Signo de escribano |
La probanza de testigos de los hermanos Felipe y Diego de Valera se celebraron en las casas de morada del alcalde Diego Gallego. Los testigos estaban llamados de ocho de la mañana a once de la mañana y de una a cinco de la tarde.
El padre de los hermanos Felipe y Diego de Valera, de nombre Diego había llegado a San Clemente a comienzos de siglo, hacia 1515. El abuelo, Felipe Valera, era de Villar de Olalla, jurisdicción de la ciudad de Cuenca, aunque había nacido en Cuenca y solo se había desplazado a vivir a este lugar cuando su padre le había legado a su muerte los heredamientos familiares en este lugar. Casado con Isabel López, tuvo dos hijos: Felipe que permaneció en Villar de Olalla y Diego que marchó a San Clemente. El abuelo Felipe murió en Cuenca, siendo enterrado en un primer momento en la iglesia de San Miguel, pero después sus restos se llevaron a la iglesia de Villar de Olalla. Su hijo Diego casó en San Clemente, donde vivió y murió violentamente, sin que sepamos la causa.
Hernán Vázquez de Haro, el viejo, había conocido al abuelo Felipe de Valera, cuando desde Villar de Olalla se desplazaba a la villa de San Clemente a casa de su hijo Diego
que era hombre grande de buen cuerpo cano que paresçía por su aspecto de más de sesenta años... que vivía e tenía su casa poblada en la cibdad de Cuenca e logar de Villar de OlallaLa hidalguía de los Valera, venía de antaño. La familia todavía conservaba el privilegio otorgado en pergamino y letras de oro, tal como recordaba haber visto la segunda mujer de Diego Valera, Catalina Muñoz. Muerto Diego de Valera, el pergamino se lo llevó consigo a Cuenca su hermano Felipe
que por rrazón de serviçios que hizo un su abuelo que no tiene noticia de su nombre a los rreyes pasados les dieron privillegio por los dichos seruiçios e le confirmaron al dicho Felipe de Valera abuelo de los que litigan por no pechar e ser libre e esentos e gozar de las esençiones de los otros hijodalgos gozavan el qual dicho privillegio escrito en pergamyno e con letras de oro que no se acuerda si estava sellado este testigo después de la muerte del dicho Diego de Valera padre de los susodichos que litigan quedó en su poder desta testigo e lo tuvo en su casa dos meses después de muerto el dicho Diego ValeraLa naturaleza de personas principales de los Valera nos la da a conocer un vecino de Villar de Olalla, llamado Francisco Rodrigo el viejo. La bisabuela de los litigantes había estado casada en segundas nupcias con Juan Pareja, escudero del "obispo" Pedro Barrientos (posiblemente se refiera al sobrino del obispo Lope Barrientos)
estando este testigo en casa de Juan de Pareja escudero del obispo don Pedro de Barrientos obispo que fue de la dicha çibdad de Cuenca casado con su madre del dicho Felipe de Valera abuelo de los que litigan e madre del dicho Diego de Valera padre de los susodichos e su padrastro e syendo este testigo de ocho años (hacia 1465-1470) e después conosçió estar casado en la dicha çibdad de Cuenca çinquenta años poco más o menos e en el dicho logar de Villar de Olalla con Ysabel López su muger hija de un Pascual (en realidad, Pedro) López vezino del logar de ValdemorilloEse Pedro López (o Checano), llamado el rico, de Valdemorillo de la Sierra, otorgó la mano de su hija a Felipe Valera y con ella una cuantiosa dote. El mismo testigo sabía de oídas que el padre natural de Felipe de Valera, procedía del lugar de Ballesteros, de la llamada familia de los Carniceros. En el párrafo anterior se menciona a un Diego de Valera, hermano de Felipe. Se trata, como nos recordará el citado testigo, de Diego de Valera, escribano del ayuntamiento de Cuenca y alcalde del Castillejo, tierra de Huete.
que era persona que valía e mandava mucho en el dicho ayuntamyento por rrazón del dicho ofiçio de escriuanoEl auge de la familia Valera está ligado a la figura del escribano Diego, que ganó para la familia cierta exención (el pergamino citado más arriba), pero que según el hidalgo Miguel Ruiz no sabía con certeza si era carta de hidalguía
que syendo el dicho Diego de Valera escrivano del ayuntamyento de la dicha çibdad de Cuenca hermano del dicho Felipe de Valera abuelo de los susodichos (litigantes) criado del doctor de Talavera (Rodrigo Maldonado de Talavera) del Consejo de sus Magestades avía ganado para él y sus hijos çierta esençión que no se acuerda este testigo si era de hidalguía o el ofiçio escrivanía del dicho ayuntamiento e que esta dicha esençión nunca este testigo la vio escrita más de quanto viviendo este testigo con Diego Hurtado de Mendoça marqués de Cañete en el dicho tiempo oyó deçir lo susodichoEl casamiento de Felipe Valera con Isabel López, hija de Pedro López el rico, vino a afianzar el poder de la familia. Cuando llegaron a Villar de Olalla era un lugar donde no había hidalgos. Tal como decía Juan Daza, salvo él mismo, en Villar de Olalla no había hidalgos con los que ayuntarse. De hecho, es de dudar de la entidad como población de Villar de Olalla. A comienzos del quinientos sonaba más el lugar de Abengozar, pero con la crisis de comienzos del siglo, algunos de sus habitantes se mudaron a Villar de Olalla, tal era el caso de Bartolomé Hernández, mozo de soldada de Felipe Valera, que antes había servido en Abengozar a una Juana Chirino, madre de un Salazar. Las posibles conjeturas de este dato son tantas como permite el papel roto, que nos oculta la información.
El padre Diego de Valera había abandonado con veintisiete años el hogar familiar hacia 1515, después de haber vivido con su padre unos cinco años en Cuenca, estableciéndose en San Clemente donde casó con Catalina López de Perona, hija de Martín de Monteagudo y María de Perona. La boda debió ser un gran acontecimiento en la villa de San Clemente, que entonces apenas si empezaba a despuntar como núcleo poblacional de cierta entidad. Hasta la villa llegaron hidalgos y ricos de la ciudad de Cuenca y de sus lugares de Arcas y Villar de Olalla. El matrimonio tuvo por hijos a Felipe, Diego e Isabel. La muerte de Catalina López de Perona, dejó viudo a Diego de Valera, que volvió a casar con Catalina Muñoz, hija de Garci Martínez de Ángel. La temprana muerte de Diego hacia 1529, dejó a sus hijos, con menos de catorce años, huérfanos en el hogar de los abuelos. El segundo matrimonio con la Muñoza duró siete u ocho meses. Su hija Isabel de Valera casó con un hidalgo, hijo de mercaderes zamoranos, Francisco de la Fuente. Diego de Valera fue enterrado en el convento de San Francisco, donde la familia tenía por entonces capilla propia. La fundación de esa capilla en el convento de Nuestra Señora de Gracia fue legado de Martín Monteagudo.
Diego de Valera había sido invitado por su hermano Alonso a participar en cierta guerra, tal vez la guerra de las Comunidades, con otros hidalgos, aportando armas y caballo. Parece que delegó esta participación en un criado llamado Martín Mañas, que acudió con un caballo castaño. Además Diego tuvo que ir a Cuenca a recoger quizás algún traslado de ejecutoria para obtener albalá para la refacción de la carne en las tiendas y participó, según Antonio Rosillo, en los ayuntamientos para elegir alcalde de la hermandad.
Los dos hermanos, Felipe y Diego nacieron a partir de 1516 o 1517. El menor Diego, fue enviado con apenas cinco años con su abuela Isabel López, hasta que volvió a San Clemente hacia 1535. En realidad, los Valera, a pesar de estar asentados en San Clemente, siempre estuvieron ligados a Villar de Olalla, donde tenían su hacienda. Diego de Valera padre pasaba hasta cuatro y cinco meses con el abuelo Felipe cuidando de la hacienda familiar, tal como confesaba Bartolomé Hernández, pastor de la familia. Al igual que Hernando el Marqués, esquilador de la familia, nos da a conocer en su oficio cual era la base ganadera de la riqueza económica de la familia. Muertos el padre y abuelo, los nietos con veinte años cumplidos volverían a hacerse cargo de los negocios ganaderos en Villar de Olalla, y con veinticinco años recibirían la propiedad de los bienes familiares.
porque en el dicho logar el dicho Felipe Valera tenía mucha hazienda heredamientos e ganados yeguas e bacas e hera hombre muy rrico e hidalgo
Armas de los Valera:
Por sus armas verdaderas y naturales un castillo de oro a la mano derecha del escudo en campo negro y en la torre del homenaje de él una bandera blanca o de plata que se descubre por lo alto y a la mano izquierda del escudo cinco roques de oro en campo azul y alrededor del escudo una orla de plata y en ella nueve leones de su color natural, los tres por lo alto y los cuatro por lo bajo y los dos a los lados del escudo en esta forma (Imagen). Porque roque en cierta lengua de la gentilidad quiere decir capitán significando cosa fuerte, fija y constante como lo son las rocas que son peñas fijas, que no se pueden mover sino haciéndolas pedazos; por el castillo de oro o amarillo se entiende la adversa fortuna por el campo negro: la tristeza; por la bandera blanca la alegría que se tenía y le daba su nobleza determinada, antes a morir que recibir afrenta ni mengua; los nueve leones por orla en campo blanco significan los nueve capitanes que este valeroso caballero don Valentín Valeras eligió en nombre de la corona de España y los traía debajo de su gobernación siendo capitán general de ellos, el campo blanco en que están corresponde a la bandera blanca manifestando la claridad y limpieza que tenían en su persona y honra (BNE: Juan de Pineda: Papeles Genealógicos varios. Mss/3281, fol 5vº y 6rº)
Testigos de la villa de San Clemente, de la probanza de 1541
Gonzalo de Pallarés, hombre hijodalgo, 62 años
Antonio Rosillo, hombre hijodalgo, 60 años
Juan de Vicen López
Pedro Rodríguez, pechero
Hernán Vázquez de Haro, el viejo, hombre hijodalgo, 66 años
Pedro Gómez, hidalgo, hombre hijodalgo de la villa de San Clemente
Diego Simón
Catalina Muñoz, 37 años, mujer que fue de Diego Valera y casada en segundas nupcias con el pechero Cristóbal Merchante
Testigos de Villar de Olalla
Francisco Rodrigo el viejo, 80 años
Miguel Ruiz, vecino de Ballesteros, aldea de Cuenca, hombre hijodalgo, 60 años
Bernardino Recuenco, pechero, 70 años
Hernando el Marqués, vecino de Villar de Olalla, natural del Infantazgo
Pedro Martínez, criado de Felipe de Valera, 55 años
Juan Daza, hidalgo de Villar de Olalla, 60 años
Juan Alonso
Bartolomé Hernández, 65 años
Pedro Martínez, vecino de aldea de Palomera, 60 años
ARCHIVO DE LA REAL CHANCILLERÍA DE GRANADA, HIDALGUÍAS, Probanzas de los hermanos Felipe y Diego Valera. 1540-1541. Signatura antigua. 303- 402- 3
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