ORÍGEN CONVERSO DE LOS PÁEZ
AHN, INQUISICIÓN, 1417, EXP. 5. INFORMACIONES GENEALÓGICAS DE DIEGO MONTOYA MEJÍA, FOLIOS 24 Y 25. y folios 32 al 36
ORÍGEN CONVERSO DE LOS PÁEZ
AHN, INQUISICIÓN, 1417, EXP. 5. INFORMACIONES GENEALÓGICAS DE DIEGO MONTOYA MEJÍA, FOLIOS 24 Y 25. y folios 32 al 36
Juan de Alarcón era vecino de Villanueva de la Jara en 1667, pero como ya sabemos la familia se había asentado en El Peral siglo y medio antes. En este pueblo tenía el oficio de alférez mayor de la villa. Era un hombre rico y poderoso que había detentado el oficio de alcalde ordinario por los hijosdalgo en la villa de Villanueva de la Jara. Ese año estaba en pleitos con Manuel Chavarrieta, aunque el pleito lo habían heredado de sus padres Andrés de Alarcón y el licenciado don Julián de Chavarrieta desde el año 1656 al año 1665. El asunto en litigio eran unas hazas cebadales vinculadas al patronato fundado por Cecilia Alarcón en El Peral. Ambas familias eran ricas y poderosas. Manuel Chavarrieta llevaba como segundo apellido Ojeda y estaba casado con la hija del motillano Francisco Lucas Zapata.
El objeto del litigio era el mencionado patronato, fundado por doña Cecilia Alarcón en 1565 al que estaban sujeto un heredamiento de hazas cebadales y trigales y una capilla en El Peral. A la sucesión del patronato había llamado en primer lugar a su hermano el presbítero y licenciado Diego de Alarcón y luego habían sucedido, Alonso de Vera, Diego de Alarcón y María de Alarcón, mujer de Juan Pérez Chavarrieta y tercera abuela de Manuel Chavarrieta. Estos tres últimos heredaron el patronato por terceras partes como sobrinos del mencionado licenciado Diego de Alarcón. El primero de ellos Alonso de Vera murió sin sucesión; el segundo Diego de Alarcón dejó como sucesor en su parte de patronato al presbítero Luis de Alarcón; mientras que la línea de María de Alarcón sucedió con los Chavarrieta. Luego la sucesión del patronato de la parte de María continuó con Pedro López de Chavarrieta y su hijo Juan Pérez de Chavarrieta, hasta llegar al padre de Manuel, Julián de Chavarrieta. Entretanto, en 1625 la rama de los Alarcón Olago habían renunciado al patronato que ahora cuarenta años después pretendían derechos sobre el mismo. La parte de Diego de Alarcón, fue cedida por su hijo el presbítero Luis de Alarcón a su sobrino Andrés de Alarcón Carrillo, un total de cincuenta almudes, luego seguía en los derechos de patronato Andrés de Alarcón Rosales y el mencionado Juan. En un principio, los Chavarrieta se habían hecho con la totalidad de los bienes del patronato, pero aprovechando la ausencia de Julián Chavarrieta en el Reino de Valencia, Andres de Alarcón se había hecho con los cincuenta almudes. Además de los cincuenta almudes también eran objeto de litigio otras dos hazas de un patronato previo fundado por el tío de Cecilia, el llamado maestro Alarcón.
En un principio, en 1656 la justicia de El Peral adjudicó las hazas en disputa a Andrés Alarcón Rosales, pero Julián Chavarrieta apeló a la justicia de Granada. EL pleito sería continuado por Manuel, el hijo de Julián una vez muerto este. El padre, el licenciado Julián era un abogado por la Universidad de Alcalá que había sido nombrado gobernador en Valencia, en las baronías de Alberique y que había permanecido veinticuatro años fuera de Motilla por este motivo y ocupando diferentes oficios en el Reino de Valencia al servicio del duque del Infantado. Las tierras motivo de disputa se situaban en la Vega del Valdemembra de El Peral, aguas arribas del río, hazas en los parajes del Cuadro, del Manadero, el Lindaco, la Cabezuela de Juan Abad; eran hazas lindantes con la de Martín Castillejo. A estas propiedades se unía el litigio por el vínculo del maestro Alarcón, constituido por las casas familiares en la plaza de El Peral y una haza en la vega, por la ermita San Cristóbal y lindante con haza de Navalón y la del Pie del Altar Estas propiedades estaban cargadas con una serie de dieciocho misas y un par de oficios anuales a decir en la capilla familiar de la iglesia de El Peral. En un principio, Julián de Chavarrieta se había aprovechado de ser beneficiario en 1630 del fuero universitario como estudiante para conseguir del rector de la Universidad de Alcalá el patronato del vínculo, pero Andrés de Alarcón Rosales había aprovechado su oficio de alférez mayor para conseguir del alcalde de El Peral Martín Monedero Alarcón la posesión en su favor. Los hechos, ocurridos en 1656, se desarrollaron en medio de violencias de Juan y Andrés Alarcón contra Pedro López Chavarrieta que defendía los derechos de su hermano Julián y que acabaría preso en la cárcel. Julián de Chavarrieta llevará el pleito a la Chancillería, pero su ausencia en Valencia le impedirá seguir el pleito que retomará su hijo Manuel. Los Chavarrieta alegarán ser los únicos descendientes directos de los tres hermanos poseedores del patronato y sobrinos de Cecilia Alarcón, mientras que los Alarcón intentarán hacer valer la compra encubierta de los derechos de patronato por Andrés Alarcón Carrillo a su tío el clérigo Luis de Alarcón.
Este caso es uno más de las nuevas oligarquías que se forman en las villas de corregimiento de las diecisiete villas, la colisión entre ellas y la formación de la nueva aristocracia regional. En este caso, los Chavarrieta, una familia hidalga, que consigue alianzas fáciles con familias pecheras e hidalgas de la zona, intenta vincular bienes a la familia. La forma elegida ya no es la creación de un mayorazgo que exigía la licencia real para su fundación sino aprovechar la creación de un patronato laico en el que también hay unos bienes vinculados a unas obligaciones religiosas de misas por un clérigo. Será un proceso que ya hemos visto en familias como los Ruipérez y que intentarán confundirse con los mayorazgos clásicos hasta tal punto que recibirán este último nombre.
Testigos 1667
Antonio García de la Jara, regidor perpetuo de El Peral, 49 años
Alonso de Godoy, vecino de Motilla, 60 años
Juan de Godoy, escribano de la villa de Motilla
Bartolomé Moreno Castellano, vecino de EL Peral, 67 años
Licenciado Juan Jiménez, cura teniente de EL Peral, 47 años
Francisco Leal, vecino de El Peral, 64 años
Alonso Gómez, vecino de El Peral, 58 años
Juan Simarro, vecino de El Peral, 76 años
Pedro López Chavarrieta, vecino de EL Peral, 56 años, hermano de Julián de Chavarrieta
GENEALOGÍA DE LOS CHAVARRIETA
1.- Juan Pérez de Chavarrieta y María de Alarcón
2.- Pedro López Chavarrieta y Catalina Navarro
3.- Juan Pérez Chavarrieta y María Ortiz Ojeda
4.- Julián de Chavarrieta Ojeda y María de la Zarzuela
5.- Manuel Chavarrieta casado con hija de Francisco Lucas Zapata
ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL, CONSEJOS, LEG. 23822, EXP. 1
Estos intentos de hacerse con patronatos por estudiantes de Alcalá aprovechando el fuero universitario se repitió en otros casos
Pleito de Juan Sáez Moreno, clérigo y estudiante de la Universidad de Alcalá y natural de Motilla del Palancar (Cuenca), contra Francisco Rueda, vecino de Alarcón (Cuenca), por la posesión del vínculo y patronazgo que fundó María García de Bonilla en la localidad de Montilla del Palancar (AHN, UNIVERSIDADES, 335. EXP. 20)
GENEALOGÍA DE LOS OJEDA DE MOTILLA
1.- abuelos paternos: Pedro López de Chavarrieta y Catalina Navarro, vecinos de El Peral
1.- abuelos maternos: capitán Manuel Alonso de Ojeda, familiar del Santo Oficio y natural del lugar de Ojeda en la Montaña Y HERMANO DE JUAN BAUTISTA OJEDA SEÑOR DE LA CASA SOLAR DE OJEDA, y doña Elvira de Tébar, natural y vecina de Motilla del Palancar
2.- Padres: Juan de Chavarrieta y Elejalde, hidalgo notorio y María Ojeda, naturales y vecinos de Motilla
3.- Manuel de Ojeda Chavarrieta, de la orden de Calatrava y vecino de Motilla (hermano de Juan Chavarrieta y Ojeda)
AHN. ÓRDENES MILITARES, CALATRAVA, EXP. 173, AÑO 1639
Aunque los antecedentes venían de la década de 1560, el 25 de marzo de 1590 hubo otro intento de establecer una milicia general del Reino, que será recordado nuevamente el 20 de enero de 1591. únicamente contestarán tres villas de las diecisete del corregimiento de San Clemente: La propia villa de San Clemente, Motilla del Palancar, Las Pedroñeras y Quintanar de la Orden.
En San Clemente se asentarán tres soldados de milicia:, según refejaba el escribano Francisco de Astudillo: Cristóbal Rosillo, hijo de Juan Rosillo, Miguel Moreno, hijo de Miguel Moreno, vecinos de San Clemente, y Juan de la Vara, hijo de Pedro de la Vara, vecino de Alarcón.
El alistamiento de Motilla se lleva a efecto por decisión del ayuntamiento de 15 de abril de 1590, el alcalde Luis de Vacas Alarcón, el regidor Lope Navarro y el diputado Tomás Tendero. Se hizo efectivo al domigo siguiente, tal como se describe: en acabándose la misa mayor, quando la gente salía de la yglesia, en la plaça pública desta villa, en presencia de mucha gente y en alta e inteligibles voces por voz de Juan del Poço pregonero público. Posteriormente, se pregonó la cédula e instrucción en Gabaldón, en su plaza pública. Motilla ya hará saber que no está condiciones de poder armar a los diez soldados que piensa reclutar, por lo que pide licencia para echar sisa sobre los mantenimientos, dada la escasez de sus propios. Cuando se intenta un nuevo reclutamiento en 1591, no habrá ningún voluntario.
En Las Pedroñeras, el ayuntamiento se reunió el nueve de febrero de 1591 en la sala alta del cabildo con los alcaldes García de Montoya y Sebastián Martínez y los regidores Juan de Mena Ortiz y Alonso Martínez. Únicamente se alistó un soldado de milicia, Juan Sánchez, a pesar de que se incidió en las libertades y franquezas que gozarían los nuevos soldados.
En Quintanar del Rey (o simplemente Quintanar, como la llama su escribano), el ayuntamiento se reunió el nueve de febrero de 1591 con sus alcaldes Pedro de Ruipérez y Diego García y sus regidores perpetuos Benito de Ruipérez, Isidro de Ruipérez y Miguel Pastor para dar cuenta que el año anterior ya se había asentado un soldado de milicia llamado Hernando López. El concejo parecía orgulloso de destinar este vecino a las armas y así lo hizo saber, definiéndolo como hombre honrado, hombre alto, de buena gracia, barbimoreno y de hasta treinta años.
Es de creer que en el resto de las villas no se asentó soldado alguno o no hicieron caso a las órdenes del corregidor. En cualquier caso, el intento de establecer la milicia del Reino en los años 1590-1591 se saldó en un fracaso
AGS, GYM, LEG. 339, 157-160
Ya en 1577, el Concejo de la Mesta se había querellado contra los vecinos de Iniesta Alonso Garrido, Francisco de Espinosa, Juan Ponce y Benito Risueño, por los ganados mostrencos.
En Iniesta, se nombraban tradicionalmente dos alcaldes de mestas, uno ganadero y otro labrador cada año, que decidían a favor de la villa la adjudicación de las reses mostrencas y rehuseñas. Estos alcaldes celebraban tres mestas al año, donde se vendían las reses sin dueño conocido; el dinero de la venta iba a los propios de la villa, si bien con la posibilidad de que los dueños de esas reses recuperaran el dinero si demostraban la propiedad de las reses en el plazo de un año. El concejo de Iniesta alegaba frente a la Mesta que el dinero recaudado iba a la reparación de los abrevaderos de los ganados, balsas y pozos, cercados del corral donde se encerraban las reses extraviadas o de las majadas para pasto. La villa ganó ejecutoria a su favor de la Chancillería de Granada en 10 de septiembre de 1586, pero la Mesta siguió juzgando a los infractores iniestenses. De hecho, en 1621, un alcalde entregador actuó contra varios principales iniestenses: Bartolomé López Cantero, Alonso de Atienza, Juan López Cantero y Juan de Guzmán.
AHN, DIVERSOS-MESTA, 102, N-1
Don Vicente Sandoval y Guerrero, caballero de Alcántara, regidor perpetuo de la villa de San Clemente y marqués consorte de Valdeguerrero, quería en 1748 que el poder omnímodo que tenía sobre la villa se viera reflejado en la concesión de una carta ejecutoria de hidalguía. Pero a pesar de su poder no lo consiguió. Hoy la banda que vemos cruzar su escudo de armas es más una representación impuesta por la vía de los hechos que por el derecho que le pudiera corresponder. El ayuntamiento de San Clemente había recibido por hidalgos el 3 de agosto de 1748 a su hijo Antonio Sandoval y Pacheco y a Francisco Ignacio Sandoval Ortega y Guerrero (marqués de Valdeguerrero y señor de Villar de Cantos), y a su primo Francisco Antonio Sandoval Pacheco, regidor perpetuo de San Clemente, y los dos hijos de este (y José Ignacio), y mandado los autos del ayuntamiento al fiscal del la Chancillería de Granada con la esperanza de que se expidiera la ejecutoria de hidalguía sin problemas. Pero la sala de los hijosdalgo de Granada no se pronunciaría favorablemente hasta el 16 de septiembre de 1752.
Vista reconocida su condición hidalga, los problemas continuarían para la familia. Ya en el proceso de hidalguía se hizo ver el informe negativo de la villa de Beas, de donde procedían los Sandoval, y en San Clemente no las tenían todas consigo. Si el carácter despótico con que dominaba la vida política de San Clemente había facilitado el pronunciamiento favorable del concejo hacia los Sandovales, el apellido causaba reticencias en San Clemente si no iba ligado al título de marqués de Valdeguerrero. Es presumible que los Sandoval se habían apresurado a colocar el escudo familiar en la casa de calle de las Almenas, pero los recelos hacia ellos continuaban. En 1760, el ayuntamiento de la villa reparte impuestos a José Ignacio Sandoval y Pacheco, hijo del marqués de Valdeguerrero Francisco Ignacio.
Don Vicente Sandoval y Guerrero, caballero de la orden de Calatrava y brigadier de los guardias de corps del rey y su hermano Sancho Sandoval, caballero de Calatrava y capitán en el regimiento viejo de caballería, habían nacido en Alcaraz del matrimonio de Francisco Sandoval y Guerrero, caballero de la orden de Santiago, y de Agustina Ortega y Guerrero, tanto ellos como sus antecesores se presentaban como cofrades y colegiales del Insigne Colegio de Caballeros Hijosdalgo de Sangre Limpios Cristianos Viejos del Señor San Salvador, extramuros de la ciudad de Alcaraz, que se consideraba fundado por los conquistadores y pobladores de la ciudad de Alcaraz. El conservador de este Colegio era el prior del convento de la orden de Santiago en Uclés. En el archivo de esta cofradía de San Salvador se conservaba un libro de papel de marquilla, forrado en baqueta, que según el escribano era donde se asentaban las juntas, actos y decretos de dicha cofradía, con un catálogo de los cofrades que vivían en el mes de septiembre de 1668. Aunque el libro tenía cortadas varias hojas, sin embargo conservaba el recibimiento como cofrades de varios reyes de España. Así, en el folio 54, el recibimiento del rey Felipe III en mandato del una real cédula del monarca de 19 de marzo de 1600; como estaba recibido por cofrade el rey Felipe II en el primer renglón del catálogo del dicho libro; como estaba también recibido Felipe IV en virtud de una real cédula de 13 de agosto de 1624 (folio 104) o Carlos II por cédula de 13 de enero de 1688 (folio 191) y, por último, Felipe V por cédula de 29 de septiembre de 1740 (folio 222).
Entre los inscritos en el libro de San Salvador estaba Francisco de Sandoval y Guerrero, caballero de Santiago y alférez mayor de Alcaraz, padre de don Vicente, así como los descendientes familiares, entre los que se incorporaron al libro los marqueses de Valdeguerrero. Don Vicente Sandoval había nacido el 11 de octubre de 1686, dos años después nacería su hermano Sancho. La familia Sandoval eran naturales de la villa de Beas de Segura, perteneciente a la orden de Santiago, donde había nacido Francisco y sus antecesores, que llevaban el apellido Rodríguez por delante del de Sandoval y donde eran patrones del hospital y capellanías de Nuestra Señora de Gracia y conservaba la genealogía familiar desde el siglo XVI. El antecesor de la familia era Sancho Rodríguez Negrete, casado con María Díaz de Sandoval. Este Sancho Negrete había obtenido ejecutoria de hidalguía ya el cuatro de noviembre de 1502, pero la familia había chocado con el concejo de Beas que se negaba a aceptar su hidalguía, viéndose a obtener sobrecarta en agosto de 1566. Desde entonces no se había abierto de nuevo el melón de la hidalguía de la familia hasta que Vicente Sandoval se vio obligado a ello. La familia encontró a falta de capilla su lugar de enterramiento en la peana del altar mayor de la villa de Beas de Segura, donde habían colocado sus escudos de armas, habían fundado mayorazgo con Sancho Rodríguez de Sandoval y doña Leonor Guerrero su mujer (fue este enlace matrimonial con la alcaraceña el que potenció el reconocimiento de la familia).
En Beas había dos hospitales, el de la Casa de Jesucristo, del que se sabía el fundador, un tal Rodrigo de Villa Andiana, y el de Nuestra Señora de Gracia, que se tenía por fundación de varios vecinos de la villa de forma conjunta, al que se unió una capellanía legada también por vecinos anónimos. Ambos se fundieron en uno, de tal forma que el de Nuestra Señora de Gracia absorbió el de la Casa de Cristo y sus rentas y Sancho Rodríguez Negrete que era patrón del primer hospital quedó como tal tras la unión de ambos hospitales, instituyendo a sus herederos como patrones del nuevo hospital en 1 de de agosto de 1544, via testamentaria.
Al parecer, y según algún testigo, el ascenso del padre Sancho Rodríguez Negrete tiene lugar al amparo de la lucha de bandos en Beas de Segura y su protección por el comendador Hernán Fernández de Valderrábano y la "legalización" de su hidalguía se había materializado en la exención de un tributo de la Hermandad. Los Negrete pretendieron llevar su hidalguía a los primeros tiempos de la repoblación la villa de Segura por el maestre fray Pelayo Pérez Correa. Es hasta el bisabuelo Hernán Pérez al que se remontaba la genealogía para ver en él un escudero procedente de la casa solar de Negrete, de donde se quería ver el nombre del apellido o apodo. Los testigos citaban una probanza de dos de septiembre de 1409 que reconocía a Juan Rodríguez como hijo de este Hernán Pérez.
GENEALOGÍA DE LOS SANDOVAL
1.- Sancho Rodríguez Negrete (hijo Sancho Rodríguez, casado con Juana Rodríguez Bedmar y nieto de Juan Rodríguez de Segura -hijo de Hernán Pérez y natural de la villa de Segura-, casado con Teresa Díaz) y María Díaz de Sandoval, vecinos de Beas, ejecutoria de hidalguía de 4 de noviembre de 1502. Testamento de 1 de agosto de 1544.
2.- Sancho Rodríguez de Sandoval y doña Catalina Godínez. Testamento de 26 agosto de 1559.
3.- Sancho Rodríguez de Sandoval y doña Leonor Guerrero Becerra. Testamento 16-IV-1597.
4.- Francisco de Sandoval Guerrero y doña Ana María de Guerrero Sandoval y Luna y Córdoba. Bautizo, 20-X-1566
5.- Sancho Sandoval y Guerrero, caballero y visitador de la orden de Calatrava y familiar del Santo Oficio, casado con Leonor Bedoya Vozmediano. Bautizo, 8-I-1593. Testamento 21-3-1649
6.- Francisco de Sandoval, (el último natural de Beas) caballero de la orden de Santiago, alférez mayor de Alcaraz, alguacil mayor de la Inquisición de Murcia, casado en segundas nupcias con Agustina de Ortega y Guerrero. Bautismo, 23-2- 1637.Testamento, 18-IX-1703
7.- Don Vicente Sandoval
8.- Francisco Ignacio Sandoval y Guerrero, marqués de Valdeguerrero, hijo de Vicente Sandoval y Catalina Félix Ortega Sandoval y Guerrero, marquesa de Valdeguerrero.
8.- Antonio Javier Sandoval y Pacheco, hijo de Vicente Sandoval y Agustina Teresa Pacheco, su mujer en segundas nupcias
7.- Don Sancho Sandoval casó con doña Catalina Félix Pacheco
8.- Francisco Antonio de Sandoval
8.- José Ignacio de Sandoval
ACHGR, sign. ant. 303-459-9
Martín de Urritia procedía de la casa solar de Urritia, cerca de la villa de Elgueta. Era hijo de Juan de Urritia y María Ochoa de Berrio y nieto de Pedro de Urritia casado con María García Urritia.
Testigos
Juan Pérez de Chevarría, hidalgo de Guetaria, 77 años
Juan Ortiz, escribano, hidalgo de Elgueta, 75 años
Pero Abad Zabala de Arraz, clérigo de Elgueta, 75 años
Pero Ochoa de Jauregui, hidalgo de Elgueta, 73 años
ACHGR, sign. ant. 5 de mayo de 1537, 301-12-9
A pesar de lo que se suele creer la aparición de un grupo compacto de hidalgos en Villanueva de la Jara fue bastante tardío. Ya mencionamos en el pasado como las primeras ordenanzas de la villa la declaraban como enemiga de hidalgos. Conocemos algún caso aislado con anterioridad, pero familias tan famosas luego como los Clemente tuvieron que esperar hasta muy tarde para ver reconocida su hidalguía, con posterioridad al hecho que aquí analizamos y es que, aprovechando la reserva de la mitad de los oficios electos concejiles a los hidalgos, estos comenzaron a exigir de forma colectica o individual el reconocimiento de su nobleza.
Para que se les reconociera su condición hidalga, como se hacía en sus lugares de origen antes de asentarse en Villanueva de la Jara, acudieron a la Chancillería de Granada un conjunto de hidalgos el 27 de enero de 1590. Estos pretendidos hidalgos eran Melchor de Hervías Barba, Francisco Granero de Heredia, Pedro de Flores Monteagudo, Martín Ferrer, Andrés de Alarcón de Olago y Pedro de Montoya. Ni qué decir tiene que aquellos que quisieron pasar por tales hidalgos hubieron de pasar por el cribado del tribunal granadino, por la oposición del concejo jareño y su síndico personero Miguel Mondéjar.
La reserva de la mitad de los oficios a los hidalgos se había generalizado por la Corona desde el año 1585 a todas las villas por una pragmática, pero los hidalgos pretendían otras preeminencias a las que se negaban los pecheros: se les diese la mano derecha y mejor asiento, en los votos fuesen los primeros en los casos donde no se tuviere atención a la antigüedad (el primer alcalde en sortear debería ser el hidalgo y como más antiguo tener preferencia sobre el pechero). Los hidalgos ganaron sentencia el ocho de octubre de 1590. La sentencia sería confirmada el seis de enero de 1591 y expedida ejecutoria a favor de los hidalgos el 25 de marzo de 1591. La realidad es que el concejo jareño no cumplió la ejecutoria y obligó a los hidalgos a nuevos pleitos para conseguir ejecutorias individuales de hidalguía.
ACHGR, sign. ant. 302-343-320
La creación del oficio de alférez mayor de Vara del Rey tiene lugar el dos de julio de 1559 en favor de Pedro Ruiz de Alarcón
EN la década de 1660 y tras pasar por otras familias como los Díaz Meneses acaba en poder de la familia Buedo
AGS, CCA, CED, 241, 928
Nadie como Alonso de Calatayud sufrió las alteraciones de las Comunidades, con su pueblo sublevado por su señor. Pero su fidelidad al emperador fue premiada indirectamente, cuando se concedieron a su hijo 50000 maravedíes de las alcabalas de la villa de El Provencio por lo mucho seruido que fue a su costa del comienço de las Comunidades.
Se otorgan por cédula de 15 de julio de 1521, en Pamplona
AGS, CAA, CED, 48, 203
La colegiata de Belmonte gozaba de un juro de 25000 maravedíes de renta anual sobre las rentas de alcabalas de las villas de los sesmos de la Tierra de Cuenca, de Altarejos y Arcas. Entre esas villas estaba Almodóvar del Pinar a la que correspondía pagar 7000 mrs. En 1510, no pagará por lo que el corregidor de Belmonte es comisionado para ejecutar bienes por el impago. Los bienes ejecutados serán dos mulas del vecino Juan Carretero
AGS, RGS, 1510-12-194
Entre las rentas que poseía el cabildo de la colegiata de Belmonte para el año 1509 tenemos:
En marzo de 1510, la colegiata de Belmonte, a través de su colegial Luis Alonso, protestan contra Jacobo y Agustín de Espinola, genoveses, que disfrutan de dos beneficios simples en las iglesias de Cuenca: un beneficio simple sobre las rentas de la colegiata de Belmonte y otro beneficio simple sobre la iglesia de Santiago de Alarcón. Se critica que puedan poseer esos beneficios al ser extranjeros
AGS, RGS, 1510, 3, 517