En 1653, el archivo del concejo de Cuenca estaba desprovisto de toda solemnidad, contrastando con el valor de los documentos que conservaba; Cuando Pedro Suárez de Figueroa, acude a las viejas casas del ayuntamiento de Cuenca, acompañado del escribano y varios regidores, para acceder al lugar donde ha de encontrar varios padrones de hijosdalgo de la década de 1530, ha de subir a una cuadra (o sala) en la cual había un archivo de madera grande a modo de escritorio cerrado con tres candados, los cuales se abrían con diferentes llaves "y habiendo abierto dejó caer una tapa y luego sacó tres libros". Se buscaba un libro de hidalgos de Cuenca del año 1535, pero la sorpresa sería mayúscula cuando se vieron manipulados y sobrescritos varios nombres en los márgenes, en medio de las dos columnas y entre renglones, añadidos a los viejos hidalgos, y es que el paso de los años había aumentado el número de aspirantes a la hidalguía y las corruptelas y complicidades por hacer un hueco a los abuelos de los advenedizos también. Ya, cuando hacia 1543, Francisco de Becerril hubo de consultar esos padrones se hallaron veinte nombres sospechosos, ahora cien años después, el listado era un revoltijo de nombres de hidalguía poco creíble.
SUÁREZ DE FIGUEROA, José: natural de Castillo de Garcimuñoz, llega a San Clemente para contraer matrimonio
con doña Ana de Montoya. Era hijo de Pedro Suárez de Figueroa, natural de
Cuenca, y Mariana del Castillo y Anaya, vecina de Castillo de Garcimuñoz. Vería
negada su hidalguía. El padre, Pedro Suárez de Figueroa nunca había sido
aceptado en Castillo de Garcimuñoz, si había desempeñado oficios concejiles en
esa villa había sido por favores del marqués y de don Gaspar Montemayor
(mayordomo del marqués). Sus enemigos definían a don Pedro como quebrado de
color porque descendía de mulatos, persona además soberbia, no bien
acondicionada y no bien querida en Castillo de Garcimuñoz. La realidad era que
el abuelo se llamaba Diego Suárez del Castillo y la abuela, Luisa Cherino de Loaysa.
El abuelo tampoco salía bien parado, pues portaba el apellido Suárez, que se
asociaba a unos sastres de Cuenca con oficio en Carretería y originarios de
Valdecabras, aunque parece que la acusación no era compartida por todos. No
faltaba quien dijera que el añadido Figueroa no sabía de donde venía.
Sobre las razones de los apellidos: "Diego Juárez del Castillo y sus hijos litigan y no gozan, son hijos del comendador Pedro Juárez del Castillo, hermano de Tomás Juárez del Castillo, que fueron presos por la inquisición; eximióse por comendador de Santiago y tiene la cruz y no era comendador y cruzó pleito sobre ello y como casó con hermana del primer marqués de Moya, con su favor y el de los regidores lo asentaron"... "descienden de Hernán Juárez del Castillo (en los padrones de 1456), y tiene este testigo memoria de sus descendientes del bachiller Castillo que son originarios de Huete, (y los de Huete) tienen por capilla la de Santa Elena (y los de Cuenca) tienen capilla en San Miguel"
ACHGR, HIDALGUÍAS, sign. ant. 304-540-20, Denegatoria, año 1653
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