nuevo el día con la mayor ostentación y una procesión de todos sus capitulares del ayuntamiento portando velas, junto a los frailes franciscanos de Nuestra Señora de Gracia. La fiesta se repitió el domingo día once de diciembre, otorgando cien reales más el ayuntamiento a los frailes para la celebración de la fiesta y la compra de cera, que llevarán encendida los miembros del capítulo del concejo en procesión solemne. 


Aunque Diego Torrente trata de unir el dogma de la Concepción a la virgen de Rus en la villa de San Clemente. La realidad es que la festividad de Rus vino a sustituir entre la gente popular a la Inmaculada Concepción. El establecimiento de la Inmaculada el ocho de diciembre como patrona de San Clemente no llegó a cuajar en la mentalidad popular, era para los sanclementinos una fiesta demasiado fría y oficial en procesiones institucionalizadas de franciscanos y concejo. La tradición popular estaba más apegada a las romerías populares en torno a ermitas alejadas del pueblo. Conocemos varias celebraciones en este sentido. En Majara Hollín, los sanclementinos, compartiendo la devoción con los provencianos, acudían hasta la ermita de Santa Catalina. Tal celebración pareció romperse en 1524, cuando en las eternas disputas con los provencianos, y tras destrozar el pueblo, los sanclementinos causaron daños en la ermita. Sabemos de romerías compartidas también con los villarrobletanos, con El Cañavate y con Fuensanta. 


La devoción al dogma oficial de la Inmaculada Concepción se apagó en favor de estas fiestas populares. Aunque quizás el apogeo de la virgen de Rus está ligado a un hecho de carácter político social, pues el ascenso de la festividad en el siglo XVII es paralelo al ascenso social de la familia Ortega, algo tan evidente como el lazo que tanto la virgen como la familia Ortega mantienen con Villar de Cantos. 


En la imagen, virgen del Carmen, en el convento de Nuestra Señora de Gracia