CAPELLANÍAS EN ZAFRA
Capellanía-Aniversario de la vieja de Benito García,
madre de este
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Bienes vinculados: una viña en el el cerro de la
Cabaña y un haza en la Barraca
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Obligación: misa de réquiem el día de la
Trinidad
Capellanía-Aniversario de Juana de Crespo y su marido
Alonso García
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Bienes vinculados: un haza de pan llevar y viña
en la Callejuela
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Obligación: misa el día de Nuestra Señora de
Marzo
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Testamento: Yten mando yo Juana de Crespo
hagan un aniversario el día de nuestra señora de marzo que es la fiesta del
aniversario d e nuestra señora de marzo que digan unas misas y unas vigilias
por mi ánima por las que yo soy a cargo y que den diez limosnas con diez mrs. y
diez cuartillos de vino y mando para esta fiesta una faça de la rredonda de la
empudia y el medio majuelo de la callejuela (27 de diciembre de 1517)
Capellanía de Pedro Martínez Valverde y su mujer Elvira
Cuello
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Testamento de Elvira Cuello: Yten mando que faga la fiesta del señor San
Juan que yo suelo hacer y le dexo mi marido a la dicha fiesta un haça que está
delante de los güertos y una viña que está camino del Congosto con una tinaja y
esto es lo que mando mi marido Pero Martínez de Valverde dé para la dicha
fiesta, yo mejoro para la dicha fiesta una haça que yo tengo en la cañada el
podenco a sulco el mojón de Villar del Saz y a surco con herederos de Asensio
el Hortega y se la mando que se la faga la dicha fiesta del señor San Juan que
la haga Juan de Cereceda y su mujer para siempre jamás (7 de marzo de 1528)
Capellanía de Juan Castellano y su mujer
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Obligación; misa de réquiem el día de Santa
Catalina
Capellanía de Miguel de Benita y su mujer Juana de
Martín, heredada del padre de ella Martín Sánchez de Juan Sánchez
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Bienes vinculados: un haza de doce almudes en el
Capirote y otra en el puente de piedra
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Obligación: Misa de San Antón
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Patrón: Clemente de Benita
Capellanía-Aniversario de Asensio de Horcajada y Martín
de Valbuena
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Testamento: Iten mando yo Martín de
Horcajada a mi hijo Juan de Horcajada un aniversario que yo tengo del señor San
Antón con una haça en el Vadillo y una villa en San Juan y otra haça en el
Vadillo que diga cada año una misa el día de San Antón y dé a los clérigos un
real y al sacristán quatro reales
Capellanía-Aniversario de Juan de Zamora, misa de réquiem
para San Idelfonso
Capilla-Aniversario de Miguel de la Puerta, misa de
réquiem el día de San Idelfonso
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Bienes vinculados: un haza y una viña, lindera
de la viña del hospital
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Patrón: Pedro Guerrero
Capellanía-Aniversario de Juan de Malpera, misa de
réquiem para Santa María de Marzo
Capellanía de Juan de Miguel
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Bienes vinculados: Medio molino en el río
Záncara, la mujer de Juan de Malpera, viuda, se casa en Villanueva de Alcardete
y vende el otro medio molino a Juan de la Plaza y Elvira Cuello, que al morir
sin hijos fundan nueva memoria con ese medio molino. La parte de molino de Juan
de Malpera pasará a Gonzalo de Valvaneda y a Pedro Martínez de la Cañada. Las
transacciones continuas de los molinos, a pesar de ser bienes vinculados,
llevan a tener la cuarta parte a Juan de Miguel, manteniendo las obligaciones
de misas en cantidad de treinta por las almas del purgatorio. Juan de la Plaza
y Juan de Miguel anejarán nuevos bienes vinculados: unas tierras de veinticinco
almudadas en Zafra y otras tierras en Villar del Águila. La confusión entre las
transacciones puramente económicas y las obligaciones religiosas contraídas
hizo que el molino fuera conocido molino del Purgatorio
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Testamento: yten mando un medio molino que yo
tengo que me dexo mi hermano Juan de Miguel donde dizen el molino del pugatorio
con todo lo anejo al dicho molino que es la haza junto al dicho molino a Miguel
de Valvaneda de Mingo vecino desta villa
con tal condición que dé fianças en esta villa de personas y llanas y abonadas
para que dirán cada un año veynte misas que están anejas al dicho medio molino…
e la persona que lo tuviere después de su vida de él o de sus herederos para
siempre jamás y si mi hijo no lo quisiere recibir mando que lo tomen las ánimas
del purgatorio de esta villa de Çafra e mando que sean patrones del dicho medio
molino los rregidores que suso serán de aquí adelante en esta villa de Çafra e
lo den al capellán del Purgatorio
Las fiestas de aniversario por el difunto se convertían en
comidas en comunidad, donde se bebía vino y comía pan de caridad y otras
Capellanía-aniversario de Benito Sánchez y su mujer,
fallecidos en Villar de Cañas
Capellanía de V. Fernández, deja un haza para que le
digan una misa por las ánimas del Purgatorio
Juan de Cereceda, remembranza o aniversario el día de San
Juan Baustista, tiene por bienes vinculados dejados por Pedro Valverde y Elvira
Cuello una haza de tres almudes y una viña de quince cántaros (véase cláusulas,
supra)
Capellanía-aniversario de Juan García Valvaneda
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Testamento de su abuela Francisca Valvaneda: Yten
dejo la fiesta de la Santísima Trinidad
a Juan García mi nieto e mandole la haça de la Varrasa y el “enmaçar” y
una tenaja y mando que diga una misa y unas vigilias a los clérigos y sacristán
y dé su bebida a las gracias
Zafra de Záncara era pueblo a mediados del siglo XVI que
andaba la mitad del año recordando a sus muertos en un ambiente de fiesta
comunitaria. La sucesión de misas de réquiem a lo largo del año para sacar las
almas de los difuntos del purgatorio congregaba a familiares de los muertos en
los llamados aniversarios y remembranzas, que, tras escuchar los oficios
religiosos, celebraban un pequeño banquete con vino y el llamado pan de
caridad. San Antón, San Andrés, la Virgen de Marzo, San Juan Bautista, Santa
Catalina, La Trinidad, San Idelfonso y alguna festividad más eran motivo de
reunión de los vecinos para recordar a sus antepasados y momento en el que los
clérigos aseguraban una renta regular para su mantenimiento para compensar esos
otros ingresos de derivados de los sacramentos y de un pie de altar (parte del
décimo, destinado al sostén de los clérigos de misa), que daban para poco.
Se nos dice que los bienes vinculados a estos aniversarios y
capellanías eran bienes que adquirían la condición de bienes de manos muertas,
pero los hombres del momento mal distinguían las diferencias que luego se
establecerán entre patronatos de legos y memorias. Los bienes sobre los que
recaían estas obligaciones de misas de réquiem o aniversarios eran a estas
alturas de primera mitad del siglo XVI, y antes de caer en manos eclesiásticas,
objetos de transacciones con cargas espirituales que apenas si se diferenciaban
de esas otras de los censos hipotecarios que iban con el bien traspasado. Es
cierto que la confusión cada vez era mayor y los intereses cada vez más
encontrados entre unos propietarios que, desconociendo quien era el muerto por
el paso del tiempo, olvidaban las cargas espirituales que pesaban sobre el
bien, y los clérigos que no olvidaban las rentas de estos aniversarios los
recordaban continuamente. Claro que quien solía poner orden en estos casos era
el provisor del Obispado de Cuenca y los visitadores enviados, pero aún faltaba
tiempo para que desde Cuenca se controlara este galimatías de intereses
materiales. Mientras tanto, el pueblo seguía con sus transacciones y fiestas
comunitarias, legos y clérigos juntos, aunque siempre que anda la propiedad por
medio, los conflictos afloran y el principal conflicto que existía en el pueblo
era el control del molino del río Záncara: las transacciones y obligaciones
espirituales se habían enredado de tal forma que su propiedad se medía por
cuartas partes, aunque aparte de los Valbuena, Malpera o de la Plaza, el que
quería tener la propiedad plena era un tal Juan de Miguel, que acumulando misas
como si fueran cargas censales, pagaba hasta treinta a los clérigos de la
iglesia del pueblo. Era tal la confusión que el molino del pueblo comenzó a ser
conocido como el molino del Purgatorio.
Las cofradías de las ánimas del Purgatorio corresponden a un
segundo momento. En un principio lo que hay es legados testamentarios de los
difuntos que dejan las rentas de sus bienes para la celebración de misas para
sacar su alma del purgatorio y salvarla. Tal tarea, celebrar el aniversario o
la misa anual coincidiendo con alguna festividad se encomendaba a los patrones
o herederos de estos aniversarios. Era un ritual pagano hasta cierto punto en
el que se comía y bebía en nombre del muerto que lo disfrutaba en la otra vida.
¿Qué pasaba si el muerto dejaba de tener herederos o patrones que velaran por
la celebración de su aniversario? pues que, en ese caso, y así lo dicen algunas
cláusulas testamentarias los que debían velar por las almas en el purgatorio de
los fallecidos eran los regidores y el concejo del lugar, que pasaban a
disfrutar de los bienes dejados. Es cierto, creo recordar que la cofradía de
las ánimas del Purgatorio aparece con motivo del legado testamentario de Hernán
González del Castillo (el de la Torre Vieja de San Clemente) en el siglo XV,
pero el carácter popular de estas cofradías es más tardío en los pueblos,
cuando no una invención para el blanqueo de usurpaciones de tierras. Si Le Goff
nos habla del Purgatorio de los mercaderes para blanquear su actividad ante la
Iglesia, algo parecido ocurre con los labradores, cada cual intenta alcanzar el
cielo de forma individual comprando su propia parcela, amparándose en las
antiguas fiestas populares o aniversarios con motivo del recuerdo de la muerte
del difunto. Por otra parte, la constitución de estos aniversarios suelen
darse cuando no hay descendientes directos y hay un riesgo de disgregación del
matrimonio, las cláusulas de vinculación de los bienes actúan como garantía de
perseverancia del patrimonio en el seno de la familia: sobrinos, yernos, …
(ARCHIVO NOBLEZA, FRIAS, 702, 24)